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21/08/2023

“Interiorismo y Género: Elsie de Wolfe (1865-1950)”.


RESEÑA

ARQ. MÓNICA QUIRINO


MAESTRÍA EN DISEÑO DE INTERIORES Y AMBIENTES ARQUITECTÓNICOS
HISTORIA DEL DISEÑO DE INTERIORES
“Interiorismo y Género: Elsie de Wolfe (1865-1950)”.
Trabajo final de grado, Elena Juan Navarro, Universidad Politécnica de Valencia.

El presente texto hace reseña al trabajo de investigación elaborado por Elena Juan
Navarro el cual se centra en la vida, obra y análisis del contexto de la primera
diseñadora de interiores de la Historia: Elsie de Wolfe.

Desde un enfoque de género, la autora contextualiza la vida de esta gran


mujer del siglo XX y de su trabajo por la reivindicación de la posición del sexo
femenino en el diseño y la vida laboral, asi como en la vivienda, donde la
consideraba como el pilar fundamental de un hogar.

Elsie fue un referente en moda, diseño, decoración y sociedad. Era una mujer
sofisticada, de la alta sociedad, nacida en Nueva York en 1859. Las comodidades
económicas y el estatus social brindado por su familia le permitieron estar en
contacto con conceptos como el “estilo” o la “belleza”, además de crear grandes
relaciones y despreocuparse para enfocarse plenamente en el desarrollo de su
profesión.

Rebelde para su época, Elsie sigue siendo uno de los referentes del
feminismo y la homosexualidad. Compartió gran parte de su vida y obra con su
pareja Elizabeth “Bessie” Marbury, quien para su época la reconocían como su
compañera y les llamaban un “Boston Marriage”, un concepto utilizado para definir
la relación entre dos mujeres que convivían juntas y sin ningún apoyo masculino.
Sin embargo, en 1926, contrajo matrimonio con Sir Charles Mendl, un diplomático
británico, y aunque vivían de manera separada e independiente, era un matrimonio
de conveniencia donde ambos ganaban estatus al estar juntos.

Su relación en la alta sociedad le permitió abrirse paso a grandes encargos


de diseño de interiores, donde podía darse a conocer y ganar campo laboral. Su
primer encargo oficial fue en 1905, por el diseño del primer club social de mujeres
de la alta sociedad neoyorkina, el Colony Club, donde asombró a todas sus
asistentes por el gran cambio, muy distinto a todo lo visto anteriormente en
interiorismo, además del buen gusto de la diseñadora. No sólo dio un giro de 360
grados al diseño de interiores, antes oscuro y ostentoso; sino que logró plasmar sus
enfoques de diseño, posteriormente descritos en su libro más importante “The
House in Good taste”, y convertirlos en las bases de lo que ahora conocemos como
diseño moderno.

La transición de finales del siglo XIX y principios del siglo XX fue un punto de
inflexión importante en el diseño tanto arquitectónico como de interiores. Se fueron
dejando atrás estilos de ostentación y grandeza como el Neo-rococó o la
recuperación del gótico, que difícilmente se adaptaban a las nuevas viviendas cada
vez más compactas y confortables. Fue entonces, en los primeros años del siglo
XX, cuando aparecieron una gran cantidad de nuevos ricos, lo cual provocó una
demanda de profesionales que diseñaran los interiores de sus viviendas buscando
un alto estatus social. Veían a su vivienda como un vehículo de expresión que
buscaba dejar patente el estilo de sus propietarios y su poder adquisitivo.

Aunque la industrialización y sus procesos habían traído un gran avance en


otros aspectos, la fabricación de copias u objetos más baratos facilitaba el
sobrecargar los hogares con elementos innecesarios, y siendo las mujeres quienes
decoraban los interiores y a quienes se les culpabilizaba por verse extravagante o
recargado.
Elsie, siendo el principal estandarte de las mujeres en su profesión, abogaba
en sus escritos sobre la importancia de la mujer dentro del hogar, y como ellas
podrían comprender el espacio, su función y necesidades mejor que cualquier otro.

‘A man may build and decorate a beautiful house, but it remains for a woman
to make a home of it for him. It is the personality of the mistress that the home
expresses. Men are forever guests in our homes, no matter how much
happiness they may find there.’

Si bien es cierto, los roles de género han cambiado y se han mezclado cada
vez más a lo largo de las décadas. Ya no sólo es la mujer quien se queda en casa
y la mantiene presentable, sino que cada vez más se resalta la importancia de que
el hombre se vea involucrado en las tareas del hogar. Sin embargo, sigue existiendo
este instinto femenino por ver de tu casa como una tarjeta de presentación y buscar
hacer de ella un hogar que represente a la familia.

El trabajo de De Wolfe fue de suma importancia en la visibilidad de los


derechos laborales de la mujer pues la posicionaba en un punto de poder y le
otorgaba derechos en el gobierno de su entorno. Suponía romper la barrera entre
la esfera doméstica y privada (mujeres) y la esfera pública del trabajo (hombres),
además de lograr empoderar a la mujer y hacerle ver que, si era capaz de amueblar
y diseñar su propia casa en la vida, no debía dejar todas las decisiones en manos
de un arquitecto que lo haga a su manera.

En cuanto a las ideas de diseño de De Wolfe, la idoneidad, simplicidad y


proporción están muy presentes en su obra. En sus diseños iba en contra de la
ornamentación excesiva, todo aquello que no fuera útil no era importante dentro de
la habitación, buscaba mezclar mobiliario de distintas épocas y lugares, espacios
claros y limpios, sensación de amplitud, luminosidad, espacios que provocaran paz
e incitaran a la actividad para la cual fueron destinados, sin necesidad de buscar
pretender algo más.
Esencialmente la diseñadora buscaba
eliminar sensaciones como la pesadez,
oscuridad, pequeñez, ostentosidad y opresión
que se podían observar en todos los diseños
de la época. Para la conexión entre espacios,
era esencial si encontrar la privacidad
mediante cortinas o puertas, pero sin encerrar
estas habitaciones a la luz o ventilación. En
las telas combinaba colores y texturas que
reflejaran la luz del espacio, por lo regular
patrones con flores o algo que sobresaltara a
la naturaleza y le diera vida al ambiente.

En cuanto a la iluminación, muchos de los diseñadores y arquitectos se


rehusaban a la incorporación de la luz eléctrica en sus obras, ya que además de
costosa les parecía muy brillante. Por el contrario, las obras de De Wolfe nos
muestran lo que para ella era el correcto uso de la luz artificial, siendo esta
únicamente necesaria durante la noche, cuando ya no hubiera entrada de luz
natural. Defendía la planificación exhaustiva de las instalaciones de las viviendas
para hacerlas flexibles y que se pudiesen adaptar a los cambios de las necesidades
de los usuarios a lo largo del tiempo; definitivamente una de las ideas más
revolucionarias y actuales de la diseñadora.

La materialidad que usaba se basaba en colores claros en paredes y piso, de


forma que sólo resaltaba con colores vivos aquellos objetos que quería destacar,
escogiendo los colores adecuados dependiendo la estancia y su función. El chintz
era el tejido más usado por la diseñadora, no era tan caro y se podía encontrar en
múltiples colores y cientos de diseños diferentes.

La distribución de las viviendas durante el siglo XIX resultaba compleja y


variable, manejando distintos niveles de privacidad y una separación de usos muy
marcada. Elsie de Wolfe marcaba los puntos importantes de tomar en cuenta
durante el diseño de cada espacio, basándose en su función, orientación y conexión
con otros, involucrando asi desde el tipo de mobiliario, cantidad, colores, y más
importante la posición de ellos dentro del espacio, de manera que generaran confort
para sus usuarios al momento de realizar sus actividades. Además, empezaba una
tendencia en la que simplificar el número de salones era una constante, tal como lo
vemos hoy en día donde la conexión y simplificación de los espacios es esencial
para una vivienda cómoda.

Elsie de Wolfe es un referente de su profesión y de su época. La claridad y


fuerza de sus ideas, tanto como para sus diseños como para sus ideales influyeron
en el futuro de varias generaciones posteriores. Algunos autores la describen como
una “snob con limitaciones”, se involucraba en la alta sociedad y tenía fuertes
ideales democráticos y sociales.

Marbury y De Wolfe estaban involucradas en la lucha por el sufragio


femenino, que se hizo realidad en 1920. Defendía la disolución de los matices
masculinos y femeninos, la independencia de la mujer, válida para dirigir cualquier
ámbito, rompiendo la barrera entre lo público de un empleo y la privacidad de los
hogares. Un completo símbolo de la historia del feminismo.
Referencias
Gómez, B. .(28/06/2020). Lesbiana y rica por méritos propios: las dos vidas de Elsie
de Wolfe, la inventora del interiorismo moderno. El País, Icon Design.

Juan, E. (2017). Interiorismo y género: Elsie de Wolfe (1865-1950). Valencia:


Universidad Politécnica de Valencia

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