ROSARIO NOVIEMBRE 2022 LA RESPONSABILIDAD PEDAGOGICA, LA AUTORIDAD Y LA CONFIANZA
La autoridad no puede perderse y resulta necesaria pero en el marcó del
respeto, desde la responsabilidad que nos cabe como educadores de lograr aprendizajes respetando a los estudiantes en sus opiniones sin caer en el tradicional adultocéntrico, poniendo a las/os docentes, autoridades y personas adultas como fuentes de saber y control disciplinar y a las y los estudiantes sujetos a ese poder. De esta manera la interacción en el aula sería vertical, autoritaria y limitante, sin lograr una confianza y un vínculo positivo generando una resistencia estudiantil En la serie chilena El reemplazante (capítulo 4 de la temporada 1) se observa que los estudiantes le dicen al profesor que “le arreglan las notas” lo que alarma fuertemente al protagonista de la serie, quien es un profesor que ingresa a dar clases en el área de Matemáticas ya que es contador. Ante las palabras de los alumnos, el profesor investiga sobre la situación y se encuentra con que es totalmente cierto lo que afirman los estudiantes. Destacando el concepto de “Responsabilidad Pedagógica” que hace referencia al compromiso que debe asumir toda la comunidad educativa hacia sus estudiantes, en relación a su proceso de enseñanza y aprendizaje, para que puedan formarse como ciudadanos participes de este mundo No se trata solo dar los contenidos de la curricula , si no interiorizarnos, comprometernos y responsabilizarnos con la enseñanza y el aprendizaje de nuestros aprendices aprendiendo junto con ellos y revisando nuestras prácticas permanente con el objetivo de lograr más y mejores aprendizajes. Los docentes somos capaces de mantener un ambiente democrático en el aula, que generan confianza y fortalezcan las oportunidades para el aprendizaje. Ese posicionamiento no significa pérdida de autoridad, sino un acercamiento respetuoso hacia las libertades, la diversidad y las subjetividades humanas de cada estudiante; condición necesaria para abordar de manera clara y honesta la educación integral. Las instituciones educativas como espacios de formación con una estructura determinada requieren por su naturaleza de ciertas relaciones de autoridad, las cuales forman también parte del aula. Sin embargo, esa autoridad debe ser pedagógica, debe ser capaz de enseñar a través de su ejercicio, debe ser respetuosa, inclusiva, comunicativa y democrática, capaz de generar las condiciones para que las niñas, niños y adolescentes puedan hablar, preguntar, reflexionar, aprehender y tomar decisiones respecto a su sus derechos, sus deberes y los de las demás personas. También, en el hecho de ejercer la autoridad vinculada al hacer crecer se abre la posibilidad de la renovación, de la diferencia, en la que cada singularidad puede desplegar su potencial. La tarea de/ de la educador/a posee algo de conservación, de transmitir lo construido y tiene algo de renovador, de apuesta, de confianza en las nuevas generaciones y de la posibilidad de renovación que se abre con ellas. En esta línea, no se puede pensar en la educación sin considerar la conservación, la tradición y la autoridad. La educación busca conservar, en el sentido de cuidar el mundo, pero también busca conservar o mejor, preservar, el derecho de las nuevas generaciones a renovarlo y transformarlo, y es aquí donde radica la importancia de la libertad de elección de cada estudiante y docente utilizando la creatividad y la imaginación para transformar y renovar nuestro mundo.