Pasajes bíblicos de estudio: Efesios 5:1-2; Santiago 1:19

Versículo para memorizar: “... todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar,
tardo para airarse” Santiago 1:19.
Propósito de la lección: Comprender que para desarrollar relaciones sanas necesitamos
incorporar la escucha activa en nuestra vida diaria.

Introducción sarrollan por arte de magia. No nos las regalan y tampo­

co podemos adquirirlas en algún comercio de la zona.
Como seres humanos, fuimos creados para vivir en
Las relaciones sanas no son aquellas que idealizamos en
relación. La vida en relación es parte de nosotros, de
nuestra mente, libres de conflictos y situaciones adversas.
nuestra constitución como seres humanos. Esto lo he­
Por el contrario, las relaciones sanas son el fruto del tra­
mos escuchado en reiteradas ocasiones; sin embargo, al
bajo constante, cotidiano y esforzado con el claro objeti­
mirar la realidad, parece que nos cuesta un poco enten­
vo puesto en el valor de la relación antes que el propio.
derlo en toda su dimensión.
El periodista argentino Sergio Sinay, refiriéndose a este
Recordemos que en todo el proceso creacional, la
tema, dice;“Uno de los males más repetidos que afectan
única vez que Dios dijo que no era bueno (Génesis 2:1 8),
hoy a la pareja es la falta de tiempo, de atención, de es­
fue cuando el ser humano estaba solo, enfrentando toda
pacio y de empatia para las necesidades del otro. Todo
la tarea que Dios le había encargado (Génesis 2:15). De
está bien si contribuye a mi bienestar, y todo empieza a
ahí en más, fueron dos seres humanos (varón y mujer)
fastidiar cuando requiere de mi tiempo, mi atención o mi
creados a imagen de Dios (Génesis 1:27) para vivir en
comodidad” (Sinay, Sergio. Sanar la pareja. Argentina: Edi­
relación. Una relación de igualdad, colaboración y coope­
ciones B, 201 I, p.46). Si bien Sinay se refiere a la relación
ración, sin jerarquías, autoridades ni discriminaciones. Por
de pareja, esto lo podemos aplicar a todas las relaciones.
lo tanto, cuando Dios creó al ser humano (varón y mu­
Hoy en día, se habla mucho de salir de la zona de con­
jer) lo hizo para que viva en una relación tan profunda
fort; pero, en la realidad, parece que unos pocos lo lo­
que lo represente a Él. Sí, la manera en cómo nos relacio­
gran. Y sí, es difícil salir de la comodidad por amor al otro;
namos los seres humanos representa a Dios. Pero, ¿cómo
como se dice popularmenteUNada se hace por amor al
es esto?, o ¿en qué manera podemos representar a Dios?
arte”. Parece que resulta difícil amar sin algo a cambio.
El apóstol Pablo, en su carta a los efesios, les mandó
Más aún, si nos dejamos seducir por un mundo que, de
diciendof'imiten a Dios,como hijos muy amados.y lleven
múltiples maneras, nos empuja a pensar más y más en
una vida de amor, así como Cristo nos amó" (5:1 -2 NVI).
nosotros y a buscar nuestro bienestar antes que el de
Tal vez, muchos de nosotros tomamos esto a la ligera, no
los demás. Pero eso es precisamente lo que el apóstol
con la fuerza que el apóstol lo dijo. Pero la realidad es
confrontó con el mandato a los efesios del primer siglo y
que en el mandato del apóstol Pablo está la clave para
a nosotros hoy. Él dijo:"... imiten a Dios, como hijos muy
todas las relaciones sanas. De allí se deriva todo... del
amados, y lleven una vida de amor, así como Cristo nos
amor. Entendamos que fuimos creados por el amor de
amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio
Dios (Génesis 1:26-27), su amor nos redime (Juan 3:1 6)
fragante para Dios" (Efesios 5:1 -2 NVI).
y nos invita a trasladar ese amor en nuestras relaciones
En toda relación, debemos pensar en la relación que
(I Juan 4:7-8).
Dios estableció con nosotros. ¿Cómo lo hizo? ¿Por qué
El amor es la clave de la vida. No hay vida sin amor.
lo hizo? El pasaje de Efesios nos da las respuestas: lo hizo
Pero no cualquier amor el amor que Dios modeló para
a través de Cristo y por amor. Y esto le implicó a Dios
nosotros.
salir de su comodidad, de su zona de confort (Filipen­
I. Las relaciones sanas se construyen ses 2:6-8), poner nuestra necesidad primero y darse por
Parece una obviedad, pero es necesario afirmar que completo para nuestro beneficio: la salvación. ¡Qué ma­
¡as relaciones sanas las construimos nosotros, no se de­ nera de relacionarse con la humanidad! ¡Qué manera de
enfocarse en los otros antes que en Él mismo! Pensemos
por un instante, cuánto tenía Dios para argumentar; juz­
gar y condenar a los seres humanos; ¡pero no lo hizo!
En su lugar, decidió amar para forjar una sana relación
con nosotros... Incluso, una relación sin garantías. ¡Qué
modelo nos dejó!
A menudo, decimos que en nuestra relación, Dios
tomó la iniciativa y es verdad. Pero no sólo tomó la ini­
ciativa; sino que trabajó arduamente para alcanzarnos y
establecer una relación con nosotros. Estuvo con noso­
tros en cada momento; nos dejó ser y tomar nuestras
decisiones; nos esperó con paciencia que viviéramos
nuestros procesos; nos escuchó, no nos juzgó, dialogó, ca­
lló... Todo por amor... para relacionarse con nosotros.
Por eso,'‘Nosotros le amamos a él, porque él nos amó
primero" (I Juan 4; 19).
No por nada, el apóstol Pablo dijo: “imiten a Dios”
(Efesios 5:1 NVI). ¿Queremos relaciones sanas? En la ac­
ción de Dios, tenemos las claves para nuestra vida de
relación. No importa qué tipo de relación sea, en todas
se pueden aplicar.
De ahí que Pablo siguió diciendo: "y lleven una vida de
amor..." (Efesios 5:2a NVI), lo cual implica dejarse guiar
por la decisión de amar a los demás, estableciendo re­
laciones que reflejen a Dios. La traducción de la Biblia
La Palabra dice:"... haced del amor norma de vuestra
vida..." (v.2 BLP). De esta manera, el amor se vuelve
principio normativo de nuestros pensamientos y con­
ducta. Se vuelve nuestra manera de actuar "a pesar de";
en lugar de actuar condicionado por lo que los demás
nos hacen. Vale citar aquí aquella Regla de oro que Jesús
compartió como la esencia de la ley y los profetas, y que
a menudo la decimos y la practicamos al revés. Jesús dijo:
"Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti.
Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en
los profetas” (Mateo 7:12 NTV). En reiteradas ocasiones,
la he escuchado de esta manera:“No hagas a los demás lo
que no quieres que te hagan a ti”. ¡Algo muy diferente! Lo
que plantea Jesús es tomar la iniciativa:"Haz”,es un impe­
rativo. No debemos actuar en respuesta a la acción de los
demás; sino buscando influir en la conducta de los otros.
Todas las personas queremos ser bien tratadas; pero la
pregunta que está escondida en la regla de Jesús es la
siguiente: ¿cómo tratamos a los demás? ¿Tratamos a los
demás con respeto? (I Pedro 2:17); ¿con humildad, con­
siderando a los demás como superiores? (Filipenses 2:3).
Dios nos invita a ser los constructores de relaciones
sanas y nos dejó su modelo para seguir. Recordemos que
Jesús dijo: "El amor que tengan unos por otros será la
prueba ante el mundo de que son mis discípulos" (Juan
13:35 NTV).
90
II. Las relaciones sanas se construyen con
buena comunicación
La gran paradoja de este tiempo es que, siendo la co­
municación la protagonista del momento, parece que los
seres humanos estamos incomunicados o, al menos, con
muchos problemas en esta área.
Cuando hablamos de comunicación, inmediatamente
pensamos en "hablar", en “compartir información" o en
"dar un mensaje”;y, hoy en día, incluimos lo audiovisual y
las redes sociales. Pero olvidamos casi por completo que
la comunicación incluye más que hablar, mucho más. Es
bien sabido que no más de un 30% de la comunicación
es verbal; el resto tiene que ver con lo no verbal.
Presente a los alumnos el siguiente acertijo: «Escuchar
empieza con la letra “E" y Termina, con...» La mayoría
de las personas van a responder: «Con la letra “R"». Dí­
gales que es incorrecto, y repita el acertijo sin dar otra
explicación. Repítalo inmediatamente después de que
las personas respondan incorrectamente. Si nadie res­
ponde correctamente; después de unos minutos, dígales
que la respuesta correcta es «con la letra "T”». Porque si
prestan atención, la pregunta es con qué letra empieza la
palabra "Termina", y no con qué letra termina la palabra
"Escuchar".
En este acertijo lo que se busca es revelar la falta de
atención que tenemos al escuchar. Un aspecto central en
la comunicación y que con mucha frecuencia dejamos
de lado. No podemos construir relaciones sanas sin una
buena comunicación; / para ello, escuchar es clave.
"Para conocer cómo el nieto adolescente va confor­
mando su personalidad, conviene tener en cuenta un
lema: Escuchar, escuchar, escuchar... y alguna vez hablar"
(Recuperado de https://www.hacerfamilia.com/ado-
lescentes/yo-edad-relacion-abuelos-nietos-adolescen-
tes-2021 10201 I l40l.html, el 29 de marzo de 2022).
Obviamente, esto no sólo se aplica a la relación entre
abuelos y nietos adolescentes; es un buen lema y nos
recuerda lo que dice la Biblia en Santiago 1:19:"... Todos
deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar
y para enojarse” (NVI). ¿No le parece que en lo coti­
diano actuamos al revés? En primer lugar, nos enojamos;
luego, hablamos hasta agotarnos;/por último, en muchos
casos, después de un largo tiempo, escuchamos. Y es ahí,
cuando escuchamos, que nos damos cuenta de que es­
tábamos equivocados o descubrimos la verdadera razón
del problema. Pero,en el proceso.se dañaron personas;/
las relaciones se lastimaron o perdieron por no escuchar
al otro.
Escuchar es un aspecto fundamental para una relación
sana. Al escucharlo, le decimos al otro que lo aceptamos,
que es bienvenido, que es importante, que nos interesa
lo que nos comparte y lo que siente, que tiene un lugar
en nosotros. Cuando el otro percibe esto, se da lo que
conocemos como “empatia", / se va construyendo la re­
lación. La empatia viene tras la escucha activa. Es imposi­
ble generar empatia sin escuchar verdaderamente.
Escuchar al otro requiere que dejemos de pensar por
un momento y nos demos a la tarea de seguir las pala­
bras, ¡deas y pensamientos de quien nos está hablando.
Requiere tiempo, dedicación y atención completa. Dejar
todo aquello que nos quita la atención y nos distrae. Ac­
tualmente, estamos inundados por notificaciones que, en
los diferentes dispositivos, constantemente llaman nues­
tra atención. Debemos aprender a silenciar los sonidos
distractores para darnos la oportunidad de escuchar a
los demás y, sobre todo, a las personas físicas que tene­
mos frente a nosotros.
Santiago 1:19 dice:"... Todos deben estar listos para
escuchar...” (NVI). La TLA dice:"... todos deben estar
siempre dispuestos a escuchar a los demás...” En el pasa­
je, se habla de “todos", de "disposición” y de “los demás".
Lo primero que llama la atención es que todos debemos
escuchar. Puede que naturalmente algunas personas ten­
gan una mayor inclinación a escuchar; pero eso no exime
a las demás de procurar una buena escucha. A continua­
ción, Santiago habló de estar listos (NVI), de disposición
(TLA); indicaciones que nos llevan a una postura atenta,
incluso hasta alerta para escuchar. Inmediatamente des­
pués, Santiago nos indica a quiénes debemos escuchar.
Él no habla de personas específicas; la referencia es "a
los demás”, es decir, a todos, sin acepción de personas.
¡Cuánto más debemos disponernos a escuchar a aquellas
personas con quienes queremos establecer una relación!
Santiago nos propone una norma excelente para
nuestra vida de relación. Nos ayuda a mirar el asunto
de otra manera: poniendo toda nuestra atención en la
escucha. Porque es ahí donde todo comienza. Porque es
ahí donde la comunicación se va haciendo real y se va
fortaleciendo el vínculo en la construcción de una rela­
ción sana.
III. Claves para la escucha activa de una
relación sana
La escucha activa comienza con la presencia total de
nosotros. La vida actual nos lleva a naturalizar conductas
que no suman en la construcción de relaciones sanas. Por
ejemplo, el famoso, muítitasking (multitarea), la aparente
capacidad humana para realizar más de una tarea al mis­
mo tiempo. Pero, haciendo múltiples cosas física y men­
talmente no se puede tener una verdadera escucha. Y
vale aclarar aquí que no estamos diciendo que se pueda
o no repetir todo lo que la otra persona dijo. Porque la
escucha activa incluye más que percibir los sonidos que
emite la otra persona En la escucha real del otro, se re­
gistran más que las palabras, se perciben los sentimien­
tos, las emociones y todo aquello que muchas veces se
esconde tras el discurso.
De la presencia total, vamos a la atención total. En el
pasaje de Santiago, se nos hace un llamado a estar listos,
dispuestos, atentos. La atención total implica hacer con­
tacto visual y apagar nuestros ruidos internos y externos
para concentrarnos en la otra persona. A! hacerlo, vamos
a experimentar un mundo, muchas veces, desconocido,
el mundo del otro. Recordemos que, fundamentalmente,
escuchamos para comprender y no para responder.
El darle atención total a la otra persona representa
interés por lo que está diciendo. Por lo tanto, nunca de­
bemos emitir juicios de valor, invalidar o minimizar sus
sentimientos. En ningún momento, interrumpir con re­
ferencias como “yo...” o "a mí..." Hablar de nosotros y
competir con lo que está diciendo la otra persona no
ayuda a la relación. Tampoco dar soluciones a menos que
lo pida. Y por ningún motivo, llenar los silencios de la otra
persona. Si nos molestan; debemos buscar en nosotros
la razón, pero nunca llenarlos, porque nos incomode los
espacios sin palabras. Cada persona tiene su ritmo y de­
bemos respetarlo.
Claro que para darle cuenta a! otro de que estoy ahí
y totalmente atento puedo asentir con la cabeza, pre­
guntar y repreguntar, parafrasear, acompañar sus ¡deas y
pensamientos compartidos. Esto nos ayuda a evitar res­
ponder sobre lo que pensamos que dijo y no en relación
a lo que realmente dijo. Con ello, vamos aclarando y evi­
tamos interpretar lo dicho por el otro.
Conclusión
Somos seres relaciónales por designio divino; es nues­
tra constitución. Al relacionarnos, damos cuenta de nues­
tro Creador. Por lo tanto, es imperativo-que llevemos a
la práctica en nuestras relaciones el mandato del apóstol
Pablo a los efesios y la norma que Santiago nos presentó
en su carta.
 Dios, modelo de relación

Versículo para memorizar: “... todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
airarse” Santiago 1:19.

I. Las relaciones sanas se construyen

Lea con atención: “... Todo está bien si contribuye a mi bienestar, y todo empieza a fastidiar cuando requiere de mi
tiempo, mi atención o mi comodidad”. ¿Qué opina de lo dicho por Sergio Sinay? Haga su comentario en primera
persona.

¿Piensa que el mandato de Pablo a los efesios en el primer siglo es relevante hoy? ¿Por qué?

81. Las relaciones sanas se construyen con buena comunicación

Señale algunos otros elementos que incluya la comunicación, además del habla.

¿Qué tan difícil es para usted seguir la norma que presentó Santiago 1:19? ¿Qué va a hacer al respecto?

III. Claves para la escucha activa de una relación sana

A continuación, enumere las claves para la escucha activa presentadas en la lección.

¿Cómo va a fortalecer en su persona la escucha activa? Plantee algunas pautas concretas para fortalecer esta área
en su vida.

Conclusión
Somos seres relaciónales por designio divino; es nuestra constitución. Al relacionarnos, damos cuenta de nuestro
Creador. Por lo tanto, es imperativo que llevemos a la práctica en nuestras relaciones el mandato del apóstol Pablo
a los efesios y la norma que Santiago nos presentó en su carta.

|£¿] in. Sendero de la Verdad