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EL GATO CON BOTAS

Charles Perrault (1628 - 1703)


(Adaptación libre de Bárbara Iribarne)

Antes de la lectura: el docente introduce la lectura con las siguientes


preguntas y comentarios

¿Saben qué es una herencia? Es aquello que los padres le dejan a sus
hijos cuando mueren. Por ejemplo, si un padre tiene una casa, al morir,
esa casa le queda como herencia a sus hijos. ¿Y recuerdan qué son y
para qué sirven los molinos? (Mostrar imágenes dibujos o
ilustraciones). Son construcciones que tienen dentro una máquina se
usa para moler o triturar distintos granos, por ejemplo, granos de
trigo, y así producir harina. Los molineros son las personas que se
dedican a trabajar en el molino. ¿Y los ogros recuerdan cómo son?
(Mostrar imágenes, dibujos o ilustraciones). Son criaturas muy grandes
y malas que aparecen en los cuentos, y que tienen fama de comer niños.
¿Alguna vez escucharon decir que alguien es astuto? ¿Saben qué
significa? Decimos que alguien es astuto cuando vemos que es muy
inteligente para poder comprender las cosas y lograr conseguir lo que
quiere.
Ahora vamos a leer un cuento sobre un gato muy inteligente, muy astuto,
que logró hacer cosas muy importantes usando tan sólo un par de botas….¡y su
inteligencia!
Durante la lectura: el docente lee y realiza pausas breves con las
siguientes intervenciones

Había una vez, un molinero que les dejó como única herencia a sus
tres hijos, un molino, un burro y un gato. El reparto fue bien simple: el
hijo mayor recibió el molino, el segundo hijo se quedó con el burro, y al
hijo menor le tocó sólo el gato, y por ello aquel se lamentaba de su
mísera (pobre) herencia:

—Mis hermanos, decía, podrán ganarse la vida convenientemente


trabajando juntos; en cambio yo, después de comerme a mi gato y de
vender su piel, me moriré de hambre.

El gato, que escuchaba estas palabras, pero se hacía el desentendido


(se hacía el que no entendía) , le dijo en tono serio y pausado:

—No se aflija , mi señor, si usted me proporciona (me da) una bolsa y


un par de botas para andar por entre los matorrales, verá que su
herencia no es tan pobre como usted piensa.

Aunque el hijo del molinero no tenía mucha fe (no creía mucho) en lo


que el gato le decía, lo había visto cazar ratones y hacerse el muerto con
tanta agilidad (rapidez, velocidad), que decidió confiar en lo que le
proponía.

Cuando el gato tuvo lo que había pedido, se colocó las botas, se echó la
bolsa al cuello y se dirigió a un campo donde había muchos conejos. Allí,
luego de poner algunas hierbas sobre la bolsa, se tendió (se acostó) en el
suelo como si estuviera muerto y aguardó (esperó) a su presa. En cuanto
apareció un pobre conejito, el gato lo cazó al instante y lo metió en la
bolsa.
Entonces, muy contento con su presa, se dirigió al castillo del rey y pidió
hablar con él:

-Su Majestad, tengo aquí para usted un conejo de campo que mi amo, el
Señor Marqués de Carabás, me ha encargado que le envíe como
obsequio (regalo).

—Dile a tu amo, respondió el rey, que le doy las gracias y que me agrada
mucho su obsequio.

PAUSA: ¿Por qué estaba triste el hijo del molinero? Porque a sus
hermanos les había tocado como herencia el molino y el burro, y él
solamente el gato. Muy bien. ¿Y qué le propuso el gato a su amo? Que
le consiguiera un par de botas y una bolsa, y que él podría mejorar su
suerte, exacto. ¿Y qué hizo el gato con las botas y la bolsa? Se fue al
campo y cazó un conejo. ¿Y qué hizo con el conejo que cazó? Se lo
regaló al rey. Sí, muy bien, pero cuando le llevó el regalo al rey, el gato
le dijo que ese regalo era de parte del Marqués de Carabás, ¿verdad?
¿Y esto qué quiere decir? ¿El gato estaba diciéndole la verdad al rey?
No, lo estaba engañando, muy bien.

En otra oportunidad, y con la misma astucia, el gato logró cazar dos


perdices y fue a regalárselas al Rey, siempre de parte de su amo. Y lo
mismo continuó haciendo durante dos o tres meses, con los animales que
lograba cazar.

Un día, el gato supo que el rey iría a pasear a orillas del río con su hija, la
más hermosa princesa del mundo. Entonces le dijo a su amo:

-Si usted sigue mi consejo, yo puedo hacer que su suerte cambie. Sólo
debe bañarse en el río que yo le mostraré, y yo me encargaré de todo lo
demás.

El pobre hijo del molinero hizo lo que su gato le había aconsejado, sin
saber de qué serviría. Mientras se estaba bañando, el rey pasó por ahí en
su carruaje (carroza), y el gato se puso a gritar con todas sus fuerzas:

—¡Socorro, socorro! ¡El señor marqués de Carabás se está ahogando!


Al oír el grito, el rey asomó la cabeza por la puerta del carruaje y
reconociendo al gato que tantas veces le había llevado obsequios, ordenó
a sus guardias que acudieran rápidamente a socorrer al marqués de
Carabás. Mientras los guardias sacaban del río al pobre marqués, el gato
se acercó al rey y le dijo que, mientras se estaba bañando, unos ladrones
habían robado la ropa de su señor. En realidad, el pícaro gato las había
escondido detrás de una enorme piedra.

Al rescatarlo, el rey lo llevó a su castillo y lo vistió con los mejores trajes.


Al verlo tan apuesto, la hija del rey se enamoró locamente de él, y él
también de ella.

PAUSA: A ver, luego de seguir cazando distintos animales y


regalárselos al rey, de parte del Marqués de Carabás. ¿Qué otra cosa
hizo el gato? ¿Para qué les parece a ustedes que el gato le dijo a su amo
que se bañara en río, justo cuando pasaba el rey? Porque quería
llamar la atención del rey, quería que el rey tuviera que rescatarlo y
llevarlo a su castillo. ¿Pero por qué el gato escondió la ropa del pobre
molinero y le dijo al rey que unos ladrones se la habían robado?
Porque no quería que vieran la ropa del molinero, porque se iban a dar
cuenta de que era pobre. Entonces, ¿podemos decir que el gato estaba
engañando al rey otra vez? Sí, muy bien. ¿Y por qué lo quería
engañar? Porque quería que el rey pensara que su amo era muy rico.
Vamos a ver ahora cómo sigue el cuento.

Entonces, el rey pidió al Marqués de Carabás que lo acompañara a


pasear en su carroza. El gato, encantado al ver que su proyecto (plan)
empezaba a resultar, se adelantó, y habiendo encontrado a unos
campesinos que trabajaban en el campo, les dijo:

—Buenos campesinos: en unos minutos pasará por aquí el Rey en su


carruaje, deben decirle que el campo que están arando pertenece al
marqués de Carabás, y si no los haré picadillo de carne de budín.

-¿A quién pertenece este magnífico campo?- preguntó el rey a los


campesinos.

—Es del señor marqués de Carabás, dijeron a una sola voz, puesto que
la amenaza del gato los había asustado. Entonces, muy seguro de sí
mismo, el marqués de Carabás agregó: En efecto, Su Majestad, esta
tierra produce frutos abundantes (muchos frutos) cada año.
Y de esta manera, a medida que avanzaba la carroza , el gato se iba
adelantando en el camino y amenazaba igualmente a todos los
campesinos que encontraba a su paso. El rey se asombraba cada vez
más de las riquezas del señor marqués de Carabás y se alegraba junto a
él.

PAUSA: Prestemos atención: aquí el cuento dice que cuando el rey


llevó al Marqués de Carabás al castillo, el gato vio que su plan
empezaba a funcionar. ¿De qué plan está hablando? ¿Cuál era el plan
del gato? Quería engañar al rey, muy bien, quería que pensara que el
molinero era rico, sí, muy bien. Recuerden algo: el gato le había dicho
a su amo, al comienzo del cuento, que si le conseguía un par de botas y
una bolsa, él podía hacer que su herencia no fuera tan pobre. ¿Y
entonces para qué les parece que ahora el gato amenazó a los
campesinos para que dijeran al rey que todas esas tierras eran del
Marqués? Para que el rey siguiera engañado, creyendo cada vez más
que el Marqués de Carabás era el dueño de todas esas tierras.

El gato llegó finalmente ante un hermoso castillo cuyo dueño era un


ogro, el más rico que jamás se hubiera visto, pues todas las tierras por
donde habían pasado eran dependientes de este castillo. Como era muy
astuto (inteligente, vivo), y ya había averiguado qué cosas era capaz de
hacer el ogro, el gato le dirigió estas palabras:

- No he querido pasar por aquí sin dejar de ofrecerle mi saludo, señor.

Y así el ogro lo recibió muy cortésmente en su hogar. Y allí el gato lo


desafió:
—Me han asegurado, dijo el gato, que usted tiene el don de convertirse en
cualquier clase de animal, por ejemplo, de transformarse en león, en elefante.

—Es cierto, respondió el ogro con brusquedad (antipatía, desprecio), y


para demostrarlo, verá usted cómo me convierto en león.

El gato se asustó tanto al ver a un león delante de él que en un segundo


se trepó al techo. Algún rato después, viendo que el ogro había
recuperado su forma original, el gato bajó y confesó que había tenido
mucho miedo.

—Además me han asegurado, dijo el gato, pero no puedo creerlo, que


usted también posee el poder de adquirir la forma del más pequeño
animalito; por ejemplo, de un ratón, o una rata. Eso me parece
imposible.

—¿Imposible?, repuso el ogro, ya verá ; y al mismo tiempo se transformó


en una rata que se puso a correr por el piso.

Apenas la vio, el gato se echó encima de ella y se la comió.

Entretanto, el rey que al pasar vio el hermoso castillo del ogro,


quiso entrar. El gato, al oír el ruido del carruaje que atravesaba el puente
levadizo (puente que se levanta), corrió adelante y le dijo al rey:

—Vuestra Majestad sea bienvenida al castillo del señor marqués de


Carabás.

—¡Cómo, señor marqués, exclamó el rey, este castillo también le


pertenece! ¡Qué maravillosa morada!

PAUSA: A ver, el cuento nos dice que el gato al llegar al castillo ya


había averiguado las cosas que era capaz de hacer el ogro, y lo desafió
al ogro para que se convirtiera en león y luego en ratón. ¿Para qué le
pidió el gato al ogro que se transformara en ratón? Para poder
comérselo, exactamente. ¿Y para qué quería comerse al ogro? A ver,
pensemos, habíamos dicho que el ogro era dueño de un hermoso
castillo, ¿verdad? ¿Y qué le dijo el gato al rey cuando llegó al castillo?
Le dio la bienvenida al castillo del Marqués de Carabás, muy bien.
¿Eso qué quiere decir? ¿Para qué se había comido al ogro entonces?
Para poder adueñarse del castillo y volver a engañar al rey diciendo
que pertenecía a su amo. Ahora vamos a ver cómo termina el cuento…

El marqués acompañó del brazo a la joven princesa y, siguiendo al rey que


iba primero, entraron a una gran sala donde encontraron una magnífica
comida que el ogro había mandado preparar para sus amigos que
vendrían a verlo ese mismo día. El rey, encantado con las buenas
cualidades del señor marqués de Carabás, al igual que su hija, que ya
estaba loca de amor, y viendo los valiosos bienes que poseía, le dijo,
después de haber bebido cinco o seis copas:

—Sólo dependerá de usted, señor marqués, que sea el esposo de mi hija.

El marqués, haciendo grandes reverencias, aceptó el honor que le hacía el


rey; y ese mismo día se casó con la princesa. El gato se convirtió en gran
señor, y ya no corrió tras las ratas sino para divertirse.

Después de la lectura: El docente guía el intercambio

1. ¿Quién es el protagonista de este cuento? ¿Cómo podemos describirlo?


¿Qué cualidades tenía?
2. ¿Cómo se sintió el hijo del molinero después de haber recibido al gato
como única herencia?
3. ¿Cuál era el plan que tenía el gato para salvar a su amo de la pobreza?
4. ¿Y logró llevarlo a cabo? ¿Por qué? ¿Cómo cambió la vida del hijo del
pobre molinero?
5. ¿Cómo hizo el gato para poder cumplir con su plan?
6. ¿Cuáles fueron los engaños que hizo el gato y a quiénes engañó?

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