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LAS ULTIMAS TRES HORAS EN LA CRUZ. MUERTE, INCREDULIDAD, RESURRECCION.

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*una vida perfecta, John Macarthur. La historia completa del Señor Jesús.

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INTRODUCCIÓN.

¿Como enfrentamos la muerte?, Alguien dijo que la única certeza que ene el hombre en esta vida
es que algún día va a morir. La muerte causa dolor y angus a, en los casos más extremos se llega a
decir que no quedan deseos de seguir viviendo. Rostros que reflejan tristeza, sin duda alguna
podemos imaginarnos ese cuadro en nuestra mente, los discípulos dispersados, algunos
acompañaban a las mujeres a los pies de la cruz, cuando llega la no cia.. “el Señor murió”. Ese dolor
es el mismo dolor que sin duda experimento la familia y los cercanos de El cabo primero Daniel
Palma quien fue asesinado por un disparo en su cabeza la madrugada del día jueves 6 de la presente
semana, por un momento pensemos en esa familia, tratemos de colocarnos en su situación, faltan
palabras de consuelo. Un dolor profundo, un sen miento de desconsuelo inunda, y la desesperanza
de saber que ese esposo, hijo, hermano y padre no volverá de la muerte. En el caso de los discípulos
ocurrió la misma situación, aun cuando el Señor había dado diversas señales de tener todo poder y
autoridad sobre la muerte, ellos se presentaron incrédulos hasta el final, solo volvieron a creer y
tener esta convicción cuando el Señor mismo se les presento.
La muerte se puede definir como la terminación de la vida sica por medio de la separación del
cuerpo y el alma. Para nosotros, los cris anos, la muerte no es el fin de la existencia, sino un cambio
radical en el estado del ser humano. Desde el punto de vista espiritual, es la prueba y la sanción de
la desobediencia humana, que separada de la Vida, que es Jesucristo mismo, muere
irremediablemente. Para todos los seres humanos, la muerte encierra una gran frustración, ya que
en nuestros corazones anida el ansia por la inmortalidad.

En contraste, Jesucristo, quien es la vida, se enfrentó a la misma muerte en la Cruz, símbolo eterno
de la muerte. Él tomó allí nuestros pecados y fracasos para de una vez y por todas destruir el poder
que la muerte tenía sobre nosotros. Se manifestó su victoria en la resurrección de entre los muertos,
ya que la muerte no le pudo contener.

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1. SU MUERTE. (Este tema lo quiero tratar como es el evangelio, nunca entenderemos las
buenas no cias sino entendemos cuan perdidos estamos. Nunca podremos entender la
resurrección de Cristo y sus beneficios si no comprendemos la magnitud de la muerte de
nuestro Señor)

Desde las 12 hrs a 15 hrs.

Cronologia.

Muerte
**Celebración de la pascua judía, La Pascua, una de las fiestas más celebradas del judaísmo,
conmemora la liberación de los israelitas de la esclavitud en el an guo Egipto.
Cuando era como la hora sexta [desde el mediodía], hubo nieblas sobre toda la erra hasta la hora
novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a
gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró. (Lc 23:44-
46)

Toda la escena y montaje que se había orquestado por parte de los hombres pecadores, toda esta
escena de escarnio [burla], desde que nuestro Señor fue golpeado, burlado y crucificado, toda esta
situación llego a su fin de una forma repen na y dramá ca en la hora sexta ( desde el medio día).
Los gritos y risas se transforman en tragedia cuando Dios ocupo el centro de esta escena durante las
tres ul mas horas de Cristo en la cruz (hasta las tres de la tarde aproximadamente).

Jonh Macarthur:

“Su presencia en el Calvario a menudo se pasa por alto, pero es únicamente cuando Dios llegó que
el Calvario se convir ó en el hecho salvador que resultó ser. La ira de Dios, derramada sobre su Hijo
mientras Él llevaba el pecado, es de hecho la realidad principal del Calvario. Tal cosa ocurrió en las
horas de nieblas.”

Cinco acontecimientos dramá cos caracterizaron esas tres úl mas horas.

1.- Primer acontecimiento, las Tinieblas.

Estas comenzaron a la hora sexta (medio día) y cayeron sobre la erra hasta la hora novena (3.00 de
la tarde). No se sabe la extensión geográfica de las nieblas, aunque los escritos de los padres de la
Iglesia dicen que se extendió más allá de Israel. Esta oscuridad no pudo ser causada por un eclipse
como algunos sos enen, ya que los judíos usaban un calendario lunar, y la Pascua siempre caía en
la luna llena. También desde luego, tres horas es demasiado empo para un eclipse solar, se trató
sin duda de una oscuridad sobre natural.

La oscuridad fue producida por Dios, como una señal de juicio Divino, esto es lo que habría venido
a las mentes del pueblo judío reunido allí. Ellos sabían que en AT Dios se relacionó frecuentemente
con las señales de oscuridad, Cuando se le apareció a Abraham, “temor de una grande oscuridad
cayó sobre él” (Gn. 15:12). Una de las plagas que Dios hizo caer sobre Egipto fue una oscuridad tan
fuerte que se podía sen r (Éx. 10:21-22), y Él apareció a Israel en el monte Sinaí en una espesa nube
(Éx. 19:16). El pueblo Judío sabia que esta oscuridad sobre natural estaba relacionada con el juicio
Divino, por eso es que después que las nieblas desaparecieron, “viendo lo que había acontecido,
se volvían golpeándose el pecho” (Lc. 23:48).

Sin duda alguna esta oscuridad no fue causada por la ausencia de Dios, sino mas bien por la
presencia de su juicio, venganza y furia divina. Esta Ira infinita fue movida por su jus cia infinita lo
cual concluye con liberar el cas go infinito sobre el Hijo. Como Él es infinito solo bastaron tres horas
para absorber todo el cas go del infierno eterno en beneficio de los que alguna vez creerían.
Hermanos, Él llevó en su propio cuerpo nuestros pecados (1 P. 2:24), aunque no conoció pecado fue
hecho pecado por nosotros (2 Corin os 5:21), fue herido por nuestras transgresiones y molido por
nuestras iniquidades (Is. 53:5), y fue hecho maldición por nosotros (Gá. 3:13). Esta fue la copa que
le suplicó al Padre en Getsemaní que dejara pasar, si era posible, la ira infinita de Dios hacia el
pecado.

A la hora novena, se escucha un clamor débil y confuso, “Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido
es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” (Mr. 15:34). Este clamor hermanos revela
algo conmovedor y estremecedor, el Padre no consoló inmediatamente a su Hijo cuando se
desvaneció la oscuridad. Esta es la única vez en el NT que Jesús se refiere a Dios de modo diferente
“Padre”, la frase que se repite dos veces “Dios mío, Dios mío”, es una expresión de afecto mezclada
con desilusión. Si Dios estaba allí presente en el furor de su juicio, ¿Por qué estuvo ausente en el
consuelo?

Hermanos el infierno es experimentar la furia total de la presencia personal de Dios como cas go
eterno, quienes permanecen en el infierno, no tendrán consuelo, ni alivio, ni mucho menos
misericordia de parte de Dios. Si Jesús iba a soportar el sufrimiento total del infierno, esto implicaría
tanto el cas go de Dios como la ausencia de su consuelo.

2.- El segundo acontecimiento, el velo del templo se rasgo por la mitad.

Después de disiparse las nieblas, en el momento en que los sacerdotes reanudaron el sacrificio de
los corderos pascuales, se sobresaltaron al oír un gran ruido desgarrador que venía del interior del
Lugar Santo. Dios estaba rompiendo de arriba abajo el velo que separaba el Lugar Santo del Lugar
San simo (Mt. 27:51).

La expiación, es decir la acción de eliminación del pecado a través de un tercero estaba completada,
no había más corderos pascuales que sacrificar, la única ofrenda perfecta y defini va ya había sido
presentada y aceptada por Dios padre, Hermanos el acceso a Dios estaba abierto, y el nuevo pacto
estaba ra ficado, haciendo obsoleto todo lo relacionado con la adoración en el templo (He. 9:11-14;
10:19).

3.- El tercer acontecimiento, hubo un gran terremoto (Mt. 27:51).

De la misma manera que las nieblas, que eran un hecho sobre natural, los terremotos se
relacionaban frecuentemente con la presencia de Dios en el AT (Sal. 18:7). 7 La erra fue conmovida
y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él. De
modo que el pueblo reunido en el lugar entendió que este movimiento de la erra provenía de Dios
mismo.

4.- El resultado del terremoto fue el cuarto suceso durante esas úl mas tres horas: “Se abrieron los
sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los
sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos” (Mt.
27:52-53). Esos santos no se aparecieron hasta después de la resurrección de Cristo, ya que Él es las
“primicias de los que durmieron” (1 Co. 15:20). La resurrección de esos cuerpos demuestra que la
vida después de la muerte es el resultado de la muerte de Cristo (cp. 1 Corin os. 15:26).

26 Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. La muerte solo una memoria, recuerdo de
nuestra redención.

Nuestro Señor expresa sus úl mas palabras, recordándonos que Él voluntariamente da su vida,
nadie se la quito, el ene poder para ponerla y volverla a tomar, esto en obediencia al padre (Juan
10:17-18). “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Hermanos la comunión con el Padre se había restaurado. Ya que la obra de la redención (liberación)
había concluido (Jn. 19:30), habiendo dicho esto, Jesús expiró.

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Luego el Señor fue sepultado, conocen la historia. Posteriormente a un sábado de silencio


absoluto, el domingo muy de mañana las mujeres fueron al sepulcro.

Lucas 24:1-12.

24 El primer día de la semana, muy de mañana, vinieron al sepulcro, trayendo las especias
aromá cas que habían preparado, y algunas otras mujeres con ellas. 2 Y hallaron removida la
piedra del sepulcro; 3 y entrando, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. 4 Aconteció que estando
ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con ves duras
resplandecientes; 5 y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a erra, les dijeron: ¿Por qué
buscáis entre los muertos al que vive? 6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que
os habló, cuando aún estaba en Galilea, 7 diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea
entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. 8
Entonces ellas se acordaron de sus palabras, 9 y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas
estas cosas a los once, y a todos los demás. 10 Eran María Magdalena, y Juana, y María madre de
Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles. 11 Mas a ellos les
parecían locura las palabras de ellas, y no las creían. 12 Pero levantándose Pedro, corrió al
sepulcro; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que
había sucedido.

La incredulidad de los discípulos, es la misma que presentamos hoy en día, ellos deses maron el
tes monio de las mujeres, creyeron que eran locura o palabras sin sen do. No importo que el
tes monio de ellas fuera el mismo, tes monio que habría de ser valido, dado que ellas caminaron
con el Señor durante todo su ministerio y a diferencia de algunos discípulos, estuvieron a los pies de
la cruz hasta que el Señor murió. Los discípulos creyeron que todo el asunto era absurdo, y no
creyeron lo que ellas les dijeron (cp. Lc. 24:23-25).

Sin embargo, y creo yo muy personalmente, para desacreditar lo que las mujeres habían dicho, Pedro
se levanta junto con Juan, corrió al sepulcro después del informe inicial de María Magdalena. Juan
lo superó y llegó allí primero, pero no entró.
Pedro llegó y miró dentro, (Jn. 20:6) agrega que entonces entró a la tumba y vio los lienzos solos.
Desconcertado, pero sin estar seguro de qué hacer, se fue a casa maravillándose de lo que había
sucedido.

La incredulidad de los discípulos brinda aún más evidencia de que Jesús había resucitado. Ellos nunca
habrían inventado una resurrección, según los dirigentes judíos, ellos habían simulado esta
resurrección, sin embargo, es una men ra que se comprueba con la misma incredulidad de los
discípulos, como iban prepara una resurrección si ni siquiera esperaban que el Señor resucitara.

Cuando la resurrección les fue reportada por las tes gos oculares, los discípulos se burlaron y se
negaron a creer. Tuvo que presentarse el Señor mismo para que finalmente pudieran aceptar que
El había resucitado, y aun así Tomas que no estaba presente cuando el Señor se le aparece a los diez,
se negó a aceptar lo que los discípulos, encabezados por Pedro, decían. No creería hasta que Jesús
se apareció por segunda vez estando Tomás presente.

Las numerosas apariciones que Jesús hizo después de la resurrección proporcionan la prueba más
convincente de su resurrección:

Las Escrituras registran al menos diez apariciones diferentes de Cristo: a María Magdalena (Jn. 20:11-
18); a otras mujeres que estuvieron en la tumba (Mt. 28:8-10); a dos discípulos en el camino a Emaús
(Lc. 24:13-32); a Pedro (Lc. 24:34); a diez de los once apóstoles restantes, Tomás estaba ausente (Lc.
24:36-43; Jn. 20:19-25); a los once apóstoles completos, con Tomás presente (Jn. 20:26-31); a siete
de los apóstoles en la playa del lago de Galilea (Jn. 21:1-25); a más de quinientos discípulos,
probablemente en alguna montaña de Galilea (1 Co. 15:7); a San ago (1 Co. 15:7) y a los apóstoles
cuando ascendió al cielo (Hch. 1:3-11). Además, el Cristo resucitado se apareció a Saulo de Tarso en
el camino a Damasco (Hch. 9:1-9) y en varias ocasiones posteriores (Hch. 18:9; 22:17-18; 23:11)
(Juan, p. 824).

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El NT afirma de manera reiterada que Dios resucitó de los muertos a Jesús. Por tanto, negar la
resurrección no solo es rechazar los convincentes hechos históricos, sino también negar el
tes monio del Nuevo Testamento. Pero si la resurrección tuvo lugar como lo indica la abrumadora
evidencia, entonces la Biblia es cierta, Jesús es Señor, y toda persona es responsable ante Él (cp. Fil.
2:10-11). 10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y
en la erra, y debajo de la erra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de
Dios Padre.

Hermanos no basta solo con creer que el cris anismo es verdadero, nos conmovemos cuando vemos
lo que el Señor tuvo que pasar, estos sen mientos nos llevan a experimentar al Cristo resucitado, y
los hechos que ocurrieron nos llevan a quitarnos la venda de ver lo que ocurrió como simples hechos
históricos. Pero ninguno de estos aspectos es suficiente para salvar, ni las emociones, ni la aceptación
de que lo que ocurrió es verdad, solamente la fe en la resurrección de Cristo nos puede salvar, esta
fe que nos hace confesar con nuestra boca que Jesús es el Señor, y por esta misma fe creemos en
nuestro corazón que Dios le levantó de los muertos”, esta misma fe dará como resultado la salvación,
“porque con el corazón se cree para jus cia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Ro. 10:9-
10).
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CONCLUSION.

Pablo declara:

1 Corin os 15:14-23

14 Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. 15 Y
somos hallados falsos tes gos de Dios; porque hemos tes ficado de Dios que él resucitó a Cristo, al
cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan,
tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros
pecados. 18 Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. 19 Si en esta vida solamente
esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración [compasión que se ene por la miseria
o la agonía] de todos los hombres.

1 Corin os 15: 51-56.

51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52 en


un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los
muertos serán resucitados incorrup bles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es
necesario que esto corrup ble se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54 Y
cuando esto corrup ble se haya ves do de incorrupción, y esto mortal se haya ves do de
inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en
victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el
aguijón de la muerte es el pecado [vencido en la cruz], y el poder del pecado, la ley [cumplida en
todos los términos por nuestro Señor, esto es lo que le hace ser la ofrenda perfecta aceptada por
Dios]. 57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor
Jesucristo.

La ul ma cita es una burla a la muerte a la muerte como si fuera una abeja cuyo aguijón ha sido
ex rpado. Ese aguijón era el pecado que fue expuesto por la ley de Dios, y conquistado del todo por
Cristo en su muerte.

Cristo murió por nuestros pecados en calidad de sus tuto. La resurrección de Cristo es la seguridad
para Su pueblo de que Su sacrificio por el pecado fue aceptado por Dios y es poderoso para quitar
nuestros pecados. Si Cristo no resucito, entonces Su muerte no es efec va para salvar a pecadores.
Esperamos solo en el Señor, puesto que Cristo resucito, El es nuestra esperanza no solo en esta vida
sino en la viene.

12 Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme mul tud de tes gos de la vida de fe,
quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace
tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. 2 Esto lo
hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe.[a] Debido al
gozo[b] que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba.
Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. (Hebreos 12:1-13 NTV).

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