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1. LA TEMPERATURA EN LA TIERRA.
La temperatura de la Salvo en unos cuantos, la energía que reciben los ecosistemas procede del Sol.
Tierra depende de la La cantidad de energía recibida por la Tierra es de 1,94 Kcal/cm2/min (constante
energía que recibe del Sol
solar) Casi la totalidad de la energía recibida (99%) está comprendida dentro del
espectro de longitud de onda de 0,2 a 4 μm. En ese espectro distinguimos: la radia-
ción ultravioleta (menos de 360 nm), luz visible (entre 360 y 760 nm) y la radia-
ción infrarroja (más de 760 nm) La radiación de onda más corta lleva más cantidad
de energía que la de onda más larga y ello es la causa de la distinta influencia que,
sobre los organismos, tienen los tres tipos de radiación.
La Tierra está en equilibrio energético, de tal forma que la cantidad de energía
que recibe es la misma que emite, aunque en los polos el balance es negativo y en
las zonas intertropicales positivo. La temperatura no es uniforme, sino que varía
según la latitud, la estación del año, la altitud (en los medios acuáticos la altitud
no influye -salvo en las aguas continentales- pero sí la profundidad), la distribu-
ción de las masas continentales y acuáticas, la relación día-noche y las condi-
ciones microclimáticas. (Figura 1)
Figura 1
Aprendo más:
Las isotermas son líneas
Aunque hay organismos que pueden vivir a temperaturas extremas, como ocu-
que unen puntos con la rre con las bacterias termales, que soportan los 85 ºC y ciertas algas cianofíceas que
misma temperatura.
pueden vivir a -30 ºC (en estado de vida latente ciertos organismos -rotíferos, ne-
matodos, tardígrados, bacterias- pueden soportar temperaturas cercanas a los -200
ºC) la mayoría de los seres vivos sólo pueden vivir a temperaturas que oscilan entre
-5 ºC y 50 ºC. El sobrepasar estos límites puede suponer la muerte por congelación
o por desnaturalización o inactivación de las enzimas y deshidratación. Dentro de
ese intervalo tan amplio hay una temperatura óptima; a medida que nos vamos
acercando a los límites, la vida se va haciendo más difícil. Por ello, podemos decir
que cada especie presenta un espectro térmico característico; en general, las plantas
resisten mejor las temperaturas extremas que los animales.
Aprendo más: • Estenotermos fríos, en los que el límite estrecho es de temperatura baja
Una clasificación más tra- (peces abisales, organismos de alta montaña y grutas, etc.).
dicional de los organismos
respecto al factor temperatu- Figura 5
Relación entre la temperatura y la actividad de vuelo de una mariposa (Amphipyra tragopoginis)
ra es la de:
•Homeotermos: mantie-
nen su temperatura corporal
aproximadamente constante.
•Poiquilotermos: su tem-
peratura corporal es variable.
Los primeros son las aves
y mamíferos y los segundos
el resto de los organismos.
Pero quizás sea más interesante recurrir a otro tipo de clasificación, que expre-
sa mejor la relación de los organismos con el factor temperatura:
• Endotermos: regulan su temperatura corporal mediante la producción de
calor interno. Es el caso de las aves y los mamíferos (algunas abejas, mari-
posas nocturnas, reptiles y peces son capaces de regular, durante períodos
de tiempo cortos, la temperatura corporal mediante este método).
• Ectotermos: el calor producido por el metabolismo no basta para conse-
guir una temperatura adecuada, por ello su temperatura corporal depende
de fuentes externas de calor. Incluye el resto de vertebrados que no son en-
dotermos, los invertebrados, plantas, hongos, protistas. En este tipo de or-
ganismos su temperatura corporal se diferencia poco de la del medio en el
que se encuentran; para analizar correctamente las relaciones de estos or-
ganismos con la temperatura hay que tener en cuenta una simple regla tér-
mica.: la velocidad de reacción crece con la temperatura. Por tanto, su acti-
vidad, el desarrollo, el crecimiento, aumentarán con la temperatura (Figura
5)
Hay una ventaja evolutiva y ecológica en el control de la temperatura, ya que
los organismos se independizan de las limitaciones que impone la temperatura ex-
terna. Además, una temperatura corporal mayor que la del ambiente permite reali-
zar mas trabajo.
Entre las adaptaciones de los ectotermos para tratar de mantener una tempera-
tura relativamente constante y distinta a la del medio destacan:
• Los colores oscuros para aumentar la absorción de radiación de onda larga
y aumentar así la temperatura.
• La búsqueda de sombra o de zonas soleadas.
• La búsqueda de determinados substratos que permiten una mayor absor-
ción de calor o una pérdida de éste.
• Adecuar el ritmo de actividad a las variaciones diarias (día-noche).
• La adopción de determinadas posturas que aumentan o disminuyen la inso-
lación.
• Adaptaciones fisiológicas: estremecimiento de músculos en algunos insec-
tos, redes de capilares (retia mirabilia de los túnidos), etc.
• Las plantas de climas muy calurosos pueden orientar sus hojas de tal for-
man que reciben el mínimo de radiación.
• Algunas plantas de climas fríos poseen sustancias anticongelantes que im-
piden la formación de cristales de hielo.
• Las plantas de climas fríos suelen crecer cerca del suelo para evitar el vien-
to frío y poder soportar las bajas temperaturas. Otras, tienen formas almo-
hadilladas, con lo que crean un microclima más favorable cerca del suelo.
3. LA HUMEDAD.
La humedad es la can- El agua presente en la atmósfera (en los tres estados) procede de la evapora-
tidad de vapor de agua
presente en el aire ción de los mares y océanos, de las aguas continentales, del suelo y de la transpira-
ción de los propios organismos.
Figura 11
4. LA HUMEDAD: ADAPTACIONES.
La mayoría de las Si tenemos en cuenta que prácticamente todas las reacciones metabólicas que
adaptaciones de los seres
vivos están encaminadas se producen en el interior de un organismo lo hacen en una disolución acuosa y que
a mantener una adecua- la fecundación necesita de un medio líquido en la mayor parte de los casos, es fácil
da concentración de agua
en su interior entender la importancia que tiene para los seres vivos el mantenimiento de una
adecuada concentración de este compuesto en su interior. De hecho, la humedad es,
junto a la temperatura, un factor abiótico fundamental, aunque no afecte por igual a
los organismos acuáticos y a los terrestres, a los animales y a las plantas.
Según las necesidades de agua, los organismos pueden clasificarse como:
• Acuáticos: si viven en el agua.
• Higrófilos: si necesitan para vivir medios muy húmedos.
• Mesófilos: si tienen necesidades moderadas de agua o de humedad.
• Xerófilos: si habitan en medios secos.
Aprendo más:
Los organismos terrestres, como su concentración interna de agua es superior a
Una forma bastante ade-
cuada de expresar la hume- la del medio, tienden a perder agua por evaporación y a través de los procesos de
dad es relacionar las precipi-
taciones con las temperaturas
excreción; en los organismos acuáticos dicha circunstancia no se produce (la canti-
mediante el llamado índice dad de agua de su interior es inferior a la del ambiente) y el problema sólo surge si
de aridez de Martonne:
se produce la desecación del medio.
P
I= Respecto a las plantas, hay que tener en cuenta que no sólo están condiciona-
T + 10
en donde: das por la cantidad de agua presente en el aire, sino también por la del suelo en el
P = Precipitación anual que están enraizadas (captan agua por las raíces y la pierden por transpiración a
en mm.
T = Temperatura media través de las hojas). Si la planta pierde más agua de la que puede captar, se marchi-
anual. ta. Si medimos el tiempo que transcurre desde que las raíces no pueden captar más
Thornthwaite basó su cla-
sificación climática en la agua del suelo hasta que empieza a marchitarse, obtenemos el tiempo específico de
precipitación y la evapo- supervivencia (Figura 12) Una hectárea de bosque tropical húmedo devuelve a la
transpiración potencial, que
es la máxima cantidad de atmósfera unas 50.000 toneladas de agua por hectárea y año, una sabana unas 4.000
agua que se perdería por y los bosques de regiones templadas, entre 2.000 y 6.000 toneladas.
transpiración a través de la
vegetación, bajo unas condi- Las adaptaciones de las plantas a la escasez de agua son muy diversas:
ciones térmicas determina- • Desarrollo de extensos y profundos sistemas radiculares, que alcanzan las
das.
zonas donde se encuentra el agua más profunda.
• Capacidad de regular la pérdida de agua mediante la apertura y cierre de
los estomas de las hojas.
• Limitar el ciclo a la época favorable, atravesando la época de sequía en
forma resistente.
• Aparición de cubiertas impermeables.
• Tallos dilatados que acumulan reservas de agua.
• Transformación de las hojas en espinas para reducir la evaporación por
ellas.
• Revestimiento de tricomas en las hojas para evitar la turbulencia del aire
en su superficie y disminuir así la evaporación.
La estrategia adoptada para colonizar hábitats secos ha sido doble: por un lado,
impedir la evaporación a través de la superficie corporal mediante cubiertas secas e
impermeables (exoesqueletos, mucosidades, pelos, plumas, etc.) y, por otro, evitar
la pérdida excesiva de agua a través de los procesos respiratorios (el intercambio de
gases se realiza en un ambiente húmedo) encerrando las superficies respiratorias en
el interior del cuerpo y comunicándolas con el exterior mediante conductos.
Para evitar el riesgo de perder una excesiva cantidad de agua los animales pre-
sentan varios tipos de adaptaciones, además de las dos ya comentadas:
• Economizar agua atenuando el metabolismo. En la rata canguro del desier-
to de Norteamérica la oxidación de los nutrientes lleva a la formación de
agua a partir del hidrógeno presente en ellos: un gramo de grasa produce
1,07 gramos de agua, y uno de proteínas 0,4 gramos de agua
• Mediante pautas de comportamiento: búsqueda de sombra, permaneciendo
enterrados o bajo piedras o troncos, limitando la actividad a las horas de
menor insolación, etc.
• Fecundación interna o por medio de espermatóforos; la protección de los
embriones mediante huevos con cáscara, ausencia de larvas libres.
• Eliminación de los productos de desecho (heces y orina) altamente concen-
trados. Muchos organismos son capaces de absorber agua de las heces en
el recto; en los animales terrestres la excreción del nitrógeno no se realiza
en forma de amoníaco, que debe ir disuelto en agua, sino en forma de urea
(anfibios y mamíferos, por ejemplo) o de ácido úrico (aves, reptiles, insec-
tos). En la mosca tse-tse el contenido en agua de las heces depende de la
5. LA LUZ.
La luz determina los La luz visible (al menos para el ojo humano) está comprendida entre los 360
ritmos diarios y estacio- nm y los 740 nm; la mayoría de los fotorreceptores captan la radiación dentro de
nales, influye sobre la
actividad de los organis- ese espectro de longitud de onda, aunque para muchos organismos, la radiación
mos y es imprescindible ultravioleta tiene también suma importancia: por ejemplo, el tamaño de las pobla-
para que las plantas
realicen la fotosíntesis ciones de un hemíptero de América, se ha comprobado que está relacionado con la
cantidad de radiación ultravioleta recibida durante el año.
Figura 14
6. LA LUZ: ADAPTACIONES.
La luz es responsable
La capacidad de poder captar la radicación lumínica mediante fotorreceptores
de la fotocinesis, del
fototropismo y la fotope- más o menos complejos se encuentra en prácticamente todos los grupos de anima-
riodicidad
les (desde cnidarios hasta mamíferos) y las plantas también son capaces de presen-
tar movimientos de orientación respecto a la luz (fototropismo). Sin embargo,
sistemas fotorreceptores que permitan una imagen de calidad y la visión de colores
(es decir, capaces de distinguir distintas longitudes de onda) se presentan con ma-
yor profusión en artrópodos y vertebrados. Muchos insectos son capaces de distin-
guir radiaciones ultravioletas e incluso el plano de polarización de la luz (esta cir-
cunstancia parece que también se produce en ciertas aves).
La capacidad de visión ha jugado un importante papel en el comportamiento
de los individuos y en la aparición de diversas adaptaciones a lo largo de la evolu-
ción, tanto en ellos mismos como en otros organismos con los cuales se relacionan.
Aunque la luz puede causar un efecto directo sobre la actividad de numerosos
organismos (fotocinesis), el efecto más interesante ha sido y es la influencia que
tienen los cambios diarios y estacionales en la regulación y sincronización de las
actividades de los individuos de una población o de una comunidad: se trata de la
fotoperiodicidad.
Figura 17
6.1. LA FOTOPERIODICIDAD.
La existencia del día y la noche y la distinta duración (salvo en la línea del
ecuador) del período de iluminación del día (fotoperíodo) en las distintas estacio-
nes es un hecho de una extraordinaria importancia biológica, ya que regula la acti-
vidad y los ciclos vitales de gran número de organismos, incluidas plantas.
Hay numerosos ejemplos que corroboran la influencia de la alternancia día-
noche y de la duración del día en la actividad de los organismos; uno es las migra-
ciones verticales de algunos organismos marinos, que viven en superficie durante
la noche y se sumergen durante el día; otro buen ejemplo es el representado en la
figura 17, que describe la actividad del gorrión común según la duración del foto-
período.
Figura 18
Intensidad relativa, en diferentes latitudes, de la puesta del gorrión común en el curso del año; la diferencia
es progresiva cuando se pasa del hemisferio norte al sur.
Los organismos acuáticos deben hacer frente al hecho de que necesitan el oxí-
geno en las cantidades suficientes que requiere su metabolismo aerobio a pesar de
que el contenido en oxígeno del agua es 25 veces menor que el del aire; por ello,
deben asegurar un flujo de agua sobre las superficies respiratorias (las branquias de
peces, la piel de organismos simples), poseer una superficie respiratoria amplia en
relación a su volumen total, disponer de pigmentos respiratorios, poseer un baja
tasa respiratoria o subir a la superficie para respirar oxígeno atmosférico (es el caso
de reptiles, aves y mamíferos acuáticos).
Se observan variaciones cuando se comparan especies estrechamente emparen-
tadas y que viven en medios con distinta concentración de oxígeno: menor cantidad
de filamentos branquiales en los que viven en aguas ricas en oxígeno; falta de pig-