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El Viaje del Agua

Había una vez un pequeño riachuelo llamado Río, que vivía en las altas
montañas. Río estaba muy triste porque quería viajar y conocer nuevos lugares,
pero no sabía cómo hacerlo. Un día, el sol brilló con fuerza y sus rayos cayeron
sobre Río, calentándolo. Río comenzó a sentir algo diferente: ¡se estaba
evaporando!
Al evaporarse, Río se convirtió en una nube blanca y esponjosa llamada
Nubecita. Nubecita flotó en el cielo y vio un mundo completamente nuevo desde
arriba. ¡Estaba emocionada por su aventura! Viajó sobre valles, montañas y
campos verdes, saludando a los pájaros y sonriendo al sol.
Pero Nubecita también empezó a sentirse pesada. De repente, empezó a caer
en forma de gotitas sobre un lugar desconocido. ¡Había llegado a un bosque
mágico! Cada gotita que caía se convertía en Rocío, y el bosque estaba muy
agradecido por esta bendición. Las plantas y los animales bebían el Rocío y
crecían fuertes y hermosos.
Rocío se encontró con una linda flor llamada Florita. Florita estaba triste porque
necesitaba agua para crecer, pero no había llovido en mucho tiempo. Rocío se
ofreció a ayudar y le contó su historia de cómo solía ser el Río. Florita y las
demás flores sonrieron, agradecidas por la ayuda de Rocío.
La historia de Rocío se extendió por todo el bosque, y todos los seres vivos
entendieron la importancia del agua. Se dieron cuenta de que el agua no solo les
daba vida, sino que también les conectaba a lugares distantes. Rocío se convirtió
en una heroína para el bosque y cada vez que llovía, sabían que era ella quien
estaba viajando para darles su regalo.
Y así, Rocío aprendió que aunque su forma había cambiado, seguía siendo parte
de algo grande y valioso. Ya no era solo un riachuelo, sino una historia de viaje
y conexión que inspiraba a todos a cuidar y compartir el agua, para que siempre
hubiera belleza y vida en cada rincón del mundo.
Y así, niños y niñas, recuerden que el agua es como Rocío, viajando por todo el
mundo para llenar de vida cada lugar al que llega. Cuidemos y compartamos el
agua para que la naturaleza siempre sonría y crezca en abundancia.

Alexandra Palestini Sifuentes

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