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Índice
Unidad temática 2: Introducción a la biogeografía ........................................... 1
Introducción .............................................................................................. 3
Unidad temática 2: Introducción a la Biogeografía ........................................... 4
1. La Biogeografía. ................................................................................ 5
2. Factores que influyen en la Biogeografía ............................................... 8
2.1. Factores propios. ............................................................................. 9
2.2. Los factores externos. ....................................................................... 9
a) La luz ........................................................................................ 10
b) La temperatura .......................................................................... 11
c) La precipitación ......................................................................... 17
d) El relieve ................................................................................... 20
e) El suelo ..................................................................................... 21
f) El fuego ....................................................................................... 22
g) El viento .................................................................................... 23
h) La atmósfera ................................................................................ 24
La relación con otras especies ................................................................... 25
3. Principales avances de la biogeografía ................................................ 26
4. La tectónica de placas ...................................................................... 30
5. La división corológica de la Tierra ...................................................... 32
6. Relación con otras ciencias ............................................................... 35
Bibliografía ............................................................................................. 37
2
Introducción
3
Unidad temática 2
Introducción a la biogeografía
Topográficamente, América del Sur se divide en tres secciones: la cordillera, las tierras
bajas del interior, y el escudo continental. La cordillera de los Andes destaca por ser
la cadena montañosa más larga y joven del mundo, así como la más alta después
de los Himalayas. Naciendo en las profundidades oceánicas, se yergue desde el
sudeste del archipiélago de Tierra del Fuego, siguiendo un trazo paralelo a la costa
del Pacífico, para diversificarse en el norte, abriéndose en dos brazos, uno hacia el
istmo de Panamá y otro bordeando la costa
caribeña. El origen de la cordillera es el resultado de
la subducción de la placa de Nazca bajo la placa
suramericana a una velocidad cercana a los 9
cm/año. Pasa por Argentina, Chile, Bolivia, Perú,
Ecuador, Colombia y Venezuela. Varios de sus picos
más altos superan los 6000 m s. n. m. (metros sobre el
nivel del mar), como el Aconcagua (6961 m s. n. m.),
el Nevado Huascarán (6768 m s. n. m.), o el Nevado
Sajama (6542 m s. n. m.) la montaña más alta que
tiene Bolivia.
https://www.youtube.com/watch?v=DkFJE8ZdeG8
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1. La Biogeografía.
Todos los seres vivos viven en una porción más o menos grande del planeta, continua
o discontinua, que puede ocupar prácticamente casi todo el planeta, como el ser
humano (Homo sapiens), o un espacio muy reducido, como el janchicoco
(Parajubaea torallyi) una palmera endémica de Bolivia que se encuentra en el Área
Natural de Manejo Integrado El Palmar de Chuquisaca (Figura 1). Este espacio del
planeta que ocupa cada especie, es lo que se llama el área de distribución.
Técnicamente, también puede definirse como el conjunto de lugares en los que se
hallan individuos del mismo taxón (Sanchis et al, 2004).
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A. B.
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Figura 2. Áreas de distribución de los osos polares (Reeder et al, 2005), palmeras
(Joleaud citado en Lacoste et al, 1973), y pingüinos (Acosta, 2004). Elaborado por
Alberto Díaz, 2019.
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con otros organismos (Alcaráz, 2008). En general, se habla de un centro de origen,
que es donde se ha formado la especie, y un centro de área, que se considera como
un centro de dispersión o diversificación, en donde hay un mayor número de especies
de un género y una mayor concentración de individuos, y desde donde se van
dispersando hacia el exterior (Ferreras, 1999).
Las áreas de distribución son siempre muy diversas y dependen de la influencia de los
factores externos e internos en cada especie. La climatología puede llegar a ser un
factor determinante, muchas veces, las isotermas coinciden con el límite de un taxón
(por ejemplo, el límite nororiental del haya coincide con las isoterma de -3ºC de
enero), pero también son importantes los recursos propios que cada especie tiene
para propagarse y adaptarse a los espacios nuevos que va conquistando. La
capacidad de adaptación frente a nuevas condiciones es vital, en este sentido se
distinguen dos tipos de especies: las eurícoras con gran capacidad para adaptarse,
por lo que pueden vivir en distintos tipos de hábitats como las algas cianofíceas que
pueden localizarse en fuentes termales, zonas de nieves perpetuas, aguas sulfurosas,
zonas fangosas, zonas salobres, etc.; y las especies esterícoras, que tienen poca
capacidad para adaptarse, y deben vivir en enclaves restringidos.
Otros factores que influyen en las áreas de distribución son: el origen de la especie, su
capacidad para dispersarse y reproducirse, la competencia con otras especies, la
posibilidad de migrar a otras zonas, los elementos geográficos, los cambios a nivel
planetario (cambios climáticos, terremotos, meteoritos), entre otros.
En general, dentro de los factores que influyen en la distribución de los seres vivos se
debe distinguir entre factores propios (que dependen únicamente de la especie), y
factores externos (que depende de los elementos naturales y los seres que rodean a
la especie).
Los factores propios de una especie más importantes a tener en cuenta son: la
capacidad de colonización, la capacidad reproductora y diseminadora, la fertilidad,
la capacidad de adaptación al medio, la capacidad para competir con otras
especies, capacidad genética, entre otras. Una de las características más
determinante es la amplitud o valencia ecológica puesto que cuanto mayor esté
adaptada una especie a las diferentes condiciones ambientales, mayor será su
territorio potencial. Las especies cosmopolitas como las ratas o las palomas suelen
estar mucho más adaptadas a rangos altos de temperatura, humedad, etc. que las
especies endémicas. Por ello, en relación a la valencia ecológica, se suele diferenciar
entre dos grupos de especies. Las especies eurioicas que son aquellas que se
caracterizan por ser poco exigentes respecto a los valores alcanzados por un
determinado factor, es decir, poseen una gran amplitud ecológica. Y las especies
estenoicas que, por el contrario, son muy exigentes respecto a los valores alcanzados
por un determinado factor, y tienen un límite de tolerancia ambiental muy bajo. En
general, las especies eurioicas suelen tener muchas crías y son generalistas, en
cambio las especies estenoicas tienden a tener pocas crías y suelen criarlas hasta su
juventud, son especialistas.
Los factores externos están relacionados con las condiciones ambientales que
rodean a la especie. Los más importantes son la luz, la temperatura, las
precipitaciones, la topografía, el suelo, el fuego, el viento, la presión, la atmósfera y la
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interacción con otras especies. A todos estos factores hay que sumarle el tiempo. La
naturaleza no es un ente estático, sino todo lo contrario, es totalmente móvil y
cambiante. Existen cambios asociados a periodos muy largos de tiempo que son
estudiados por los geólogos y paleontólogos, y cambios biológicos que ocurren en
periodos o en ciclos de tiempo más cortos, y que son analizados por la fenología. Esta
ciencia se encarga, por tanto, del estudio de los fenómenos biológicos asociados a
un cierto ritmo estacional (Sanchis et al, 2004), que ocurren repetidamente a lo largo
de los años, las estaciones, los días, los ciclos de temperaturas, las épocas de lluvias.
a) La luz
La luz es un factor muy importante para la mayoría de los seres vivos, aunque es
especialmente determinante para las plantas, puesto que hace posible la fotosíntesis.
La energía procedente del sol genera energía lumínica y energía calorífica, y estas
son aprovechadas por todos los seres vivos.
Las características más importantes que se debe tener en cuenta de la luz son: su
intensidad, color, cantidad y periodicidad, todas con una gran variabilidad temporal,
tanto a lo largo del día, como a lo largo del año.
- del suelo, en función de su color, los suelos pueden repeler o absorber luz, por
ejemplo, un suelo cubierto de nieve refleja una gran cantidad de luz.
Para las plantas y la fauna acuática hay que tener en cuenta que la reflexión y la
absorción de luz por la masa de agua, es muy alta, y por tanto, la cantidad de luz
que puede penetrar es muy pequeña. Siempre, a mayor profundidad existe menos
luz, pero dependiendo de la cantidad de luz inicial, la turbidez del agua, el número
de partículas en suspensión, etc. la luz podrá alcanzar una mayor o menor
profundidad. Generalmente, en los primeros 10 o 12 metros de profundidad sólo llega
un 50% de la luz solar, y a partir de los 50 metros los seres vivos ya no pueden
aprovechar los rayos del sol y la fotosíntesis, por tanto, ya no es posible (Lacoste, 1973).
Sin duda, este hecho es clave en el medio acuático, puesto que la luz es un factor
limitante dentro del agua que determina la zonificación y la distribución de las
comunidades animales y vegetales en función de las necesidades lumínicas de cada
organismo y limita la expansión de los seres fotosintéticos (y seres asociados a ellos) a
los primeros 50 metros de profundidad.
b) La temperatura
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tener en cuenta que los valores extremos se observan en los desiertos fríos y calurosos,
aunque se pueden alcanzar valores de temperatura del suelo de 70ºC o más, incluso
en las latitudes templadas.
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140°C y 180°C (Müller, 2012).
Paul Müller en su libro Aspect of zoogeography (1979) cita una serie de reglas
zoogeográficas, más o menos ciertas, que relacionan algunas características
anatómicas de ciertos animales "homeotermos" con la geografía y el clima en el que
viven.
- Regla de Allen: asegura que la longitud de varios apéndices, como patas, cola
y orejas, tiende a disminuir en climas muy fríos.
- Regla de Gloger: afirma que las subespecies de las zonas más cálidas y
húmedas poseen una pigmentación más intensa que las subespecies de las
zonas más frías y secas.
- Regla de Hesse: establece que el peso relativo del corazón aumenta en los
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climas más fríos.
Pero también hay especies que combinan estas tres modalidades, por ejemplo,
muchos murciélagos y pequeños pájaros que son poiquilotérmicos y
bradimetabólicos cuando descansan, y entran en torpor, un estado fisiológico
caracterizado por una gran disminución de los niveles metabólicos y de la
temperatura corporal, que puede ser diario, como en los colibríes y los murciélagos,
o bien estacional, como en la hibernación de los osos , una condición muy interesante
que les permite sobrevivir en ambientes extremos.
Una forma curiosa de termorregulación es la realizada por las abejas. Una de ellas por
sí sola no puede controlar su temperatura corporal, sin embargo, la comunidad de
las abejas puede controlar la temperatura de la colmena. Si la temperatura sube
demasiado algunas abejas se sitúan en la entrada y comienzan a batir las alas
creando una corriente de aire que ventila la colmena; cuando la temperatura baja
demasiado, las abejas cesan sus actividades habituales y se agrupan en torno a la
abeja reina formando una piña o enjambre en el centro de la colmena, para evitar
la pérdida de calor, después a medida que las abejas situadas en las capas exteriores
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de la piña se van enfriando pasan al interior de ésta, siendo reemplazadas por abejas
de capas más interiores (Wikipedia).
Los animales tradicionalmente llamados animales de sangre fría, son aquellos que no
poseen una regulación térmica interna. Su temperatura corporal varía en función del
ambiento, por ello, están condicionados en gran medida por la temperatura exterior,
como la serpiente de cascabel (Crotalus polystictus) que necesita ambientes cálidos
todo el año, especialmente en las épocas de celo y reproducción (Lozano Valencia,
2000). Antiguamente se creía que los animales de sangre fría (genéricamente
anfibios, reptiles y peces) eran esclavos de su ambiente, pero en la actualidad se
sabe que esta afirmación no es del todo cierta.
Al igual que en los animales de sangre caliente, los animales de sangre fría suelen
combinar estos tres tipos de formas de termoregulación. Por ejemplo, los peces varían
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la profundidad a la que nadan para buscar una temperatura adecuada, otros
animales se entierran bajo tierra para evitar un exceso de calor.
c) La precipitación
La distribución del agua y las lluvias en el planeta es muy desigual, existen zonas del
planeta como el desierto de Sáhara o el desierto del Gobi donde apenas llueve un
par de días al año, mientras que en zonas tropicales y monzónicas hay lugares donde
llueve todos los días del año. En la Tierra el lugar donde se registran la mayor cantidad
de precipitaciones es en las faldas de Himalaya, con más de 12.000 mm/año, mientras
que el área más seca del planeta se localiza en el desierto de Atacama, y en el
Sáhara Central en donde no se superan los 10 mm/año. Estas grandes variaciones de
precipitaciones junto a la distribución de las temperaturas, son los dos grandes
factores que generan los distintos tipos de formaciones vegetales
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La lluvia depende de:
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a poco el suelo y las plantas la pueden tomar mejor. En cambio, cuando la lluvia cae
intensamente, en forma de chaparrón, el agua no profundiza, ni empapa, y aparece
en forma laminar, que produce erosión en las vertientes y pérdida de elementos
superficiales del suelo, y esto, en general, perjudica al desarrollo de la vegetación
(Ferreras Chasco, 1999). Pero además de la lluvia, la nieve o el granizo, las plantas
también pueden coger el agua de las llamadas precipitaciones ocultas, como el
rocío, el agua freática, el agua de escorrentía, humedad, la niebla, etc. (Bach, 2003;
Alcaráz, 2008).
Otras plantas llamadas suculentas almacenan agua dentro de sus tejidos para poder
usarla de forma ahorrativa en la época más desfavorable. Algunas de estas plantas,
almacenan el agua en las hojas como el agave, el aloe vera, otras en el tallo como
los cactus, y otras en las raíces. Muchas de estas especies suculentas son capaces de
vivir sin agua durante más de un año.
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Las precipitaciones repercuten en el comportamiento de los animales. En algunos
coleópteros y en muchos anfibios, sus ciclos vitales dependen de los ciclos de lluvia,
para los anfibios en particular, la escasez de precipitaciones directamente es un
factor limitante de primer grado, puesto que estos seres necesitan humedad
ambiental para sobrevivir. Muchas aves como los patos, están especialmente
adaptadas a espacios con abundante agua como los cursos de agua, lagos,
lagunas, pantanos, en donde pueden conseguir su alimento.
A. B.
d) El relieve
A nivel general, el relieve y los movimientos de las placas tectónicas han marcado la
evolución de la vida y son unas de las causas de la actual distribución de los seres
vivos. Los accidentes geográficos, como las montañas, las islas, los lagos, los mares,
los ríos, los océanos, permiten o interrumpen la expansión de los seres vivos, y
provocan la creación de especies endémicas y vicariantes. En algunos casos, una
misma área puede ser a la vez, puente y barrera, como el istmo de Panamá, que
impide la comunicación de dos grandes océanos, pero permite la expansión de los
animales terrestres a través de América.
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Las montañas provocan la formación de pisos de vegetación y de fauna, y en ellas
existen grandes diferencias entre sus vertientes. Suele haber una vertiente de solana,
que recibe más luz, y una vertiente de umbría, que tiende a recibir menos cantidad
de luz, debido al movimiento del sol en el horizonte. También suele haber una
vertiente más lluviosa, que tiende a estar expuesta a vientos húmedos de
procedencia marina y que se denomina vertiente de barlovento, y una vertiente
menos lluviosa, más seca (por el caldeamiento y la desecación que experimenta el
aire al descender) y generalmente más cálida, llamada vertiente de sotavento.
En la alta montaña las temperaturas medias suelen ser muy bajas, la amplitud térmica
diaria muy alta (por los procesos de insolación e irradiación que se producen a lo
largo del día y la noche), la luminosidad mucho mayor que en los llanos, y suele tener
nieve. Debido a estas características, el periodo vegetativo normal se altera, y obliga
a las plantas de la alta montaña a desarrollar capacidades especiales (Meneses et
al 2015). En general, estas plantas, como defensa a la altitud y al clima de montaña
reducen sus partes aéreas, densifican su aparato vegetativo, reducen la superficie
foliar y engrosan sus hojas.
e) El suelo
El suelo tiene una fuerte relación con los seres vivos, éstos ayudan a su formación
mediante la meteorización de la roca con los líquenes, con acción de las raíces de
los árboles o con la acción mecánica de los animales subterráneos que aportan restos
orgánicos, airean el suelo, forman el humus, etc.; el suelo en respuesta, aporta y regula
el agua y los nutrientes que las plantas necesitan, es el soporte y el refugio de los
animales (como la lombriz y otros invertebrados, o ratones y conejos), y es el lugar de
fijación de las plantas.
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permeabilidad o facilidad de percolación del agua, el perfil, el color, la textura, la
estructura, la profundidad, la capacidad de aportación de nutrientes y su
composición química.
f) El fuego
Los incendios son una gran catástrofe, por ello se han ideado diferentes formas de
control y predicción. A nivel mundial existe una mayor concentración de incendios
en áreas con influencia humana, puesto que los incendios raramente son provocados
de forma natural (por rayos). Los incendios tradicionalmente han sido usados por el
ser humano en la ganadería, para eliminar el estrato arbóreo y convertirlo en pasto
de forma que sólo se mantenga el estrato herbáceo para el alimento de los animales.
g) El viento
El viento es otro importante factor, se genera por el movimiento de las capas de aire,
y es especialmente determinante en llanuras, desiertos y crestas de montañas, en
donde su fuerza es mucho mayor. El viento influye sobre los seres vivos pero también
sobre el microclima y sobre otros factores como la temperatura, la humedad, el fuego
o la nieve. Los parámetros más importantes del viento son: la dirección y la velocidad.
Los efectos del viento sobre los seres vivos son muy variados, y en ocasiones
determinantes. En las plantas cabe destacar:
- En áreas de montaña, hace que el frío sea más intenso, aunque normalmente
el viento mueve el aire generando calor.
- En áreas situadas a una gran altitud, el viento es una de las causas que provoca
el enanismo en algunas especies vegetales.
h) La atmósfera
Como afirman James Lovelock (1972, 1988) y Lynn Margulis (1991, 2003) en la teoría
de Gaia, si se compara la atmósfera de la Tierra con las de Venus y Marte se observan
grandes diferencias en su composición química a pesar de que los tres planetas
tienen orígenes similares. Venus y Marte tienen atmósferas con una alta proporción
de dióxido de carbono (96.5 % y 95.32%, respectivamente) y con muy poco oxígeno
y vapor de agua, mientras que la atmósfera de la Tierra tiene una buena proporción
de gases de origen orgánico y muy poco dióxido de carbono (sólo 0,04 %). La
atmósfera de la Tierra, por lo tanto, "no se explica sin el conocimiento de la
producción biológica y el secuestro de elementos móviles como el hidrógeno, el
carbono, el oxígeno y el nitrógeno" (Lynn Margulis, 1991).
El valor del dióxido de carbono (CO2) suele ser constante, aunque en formaciones
vegetales densas puede haber escasez, por lo que la renovación del aire es
importante. En alta montaña el aire suele contener menor cantidad de CO 2 al ser un
gas pesado, por ello algunos autores relacionan esta causa con el enanismo de las
plantas de altura. Por otro lado el aumento relativo del CO 2 en la atmósfera puede
ser positivo para el desarrollo de la planta, de hecho el aumento de este gas favorece
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a la plantas C3, aunque perjudica a muchas otras especies (Ferreras Chasco, 2000).
Aunque en principio, se puede afirmar que todos los seres vivos del planeta forman
un gran conjunto en el que se producen numerosas interrelaciones, y en el que todos
dependen en cierta media de todos, creando un sistema que se retroalimenta y
evoluciona (Lozano Valencia, 2000).
Entre los árboles y los animales suele haber una relación de cooperación, puesto que
las plantas proporcionan a la fauna oxígeno, agua (que acumulan y emiten a través
de la evapotranspiración), alimento (directo e indirecto), refugio, cobijo, etc. en
general, cuanto más desarrollado y estratificado está un bosque más animales
habitan en él. Por su parte la fauna ayuda a polinizar y a germinar las plantas
(haciendo que las plantas puedan viajar), y aportan materiales orgánicos al suelo,
para que los vegetales y los hongos puedan alimentarse.
En la naturaleza hay muchos ejemplos de simbiosis entre seres vivos, como los líquenes,
que son organismos formados por la unión simbiótica de un hongo (llamado
micobionte), y un alga (llamada ficobionte) o una cianobacteria.
A. B.
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Fotografías de https://bio.botany.pl/lichens-bolivia/es,galeria,galera,1.html
No hay que olvidar que todos los seres pluricelulares son seres simbióticos, puesto que
se dan relaciones simbióticas entre las células que forman cada organismo y los otros
seres vivos que habitan dentro de él. Por ejemplo, dentro de cada ser humano, habita
junto a sus propias células (unos 10 billones de 200 tipos, entre células de la sangre,
del intestino, del corazón, neuronas), una gran microbiota (un pequeño ecosistema o
microbioma humano) formado por unos 100 billones (aunque las cifras varían mucho
en función de cada estudio) de bacterias, arqueas, virus, hongos, que colaboran en
la digestión, producen vitaminas, hormonas y otros compuestos orgánicos y ayudan
al sistema inmune eliminando o frenando el crecimiento de patógenos o estimulando
la creación de anticuerpos (Murray et al, 2009; Cárdenas, 2012).
Pero las relaciones entre plantas y animales no siempre son positivas, la aparición de
nuevos parásitos, la presencia de hongos o bacterias, la implantación de especies
invasoras, etc. pueden limitar la expansión y progresión de un taxón e incluso llegar a
eliminarlo.
Quizá los mayores avances de esta ciencia se hicieron a partir del siglo XX, gracias al
avance científico y tecnológico. El ser humano pasó de volar unos metros en aviones
de madera (como lo hicieron los hermanos Wright el 17 de diciembre de 1903) a viajar
a la Luna (misiones Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17 de 1969 a 1972) o instalar estaciones
espaciales alrededor de la Tierra (la Skylab de Estados Unidos de 1973 a 1979, la Mir
rusa de 1986 hasta 1996, o la estación espacial internacional cuyo primer módulo fue
instalado en 1998). Estos avances fueron acompañados de mejoras sanitarias, un
aumento del rol de las universidades, la industrialización, el desarrollo de la
electricidad, el auge de los medios de transporte, la mejora de los sistemas de
telecomunicación, la creación de leyes para la conservación del medio ambiente,
etc.
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los seres vivos (en el presente y en el pasado), consiguió aprovechar al máximo las
tecnologías informáticas, estudió con precisión las migraciones de muchas especies
de fauna y flora. Entre los hechos y avances científicos más destacables del siglo XX y
que más ayudaron al desarrollo de la biogeografía destacan los siguientes:
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estableciera que los genes estaban formados por una sustancia química
llamada ADN (en 1928), hasta el desarrollo de la ingeniería genética actual y
el descifrado del código genético humano. Griffith y Hunt demostraron que los
cromosomas son los portadores de los genes. Belozersky aisló ADN en forma
pura por primera vez y en abril de 1953 Nature publicó el trabajo de Crick y
Watson que habían descubierto la estructura del ADN con una doble hélice
que forma una espiral (gracias a los análisis cristalográficos por rayos X de
Rosalind Franklin). Tras estos avances, comienzan los primeros trabajos de
ingeniería genética y se crean los primeros animales transgénicos.
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desarrollo de la electricidad (a principios de siglo XX) y de las tecnologías
informáticas (a mediados y finales del siglo XX). Todos los campos (óptica,
electrónica, física, química, biología, medicina, astronomía, mecánica y más
tarde robótica, ingeniería espacial, telecomunicaciones) quedaron
beneficiados de este proceso.
29
4. La tectónica de placas
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conocemos.
Hace alrededor 70 millones de años, Sudamérica quedó separada de todos los otros
continentes y pasó a ser una isla gigantesca (de manera análoga a Australia hoy).
Finalmente, tan solo 3,5 millones de años atrás se formó el istmo de Panamá, que unió
a Sudamérica con Norteamérica.
El segundo factor biogeográfico más importante ha sido el de las glaciaciones, al
menos en tiempos relativamente más recientes. En determinados momentos de la
historia de la Tierra, en especial en los últimos dos millones de años, el planeta se ha
enfrentado a períodos muy fríos (glaciaciones), en los que masas de hielo cubrieron
importantes sectores del globo, en especial en el hemisferio norte y en las montañas.
Estos eventos históricos han alterado la fisionomía de la faz de la Tierra (y continúan
haciéndolo) y han implicado la aparición de barreras en unos casos, o corredores, en
otros, y han modificado el clima, a veces de manera drástica. Esto ha repercutido de
manera muy diferente sobre los grupos de organismos que han habitado alguna vez
el planeta, reaccionando de tres maneras diferentes:
1) Se han adaptado, es decir, han evolucionado respondiendo a las presiones
ambientales.
2) Han migrado, buscando climas que se acomodaran a sus necesidades.
3) Se han extinguido.
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En cierto momento de su historia, el continente estuvo separado de los otros
continentes (separación que duró millones de años), y funcionó como una verdadera
y gigantesca isla, de modo parecido a lo que ocurre con Australia hoy en día.
Finalmente se unió a Norteamérica hace sólo 3,5 millones de años mediante el istmo
de Panamá, lo que permitió una migración de plantas y animales entre los dos
continentes. Estos eventos han configurado su biota.
33
en provincias (Costa, 1998).
Más tarde, el botánico alemán Adolf Engler publicó junto con Carl Georg Oscar
Drude: “Vegetation der Erde” (La vegetación de la Tierra) una gran obra de 15
volúmenes, editados entre 1896 y 1923. En estos libros, Engler y Drude, dividen a la
Tierra, al igual que otros botánicos de la época como Turrill o Tolmatchev, en cinco
reinos: Septentrional o boreal, Paleotropical, Central, Suramericano o Neotropical y
Australiano o Meridional, y añaden un sexto reino, que denominan Oceánico, y que
agrupaba el territorio de todos los océanos y mares del planeta. Además, Adolf
Engler, en 1895, publicó una división botánica de África en su obra: “Die Pflanzenwelt
Ost-Afrikas und der Nachbargebiete” (La Vegetación de África del Este y Regiones
Adjuntas).
Posteriormente, en 1947, el botánico y fitogeógrafo inglés Ronald D'Oyley Good
presentó en su libro “The geography of flowering plants” una clasificación muy
detallada y completa, que fue ampliando y mejorando en diversas reediciones. En su
clasificación planteaba seis reinos (aunque los denomina regiones): Boreal,
Paleotropical, Neotropical, Sudafricano (Capense), Australiano y Antártico, que son
subdivididos en 37 provincias y 117 distritos.
La división de Good es muy característica puesto que todos los reinos (e incluso
muchas provincias y distritos) tienen una distribución marcadamente zonal u
horizontal (ya que tienden a seguir la dirección que marcan los paralelos), debido a
que da una gran importancia a los bioclimas y zonas bioclimáticas.
- En las altas latitudes septentrionales del planeta, al norte del trópico de
Cáncer, y ocupando gran parte de Norteamérica y Eurasia, sitúa el gran reino
Boreal u Holartico. Es un reino enorme, prácticamente continuo, puesto que
Norteamérica y, Asia están conectados por el estrecho de Bering y el arco
insular de las Aleutianas, y entre Europa y Norteamérica se encuentran:
Islandia, Groenlandia y las islas del noreste de Canadá (que son islas con un
bioclima muy similar).
- Entre el trópico de Cáncer, y los paralelos 40-50, se localizan los reinos
Neotropical en Centroamérica y Sudamérica, Paleotropical en Africa y el sur
de Asia, y el reino Australiano. Estos reinos se sitúan en las zonas ecuatoriales,
tropicales e intertropicales del planeta, y delimitan con el reino Holártico o
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Boreal por medio de un sistema de desiertos y montañas (Mojave y Sonora en
América, el Sáhara en África, el Himalaya en Asia). Además, en estos reinos
aparecen especies y ecosistemas similares (a pesar de su composición
taxonómica tan diferente), especies relictas comunes, y sobretodo especies y
formas ecológicas convergentes. En este sentido, destacan las selvas
tropicales de América, África y Asia, y las plantas suculentas de las zonas áridas
(cactáceas en América, y aizoáceas y euforbiáceas en África).
- Finalmente, en las tierras situadas en la zona más meridional del planeta, en
Sudamérica, la Antártida y Nueva Zelanda Ronald Good sitúa al reino
Antártico.
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