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LITERATURA | FOTOGRAFÍA | TERRITORIO

DIRECTOR REVISTA CRISTIÁN RAU


DIRECTOR EDITORIAL JOSÉ TOMÁS LABARTHE
DISEÑO Y MAQUETACIÓN MICAELA CABRERA ARTUS
CORRECCIÓN DE TEXTO DARÍO PIÑA

FOTÓGRAFOS BLANCA ZUÑIGA | CARLA MCKAY


ELDE GELOS | LEONORA VICUÑA
MAURICIO VALENZUELA | SAMUEL SALGADO
CRISTIÁN LABARCA

FOTOGRAFÍA DE ARCHIVO © COLECCIÓN MUSEO O’HIGGINIANO


Y DE BELLAS ARTES DE TALCA

IMÁGENES DE CUBIERTA GONZALO CARDEMIL

EDITORES MARÍA PAZ RAU | DANIEL ROZAS


CRISTIÁN RAU | JOSÉ TOMÁS LABARTHE

EDITORIAL 33 1/2 ORIENTE 1176, TALCA, CHILE


UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL MAULE EDICIONES@UCM.CL
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CONTENIDOS

EDITORIAL
PÁGINA 13

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PALIMPSESTO URBANO POR: CATALINA PORZIO PÁGINA 16

ÁRIDOS POR: CLAUDIO MALDONADO PÁGINA 45

ENTREVISTA A POR: DANIEL ROZAS PÁGINA 53


MAURICIO VALENZUELA

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FOTOS MOVIDAS DE POR: JORGE POLANCO PÁGINA 64
PROVINCIA

ALGUNA LUZ POR: PEDRO GANDOLFO PÁGINA 79


SOBRE ESTOS CAMPOS

ENTREVISTA A POR: CRISTIÁN RAU PÁGINA 93


BLANCA ZÚÑIGA

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LITERATURA FRONTERIZA EN POR: RODRIGO RAMOS PÁGINA 105
EL NORTE GRANDE

ALGUNA VEZ SALÍ VESTIDA POR: SILVIA FALORNI PÁGINA 130


DE PLUMAS Y TACOS AGUJAS

VEINTE AÑOS DE PROVINCIA POR: JONNHATAN OPAZO PÁGINA 145

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EDITAR DESDE EL AQUÍ POR: YANKO GONZÁLEZ PÁGINA 163

ENTREVISTA A POR: MARÍA JOSÉ PÁGINA 175


SERGIO MANSILLA CABEZAS CORCIONE

SUTURAR LAS CONFIANZAS POR: ROSABETTY MUÑOZ PÁGINA 185

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ENTREVISTA A POR: STEFANO MICHELETTI PÁGINA 194
EGON MONTECINOS

LA CULTURA EN TIEMPOS POR: PAULO SLACHEVSKY PÁGINA 209


CONSTITUYENTES

OBSCENO, DESCARNADO, POR: LUCY OPORTO VALENCIA PÁGINA 220


ENORME

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E D I T O R I A L
Celebramos la importancia que se le ha dado procedimientos y prácticas provincianas y
últimamente al concepto «territorio» y al valientes, que buscan como bien dice Yanko
ejercicio de valorar las prácticas pensadas y González, por aquí,: «dar la batalla como si
realizadas desde lugares lejanos del centro sirviera».
mismo del poder. Eso sí, presentimos, Un par de pispeos.
también, que se corre el riesgo de que de Hace poco un destacado periodista pedía a
tanto manosear el concepto puede volverse su fanaticada no usar más la palabrita e inter-
romo, inocuo; hasta carne de meme. Así que cambiarla por barrios, villas, poblaciones, pla-
intentaremos circundar el asunto —evitando zas, etcétera ya que este «suena a asamblea
ojear la expresión— discutiendo en torno a de militantes o algo deshabitado y lejano». El

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escritor sureño Óscar Barrientos, por el con- postulamos simplemente para recordar que
trario, la defiende, y lo hace por motivos más no toda producción cultural debe mostrar obli-
bien prácticos ―las otras opciones no le con- gadamente las marcas, con pelos y señas, del
vencen―: «regionalización» tiene un tufillo lugar de donde proviene. No es necesario exhi-
militar que conviene a toda costa sortear, y, bir la Denominación de origen como muestra
la otra, «provincia», está demasiado pasada a de calidad o de prueba de blancura; y por lo
humo, nostalgia y caminos de tierra. pronto, no todo lo que se hace debe repetir
«El mapa no es el territorio» rezan los ta- procedimientos que se reconocen como ade-
tuajes —o la descripción en Instagram (que cuados. «Tráiganme clichés nuevos» decía un
viene a ser lo mismo)— de los feligreses más culturoso de provincia.
convencidos. El mito dice que la frase fue acu- Ahora bien, y esto es lo importante y lo
ñada por un militar que recorría el campo de que nos convoca: el postular que las ideas y
batalla mapa en ristre y pese a su atenta lec- creaciones excéntricas ―fuera del centro—
tura, terminó dentro de una zanja enemiga, no deban trazarse en base a tópicos manosea-
porque, claro, en la cartografía no aparecía dos y con olor a precariedad impostada, no
la trinchera específicada. La máxima, que quiere decir que haya que ir a buscar tramas
sirve de comodín culto en casi todos los cam- y conceptos fáciles y pensados para el cen-
pos intelectuales existentes, en estas lides la tro. «Postergo el momento de escribir porque

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no encuentro la palabra con que se abren las este presente, en que vivimos, sin duda, una
montañas», nos ayuda Guadalupe Santa Cruz. crisis de valores morales y formales proponemos ir
La propuesta del hacer desde el acá, o desde un más allá del lenguaje dado por nuestro paisaje,
poco más allá, debe buscar armar una nueva rescatando, raspando, releyendo y poetizando
forma de relatar y de comprender los bordes, en torno a prácticas situadas ―a veces ópacas
cierta poética afincada. y silenciadas―, pero que dan cuenta de una
El título de este número —extraterri- forma de hacer única; artilugios y oficios que
torial— lo tomamos prestado del crítico se relacionan y nutren de la ceguera centrista.
George Steiner, quien propuso que una de las Este número, entonces, pretende hilvanar
características únicas de la revolución del len- una especie de base, un par de pilares media-
guaje dada a partir de la «crisis de valores mo- namente firmes, en torno a los cuales seguir
rales y formales» que antecenden a la Primera pensando los modos de producción desde es-
Guerra Mundial fue la aprición de una «caren- tos lugares. Les pedimos a autoras y autores
cia de patria». Autores brillantes ―léase Na- quitar el tupido velo, desnudar, mostrar la
bokov, Kristof, Borges o Beckett—mutaron estructura, los hilos invisibles que rigen la
de idioma —superando eso de que la patria es forma en que piensan y producen. Echar «al-
la lengua, dicho por Adorno desde el exilio― guna luz sobre estos pueblos» como propone
amplificando de manera radical sus obras. En Pedro Gandolfo.

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PALIMPSESTO
URBANO
por Catalina Porzio | fotografías Carla McKay

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No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares. / La ciudad te seguirá. / Vagarás por
las mismas calles. / Y en los mismos barrios te harás viejo; / y entre las mismas paredes
irás encaneciendo. / Siempre llegarás a esta ciudad.

[Cavafis, 2000: 17]

Venía de las selvas inextricables del jabalí y del uro; era blanco, animoso, inocente,
cruel, leal a su capitán y a su tribu, no al universo. Las guerras lo traen a Ravena y ahí
ve algo que no ha visto jamás, o que no ha visto con plenitud. Ve el día y los cipreses
y el mármol. Ve un conjunto, que es múltiple sin desorden; ve una ciudad, un organismo
hecho de estatuas, de templos, de jardines, de habitaciones, de gradas, de jarrones, de
capiteles, de espacios regulares y abiertos. Ninguna de esas fábricas (lo sé) lo impresiona
por bella; lo tocan como ahora nos tocaría una maquinaria compleja, cuyo fin ignoráramos,
pero en cuyo diseño se adivinara una inteligencia inmortal. Quizá le basta ver un solo
arco, con una incomprensible inscripción en eternas letras romanas. Bruscamente lo ciega
y lo renueva esa revelación, la Ciudad. Sabe que en ella será un perro, o un niño, y que
no empezará siquiera a entenderla, pero sabe también que ella vale más que sus dioses y
que la fe jurada y que todas las ciénagas de Alemania.

[Borges, 1974: 558]

La historia comienza al ras del suelo, con los pasos. Son el número, pero un número que
no forma una serie. No se puede contar porque cada una de sus unidades pertenece a lo
cualitativo: un estilo de aprehensión táctil y de apropiación cinética. Su hormigueo es un
innumerable conjunto de singularidades. Las variedades de pasos son hechuras de espacios.
Tejen los lugares.

[De Certeau, 2008: 5]

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En las grandes ciudades, tanto los espacios como los lugares son diseñados y construidos:
caminar, observar, estar en público, son parte del diseño y propósito como estar dentro
para comer, dormir, hacer zapatos o el amor o música. La palabra ciudadano tiene que
ver con ciudad, y la ciudad ideal se organiza en torno a la ciudadanía: en torno de la
participación de la vida pública. (...) Caminar por las calles es lo que vincula la lectura
del mapa con la propia vida vivida, el microcosmos personal con el macrocosmos público;
permite entender el laberinto alrededor.

[Solnit, 2015: 269]

Ciudad se deriva del latín civitas, civitatis, civitatem y tiene el más noble significado
para el género humano, por cuanto cada palabra obedece a una cosa nueva, y civitas, civitatis
o civitatem implican la primera forma de organización en sociedad, el primer salto de las
palizadas lacustres o las cavernas agresivas hasta la aglomeración de las familias con
fines de mutua ayuda, cooperación, etcétera.

[Edwards Bello, 2009: 591]

Las ciudades están llenas de sorpresas, llenas de lo inesperado, de extraños encuentros,


llenas de respuestas que no esperabas a tus preguntas. Tal vez por esta razón es que en
su origen las ciudades eran lugares de intercambio. En contraste con la ciudad está el
campo, tan diferente. El campo está lleno de lo que no sorprende. Al contrario, está lleno
de lo esperado, de espera.

[Berger, 2007: 32]

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Llorábamos, porque habíamos sido expulsados de la antigua Edad de Piedra a la nueva Edad
de Piedra, de las estepas al fango de los ríos, de la noble cacería de los mamuts y los
bisontes al esclavizante escarbar por tallos, de la libertad al masticar. Llorábamos porque
estábamos cumpliendo la condena de esperar sentados, en el granero, el lapso de tiempo
entre la siembra y la cosecha, por lo tanto, en habitar en casas.

[Flusser & Onetto, 2017: 13]

Una profecía muy señalada del período 1880-1920 ve en las ciudades el espacio de las
sensaciones inexploradas, ya no solo el disolverse en la multitud como huida de control
parroquial, ni las licencias que permite el consumo de alcohol, juego y prostitución,
sino el aprendizaje de lo urbano como «naturaleza de relevo», el gusto por los paisajes
insólitos, los cambios permanentes, las aglomeraciones, el encanto de la sordidez, las señas
desastrosas del avance de la industria, la pérdida del sitio fijo que cada uno ocupaba en
pueblos y pequeñas ciudades.

[Monsiváis, 2000: 207]

Una ciudad: piedra, cemento, asfalto. Desconocidos, monumentos, instituciones.


Megalópolis. Ciudades tentaculares. Arterias. Muchedumbres.
¿Hormigueros?
¿Qué es el corazón de una ciudad? ¿El alma de una ciudad? ¿Por qué se dice que una ciudad
es bonita o fea? ¿Qué tiene de bonito y de feo una ciudad? ¿Cómo se conoce una ciudad? ¿Cómo
conoce uno su ciudad? (...) Nunca nos podremos explicar o justificar la ciudad. La ciudad
está ahí. Es nuestro espacio y no tenemos otro. Hemos nacido en ciudades. Hemos crecido
en ciudades. Respiramos en ciudades. Cuando cogemos el tren es para ir de una ciudad a
otra ciudad. No hay nada de inhumano en una ciudad, como no sea nuestra propia humanidad.

[Perec, 2001: 99-100]

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Hay unos niños que salen al patio de la escuela en fila de a dos. Hay una mansión de finales
de siglo completamente sola en medio de grandes edificios de cristal. Hay unas pequeñas
cortinas de vichy en las ventanas, unos consumidores en las terrazas de los cafés, un gato
que se calienta al sol, una señora cargada de paquetes que llama a un taxi, un centinela
que monta guardia ante un edificio público. Hay unos basureros que llenan unos volquetes,
unos revocadores de fachadas que instalan un andamio. Hay nodrizas en las plazoletas,
libreros a lo largo de los paseos; hay cola ante la panadería, hay un señor que pasea a
su perro, otro que lee su periódico sentado en un banco, otro mira a los obreros que están
demoliendo una manzana de casas.

[Roudinesco, 2019: 35]

Las ciudades también son lugares inventados por la voluntad y el deseo, por la escritura,
por la multitud desconocida.

[Arroyo, 2016]

La forma de la ciudad cambia más rápido, ay, que el corazón de un mortal.

[Baudelaire]

Así —dice alguien— se confirma la hipótesis de que cada hombre lleva en su mente una ciudad
hecha solo de diferencias, una ciudad sin figuras y sin forma, y las ciudades particulares
la rellenan.

[Calvino, 1998: 47]

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La historia del psicoanálisis es también la historia de un geopsicoanálisis cuyo territorio
arquelógico sería el de las ciudades, todas parecidas y todas distintas unas de otras.
(...) Me gustan las ciudades, me gustan los ruidos de la ciudad, la multitud, los cafés,
los restaurantes, y por lo tanto me gusta que el psicoanálisis esté implantado en las
ciudades, incluso en las megalópolis, donde la angustia va a la par de la interrogación
del sujeto sobre sí mismo. Explorar el propio inconsciente siempre implica soltar algo, a
costa de conservar su huella en el inconsciente: un territorio, una tribu, una familia y
por lo tanto una soberanía ligada a la raza, a la nación. Es también soñar con una ciudad
o incluso soñar una ciudad.

[Roudinesco, 2019: 100]

Quizás todo consista en saber qué palabras pronunciar, qué gestos hacer, y en qué orden
y con qué ritmo, o bien baste la mirada, la respuesta, el ademán de alguien, baste que
alguien haga algo por el solo placer de hacerlo y para que su placer se convierta en placer
de los demás: en ese momento todos los espacios cambian, las alturas, las distancias, la
ciudad se transfigura, se vuelve cristalina, transparente como una libélula.

[Calvino, 1998: 163]

Las ciudades son vastos depósitos de historia que pueden ser leídos como un libro si
se cuenta con un código apropiado; son como sueños colectivos cuyo contenido latente
se puede descifrar; espacios simbólicos a los que Jung y los surrealistas se habían
asomado incipientemente. Los pasajes son cruceros no solo de transeúntes y cosas, sino de
pensamientos y voluntades con múltiples orígenes.

[Arroyo, 2016]

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A veces siento tanto / lo que siento por ti que / me meto en uno de esos / pasajes por
los que no pasa / nunca nadie y hay puros zurcidores / japoneses y afiladores de tijeras
y me / pongo a llorar mirando un ovillo de lana.

[Bertoni, 2018: 63]

Así como una estantería de libros puede mezclar poesía japonesa, historia mexicana y novela
rusa, los edificios de mi ciudad contenían centros zen, iglesias pentecostales, salones de
tatuajes, tiendas de abarrotes, locales de burritos, palacios de cine, restaurantes chinos.
Hasta las cosas más ordinarias me llenaban de asombro, y la gente en la calle ofrecía
miles de atisbos de vidas parecidas y totalmente diferentes a la mía.

[Solnit, 2015: 262]

La gran ciudad tiene un aspecto polifáceo; la pequeña es simplemente monofácea, o de una


sola cara. Por eso las cosas y las ideas manifiestan aquí una tendencia irresistible a
la uniformidad.

[Edwards Bello, 2009: 587]

Aquí no hay glamour / ni bares franceses para escritores / solo rotiserías con cabezas
de cerdo / zapatos de segunda / cajas de clavos. martillos. alambres y sierras / guerras
entre carnicerías vecinas y asados pobres / este no es el paraíso ni el anteparaíso.

[González, 2019: 9]

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«Ciudad» y «visualidad» son dos palabras que riman y a la vez dos conceptos que no se pueden
despegar. (...) Si me dicen, igualmente, «piense en la ciudad», imagino de inmediato un
recorrido. Se trata de un trayecto específicamente santiaguino. No pienso en ese momento
en Londres de mi interés, ni Estambul de los cuentos, ni siquiera en el Buenos Aires de
mi apego. Santiago es la ciudad. Aparece, observada desde un automóvil que entra en ella
por el acceso sur, de noche. Hay explanadas, barreras, y sobre el asfalto fosforescencias
amarillas, una infinita hilera de pequeños focos empotrados, manchones de petróleo, parches
de alquitrán. Es posible que antes de que la carretera se sumerja bajo los puentes sucesivos
haya avistado bloques de departamentos: ahí están las luces de los interiores, la vida
que no me pertenece pero que pretendo reconocer.

[Merino, 2012: 37]

En el terreno visual, la Ciudad de México es, sobre todo, la demasiada gente. Se puede hacer
abstracción del asunto, ver o fotografiar amaneceres desolados, gozar el poderío estético
de muros y plazuelas, redescubrir la perfección del aislamiento. Pero en Distrito Federal
la obsesión permanente (el tema insoslayable) es la multitud que rodea a la multitud, la
manera en que cada persona, así no lo sepa o no lo admita, se precave y atrinchera en el
mínimo sitio que la ciudad le concede. Lo íntimo es un permiso, la «licencia poética» que
olvida por un segundo que allí están, nomás a unos milímetros, los contingentes que hacen
de la vitalidad urbana una opresión sin salida.

[Monsiváis, 2012: 17]

La aparición de estas caras en la muchedumbre; / pétalos sobre húmeda, negra, rama.

[Pound, 1981]

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Bajo la bruma agitada por los vientos, la isla urbana, mar en medio del mar, levanta los
rascacielos de Wall Street, se sumerge en Greenwich Village, eleva de nuevo su cresta el
Midtown, se espesa en Central Park y se aborrega finalmente más allá de Harlem. Marejadas
de verticales. La agitación está detenida, un instante, por la visión. La masa gigantesca
se inmoviliza bajo la mirada. Se transforma en una variedad de texturas donde coinciden
los extremos de la ambición y degradación, las oposiciones brutales de razas y estilos,
los contrastes entre los edificios creados ayer, ya transformados en botes de basura, y
las irrupciones urbanas del día a día que cortan el espacio. A diferencia de Roma, Nueva
York nunca ha aprendido el arte de envejecer al conjugar todos los pasados. Su presente
se inventa, hora tras hora, en el acto de desechar lo adquirido y desafiar el porvenir.

[De Certeau, 2008]

No puede haber una soledad como una que nos abandona rodeados de innumerables rostros
que parecen no tener voz ni expresión, entre miradas sin número que nos contemplan
sin juzgarnos, entre apresuradas figuras de hombres y mujeres que vienen y que van sin
que tengan sentido ni sus prisas ni sus movimientos, y que parecen máscaras de locos,
ciudadanos fantasmas. La sensación de inmensidad que produce Londres desde el interior
se ve alimentada también por la descomunal extensión de barrios y por los constantes
destellos que hacen suponer, en cada esquina, otros barrios de extensiones comparables.
La espesa atmósfera que se vislumbra al final de cada enorme avenida envuelve su final en
una especie de sombra incierta.

[De Quincey, 2012: 195]

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Como en el teatro y en el cine, en el metro es de noche. Pero su noche no tiene esa ordenada
delimitación, ese tiempo preciso y esa atmósfera artificialmente agradable de las salas
de espectáculos. La noche del metro es aplastante, húmeda de un verano de invernáculo y
además infinita, en cualquiera de sus puntos o de sus horas la sentiremos prolongarse en
los tentáculos de los túneles, en cualquiera de las estaciones que bajemos estará latiendo
uno de los muchos corazones del inmenso pulpo negro que subtiende la ciudad. La noche
del metro no tiene comienzo ni fin, allí donde todo se conecta y se transvasa, donde las
estaciones terminales son a la vez llegada y partida; llamarlas terminales es una de las
muchas formas de defensa contra ese temor indefinido que espera en la penumbra del primer
corredor, del primer andén.

[Cortázar, 2009: 285]

Desventurados los que divisaron / a una muchacha en el Metro / y se enamoraron de golpe /


y la siguieron enloquecidos / y la perdieron para siempre entre la multitud / Porque ellos
serán condenados / a vagar sin rumbo por las estaciones / y a llorar con las canciones de
amor / que los músicos ambulantes entonan en los túneles / y quizás el amor no es más que
eso: / una mujer o un hombre que desciende de un carro / en cualquier estación del Metro
/ y resplandece unos segundos / y se pierde en la noche sin nombre.

[Hahn, 2004: 23]

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Las ciudades levantadas por los modernos son también «topografías míticas» movidas
simultáneamente por la fascinación y el desencanto, máquinas que seducen con interminables
promesas frecuentemente incumplidas. Los territorios citadinos están unidos por un hilo
civilizatorio que se proyecta en el tiempo, pero se distinguen en la sociedad burguesa por
su estado siempre provisional. Allí se encuentran los tinglados de tránsito y realización
donde se entrecruzan amos y esclavos, formando con su vida la peripecia cotidiana que da
contenido y dimensión a la existencia común, dejando a su paso una profusa constelación
de signos casi siempre imperceptibles para quien se encuentra inmerso en ellos.

[Arroyo, 2016]

Las siglas son un talismán fatal para la imaginación de todo niño crecido en los años
sesenta. Son la unidad de base de una quimera sinóptica que cree que confabulando números
y letras se puede reducir el sentido y la complejidad del mundo a un juego de coordenadas
unívocas. Pero si las siglas de Brasilia despertaron en mí los ecos de una infancia intacta,
es porque en ese idioma impronunciable resonaba el imaginario que tejió mi niñez, la niñez
típica del hijo de la cultura de masas: el imaginario de la ciencia ficción.

[Pauls, 2017: 127]

Hay que guardarse de decirles que a veces ciudades diferentes se suceden sobre el mismo
suelo y bajo el mismo nombre, que nacen y mueren sin haberse conocido, incomunicables
entre sí. En ocasiones hasta los nombres de los habitantes permanecen iguales, y el acento
de las voces, e incluso las facciones; pero los dioses que habitan bajo esos nombres y en
esos lugares se han marchado sin decir nada y en su lugar han anidado dioses extranjeros.

[Calvino, 1998: 43-44]

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Por ello, las ciudades, aunque duran siglos, en realidad son grandes campamentos de vivos
y muertos en los que quedan algunos elementos, como señales, símbolos y advertencias.

[Edwards Bello, 2009: 31]

En un corredor vi una flecha que indicaba una dirección y pensé que aquel símbolo inofensivo
había sido alguna vez una cosa de hierro, un proyectil inevitable y mortal, que entró en
la carne de los hombres y de los leones y nubló el sol en las Termópilas y dio a Harald
Sigurdarson, para siempre, seis pies de tierra inglesa.

[Borges, 1974: 798]

Pero la ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las
esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras,
en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a
su vez por arañazos, muescas, incisiones, comas.

[Calvino, 1998: 25-26]

Lo que tenía la ciudad jardín de idea verdaderamente mala es eso: coger una hoja en blanco
y crear un mundo nuevo. Eso es artificial; no puedes hacer un nuevo mundo sin el viejo.

[Jacobs, 2019: 93]

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Con las ruinas, una ciudad se libera de sus planes y se convierte en algo tan complejo como
la vida, algo que puede explorarse pero quizá no cartografiarse. Es la misma transmutación
que aparece en los cuentos de hadas en los que las estatuas, los juguetes y los animales
se vuelven humanos, aunque a estos se les insufla vida, mientras que, con las ruinas, a
la ciudad se le insufla muerte, pero una muerte generadora, como la del cadáver que sirve
de alimento a las flores.

[Solnit, 2020: 77-78]

Mi ciudad es la ciudad de los británicos melancólicos —Dickens, Gissing, Johnson,


especialmente Johnson—, aquella en la que no vamos a ningún sitio, sino que ya estamos
allí; nosotros, la gente normal y corriente que vaga por estas miserables y maravillosas
calles en busca de un yo reflejado en los ojos de un desconocido.

[Gornick, 2018: 13]

Vivo en un bello barrio en Santiago de Chile. Es un barrio en que los papás no han
desaparecido aún y en la botillería les fían a todos los vecinos. Vivo en un bello barrio
con bengalas, extintores y gente alegre, las mujeres acá usan sables y son bellas como
la curaíta de la Chuki. Y hay iglesias evangélicas y hay canutos y hay canutos y hay
canutos y la tontera fascista al interior de todas estas casas. (...) Vivo en un bello y
enérgico barrio en la zona sur de Santiago. Su belleza es tal que mi hermano lo graba con
su celular y por la noche le muestra los videos a su guagua para hacerla dormir. (...)
Aquí nadie discrimina a los flaites, porque somos todos flaites. Aquí nadie discrimina a
los haitianos, porque todos somos haitianos. Aquí nadie discrimina a las guatonas, porque
somos todas guatonas. Aquí nadie discrimina a los pokemones, porque somos todos pokemonos.
Aquí nadie discrimina a los que hacen portonazos, porque aquí todos hacemos portonazos.

[Carreño, 2020: 116-117]

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Y si uno cuenta que vio la primera luz del mundo en el Zanjón de la Aguada, ¿a quién
le interesa? ¿A quién le importa? (...) Una ribera de ciénaga donde a fines de los años
cuarenta se fueron instalando unas tablas, unas fonolas, unos cartones, y de un día para
otro las viviendas estaban listas. Como por arte de magia aparecía un ranchal en cualquier
parte; como si fueran hongos que por milagro brotan después de la lluvia, florecían entre
las basuras las precarias casuchas que recibieron el nombre de callampas por la instantánea
forma de tomarse un sitio clandestino en el opaco lodazal de la patria.

[Lemebel, 2015: 45]

Las calles de esta ciudad no tienen nombre. Existe una dirección escrita, pero solo
tiene un valor postal, se refiere a un catastro (por barrios y por bloques, de ningún
modo geométricos) cuyo conocimiento es accesible al cartero, no al visitante: la ciudad
más grande del mundo está, prácticamente, inclasificada, los espacios que la componen en
detalle están innominados. (...) Esta ciudad solo se puede conocer por una actividad de
tipo etnográfico: es necesario orientarse en ella no mediante un libro, la dirección, sino
por el andar, la vista, la costumbre, la experiencia; una vez descubierta, la ciudad es
intensa y frágil, no podrá encontrarse de nuevo más que a través del recuerdo de la huella
que ha dejado en nosotros: visitar un lugar por vez primera es como empezar a escribirlo:
al no estar escrita la dirección, será preciso que ella misma cree su propia escritura.

[Barthes, 2007: 45-49]

No lograr orientarse en una ciudad aún no es gran cosa. Mas para perderse en una ciudad,
al modo de aquel que se pierde en un bosque, hay que ejercitarse. Los nombres de las calles
tienen que ir hablando al extraviado al igual que el crujido de las ramas secas, de la
misma forma que las callejas del centro han de reflejarle las horas del día con tanta
limpieza como un claro en el monte.

[Benjamin, 2011: 5]

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Y de pronto, la calle, la calle lisa y que parecía destinada a ser una arteria de tráfico
con veredas para los hombres y calzada para las bestias y los carros, se convierte en un
escaparate, mejor dicho, en un escenario grotesco y espantoso donde, como en los cartones
de Goya, los endemoniados, los ahorcados, los embrujados, los enloquecidos, danzan su
zarabanda infernal.

[Arlt, 2008: 58]

Y vacas por las calles: vacas que caminaban mezcladas con la multitud, que se acurrucaban
entre los acurrucados, que deambulaban entre los deambulantes, que detenían su marcha
entre los que se detenían: pobres vacas cuya piel se había vuelto de barro, obsecadamente
flacas, algunas pequeñas como perros, devoradas por los ayunos, con la mirada eternamente
atraída por los objetos destinados a una desilusión sin fin. Era casi de noche y ellas se
acurrucaban en los cruces, junto a algún semáforo, ante los portales de algún desordenado
edificio público, montones negros y grises de hambre y desconcierto.

[Pasolini, 2017: 19]

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La polución turística no es un problema menor en Perú. Además del desgaste que ese ejército
de borceguíes made in Primer Mundo inflige a la delicada contextura de las ruinas incas,
intenso pero nunca tan persistente como el que ejercen las lluvias y vientos (y que
obligarán en un futuro no muy lejano a techar Machu Picchu), además de las restricciones
que acarrea (han limitado el cupo para hacer el camino del Inca, y ahora hay que reservar
lugar con un año de anticipación), la afluencia de extranjeros tiene el efecto adicional,
bastante extraño, de eclipsar las atracciones locales. No solo porque para contemplar un
espejo hecho con una palangana de piedra o la perfección de un muro de mil años siempre
hay que sortear una cortina de nucas y sombreros de europeos madrugadores —siempre más
madrugadores que uno—, sino lisa y llanamente porque son tantos, tan diversos y visibles,
y tan constantes con el contexto, que ellos pasan a ser la verdadera atracción. Ellos, o
más bien la escena de ellos contemplando, admirando, respetando, consumiendo todo lo que
la zona más vieja del Nuevo Mundo tiene para ofrecerles.

[Pauls, 2012: 19]

El turista sabe que no sabe nada, por eso compra los souvenirs horribles y hace los tours
de a pie por las ciudades (el de Jack el Destripador en Londres está buenísimo: quien no
lo hace por considerarlo un lugar común me da pena). El viajero no: no quiere guías. Ni en
persona ni en libros. Creen que la ignorancia es la libertad y desprecian a la gente que
ha estudiado para enseñarle a los demás la historia de su país. (...) El viajero padece,
también, de romantización de la pobreza: son tan amables y alegres en África Oeste, dicen,
no pueden creerlo, cómo sonríen a pesar de la miseria y la malaria (la enfermedad, no estoy
usando lunfardo); qué felices están en comparación con los amargos europeos.

[Enríquez, 2020: 446-447]

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Hay un maravilloso montón de conversaciones en Roma. / Camino por ellas / moviéndome en
zigzag, / separándolas como un peine, / escuchándolas / enredarse / a mis espaldas. /
Entrata. / Uscita.

[Carson, 2018: 13]

Comencé a caminar las calles de mi propia ciudad cuando era una adolescente, y las caminé
por tanto tiempo que ellas y yo cambiamos. La marcha desesperada de la adolescencia, cuando
el presente parecía una eterna ordalía, dio paso a los reflexivos paseos e innumerables
trámites de alguien ya no tan ensimismado, tan aislado, tan pobre, y mis paseos suelen
volverse hoy revisiones de mi historia y su relación con la de la ciudad. Espacios vacíos
se transforman en nuevos edificios, bares de veteranos son invadidos por jóvenes hipsters,
las discotecas de Castro se vuelven tiendas de vitaminas, calles y vecindades enteras
cambian su rostro. Hasta mi propio barrio ha cambiado tantas veces que a veces parece
como si me hubiera mudado dos o tres veces de la ruidosa esquina desde donde partí poco
antes de cumplir los veinte.

[Solnit, 2015: 296-297]

Cuando todos se vayan a otros planetas / yo quedaré en la ciudad abandonada / bebiendo


un último vaso de cerveza, / y luego volveré al pueblo donde siempre regreso / como el
borracho a la taberna / y el niño a cabalgar / en el balancín roto.

[Teillier, 2001: 46] 

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Si algo está curvado en esta ciudad, no se debe a una planificación específica, sino porque
Pedro I era un delineante descuidado, cuyo dedo se deslizaba a veces fuera del borde de
la regla y el lápiz lo seguía, como también sus atareados subordinados.
La ciudad descansa en verdad sobre los huesos de sus constructores tanto como sobre los
pilares de madera que encajaron en el terreno. Así ocurre, hasta cierto punto, en casi
cualquier otro lugar del Viejo Mundo, pero es que la Historia se ocupa perfectamente
de los recuerdos desagradables. San Petersburgo resulta ser demasiado joven para tener
una mitología balsámica y, siempre que se produce un desastre natural o premeditado, se
puede descubrir —de entre una multitud— una cara pálida, algo hambrienta y sin edad y oír
el susurro: «¡Te digo que este lugar está maldito!». Nos estremecemos, pero un momento
después, cuando intentamos echar otro vistazo al que ha hablado, la cara ha desaparecido.
En vano nuestros ojos recorrerán las multitudes que se arremolinan despacio, el tráfico
que avanza como una tortuga: no vemos nada, excepto al transeúnte indiferente y, a través
del oblicuo velo de la lluvia, los magníficos rasgos de los grandes edificios imperiales.
La geometría de las perspectivas arquitectónicas de esta ciudad es perfecta para perder
las cosas para siempre.

[Brodsky, 2006: 72]

La noche de nuestras ciudades ya no se asemeja a ese ulular de los perros de las tinieblas
latinas, ni a los murciélagos de la Edad Media ni a esa imagen de los dolores que es
la noche del Renacimiento. Es un inmenso monstruo de chapa metálica atravesado por mil
cuchillos. La sangre de la noche moderna es una luz cantante.

[Aragon, 2016]

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Es un hecho maravilloso y digno de reflexionar sobre él, que cada uno de los seres humanos
es un profundo secreto para los demás. A veces, cuando entro de noche en una ciudad, no
puedo menos de pensar que cada una de aquellas asas envueltas en la sombra guarda su
propio secreto; que cada una de las habitaciones de cada una de ellas encierra, también,
su secreto; que cada corazón que late en los centenares de millares de pechos que allí
hay, es, en ciertas cosas, un secreto para el corazón que más cerca de él late.

[Dickens, 2017]

Para tener confianza en una ciudad extraña se necesita un espacio cerrado sobre el que
ostentar un cierto derecho donde se pueda estar solo cuando el barullo de voces nuevas e
incomprensibles aumente. Ese espacio ha de ser silencioso: nadie debe vernos cuando nos
cobijamos en él, nadie cuando lo abandonamos. Lo más hermoso es escabullirse en un callejón
sin salida, permanecer de pie frente a un portal del que se posee la llave en el bolsillo,
y abrir sin que mortal alguno pueda oírlo.

[Canetti, 2017: 43]

berlín acoge sin seducir, sin exhibir, sin tentar. ciudad antihistérica por excelencia, y
por eso extraordinariamente descansada. hay en esa forma de asilo una austeridad y una
falta de puesta en escena que no pierden nada a cambio, que solo autorizan. sensación
eufórica y a la vez inquietante de estar por primera vez en una ciudad utópica, capaz de
asilar y dejar en libertad al mismo tiempo. (...) barrios como kreuzberg parecen tener el
régimen de iluminación que tenían hace treinta años. ¿deprimente? todo lo contrario: caminar
por la calle es un ejercicio furtivo: sombras, cuchicheos, el sonido de una bicicleta que
aparece de golpe, la llamarada de un encendedor. todo tiene la exaltación sofocada de lo
clandestino.

[Pauls, 2012: 132-137]

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A la caída del sol todas las ciudades parecen maravillosas, pero unas más que otras. Los
relieves se vuelven más suaves, las columnas más rotundas, los capiteles más ensortijados,
las cornisas más resueltas, las espiras más rígidas, los nichos más hondos, los discípulos
tienen más pliegues, los ángeles van por el aire. En las calles oscurece, pero todavía
es de día para la Fondamenta y para ese gigantesco espejo líquido donde botes a motor,
vaporetti, góndolas, esquifes y barcazas, «como zapatos viejos desparramados», pisotean
con celo fachadas barrocas y góticas, sin omitir la suya ni tampoco el reflejo de una
nube que pasa.

[Brodsky, 1993: 72-73]

Esta noche, los jardines erigen sus enormes y penumbrosas plantas, que parecen campamentos
nómadas en el corazón de una ciudad. Unos cuchichean y otros fuman en silencio sus
pipas, mientras que otros no caben en sí de amor. Los hay que acarician las blancas
murallas, los hay que se acodan en la necedad de las cercas en tanto que las mariposas
nocturnas revolotean entre sus capuchinas. Hay un jardín que es un adivino que te echa
la buenaventura; otro es un vendedor de alfombras. Conozco las profesiones de todos:
cantante callejero, pesador de oro, ladrón de praderas, saqueador, piloto en el mar de
los Sargazos, tú, marino de aguas dulces, tú, tragador de fuego, y tú, tú y tú, vosotros,
vendedores ambulantes de besos, charlatanes y astrólogos, con vuestras manos llenas de
falsos presentes, imágenes de la locura humana, jardines de musgo y de mica. Todos reflejan
las vastas tierras sentimentales por donde deambulan los salvajes sueños de los urbanitas.

[Aragon, 2016]

La enorme ciudad se extiende en el paisaje como los restos de una gigantesca catástrofe
caídos en los bosques en un orden azaroso; y una niebla surge de ella, como si todo eso
no hubiera pasado hace mucho tiempo.

[Handke, 2019: 221]

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ÁRIDOS
por Claudio Maldonado | fotografías Elde Gelos

Desde Graneros (la tierra del Coca Mendoza y del Gor- Acá es donde vivo, en
do Pelotón) vendrá un furgón con chofer a buscarnos. una villa levantada por
Traerá a mi hijo, a su madre y de acá nos vamos todos a esas inmobiliarias que
pasear a la laguna Querquel. Le cuento esto al Jota Opazo hacen casas como poleras
y dice que muy bien. Le aviso a la Profeta de bares y lo de marca en el retail.
encuentra total. Su novio ajedrecista ―que se autode- Llegué desde el Wallmapu
nomina Sertal― suelta el caballo. La idea es avisarle a poco después del último
Pipe Montaña, pero este anda montañeando en Vilches. terremoto, y de tanto
Estoy en mi patio estrecho, pero que a punta de compost buscar conseguí un arriendo
y terrazas de barro lo he estirado hasta darle espacio a acá: en las Puertas de
tres paltos, un manzano, un durazno, un parrón, unas Igualilandia, una zona
flores de la risa y una casa para el gato Román. perdida entre Talca y la
Acá es donde vivo, en una villa levantada por esas in- comuna de Maule.
mobiliarias que hacen casas como poleras de marca en el
retail. Llegué desde el Wallmapu poco después del último
terremoto, y de tanto buscar conseguí un arriendo acá:
en las Puertas de Igualilandia, una zona perdida entre

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Talca y la comuna de Maule, un triángulo volver siempre a esa laguna que estaba a vein-
cruzado por el estero Cajón, un curso de agua te kilómetros de Igualilandia. Querquel era
polifuncional como el Coca, servil como el un pedazo de tierra baja, vecina e inundada
Gordo Pelotón, para el regadío de las áreas por la cuenca del río Maule, tapada toda con
verdes municipales y el descanso de neu- árboles y al lado contenida por un murallón
máticos, sillones, lavadoras y uno que otro de piedra que caía en picada sobre el brillo del
colchón marital. Pero bueno ―parafraseo a agua y el dorado de sus atardeceres flojos.
Cheever―, ¿para qué celebrar el vertedero? El furgón ya venía en San Rafael y Pro-
¿Para qué explayarme sobre el pequeño de- feta de bares con Sertal entraban con vinos,
sastre? Aquí en Igualilandia, Correos de Chile comistrajos y un chal gigante. Jota venía en
no se hace cargo de la entrega de las ficcio- el minibús desde San Javier de Loncomilla,
nes retorcidas de Mihovilovich o de alguna donde los viejos toman hasta que les flotan
exalumna que caída en la pasta me manda su los ojos, y donde la fábula orwelliana de la
primer poemario desde Tongoy. Se pierden planta chanchera Cerdirica se chupa el agua
los libros, nomás. Es que no soy de Talca ni y el aire con su tecnología holandesa de alta
de Maule, y esto, antes sí pudo haber sido el gama. «Hay que equilibrar el empleo y el am-
paraíso de infinitas extensiones de tomates y biente amigable», dice Santiago Azado, nu-
choclos, cuando no estábamos nosotros ayu- triólogo de los chanchos y chanchas, en una
dando a percolar. nota exclusiva a la revista Agrocampo.
Era la primera primavera de pandemia La primera vez que fui a Querquel me lle-
de un sábado con cara de verano y el furgón vó un taxista enano que manejaba mejor que
granerino ya estaba por llegar. ¿Por qué ir a Toreto en tonariles. Fue a fines de marzo y
Querquel? Me sonaba por esos días un lado b de vuelta saqué muchos racimos de uvas que
de Virus, «¿Qué hago en Manila?», «Todo el plagaban todo el cerro, las parras se aferra-
tiempo quería más que nunca estar enamora- ban locas a los arbustos y a los árboles silves-
do de algo», decía Moura, y me pegaba duro el tres. La segunda vez que fui me llevó una si-

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cóloga que primero se confundió y llegó hasta al rojo, que calcinados a todo ritmo dejaron
el fondo del fundo Colín. Había algo así como el cielo nuclear en las semanas del verano
una hostería y le preguntamos la dirección 2017. Quizás de ahí partió el no retorno y el
a un campesino. Nos dijo: «No po, na que jaguar ya no pudo con las moscas. Llamé a
ver, la Querquel está pal otro litro, tendrían Gandolfo para invitarlo al paseo, pero me dijo
que pasar por ese camino, pero el auto no les que estaba en Santiago, en el cerril y cerruco
aguanta con tanta piedra». Después supimos Santiago.

¿Por qué ir a Querquel? Me sonaba por esos días un lado B de Virus,


«¿Qué hago en Manila?», «Todo el tiempo quería más que nunca estar
enamorado de algo», decía Moura, y me pegaba duro el volver siempre a esa
laguna que estaba a veinte kilómetros de Igualilandia. Querquel era un pedazo
de tierra baja, vecina e inundada por la cuenca del río Maule, tapada toda con
árboles y al lado contenida por un murallón de piedra que caía en picada sobre
el brillo del agua y el dorado de sus atardeceres flojos.

que el único cliente que se tomaba un vino y Jota Opazo llegó y en el acto le pregunté
que paraba la oreja dentro de la hostería era si le había avisado del paseo al Nano Negro-
Pedro Gandolfo, el crítico literario que tiene ni, su amigo fotógrafo. Me dijo que le había
una columna en un diario nacional y que se cortado la llamada. Yo, por algún motivo,
reía extrañado de esos pajarones que insis- imaginé a Negroni enojado porque a la Car-
tían en la posibilidad de tomar el atajo entre los González (una población que está cerca de
los cerros, rodeados de cerros, apegados a los Igualilandia) le decimos la San Guano por el
cerros, cerros y no colinas, cerros y cerros buqué que tiran sus piletas depuradoras de

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agua con mierda. «Es que ahí vive mi papi y de esos andurriales al mundo detonado, para
me ofende», nos dijo una vez Negroni en un luego caer finamente en la derrota. Recordé
carrete. Llegó el furgón y abracé a mi hijo, un pedazo inolvidable de Explicación de todos
saludé a su madre y al chofer me lo presen- mis tropiezos:
tó como su novio. Todo listo. Nos subimos.
Partimos y a las dos cuadras mi hijo sacó la ¿Por qué estaba como un náufrago con las
guitarra y empezó a tocar sus canciones, sa- manos en los bolsillos parado bajo un letrero
lieron los tarros de cerveza y los primeros hu- luminoso que me cambiaba el color del rostro
mos. Pasamos Unihue y ya todo era jarana: de púrpura a granate? ¿Por qué me hacía en
«Esta semana no supe nada, rompí los cables los pantalones y no me avergonzaba de sentir
de la radio telechat». Cantábamos y aparecía la orina convirtiéndose en hielo en mis pier-
Numpay, Ovejería negra. Profeta de bares no nas? ¿Por qué estuve mirando durante quizás
se hacía dramas por no llevar traje de baño. cuánto tiempo el sendero del meado rumbo a
«Por ahí me las arreglo», dijo, y ya íbamos la cuneta? Algo se quebró dentro de mí, supon-
por el Chivato, medios volados, bordeando las go. Tal vez había cambiado. No lo sabía, que
faldas del cerro Santa Rosa. Con la «Bengala ya no era el mismo y que nunca lo iba a ser.
perdida» de Spinetta llegamos a la tierra de
Óscar Bustamante: Santa Rosa de Lavaderos. Pasamos por el estero La Mina, donde antes
Pensando en esos caseríos de barro y piedra, llegaba gente de todos lados a hacerse la pi-
Bustamante se motivó a escribir su primera nocha buscando oro. Al entrar por el camino
novela Asesinato en la cancha de afuera, una a la laguna el furgón patinó, al subir la loma
ficción basada en un crimen que ahí ocurrió aparecieron las retroexcavadoras. El ruido
y que causó revuelo en la región. La risa trá- se mezcló con el polvo arenoso, montículos
gica de Bustamante seguro que nació de esos de ripio, letreros y mallas naranjas. El fur-
pagos llenos de campesinos acoquinados y a la gón aserruchó lo más que pudo y una pala
vez agalluchos, seguro que brotó del escapar mecánica tuvo que dar el paso. Llegamos a la

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entrada y el chofer estacionó el furgón. Nos ayuda hasta que llegáramos a la explanada
bajamos con los bolsos y mochilas. A todos mayor. Pero ya no había agua que sortear
les había advertido que en el primer tramo en la entrada. Al bajar el nivel caminamos
de caminata, los que anduvieran con pan- por una pista de lodo. La gente era siempre
talones tenían que arremangárselos hasta la misma, algunos asaban unos pollos bajo
donde más pudieran. un sauce, otros escuchaban reguetón en un
Al chofer, que también era el novio de la sitio con pasto. Había niños chapoteando
madre de mi hijo y que por alguna desgracia en el agua y ciclistas pedaleando su ruta. La
cojeaba afirmándose en un bastón, le ofrecí gente se adaptaba a la mutación del siste-

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ma perforado. Sertal, el ajedrecista, era feliz braceada, intenté un buceo profundo y al salir
con el paisaje y tomaba fotos de un carancho a flote me llegó el bajón. Llegué a la orilla, me
que picoteba un saco naranjo relleno de algo acerqué a mi hijo y a modo de chunga, como
que de lejos olía a pelo quemado. Profeta de no quería mojarse entero, le armé una cere-
bares reía y mi hijo, al lado de su madre, vigi- monia espiritual: «Desde las aguas del Quer-
laba los pasos vacilantes del chofer. Al llegar quel, donde todo brota y brota como el mus-
a la explanada, donde antes vivían musgos guito en la piedra, yo te bautizo, hijo mío».

La risa trágica de Bustamante seguro que nació de esos pagos llenos de


campesinos acoquinados y a la vez agalluchos, seguro que brotó del escapar de
esos andurriales al mundo detonado, para luego caer finamente en la derrota.

y helechos resbalosos, había un socavón del Como un fanático delirante le hundí la cabeza
tamaño de una piscina infantil. De a poco se hasta el fondo y emergió bañado en santidad.
había llenado de botellas, latones, mascarillas La tarde fue cayendo. Llegó la hora de volver
y pedazos de ropa. En la ribera los mordiscos a Igualilandia. Había unas carnes que asar en
de una gran piraña metálica se habían tragado la parrilla. Desandamos el camino, pasamos
llantenes, manzanillas, tréboles, hualos, qui- por el lodo y nos subimos al furgón que no
las, aromos y huiros. Nos acercamos y como patinó. Las retros parecían descansar. Llega-
pudimos acomodamos los trastes en las toscas mos a la casa y nos lanzamos al jolgorio. Los
partidas y nos echamos a tomar y a fumar y días pasaron y luego fueron siempre iguales,
a conversar. Parece que Sertal fue el primero volaban como treiles, escapaban del olvido de
en mojarse los pies, luego se metió mi hijo y lo esa tarde dominguera en que anduvimos res-
seguí en el acto. A lo Tiburón Contreras di una pirando las heridas de Querquel.

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© Mauricio Valenzuela
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LA MEMORIA
ES NIEBLA

entrevista a Mauricio Valenzuela por Daniel Rozas

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mauricio me mostró las foto-
grafías que aparecen aquí: son
extra fomes, ciegas, mudas,
niponas y poco espectaculares.
fotografías —como dice enrique
lihn refiriéndose a la pintura
de edward hopper— de una ausen-
cia de acontecimiento. si car-
tier-bresson toma una fotogra-
fía cuando pasa algo, mauricio
toma una cuando no pasa nada.

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NICANOR PARRA

MACUL CON IRARRÁZAVAL


A 3 O 4 CUADRAS DEL PEDAGÓGICO
BRUMO (BRUMA Y HUMO)
CARABINEROS ARMADOS HASTA LOS DIENTES
UNA MUJER ESCARBA LA BASURA
AUTOS PASAN EN TODAS DIRECCIONES
Y LOS TEMIBLES PLÁTANOS ORIENTALES
ESTA CIUDAD ESTÁ CONDENADA A DESAPARECER.

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Para Mauricio Valenzuela (1951) la fotogra- zación de los individuos a través del consumo,
fía empezó desde cabro chico. El primo de la derrota de la izquierda y el triunfo del mo-
su padre Enrique Alfonso era parte del Foto delo neoliberal que impuso la Junta Militar
Cine Club de Chile; el primo de su mamá Tito junto a los Chicago Boys.
Vázquez era un fotógrafo conocido; y su papá Por eso decidió irse a vivir a Quintero,
también fue fotógrafo. Cuenta que se junta- donde vivió en un conventillo, hizo bolsos de
ban los tres y hablaban de fotografía mien- cuero y arregló zapatos.
tras él gateaba por la casa entre los ejempla- Cuando volvió a la capital se embarcó en
res de las revistas Life. Siendo un niño allí un proyecto personal que lo convirtió en autor
leyó el legendario reportaje «Country Doc- de dos fotolibros míticos: Mauricio Valenzuela
tor», de Eugene Smith, uno de los primeros (1983) y La niebla (2011).
ensayos modernos sobre fotografía. Hoy vive en el casco antiguo de Santiago
Su papá le enseñó a revelar. Lo sentaba en Centro, cerca de Cienfuegos, calle que aparece
una cubeta y Mauricio veía cómo aparecían en su libro La niebla. Cuenta que vivió durante
las imágenes. Pese a todo ese bagaje familiar, años en el Palacio Larraín con su mujer e hijos,
Valenzuela no quería ser fotógrafo. Su sueño ambos fotógrafos. «Pertenezco a este barrio.
de joven era ser pintor porque tenía facilida- A pesar de que he salido por épocas, siempre
des para el dibujo. Entró a estudiar Pintura en vuelvo porque me marcó».
la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Llegó en tiempos de dictadura, pasó por la
Chile el año setenta, pero eso duró hasta que época neoliberal de la Concertación y dice que
llegó el golpe militar del 11 de septiembre de ahora, después del estallido social, el sector
1973. Ahí se quebró el mundo de la Unidad se parece más al barrio antiguo, cuando Va-
Popular y vino la nada. lenzuela recién se instaló. «Cuando llegué al
Estuvo un par de años perdido. Le fue difí- barrio vivíamos en piezas con baños comunes
cil soportar el peso de la realidad que impuso y en comunidad. Estaban los bares, los droga-
la dictadura, la violencia de Estado, la atomi- dictos de la esquina, las viejas, los verduleros».

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Dice que durante las revueltas sociales Vemos fotografías en medio de la bruma,
quemaron un supermercado en el barrio, y como si fueran sueños, carteles de cines
se volvió a la economía informal que sostiene antiguos, personas encorvadas caminando
a Chile y que nadie reconoce. «Si dejara de por bermas, gente desorientada, árboles mo-
existir, la cantidad de pobres se multiplicaría chos, mujeres chilenas caminando apuradas
en números insospechados». rumbo al colegio o el trabajo, esquinas del
De joven se ganó la vida pintando letreros, centro de la capital, peladeros, el río Mapo-
trabajó en una tornería, y hacía fotos, pero cho, neblina, figuras solas, autos que pare-
no para vivir profesionalmente de la foto- cen sacados de los años cincuenta.
grafía. Eso hizo que Valenzuela no le tuviera Escribe Antonio de la Fuente: «La memo-
que rendir cuentas a nadie con sus imágenes. ria está hecha de niebla y estas fotos de Mau-
Tomaba fotos como un modo de vida. ricio Valenzuela son pura memoria».
Afirma que su mejor trabajo fotográfico
es La niebla porque fue un instrumento de
reflexión que no se guiaba por temas, sino DEAMBULAR FOTOGRÁFICO
que por sus estados anímicos.
Publicado por Ediciones La Visita y ad- Mauricio cuenta que, entre 1980 y 1983, de-
mirado por fotógrafos famosos como el bri- jaba a su hijo Emiliano en la guardería hasta
tánico Martin Parr, las fotos de Valenzuela la hora de almuerzo y se lanzaba a deam-
son en su mayoría retratos de las calles de bular por las calles del centro de Santiago,
Santiago, en particular del barrio Mapocho. cesante, sin un peso: «Lo que pasaba por mi
Son imágenes líricas, existencialistas, cabeza en ese tiempo era un poco comple-
elípticas, que a través de la neblina que cu- jo. Vivía en una pieza, había construido mi
bría la capital durante las mañanas ochen- cama, compré una estufa a parafina y to-
teras en dictadura muestran la vida en un das esas cosas estaban enlazadas. Las idas
territorio opresivo, gris y triste. a comprar el pan, llevar a la guardería a mi

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hijo o las conversaciones que tenía con mis enorme palacio. Era la bodega donde deja-
amigos. Éramos una familia y vivíamos de ban los aperos de los caballos. Los dueños
una manera precaria, pero al mismo tiem- eran Larraín, pero en esa época ellos vivían
po llevábamos una forma de vida original. en otro lugar de Santiago. Y estos caserones
Nuestra casa quedaba en el Palacio Larraín no los podían demoler porque eran monu-
(en calle Moneda) y nos venían a ver ami- mentos históricos, entonces arrendaban
gos fotógrafos como Lucho Prieto, Óscar las piezas. La vida estaba conectada con la
Wittke, Claudio Bertoni, Felipe Riobó, Paz fotografía y con la forma en cómo yo vivía».
Errázuriz, Leonora Vicuña o Álvaro Hoppe.
Pasaban por mi casa y, como en ese tiem-
po se hacía fotografía análoga, todo estaba MIENTRAS LA MAYORÍA DE LOS
conectado. Yo tenía un pequeño laborato- FOTÓGRAFOS DE LOS AÑOS OCHENTA
rio donde hacía copias para sobrevivir. En- BUSCABAN IMÁGENES DE DENUNCIA,
tonces claro: al hacer copias tenía químicos FOTOS DE PROTESTAS, TÚ CAMINABAS
frescos, tenía papeles que les compraba a las POR SANTIAGO Y FOTOGRAFIABAS
personas que me pedían tres o cuatro copias LA DICTADURA INTERIOR. TRAZASTE
para una exposición, y me pedían contactos. UN MAPA VISUAL INTRANSFERIBLE.
Como Claudio Bertoni no tenía laboratorio REGISTRASTE UNA CAPITAL PRECARIA,
y no sabía revelar, yo le hacía las copias. In- SIN GRANDES ACONTECIMIENTOS.
cluso recuerdo haberle revelado a Gertrudis CREASTE UN TERRITORIO PERSONAL.
de Moses (fotógrafa y escritora chileno-ale- ¿ESTÁS DE ACUERDO?
mana). Y había fotógrafos que iban a revelar
a mi taller porque yo tenía un cuarto oscuro. Yo no puedo explicar la fotografía de los
Este cuarto oscuro era en realidad una pieza demás, pero mi fotografía, en mi reflexión,
que estaba abandonada y que en otro tiempo tiene que ver con un proceso muy doloroso
había pertenecido a la servidumbre de ese de ser una persona de izquierda, derrotada,

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y tener que vivir en una dictadura de dere- quiebre generacional e ideológico. Entonces
cha que invadía toda mi existencia. No es nuestras preguntas eran si las herramientas
que yo me haya planteado un plan de tra- con que se enfrentaba un fotógrafo eran las
bajo. Más bien mis reflexiones surgían de correctas o no. Y en esas respuestas esta-
las conversaciones que tenía con mis amigos ban los gérmenes de una fotografía que tenía
con respecto a cosas concretas de la fotogra- que ver con los individuos. No éramos una
fía. Como esas conversaciones continuas en generación homogénea. Hay una serie de
el tiempo que tuve con Claudio Bertoni. fotógrafos, diciéndolo de forma muy gené-
rica, que participaban de la protesta social.
Por ejemplo, Álvaro Hoppe y Chino López
¿DE QUÉ HABLABAN CON BERTONI? son fotógrafos que tienen personalidades
distintas. Y otros fotógrafos eran simple-
Nos interesaba la fotografía. En ese mo- mente free lance: trabajaban para agencias
mento la fotografía en Chile estaba en una extranjeras y había toda una red que yo des-
situación de desarrollo. Las cámaras foto- conozco porque no me metí. Políticamente
gráficas eran casi imposibles para gente de estábamos en la misma trinchera, pero esas
clase media. Y yo era pobre. Me acuerdo que reflexiones que cruzaban por el lugar donde
llegaron unas máquinas rusas, las Zenit, que yo vivía ―porque yo no me alejaba mucho
eran asequibles. Eso hizo que la fotografía de mi casa― se transferían a mi deambular
fuera posible. Y no hay que olvidar que el por la fotografía. Y mi reflexión fotográfica
país venía saliendo de tres años de Unidad era respecto a la vida, la muerte, la tortura,
Popular, donde la cultura se había democra- la dictadura, la condición existencial. Pero
tizado. Las personas en esa época nos sen- más que una reflexión teórica era un estado
tíamos con el derecho a pensar en la foto- anímico. Como yo era buen dibujante, la fo-
grafía. Los planteamientos que se hacían, las tografía para mí era una forma de grabado.
preguntas que surgían tenían que ver con el

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¿EL HILO CONDUCTOR DE LAS IMÁGENES, imaginas una cápsula del tiempo. Es una có-
ES DECIR, EL CIELO SATURADO POR LA pula entre una imagen y lo que uno recuer-
NEBLINA MATUTINA FUE UNA DECISIÓN da o siente. Y esa relación es tan natural en
PREMEDITADA? nuestra vida cotidiana que se reproduce en
la imagen. Ese es el arte de la fotografía.
El hilo conductor de la niebla era porque mi
estado de ánimo hacía que todas las cosas que
yo veía fueran de un color así. Comprendía el PERO TU FOTOGRAFÍA SE DESMARCA
mundo de esa forma. Hay que entender que la DE LO QUE ESTABAN HACIENDO LOS
fotografía tiene que ver mucho con el tiempo. REPORTEROS GRÁFICOS EN LOS
No con el tiempo del reloj, sino que con el tiem- OCHENTA. NUNCA BUSCASTE LA
po en el que uno vive, cómo se desarrollan los FOTOGRAFÍA DE LA PORTADA.
núcleos de memoria y cómo se engarzan entre
ellos. Y yo veía que las cosas eran muy difíciles Creo que hay una diferencia importante en la
en ese tiempo, que desaparecían personas a mi militancia ideológica en la fotografía. De al-
alrededor, que la gente se tenía que esconder guna manera siento que la fotografía es ideo-
en casas para no ser detenidas o torturadas. lógica en la manera en cómo entendemos el
mundo. Mi formación de clase, política, me
llevó a tener una visión de la fotografía que
BERTONI DICE QUE TUS FOTOS SON tú la caracterizas de esa manera. Esa era la
MUDAS, CIEGAS. EN TUS FOTOGRAFÍAS respuesta. Mis fotografías tienen esa forma
DE LA NIEBLA NO APARECEN ROSTROS. porque había algo que yo tenía muy claro: las
¿POR QUÉ? ideologías producían estados de ánimo y los
estados de ánimo eran las formas de compren-
La fotografía trabaja con la memoria. Cuan- der la realidad de ese tiempo. Yo viví tres años
do piensas en el pasado o en el futuro, te de Unidad Popular, donde se ideologizó la rea-

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lidad chilena a un grado máximo. Todo era me dijo que pusiera las fotos escritas. Y las
ideología. Teorizamos sobre la realidad, y yo a coloqué. No te podría decir muy bien por qué
pesar de ser de izquierda vivía en un submun- escribí esas fotos. Lo he hecho toda mi vida.
do. Siento que los intelectuales de esa época Pero nunca he mostrado lo que he escrito. No
nunca hemos hecho un mea culpa. Debiéramos soy un publicista.
decir: «La cagamos».

¿HACIA DÓNDE DIRIGÍAS TU MIRADA EN


¿POR QUÉ ELEGISTE EL BARRIO MAPOCHO ESA ÉPOCA?
COMO TERRITORIO FOTOGRÁFICO?
Mis fotos son sobre la ciudad. Santiago como
Hay una cosa que es mágica y que la gente no metáfora de mi generación, los que vivimos
se da cuenta. Y es que, en ese sector, no hay en dictadura. Toca lo político, pero es lo po-
cables eléctricos como en las poblaciones. La lítico a través de lo personal. Mi trabajo lo he
electricidad va bajo tierra, entonces cuando hecho fundamentalmente con cámara aná-
tú inundas con niebla ese cielo abierto, la luz loga porque trabajo con el tiempo. A medida
blanca puede ser brutal contra el cemento. que avanzo en la edición, las voces que defi-
nen mi fotografía son voces bastante oscuras.

SÉ QUE CUANDO NO TOMABAS UNA FOTO,


LA ESCRIBÍAS. SON FOTOS SIN CÁMARA TE ESCUCHÉ DECIR QUE TE SENTÍAS
INCORPORADAS EN EL FOTO-LIBRO LA MÁS CERCA DE ROBERT FRANK QUE DE
NIEBLA. CARTIER-BRESSON. ¿POR QUÉ RAZÓN?

Escribía las imágenes en papel y Felipe Riobó, Cartier-Bresson fue muy lúcido al hablar del
que fue el editor de Ediciones Económicas, instante que él llamó «decisivo». El instante

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que llamó decisivo tiene que ver con que las fo- Tiene que ver con una cosa espiritual. A mí
tos pueden girarse y siempre van a estar equi- me influenció mucho el zen. Leí sobre el zen
libradas desde el punto de vista de la armonía gracias a Bertoni. Claudio se acercó a mí y me
visual. Cartier-Bresson tenía una estética dijo que mis fotografías eran zen. Los poetas
muy depurada. Pero esos instantes que iba americanos de los sesenta como Gary Snyder
capturando, que para él eran decisivos, a mí o Allen Ginsberg también estaban conectados
me parece que tenían una prefabricación pre- con el zen. Y no sé cómo llegó a mis manos
cisamente por su gran capacidad estética. Sus unos ensayos sobre el budismo zen que escribió
imágenes eran una representación del mundo Daisetsu Teitaro Suzuki. Él había llegado a Oc-
que, al ir juntándose, a la vez se iban alejando cidente y había escrito ensayos para explicar el
de la relación que tenían los objetos entre sí. zen. Gracias a esas lecturas tuve acceso a algo
En cambio, la fotografía de Robert Frank a mí que buscaba desde chico. Cuando yo era un
me impactó cuando la conocí. La relación que niño, mi madre me pasó un libro de Jean-Paul
existe con el tiempo y con el espacio en Frank Sartre que se llama Los caminos de la libertad,
no es una burbuja esteticista, sino que tiene sobre el existencialismo, y me marcó. Y en los
una relación que toca la realidad directamen- tres años de la Unidad Popular tuve acceso a
te. Y no te hablo de la fotografía de Los Ame- una cantidad portentosa de lecturas. Tenía la
ricanos. Robert Frank tiene un segundo libro Antología de la poesía surrealista de Aldo Pelle-
donde las imágenes son mucho más cercanas grini que era una maravilla. O libros de poetas
porque son crudas. Por ahí tengo mayor afini- como Rimbaud o el conde de Lautréamont.
dad con Frank y con Sergio Larraín.

¿QUÉ POETAS CHILENOS TE GUSTAN?


¿QUÉ TE INTERESA DE LA OBRA DE
SERGIO LARRAÍN? De mi generación, Rodrigo Lira. Primero
lo conocí porque él estaba dentro de esta

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pequeña ola generacional en la cual yo vivía, que quería publicar. Fue alucinante porque
esta manada vagabunda de intelectuales en me dejó tomarle tres negativos. En una de las
dictadura hambrientos y apaleados, que andá- fotografías él aparecía con los ojos cerrados.
bamos por todas partes pululando. Él me fue Y Lira me dijo: «Quiero esa, la que salgo con
a visitar a un lugar donde yo vivía en Ñuñoa, los ojos cerrados». Yo perdí los negativos, pero
una especie de casa okupa. Él estaba enamo- él como poeta me gusta cuando escribe esas
rado de una pendeja que vivía ahí y de hecho actas, esas declaraciones y deambula por esos
me pidió que le tomara una foto para un libro senderos del pensamiento tan extraños.
FOTOS MOVIDAS
DE PROVINCIA Jorge Polanco

© colección museo o'higginiano y de bellas artes de talca

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FOTO ANÁLOGA
el niño está en el centro del encuadre
las primas en la mesa
el niño es tomado por la hermana mayor
lo sostiene desde la cintura
la mejor amiga lo observa con una cuchara en la mano
su padre no ha llegado
pasa toda la noche trabajando
la madre se encarga de hacer la foto
en la puerta cuelga un calendario
y una virgen del carmen volando sobre una iglesia
la puerta tiene una ventanilla
al estilo de las cárceles de alta seguridad
una niña sonriente mira atenta la cámara
todos se ven alegres bajo la cortina roja
y la televisión a color
la estufa gris contrasta
con las paredes verde agua
las poses están siendo guardadas para el futuro
hoy es el futuro
el padre todavía no llega a buscar a su hija
trabaja arduamente para la policía secreta

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Una foto siempre es algo extraño. Me cuesta en especial una inundación que invadió la
reconocerme en el cuerpo que habito. Elijo casa de madera cercana a un estero. Creo que
al azar una imagen que evoca una sensación mi hermana aprendió a encender la estufa
grata, aunque no tengo clara la razón. Atrás para los dos. Quizás sea un falso recuerdo.
aparece el televisor que mi padre trajo de un ¿A quién estaré mirando? ¿Quién habrá sa-
viaje a Sudáfrica, ¿o fue Panamá? No lo sé. cado la foto? En los rumores de mi interior
Eran los primeros televisores a color que lle- percibo juegos, varias personas, algarabía,
garon al barrio. Supongo que tenía cuatro o una pequeña celebración. ¿Habrá sido luego
cinco años, a comienzos de los ochenta. De- de la operación? ¿Un cumpleaños? ¿Cuál es
trás asoma la cortina roja que me acompañó el mapa de nuestro territorio?
hasta la adolescencia, cuyos motivos parecen
figuras de Paul Klee pero en serie popular, y
la silla arreglada por un vecino, ubicada al
lado del sillón. Me encantaba la jardinera que
traía puesta en la foto. Creo que la sacaron
luego de una operación por la que estuve en Perdí lo escrito sobre la segunda foto. En el
cama durante algunas semanas. Por la pose análisis asomaba de nuevo la cortina roja, la
y cierto relampagueo de la memoria, supon- lámpara que mi madre trajo de Catemu y las
go que me pusieron a bailar. Vivíamos en El imágenes de S, mi amiga que no mira a la cá-
Belloto; el color verde agua de las paredes lo mara, cuyo padre trabajaba en la cni ―lo
tengo presente, una ráfaga vívida, junto con supe después, reconstruyendo el pasado―;
las sillas pequeñas ―una de las cuales aso- gracias a testimonios cercanos pude recom-
ma en la imagen― donde jugábamos con mi poner su historia y la de algunos de los per-
hermana; la estufa que servía de soporte a la sonajes de la población. Relaté parte de su
tele abre los recuerdos y sensaciones de los vida en una narración acerca de un ceneta
fríos inviernos de esa «ciudad dormitorio», pobre que vendía pájaros en la feria. En la

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foto asoma también un primo que se quemó una cita en mis apuntes. «La salud como lite-
en la cocina y no pudo reponerse del daño ratura, como escritura, consiste ―advierte
que sufrió en el cuerpo, se decía que había Deleuze― en inventar un pueblo que falta.
quedado retardado ante la quemadura. Asocio Pertenece a la función fabuladora de inven-
la foto a la responsabilidad de los niños, la tar un pueblo». La foto que miro resuena,
crueldad, la culpa y cierto tono de celebra- prolonga las imágenes en televisión de los
ción en la imagen. Escribí un poema. desastres naturales: calles inundadas en Val-
Los colores impresionan en las fotos aná- paraíso cual ríos que aumentaban su caudal
logas, ofrecen la sensación de pertenencia a cada noche. El amarillo de la foto despierta
un tiempo exiliado. La puerta es la entrada la sensación de proximidad húmeda con el
de la casa en El Belloto, ¿o será el patio? Re- verde; musgos de paisajes y memorias que
cuerdo que este era grande y teníamos un pe- se hunden hacia un lejano interior. Asimilo
queño cuarto con herramientas. Mi hermana la casa de El Belloto a una lluvia torrencial;
aparece con la cara mirando hacia el lado y quizás porque el canal que pasaba cerca se
mi madre asoma con la misma pose. Tenía- desbordó mientras dormíamos, despertamos
mos una cámara vertical; eran singulares en con los juguetes nadando y las camas asedia-
ese momento: pequeñas y con un soporte al das por el agua. En esos espacios asomaban
costado, podía capturar veinticuatro fotos. igualmente perros y gatos, cuya forma de
Es una escena de felicidad en el rectángulo habitar no era como las actuales mascotas,
de la toma que abre la materialidad de la mi- sino compañías más próximas a nuestra bes-
rada. La experiencia se construye, también, tialidad; los niños que merodeábamos entre
a partir de la imaginación; a veces me agota las casas de la población. John Berger escribió
que nuestra literatura propenda a la temati- un hermoso texto donde habla sobre el modo
zación de lo real e incluso a una moralidad del cómo miran los animales; quizás estén más
realismo. Quizás sea la historia de los daños unidos a la infancia porque hay una remota
a la que todavía le falten relatos. Encuentro conexión con la lejanía de los adultos, tan ex-

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traños e inhóspitos. A mi abuela paterna la finitivamente. Cuestiona en sus libros auto-
veía como una amenaza; una distancia que biográficos la idealización de la clase obrera,
replicaba la propiedad y la agresión, donde el feminismo culto y burgués, la proyección
los niños funcionaban como objetos de sen- de los deseos de los intelectuales en la confi-
tido y sobrevivencia. ¿Qué habrá pasado con guración política y, sobre todo, se interroga
esas niñas y ese niño a mi costado que no re- a sí mismo, al regresar al pueblo con la carga
conozco en la foto? Sus pantalones denotan de su experiencia, después de la muerte de
la procedencia de clase a la que pertenece- su padre. Identidad y rechazo, pertenencia
mos, la movilidad de los rastros de la vida que y exilio, conversión y negación, vergüenza y
se extienden en el habla, los gestos y la ironía desapego, llaman mutuamente a la puerta de
sobre las precariedades económicas. ¿Qué su reconocimiento como persona. Tránsfuga
significa el territorio interior? ¿De dónde de clase, dice de sí mismo, y en cierta medi-
surge la imaginación? da le otorga un rasgo distintivo: su distancia
con Foucault y Bourdieu proviene del lugar
de procedencia. Eribon cuestiona a sus maes-
tros, sobre todo a Bourdieu, por ensalzar a
rufianes del barrio como movilizadores so-
ciales, cuando eran justamente aquellos los
Didier Eribon regresa a Reims. No quería vol- que lo golpeaban por ser gay; le cuestiona
ver a ese pueblo al que pertenecían sus pa- su ingenuidad y la necesidad, del intelectual
dres. Joven gay, se fue a estudiar a París con burgués y parisino, de buscar una cierta pu-
Bourdieu y Foucault, y se dedicó a dar cuenta reza en clases sociales que no conocen. Pero
de esta lucha, distanciándose de los obreros también Eribon muestra en su experiencia
de su barrio quienes lo maltrataban por su corporal y social el significado de la perte-
identificación sexual. No tuvo necesidad ni nencia y distancia del lugar donde nació.
ganas de volver; se alejó de su familia, casi de- Aunque siempre alberga una huella mné-

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mica del espacio vital de crecimiento de sus
afectos, no podría haberse quedado a vivir
allí. Es el territorio que habitan actualmen-
te muchos estudiantes chilenos, primera En La sociedad como veredicto, siguiendo a An-
generación en la universidad, que portan nie Ernaux, Eribon compara a sus abuelas
el doble filo del conocimiento que exilia y con su admirada Simone de Beauvoir. Des-
al mismo tiempo integra estos procesos en carnado, da cuenta de la distancia provocada
las bisagras de transformación social. Per- por los lugares de clase. Recurre a la autobio-
tenencia de clase que no se olvida, aunque grafía como método sociológico, y le da un
algunos la quieran borrar; desplazamiento valor epistemológico al relato despreciado
de clase en un lenguaje que se articula en por las escuelas de los datos, las estadísticas
cuotas precisas de distanciamientos, aunque y estándares en rúbricas. La reconstrucción
algunos la quieran simular. Es la elaboración genealógica del espacio de la memoria en las
que no necesita del arraigo, es decir, aquel clases proletarias ―a diferencia de la pro-
territorio como identificación unitaria que sapia de la clase alta― indica un enfrenta-
excluye a quienes no pertenecen a ese es- miento con una memoria ruinosa, albergada
pacio, desde el cual se piensa la patria, una en una oralidad difusa; y también imbrica un
cierta unidad espiritual de la comunidad o confuso proceso de incubación de violencias
el auténtico conocimiento y arraigo en una populares transmitidas por los padres. Eri-
ciudad; la concepción de lo Uno y lo Otro bon muestra, además, los modos en que una
de los fascismos, derivada de la noción de clase obrera comenzó a votar por la extre-
pueblo como unidad y apropiación identita- ma derecha, permeada por la ideología de la
ria. Eribon escribe sus autobiografías en las competencia con los inmigrantes, o el deseo
ambivalencias de un territorio desterrito- de consumir objetos que no corresponden a
rializado, donde el pueblo es una invención la imagen que ciertos intelectuales tienen
a la que le falta un nombre. del «pueblo proletario». En Chile, esta his-

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toria de corto alcance está construida por interesa justamente por la afición imagina-
nuestras lagunas propias de huacherío. Mi tiva de mi abuela a combinar en la lectura el
abuela paterna era violenta, golpeaba a mi registro milenario con el de la novedad: «La
madre, a su esposo, y se unía a mi padre en pobreza no se define ―dice Rancière en La
sus rituales de tortura alcohólica. Nunca me noche de los proletarios― en la relación de la
interesó rearmar su pasado santiaguino. Lo pereza con el trabajo, sino en la imposible
intuyo: la historia abrumadora de los lugares elección de su fatiga». A veces un nombre
de nacimiento y crianza, los daños psíquicos es una pequeña constelación o la seña de un
profundos, las estrategias de sobrevivencia mundo contenido. La brevedad de su nombre
y aquellas formas de defensa subjetivas en de pila, Rosa, evoca el paisaje del pueblo cam-
un orden situado, un mundo donde deben pesino de antaño. Pasaron largos años para
aprenderse castraciones afectivas con ra- intentar comprender su historia ―todavía
pidez para no sucumbir. Su alzhéimer final no lo logro completamente―, a través de los
resultó una paradójica indefensión. La para- relatos de un tío y mi madre; en completa
doja ―leí alguna vez― presenta en su eclipse impunidad, su primer esposo y mi abuelo
lógico la posibilidad de un mundo paralelo: fue asesinado. Hace pocos años, cuando me
haber tenido una vida diferente a lo real puse a indagar, recién supe su nombre y pude
dado. Comprensión, es una palabra difícil conseguir una foto. Pensar en su asesinato, a
de volverla cuerpo. ¿Estaré construyendo la edad de treinta y cinco años, en 1948, me
un mundo distinto? ¿Hasta dónde continuó hizo sopesar las desapariciones anteriores
esa violencia íntima y externa? Mi abuela a la dictadura. La cantidad de campesinos,
materna, por el contrario, era una mujer de humillados y ofendidos, que han quedado
campo, generosa, habituada a la vez a labores así como espectros de un territorio, sin que
exigentes y a ocupar sus tiempos libres en las logre uno comprender la historia personal
lecturas del diario y la Biblia. Doy con una y social; constituyen uno de los aspectos de
cita, quizás no calce en este lugar, pero me esa «violencia que se quiere legítima», como

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© colección museo o'higginiano y de bellas artes de talca

decía Armando Uribe. En Chile, esta rela- también esta experiencia de desalojos, expro-
ción es inextricable: la memoria individual piaciones y extrañezas que remontan a este
coincide con la colectiva porque se encuen- «consabido secreto» y, por ende, no sabido,
tra casi fuera de la memoria, de archivos que podríamos contemplar en la historia de
inexistentes, instituciones de héroes y so- estas fotos del álbum familiar chileno. Una
ciedades historiográficas. Das Unheimliche, serie de expropiaciones de la memoria íntima
lo ominoso, lo inquietante, lo familiar que que se vuelve extraña en el silencio de bru-
se vuelve infamiliar, dice Freud, conforma talidades, sueños y animitas de la provincia.

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entramos a la casa de adobe

el abuelo, tendido en la oscuridad,


murmura algo sobre sus hijos
callamos lo suficiente
y lo escuchamos escondidos
desde el rincón de la pieza

el abuelo está solo


tendido en la puerta

JUAN
con sangre en las manos

la madre espera en la cocina

ENRIQUE
tiene dos años
con pasos erráticos
pide que la subamos en brazos

SALINAS
en las sombras de la habitación
el abuelo dice su nombre
la madre agarrada a mis piernas

LAZO
pide que la cuide
le digo que todo está bien
que la vida es vasta
y que el abuelo de 35 años
sobrevivirá

la acurruco
luego de hacerla dormir
le doy un beso en la frente:
una pequeña luz se refleja en su pupila
la miro desde arriba
como se mira una hija en la cuna

la abrigo: es invierno,
el cerro ensombrece la ventana

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En la tercera foto aparecemos con mi her- una agresión. En ese periodo, mi madre tuvo
mana luego de la operación. Arriba está el un aborto terapéutico. Una vez hablamos so-
oso de peluche, no sé si era de mi madre o bre lo mejor que fue para esa niña no haber
mi hermana; las zapatillas son las clásicas de nacido en el ambiente en el que vivíamos. Mi
ese entonces y muestran quizás un buen mo- madre funcionaba como muro de contención
mento. Están los juguetes que me regalaron a la violencia paterna que reproducía la cade-
después de la operación y que algunos niños na anterior, y que en cierta medida expresa
robaron en el patio; el avión y la patrulla de la falta de contención, a su vez, de ese niño
policía que una vez un tío ―tratando de arre- explotado desde chico, quien fue su esposo
glarla― terminó quemando. Las frazadas a los dieciocho y logró controlar después de
y la cama son jeroglíficos de una memoria la mitad de la vida, y con muchas dificulta-
extraña; aunque creo recordar cuándo las des, sus arrebatos de ira. ¿Ganó experiencia
trajeron, esta foto me da una sensación oní- en el arrepentimiento al ver nacer a sus nie-
rica. Desperté en el hospital y luego en casa, tas? ¿Será que la natalidad como apertura
cuidado por mi madre y acompañado por mi de mundo ―que Hannah Arendt opone a la
hermana más cercana en edad. Tengo una política del ser para la muerte― permite no
sensación grata de ese momento. Supongo solo a los recién llegados empezar de nuevo?
que los regalos provienen del esfuerzo mater- Quizás la ausencia de su padre ―mi abuelo
no. Las zapatillas llaman la atención porque asesinado― y las habituales golpizas de su
mi hermana tuvo meningitis y pasó mucho padrastro a mi abuela hayan habituado a mi
tiempo con médicos tratando de intervenir madre a esta «cultura de la resiliencia». Es
su crecimiento, probando alternativas a sus la historia de la vida como sometimiento en
piernas. Tiene un pie más pequeño que el la provincia chilena (dicho sea de paso, gran
otro debido a las operaciones. Sus piernas parte de Santiago también es provinciano); el
siempre fueron un asunto, incluso cuando se traslado de la brutalidad a todos los niveles en
las fracturó al saltar del techo arrancando de este largo y angosto campo de concentración.

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Una experiencia colectiva que practica golpes mientos escrituras que no tienen origen fijo
de estado cotidianos, sedimentando resenti- o autenticidad impoluta. Algo pasa con la
mientos de larga data. Con todo, me resisto identidad en este país terremoteado, se nota
a la idea de cierto realismo que propende a en quienes detentan su prosapia en apellidos
quitarles imaginación a las clases proletarias; y repartos de tierras ―a un profesor docto-
las sustrae de la potencia de la ficción y re- rado en Inglaterra le gustaba indicar su ge-
corta los relatos a una mera reproducción de nealogía frente a nosotros, los provincianos
lo que puede o debe representarse, justamen- proletas―, mientras que la historia del hua-
te como proyección de las clases altas sobre cherío barrunta esta borradura inicial. Es el
las miserias de los de abajo (¿dónde quedaría otro comienzo de la letra: mi madre guarda
alojado el humor y sus desvíos?). Me da la sus cuadernos desde cuando empezó a escri-
impresión que es lo que ha ido pasando con bir. Caligrafías en gótico, manuscritas y con
ciertas lecturas estereotipadas sobre Bolaño tinta en hermosas curvas y paralelas, cuya
y las provincias latinoamericanas, pero tam- dedicación da cuenta de cierta protección que
bién con escrituras que ocupan los poblados generaba la enseñanza. La lengua materna se
para prebendas individuales o convenientes cultivaba en el colegio. Mi abuela tuvo once
simulacros en periódicos de circulación na- hijos, los más grandes quedaban a cargo de
cional, que en los últimos años, con las re- los más chicos, mientras ella trabajaba todo
des sociales y la pandemia, parecen copias el día; la ensoñación de las composiciones de
vetustas de sí mismas. Quizás por esto me esa niña que luego fue mi madre, expresa la
agota la literatura de campo cultural. Prefie- importancia de los profesores y la hermana
ro el movimiento continuo entre el territo- mayor que la cuidaba. ¿Desde dónde viene la
rio y la desterritorialización (Deleuze suma imaginación? Palabras, imágenes y territorio
la reterritorialización como tercer eje en interior se sedimentan también, expandien-
el flujo), que vuelve al eterno retorno de lo do la cuadratura del cuaderno. A veces una
desconocido, indicando con estos desplaza- ventana se abre y anima los relatos de cada

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espacio, cada dibujo de la letra, permitiendo en medio de la nada. Su amiga tenía corderos,
salir de la asfixia territorial de la realidad. gallinas y todo lo necesario; la conversación
¿Las líneas de los cuadernos de caligrafía ha- se concentró en las humitas y el puma que
brán sido como los espacios apaisados de la había matado algunos de sus animales. El en-
zona central? cuentro entre las amigas estuvo ambientado
con risas y anécdotas. Muy mayor, la anciana
vivía en la soledad y riqueza natural; ¿quié-
nes habrán sido sus hijos? Lo digo todo en pa-
sado porque la descripción de estos paisajes
se ha modificado; los regímenes de explota-
¿Qué habrá soñado mi abuela? ¿Cuáles fue- ción han secado canales y ríos; los deseos es-
ron los deseos que tuvo para sus hijos y nie- tán entramados de deudas y el pinochetismo
tos? El pueblo donde vivió, Cerrillos, era campea en varios familiares. Algunos primos
una sola calle adonde se entraba como en la cambian sus autos todos los años y al mismo
ilustración infantil de un castillo. Un canal tiempo ―supongo― les gustaría una nueva
separaba la entrada del antiguo fundo, la Constitución, no por convicciones seguras
casa enorme ―ya en decadencia― cubría (¿quién las tiene en esta época?), sino por el
un vasto terreno con una piscina que se veía, deseo de «igualar oportunidades». Pero estas
a los lejos, rodeada de hermosas palmas chi- ambivalencias no impiden plantear las pre-
lenas; luego venía lo demás: la fila de casas guntas de otro modo. La acumulación de los
de los inquilinos. El canal era caudaloso, las daños se enlaza tal vez a cierto duelo; en la
acequias cruzaban distintas construcciones persistencia de la destrucción se atisba una
de adobe y la calle no tenía iluminación. Una nueva provincia digital, compleja y hetero-
vez fuimos a visitar a una amiga de mi abuela, génea. El consumo se une a la necesidad de
caminamos largas horas por cerros y terre- colectividad. La extrañeza es un lugar sin
nos negros de minas, hasta llegar a una casa alambradas; síntomas donde se pierde la lo-

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calización de la herida. La escritura socava de la reparación. Alguien se va derrumbando
un acontecimiento que desvalija; testifica en en su interior, lleva sobre sí los escombros,
Chile distintos derrumbes. A menudo la es- y construye al frente una escollera entre el
critura pasa por un vacío, el crecimiento de océano y la tierra. La partición del espacio
su territorio se cultiva en una ausencia. La es una sensación que procede de cuerpos
ficción indica una promesa, quizás. Imagino desaparecidos, olvidados y espectrales que
a mi amiga con su padre de la cni. ¿Qué ha- merodean en las habitaciones. Mutilación,
brá soñado esa niña? ¿Cómo se repara lo irre- quiebres y rajaduras por donde las rendijas
parable? ¿Cómo nos hemos hecho huéspedes del lenguaje dejan sentir la desolación mis-
de lo inhospitalario? ¿Los exiliados ―pre- traliana. El término de Rivera Garza, «ne-
gunta Bonnefoy en El territorio interior― dan croescrituras», pareciera tener que ver con
testimonio contra el lugar del exilio? todo esto, pero no creo que sea lo mismo.
No sé si calce la cita, opto por dejarla en sus-
penso, aunque me da la impresión que existe
un espíritu parecido sobre el retorno de los
muertos. ¿Un vacío anterior que crea en el
silencio un hospedaje? Sin este desfonda-
Observo la última foto. Ahora viene de un miento, ¿aparecerá la escritura? En Puerca
sueño: están mis hijas, mi madre, mis her- Tierra, Berger aborda esta experiencia de
manas, mi abuela materna; en otro lugar, los vínculo y barrera; el lugar de la escritura
retratos retocados a color que mi abuela tenía como un espacio sin territorio propio. La
de sus hijos y su primer esposo. En lugar de extraterritorialidad es la comunicación de
una escena primordial ―écfrasis de la me- una experiencia abierta, remite al pasado
moria―, asoma la imagen borrosa de una de generaciones anteriores y sus expecta-
promesa. La provincia es el apaisado de un tivas, continuadas por el retorno espectral
cuadro común, imaginativo y experiencial y utópico de sus desapariciones. Ausencias

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© colección museo o'higginiano y de bellas artes de talca

y violencias a las que aún les falta nombre. vincia heideggeriana, todavía tiene ese olor
Cuesta tanto hablar. Cuesta tanto escribir. a la clausura del suelo paterno (la patria),
Vuelvo a Deleuze en La literatura y la vida, aunque siempre hubo algo que la traspasaba
sin coincidir del todo en su alegría: «La li- y derrumbaba; un poema parece un hori-
teratura está más bien del lado de lo infor- zonte que está atrás de quien escribe, una
me, de lo inacabado. Escribir es un asunto casa a cada rato terremoteada; doy la vuelta
de devenir, siempre inacabado, siempre en y veo un segundo el deterioro chileno como
vías de hacerse, y que desborda toda materia la mujer de Lot. Nuestra larga herencia de
vivible o vivida». La casa del lenguaje, la pro- animitas y huacheríos.

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© colección museo o'higginiano

y de bellas artes de talca


ALGUNA LUZ
SOBRE ESTOS
CAMPOS 1 por Pedro Gandolfo

En principio la idea fue escribir una crónica personal


de mi lugar ―una modesta justificación acerca de por Las palabras son sus
qué he permanecido tan insensatamente arraigado a él balizas imprecisas y
durante sesenta años―, pero el duende de la escritura escurridizas: camino,
parece entretenerse en desviar a los caminantes cuyo canal, cerros, culebra,
punto de destino es demasiado nítido. coloso, cocina, Culenar,
Las palabras son sus balizas imprecisas y escurridizas: compadre, Conti, Colin,
camino, canal, cerros, culebra, coloso, cocina, Culenar, van resonando en este
compadre, Conti, Colín, van resonando en este valle, con valle, con su minúscula
su minúscula aldea, ubicado a unos kilómetros al sur po- aldea, ubicado a unos
niente de la ciudad de Talca, y me guían y desparraman kilómetros al sur
por él y hacia fuera de él. poniente de la ciud
Por si se anima, aunque en tiempos del gps quizás ad de Talca, y me guían
las siguientes recomendaciones sean superfluas, de y desparraman por él
y hacia fuera de él.
1 Este texto forma parte del libro Alguna luz sobre estos campos, a pu-
blicarse en 2022 por Ediciones ucm.

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cualquier modo, viniendo desde aquella ciu- lla de carretas―, una de las rutas empleadas
dad ―el centro urbano al cual mi lugar está por los viajeros que después de pasar por Tal-
referido— es común tomar la hoy avenida ca continuaban hacia las ciudades del sur y
Ignacio Carrera Pinto, antes avenida Carlos se aprontaban a cruzar por uno de sus pasos
Schorr por deferencia al fundador de la an- principales ―no había puentes―, el corren-
tigua fábrica de papeles y cartones Schorr y toso río Maule. El perfil de ese viejo cami-
Concha ubicada antaño en su vereda ponien- no en la antigua cartografía es el que sigue
te. Esa avenida, de cerca de un kilómetro y exactamente la populosa avenida de hoy y
medio de largo, surge al sur poniente de la ello explica por qué, al contrario de la norma
ciudad a partir del punto donde la avenida urbana general de diseño de la ciudad, esta

En mi niñez, hace unos cuarenta y cinco años, para los escasos propietarios
de automóviles de esos tiempos (los ricos), y siempre que la ruta no estuviese
cortada por temporales u otro impedimento, todo el trayecto se recorría en
poco más de media hora.

Dos Sur finaliza al tropezar con el célebre avenida en su tramo inicial y final mantiene
estero Piduco. un recorrido sinuoso y curvilíneo, ya que a
En el diseño original de Talca (1742), la medida que la población de Talca fue crecien-
ciudad terminaba hacia el poniente justo en do y desbordando su planta original se fueron
ese punto —la calle Dos Sur en su intersec- trazando calles y edificando construcciones
ción con el referido estero— y desde allí se a su alrededor, siempre con el esquema de
iniciaba un camino en medio del campo hacia manzanas en damero, pero sin alterar el di-
el sur, parte del Camino Real —un nombre seño de ese camino. En una ciudad de planta
pomposo para señalar poco más que una hue- geométrica estricta como Talca —un amigo

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ironizaba diciendo que podría haberla dise- unos ocho kilómetros de marcha. Esa vía fue
ñado Wittgenstein— estas irregularidades de tierra hasta mediados de los años sesenta,
son siempre indicios de una vía rural preur- pavimentado parcialmente durante el gobier-
bana. Hoy el trazo anómalo de esa avenida, no de Frei padre —curiosamente solo el lado
a través de la matemática ciudad, subsiste izquierdo de la calzada— y el resto asfaltado
como el único vestigio del camino antiguo hace muy poco.
rodeado ya densamente por villas habitacio- En mi niñez, hace unos cuarenta y cinco
nales, estaciones bencineras, universidades, años, para los escasos propietarios de auto-
supermercados, bancos, almacenes y centros móviles de esos tiempos (los ricos), y siempre
comerciales de todo tipo. Existe incluso en que la ruta no estuviese cortada por tempo-
sus bordes un café Kafka y un bar gótico, lla- rales u otro impedimento, todo el trayecto se
mado conde Lulo. recorría en poco más de media hora.
Al final de la avenida Ignacio Carrera Pin- Hoy ha disminuido la distancia (al revés
to, para llegar a mi valle, es preciso tomar a del tiempo de recorrido) entre Talca y Colín,
mano derecha la antigua ruta a Maule, ape- ya que, siguiendo el destino de todas las ciuda-
nas señalizada, que, como dije, no es más que des de provincia, Talca ―San Agustín de Tal-
la continuación de aquel Camino Real hacia ca― se derramó pródigamente en las últimas
el sur. Cuando unos trescientos metros más décadas devorando con celeridad kilómetros
adelante, pasado el caserío de Culenar, se en- cuadrados de tierra agrícola, convirtiéndo-
cuentre con el cruce donde hoy se levanta el los en población, cúmulos de casas idénticas
mastodóntico colegio Santo Tomás, es preci- con sus reducidos antejardines, pasajes y el
so desviarse otra vez hacia la derecha. Esa vía rutinario tramado de calles en damero. La
lateral —en nomenclatura vial, la K 610— ciudad de Talca hacia el sur–poniente, direc-
que se adentra hacia el sur poniente en di- ción en que el valle no le opone el obstáculo
rección hacia la costa es, en rigor, «el camino de ningún río o cerro, creció desde el barrio
a Colín», pueblo al cual se arriba después de de La Florida, La Florida talquina ―el límite

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inconmovible campo-ciudad durante toda mi
infancia y juventud―, hasta más allá del case-
río del Culenar, ya en vías de desaparecer por
completo, aproximándose al de Talca Chico,
superponiéndose a la comuna de Maule, ha-
ciendo sucumbir bajo el cemento los fundos de
los Ide, los Reyan, los O’Ryan, parcelas más
pequeñas, árboles, chacras, caserones y ran-
chos de adobe; el recuerdo de las personas que
los habitaron, padecieron y murieron en ellos
y las historias que podrían contar y ya nadie
contara. Talca ya está al lado nuestro.
Colín, Colinas, compadre, campesinos,
chacras. Apenas puede mi retina reconsti-
tuir el paisaje que hace no más de cinco años
se perfilaba en el lugar donde hoy se instaló
el vasto estacionamiento encementado y las
moles del Homecenter y el Tottus o, más al
sur, los colegios Montessori, Santo Tomás,
San Agustín, el cementerio Parque del Mau-
le, las sucesivas villas de apretadas casas para
clase media o viviendas sociales. El grupo po-
blacional más adelantado de la ciudad hacia
el campo —llamado popularmente «las casas
amarillas»― es la Villa Carlos González Cru-
chaga, población de no muy buena fama por
© colección museo o'higginiano

y de bellas artes de talca


ser el sitio en que viven uno que otro narco y
En mi niñez, hace unos
pato malo, cuyo nombre recuerda a un obispo
cuarenta y cinco años, para
católico, un monseñor rangoso que, junto al
los escasos propietarios de
obispo Camus y el cardenal Silva Henríquez,
automóviles de esos tiempos
destacó en la oposición a la dictadura del ge- (los ricos), y siempre que la ruta
neral Pinochet. no estuviese cortada
Pero Talca no termina hoy en un punto, por temporales u otro
no hay una frontera precisa que la separe del impedimento, todo el trayecto
campo, no hay muro ni cercado: se deshila- se recorría en poco más de
cha, meramente se deshace o, más bien, se media hora.
encuentra permanentemente en marcha, Hoy ha disminuido la
haciéndose ―y deshaciéndose― cada mes, distancia (al revés del tiempo
cada día, penetrando en medio de los potre- de recorrido) entre Talca y
ros por una lonja o un rectángulo, desapare-
Colín, ya que, siguiendo el
destino de todas las ciudades
ciendo y reapareciendo a manchones dispa-
de provincia
rejos. La frontera entre Talca y el campo se
asemeja a las orillas de los ríos en este sector,
bajos de caudal en el verano, que no vienen sin calles ni poblaciones, bordeado a menu-
encausados por un lecho definido, sino que do por modestos o presuntuosos chalets en
ocupan un espacio incierto que se modifica sus orillas que surgen en medio de álamos y
por las subidas y aluviones anuales, aunque zarzamoras. ¿Estamos ya en el campo? Así
cada vez menos potentes, domesticadas ya lo parece si el ojo se queda en la superficie
sus aguas por las grandes represas de la pre- de las cosas, pero si se pudiera hablar de «un
cordillera. Todavía, con todo, de pronto la espíritu de la ciudad», de su prolongación
ciudad se acaba y el camino ahora de asfalto inmaterial como cultura, habría que reco-
se interna dando giros por un terreno llano nocer que engloba a Colín (y quizás todo),

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el cual, como lo contaré más adelante, a su global, un tipo nuevo y desde luego bastante
vez, despertó urbanamente en las últimas movedizo, mestizo en muchos sentidos y sin
tres décadas y comenzó también a ponerse pertenencia clara porque aquellos dos nítidos
en marcha no sabría decir si en pos de Talca o polos de antaño ―campo y ciudad― tam-
huyendo de ella. Me imagino que este acerca- bién han perdido precisión e inmovilidad.
miento o acoso o invasión o, ya simplemente, No queda aquí, quién sabe si para bien o
absorción, lo vienen practicando las grandes mal, casi nada del campesino a la antigua, del
urbanizaciones de la zona central respecto de habitante rural de hace cincuenta años, el
sus caseríos periféricos desde hace décadas. peón o inquilino de fundo, los patrones y ca-
Esta indeterminación de los límites en- pataces también se han extinguido o mutado
tre campo y ciudad, empero, no solo es físi- hasta tornarse irreconocibles. Muy de tarde
ca y urbanística, sino también cultural. Por en tarde, por ejemplo, se ve a alguien mon-
esa irregular y mutante orilla de ciudad, ni tado a caballo: el jinete en su cabalgadura es
propiamente ciudad ni campo, pululan mon- ya casi un exotismo que brota de pronto, por
tones de gente, es un territorio nómada, de ejemplo, para una festividad religiosa, como
emigrantes haitianos y colombianos, tempo- la Purísima. En cambio, se usa la bicicleta,
reros urbanos, estudiantes, campesinos se- cada vez más el automóvil ―muchos sin pa-
miurbanizados y habitantes de la ciudad me- peles al día― y la micro de recorrido ―la
dio huasos que viven en el borde, cuyas casas tradicional Talca-Linares de Perales, con
limitan con una autopista y luego con potre- un horario en la mañana y otro en la tarde,
ros donde pastan unas vacas o donde tras las partiendo del terminal de buses Lorenzo Va-
panderetas de los patios corre un canal sucio roli―, a la cual se han añadido cada hora las
con sus sauces y después vienen las chacras micros Taxutal que llegan al centro de Colín
y pastizales. La gente de estos bordes y de y recorren las poblaciones del Colín Nuevo.
Colín mismo es también así, un engendro, De vez en cuando se ve un taxi colectivo ha-
mezcla curiosa entre urbana y rural, local y ciendo una carrera pirata, porque solo hasta

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© colección museo o'higginiano

y de bellas artes de talca


«la Carlos González», esa avanzada de la ciu- me vino a la cabeza lo que me dijo una amiga
dad, hay itinerarios autorizados y llegan allí arquitecta al ver los potreros que rodean Co-
varios buses más de recorrido. Un circuito lín, llanos y arbolados todavía perdiéndose
casi en desuso es el que va del centro de Co- en suaves lomajes hasta un horizonte lejano:
lín, doblando hacia el sur en el cruce donde «Dentro de menos de veinte años todo esto
se ubica el retén de Carabineros ―nuestro estará construido». No niego la posibilidad
«barrio cívico»― y, después de atravesar la de que acaso, en una buena dosis al menos,
línea del tren, tomando a la derecha por la ese pasado merezca morir y estoy consciente
llamada «esquina borracha», sigue el camino que el tono lastimero que usted, quizás, haya
escabroso que atraviesa el cerro conduciendo advertido es solo una «estructura de senti-
a Querquel y Santa Rosa de Lavaderos, un miento», una ilusión nostálgica, que se repite
hermoso rincón que se extiende como un cu- de tiempo en tiempo cuando alguien mira re-
chillo entre los cerros de Maule y Colín y el trospectivamente el lugar en que vive.
río Maule, su frontera. Por todas estas vías Hoy solo el 14 % de la población de Chile
ya pocos caminan a pie, salvo distancias cor- vive en zonas rurales y el aporte de la agricul-
tas, con la excepción de don Manuel Lara, tura suma, a lo más, el 13 % de la economía
quien merece una nota aparte, una especie nacional. La inmigración campo-ciudad se
de reliquia viva de otro tiempo, los tiempos produjo bruscamente a partir de finales del si-
del inquilinaje. glo xix. Los campesinos emigraron en masa,
Al escribir estas notas que están afligidas huyendo de la malas condiciones materiales y
por la velocidad de los cambios y por la desa- morales que padecían en las haciendas, atraí-
parición completa de lo que existía antes de dos hacia el norte por el auge minero y hacia
ello ―paisajes, personas, costumbres, mo- los centros urbanos mayores por la oferta de
dos de pensar, hacer y creer―, un antes, a empleo y las mejores condiciones de vida que
su vez, superpuesto sobre otros estados ante- prometía la industrialización generada en las
riores desaparecidos hace mucho tiempo, se primeras décadas del xx, principalmente en

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Santiago. Entre los años veinte y sesenta, el
Si bien en la actualidad la
ritmo de la emigración continuó alentado en- región del Maule conserva
tonces por la industrialización urbana impul- una alta tasa de ruralidad
sada ahora por el Estado. La ciudad, en vez de y en esta comuna es
cumplir las promesas de prosperidad, relegó todavía mayor, en el
a los excampesinos a conventillos y a las ba- valle de Colín la forma de
rriadas marginales: las poblaciones callam- habitar el paisaje ha
pa. Los gobiernos y las distintas instituciones cambiado radicalmente en
políticas concentraron su atención y acción las últimas décadas porque
sobre la indigencia urbana que, antes de la la política del Estado ha
segregación actual en barrios, era próxima,
promovido la desaparición
del rancho aislado,
visible y gravitante electoralmente. El resto
concentrando al hombre de
de gente que iba quedando en el campo fue
campo en pueblos con una
entregada a su suerte y hasta bien entrado
estructura urbana, a esca
el siglo xx, el poder central había dejado un
la menor, muy semejante a lo
vacío en la zona que los propietarios de las que podría ser una
tierras venían ocupando sin contrapesos des- población de viviendas
de mediados del siglo xviii. Las leyes socia- sociales de Santiago o
les, a partir de los años treinta, incompletas de otra gran ciudad de
y tardías para el campo, fueron ineficaces provincia.
para modificar costumbres y culturas secu-
lares que perduraron hasta bien entrada la central en la política, la literatura y la cul-
década del setenta. tura de los dos primeros tercios del siglo, y
No obstante esta merma cuantitativa y reventará violentamente a fines de los años
creciente de la importancia del mundo rural, sesenta cuando ya menos de un tercio de la
la relación entre el campo y la ciudad será población vivía en los campos.

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Si bien en la actualidad la región del Mau- nostalgia del habitante de la ciudad y de los
le conserva una alta tasa de ruralidad y en pequeños pueblos rurales, una sensibilidad
esta comuna es todavía mayor, en el Valle de que es un remanente ectoplasmático de la
Colín la forma de habitar el paisaje ha cam- migración del campo a la ciudad.
biado radicalmente en las últimas décadas Así, a veces puedo palpar esa sensibilidad
porque la política del Estado ha promovido todavía en estos días, por ejemplo, cuando
la desaparición del rancho aislado, concen- converso con taxistas santiaguinos que me
trando al hombre de campo en pueblos con llevan al terminal de buses o a la estación de
una estructura urbana, a escala menor, muy ferrocarril, al oír las historias de su padre o
semejante a lo que podría ser una población su abuelo emigrados a Santiago desde el cam-
de viviendas sociales de Santiago o de otra po y la bucólica y pastoral descripción de la
gran ciudad de provincia. zona rural de donde provenía su familia e,
El nuevo campo, el campo de Colín, subiste incluso, de las vacaciones que, de tanto en
de un modo muy diferente al campo antiguo, tanto, pasan en las tierras de algún tío o fa-
presetentero, aquel cantado por la literatura miliar descendiente de los que se quedaron.
criollista y que sobrevive como congelado en El colmo fue hace poco cuando tomé en pleno
la mentalidad de tantos habitantes de la urbe centro a un taxista, una suerte de caricatura
y en el recuerdo de los colinenses más viejos. del huasamaco, que cuando logré interrum-
Ese antiguo campo chileno, el que se re- pir su verborrea payasesca, temeridad en que
construye en septiembre en Santiago duran- jamás incurro, y le pregunté «¿Señor, usted
te «la semana de la chilenidad», ha muerto vive en el campo?», me respondió: «No, pero
acá en Colín, pero es aún una potente ilusión mi taita de niño me contaba de su vida en el
fantasmagórica del citadino, una construc- sur y yo, le prometo, soy feliz en medio de las
ción simbólica y compleja, alimentada man- vacas y los caballos y, le cuento, que si usted
comunadamente por los afanes de cierta éli- sigue derechito por Carmen hasta el final,
te, por políticas culturales del Estado y por la en La Pintana, cuando la calle ya no se llama

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Carmen, va encontrar mi solar [sic], donde cano, español o criollo, socialista o liberal,
tengo una yegua y dos caballos, con su pese- civilizar consiste en crear ciudades y pueblos,
breras y todo y, le digo más, que si mi mujer, y el campo, más todavía hoy, que demográfi-
que no es mi señora, conviviente nomás, se ca y económicamente pesa poco, es un terri-
me pone mañosa, yo pesco todas mis cositas torio difuso, difícil de promover a través de
y me voy a la pesebrera a dormir con los ca- políticas, sin contenido preciso, más bien un
ballos». Y mientras me seguía contando con telón donde proyectar ficciones y nostalgias,
su lenguaje artificialmente pintoresco su vida que no ha sido ni es prioridad. Eso no signifi-
de huaso en Santiago, pensaba en la fuerza ca, sin embargo, que ciudad y campo hayan
que poseen estas ideologías capaces de cons- funcionado desconectados ni que el campo
truir personajes como Luis Valentín Ferrada presente rasgos del todo opuestos o inde-
o Manuel González, el chofer que conducía pendientes de aquella, sino que siempre se
mi taxi, cuyo vínculo real con el campo era ha dado una continuidad a veces más visible y
nulo (acaso el de su taita también era puro directa, otras más subterránea y oblicua, en-
cuento) y, sin embargo, había logrado plas- tre ambos. Colín ―que en documentos más
mar en él un prototipo que lo fascinaba y antiguos aparece como «Collin» o «Collin-
moldeaba por entero. hue»― inesperadamente, a medida que es-
¿Qué de verdadero y qué de falso hay en cribo este libro, me ha ido resultando un mi-
esa imagen del campo y del huaso chileno a crocosmos ejemplar ―quizás el instrumento
la antigua? ¿De dónde surge su atractivo, óptico adecuado― para mostrar el cariz y el
cómo y cuándo surgió el mito? ¿Cuál ha sido matiz de algunas de esas movedizas, aunque
y cómo ha cambiado el vínculo social, eco- siempre promiscuas, relaciones y preguntas,
nómico y cultural entre la ciudad y el campo forzándome a avanzar y retroceder y, sobre
en nuestra historia? ¿Cómo concurrió la li- todo, a mezclar, con tensión y fuego, memo-
teratura y el arte a estas transformaciones? ria e historia, recuerdo personal e indagación
Para el Estado chileno colonial o republi- acerca de esa cosa extraña llamada Chile.

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BLAN

© Carlos Piña
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NCA ZÚÑIGA por Cristián Rau

«Me parece que esa vitalidad


es lo que tenemos en común
en estos entornos, en donde la
obsolescencia no es tan castigada
como en las grandes ciudades»
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Tres señores de edad, uno cemento; unos yuyos que des- rios en espacios públicos «no
con chupalla y dos con jockey, puntan en la sombra y, más oficiales». El frontis de un al-
todos con sus buenas parkas, atrás, unas casas con rejas de macén de barrio, las graderías
miran a la cámara y medio malla de gallinero y cubiertas de una cancha de fútbol, el re-
que sonríen. Están sentados de zinc. Ambas fotos, la pri- fugio de un arriero arriba en
en un paradero, de esos con mera tomada en Casas Viejas la cordillera o un puesto con
tejas de arcilla, la estructura y la otra en Chanco, están im- sombra, pasan a ser utilizados
hecha en rollizos impregna- presas en un sobrio blanco y como lugares donde las per-
dos y los muros de cemento, negro, sin gran saturación de sonas, sin pensarlo demasia-
generalmente pintados en co- contrastes; sin ampulosidades do, confluyen y comparten.
lores crema-chillones, típicos estéticas. Crean communitas, postula
de las zonas rurales maulinas. El libro Espacio público ru- Zúñiga en el epílogo, pro-
Da la impresión de que no es- ral (Sa Cabana, 2021), de la poniendo que en este tipo de
peran a ninguna micro ni bus, arquitecta y profesora de la resignificación de escenarios
más bien parece que están Escuela de Arquitectura de la por parte de los habitantes de
matando la jornada. En la foto Universidad de Talca Blanca un sector, las fronteras que
anterior, una pareja de vieji- Zúñiga, muestra a través de separan a los miembros desa-
tos aparecen sentados —a una serie de fotografías (to- parecen, la identidad se cede
una distancia prudentemente madas en su mayoría por sus para asegurar la superviven-
pudorosa—; él de sombrero y alumnas y alumnos), acom- cia común.
bastón, ella con un delantalci- pañadas de algunas sucintas Estas reflexiones sobre la
to coquetón y medias tejidas. reflexiones, cómo los habitan- apropiación de ciertos espa-
No sonríen, pero parecen a tes de los sectores periféricos cios que no fueron pensados
gusto. La banca y ellos están de las ciudades y de las zonas ni propuestos por el apara-
apoyados en un muro de la- rurales de la región del Maule taje estatal ―o por la arqui-
drillos; se deja ver una calle de transforman ciertos escena- tectura—, sirvió además

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para establecer cierto punto HAY UN ASUNTO QUE ME incluso algunas ciudades de
de contacto entre varias pu- PARECE INTERESANTE la región, tales como Curicó
blicaciones recientes y más COMO PUNTO DE PARTIDA. o Linares, debieran ser con-
o menos locales que han sis- PESE A QUE EL LIBRO SE sideradas rurales. Pero si nos
tematizado dudas, cavilacio- LLAMA ESPACIO PÚBLICO vamos a lo más esencial, son
nes similares y que tienden RURAL VARIOS DE ESTOS lugares que aún conservan
a especular sobre las formas LUGARES, O ESCENARIOS, una manera de habitar que se
de construir/habitar espacios ESTÁN EMPLAZADOS cocina a fuego lento. Pueden
que, por estar situados en lu- EN SECTORES QUE tener ya ―y al fin— calles
gares alejados de las ciudades PODRÍAMOS DEFINIR asfaltadas, pero tienen un
y sus posibilidades, han in- COMO URBANOS (O transitar pausado... Desde mi
ternalizado en sus soluciones URBANIZADOS). ¿CÓMO manera de ver contienen un
pragmáticas ―constructivas DELIMITAS ESA LÍNEA reloj biológico interno como
o de habitabilidad— sus ruti- ENTRE LO URBANO Y LO grupos humanos, que habili-
nas, oficios y prácticas vitales. RURAL? ta a sus habitantes a generar
Pensamos, por ejemplo, en estas instancias que fueron
Ruina (Bifurcaciones, 2021), Hay una definición de urba- retratadas en el libro.
de Jonnhatan Opazo, Del te- no en nuestro país, que está
rritorio al detalle (Bifuraciones, operativa desde el 2010, mo- MÁS ALLÁ DE
2021), editado por Germán mento en que Chile pasa a ser LOS ESTÁNDARES
Valenzuela, Vivienda rural en el miembro de la ocde, y dice INTERNACIONALES,
Valle Central (arq Ediciones, que para ser considerados EN ESTAS «CIUDADES
2017), de Felipe Alarcón, y urbanos, el sector debe conte- INTERMEDIAS» HAY UN
Donde la arquitectura no llegó: ner un centro poblado de más TRÁNSITO MUY FLUIDO
conversaciones abiertas con Gru- de 200 000 habitantes. Si lo ENTRE AMBAS ALMAS QUE
po Talca (A2, 2021). vemos desde esa perspectiva LA COMPONEN (RURAL

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Y URBANA; MODERNA LA ARQUITECTURA NO nera maravillosa lo que ha
Y ARCAICA) Y POR LLEGÓ: CONVERSACIONES sido esencial para nosotros
ENDE ENTRE RELOJES CON GRUPO TALCA, SE como Escuela en la forma-
BIOLÓGICOS DISTINTOS. CUESTIONA EN TORNO A ción de arquitectos desde sus
¿QUÉ RESCATAS DE ESTE «SI TIENE O NO SENTIDO inicios: el territorio. Eso, en
MOVIMIENTO OSCILANTE CENTRAR LA PRODUCCIÓN el entendido de que la poten-
ENTRE AMBOS LUGARES? DE PENSAMIENTO DENTRO cialidad de lo que tenemos no
DE LOS LÍMITES URBANOS está necesariamente en las
Creo que a ratos esos relojes EN UN PAÍS CON TANTA ciudades de la región, sino
biológicos se contraponen. RURALIDAD» Y «CUÁLES que en todo aquel saber ha-
Para nosotros, los citadi- SERÍAN LOS APORTES cer que está en lo no-oficial,
nos, el tiempo es un recurso DESDE NUESTROS en los márgenes de lo reco-
escaso, por lo tanto, un bien CONOCIMIENTOS SI nocido. Aquello que se hace
valioso. Me parece que en DICHA DESURBANIZACIÓN sin un afán estético, sino que
lo rural funciona distinto, INTELECTUAL SE LLEVARA nace desde su íntima verdad. 
por eso para nosotros esa A CABO» ME PARECE
manera de relacionarse en- QUE ESTE TRABAJO EN LA VISIÓN DE GRUPO
tre sus habitantes se cubre CLARAMENTE BUSCA ESE TALCA HAY UNA GRAN
de extrañeza hacia nuestros FIN. ¿QUE PIENSAS EN ESE PREPONDERANCIA Y
ojos. Sería maravilloso que SENTIDO? RESPETO POR LOS SABERES
esa lentitud fuese una condi- Y LOS OFICIOS. ¿CÓMO SE
ción que permeara a nuestra Me parece que tanto Mar- APLICA EN LOS ESPACIOS
existencia cotidiana. tín del Solar como Rodrigo QUE TRABAJASTE?
Sheward, los miembros de
GIULIANO PASTORELLI, Grupo Talca, lograron em- En esos espacios los saberes
EN EL PRÓLOGO A DONDE paparse y cristalizar de ma- u oficios son clave, pues no

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son un asunto de opción. Se interior. Quizás me apoyo PARADEROS, VEREDAS,
construye con lo que se tiene en el concepto griego de la CANCHAS DE TIERRA, EL
y cómo se sabe construir. El alétheia que trabaja Heideg- FRONTIS DE UN BAZAR DE
saber hacer muchas veces vie- ger, en donde la verdad nace BARRIO O LA LOMA DE
ne fuertemente relacionado a desde el desocultamiento, UN CERRO SON ALGUNOS
los oficios. Nosotros como ar- desde cuando la verdad en DE LOS ESPACIOS QUE SE
quitectos aprendemos de esa realidad es una revelación de RETRATAN EN ESTE LIBRO.
relación y la tratamos de tras- la existencia en sí misma. En ¿QUÉ ES LO VALIOSO DE
ladar a nuevos lugares, pero la manera y el modo en el que ESTOS LUGARES?
es sin duda en estos espacios los usuarios se presentan a sí
en donde ese saber hacer tie- mismos frente a los otros, en Nada y todo. Los espacios que
ne origen. Como decía antes, lo público, pareciera haber ahí se consolidan no son en sí
no es una opción. una verdad que les es propia. mismos. La tienda de varie-
A tal punto que el modo y la dades es solo una excusa que
PERMÍTEME VOLVER SOBRE manera de estar en lo públi- atrae a sus fieles día a día y
UNA PARADOJA QUE co, entre un poblado y otro, desde ahí se generan las ins-
MENCIONASTE: ESTÉTICA no revisten necesariamente tancias de reconocimiento, de
VERSUS VERDAD. ¿PODRÍAS las mismas características. encuentro, de consolidación
PROFUNDIZARLA? Claro que estas maneras, en sí de lo público; como aquella
mismas, seguramente siguen instancia en la que todos te-
Me refiero a que hay una in- una estética que les es propia, nemos algo valioso que com-
fluencia muy potente desde pero pareciera no estar tan a partir. Es desde ahí que tam-
la cultura de masas que dicta merced de una cultura de ma- bién uno puede comprender
el cómo deben lucir las cosas. sas que es incapaz de ver, y que desde esa empatía entre
De alguna manera, estos lu- por lo tanto reconocer, estas aquellos que se encuentran
gares mantienen su verdad excepcionalidades. frecuentemente, esté la capa-

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© Nicolas Ahumada
cidad de ellos de organizarse, QUE LOS PROCESOS
¡Exacto!, y ahí reside su belle-
construirse como comunidad, za. No son objetos repetibles CONSTRUCTIVOS?
en el sentido del communitas infinita cantidad de veces.
de Esposito, en donde cada No porque sean muy exito- Me parece muy interesante tu
uno se debe al otro, en don- sos como espacios públicos, ángulo, pues desde tu mirada
de el yo es menos prioritario, en una ocasión lo serán en son dos asuntos, el habitar
quizás, que el nosotros. Es de otra locación, pues no son el espacio y el proceso cons-
ahí que el lugar en sí mismo en sí mismos. Como sociedad tructivo. Cuando en el libro se
no es lo importante, sino que nos debemos muchas veces a identifica un lugar, ese lugar
lo que es capaz de albergar.  la producción en serie. Nues- está compuesto del cobijo y de
tro legado fordista ha traído lo cobijado, son una sola cosa.
LA ELECCIÓN DE ESTOS como consecuencia la necesi- No existe el espacio público
ESPACIOS POR PARTE DE dad de que una vez consegui- sin sus bordes, y no existe el
SUS USUARIOS PARECE do un éxito, hay que repetirlo espacio habitado sin sus for-
SER AZAROSA, EN TANTO una innumerable cantidad de mas de ser habitado. Es una
QUE SON REFUGIOS veces, y con ello hemos per- simbiosis que, al menos para
PASAJEROS, A VECES dido la capacidad de observar mí, es indivisible.
SIMPLES TECHOS PARA con detención y desde ahí En ese sentido creo que el
VER PASAR EL TIEMPO. operar. Estos lugares van en el español nos hace separar con-
¿CUÁL ES EL VALOR DE sentido absolutamente opues- ceptos. El idioma inglés hace
ELLOS EN TÉRMINOS to a los procesos de seriación. una linda síntesis que nos sir-
ARQUITECTÓNICOS? TE ve para este caso, en donde el
LO PREGUNTO PORQUE ¿PARECE, ENTONCES, QUE verbo «to be» engloba en un
PARECEN NO SEGUIR SON MÁS IMPORTANTES vocablo dos definiciones que
NINGÚN «PROGRAMA» LAS FORMAS DE HABITAR son pertinentes a esta conver-
DADO. ESTOS ESPACIOS sación: ser y estar. Me parece

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que estos lugares tienen esas medios económicos, que les que ella contenía en tanto
dos condiciones en un solo lu- dan más autonomía sobre fue capaz de albergar todas las
gar. El ser en su condición abs- sus opciones a los propios ideas que para nosotros aún
tracta y el estar en una condi- habitantes, pero hay un son claves como sociedad.
ción más concreta. Estos son asunto central. Estos lugares
los lugares del «to be». guardan una riqueza enorme. ESTOY DE ACUERDO. EN
En el solo acto de tener la ESE MISMO SENTIDO,
ME GUSTÓ MUCHO QUE oportunidad de sentarse en ¿CÓMO CREES TÚ QUE
LAS FOTOS TENGAN UN una sencilla banca de madera SE DEBIESEN PENSAR
SENTIDO DESCRIPTIVO, a ver el tiempo pasar, y desde ESTOS LUGARES PARA EL
QUE SIMPLEMENTE ahí  esperar a un potencial FUTURO COMPRENDIENDO
NOS MUESTREN LOS (o no) encuentro. Ahí, justo QUE LO IDEAL NO SERÍA
ESCENARIOS, Y QUE ahí, estamos frente a algo que TRANSFORMARLOS EN
NO HAYA UN AFÁN POR para nosotros es un lujo. Yo CIUDADES Y MANTENER
ESTETIZAR LO SIMPLE Y A diría que el bien más escaso de SUS CARACTERÍSTICAS,
VECES PRECARIO. todos, el tiempo, y eso es algo SUS RIQUEZAS?
que hay que reconocer. La po-
Quizás ahí difiero, pues si breza no está necesariamente Ahí creo que no tengo una
bien los escenarios están en no tener bienes materia- respuesta concreta para en-
simplemente mostrados ―y les. Creo que un ejemplo de tregarte, pues, para comen-
no pretendo romantizar en ello es que uno pudiese decir zar, antes de saber el cómo se
lo absoluto la pobreza rural, que la cabaña de Heidegger en deben pensar también lo que
pues sigue siendo pobreza― la Selva Negra era tremenda- está relacionado a quienes lo
creo que ahí hay una dis- mente pobre por lo sencillo de debiesen pensar, entonces
tinción que hacer. En estos su materialización, pero creo es difícil definir en términos
lugares hay una pobreza de que es innegable la riqueza metodológicos cómo se pen-

mr | 101
sarán si no se sabe quiénes LIBRO, ¿NO? CELEBRAR LA mos también a su merced al
lo pensarán. En lo concreto, CREATIVIDAD EN TORNO momento de hacernos cargo
es diferente el escenario de A CÓMO SE SOLUCIONA de nuestros hábitats.
pensarlos desde un gobierno CON LOS ELEMENTOS QUE En estos lugares rurales aún
regional (top down) a pen- SE TIENEN A LA MANO LOS se conservan algunas de estas
sarlo desde las comunidades PROBLEMAS URGENTES. lógicas de la autogestión del
(bottom up). Creo que la clave CIERTA CHISPEZA DEL hábitat cotidiano, esa chispeza
está en lograr vincular ambas CHILENO. a la que tú aludes, no es más
miradas para definir el deve- que ver lo que hay alrededor
nir de estas lugaridades, y eso Es que creo que en los últimos y saber operar con eso como
como figura hoy no existe. cien años, al menos en Chile, materia de base. Parece sen-
ha ocurrido un fenómeno bas- cillo, pero no lo es tanto para
GERMÁN VALENZUELA tante característico en nues- alguien que nunca ha vivido
PROPONE QUE UNA DE tras sociedades: pasamos de en ese estado de las cosas. Al
LAS CARACTERÍSTICAS ser gestores y constructores parecer esa capacidad de re-
COMUNES EN LA de nuestros entornos do- accionar y salir ganando con
PRODUCCIÓN mésticos y productivos a ser lo que tengo a mano se acer-
ARQUITECTÓNICA consumidores de ellos; terce- ca bastante a lo que cotidia-
LATINOAMERICANA rizamos el «saber hacer» que namente se denomina inno-
RECIENTE CONSISTE nos hacía capaces de autoges- vación, solo que aquí no hay
EN «LA INTELIGENCIA tionar nuestros espacios. Y patentes de por medio.
CON QUE SE CONSIGUE con eso, como sociedad, nos
MUCHO CON POCO». hemos sumido en una pobre- PODEMOS PERCIBIR
ME PARECE QUE ESTE ES za enorme, pues dependemos CIERTO HILO CONDUCTOR
UNO DE LOS ASUNTOS siempre de otros (maestros, EN ALGUNAS IDEAS
FUNDAMENTALES DE TU Homecenter, etcétera) y esta- PUBLICADAS

mr | 102
RECIENTEMENTE Y EN paz de arribar a sistemas de relación dialéctica, en don-
CIERTA FASCINACIÓN POR innovación incluso; es desde de hay siempre una que in-
LO PEQUEÑO, POR LO donde los hábitats nacen y, forma a la otra, en un loop
DESPRECIABLE —SE con ello, las comunidades ahí que es tan continuo como
AVENTURA A DECIR albergadas. la vida misma. Habitamos y
GREGORY COHEN EN desde ahí construimos lo que
LA PRESENTACIÓN DEL LA ÚLTIMA. MÁS ALLÁ DE luego habitaremos, etcétera.
LIBRO—. «ARQUITECTURA ESTAS CARACTERÍSTICAS Esta lógica, yo creo, que hace
DE ESCASEZ» LO LLAMA SOBRE LAS QUE HEMOS que lo construido se encuen-
GERMÁN VALENZUELA ESTADO CONVERSANDO tre siempre en medio de un
O «ESTACIÓN —NECESIDAD, INGENIO, proceso de cambio, pues lo
TERMINAL» —EL USO OFICIO, ETCÉTERA—, entiendo como una exten-
ÚLTIMO E IMPENSADO ¿PODRÍAMOS RECONOCER sión de la vida de quienes lo
QUE  SE LE DA A ALGUNOS CIERTAS FÓRMULAS habitan, y esta rara vez se
OBJETOS EN EL MUNDO COMUNES EN LA FORMA mantendrá en una constan-
RURAL— QUE SOSTIENE DE CONSTRUIR PRIMERO te invariable, sino que todo
TOMÁS ERRAZURIZ. Y DE HABITAR LUEGO, EN lo contrario. Los ciclos vita-
¿COMPARTES ESTA ESTAS ZONAS RURALES? les nos cambian, y con ello
IMPRESIÓN? («CULTURA Y PAISAJE nuestros requerimientos con
SE VINCULAN COMO el entorno construido. Me
Interesante, yo creo que con EXPRESIÓN CONSTRUIDA» parece que esa vitalidad es
lo que describes, más que una PROPONE FELIPE lo que tenemos en común en
estación terminal es la esta- ALARCÓN). estos entornos, en donde la
ción germinal, pues es desde obsolescencia no es tan cas-
esa mirada creativa sobre las Entre el construir y el habi- tigada como en los entornos
cosas del entorno que soy ca- tar me parece que hay una de las grandes ciudades.

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mr | 104
NEONORTINOS
LITERATURA FRONTERIZA EN EL NORTE GRANDE
por Rodrigo Ramos Bañados | fotografías Samuel Salgado

mr | 105
LOS NEOCHILENOS
como una banda de ladrones,

salimos de arica

y cruzamos la frontera

de la república.

por nuestros semblantes

hubiérase dicho que cruzábamos

la frontera de la razón.

y el perú legendario

se abrió ante nuestra camioneta

cubierta de polvo

e inmundicias

como una fruta sin cáscara,

como una fruta quimérica

expuesta a las inclemencias

y a las afrentas.

ROBERTO BOLAÑO
E
l denominado norte Puede decirse que «Norte Grande» es un
grande es un territo- concepto acuñado después de la novela ho-
rio anexado a chile mónima de Andrés Sabella. La denomina-
tras la violenta gue- ción ha sido cuestionada con el tiempo desde
rra del pacífico o del la literatura, como veremos más adelante,
guano. entendemos «porque el norte de Chile de grande tiene
por el Norte Grande la zona geográfica que poco», escribió el poeta Luis Moreno Pozo,
comienza en Arica y termina en la ciudad de en una metáfora de desencanto.
Taltal. Las conexiones comerciales y la con- El desarrollo del comercio, a través de
finidad cultural, en este caso la literaria, nos tratados y carreteras, bautizó al citado te-
permiten visualizar a otro norte, desde el rritorio como la Zona de Integración del
punto de vista chileno, en los últimos quin- Centro Oeste de América del Sur (Zicosur).
ce años. Este territorio abarca el sur de Perú, De esta manera, Zicosur se ha transforma-
incluyendo Arequipa y especialmente Tacna; do en una palabra para catalogar todo tipo
además de Cochabamba, en Bolivia, y en me- de actividades transfronterizas comercia-
nor medida Salta, en Argentina. les con un alcance que llega hasta Para-

O mr | 107
guay. En el área cultural de Roberto Bolaño desarrollado surgimiento de nuevas edito-
Antofagasta, por ejemplo, en Arica, con el anexo de una riales y a la creación litera-
el apellido Zicosur lo lleva presentación en Tacna de los ria, es el eje Arica y Tacna el
una feria del libro, un festi- ganadores y escritores perua- más prolífico de este Nuevo
val de teatro y un festival de nos. La actividad se realizó Norte Grande. Luego Iqui-
orquestas. Hasta antes de la por cuatro años consecutivos, que, y en menor medida An-
pandemia, la feria del libro cuestionando el simbolismo tofagasta, que en los últimos
era el principal evento cul- de la frontera en un territorio años ha estado concentrado
tural de Antofagasta, por su con intereses comunes. como un importante polo de
cantidad de asistentes y por Arica y Tacna pueden ser gestión literaria y cultural.
el respaldo económico de la entendidas como un área
gran minería y del Estado, metropolitana que alberga
a través de financiamientos alrededor de un poco más de
para la cultura. La excusa medio millón de habitantes.
era el libro para desarrollar La frontera, en este caso,
una feria donde se vendían cumple más bien un rol buro- R etrocedamos en el tiempo.
hasta jabones. crático. Más al sur de Arica Antes del conflicto bélico, en
El vínculo literario al que se encuentran Iquique, Toco- las medianías del siglo xix,
nos referiremos en este texto pilla, Calama y Antofagasta, Iquique era un puerto mayor
es más profundo y silencioso, ciudades unidas por la Pana- para Perú; Arica había sido
pero a finales de la segunda mericana, que mantienen el fundada en 1541 y Calama
década de este siglo logró una común denominador de estar ya era capital provincial en
visibilidad nacional. emplazadas en el desierto 1540, bajo la bandera boli-
Puede considerarse como más seco del mundo. viana. Antofagasta, puede
un hito mayor la premiación Si podemos cuantificar el decirse, es la única ciudad
del concurso para jóvenes impulso literario respecto al novel surgida en la década de

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1860 como puerto utilitario evidenció con mayor fuerza extractivismo privado y es-
para la floreciente industria esta ola inmigratoria pro- tatal ha invertido lo mínimo
minera que comenzaba a ex- veniente mayormente del en la región.
tenderse cerro arriba. sur de Chile y de países li- En ese territorio en mo-
Todas estas ciudades, a las mítrofes y europeos, espe- vimiento de principios del
que podemos sumar a Tacna, cialmente balcánicos. De siglo xx, la imprenta cum-
en los años posteriores a la esta manera se va confor- ple un rol fundamental para
guerra experimentaron un mando una identidad social manifestar las molestias,
proceso de «chilenización», más acorde al momento de demandas y propiciar el
a veces solapado y en otras la Revolución Industrial, di- debate. Surgen diarios: en
cruento. El punto más ex- ferente al Chile del sur, don- las paredes son desplegados
tremo lo encontramos en las de prima una oligarquía te- avisos de las más diversas ín-
Ligas Patrióticas, una suer- rrateniente y conservadora doles. A medida que avanza
te de clanes paramilitares que se acomoda en el poder el siglo, las malas condicio-
amparados por la autoridad a través de la política. nes laborales en la minería
para expulsar por la fuerza a Desde el centro del país, son denunciadas a través de
peruanos, bolivianos y todo donde históricamente se han folletos. Las imprentas, en
lo que pudiera ser considera- tomado las decisiones, estas manos de las organizaciones
do de «rostro andino». tierras de riquezas insospe- obreras, cobran un real pro-
La floreciente industria chadas son vistas como un tagonismo comparable a las
salitrera atrajo inmigrantes botín de guerra. Surge en el actuales redes sociales.
de todas las nacionalidades norte una fuerte crítica hacia De estas imprentas rela-
a los nuevos territorios chi- el centralismo, opinión que cionadas al quehacer de los
lenos. Es en Antofagasta se extiende hasta nuestros trabajadores surge en Iqui-
donde el crecimiento fue días. El caso más patente es que la que para algunos es
más explosivo y donde se el de Antofagasta, donde el considerada la primera no-

mr | 109
vela fundacional del norte. periódico llamado El Pueblo, Garafulic. Carnalavaca hace
Se trata de Tarapacá (1903), cuya línea editorial era de- referencia a una gran mina
escrita bajo el seudónimo de latar las malas condiciones de cobre que cambiará la
Juanito Zola. laborales de los obreros en historia del país. La alusión
contraposición a los privile- es a Chuquicamata. Con un
gios de la clase adinerada de discurso crítico y político,
Iquique, visible en espacio- Garafulic aboga por la nacio-
sas casonas de pino Oregón nalización del cobre que en
de la calle Baquedano, toda- Carnalavaca está en manos de
La anécdota que rodeó a la vía muy bien conservadas. capitales estadounidenses. El
novela resume las conse- La novela, a su modo, se ade- mérito de esta novela es que
cuencias de la aparición de lanta a la fatídica matanza proyecta el actual mapa de la
una obra crítica hacia la in- de la Escuela Santa María, el minería en el norte de Chile,
dustria minera y las clases 21 de diciembre de 1907. Ta- donde a excepción de Codel-
privilegiadas que emanan rapacá lleva las ideas críticas co, todas las minas son pri-
de esta. En este caso, el li- del periódico a la literatura. vadas. Carnalavaca padeció el
bro fue inmediatamente si- Las opiniones posteriores silenciamiento en su tiempo,
lenciado. Luego, incluso, se sobre la calidad del texto especialmente en los medios
atentó con fuego contra la son dispares, sin embargo, de la propia región minera.
imprenta y hasta con la vida lo valioso es que retrata muy El crítico literario Yerko Mo-
de los autores. Pero vamos bien una época de profundas retic, en un artículo de épo-
por parte. divisiones sociales. ca, puntualiza que «a causa
Nicanor López y Osvaldo Más adentro del siglo pa- de razones obviamente polí-
Polo dieron vida al seudóni- sado, un caso menos extre- ticas, ha sido olvidada o sub-
mo Juanito Zola. Ellos man- mo lo padeció la novela Car- estimada por la mayor parte
tenían una imprenta y un nalavaca (1932), de Andrés de los críticos».

mr | 110
Un relato más amable es L a literatura nortina pre- los une la raíz comunista, en
la novela Norte Grande (1944) dictadura es generosa. Las una época en que la intelec-
del carismático poeta Andrés temáticas comunes pueden tualidad nortina simpatizó
Sabella Gálvez. A diferencia englobarse en la minería con con las ideas que acuñaron
de las novelas anteriores, las alabanzas hacia su traba- los obreros del salitre y luego
Norte Grande ha sido muy di- jador; un hombre rudo que del cobre.
fundida en esta zona a través soportó desventuras sociales Bahamonde se transfor-
de la cofradía literaria que y climáticas para arraigarse ma en una figura funda-
el escritor formó durante su en la hostilidad del desier- mental dentro de lo que se
vida. Si bien el nombre de to. Hay frases significativas puede hablar de identidad.
Sabella está más relacionado como «el hombre que domó Mezcla un trabajo poético,
a la poesía, aquí incursiona el desierto». Siempre la fi- ensayístico y en prosa. La
en la prosa con una obra que gura masculina en el pedes- mayoría de sus cuentos es-
en su momento generó todo tal, dejando a la mujer en un tán basados en este hombre
tipo de reacciones por eng- segundo plano o sumida a nortino, a ratos vivaz, ale-
lobar la crónica, la poesía, labores de esposa, cantinera gre, violento y otras veces
la historia y, por cierto, la o prostituta. En menor me- triste, que abrió camino en
prosa. El libro sigue provo- dida, la literatura hace refe- la pampa agreste. De Baha-
cando polémicas por la omi- rencia al mar, especialmente monde es la frase que dice
sión de cruentas matanzas, con Salvador Reyes en sus que «el nortino es hijo legí-
sin embargo, es una pieza cuentos de El incendio del as- timo de la aventura», que se
fundamental en la historia tillero (1964). desmarca de los pueblos ori-
literaria de aquel territorio Los narradores que me- ginarios y hace referencia a
del país. Norte Grande contó jor reflejan estos tópicos son quienes poblaron el norte
la historia del salitre con sus Mario Bahamonde y Luis pese a todas las inclemen-
logros y desesperanzas. González Zenteno. A ambos cias climáticas y laborales.

mr | 111
La cita de Bahamonde per- de la visibilización de la lite- elogios de Parra, Pablo Neru-
manece vigente en el tiem- ratura nortina a nivel nacio- da y del mismo Andrés Sa-
po al revisar las nuevas mi- nal. La frase de Pablo Neruda bella por su poesía. También
graciones, especialmente de es clara: «Mientras Sabella cultivó la narrativa y apare-
colombianos y venezolanos nortiniza la literatura, yo la ció en varias antologías.
que se han asentado en dicha ensurezco». En Antofagasta
zona. Bahamonde también es, sin duda, el escritor más
podría decir de ellos que son influyente, en una ciudad
nortinos, «hijos legítimos de que siempre lo buscó y en-
la aventura». contró como maestro, poeta
El iquiqueño Luis Gonzá- y amigo. E n Arica surge Tebaida, una
lez Zenteno, cuyo legado es Yolanda Nana Gutiérrez, revista literaria-poética que
poco conocido, reflejó muy poeta de Arica que vivió gran va a transcender. Aparece en
bien el movimiento obrero parte de su vida en ese lugar, 1966, pero hay que esperar
de Luis Emilio Recabarren en es una autora a quien le faltó hasta 1968 para ver editada
las obras Caliche (1954) y Los más reconocimiento nacio- su primera publicación con
pampinos (1956). Al igual que nal en vida o, por lo menos, ese nombre, bajo el alero de
Bahamonde, y tantos más eso dicen las crónicas sobre Alicia Galaz y Oliver Welden,
como Homero Bascuñán, su ella. Sus poemas, que caben donde sobresalen las xilogra-
trabajo no ha sido rescatado en lo que Nicanor Parra de- fías de poesía visual de Gui-
ni conectado con las nuevas sarrolló como antipoesía, llermo Deisler. Este último es
generaciones de lectores. recorrieron el mundo; fue- una figura trascendental en la
Es Andrés Sabella, con su ron recopilados en The South primavera de las artes plásti-
labor de articulador en los America of the Poets (1970) cas en Antofagasta, a finales
medios de Santiago y caris- con traducciones al inglés, de la década del sesenta y
ma, el principal responsable francés e italiano. Recibió principios de los setenta. Fue

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académico de Artes Plásticas tiempo en un referente poé- Norte Grande hasta la segun-
de la sede Antofagasta de la tico de Antofagasta, cuya pe- da década del siglo xxi, te-
Universidad de Chile, época queña obra, en cantidad, ha niendo a Arica, nuevamente,
que coincidió con Mario Ba- conectado generaciones por como escenario.
hamonde como jefe de Exten- su sutileza.
sión de esa sede. Un hecho importante de
El nombre Tebaida provie- Tebaida es el vínculo con Perú,
ne de Tebas como concepto, el más prolífico que se había
una fortaleza en el desierto, dado entre ambos países, a
«un desierto de amistad», se- través de autores como Wins- E n dictadura la edición de
ñaló Galaz en una de sus en- ton Orrillo, José Luis Ayala, libros decrece, como es de
trevistas. Alberto Varcárcel, Omar suponer, por las propias li-
En Tebaida, que conectó Aramayo, Rosa del Carpio, mitaciones de la época. Ariel
los setecientos kilómetros Arturo Corcuera, Alejandro Santibáñez es perseguido y
que separan Arica de Anto- Romualdo, entre otros auto- desparecido; Eduardo Díaz
fagasta, participaron, en- res. El grupo además organizó Espinoza es proscrito y per-
tre otros, los poetas Óscar numerosas actividades como seguido; y Andrés Sabella
Hahn, Ariel Santibáñez, talleres de poesía y recitales. es sacado de su cátedra de
Guillermo Ross-Murray, An- No solo es referencia a nivel la Universidad Católica del
drés Sabella, Miguel Morales nacional, sino que interna- Norte, liderada por un mi-
Fuentes, el tocopillano Luis cional a través de Guillermo litar, por razones políticas.
Moreno Pozo y Héctor Cor- Deisler. Esto transformó Las carreras humanistas van
dero. Miguel Morales Fuen- al trabajo de Alicia Galaz y desapareciendo y, a su vez,
tes, conocido bajo el apodo Oliver Welden en quizás el surgen otras enfocadas hacia
de Tipógrafo Huraño, se ha proyecto literario de mayor los negocios y la minería. Sa-
transformado con el paso del trascendencia acuñado en el bella se refugia en su casa de

mr | 113
calle Uribe en Antofagasta, fesor Huberto Plaza, Osval- El Norte Grande como
donde continuó escribiendo do Maya o Mauricio Ostria, concepto es cuestionado.
artículos, algunos crípticos quienes durante décadas sis- Luis Moreno Pozo escribe
contra la dictadura, para re- tematizaron el trabajo de los en un poema: «Yo descubro
vistas como Hoy, y reunién- escritores y escritoras de ge- todo un norte diminuto, em-
dose con sus discípulos. neraciones anteriores, y fue- polvado de hambre, sombra
En un aciago panorama ron capaces de hacerlos circu- y silencio, gimiendo con olor
para la edición de libros so- lar a las nuevas generaciones. a perros».
bresale la novela Ruta Pana- Destacados de los años Andrés Sabella fallece
mericana (1979) de Mario ochenta, en Iquique, son los en Iquique el 26 de agosto
Bahamonde, que puede con- poetas Cecilia Castillo, Jai- de 1989, terminando una
siderarse la primera «novela me Ceballos y Juvenal Ayala, de las más sobresalientes
contemporánea del norte», quien también se ocupó de la carreras literarias en la
es decir, una novela cuyo leit investigación literaria. A me- historia del norte. Dejó un
motiv no es la minería y to- diados de esa década surgió legado profundo y brillante,
dos sus vericuetos. El texto una peña conocida como La aunque sin buscarlo opacó
puede leerse como una me- Guayaba, que fue escenario la carrera de otros autores
táfora de un viaje al desa- para trovadores, algunos ins- menos carismáticos.
rraigo o al exilio; o tal vez, pirados en la poesía de Miguel
la referencia a la dictadura Hernández. En Antofagasta,
y el viaje sin retorno. por su parte, sobresale la poe-
No podemos dejar de men- ta Nelly Lemus, cuyas letras
cionar la labor de varios ensa- inspiraron canciones del gru-
yistas e investigadores como po Illapu, como «Arrurrú la E l regreso a la democracia
Sergio Gaytán Marambio, faena», «Morena Esperanza» marca a nivel nacional un
Germana Fernández, el pro- o «Escribo», por ejemplo. reinterés por nuevas voces

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narrativas. Las editoriales publicó su libro de relatos en En la misma década, en
multinacionales buscan au- una editorial multinacional 1994, aparece publicada La
tores y, de esta manera, co- y fue cronista del diario El reina Isabel cantaba rancheras
mienzan a fijarse en escrito- Nortino de Iquique, momen- (1994), de Hernán Rivera
res que vienen llegando del to donde pude conocerlo per- Letelier, novela que puede
exilio o de zonas periféricas sonalmente en mi calidad de considerarse como el primer
del país, como Punta Arenas. estudiante en práctica. best seller del Norte Grande y
Patricio Riveros Olava- Entremedio destaca en el inicio de la carrera de uno
rría es un autor que viene Antofagasta el prolífico Víc- de los escritores más vendi-
retornando del exilio. A me- tor Bórquez Núñez. Este, que dos, traducidos e importan-
diados de los noventa regre- ya despuntaba en los años tes en los últimos veinte años
só a Iquique para radicarse ochenta como discípulo de en el país. El mayor mérito
en el barrio El Morro, luego Andrés Sabella, genera un de Rivera Letelier es generar
de vivir afuera, primero en relato urbano, detallista, de una gran obra sobre la pam-
Holanda y luego en Cuba. atmósfera, muy influenciado pa salitrera, a través de un
Tras casi un año en el exte- por su pasión que es el cine. anecdotario que combina los
rior, Riveros Olavarría zafó Un cuento suyo fue llevado a problemas sociales con el hu-
de la expulsión con ingenio. cortometraje por la falleci- mor negro, en una suerte de
Junto a su tío propiciaron da cineasta Adriana Zuanic. picaresca. Todo esto, a través
que un conocido empresa- Uno de los grandes méritos de una singular prosa poética
rio de derecha enviara una de Bórquez es abordar la que ha sido elogiada a nivel
carta a un diario de Iquique, temática homosexual. Es el internacional, como también
afirmando que Riveros era primer autor que se dedica criticada de cursi por algunos
un extremista. La misiva le exclusivamente al tema en críticos nacionales.
significó asilo político en Eu- el Norte Grande, con ciertas Antes de La reina Isabel,
ropa. A fines de los noventa excepciones en su obra. Rivera Letelier era un poeta

mr | 115
pampino cuyos textos no eran tura en varias ocasiones, sin del Norte. En adelante, Jara
desconocidos en el ambiente éxito hasta la fecha. se transforma en un actor
literario de Antofagasta y Uno de los momentos li- importante de la literatura
María Elena de finales de los terarios más vibrantes lo en Antofagasta, corriendo
años ochenta. Sin embargo, produjo la desaparecida uni- por un carril distinto al de
su destino de escritor auto- versidad privada José Santos Hernán Rivera Letelier. Jara,
didacta, como le gusta defi- Ossa (ujso), a través de un con un tono preciso, riguro-
nirse, cambia totalmente al inédito programa de literatu- so y en momentos amparado
publicar su primera novela. ra encabezado por la acadé- en investigaciones histórica,
Luego vienen Himno del ángel mica Patricia Bennett. Aquí sobresale desde dicha ciudad
parado en una pata (1996) y la se publicaron libros con una a nivel nacional. El interés
que es quizás su mejor obra, edición cuidada y un diseño por la historia genera obras
Fatamorgana de amor con ban- que sobresale. Destaca, entre notables como El Sangrador
da de música (1998). otros, el autor Patricio Jara, (2002) o Quemar un pueblo
La presencia de Rivera que se había hecho conocido (2009), que abordan una
Letelier es parte del paisaje a nivel del underground como Antofagasta anterior a la
urbano de Antofagasta. El fanzinero de metal. Llega Guerra del Pacífico.
escritor habitualmente toma a la literatura influenciado Las temáticas en narra-
café en la peatonal Prat, por autores como Lovecraft tiva dan cuenta de un nor-
oportunidad donde comparte o Stephen King, además del te urbano, con personajes
con sus lectores, firma libros incentivo del profesor Hu- que evaden la realidad y, en
y se da tiempo para sorpren- berto Plaza. Sus cuentos so- otras ocasiones, cometen
der a más de un transeúnte bresalen en las primeras ver- actos propios de cuento ne-
con su peculiar sentido del siones del naciente concurso gro. En los relatos hay un
humor. Ha sido postulado al de cuentos para escritores concreto cuestionamiento
Premio Nacional de Litera- de la Universidad Católica hacia la condición de ciudad

mr | 116
de paso minera o universita- es Francisco Schilling. Este ñas para libros. El arribo de
ria, con su población flotante, autor antofagastino se radica un nuevo director al diario,
nombre de una antología. La- en Santiago, donde publica la Arturo Román Herrera, sacó
mentablemente en el mejor novela Los Héroes (2015), so- de circulación a la revista al
momento de este proyecto bre la Batalla de la Concep- calificarla carente de interés.
editorial, la universidad es ción. Esta revisión de auto- El círculo Manuel Durán
vendida y pasa a ser parte res nortinos sobre la Guerra Díaz siempre se mantuvo
de la cadena de la Universi- del Pacífico se complementa presente en medio de los
dad del Mar. Patricio Jara se con la novela Prat (2009) de años noventa, con Eduardo
radica en Santiago. El res- Patricio Jara y la antología Díaz a la cabeza y una gene-
to de los autores como Juan Pacífico: historias de la guerra ración de poetas como Ro-
Luis Castillo, José Ossandón (2020), donde, entre otros, gelio Cerda, Miko Cepeda,
o Enrique Pizarro no sigue participan Jara y Schilling. Eduardo Farías Alderete,
publicando, a excepción de La época del programa de Álvaro López Bustamante y
Iván Ávila, quien con el paso literatura de la ujso coin- Esperanza Díaz, entre otros,
del tiempo interactúa como cide con la aparición del que se mantuvieron aparte
guionista y escritor. Ávila suplemento «Sabella» de El por una posición más críti-
retoma las publicaciones en Mercurio de Antofagasta, que ca o política en algunos ca-
los últimos tres años, con un fue una revista originada sos. Y, en otros, puramente
nuevo impulso a través de por el director Marco An- estética. El círculo Manuel
Ediciones Hurañas, edito- tonio Pinto y el periodista Durán Díaz generó publica-
rial cuyo trabajo revisaremos Sergio Concha Gamboa, que ciones como fanzines y li-
más adelante. dio la posibilidad de publicar bros durante esos años, sin
Más joven, pero conecta- textos literarios a autores lo- embargo, su fuerza radicó en
do con este nexo de la ujso y cales, como también fue un los recitales poéticos. Fuerza
los talleres de Patricio Jara, espacio de entrevistas y rese- que se mantiene hasta la ac-

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tualidad, con otros nombres residencial que los cobijó. en 2009 en una antología
pero quizás con más camara- Una aparición fugaz en virtual de escritores de Ari-
dería entre sus integrantes. la escena literaria de Anto- ca y Antofagasta, impulsada
En los próximos años, la fagasta fue la del Colectivo por la editorial Cinosargo de
literatura en Antofagasta en- Nueva Nortinidad, donde Arica, cuya edición estuvo a
tra a una fase donde interesa participan autores como Ál- cargo de Daniel Rojas Pa-
más la gestión cultural. varo López, Kamila López, chas, siendo un enlace entre
Juan Luis Castillo Yupanqui, autores de ambas ciudades
Eduardo Farías Alderete, después de Tebaida. El tra-
Víctor Escobar y quien escri- bajo puede encontrarse en
be. El objetivo de este grupo Google.
fue proponer temas que cru- La gran minería, a través
E n 2005 Antofagasta es zan a las ciudades del norte, de sus recursos destinados a
sede del Segundo Encuentro los cuales, en muchos casos, la cultura, se transformó en la
de Poetas Jóvenes. La activi- no habían sido descifrados plataforma para que gestores
dad, organizada por el poeta como un fulgurante nacio- culturales organizaran gran-
Eduardo Cuturrufo, contó nalismo provocado por la in- des proyectos, especialmente
con la presencia de Tomás migración, el diario vivir en en Antofagasta y, en menor
Harris, Teresa Calderón, una población periférica y medida, en Iquique. Estos mi-
Miguel Morales Fuentes y la nueva clase media aspira- llonarios recursos, sumado al
Juan Malebrán, entre otros, cional, efecto de la minería y aporte estatal para la gestión
además de cincuenta poetas la narcocultura. El colectivo literaria, se concretaron en la
provenientes desde Arica propuso tres manifiestos, un Feria Internacional del Libro
hasta La Serena. Hubo po- ciclo de cine, carretes y lue- Zicosur, Filzic.
nencias, recitales poéticos y go se diluyó. Parte de los au- El evento, organizado por
una recordada bohemia en la tores del grupo participaron el poeta e ingeniero comer-

mr | 118
cial Patricio Rojas Figueroa, en sus últimas versiones fue res antofagastinos con los de
surgió con el objetivo de en- la abundancia de comercio provincias peruanas, diálogo
lazar diversas expresiones ajeno a la cultura. Un stand que coincidió en cuanto a la
artísticas en torno al libro. Y con libros podía ser vecino crítica hacia el centralismo de
esto, con una variada oferta de uno que vendía jabones u Santiago y Lima.
artística, transformó a la fe- otro con quesos artesanales. A una menor escala sur-
ria en un esperado panorama Claramente se había perdido gió en Antofagasta la Fe-
de entretención cultural en la esencia. ria del Libro Crea, Arma
Antofagasta. La Filzic logró Un momento alto de Filzic tu Libro, organizada por el
sus mejores momentos cuan- se logró en agosto de 2013, poeta Danilo Pedamonte.
do se organizó en el patio de cuando Antofagasta, como A diferencia de la grandilo-
la empresa de ferrocarriles ciudad y sorprendentemen- cuencia de Filzic, esta feria
en dicha ciudad, oportuni- te como referencia literaria dio cabida a editoriales in-
dad en la que participaron chilena, fue invitada a la Feria dependientes de Santiago y
autores de la talla de Leonar- del Libro de Lima. La delega- de regiones, lo que permi-
do Padura o Gioconda Belli, ción nortina fue encabezada tió un diálogo concentrado
entre otros. La amistad en- por Hernán Rivera Letelier solo en la literatura. La fal-
tre Patricio Rojas Figueroa y Víctor Bórquez. Junto a ta de recursos desvaneció
y Hernán Rivera Letelier ambos autores viajaron alre- al evento, después de tres
permitió a este último trans- dedor de treinta artistas, de versiones. Pedamonte más
formarse en el anfitrión de la diversos géneros, quienes se tarde se transformó en un
feria. La poeta antofagastina presentaron en el escenario reconocido librero, además
radicada en Santiago, Sole- de la actividad. Fui como pe- de continuar con su labor
dad Fariña, también fue una riodista acompañando a la de- de poeta, cronista y pintor,
invitada habitual. La crítica legación. Lo que rescato más transformándose en una de
que se le hizo a la actividad fue la conexión de los escrito- las personalidades carismá-

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ticas del ambiente literario por la misma minera. Esta ro López y Patricio Riveros
antofagastino. inusitada cantidad de dinero Olavarría. Sin embargo, la
La minería, a través de por escribir un cuento gene- deuda de este evento es con
empresas como sqm y Es- ró masivas participaciones. el género femenino. A la fe-
condida, levantó una serie Un ganador que se repitió cha no hay ninguna mujer
de concursos de cuentos, en estos concursos fue el es- que lograra el primer pre-
con premios millonarios que critor Andrés Olave, bajo el mio, considerando una serie
contrastaron claramente con seudónimo de Sebastián Fu- de autoras que participan
la realidad de otras ciudades rios. Olave, quien es un lec- constantemente como Aida
de Chile. Es decir, en un mo- tor empedernido y seguidor Santelices, quien sí ha sido
mento, y esto a principios de autores estadounidenses destacada en otros certáme-
de la década de 2010, Anto- como Thomas Pynchon, se nes literarios.
fagasta era una suerte de El radicó en San Pedro de Ata-
Dorado literario. Por ejem- cama. Publicó una novela de-
plo: dos millones de pesos al nominada La tienda de regalos
primer lugar del concurso de (2015) por la editorial Ab-
cuentos de la pampa, impul- ducción de Santiago. De es-
sado por sqm, con Rivera Le- tos concursos, solo sobrevive A finales de la primera dé-
telier como jurado principal; el de la Universidad Católica cada del 2000, Arica man-
un millón y medio de pesos del Norte para escritores de tiene una comunidad lite-
para el primer lugar del con- la zona comprendida entre raria bastante activa que
curso de cuentos de la Uni- Arica y La Serena, y que ya puede revisarse en la anto-
versidad Católica del Nor- lleva veintitrés versiones. logía Heptadárica (2001),
te, auspiciado por Minera Ganadores de este concurso, donde participaron autores
Escondida, y los consabidos ente otros, han sido Patricio como Rodolfo Kahn, Reinal-
«100 palabras», apoyados Jara, Sergio Moya, Álva- do Hugo, Jorge Cannobbio

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y Markos Quisbert, entre rar hacia al norte, de pro- literario Tea Party, que en
otros. La actividad literaria fundizar la frontera, en vez un lapso de cinco versiones
también estuvo presente en de dirigirse hacia el centro llevó a Arica un centenar de
la labor del grupo Rapsodas de Chile como lo propone Fi- poetas latinoamericanos, que
Fundacionales, con diversas lzic en Antofagasta, es el en- cimentó un espíritu de con-
publicaciones en narrativa y cuentro Guillotina en 2011, fraternidad.
poesía. que propiciaron Daniel Rojas Cinosargo es el proyecto
A mediados de la década Pachas y Gatica. Guillotina, de página web y posterior
irrumpió en el panorama ari- desde su origen, encadenó editorial de Rojas Pachas,
queño el escritor chileno-pe- un trabajo asociativo entre que comienza a desarrollar
ruano Daniel Rojas Pachas. autores de Arica e Iquique un catálogo que llama la
El autor estudió Pedagogía en con Perú y Bolivia, logran- atención a nivel nacional, a
Lengua en la Universidad de do réplicas en Arequipa y pesar de las desprolijidades
Tarapacá. Junto a él, otros jó- La Paz. En los encuentros en la edición. Genera espa-
venes ariqueños como Mauro circularon editoriales como cios para textos de narrativa
Gatica, Rolando Martínez y Canita Cartonera de Iquique; que se sumergen en los vi-
Tito Manfred, por mencio- Yerba Mala de Bolivia; Dra- deojuegos, la ciencia ficción
nar a algunos, provocaron gostea, Cuadernos del Sur y y especialmente el terror, a
una nueva renovación del Cascahuesos de Perú; ade- través del autor Pablo Es-
panorama literario ariqueño. más de la naciente editorial pinoza Bardi quien exalta
Gatica proyecta una mirada Cinosargo. De aquellos nexos una versión del género muy
cruda de vivir una nacionali- y la participación de autores explícita donde confluyen
dad impuesta en un contexto como Juan Malebrán, Mille el canibalismo y el gore, lo
de frontera. Torrico, Martín Zúñiga, Ro- que le ocasiona una serie de
Un hito trascendente que lando Martínez, entre otros, fans tanto en Chile como en
representa el interés de mi- surgió luego el encuentro Perú. Sin duda es un autor

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que quizás por la aspereza del otro lado se hacen conoci- (1990) y Corazón a tientas
del tema no ha sido valorado das en el norte chileno. Una (2002).
en su real magnitud. de estas editoriales es Cua- El galardón al poeta iqui-
La editorial Cinosargo y dernos del Sur, liderada por queño Óscar Hahn como
después La Liga de la Justicia, el carismático autor peruano Premio Nacional de Litera-
encabezada por Mauro Gati- Willy González. tura, el año 2012, se miró
ca y Tito Manfred, editan sus A principios de los años desde lejos de Iquique, pues
libros en Tacna. El propósito 2000 el panorama literario el autor hacía años que había
es abaratar los costos. A tra- en Iquique está remitido al dejado la ciudad. Algo simi-
vés de un trabajo hormiga, ya mencionado autor Pa- lar sucedió en 2014 cuando
los libros en mochilas llegan tricio Riveros Olavarría y a el narrador antofagastino
a cuentagotas a Chile, en un la Universidad Arturo Prat Antonio Skármeta recibió el
tránsito con un sabor hasta (unap). La publicación más mismo reconocimiento. Su
romántico. Rojas Pachas, popular de los años noventa relación con Antofagasta se
por ejemplo, hasta arrienda tuvo relación con la crónica remitía a sus primeros años
una bodega en Tacna. A ve- sociológica, como el libro Del de vida.
ces viaja dos o tres veces a la Chumbeque a la Zofri (1970) de En Santiago, el iquiqueño
semana a buscar libros. Bernardo Guerrero. Esta obra Diego Zúñiga publica la no-
El nexo con Perú se hace se transforma en un fenóme- vela Camachanca (2009), la
estrecho. Autores del otro no que revalora la historia de cual relata el viaje de un jo-
lado de la frontera como la ciudad. ven con su padre hacia Tac-
Kreit Vargas son publicados A los anteriores autores na. Al igual que Patricio Jara,
en las editoriales de Arica. se suma el trabajo silencioso Zúñiga desarrolla su carrera
Cinosargo se inserta en el del poeta Pedro Marambio, literaria en la capital. En am-
circuito de ferias del sur de quien ha publicado libros de bos casos se desprende la idea
Perú. Mientras, editoriales poesía como Reinos extraños de que quedarse en provin-

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cia significa estancarse. Los res de Iquique, en particular cándose a la gestión cultu-
dos publican en editoriales en los locales Democrático, ral desde el centro cultural
multinacionales y cuentan Colocolo y Cupurucho. Apa- Matadero, donde lleva a
con una red de medios a ni- recen poetas como Juan Ma- cabo un intenso intercambio
vel local e internacional, que lebrán, Danitza Fuentelzar, cultural entre ambos países,
constantemente destaca su Juan Podestá y Roberto Bus- dando a conocer autores a
trabajo. Zúñiga reconoce que tamante. Se genera un diálo- ambos lados de la frontera.
Iquique, donde pasó la infan- go entre distintas instancias Gatica, en cambio, junto a
cia, es su lugar, su obsesión. artísticas, enriqueciendo la su pareja Patricia Requiz,
Patricio Jara, al igual que calidad de las obras. En con- poeta boliviana, emprende
Hernán Rivera Letelier, tiene traste a Antofagasta, donde la editorial cartonera Elec-
una calle con su nombre en el arte y la gestión cultural trodependiente, desde don-
Antofagasta. A diferencia de dependen del paladar de la de publican a autores chile-
Hahn y Skármeta, cuya obra empresa privada, en Iquique nos y bolivianos, a través de
literaria tienen poco y nada se proyecta una creación más un sobresaliente trabajo de
de guiños a sus ciudades de crítica y, por ende, vanguar- encuadernación artesanal.
origen, Jara y especialmente dista. La conexión con los au- Esto provoca un renovado
Zúñiga, cuya obra alcanza in- tores de Arica se profundiza, interés de parte de lectores
sospechados caminos, siem- a diferencia de Antofagasta, bolivianos hacia obras de au-
pre regresan a Antofagasta e donde lisa y llanamente no tores del norte de Chile.
Iquique, respectivamente, en hay vínculos. A mediados de la década
sus textos. Con el tiempo, el poeta pasada, los poetas Roberto
Es a finales de la primera Juan Malebrán y el poeta Bustamante y Juan Male-
década del año 2000 donde ariqueño Mauro Gatica se brán organizan el Festival
se produce un movimiento radican en Cochabamba, Literario Matute. El nombre
literario acuñado en los ba- Bolivia. El primero dedi- hace referencia a la bolsa

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matutera, donde se traslada mi autoría, Namazu (2013) con énfasis en la frontera de
mercadería entre ciudades y Pinochet Boy (2016), y dos Arica y Tacna.
fronterizas. Matute, junto novelas de Daniel Rojas Pa- Un hecho destacable se
a Tea Party, cumplen el pro- chas, de las que más adelan- produjo en el marco de la
pósito de generar lazos entre te hablaré. premiación 2013 del Rober-
autores fronterizos, además to Bolaño en Arica, cuando
de irrumpir en espacios pú- se lanza la antología Nunca
blicos con el fin de difundir salí del horroroso Chile (2013)
los textos. ―nombre en alusión al
Es Juan Podestá con su li- poema de Enrique Lihn―,
bro de cuentos Playa panteón Arica con el paso de los años de Cinosargo, que incluyó
(2015) quien devuelve la na- se consagra como centro de a autores de ambos lados de
rrativa a Iquique, después de la literatura joven nacional, la frontera, además de un
Patricio Riveros Olavarría. bajo el afán del Ministerio grupo de Santiago al sur,
Podestá, con una fijación en de la Cultura por descentra- con presentaciones tanto en
el cuento negro, crea his- lizar. La ciudad es sede por Tacna y Arica. Los viajes a
torias entre el desierto y la varios años consecutivos de esta ciudad peruana son un
frontera. Un antecedente la premiación del concurso cuento aparte para los au-
importante es que este es el para escritores jóvenes Ro- tores de Santiago. Algunos,
primer libro de autores nor- berto Bolaño. Otra razón por desconocimiento, se sor-
tinos que publica la edito- más subjetiva para desarro- prenden con la interacción
rial de Valparaíso Narrativa llar este evento puede tener fronteriza. Tacna les resulta
Punto Aparte, con la edito- como antecedente el poema una vía de escape donde pa-
ra Marcela Kupfer. Poste- de Roberto Bolaño «Los neo- rece estar todo permitido, a
riormente y con el mismo chilenos», donde el escritor diferencia del frío y marcial
sello vendrán los libros de narra un viaje hacia el norte, Chile de la capital, o del sur.

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En la segunda mitad de yecto editorial del poeta y en los valles de Arica. Sin vi-
década pasada surge en Ari- profesor ariqueño Rolando sualizarlo, y quizás solo des-
ca la editorial Lusevo, del Martínez Trabucco, que se cribiendo su entorno, Rojas
narrador Luis Seguel Vor- propuso sostener un catá- Terán creó uno de los textos
phal ―de ahí el nombre de logo exigente de poesía, en- poéticos más potentes apa-
la editorial―, que en el úl- sayo y crónica con autores recidos en los últimos años
timo tiempo ha sobresalido de diversas partes de Chile. en el norte.
por abordar en sus novelas De los autores nortinos des- Iquique en la actualidad
temas como la contamina- tacan Juan Malebrán, Juan mantiene dos interesantes
ción por el plomo en Arica Podestá, Rodrigo Rojas Te- proyectos editoriales, Nava-
y el abuso en la Iglesia ca- rán, la peruana Estefanía ja y Sismo. La primera es li-
tólica. Es en Lusevo donde Bernedo y Mauro Gatica, de derada por el poeta Roberto
el académico antofagastino cuyo libro nos referiremos al Bustamante y mantiene un
Benjamín Guzmán publica final de este texto. La cuida- catálogo con autores locales
su Proyecto Citadelle (2019). da edición y la distribución y de otras partes del país.
Se trata de un ensayo sobre de los libros le dieron una Sismo, a cargo del poeta e
memoria, política y violen- notoriedad nacional a esta investigador literario Jona-
cia sustentado en cuatro editorial. Uno de los textos than Guillén, también ha
novelas del norte que son más emblemáticos de Apar- apostado por los autores re-
Random de Rojas Pachas, te es el poemario Cumbia gionales y, en especial, por
Los Héroes (2015) de Pablo ácida (2020), de Rojas Te- las nuevas voces femeninas,
Schilling, Los Tambores de rán, donde utiliza la cum- a través de Áridas: mujeres
Doménico Modugno (2015) de bia chicha, muy escuchada poetas emergentes (2020). Es
Luis Seguel y Ciudad Berraca en el norte de Chile, para en Sismo donde Bustaman-
(2018), de quien escribe. revelar entre otras cosas la te publica su libro de poemas
Editorial Aparte es el pro- explotación laboral agrícola Zaire (2021), en cuyas pági-

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nas hace referencia a hechos de los libros más destacados en el circuito de bares.
de África, a sus dictadores, de Hurañas es Geografía del Debemos mencionar
sus luchas, para enrostrar- desastre (2015) de Jorge Ci- también a tres narradoras
nos en la cara lo parecidos fuentes, quien compone un antofagastinas: María Luisa
que somos en Chile o en Sud- entramado literario como Córdova y Andrea Amos-
américa. una vía de escape ante una son, ambas provenientes
En Antofagasta surge decepcionante ciudad, don- del periodismo. La primera
Ediciones Hurañas, cuyo de ni siquiera los bares ni es oriunda de Copiapó y se
nombre es un homenaje al la droga tienen un buen sa- da a conocer con su novela
poeta Miguel Morales Fuen- bor. La distribución es local Mamerta (2017), que descri-
tes, conocido como el Tipó- y puede considerarse como be el proceso de la materni-
grafo Huraño, a cargo de la exitosa, si el éxito se puede dad. Amosson, después de
académica de Periodismo medir en ediciones agotadas un periplo por varias ciu-
de la Universidad Católica de alrededor de trescientos dades de Chile y el mundo
del Norte, Constanza Cas- cincuenta ejemplares. Los por estudios, se radica en
tro. Son publicados auto- libros son vendidos dentro Estados Unidos, donde pu-
res locales como Jorge Ci- del circuito de librerías y blica varios trabajos, pero
fuentes, Verónica Arévalo especialmente en los bares es su novela Las mujeres de la
e Iván Ávila, o el rescate de de Antofagasta, como La guerra (2019) la que le da no-
la obra de Miguel Morales Leonera, que al igual que el toriedad nacional e interna-
Fuentes, con una traduc- Democrático en Iquique, o el cional. La autora adopta el
ción al inglés. Sobresale la Pacífico en Arica, se trans- tema de la Guerra del Pacífi-
antología Zona de sacrificio forma en un reducto litera- co desde el punto de vista de
(2019), con cuentos que re- rio. Iván Ávila, reconocido las mujeres. La tercera es la
tratan la, a ratos, fútil vida periodista y guionista, es poeta Zuleta Vásquez, quien
en una ciudad minera. Uno quien mejor vende sus libros con una sobrecogedora sen-

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sibilidad ha desarrollado una do Ossandón. Salvo en el potente y cruda para disec-
silenciosa y valorada obra caso de Aparte, cuya apuesta cionar este territorio fron-
poética. Sus trabajos de a es a nivel nacional, las edi- terizo impuesto, cuyo origen
poco se han dado a conocer toriales locales pueden sub- está en una cruenta guerra
en otros lugares del país. sistir dentro de los circuitos por intereses económicos.
La gestión de Ediciones locales, sin mayores proble- Gatica escribe: «En un Baño
Huraña y de las iquiqueñas mas, lo que de alguna ma- Público del Terminal Inter-
Sismo y Navaja permite sos- nera permite a los autores nacional», dice, «Imagino
tener que ya no es necesario escribir desde y para sus te- un Chile / sin chilenos».
mirar al centro para mante- rritorios. El intercambio con
ner un proyecto editorial en escritores de Perú, Bolivia y
provincia. A esto se suma la Argentina se propicia en en-
importancia, en ambos ca- cuentros como Matute o Tea
sos, de generar clubes de Party, y en una mayor escala
lectura regional. en Filzic. Ciertamente para
A modo de conclusión, el la literatura de este Nuevo
panorama actual de la lite- Norte Grande las fronteras
ratura en este Nuevo Norte son imperceptibles, pero sus
Grande es de constante re- letreros, sus hitos y su his-
troalimentación entre las toria hacen referencia a la
ciudades. Una muestra de lo procedencia de limitar vio-
anterior, a nivel de difusión, lentamente el territorio.
es el Ciclo de Escritores y Quizás Mauro Gatica en
Creadores del Norte, gesta- su libro La Comarca (2021),
do por Roberto Bustamante que se presenta como un en-
y el artista plástico Fernan- sayo poético, sea la voz más

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ALGUNA VEZ
SALÍ VESTIDA
DE PLUMAS
Y TACOS
AGUJAS
POR SILVIA
FALORNI
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«traduttore, traditore», dice el famoso proverbio italiano. Especialmente
tratándose de literatura, no pareciera extraño pensar que sea prácticamente imposible tra-
ducir un texto sin «traicionarlo». Es evidente que, además de la narración, son muchos
los elementos que componen y caracterizan un libro: la forma en que el autor o la autora
utiliza las palabras, construye las frases, inserta elementos culturales y describe lugares y
personas; y hasta el efecto que la lectura produce en quienes leen está ligado a las culturas
involucradas. En muchas oportunidades, comentando mi trabajo de traducción de obras del
autor chileno Pedro Lemebel, me han preguntado: «¿Cómo lo haces? ¡Debe ser imposible
traducir a Lemebel!». ¿Imposible?, no. ¿Difícil?, por supuesto. ¿Dolores de cabeza?, sin la
menor duda. Para más claridad, voy a citar a la traductora del mismo autor en lengua inglesa,
Gwendolyn Harper: «Siempre que le digo a alguien aquí en Chile que estoy traduciendo a
Pedro Lemebel, la noticia provoca tanto admiración como algo similar a la piedad». Pero al
final, cuando tocan el timbre y vienen a dejar las copias del libro recién impresas, no hay nada
más emocionante que abrir el paquete y tocar con la mano el producto de tanto sacrificio:
oler las páginas frescas, con olor a tinta, e imaginarse a todas las personas que, gracias a esa
traducción, tendrán acceso a un pedacito de mundo chileno. Porque la traducción construye
puentes, y sí, merece la pena.
Conocí la obra de Lemebel después de terminar mis estudios de pregrado en Mediación Lin-
güística en Italia, donde nací y viví hasta hace pocos años atrás. Tenía alrededor de veintitrés

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años cuando, aburrida de la eterna búsqueda de trabajo posuniversitaria, decidí participar en
un laboratorio de traducción que tenía el objetivo de publicar una recopilación de crónicas
escogidas entre las contenidas en Háblame de amores (2012), de Lemebel. Fue amor. Quedé
atrapada en esa escritura tan coloquial y rebuscada a la vez, tan metafórica, tan cortante, tan
violenta y delicada al mismo tiempo. Lo primero que hice después de la publicación del libro
fue volver a estudiar, y en 2017 estaba terminando el magíster en Lingüística y Traducción
Literaria en la Universidad de Pisa. Mi tesis, la traducción de otro libro de Lemebel: De perlas
y cicatrices (1998). Ahora sí estaba sola; no tenía el apoyo y la guía que había tenido en la opor-
tunidad del laboratorio, y me enfrenté con un proceso de traducción mucho más complicado.
Un día me senté con una compañera para almorzar en la placita frente al edificio del
departamento de Idiomas. Comentábamos nuestros trabajos, y recuerdo mi preocupación
por lo desesperante que se me estaba revelando la traducción. Mi compañera me recordó
que había llegado un correo que anunciaba una beca para una pasantía y se podía escoger
el lugar según la necesidad. Me dijo: «¡Deberías postular!». La idea me pareció de lo más
descabellada y, obviamente, al final postulé el último día antes del cierre. Fue así que algún
día de octubre me compré un pasaje, hice las maletas y llegué a Santiago con la sensación
de que todo fuera un sueño. Uno que dura todavía cuatro años después, mientras escribo
esto en Talca donde vivo con mi pareja, tres gatos, mis libros traducidos y un tanto de
incredulidad.
Lo que pasa es que en Chile ocurrió algo mágico: cada día me sentaba en el patio de un
hostal en Ñuñoa, a dos pasos de la Universidad de Chile, y leía las palabras de Lemebel sobre
el río Mapocho, el bar Las Lanzas, el garaje Matucana 19, el barrio Bellavista o el cerro San
Cristóbal. Tan solo tenía que tomar una micro para conocer esos lugares, caminar por las
calles que él describía en el libro que tenía entre mis manos, mientras respiraba el mismo
aire de los y las protagonistas de las crónicas. Fui al barrio Lastarria, donde Lemebel vivía,
y conocí a sus amigos y amigas. Miré los mismos programas en televisión, escuché la mis-

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ma radio, canté las mismas canciones, tomé la misma micro. Estaba en el libro mientras lo
traspasaba a mi idioma, en una suerte de catarsis que hacía que las páginas pasaran a través
de mis ojos a mi cuerpo, me llevaran por la ciudad y luego me trajeran de vuelta al patio del
hostal, para que las palabras volvieran a aparecer en mi computador, traducidas al italiano.
No obstante, tampoco fue un proceso fácil. Sin duda la escritura de Lemebel es un rom-
pecabezas para cualquier traductor o traductora: empezando por lo más básico, como los
chilenismos, la comida (¡ay, qué asombrosa variedad de mariscos!) y los modismos, hasta
enfrentarse con problemas más serios a la hora de describir esas personas caracterizadas
por rasgos lingüísticos que las distinguen sin tener que decir más: las señoras cuicas, los
huasitos, el flaite y su lenguaje codificado; ni hablar de la variedad de expresiones fantasio-
sas para designar a una persona homosexual y todo el vocabulario que viste «de plumas» la
escritura del autor en torno al tópico. ¿Y qué tal las referencias semiocultas al cancionero
popular? Miren estos extractos ―tomados de las crónicas «República Libre de Ñuñoa» y
«Los Prisioneros»―, poniendo atención a lo que ven subrayado y en negrita:

Desde Ñuñoa, el habitante puede creerse afortunado de corretear en bicicleta por sus anchas
avenidas sombreadas de árboles, y ostentar cierta libertad de provincia, cierta pituquez de pueblo
chico, donde no hace falta casi nada: ni las plazas, ni la municipalidad, ni el estadio, ni las univer-
sidades, ni tampoco esos colegios clasistas con nombre de santo inglés, donde los hijos de Ñuñoa
aprendieron las vocales con acento extranjero. Esos Colleges, Academys, School, donde estudiaron
juntos, hicieron la cimarra juntos, se pajearon juntos, y se fumaron sus primeros pitos escuchando
a Silvio Rodríguez, y luego y pronto y después, terminaron allegados a la casa familiar, hippientos
y solterones bostezando los cuarenta.

Ellos hicieron bailar la protesta con las cuatro notas de su poético pop, su sencillo pop, su irónico
pop, y la lírica resentida de sus letras burlándose de los que no se llamaban ni González ni Tapia.

mr | 133
© Leonora Vicuña
© Leonora Vicuña
Tenemos una mezcla de chilenismos, invenciones, y una referencia a la famosa canción de
Los Prisioneros. Se darán cuenta enseguida (o mejor dicho, ¡altiro!) que ciertas expresio-
nes representan un desafío traductológico que tal vez puede obligar a tomar decisiones que
favorecen un elemento a costa de otro, y es donde hay que admitir que, a veces, no se puede
«salvar todo». Pero, ¿es necesario salvar todo? ¿Qué significa, en realidad, traducir?
La palabra «traducir» tiene una etimología hermosa: del latín traducere, el lema se com-
pone de trans («de un lugar a otro») y ducere («guiar»). Guiar de un lugar a otro. Lo encuentro
fantástico. ¿Qué es la traducción, sino un medio para acompañar a las personas en un mara-
villoso viaje? Cuando viajamos a un lugar que no conocemos, donde se habla otro idioma, se
come otra comida y se vive de otra manera, la única forma de tener una experiencia enrique-
cedora es abrirse a las novedades, aprender sobre esa cultura, su historia, su arquitectura,
sus calles, sus perfumes. Eso es lo que la traducción de un libro debería regalarles a quienes
leen. Para lograr eso, retomando mi precedente pregunta, no es estrictamente necesario
«salvar todo», sino encontrar el balance entre el estilo de la escritura, la historia que se nos
cuenta a través de ella y la comprensibilidad en el nuevo idioma. Construir un puente sólido.
En la práctica, no es fácil, pero se puede. ¿Cómo encontrar ese balance? Es importante
no «domesticar» el texto donde no es necesario. Para hacer un ejemplo banal, ¿qué suerte
de experiencia les estaría ofreciendo a quienes leen si todas esas variedades de mariscos
que mencioné antes las redujera a un par de vongole (almejas)? ¿O si, simplemente, borrara
todo el vocabulario colorido usado e inventado por Lemebel? Hay términos que no se pueden
perder en el camino; sin embargo, si se fijan en el siguiente ejemplo, se van a dar cuenta de
lo complicado que puede ser lograr ese objetivo (y ojalá el problema mayor fuera el marisco).
Los que siguen son nombres travestis escogidos del listado al final de la crónica «Los mil
nombres de María Camaleonte», contenida en Loco Afán (1997):

mr | 138
la pinche

la maricombo

la putifrunci

la ilusión marina

la yo no

la no se fía

la pide fiado

la loca de la cartera

la multimatic

la maría lui-sida

la sui-sida

la depre-sida

la insecti-sida

la ven-sida

mr | 139
En suma, harto difícil, pero debemos entender lo que hace del libro ese libro y trasmitirlo al
otro idioma para que sea comprendido en su verdadera esencia. Como ya he destacado, en
mi caso fue fundamental (y lo sigue siendo) mi estadía en Chile, pero no es siempre posible
viajar físicamente al lugar de procedencia del libro. A veces, teniendo suerte, se puede hablar
con el autor o la autora. Pero la verdad es que en algunos casos no se puede hacer nada de
nada, y una simplemente se queda con el libro en la mano y su computador. ¡Y menos mal
que ahora existe Google! En el pasado hubo tiempos bien difíciles para quienes quisieran
dedicarse a la traducción. Ni quiero imaginármelo.
A este propósito, recuerdo lo que nos enseñó un muy buen profesor que tuve en la univer-
sidad. Durante un taller hicimos un ejercicio sobre un libro que él mismo estaba traduciendo:
Exit West de Mohsin Hamid. Lo que el profesor hacía era, prácticamente, un análisis científico
del libro, en el que iba anotando y clasificando distintos elementos textuales. Personajes,
lugares, las acciones y cualidades asociadas a estos, y más. Un tremendo trabajo que le
permitía deconstruir y reconstruir el entramado del libro, como si fuera a quitarle el reves-
timiento para buscar la estructura y luego volver a ponérselo, pero de otros colores. Esto
también venía acompañado de un trabajo de estudio del contexto de producción de la obra
y de su autor. Lo encontré genial. Ya se estarán dando cuenta de cuánto trabajo, esfuerzo y
dedicación se esconden detrás de este oficio.
Cualquiera sea la técnica o la estrategia utilizada, lo que importa es bajar en las profun-
didades del libro. Entender lo que se esconde entre las líneas, pensar en quién, cuándo y
cómo lo escribió. Solamente así se puede transmitir el contenido de un texto sin traicionarlo,
ofreciendo una lectura enriquecedora y construyendo ese famoso puente. El trabajo de tra-
ducción, de esta forma, les ofrece una oportunidad única a quienes traducen: sumergirse y
llegar a formar parte, a través del libro, de la cultura de procedencia del mismo, y aprender
como nadie sobre el territorio que lo vio nacer y que es contenido en él.
En particular, las crónicas de Pedro Lemebel representan un tipo de escritura tan entre-

mr | 140
lazada con el territorio y la urbanidad chilena que, podríamos decir, son una de las mejores
lecturas para conocer el país en todos sus aspectos. Al menos lo fueron para mí. Los textos
contenidos en De perlas y cicatrices ofrecen fotografías nítidas de la sociedad chilena que cues-
tionan la herencia cultural del Chile de la Transición. Dicho cuestionamiento se revela a
través de una voz que recorre diferentes espacios sociales, siempre desde el punto de vista
de la marginalidad, y que saca a la luz la segregación y jerarquización haciendo uso de un
género literario, la crónica, que nació como instrumento para contar las grandes gestas de los
guerreros en la antigüedad. El uso de la crónica de Lemebel representa un acto de rebelión,
y toda su poética escritural se mezcla con los coros de las revueltas sociales que ocurrieron
en el país a partir de octubre de 2019. Cabe mencionar también que su estilo de escritura
reproduce la oralidad y representa, prácticamente, un manual de instrucciones (nunca tan
obvio, pero sí es un corpus muy abundante) para hablar el español chileno. También contie-
ne expresiones poéticas y gusto por la palabra, todo ello insertado en una mirada trágica, a
veces melodramática y a la vez irónica e irreverente.
Por todas estas razones, muchas veces he pensado que leer y traducir a Lemebel es como
tirarse al agua helada. Sus crónicas son como el océano chileno: agua heladísima, pero ex-
tremadamente rica en minerales y biodiversidad. Lectura (y traducción) difícil, pero gene-
rosa. Y a propósito de agua, ¿se acuerdan de Ranma ½? Ese joven que un día cayó al estanque
encantado y que si tocaba agua fría se transformaba en mujer. El anime japonés. Bueno, ya
que estamos con metáforas, podemos decir que la traducción es casi lo mismo que tirarse a
un estanque encantado, pero nunca sabemos en qué nos vamos a transformar.

Alguna vez salí vestida de plumas y tacos agujas.


Alguna vez salí llorona.
Alguna vez salí asesina.
Alguna vez salí víctima.

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Alguna vez salí enamorada.
Alguna vez salí cantante.
Alguna vez salí encapuchada.
Alguna vez salí bailarina.
Alguna vez salí pájaro.
Alguna vez salí creyéndome toda una escritora y me puse a copiar a lemebel
en mi artículo sobre lemebel.

Aparte del intento de chiste, esto es en serio. La traducción nos trans-


forma, y cada vez que trabajamos con un texto nuevo le agregamos un
pedacito a nuestra alma. Aprendiendo nuevos lenguajes, nuestra iden-
tidad también se transforma un poco. Personalmente, es con mucho
orgullo que me atrevo a decir, al cabo de años de estudio, que ya estoy
toda una chilena po, ¿cachai?
© Leonora Vicuña
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foto de Elde Gelos intervenida por Asma Brath
Una modesta proposición:
VEINTE AÑOS DE
PROVINCIA EN
UN PUÑADO DE
LIBROS Jonnhatan Opazo

pesquisas imposibles,
mapas sin territorio,
cementerios y nómades

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Antes de partir, una precisión metodológica para sortear este
breve paseo lleno de baches y moras salvajes venidas de la
imaginación de Lovecraft: no proponemos de ninguna forma un
canon ni mucho menos un ranking, adicciones propias de una
época de velocidades varias que modula su rapidez en listas
para el consumo de fin de semana. No somos el Reader’s Digest
ni la Revista de Libros. Aclaración necesaria en tiempos que
el ímpetu de consumista se disfraza de crítica literaria, redes
sociales mediante: «impresentable que no esté la novela de
Perico los Palotes», dirá el estudiante de Literatura o Periodismo
que salvó dos años de su vida con una beca dedicada al estudio
de escritores que son la promesa mejor guardada de su cuadra.
Comentamos los libros que tenemos a mano, algunos rastreables
rápidamente en el tráfago del marketing de las editoriales
indie; otros, para mala fortuna de sus autores, esperando ser
encontrados por investigadores y adictos a la petite histoire.
La lista, como el Santuario de sor Teresa, está incompleta.
Dicho eso, podemos comenzar.

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LA PROVINCIOLOGÍA COMO UNA DE LAS
BELLAS ARTES

Ambos libros compendian un trabajo de hor- Por ejemplo: «Según se dijo en cierta reseña,
miga realizado por años. En el caso de Mario si Julio Iglesias Meléndez hubiese tenido que
Verdugo, Arresten al santiaguino! Biblioteca de elegir entre sus propios libros y una mujer
autores regionales (Overol, 2018) es, en pa- bella, aun la más bella del mundo, se hubiera
labras del mismo autor, «la cara infame de quedado de seguro con los libros».
una investigación» que busca «indagar en las Viaje al fin de la noche de la provincia que
escalas locales de intelección y experiencia li- consigna a excéntricos varios, desapareci-
teraria, en la construcción simbólica de los te- dos, uno que otro contemporáneo y, cómo
rritorios no metropolitanos, en las narrativas no, poetas. Malos o buenos, da lo mismo. La
estereotípicas sobre las provincias de Chile». poesía chilena, a pequeña o gran escala, suele
A pesar de la infamia, la contratapa del li- acumular historias esperpénticas para el uso
bro no escatima en colocarlo «en la tradición del detective o el ilustrador.
de autores como Wilcock, Plutarco, Max Aub Territorios invisibles (Inubicalistas, 2017),
o John Aubrey». Modestia aparte, los perfi- de Felipe Moncada, toca una tecla similar
les que Verdugo ofrece son indagaciones en aunque algo alejada de las infamias propias
torno a obras tan particulares como desco- de la investigación de posgrado. Moncada,
nocidas. Yosuke Kuramochi, Pepita Turina como Verdugo, se sirve del dispositivo libro
y León Ocqueteaux son algunos de los escri- para compendiar un trabajo de años. Estos
tores a los que Verdugo resucita como a un territorios inubicables que Moncada foto-
Lázaro en su lecho. Cadavéricos y algo apo- grafía, sin embargo, respiran de otra forma.
lillados, estos autores regionales gozan de una Sin la cortapisas de la prensa —la mayoría
segunda vida en la que pueden campear a sus de los textos de Mario Verdugo aparecieron
anchas, no sin ser agarrados para el chuleteo. inicialmente en The Clinic y otros en estas

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mismas páginas—, Moncada se permite portón de alerce con bisagras de madera».
devaneos y vagabundeos varios en donde la Milagros de la autoedición, que cuando no
anécdota histórica se encuentra de cara con es un estrepitoso fracaso logra artefactos que
la digresión epistemológica o el arte sublime son la consumación de un afecto vital del que
de irse por las ramas. la escritura no es más que uno de sus tantos
A diferencia de Verdugo, Moncada escoge epifenómenos: «Así el libro es el fragmento
un corpus viviente y en desarrollo: la mayoría de una vieja casa en miniatura y los dedos del
de los autores que aparecen en el libro, dis- lector al pasar de papel en papel (otra forma
persos todos desde la frontera norte hasta los de la madera), podrían ser los pasos de un cu-
canales australes, siguen activos como poe- rioso que asoma a pasillos y corredores, oye
tas, críticos o ensayistas. Bernardo González, voces en la penumbra, se tropieza con obje-
Américo Reyes, el mismo Verdugo —mise en tos en desuso, de manera que el objeto-libro
abyme—, Ricardo Herrera, Alejandro Lavín posibilita estimular la imaginación para in-
o Chiri Moyano son algunos de los citados ternarse más allá de la lectura, en el lenguaje
La cercanía con los estudiados le posibili- de la materia».
ta a Moncada, si nos permiten la expresión, Libros para provinciólogos y curiosos de
un acercamiento aurático a esos libros cuya las tramas invisibles de un territorio lleno de
circulación es limitada y espectral. Miremos poetas, narradores, chamulleros, luchado-
esta descripción de Casa deshabitada (Edi- res, memoriosos; gente, en fin, con ganas de
ciones del Herrero, 2010) de Pablo Araya: contar algo, de hacer cortocircuitos con el
«Usando sus conocimientos de artesano de la lenguaje o sencillamente atizar los carbones
madera, ha construido la extensión del con- de la memoria antes que caiga la noche.
tenido del libro en una bella autoedición, de A modo de posdata habría que consignar
manera que el esqueleto externo del libro (la «Perdidos leyendo traducciones», la colum-
caja que lo contiene) es la persiana de una na de Cristóbal Gaete en la revista La palabra
ventana, el marco de una puerta, o un viejo quebrada. Cristóbal, todo sea dicho, habría

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estado mucho más capacitado que nosotros el arte de escribir cuentos». En el punto
para acometer esta tarea. En esa columna, número once, a modo de digresión, escribe:
como un Juan Forn del Cardonal, vagabun- «Libros y autores altamente recomendables:
dea en libros poco o mal leídos, vendedores De lo sublime, de Seudo Longino; los sonetos
de cuneta, escritores secretos, poetas sui- del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya
cidas. A ratos parece una continuación en biografía escribió Lord Brooke; La antología de
clave no ficción de Crítico (Garceta, 2016). Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios
En otros, un ajuste de cuentas con la me- ejemplares, de Enrique Vila-Matas».
moria personal, atado porfiadamente a la No sabemos cuántos cuentistas leyeron a
literatura. En cualquier caso, es un corpus Lee Masters, pero sí podemos calcular ―a
que todavía se está escribiendo. Quizás lo vuelo de pájaro― cuántos poetas chilenos
tengamos en nuestros estantes haciéndole lo hicieron y se sirvieron del procedimiento
compañía a Valpore (2009; Garceta, 2015) para darles voz a canallas, migrantes desdi-
y Motel ciudad negra (Hebra, 2014). Quién chados, cazadores de recompensa, pastaba-
sabe. Quizás Cristóbal quiera dejar esos tex- seros y exploradores. Ya no a la manera del
tos dispersos y diseminados en papel diario. Canto general, sino a la manera de los cuchi-
Ya veremos. cheos en voz baja.
Partamos por el norte. «Bienvenidos al ce-
menterio más viejo de Chile». Esa frase abre
PUEBLOS INVENTADOS, POLIFONÍAS La comarca. Ensayo sobre el desarraigo (Aparte,
ESPECTRALES: PASEO POR UN PAÍS 2021) de Mauro Gatica. Antes de esta nueva
IMAGINARIO edición, La comarca circuló en una edición
cartonera a cargo de Fugitiva Ediciones. En
Faltaban seis años para su muerte. Con va- ese limitado tiraje, encuadernado a mano
rias ruedas pinchadas, en 1997, Bolaño es- con hojas de oficio, Gatica empujaba su obra
cribe una lista de recomendaciones «sobre hacia el libro-objeto: a medida que avanzá-

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bamos en los poemas, aparecían mapas de la voces fisuran la inocencia perversa del rela-
frontera, fotografías, transcripciones de ar- to nacional para revelarnos su anverso: una
chivos del siglo xix, además de una infinitud ciudad fronteriza donde se trafica cocaína en
de epígrafes que nos avisaban que teníamos ovoides y el Morro de Arica, postal turística
en nuestras manos el trabajo de archivista por excelencia, es el lugar donde los suicidas
poseído por los fantasmas del desierto. saltan al vacío.
El texto vuelve a nosotros sin esos recor- El libro archiva voces que están en el bor-
tes, algo más higienizado, pero sin perder el de de los relatos oficiales. Se transforma así
sistema nervioso que anima este monstruo en el gemelo oscuro del himno nacional con
deforme armado con cuerpos de soldados sus versitos naïve. Como se apunta en el poe-
muertos en batallas de violencia absurda, ma «En un baño público del terminal inter-
chicos que roban osamentas del cemente- nacional»: «Imagino un Chile / sin chilenos».
rio, entre otros. Pienso una novela de corte futurista: en
«De Chile nos botaron por peruanos / y acá un Chile sin árboles ni ríos, las toponimias
nos despreciaban por chilenos. // Llegamos mapuche han sido reemplazadas por nombres
a Lima / a sufrir lo imposible», leemos en el en inglés. En ese país devastado, el castellano
poema «Olga Contreras Taucare». Mauro es una seña lejana, cosa de viejos y eunucos
Gatica ―esto lo supimos en una conversa románticos perdidos en un pasado ectoplas-
con él hace un par de años― escribió este mático. En ese futuro imposible podría estar
libro contra el patriotismo de cuneta de una Black Waters City (Nuevenoventa, 2018) de
ciudad encajonada entre desierto, mar y Américo Reyes, que los neochilenos consig-
frontera. Un espejismo hecho de calaminas, narían como «ciudad de las aguas negras» ig-
palmeras y prostíbulos. Muchos de los poe- norando la lengua que les dio el nombre.
mas son transcripciones de relatos encontra- Antología de Black Waters City (2018) es va-
dos en la biblioteca de la ciudad donde vivía rias cosas a la vez: Américo revisita su obra,
antes de migrar hacia Bolivia. Todas esas recicla sus poemas y les asigna otras auto-

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rías. Multiplica el yo poético en una variedad donde los migrantes europeos de segunda
de heterónimos que cuentan las miserias y llegan con promesa de Jauja y se van con las
alegrías pobres de un Curicó que es más real manos vacías o derechamente no se van por-
que el Curicó en que Américo Reyes dilata que se quedan acá, muertos: «¿Qué estamos
sus días. Más real porque sabemos que ese haciendo aquí Franz, August, Bernard, / en-
mundo posible terminará por devorarse los tre cuatro palos parados, borrachos como
murmullos del día a día. polillas / que se desploman de la luz al licor,
A esta antología se le podría aplicar una mientras el viento / y la lluvia tocan sus po-
cita de Borges que usa Zambra en la contra- lonesas sobre el barro?».
tapa de otro libro que nombraremos más ade- Como reza el coro de cierta cancioncita
lante: «Es una lástima que la palabra poeta pop, «estamos viviendo en tierra robada».
haya sido dividida en dos», a propósito de los Los colonos que Sanhueza trae a la vida mue-
poetas que cantan y los que cuentan histo- ren en tierra robada, sin gloria.
rias. Américo maneja ambos oficios, los sub- En el caso de Animitas, Díaz Wentén hace
sume a su imaginario de porno de matorral cantar a esas grutas que, diseminadas a lo
y fisura el Maule patrimonial con su pueblo largo y ancho del Chile real e imaginario, nos
barroco y dicharachero. recuerdan que caminamos sobre huesos. Díaz
Un poco más al sur de este imaginario a ratos nos recuerda a Violeta Parra: además
polifónico, Colonos (Cuneta, 2011) de Leo- de recopilar historias, su prosodia es la de las
nardo Sanhueza y Animitas (Gramaje, 2015) cantoras campesinas. Su repertorio de sím-
de Yeny Díaz Wentén funcionan como un bolos también: «Hay noches en que vemos pa-
coro de fantasmas. En el caso de Sanhueza, sar al diablo / con su hocico lleno de nombres,
las pellejerías de los migrantes europeos en baila / y su sombra enciende la luna. // Por las
la Araucanía durante el siglo xix. Colonos noches nos colgamos del brazo de algún ca-
rastrea en las miserias de una República he- minante / y lo dejamos en su casa, para que
cha con tres listones y una plancha de zinc vuelva / todos los días por el mismo caminito».

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El libro también es un tributo a sus muer- más hermoso de Chile (Cuarto Propio, 2008)—
tos, a los muertos del extractivismo salvaje es el Spoon river más austral de nuestro terri-
que campea a sus anchas a lo largo y ancho torio. Formoso, a la manera de un arquitecto
del territorio (Víctor Mendoza Collío, «¡Ay! de lugares imposibles, piensa el volumen como
Que balas por la espalda. / ¡Ay! Que rabia de un paseo por distintos pabellones.
mil perros.»); a los muertos de la dictadura El ejercicio acá es similar a Colonos y La
militar (Víctor Lidio Jara Martínez, «Pobre comarca: el poema funciona como un registro
vine y como pobre morí / con los huesos al de oralidades espectrales que son resucitadas
aire / y sin manos mi guitarra quisiera to- en esta singular danza macabra. El fantasma
car, / tocar al Dios de mis canciones y / pre- como reverso le permite al autor jugar tam-
guntarles por qué»); a los suicidados y su bién con los reversos delirantes de la consti-
tragedia antigua (Antenor Casio Sánchez tución identitaria de Punta Arenas. Sirvan de
Quintero, «lo pillaron colgado del cerezo ejemplo estos versos: «“Punta Arenas es una
junto al camino de las Dianas. Dicen que sus tremenda / oportunidad de negocios / porque
deudas con el cielo eran infinitas y su mujer, se trata del cementerio / más hermoso de
Toda Vitalia, huyó hacia el norte con su her- Chile” // El ejecutivo local / señaló que Mc-
mano Cleofe de la Cruz»). Donald’s / Cementerio garantiza / calidad y
El mote de «cementerio más lindo de Chi- servicio / como en otros países (…) Por ello
le», dice Christian Formoso, viene de la tra- la empresa / tiene presencia / en el 97,7 % / de
dición oral puntarenense. Puntualiza: «Re- los grandes / cementerios chilenos».
conozco en el patetismo del mito local, los El sueño de la razón produce monstruos de
elementos de la lengua-geografía representa- diversa ralea. Las mutaciones perturbadoras
dos, no por símbolos tradicionales (bandera e que el modelo neoliberal introduce en nues-
himno en el caso chileno) sino (…) por aquella tros territorios reales e imaginados, como si
misma almohada sobre la que todos hemos de de una semilla de legumbre sometida a ra-
soñar». El libro en cuestión —El cementerio diación y agrotóxicos se tratase, son abor-

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dados por las obras citadas como un modo de vivos o no, que nos hablan de una permanen-
conjurar la subjetividad que esa devastación cia y una memoria territorial común, ya sea
produce a mansalva. Todos estos cemente- en el valle de Huasco o en el Aconcagua.
rios, pueblos inventados, coros de fantasmas, Entre el cambio climático y la constante
en fin, son un poco eso: el murmullo enlo- migración campo-ciudad, las prácticas de los
quecido del viento que sopla por igual entre sectores campesinos del país van desapare-
el cableado eléctrico, los pinos radiata y un ciendo o adaptándose. Oficios campesinos del
roble huacho que pronto van a talar. valle del Aconcagua (Inubicalistas, 2017) de
Cristian Moyano Altamirano se detiene en
estas dinámicas como antropólogo y arqueó-
INVESTIGADORES DE OFICIOS logo cultural para «poner en valor» ―que se
Y OTRAS HIERBAS repite en este tipo de trabajos― los diversos
oficios de distintos caseríos de la zona del
Una definición que nos parece adecuada para Aconcagua. Moyano es explícito en sus mo-
tratar estos trabajos es la que propone Vania tivaciones: «El arraigo que siento hacia mi
Cárdenas en Tierras blancas de sed. Cartografía pueblo, es la inspiración y motivación para
oral del valle de Huasco (Inubicalistas, 2019): revivir parte de la historia de Quebrada Al-
«Más allá de las líneas rojas con las que en el varado y sus alrededores, escudriñando y
mapa se encuadra la nominación del terri- desempolvando retazos de estas».
torio y sus límites físicos, existen espacios El lector encontrará en este libro, que ya
que el cartógrafo ha dejado en blanco como cuenta con una segunda edición, testimo-
esperando ser escritos desde el tránsito de nios, fotografías y gráficas que ilustran los
sus habitantes, desde sus movimientos». resultados del trabajo de Moyano, sea para
Movimientos, migraciones, que se suceden oficios extintos como para aquellos que si-
al ritmo de las transformaciones productivas guen vigentes. Así, por ejemplo, nos entera-
de cada zona del país, pero también oficios, mos del trabajo de los pozos neveros. Como

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el nombre lo indica, el oficio consistía en al- fijas. Formas de ser que desafían los identaris-
macenar la nieve que caía en el cerro Punta mos fijos que ponen la pauta en el siglo xxi.
Imán en unos hoyos cavados en zonas altas Pero Cárdenas toca un punto clave: la
del cerro. Los trabajadores, además de cavar, tarea de recoger el testimonio y enmarcar-
debían volver en invierno a apisonar la nieve. lo dentro de una continuidad histórica nos
Llegada la primavera, los trabajadores iban permite una lectura política. La vida de estas
cerro a arriba, sacaban la nieve de los pozos, pequeñas comunidades como ejemplos de re-
la cortaban en grandes cubos y la transpor- sistencia ante el modelo económico que hoy
taban con tropas de burros. La lista de oficios hace aguas por todos lados. La autora cierra
continúa con hortelanos, pajareros, trabaja- el libro con una expresión de Walter Ben-
dores del adobe, entre otros. jamin: «La humanidad se frota los ojos». El
El ya mencionado libro de Vania Cárdenas gesto de quien se despereza y puede ver más
va en una línea similar. Los testimonios, en allá, sea hacia el futuro o hacia un pasado que
este caso, permiten reconstruir una geogra- destella en un momento de emergencia.
fía sensible de una población trashumante cu- Leticia Zapata, Jonathan Vera y Loreto
yos oficios los obligan a llevar una vida al día. Arias publicaron Oficios del río Maule. Rescate,
Pero discuten también como un modo de re- promoción y valoración de las prácticas culturales
presentación, literario e historiográfico, que de la cuenca del río Maule (2017). A diferencia
ha relegado al norte imaginario a la actividad de los dos libros comentados más arriba, este
salitrera y al minero que encontramos en Sa- título, desarrollado con un fondo estatal, no
bella o en las crónicas de Homero Bascuñán. cuenta con los canales de distribución edito-
Cárdenas habla de formas de vida de hombres rial tradicionales. Es el caso, lamentablemen-
y mujeres que, a lo largo y ancho del Valle de te, de muchas investigaciones de este tipo.
Huasco, van ejerciendo de arrieros, agriculto- Nosotros logramos conseguirlo a través de
res o mineros. Su trabajo permite conformar, un website de Facebook que promocionaba
en sus palabras, mapas sensibles sin fronteras las actividades del proyecto.

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Lamentable, decimos, porque el objeto li- sis de grado de la arquitecta Daniela Vilches.
bro es de buena factura y trae un apartado de Tuvimos noticias del trabajo a través de redes
fotografías antiguas que hacen que la investi- sociales y para cuando quisimos adquirir un
gación tenga un espesor mucho mayor. Junto ejemplar ya se habían agotado. Conseguimos
con el trabajo de entrevistas y caracteriza- el pdf con la autora ―práctica subterránea
ción histórica ―estamos hablando de un ofi- y efectiva de circulación que a estas alturas
cio que comienza a finales del siglo xviii―, es una institución en sí misma― y lo con-
la mezcla de testimonio y fotografía permite signamos acá por las mismas razones que los
acceder a una dimensión distinta de la me- títulos anteriores: Vilches traza una carto-
moria común. Que hayan sido tomadas en un grafía sensible de una pequeña comunidad
tiempo en que la fotografía análoga reducía de la zona central chilena con dos objetivos
la posibilidad de disparos nos habla un poco visibles: levantar un puñado de información
de la importancia del oficio en la constelación dispersa sobre Lo Figueroa y densificar su pe-
del relato familiar: el trabajo como construc- queña historia con un trabajo que aporta una
tor de una subjetividad que está ligada a un mirada histórica, pero también archivística
modo de vivir lo común. y, por qué no, artística. De este modo, el li-
Huella al mismo tiempo espectral, en un bro ofrece una mirada compleja cuyo interés
país ―y un territorio― donde las transfor- no es exclusivamente académico: «Veintiséis
maciones históricas vienen acompañadas años después vuelvo a este lugar, esta vez con
de la mutación de las matrices productivas una mirada diferente ―nos dice en el pró-
y, con ello, la disolución de estas comunida- logo―. Me asombro a descubrir cosas que
des. En el caso de Constitución, nos dicen los antes no vi, la imagen es la misma, pero esta
autores, el golpe de Estado del 73 y la insta- vez hay más cosas por ver».
lación de la celulosa Arauco. La investigación como una cuestión vital,
Algo similar ocurre con Lo Figueroa, paisaje que despliega potencias que permiten que
cultural (2021). El libro corresponde a la te- los habitantes de un lugar reconstruyan tra-

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mas vitales. Daniela, en este caso, explora Club Deportivo Unión Figueroa, que según un
la dimensión del paisaje como un elemen- documento presente en el libro fue fundado en
to que atraviesa el relato de la comunidad 1932. En la serie de fotografías podemos ver
investigada: «En esta localidad se distingue los distintos uniformes que cada generación
la fuerte influencia de la actividad econó- de jugadores acuñó para su época, así como el
mica sobre el territorio. Aquellos tejidos y paso del tiempo proyectado en los cortes de
tramas de cultivos que matizan junto con la pelo y el uso de patillas a la vieja usanza.
configuración del habitar doméstico». En las A modo de coda: la lista de investigacio-
fotografías, que la autora logró recopilar a nes con enfoque similares merecería un tra-
través de trabajo de campo, vemos cómo bajo de archivo en sí mismo. Es cosa de mirar
esta ligazón entre trabajo, identidad y te- la cantidad de proyectos Fondart y afines que
rritorio se traduce en formas de vida: en una año a año, en diversas líneas, levantan rela-
fotografía cuya fecha aproximada es 1960, tos, archivos o investigaciones en torno a la
vemos a cuatro mujeres. Al centro, la madre multiplicidad de temáticas que emergen en
lleva un vestido oscuro y carga en brazos a cada rincón de este angosto pasillo que co-
quien suponemos es su hija menor. La acom- necta el desierto con el mar austral.
pañan dos niñas vestidas de manera similar
aunque con colores claros ―el blanco y ne-
gro no nos permite saber esto―. Las muje- LAS RUINAS DE VALPARAÍSO
res están rodeadas de matas de choclo aún
en crecimiento y atrás, justo a su derecha, Si en los libros anteriores acusamos recibo
vemos un árbol que tal vez sea un ciruelo. de un trabajo por recuperar las memorias lo-
Las fotografías que se suceden reproducen cales, sea en oficios, prácticas o archivo, los
una estructura similar: son estampas de la ensayos de La destrucción de Valparaíso. Escritos
vida campesina del Maule. La secuencia más antipatrimonialistas (Inubicalistas, 2020), de
interesante corresponde a una serie sobre el Pablo Aravena, lee entre líneas estas estra-

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tegias contemporáneas por recuperar simbó- vena dice: «Se deshacen de una ciudad que
licamente modos de vida que materialmente no les brinda nada más que la escenografía
han sido destruidos o desplazados. Valparaí- melancólica de sus vidas desperdiciadas. ¿Y
so, podríamos argumentar, es apenas un sín- los “valores patrimoniales”? Pues será cosa
toma de un fenómeno que se viene dando a de turistas, emprendedores de la cultura, el
gran escala en Chile. A saber, la patrimonia- Ministerio respectivo y de esos micronacio-
lización como estrategia del Estado para ha- nalismos que practican el culto chauvinista
cerle un saludo a la bandera a un pasado que a la ciudad».
discursivamente es afirmativo del statu quo. Volvemos a lo que decíamos al principio:
La reflexión de Aravena nos recuerda a hay que leer este libro y preguntarse si la des-
otros teóricos que han advertido este fenó- trucción de la sociabilidad popular y el exceso
meno que se multiplica en diversos lugares de patrimonialismo no terminará por trans-
de la cultura. Simon Reynolds, por ejemplo, formar nuestras ciudades en cáscaras hue-
trabaja esto largamente en Retromanía (Caja cas, simulacros de un mundo del que queda
Negra Editora, 2012). La adicción del pop a una maqueta y algo más.
su propio pasado, sirviéndose, entre otras co-
sas, de ideas como los futuros cancelados de
su amigo Mark Fisher. El horizonte reflexivo DOS LIBROS AUSTRALES
de Aravena discute con las consecuencias que
a una ciudad portuaria con un pasado prole- Puede que el frío y la lluvia del sur chileno
tario e intelectual potente le significaron la hagan que sus escritores se inclinen por el
persecución política en 1973 y la declaración arte sublime de contar historias. Raúl Ruiz,
del turismo como actividad esencial en los quizá el más excelso exponente del arte de la
noventa. evocación verbal, habla en varias entrevistas
Vale la pena citarlo. Cuando habla del de su infancia chilota junto al radioteatro y
18 de octubre del 2019 y los saqueos, Ara- las historias de brujos.

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Paganas patagonias (Lom, 2018) de Óscar reconstruir el catálogo de un museo pata-
Barrientos es un libro que revitaliza esta tra- gónico que fue misteriosamente quemado.
dición tan vieja como la presencia humana en Con ese pie forzado, un poco a la manera
la Tierra. Los relatos reunidos en este volu- de los ejercicios de la Oulipo, Ghigliotto va
men son un bestiario de excéntricos, paisajes narrando poliédricamente la Patagonia en
hostiles y monstruos imaginarios. Barrientos, su versión más macabra: coto de caza para
por supuesto, se permite también una suerte hombres blancos y europeos que acabaron
de crítica cultural en clave ficción al describir con los habitantes originales de esa zona
las prácticas absurdas de los mercanchifles austral; tierra incógnita para personajes
del turismo y la academia. Así, por ejemplo, como Magallanes, Darwin y Bruce Chatwin;
nos encontramos con un grupo de autoayuda campo de concentración durante la dictadu-
que promueve las bondades del devenir-cas- ra militar; refugio de nazis que sortearon los
tor o un agente turístico que necesita salvar juicios posguerra y envejecieron para servir
a toda costa el turismo en temporada baja a de soldados a Pinochet; y así.
partir de prácticas contra natura. Una mala Un libro que a todas luces es heredero de
lectura podría catalogar el libro de heredero In Patagonia del ya mentado Chatwin, en
del realismo mágico, cuando lo cierto es que tanto supone un viaje al fondo de ese sur
a través de la parodia y el esperpento lo que austral imaginario. Libro, todo sea dicho,
Barrientos hace es fisurar esa representación poco usual en Chile, que parece tener tanto
para mostrarla desnuda y medio indigna en cobre como novelas confesionales. El museo
su condición de puro simulacro. de la bruma, pensamos, se parece mucho más
Una memoria negra de la Patagonia es la al cine documental de José Luis Torres Leiva
que presenta Galo Ghigliotto en El museo de o de Tiziana Panizza que a otras obras lite-
la bruma (Laurel, 2019). La premisa del libro rarias que se publicaron ese año. Todavía
es sencilla: un grupo de investigadores ―se más: libro que nos invita a pensar un poco
nos dice en las primeras páginas― quiere ―como no se suele hacer por estos lados―

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en torno a esa dicotomía nefasta de civili- comprometida no debería serlo tanto por su
zación y barbarie, que aparecería con tanta explícita adscripción como por el compromiso
frecuencia en ciertos cronistas chilenos tras de contar esas vidas mínimas que el olvido se
la revuelta de octubre. traga. Las crónicas de este volumen narran las
Dos libros sobre un sur austral que tiene peripecias de la militancia política de izquier-
tantas capas como líquenes los bosques de da en un pueblo como Parral, que como otros
la Patagonia. del Valle Central llevan sobre sus hombros el
peso de la cultura patronal.
El Chile que muestra la crónica de Rivera es
LA CONJURA DE LOS FANTASMAS el Chile que el relato neoliberal ahogó rápida-
mente con sus guirnaldas de plástico y la vida
El informe Rettig debería tener un anexo en cuotas. El nacimiento del campamento 21
donde se consignen a todos los torturado- de noviembre, fundado entre otros por el pa-
res ―militares, carabineros, otras Fuerzas dre del autor ―«ninguna calle lleva el nom-
Armadas― que murieron tranquilamen- bre de mi padre», dice Vladimir mirando a la
te en sus casas sin recibir ninguna clase de cara a la Historia―, los militantes de izquier-
condena. Un deseo quimérico en un país de da acribillados y arrojados al río Putagán, los
criminales que cada cierto tiempo son recor- compañeros de curso que terminaron de mili-
dados por los hijos o nietos de las víctimas de cos o devorados por la depresión. El libro es un
torturas y desapariciones. caldo de natre con alquitrán y tripas de gato:
En el pueblo hay una casa pequeña y oscura (La un trago amargo de memoria en el país de los
Pollera, 2021), del narrador y guionista Vla- emprendedores que dan vuelta la hoja y miran
dimir Rivera Órdenes, es un ajuste de cuen- hacia adelante.
tas doloroso con su pasado y, por añadidura, Libro militante, decíamos, con una memo-
con el fantasma de impunidad y violencia que ria personal que se construyó dándose cabeza-
ronda en las calles de Parral. Una literatura zos contra un muro de plomo. Como Vladimir,

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varios, muchos, tantos, en el coro trágico que de vez en
cuando vuelve y hace temblar las vitrinas, las comisa-
rías y los carros policiales con rabia vieja.

AL CIERRE

No por culpa sino por amor al oficio, consignamos acá


algunos libros que nos habría encantado colocar en
esta lista si el tiempo y el acceso a los libros nos fuese
menos mezquino.
—Coyhaiqueer (Ñire Negro, 2019) de Ivonne Coñuecar
—Desove (Cagtén, 2018) de Claudia Jara Bruzzone
—Spandau (Tácitas, 2013) de Gloria Dünkler
—Sentido de lugar (Komorebi, 2021) de Sergio Man-
silla
—Escribir & tachar. Narrativas escritas por mujeres en
Chile (1920-1970) (Overol, 2020) de Ana Traverso y
Andrera Kottow
—Ciudad berraca (Alfaguara, 2018) de Rodrigo Ramos
—Tríptico de Cobquecura (Liberalia, 2007) de Andrés
Gallardo
—Explicación de todos mis tropiezos (Uqbar, 1995) de
Óscar Bustamante
—Isla Riesco (Jamspter, 2019) de Mariana Camelio
© colección museo o'higginiano

y de bellas artes de talca

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DAR LA BATALLA COMO SI SIRVIERA:

EDITAR DESDE AQUÍ


por Yanko González | fotografías Elde Gelos

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P
ara comenzar, so que arrastro desde cabro, que es la de escribir
pena de majaderías poemas y ganarme la vida como antropólo-
diacrónicas, quiero go. Digo, fui arrojado a la edición ―y a una
compartir algunas bastante singular, la universitaria― debido
minucias del pasado a mi bibliofilia, pero, sobre todo, por la ver-
local —porque si no güenza. La vergüenza de estar en una uni-
es en Medio Rural, ¿dónde?― que, debido a versidad con más de sesenta años de historia,
su presencia eminentemente oral, requieren formadora intelectual de gran parte del sur
registrarse de algún modo. Seguidamente, austral de Chile y epicentro de movimien-
conformado el contexto y algunos casos, tos culturales y literarios cardinales para la
quiero abordar ciertas derivas reflexivas so- propia intelección territorial, huérfana de
bre la edición «situada». Ahora bien, debo un sello editorial, desabrigada imperdona-
advertir de plano que no me formé, ni quise, blemente de libros propios. Desde mi punto
ni estaba en mis mejores pesadillas oficiar de de vista, aquello era más que una omisión bu-
editor, aun a tiempo parcial. Me basta larga- rocrática de cariz económico o un sesgo de la
mente con el enredo y la sospecha que susci- derecha antiintelectual o agropecuaria. No.
ta, mayormente en la academia, el embutido Era tanto una traición a la idea de universi-

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dad humanista ―idea grabada a fuego por su sas sin criba ni criterios de calidad científica
rector fundador, un mestizo penquista, «fe- o creativa de las obras a publicar y desligada
deralista», discípulo de Alejandro Lipschutz de toda la jodida cadena eslabonada de la edi-
y mirado en menos por la germanidad local, ción (evaluación, gestión de derechos, arte y
como lo fue Eduardo Morales Miranda― diseño, distribución, promoción, etcétera).
como también un desprecio por el objeto y En rigor, hasta bien entrada la década de
por el soporte libro en todas sus poliédricas los setenta la producción de libros litera-
formas, y que, para más remate y como se rios o de «literatura de imaginación» desde
sabe, ha sustentado históricamente a la uni- el aquí ―Valdivia y parte del sur de Chi-
versidad como institución desde el Medioevo le― era escasa si descontamos esa prensa
(sin los editores venecianos no conoceríamos de tipos alzados y devenida en offset de la
un ápice de lo que escribieron y tradujeron Universidad Austral de Chile. Al menos,
los sabiondos de la Universidad de Padua). ahí salieron algunos títulos autoeditados,
En fin, una vulgaridad que por vergüenza me como los del propio grupo Trilce. Después,
lanzó a batallar y a colaborar con las ganas el golpe de Estado no hizo más que conver-
de colegas, amigas y amigos para impulsar tirla en una prensa de informes, arqueos y
una editorial. Por muchos años la universi- boletines. Pero hacia fines de la década los
dad mantuvo una imprenta (la «Central de setenta, se articula desde algunos colecti-
Publicaciones»), donde se imprimieron in- vos de escritores y artistas plásticos (los
formes, catálogos de carreras y discursos y grupos Matra e Índice fundamentalmente)
donde, con el apoyo del rector Félix Martínez una incipiente actividad de publicaciones.
Bonati, brotó de sus prensas una de las más Una pequeña imprenta tarjetera sirvió como
bellas revistas de arte y creación literaria de única infraestructura de Ediciones Siglo xv
la década de los sesenta, Trilce, de la mano Artesanía Gráfica, animada por el narrador
del grupo homónimo. Pero se trataba de una Pedro Guillermo Jara y el artista plástico
imprenta, no de una editorial. Es decir, pren- Ricardo Mendoza. Su sello publicó algunos

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libros, como el poemario de Jorge Ojeda llos relevantes, como Polígono en la ciudad
Águila Chatarra (1982), y diversas revistas de Puerto Montt, entre otros. No obstante,
culturales, como los primeros números de creo que Ediciones El Kultrún se destacará
Oh Valdivia y Caballo de Proa. A poco andar, por sostener una actividad editorial siste-
a comienzos de los ochenta, el mismo Ricar- mática y progresiva, apostando de manera
do Mendoza junto a otros artistas fundan deliberada por literaturas territorializadas
en Valdivia Ediciones El Kultrún, de larga o de producción situada, interpelando críti-
historia y calado, clave en el desafío de des- camente la subordinación político-escritu-
concentración cultural y literario del país. ral, inscribiendo gran parte de su esfuerzo
A finales de los años ochenta y principios en una fricción con las literaturas fijadas y
de los noventa se le sumarán las pequeñas sacramentadas por la recepción del mercado
editoriales literarias, como Paginadura, di- o el prestigio de la escucha académica san-
rigida por los críticos y poetas Óscar Galindo tiaguina. No es casual que bajo su firma apa-
y David Miralles, y Barba de Palo, comanda- rezca casi la totalidad de las obras de Maha
da por el poeta Jorge Torres. A esas alturas Vial, Jorge Torres, Rosabetty Muñoz, Cle-
temporales, estos sellos conviven con otros, mente Riedemann, Mario Contreras, entre
como Alborada de Jorge Santamarina o Ma- otros autores fundamentales de la literatura
risa Cuneo Ediciones, dedicadas a publica- reciente del sur de Chile. Como se sabe y sal-
ciones de divulgación científica, y algunas vo por su desdén por el comercio de libros, el
imprentas que fungen a veces como edito- funcionamiento de El Kultrún se emparenta
ras, como la del poeta Mario Contreras en con las primeras editoriales de Occidente.
Castro o la imprenta Cóndor en Ancud. A El criterio que la guía responde a las filias
mediados de los noventa se suma otro sello y fobias de su único responsable y editor,
prolífico que arriba a Valdivia, Editorial Fér- Ricardo Mendoza, que cual Aldo Manucio
til Provincia, liderado por Heddy Navarro y funge además de crítico y lector, de diseña-
Bruno Serrano, y más allá surgirán otros se- dor y conceptualizador visual de cada título,

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dotando de una fuerte presencia identitaria a crónico con un nutrido, inédito y auspicioso
sus libros. Así, por su pertinacia, continuidad campo editorial provincial, con sellos ya ma-
y cualidad, Ediciones El Kultrún ha sido y es duros o en proceso, como Arte Sonoro Aus-
un excepcional hito geocultural, pues ha po- tral, Komorebi, Libros Verde Vivo, Trafún
sibilitado contar fuera de la centrópolis con Ediciones, Austrobórea Editores, Ediciones
uno de los mejores editores del país, tanto A89, entre otros, los cuales están articulán-
por sus altos conocimientos en composición, dose en un colectivo de editoriales del sur
prensa y gráfica, como textuales, estéticos y austral de Chile. Un breve paréntesis: resul-
literarios. Por lo mismo, Mendoza aunó, en ta muy importante desde el punto de vista
un tiempo de extrema precariedad formati- del desarrollo, espesor y desconcentración
va, a tres o cuatro sujetos en uno. Es cierto editorial y literaria la experiencia de Ofqui
que parte del quehacer de todo sello lo dejó de Temuco ―con un catálogo objetual muy
fuera casi desde sus inicios, como lo es una cuidado y deliberadamente territorial―,
expedita distribución y comercialización de Cartonera Helecho de Puerto Montt, Ñire
sus libros, pero como toda microeditorial Negro en Coyhaique y la refortalecida Edi-
atendida por su propio dueño, esas labores torial de la Universidad de Magallanes. Es
excedían las propias fuerzas o su interés. notable en este sentido la presencia y cons-
Al mismo tiempo, debido a los imperativos tancia de Austrobórea Editores y Ediciones
de sobrevivencia del sello, se autoimpuso la A89, ambos sellos situados en la comuna de
publicación de libros por encargo que, con Paillaco ―«provincia de provincia»― y no-
todo, no opacaron su magisterio y curatoría tablemente activos.
en la edición de libros altamente relevantes Como se colegirá, son demasiadas dé-
para la literatura chilena reciente más allá de cadas que la Universidad Austral de Chile,
San Bernardo. Con todo y con casi trescien- responsable no solo de diseminar o extender
tos títulos publicados, El Kultrún ha sido un conocimiento, sino de provocarlo, suscitarlo,
ejemplo que ha fungido como un eslabón dia- incorporarlo, soportarlo y hacerlo transitar,

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estaba ausente y muchos de sus miembros o metropolitanos de boutique. Es decir, se trata-
autores publicaban en editoriales universi- ba de resolver un cruce complejo que pasaba
tarias o comerciales de Santiago o el extran- por la exigencia de ser un sello universitario,
jero. En el intertanto, decenas de universi- situado en un espacio periférico, con un pre-
dades en Chile ya contaban o comenzaban a supuesto y capacidades limitadas y rodeado
contar con editoriales. Resultaba evidente de una progresiva y activa producción edito-
que la fundación de editoriales en el seno de rial independiente y universitaria, pero em-
estas instituciones ―véase el caso de Eudeba plazado en territorios con precarios circuitos
en Argentina, ediciones de la unam en Mé- de circulación, metabolización y absorción de
xico, para no hablar de Oxford University lo producido.
Press― ha sido, históricamente, la verifica- «Dar la batalla como si sirviera» fue y es
ción pública de su vocación pública y, en to- el lema de este trance, pues implicaba la obli-
dos los casos, expresión de su consolidación, gación primera de una detención reflexiva:
proyección y compromiso social. entender que no se puede competir con las
Así, de manera tardía, la Universidad Aus- transnacionales que saturan por volumen los
tral publica finalmente su primer título bajo escaparates de las cadenas de librerías (lo que
su propio sello editorial hacia 2014. Desde genera, entre otros pesares, que cualquier li-
ese año, lo que vino fue menos la ansiedad bro se convierta en un yogurt: caduca rápido
por «ponerse al día» con todo lo que la uni- y velozmente es remplazado). Tampoco po-
versidad había dejado de publicar en sesenta demos competir con las editoriales universi-
años, que la urgente cavilación sobre el lu- tarias metropolitanas con presupuesto hol-
gar, el estar allí de la edición. Cuestión que gadísimo, o con editoriales de la centrópolis
nos pareció crucial para no terminar en una con acceso histórico y privilegiado a la hoy
desaliñada imprenta de actas de congresos, esmirriada y desfalleciente prensa cultural,
fardos de papers envueltos en tapas, o repli- o con editoriales situadas en instituciones de
car acríticamente otros proyectos editoriales investigación cuyos miembros escriben libros

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y se han sublevado sistemáticamente contra cultural donde opera en una jaula fetichista,
la tiranía del paper. Igualmente, se hacía ne- monologante y chovinista, empecinada en
cesario entender, bajo estas limitaciones, que satisfacer su propio ego y espejo territorial.
el desarrollo de un catálogo no podía estar se- Curiosamente, si queremos lograr el predica-
cuestrado por servirse a sí misma, publicando do político-territorial, creando, fortalecien-
solo a sus docentes (problema grave en mu- do y desconcentrando autorías y lectorías, el
chas editoriales universitarias). De la misma camino debe sostenerse no en un equilibrio
forma, entendimos que una editorial univer- ramplón entre lo propio y lo ajeno, sino en
sitaria, de vocación pública y «situada», está un énfasis extraordinariamente dinámico y
mandatada a articularse al ecosistema del dialógico, entre el aquí, el allá y el mucho más
libro territorial, es decir, no replicar ―res- allá. Esto es lo que ha ido guiando nuestro
tando las escasas fuerzas― las colecciones catálogo y creo que es clave en la actual hora
y líneas de otras editoriales del acá (como la de la edición desde el aquí.
vital colección de poetas y narradores del sur Ejemplos en esta frecuencia conocí en el
de Ediciones El Kultrún), más bien lo opues- mundo de la edición inglesa y catalana, pero
to: servir al resto de editoriales independien- muy distante de nuestras condiciones ob-
tes o microeditoriales, libreras, libreros y jetivas. Por lo mismo, déjenme acudir muy
mediadores, cuyas coordenadas, más allá de brevemente a un par de casos más cercanos
nuestros síes y noes estéticos y curatoriales, para cualificar esta mirada. Quiero referirme
fortalezcan el espesor simbólico y lectoría al caso de la editorial Vox ―ahora llamada
de sus espacios como un modo abiertamen- Vox-Lux―, dirigida por Gustavo López des-
te politizado de corregir las desigualdades de Bahía Blanca. Gustavo comenzó hacia el
culturales infranacionales, pero también año 1993 a editar básicamente poesía, desde
infrarregionales. Finalmente, y aunque pa- un espacio similar por lejanía y configuración
rezca una paradoja, un sello ―universitario socioespacial a algunas ciudades intermedias
o no― no puede traducir la identidad geo- del sur de Chile. Todo indicaba que sería un

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intento, como otros, destinado a potenciar Homero Pumarol, entre muchos otros, y en
y repotenciar la producción poética local, cuidadas y primeras ediciones. De tal forma
levantando de algún modo las banderías a y por casi una década, si te querías enterar
veces quejicas y ensimismadas ante el vór- de la poesía argentina y buena parte de la
tice porteño o rosarino que todo lo borra, lo poesía latinoamericana joven, debías pasar
abduce o sacraliza con su canon y sus mil edi- de largo, pararte en Bahía Blanca y descifrar
toriales de poesía. López y la patota lírica que el catálogo vivo que Vox estaba vertiginosa-
lo apañaba hicieron una ruta peculiar para el mente construyendo y comunicando. Un
momento: comenzó a publicar autogestiona- solo movimiento político-curatorial y te-
damente lo más granado de la poesía joven rritorial ―no de musculatura económica ni
latinoamericana y de Bahía Blanca, es decir, institucional― desordenó y desconcentró el
construyó un catálogo donde Marcelo Díaz, canon y, simultáneamente, lo más importan-
Lucía Bianco, Mario Ortiz, Sergio Raimon- te, reveló y relevó las enormes voces propias.
di, entre otros bahienses, convivían mano a En nuestro caso, junto con abrir las obliga-
mano y sin pasar por Buenos Aires, con lo das colecciones científicas y académicas, re-
más destacado de la poesía emergente con- servamos el estrecho margen presupuestario
tinental. En poco tiempo estaba publicando que quedaba para articular en libros algunos
una antología de poesía joven chilena, pero de estos puntos de vista que he compartido:
también belga, alemana, e hizo circular por abrimos colecciones ausentes en nuestro te-
varios países (Gustavo con gran esfuerzo in- rritorio y parte del país y que creí muy nece-
tentaba viajar acompañando a sus autoras sarias en tanto compromiso social de la uni-
y autores) a los bahienses junto a los hoy versidad para la mediación y fomento lector,
reconocidos Arturo Carrera, Fabián Casas, como los libros sobre libros, la lectura y la
Laura Wittner, Martín Gambarotta, Mari- cultura escrita; otras que disputan en el ám-
na Mariasch, Daniel Samoilovich, Washin- bito del ensayo contingente los nudos críticos
gton Cucurto, Alejandro Rubio, Luis Chávez, en la relación conocimiento especializado/

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sociedad, y una de las últimas colecciones y Antin en castellano, sabrán que su ojo lector
con la cual queremos honrar estéticamente al tendrá que viajar hasta el sur de Chile para
objeto libro a través de su diseño y materia, la capturar a Antin y de paso al poeta valdiviano
colección Caballo de Proa ―tributo a la desa- y patiperro Andrés Anwandter, quien lo tra-
parecida revista homónima y «más pequeña duce. Lo propio ocurrirá con el excepcional
del mundo» que dirigía desde Valdivia el fa- poeta alemán Helmut Heißenbüttel, práctica-
llecido narrador Pedro Guillermo Jara― de mente inédito en nuestra lengua y traducido
traducciones de literaturas contemporáneas desde Valdivia por Breno Onetto. Claro, eso
excepcionales, vertidas, algunas por primera implica un largo trabajo curatorial que hemos
vez, al español y preferentemente hechas por ido haciendo con muchos amigos y cómplices
escritoras/escritores del sur de Chile, de tal que forman parte de nuestro comité de cola-
modo de domiciliar esas voces y encomiar las boradores de esta colección y de esta quimera,
autorías territoriales. Así, la editorial cubre pero ese es el motor de la edición territorial:
espacios débiles en cuanto al conocimiento dar la batalla como si sirviera.
de literaturas relevantes, desconocidas o au- Finalmente, y a la luz de estas señales,
sentes en nuestra lengua y tradición; abre vale la pena insistir en que este artilugio de-
otras lecturas formativas ―la mayoría son venido códex o epub es, fundamentalmente,
antologías cuyo diseño se enfoca a lectores una máquina para pensar, aun mucho antes
jóvenes― y las coloca a disposición de ma- que se escriba e imprima. A pesar de todas las
nera prioritaria en el territorio. Ahora bien, debilidades de la historia, de las «condiciones
no somos ingenuas ni ingenuos: hay un «efec- objetivas del aquí», editar libros desde el aquí
to colateral» muy interesante desde el punto supone deberes reflexivos que anteceden a
político en el campo de fuerza socioliterario: la mera elección o criba e impresión: supone
si el poeta y ensayista Luis Felipe Fabre en el transformar el proceso en énfasis y los libros
d. f. o el crítico argentino Edgardo Dobry en en un punto de vista, política y territorial-
Barcelona quieren leer al maravilloso David mente interpelante.

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SERGIO

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O MANSILLA
por María José Cabezas Corcione | fotografías Samuel Salgado

«La “suralidad” es un sentir


y una condición: un habitar entre
el hoy y el ayer, pero asumiendo
que se habita solo en el aquí
y el ahora»
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El académico y poeta Sergio lación entre editor y autor, le bitos y actuar en función de
Mansilla publicó, en 2021, el pedimos a María José Cabe- ellos. Tener hábitos es actuar
libro Sentido de lugar: ensayos zas Corcione, de Komorebi ante determinadas circuns-
sobre poesía chilena de los te- Ediciones, que entrevistara tancias de un modo reitera-
rritorios sur-patagónicos en la a Sergio Mansilla para pro- tivo y familiar. Los lugares
editorial valdiviana Komore- fundizar sobre esta valiosa son circunstancias espaciales
bi Ediciones, un interesantí- propuesta y cómo aporta al que nos obligan a adaptarnos
simo y extenso ensayo donde necesario rescate de las poé- a ellas. Y adaptarnos impli-
escudriña y propone nuevas ticas del sur de Chile. ca crear modos de acción que
visiones respecto a la poe- hacen que nuestro acontecer
sía del sur y sus diferentes diario se torne familiar y con
denominaciones de origen. DESDE UN ÁMBITO MÁS sentido. Siempre ocurre así;
El volumen está compues- GENERAL, Y TOMANDO EN lo que sucede es que a menu-
to por veintidós textos que CUENTA LA IDEA DE QUE do los lugares donde estamos
recorren la obra de destaca- «LOS POETAS SABEN Y o habitamos no son lugares
dos autoras y autores desde SIENTEN QUE EL LUGAR fuertes, es decir, los vivimos
la selva valdiviana hasta la QUE HABITAN AL MISMO simplemente como circuns-
Patagonia, donde resaltan TIEMPO LOS HABITA tancias externas en las que
autores como Maha Vial, A ELLOS», ¿PODRÍAS hemos sido depositados por el
Verónica Zondek, Jaime Luis PROFUNDIZAR A QUÉ TE destino, por la vida, por deci-
Huenún, Bernardo Colipán, REFIERES CON ESTO Y siones con frecuencia pura-
Ivonne Coñuecar, Marlene CÓMO LO DESARROLLAS mente pragmáticas. Existen,
Bohle, Christian Formoso, EN SENTIDO DE LUGAR? sin embargo, lugares carga-
entre otros. dos de un aura identitaria
Convencidos de que algo Habitar en su sentido más poderosa, por distintos mo-
particular se trama en la re- primario alude a crear há- tivos; por ejemplo, porque

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tienen una larga historia, Y dado que eso es así, creo transitividad desarraigada,
porque poseen paisajes de que es lícito sostener que marcada por el nomadismo o la
extraordinaria belleza, por- los lugares nos habitan, una sola provisionalidad del vivir,
que en ellos hay ya instala- formulación metafórica para como lo sería un hospital, una
da una tradición identitaria decir que nuestras estructu- cárcel, un campo de concen-
marcadora de diferencias ras de sentir se hacen en y con tración. Así es como he conce-
sustanciales en relación con nuestras experiencias de lu- bido la noción de «no-lugar» en
los demás. Chiloé podría ser gar, solo que tales experien- el libro, si bien no dejo de hacer
un ejemplo de este último cias no se reducen ya a la sola mención a Marc Augé, quien
caso. En Sentido de lugar par- percepción de la espacialidad acuñó el concepto en el campo
to de la idea de que el sur y la física, sino que incluye toda antropológico y sociológico.
Patagonia son lugares fuertes; la trama social, cultural, fa-
y no es una idea puramente miliar, vital que acontece
arbitraria, pues al revisar la en los lugares donde trans- EN EL LIBRO ABORDAS LA
poesía escrita en y desde esos curre nuestro vivir. Desde ESCRITURA DE POETAS
lugares, diversas marcas de este punto de vista, el lugar QUE VAN DESDE LA SELVA
lugar ingresan a la escritura es también un acontecimien- VALDIVIANA HASTA LA
a modo de huellas referencia- to. Y en tanto tal, puede ser, PATAGONIA. ADEMÁS,
les que nos obligan a transi- como muchas veces lo es, un REFLEXIONAS A PARTIR
tar recursivamente entre el acontecimiento flotante, no DE OBRAS DE AUTORAS Y
texto y su espacialidad (o es- arraigado a ninguna geogra- AUTORES QUE EN CIERTA
pacialidades) referida, nom- fía en particular que tenga FORMA DISTINGUEN
brada, mencionada, evocada. un sello de singularidad no UN «LUGAR» —POR
Creo haber puesto en eviden- intercambiable, sino justa- MENCIONAR, LA CIUDAD
cia este punto en los ensayos mente al revés: un aconteci- QUE HABITO (KULTRÚN,
que componen el volumen. miento que habla más de una 2012; APARTE, 2021) DE

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VERÓNICA ZONDEK, Mi interés por los poetas misferio norte. Siempre me
TERRITORIO CERCADO no metropolitanos, ligados ha interesado la poesía de
(KULTRÚN, 2015) DE MAHA a territorios periféricos, a todas partes del mundo en
VIAL O REDUCCIONES la provincia, viene de muy lo que concierne a mis lec-
(LOM, 2012) DE JAIME LUIS atrás. Es parte de mi propia turas como escritor, pero a
HUENÚN—, PERO A SU VEZ experiencia de vida. Me for- la hora de estudiar sistemá-
EXHIBES A OTROS AUTORES mé como escritor en la pro- ticamente a autores u obras,
MENOS CONOCIDOS Y vincia; en la provincia me he preferido siempre aque-
QUE SE DISTANCIAN DEL formé como crítico. Incluso llos y aquellas que denotan
CANON METROPOLITANO en los tiempos en que estu- periferia, no centralidad (ni
O CENTRALISTA. A dié en los Estados Unidos, geográfica ni canónica), si
PARTIR DE ESTO, lo hice en una universidad bien puede que algunos de
PODRÍAS COMENTARNOS que geográficamente se ubi- esos autores lleguen a ser
LA MOTIVACIÓN POR ca en el noroeste de ese país, más tarde figuras paradig-
RESCATAR A ESTOS cerca ya de la frontera con máticas. Y si mis trabajos
AUTORES, POR EJEMPLO, Canadá. Seattle es una ciu- en algo contribuyen a ello,
RAMÓN QUICHIYAO Y dad grande, pero por su ubi- habrá valido la pena el es-
SU «POÉTICA DE LOS cación y por su historia (se fuerzo. Se trata, podríamos
BOSQUES», O MARLENE funda en el siglo xix) está, decir, de una opción cultu-
BOHLE Y SU PARTICULAR podría decirse, en los um- ral-política en el sentido de
VISIÓN COMO MUJER brales de la nación estadou- poner atención en quienes
SOBRE LA COLONIZACIÓN nidense. Su paisaje se parece no necesariamente la han
ALEMANA, Y QUÉ SIMBOLIZA mucho al del sur de Chile, de tenido fácil para llegar a
ESTA INCLUSIÓN, DESDE EL modo que las circunstancias convertirse en escritores, no
SENTIDO Y CONSTRUCCIÓN de la vida me han llevado al solo por el hecho de que es
DE UN LUGAR. sur incluso estando en el he- naturalmente trabajoso ha-

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cerse de un lugar en el cam- entorno-lugar-comunidad. co. Aquí no es ni lo uno ni lo
po literario sino, sobre todo, Quichiyao habla de la selva otro. Es, nada más, el espa-
porque han tenido que bata- valdiviana, aunque no desde cio del transcurrir de vidas
llar a veces duramente para una perspectiva meramen- signadas por una memoria
asegurar la sobrevivencia te paisajística: propone una trágica de despojos causa-
propia y de los suyos. Natu- especie de conversación con el dos por procesos de coloni-
ralmente, situaciones como bosque cuyos interlocutores zación intranacionales (siglo
estas las hallamos en todas son los árboles y los huma- xix principalmente). En el
partes; pero mi interés por nos que han vivido o viven caso de Bohle, me llamó la
el sur y la Patagonia arranca en él. De manera que su atención su mirada femeni-
también del hecho de que es- poesía es una incursión en na sobre las mujeres de su
tos territorios han sido y son la memoria, en su memoria, pueblo de origen, Salto Chi-
mi casa geográfica, mi casa en la de su comunidad, mas co, cerca de Puerto Montt.
simbólica, mi casa de memo- también es una incursión en Sobre todo, porque explora
ria. Escribir sobre poetas de la botánica, en la geografía. situaciones asociadas con
estas latitudes es también un Veo en la mirada de Quichi- la colonización alemana o
reconocimiento a los míos. yao una forma simbólica de germánica, que revelan una
En este contexto es que relacionarse con la naturale- cara nada conocida de ese
he puesto atención en Ra- za que va a contracorriente proceso: el rol subalterno
món Quichiyao y Marlene del modo más conocido de de las mujeres, no solo de las
Bohle. Se trata de autores tratar la naturaleza en la de origen germánico, sino
nada estudiados hasta aho- literatura latinoamericana: de todas quienes, por una
ra, con obras de muy escasa como expresión o represen- razón u otra, no han sido
circulación, pero que, desde tación de la barbarie, de lo las vencedoras de ninguna
mi mirada, ofrecen podero- monstruoso. O bien al re- historia: las locas, las suici-
sas representaciones de su vés: como un espacio idíli- das, las infieles, las mujeres

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solas después de los cuarenta ESTAS PRELECTURAS Y ránea del sur. Riedemann
años, las oficiantes de traba- APORTAR OTRA MIRADA reparó hace ya un tiempo
jos paupérrimos, las que se DESDE DONDE ABORDAR LA en el efecto pernicioso de
convencen de sus propias ESCRITURA DE ESTOS LARES. este estereotipo de lo lárico
fantasías. Estas situacio- SI PUDIERAS EXPLICARNOS para comprender y apreciar
nes también son las marcas DE QUÉ SE TRATA ESTA la poesía chilena sureña
identitarias del sur de Chile. IDEA O BÚSQUEDA POR en su diversidad y poliva-
DESMITIFICAR LAS lencia. Introdujo, creo que
NOCIONES USUALMENTE con enorme acierto (lo digo
UNO DE LOS ASPECTOS ASOCIADAS A «LO en el libro), el concepto de
QUE ABORDAS Y SUREÑO». «suralidad». Y yo me apro-
PROBLEMATIZAS pio de este hallazgo teórico,
CORRESPONDE A Los lugares necesitan ser pero hago un esfuerzo por
CONCEPTOS QUE ESTÁN cartografiados de alguna complejizarlo un poco más
PRESENTES EN LA manera para diversos efec- de manera que el resulta-
LITERATURA CONSIDERADA tos. Para la literatura chi- do final sea no un simple
«DEL SUR» Y QUE HAN lena sureña, en particular rechazo a los estereotipos,
DEVENIDO EN CLICHÉ para la poesía, el peso de la sino un esfuerzo por ver la
DURANTE LOS ÚLTIMOS tradición lárica es enorme y dimensión de verdad y de no
AÑOS, TAL COMO a veces no deja respirar, en verdad que puedan tener ta-
«SURALIDAD», «LARISMO» cuanto que a lo lárico se lo les estereotipos y las propias
O «TERRITORIO». SE suele tratar como una marca categorías analíticas utili-
PUEDE ENTENDER QUE A LO registrada total e indeleble- zadas, confrontados ambos
LARGO DE ESTOS ENSAYOS mente caracterizadora de la con una visión historizada
INTENTAS DISCUTIR Y identidad y naturaleza de la de la realidad de la que la
PONER EN TELA DE JUICIO poesía chilena contempo- poesía se hace cargo. Si lo

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conseguí o no, eso lo deci- lidad material de los lugares O «TERRITORIO» DE
dirá el lector. El ejercicio de y no como simple extensión LOS POETAS, Y QUE SE
desmitificación es esencial a de una cierta tradición poé- INSINÚA EN SENTIDO
la crítica, y la crítica litera- tica? Existe también lo que DE LUGAR, ES LA
ria no es ajena a esta tarea, se suele llamar afinidad de CONCEPCIÓN Y VALOR QUE
por supuesto. Pero tampoco sensibilidades, que obedece TIENEN LOS SÍMBOLOS Y
hay que perder de vista que a respuestas similares ante EXPERIENCIAS ASOCIADAS
la desmitificación puede vol- circunstancias similares, A LA INFANCIA. SABEMOS
verse también otra forma de aunque puedan pertenecer TAMBIÉN QUE EN TU
mitificación. Mi esfuerzo, en tales circunstancias a tiem- FORMACIÓN COMO POETA,
consecuencia, propone una pos muy diferentes. Esta es EL HABITAR EN CHILOÉ
forma de leer que opere en la tesis que deslizo en un ca- FUE DETERMINANTE
varias dimensiones, de ma- pítulo cuando sostengo que EN TU ESCRITURA Y
nera que lo que se ve válido el «larismo» sureño (que no EN LA REFLEXIÓN DE
en una dimensión, no nece- define en absoluto a toda OTRAS POÉTICAS. EN
sariamente lo es si cambia- la poesía de esta latitud) es ESE SENTIDO, ¿CÓMO
mos la dimensión de la mi- más una «coincidencia» de CREES QUE INFLUYE EN
rada. ¿Lo lárico tiene validez circunstancias con las de TU INFANCIA CHILOTE
como marca singularizadora Rilke en su tiempo, que una EL CONCEPTO DE
de al menos cierta poesía del simple prolongación de la «CHANGÜITAD»?
sur? Sí lo tiene, lo cual no poética teillieriana.
quiere decir que sea «copia» Changüitad es en realidad un
de la estética de Teillier, y topónimo. Alude a un sector
si aun lo fuera, ¿por qué no OTRO ELEMENTO rural ubicado a unos cuatro o
pensarla como resultado de ATRACTIVO QUE SE PUEDE cinco kilómetros al norte de
un modo de tratar con la rea- ASOCIAR AL «LUGAR» Curaco de Vélez por la costa,

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en la isla de Quinchao. Ahí también con facilidades ini- ética, sino solo un sentimien-
me crie («me crecí», diría- maginables en mi infancia: to que aparece y desaparece
mos en Chiloé). Hace ya mu- caminos pavimentados, luz como los catricos, esos ríos
chos años que no vivo ahí. La eléctrica, comunicaciones subterráneos que asoman a la
casa de infancia, construida globales, apertura al turismo superficie de tanto en tanto.
por mi abuelo probablemen- a gran escala, acceso mucho La «suralidad» es un sentir y
te en la década de 1920, ya más masivo a la educación una condición: un habitar en-
no existe. Solo la tierra per- avanzada. Soy de aquella tre el hoy y el ayer, pero asu-
manece, librada ahora de sus parte de la humanidad que miendo que se habita solo en
habitantes que la cultivaban, ha sido testigo de la desapari- el aquí y ahora en realidad.
que la rozaban, que le arran- ción de su mundo de infancia La literatura en este entorno
caban los necesarios frutos y y la sustitución de este por con frecuencia es un home-
bienes para sostener la vida un mundo nuevo, con todo naje a la memoria de esos se-
humana en un lugar paisa- lo bueno y lo malo de ambos res humanos que sufrieron el
jísticamente muy bello, pero mundos. Por eso la memo- territorio o el lugar, que a su
también muy hostil, sobre ria, la conciencia de lugar, manera trabajaron para que
todo en una época como las transita entre mundos anta- sus descendientes no vivan
de los años de 1960 cuando ir gónicos, y, en consecuencia, las estrecheces y sacrificios
a la escuela nada más era un a menudo nuestra literatura que ellos vivieron.
esfuerzo enorme. Debía yo parece contradictoria, osci-
caminar una hora para ir y lante entre la nostalgia y la
otra para volver por la playa. aceptación de un presente en
Ese mundo ya no existe. Ha el que no llegamos nunca a
sido reemplazado por formas sentirnos completamente en
de vida propias de la moder- casa. Tampoco la nostalgia es
nidad consumista, aunque la solución estética ni menos

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© colección museo o'higginiano

y de bellas artes de talca

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COORDENADAS CONSTITUYENTES:

SUTURAR LAS CONFIANZAS


por Rosabetty Muñoz

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TODO SE JUEGA EN EL TERRITORIO de imágenes mundos más amplios. Es el en-
DEL LENGUAJE tendimiento lírico que está en las canciones
de Víctor Jara, en la poesía de Violeta Parra,
Las palabras armarán la trama de las nuevas en las crónicas de Lemebel, todo ese lenguaje
relaciones, del nuevo habitar, de la nueva con- que ha saltado las vallas de lo enmascarado
vivencia. Por eso es tan importante que haya y ha usado las figuras para taladrar la costra
saberes distintos, variadas hablas, decires que superficial y acceder a verdades tan necesarias
han estado postergados, como la de pueblos como el agua.
ancestrales o las mujeres o las comunidades Se habrá de escribir una Constitución que
que viven en lugares muy apartados de los podamos comprender todos, que podamos
centros de poder, o las de poblaciones que contar a los niños, que podamos leer con emo-
sufren los costos del mal llamado progreso y ción, sintiéndonos parte.
que son asumidos como lugares de sacrificio, El lenguaje no puede crear contra la reali-
aceptados como daños colaterales del sistema. dad, el tan ansiado encuentro con otros no se
El desafío es desplazar el lenguaje de exper- puede dar en el cuerpo muerto de un escrito
tos jurídicos o de la vociferación de lo econó- sin sangre.
mico como lo fundamental hacia otras formas Por eso, los constituyentes trabajarán en
de comunicar; eso se hará llenando los vacia- el abierto espacio de la creación:
dos de palabras, se construirá persiguiendo Primero, hay que afinar el oído, la com-
los significados, los sentidos, repasando una prensión, sintonizar con lo que expresa la
y otra vez cómo se entiende cada concepto. gente en las calles, en las poblaciones, en los
Discutir el lugar de las palabras, recupe- pueblos perdidos del largo territorio; hay que
rar la simpleza. Eso que ya sabe nuestra gen- sintonizar permanentemente para recono-
te más sencilla: el valor de la poesía. Porque cer cuando las cosas están dadas para cons-
sienten que aunque las ideas sean complejas, truir realidad.
la metáfora sirve para comprender por medio Segundo, rectificar el lenguaje. Lo que ex-

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presa debe ser lo que significa porque si no sus profundas capas vivas y que guarde la fra-
es así, se queda sin hacer lo que necesitamos gancia de lo que hemos sido en distintas épo-
con urgencia. Si no se corrigen las palabras, cas, un Chile que es múltiple y que es capaz de
el decir, se falsean expectativas, se obscurece transformarse sin dejar sus maravillas atrás.
la confianza. Vivenciar (como decía Mistral) a los pue-
Tercero, buscar lenguaje inspirador que blos originarios, raíces de nuestra cultura;
eleve el tono interior, que convoque a actuar a los inmigrantes que enriquecen nuestro
según códigos que nos mejoren, nos devuel- quehacer, nuestra comprensión de la rea-
van la dignidad, ya no por decreto o por ac- lidad, a los distintos habitantes que no han
ción del Estado, sino por nuestras propias tenido voz ni han participado de lo que en-
acciones y decisiones. tendemos como país.
Reparar en la cantidad de términos que se
han ido abriendo camino y conquistan áreas
DESMONTAR LA MAQUINARIA que parecen lejanas, reparar en cómo fueron
QUE SAJÓ EL TEJIDO SOCIAL permeando, colonizando la cultura o en la
educación, la salud. ¿Por qué debiésemos ha-
Una tarea imprescindible será escuchar esa blar de consumidores culturales o industria
historia que está sepultada en la calle y en los cultural, o déficit hospitalarios o clientes en
cuerpos. Después de largas décadas sin consi- clínicas y escuelas? En estos meses de pande-
derar las vidas mínimas, se debe atender a lo mia es determinante cómo nos enfrentamos
particular, a la historia local; no es tiempo de a una situación extraña y remecedora: todo
grandes discursos, sino de atención a lo pe- el aparato informativo vomita números. La
queño que, sumado, va formando comunidad. muerte es un número, los cuerpos enfermos
Tenemos la posibilidad de soñar un Chile son números. Sabemos que podemos armar
que acoja la enorme diversidad de culturas un nuevo pacto social porque el trato inhu-
que conviven en el territorio común, que abra mano todavía nos asombra, todavía no cru-

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zamos la barrera de la indiferencia. Estamos pacto social buscará cómo decir un país que
en un momento crucial en que podemos des- privilegia otra manera o maneras de ser hu-
bancar una legitimada forma de palabreo, esa mano, donde es más importante la persona
que ha ido oscureciendo y degradando otras. que los bienes y es más importante armar for-
Como la poesía, o la filosofía. mas de ser con los otros, una celebración de
Se fue formando una masa de palabras para estar juntos, una forma de resolver los proble-
guiar al rebaño ―digámoslo así―, llevándolo mas en forma comunitaria.
a considerar que solo aquello que nos trae éxi-
to dentro del sistema nos define: si logramos
RESPETAR EL HABITAR DE LAS
tener, depositar, cuantificar, es que hemos lo-
grado «ser alguien». Todo lo que queda fuera COMUNIDADES
de las cifras es puesto en duda, marginado. Se
constituye un espacio de solos que compiten, Se trata de una misión preciosa: es constituir
que van desdibujando los límites de los valo- lo que queremos, fundar una sociedad distin-
res que traían generaciones anteriores, se va ta, diversa, plural. Desde los principios bási-
difuminando la frontera entre lo bueno y lo cos, la idea es sembrar la metáfora de lo que
malo, lo correcto y lo incorrecto. realmente tiene valor considerando quiénes
Heidegger enseña que la palabra es la casa somos, quiénes queremos ser y cómo quere-
del ser. De modo que si el lenguaje se desmo- mos habitar estos lugares.
rona, se desmoronan modos de pensar y de Crear un nuevo contrato social exige revi-
existir. El lenguaje es un tejido fino y sedoso sar y conocer las distintas comunidades que
en el que se da forma al mundo. componen un mapa del que solo se han dibuja-
En un país que fomenta la competencia y el do los contornos generales. Habrá que ir com-
individualismo, las palabras se van sumando poniendo con las voces de sus representantes,
a ese paradigma y ahondan en la brecha, la las vidas ignoradas de tantas localidades para
rotura de las confianzas. Entonces, el nuevo situarlas en relieve.

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Hasta ahora no había espacio para pensar visión bucólica; no somos y no debiéramos ser
el desarrollo desde las especiales formas de los guardianes de un supuesto paraíso natural
vida en las provincias, por ejemplo. Más bien donde los seres humanos son mejores que en
formábamos parte de un país cuyas leyes im- el centro o las grandes urbes. Más allá de los
piden maneras de relacionarse en forma ar- estereotipos y prejuicios nuestro esfuerzo ha
mónica con la naturaleza/el medio natural, de ser «decir el sur», pero uno diverso, con
que dificultan el organizarse, que no permiten las puntas afiladas, con todas sus impiedades
que las pequeñas y dispersas comunidades re- y también maravillas.
suelvan sus problemas de acuerdo a su manera Entonces, los constituyentes habrán de
de entender la realidad. Volver al respeto por respetar la diversidad y defender las particu-
la propiedad comunitaria y resguardar bienes laridades de los territorios a la hora de pensar
esenciales como el agua, el mar, las semillas. en las políticas públicas. Cuidar que la toma
Que no pertenezcan a privados. Pensar Chiloé de decisiones políticas considere siempre los
(de nuevo la lírica) como metonimia, como un valores y voces locales.
espacio político, territorial: que permita a to- Se requiere disponer la mesa para que sean
dos tomar decisiones ligadas a sus problemas los invitados los que hablen. Disponer el en-
específicos y vinculadas con el patrimonio. cuentro, pulir las palabras y celebrar con ellas
Resguardar la riqueza humana y natural por un encuentro.
medio de la voz ciudadana reunida, consejos
de ancianos que toman decisiones atingentes
a la comunidad. Y todo esto en permanente EL PORVENIR NUESTRO ESTÁ ALLÁ ATRÁS
diálogo, atentos a la evolución del tiempo en
otras latitudes. Somos parte de un sistema Quiero pensar en el ejercicio de la memoria
mayor y complejo, eso hay que considerarlo. como patrimonio. Más allá de las huellas ma-
Quiero decir que no somos, o no debiéramos teriales, de los objetos o construcciones que
ser, los vivientes del sur, los defensores de una son señas de una determinada cultura (tam-

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bién importantes de considerar), pienso en las territorios de palabras perdidas y con ellas,
manifestaciones afectivas, emotivas, que fue- un mundo por decir: ¿cómo nombraban el
ron conformando el tejido cultural de nues- goce de ver encenderse los ñires? ¿Cuál era
tras distintas culturas. Todos esos elementos la forma en que compartían el milagro de ver
que parten de la gente y han dado cuerpo a un abrirse los fiordos frente a ellos? ¿Cómo de-
imaginario particular, una forma de entender cían la majestad de los hielos, la dulzura de
el mundo que es significativa e identificable un canal manso? ¿Cuáles eran sus palabras
frente a otros modos de ser y vivir. para el amor? ¿Se demoraban nombrando el
Hay tantas comunidades que se fundan paisaje del deseo o solo respondían a la urgen-
sobre una masa de palabras no dichas, de un cia de la carne? ¿Tenían voces para el miedo,
silencio preñado que sostiene la lengua. Que para la profunda indefensión de sus cuerpos
mira a los que no están, que los sigue recor- desnudos? ¿Cómo sentían el aire purísimo, la
dando. La palabra es un gesto límite, signos suavidad de las aguas, la enormidad de los ris-
que permiten fijar el escurridizo tiempo, el cos? ¿Nombraban de cuántas formas al viento
aire, ciertas formas de mirar, contar, amar. que doblaba las copas de los árboles, al que sil-
Cuando se van los antiguos, ¿qué queda de sus baba furioso alrededor de su choza, al que les
palabras? ¿Cómo se decía…? murmuraba mensajes de sus muertos al oído?
Su espíritu se fundió con el de todos los de ¿Cómo señalaban el azul de todas las formas
sus antepasados y ese denso aliento permane- que el agua y el hielo desplegaban?
ce suspendido en la composición del aire nues- Toda esa materia vital, el encuentro pri-
tro. Respiramos el polvo dorado de los que no mario con un mundo imponente, de belleza
están, somos ellos en la finísima materia que extrema, no ha desaparecido. Todo ese tejido
se adhiere a las fosas nasales, que entra en de voces da forma a la sombra que nos sigue,
oleadas al aterciopelado paisaje interior. aunque no queramos verla/sentirla.
Detrás de nuestros gestos, entonces, repo- Es central el reconocimiento de las cultu-
sa el silencio espeso que heredamos. Enormes ras ancestrales. Reconocer y abrazar nuestra

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historia que sabemos milenaria. desde las voces antiguas de nuestros pueblos
El derecho a la cultura es interdependien- originarios. Se trata de pensar un país que
te de otros derechos como la educación o la respeta su espacio natural y convive armo-
autodeterminación, que permitirá que cada niosamente con las especies que no son suyas,
territorio responda a sus propias necesidades sino parte de un ecosistema que a todos nos
y formas de vida. Así no volverán a perderse permite vivir y prosperar.
ricas tradiciones o manifestaciones culturales Hemos visto la dicha del agua evaporar-
por el obligado cambio de vida de los habitan- se, hemos visto camiones aljibes repartiendo
tes, según modelos impuestos que nada tienen litros en casas, a los animales sedientos ba-
que ver con su propio proceso histórico. beando en las pampas. No puede hablarse de
progreso si hay familias que no tienen agua
potable. No se puede hablar de desarrollo si el
LA DICHA DEL AGUA agua tiene propietarios y si la explotación de
algunas empresas contamina nuestro líquido
Estamos compuestos de agua. Esta es la gran vital.
metáfora sobre la que se funda la idea del país Caminando hacia el buen vivir, con el agua
que queremos armar: aquello que es vital no como elemento primordial para el ecosistema,
puede ser objeto de transacciones comerciales avanzamos hacia todo aquello que representa
ni estar expuesto a la propiedad, no se puede la dignidad que tanto se ha pedido/exigido en
privar de su uso o beneficio a nadie. Cualquier las calles: respeto a los derechos humanos, ha-
diálogo posible, parte del cambio del eje que bitación, trabajo, jubilación, salud igualitaria
sostiene la estructura del cuerpo total del país y de la mejor calidad posible.
y esa imagen del agua, la fuente de vida, nos Los derechos sociales básicos están conte-
recuerda que hay temas intransables. nidos en esta metáfora esencial. Sin esta agua
Como zahoríes buscando sentido, el con- propia de la vida no es posible siquiera pensar
cepto del «buen vivir» fluye fresco y nutritivo en el porvenir.

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INTERCAMBIAR SABERES QUE NOS AYUDEN Para que exista un verdadero desarrollo,
AL BUEN VIVIR la educación tiene que participar formando
ciudadanos críticos, responsables, comprome-
Y entrar de lleno a pensar en una educación tidos, que se sientan llamados a compartir el
que piense orgánicamente en otra forma de bien común aun desde los lugares más remo-
enseñar, de aprender los saberes de las co- tos, no en la estrechez con que se estigmatiza
munidades y al mismo tiempo dialogar con el lo provinciano, sino en la capacidad de com-
mundo abierto fuera de nuestros territorios. partir el destino de pertenecer a un territorio
Hay experiencias aisladas, hay esfuerzos par- que se recrea constantemente.
ticulares, pero falta una orientación general,
una columna vertebral que nos sitúe en el fu-
turo sin abandonar la rica cultura ancestral. EL ARTE, UN PAN EN TODAS LAS MESAS
Dibujar un país que cuide a sus ciudadanos
dándoles educación pública de calidad, que El arte es fundamental a la hora de recoger
les garantice una formación y un derecho a nuestra memoria patrimonial. En estos días
la felicidad. Formar almas como decía Gabrie- de peste nos ha quedado claro que necesita-
la Mistral y no trabajadores para la economía mos de las resoluciones colectivas, de la unión
o intereses empresariales. Sin colegios que y la cooperación comunitaria. No es en sole-
ahonden la desigualdad y la separación entre dad como podremos vencer esta pandemia,
sus ciudadanos. sino en conjunto, entre todos. Tal vez sea la
Una educación pertinente nos impulsará a oportunidad para volver a pensar en nuestra
soñar un sur libre y soberano. Que tiene con- cultura ancestral, tan llena de recursos, para
ciencia de sus orígenes y desde allí se dispara, resistir en entornos duros con un clima feroz.
respondiendo con imaginación, reflexión, Sostener el ánimo, la energía, la pasión aun
creatividad, al necesario diálogo con otros en medio de una pandemia, fue una labor de
territorios. todos: hablar desde la esquina y señalar «allá

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está el porvenir que soñamos» mientras la ca- la idea de un centro que administre la legiti-
lle mostraba su cruda carne de desesperación midad de los discursos. El reconocimiento del
y desamparo. valor que tienen las distintas obras es esencial
Es necesario un arte que comunique, abra para el desarrollo artístico desde las diversas
canales de exploración para reconocernos y culturas que componen nuestro largo país.
comprender el mundo que habitamos. Ese Queremos un país donde esté representa-
goce profundo del descubrimiento no puede da toda la riqueza del gran tapiz que somos.
estar concentrado en élites o tratado como Desde octubre del 2019 asistimos al desplie-
suntuario; tiene que garantizarse un acceso gue de una cultura colorida, rica en ternuras
universal a todas las expresiones artísticas y a ancestrales, antiguas memorias que buscan
los espacios públicos liberados para el libre de- las formas de sanar las heridas que provoca
sarrollo de las artes. Puesto que las expresio- un sistema injusto: escuelas de rock, mura-
nes artísticas son reflejo de nuestras culturas, lismo, danzas pintadas, música, poesía, toda
creemos que los artistas y actores culturales una resistencia que ha servido para hilvanar
deben ser parte de nuestra familia, de nuestro esta fuerza vital que ahora debe ser declarada
presente y nuestro porvenir. y valorada en el nuevo pacto social.
Desde los espacios locales, la creación artís- Reconocer, entonces, la diversidad que so-
tica tiene desafíos propios. Hacer arte desde mos y permitir que se desplieguen cuerpos,
las provincias nos exige una alerta constante imaginarios, territorios, enriqueciendo la vida
para no caer en folclorismos, pero tampoco comunitaria, es nuestro empeño hoy. Como
puede ser complaciente con sus propios cote- un archipiélago unido por las aguas de una
rráneos que igual trampean con la idea de la cultura común.
belleza superior de nuestro territorio.
El tejido cultural del que formamos parte
es complejo y representar su densa carne es
un reto, por eso es tan importante borronear

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EGON
MONTEC

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© Eduardo Mardones y Carlos Toledo mr | 194
CINOS
por Stefano Michelet Dellamaria

«La reforma a la descentralización


se parece mucho a la Hidra de Lerna:
le cortaron la cabeza al intendente y
aparecieron el gobernador regional y
el delegado presidencial»
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mr | 195
Egon Montecinos Montecinos es uno de los ¿CUÁNTO HA INFLUIDO LA VIVENCIA
máximos expertos chilenos en descentraliza- DEL PUEBLO CHICO EN TUS BÚSQUEDAS
ción. Vive en Valdivia, pero nació en Pichi- PERSONALES Y PROFESIONALES?
rropulli, una localidad rural de la comuna de
Paillaco, que en mapudungun significa «pueblo Ha sido fundamental para darle un sello a lo
pequeño». Académico de la Universidad Aus- que investigo, hay mucho de proximidad en
tral, fue intendente de la región de Los Ríos mi vida y en la agenda de investigación que
entre el 2014 y el 2017. Es un fanático del re- desarrollo. Por ejemplo, el estudio de caso
gionalismo y de Colo-Colo: «En el fútbol y en siempre es mi método. Y en la dimensión de-
el amor no importa descentralizar», nos acla- mocrática igual; me crie en dictadura, nací
ra de inmediato. Se define como un «animal en 1973, y me acuerdo que viví ahí hasta los
territorial» porque se movió durante casi toda veintiséis. Entonces, gran parte de mi vida la
su vida en un radio de doscientos, trescientos viví en un pueblo chico en dictadura y veíamos
kilómetros a la redonda. Como si Pichirropulli de manera muy periférica la política global,
fuera su centro de gravedad. Inquieto con los pero sucedían cosas que eran propias de ese
temas de la política, es irónico para expresar tiempo, como el soplonaje. Afortunadamente,
sus ideas y usa muchas metáforas para hacer en el pueblo no hubo desapariciones, estuvo
comprensible la jerga académica. «Cada acto cerca. Pero mucho soplonaje, líderes políti-
público debe ser un acto de pedagogía», afir- cos a los que no les resultaban las cosas por
ma. Como de costumbre en estos tiempos, nos ser de territorios marcados, en la periferia.
encontramos en una plataforma virtual, a la Todo esto ha definido mi investigación y mi
distancia, para conversar sobre territorio, re- forma de ser, las relaciones cara a cara son
gionalismo y descentralización. fundamentales.

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¿Y EN LA POLÍTICA? a la pelota. Tuve el privilegio de ejercer el rol
de capitán del equipo acá en la región donde
En lo político también, uno de mis sellos fue nací y me crie, siendo un hijo de la periferia.
darles un lugar protagónico a los sectores Eso me emociona. No tengo ganas incontro-
apartados, alejados. La política para mí siem- lables de volver a la política, tampoco una
pre ha sido una tangente, está ahí porque la negación de lo que hice, muy por el contra-
estudio ―especialmente los temas locales y rio, estoy orgulloso de haber implementado
regionales―, me gusta, pero para observarla, innovaciones en democracia participativa que
jugar cuando se puede, pero no para hacerla quedaron, como el Fondo Regional de Inicia-
una forma de vida. Ahí me falta algo, quizás lo tiva Local Participativo.
que para algunos se llama ser un «animal polí-
tico». Debe haber algún gen o algún virus que
se te mete y te transforma en animal político y
¿CÓMO CREES QUE LOS CIUDADANOS DE A
hace que te dediques a eso toda tu vida. Yo me
considero un animal político, pero un gato, PIE ENTIENDEN LA NOCIÓN DE TERRITORIO?
no un león. Me meto cuando puedo, cuando
quiero y por supuesto cuando me invitan. No Explicar el territorio es complicado, porque
acostumbro meterme donde no me invitan, en el imaginario está asociado a la comuna,
cuando me nombraron intendente no me fui a a la provincia, a la región. Es decir, a límites
ofrecer a La Moneda. Me apasiona mucho más administrativos, no a construcciones sociales.
investigar, sistematizar, explicar, comprender A veces la gente lo asocia a «identidad». En-
procesos asociados a todo eso que se juega en tonces las personas no lo conceptualizan como
la política. Me siento como esos comentaristas territorio, sino a «cómo somos en regiones»:
deportivos que tuvieron la posibilidad de jugar el chilote, el valdiviano, el unionino, el riobue-

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nino, etcétera. Nosotros, los regionalistas, con las señales del día a día, con la capaci-
les agregamos otros elementos: el poder, lo dad de diálogo permanente. En general, la
económico, las vocaciones productivas. Y masculinización de la política tiene que ver
ahí ya se me pierde la ciudadanía. Cuando con la imagen del gerente preocupado de
hablas de territorios ganadores, perdedores, los grandes temas; ese ideario, en mi con-
competitivos, la gente se pierde y nosotros cepto, está en retirada. Ricardo Lagos es la
también. En general el regionalista tiene expresión de eso, pensando al país en cin-
un problema grande: no sabe explicarle a la cuenta años más. Hoy la gente en regiones
gente de Liquiñe, Neltume, de Pichiquema, quiere, además de eso, otra cosa: escucha
de los territorios apartados, qué diablo está y solución a sus problemas. El movimiento
defendiendo de su vida cotidiana. Como re- regionalista en Chile también es elitista y
gionalistas tenemos una misión: ciudadani- no traduce sus conceptos en el lenguaje de la
zar esto para que sea efectivamente un tema vida cotidiana, no logra seducir al habitante
de agenda pública, no de élite. común de regiones. Si ya el tema de la des-
centralización es de élite, los regionalistas
lo hacen aún más. No saben explicar, y digo
¿NO LOGRA ENTONCES EL MOVIMIENTO «no saben» porque a mí me gusta explicarle
REGIONALISTA CONECTAR CON LA a la gente qué es esto del regionalismo y la
CIUDADANÍA? descentralización. Pero tampoco es un tema
que a la gente le seduzca mucho, como para
Creo que no. Una de las críticas que les hago que se tome la sobremesa de un almuerzo
a los movimientos regionalistas en Chile y familiar el día domingo o una conversación
a quienes estudiamos el regionalismo es que entre amigos con el asado. El tema no está
estamos plagados de hombres y se pierde ahí: hoy importan las pensiones, la educa-
la dimensión femenina del territorio, que ción gratuita, la mala calidad de la salud, la
tiene mucho que ver con la proximidad, corrupción en la política, etcétera.

mr | 198
A PROPÓSITO DE ESTO, EL ESTALLIDO 2017― una reforma descentralizadora. El
SOCIAL DEL 2019 SE PUEDE tema estaba tan aislado que fracasó. Fraca-
ENTENDER COMO UNA CRISIS DE LO samos. La reforma a la descentralización se
COTIDIANO. ¿CUÁNTO CONTARON LAS parece mucho a la Hidra de Lerna: le corta-
REIVINDICACIONES TERRITORIALES? ¿FUE ron, metafóricamente, la cabeza al intenden-
LA DESCENTRALIZACIÓN UN TEMA? te y aparecieron el gobernador regional y el
delegado presidencial. Este último es la ex-
No mucho. Sería muy fanático si te dijera que presión del centralismo, de negarse a perder
la descentralización fue parte de los diez te- poder, control. La presidenta Bachelet planteó
mas que estaban en la agenda pública al mo- la elección directa de la principal autoridad
mento del estallido social. Probablemente, regional, el intendente. En ese entonces, lo
fue en la racionalización del estallido social único que no se definió descentralizar fue la
cuando aparecieron los alcaldes y otros líde- cuestión de la seguridad interior, ahí estamos
res políticos diciendo que el centralismo los todos de acuerdo. Pero solo eso, no la gestión
tiene agobiados y que también en regiones van y la coordinación de los servicios. Y hoy día el
a protestar. Pero acá en Valdivia, en Puerto delegado tiene capacidad de gestión de servi-
Montt, la gente protestaba porque la salud, la cios públicos: significa priorizar agenda, de-
educación, las pensiones son miserables. Por- signar y coordinar seremis, ser el responsable
que el petróleo, la bencina, está allá arriba. No político de vialidad, de los caminos indígenas,
fue el tema central. Cuando en noviembre de etcétera. Ahí fracasamos como centroizquier-
2019 se firmó el Acuerdo por la Paz Social y la da. El problema es que en esta materia de la
Nueva Constitución, allí recién se racionaliza- descentralización el progresismo es muy con-
ron los problemas que teníamos acumulados. servador en Chile. Yo me considero progresis-
Sin embargo, era un tema que desde hace ta, de centroizquierda ―no de izquierda―,
un par de años estaba en la agenda política, pero parezco ultraprogresista al lado de estos
luego de que se discutiera y aprobara ―en gallos que son muy conservadores a la hora de

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distribuir poder en el territorio. Jaime Quinta- exposición mediática, menor importancia
na, Guido Girardi, por ejemplo, u otros como país, podría haber mayor colaboración. En
la mayoría de los senadores democratacristia- los sectores donde la ciudadanía tiene un
nos, algunos socialistas. La mejor expresión rol protagónico en la gestión pública puede
de lo que te estoy diciendo es que en el Senado haber más colaboración, porque puede ser
la bancada regionalista es transversal, desde la el cable a tierra y decir: «Oigan, déjense de
udi hasta el Frente Amplio, pero es minorita- pelear y preocúpense de los temas impor-
ria. Ese es el progresismo en Chile. tantes». Pero en Santiago va a existir un
problema de cohabitación política muy im-
portante. Por más o pocas atribuciones que
MUCHOS DICEN QUE TENDREMOS UN tenga el delegado, ahí vas a tener una diná-
«MONSTRUO DE DOS CABEZAS» CON EL mica política nacional instalada en la región
GOBERNADOR REGIONAL Y EL DELEGADO Metropolitana, que es muy conflictiva en
PRESIDENCIAL COGOBERNANDO. ¿CÓMO temas de orden público. El gobernador re-
CREES QUE SE CONSTITUIRÁ EL NUEVO gional va a ser un jugador de veto que se va
ESQUEMA DE GOBERNANZA REGIONAL? a unir mucho con la ciudadanía, va a estar
¿COLABORACIÓN? ¿COHABITACIÓN en sintonía con sus demandas. Y el delegado
TENSA? ¿CONFLICTO ABIERTO? va a ser un «presidente chico» para disolver
marchas, etcétera, como lo era el intenden-
Primero, yo creo que no va a ser un mons- te, pero con menos exposición mediática.
truo de dos cabezas. Las regiones nunca
han sido monstruos, son ovejitas. Se van a
poder dar diversos escenarios, va a depen- ¿DÓNDE SE ORIGINA ESTE PROBLEMA?
der mucho del territorio, de cómo son las
dinámicas políticas de las regiones. Yo me Yo creo que lo complejo acá es que la función
imagino que en territorios que tienen menos de gobierno no se deja completamente esta-

mr | 200
blecida en el gobernador regional, se com- Ahora, el paso había que darlo con otros pa-
parte. La legitimidad ciudadana claramente sos secundarios que no se dieron, como, por
está del lado del gobernador, pero una par- ejemplo, dejar al delegado presidencial redu-
te de la capacidad de gestión va a estar por cido a funciones de seguridad interior o de
el lado del delegado, primero. El delegado fiscalización de servicios públicos. Así era
puede nombrar a los seremis, es el encar- el diseño original de la reforma: que coor-
gado de coordinar a los servicios públicos dinara las policías, extranjería y fiscalizara
desconcentrados y deberá hacer presente a si un seremi anda dejando en la mañana al
las autoridades nacionales competentes las hijo o hija en la escuela con el auto fiscal o
necesidades de la región de manera oportu- si maneja tomado. Fiscalizar, que es distinto
na. Es una gran fragilidad de este modelo, a coordinar. Ahí creo que está la principal
que creo va a producir relaciones poco coo- falencia de la reforma política.
perativas.

¿Y A NIVEL FISCAL?
¿SE PUSO LA CARRETA POR DELANTE
DE LOS BUEYES AL COMENZAR POR Después debería haber venido la parte fiscal:
LA ELECCIÓN DE GOBERNADOR aumentar el fndr (Fondo Nacional de De-
REGIONAL, CUANDO HAY UN CONJUNTO sarrollo Regional) o fortalecer la capacidad
DE CUESTIONES QUE AÚN NO ESTÁN de decisión del gobernador para cambiar
REGULADAS? partidas presupuestarias de recursos que
ya están asignados centralmente. Pero no,
Si aplicamos la teoría secuencial de la des- sigue siendo el ministro. En mi concepto se
centralización, somos un país atrasado en debía dar el paso, pero se dio de manera in-
términos de descentralización política. Por completa. Como dice el colombiano Leyva
lo tanto, yo creo que había que dar este paso. Botero, la mayoría de los procesos de des-

mr | 201
centralización en América Latina fracasan Y transmitamos este mensaje: si vamos a
porque le dan mucho énfasis a la autonomía seguir con un modelo unitario, el delegado
política y poco a las relaciones entre los ni- presidencial no tiene por qué tener atribu-
veles de gobierno. ciones de gestión.

¿LA RECIENTE REFORMA ES EL TREN ¿ES EL FEDERALISMO UNA VÍA POSIBLE?


POSTRERO? SI NO FUNCIONA, ¿TENDRÁ
SENTIDO SEGUIR HABLANDO DE Si vamos a pasar a un modelo federal, asig-
DESCENTRALIZACIÓN, LUEGO DE DÉCADAS némosle un propósito. No como el federalis-
DE PROMESAS INCUMPLIDAS? mo de los argentinos, de los venezolanos, de
los brasileños, que no lo tienen. Nosotros sí
Si no hubiese existido el proceso constitu- podríamos construir un federalismo con pro-
yente, mi respuesta habría sido que hay que pósitos, como la reivindicación indígena, la
probar y profundizar esta reforma, al menos desigualdad territorial. O avanzar en un mo-
durante uno o dos períodos, y hubiese in- delo regional como el italiano, el español o el
sistido mucho en reducir las funciones del colombiano, que me gustan mucho. He con-
delegado presidencial. Pero con el proceso vencido a un par de amigos a que incidamos
constituyente, creo que esta reforma tiene en el proceso constituyente y que dejemos que
muy poca vida. De hecho, he evitado todos esta reforma avance. Que Piñera pase a la his-
los llamados de los regionalistas a mejorar- toria en este tema como lo hace en los otros,
la. Es una guerra pirriana que yo no estoy es decir, implementando algo que nunca qui-
dispuesto a dar. La gran batalla se está dan- so apoyar. Hay que tener los ojos puestos en
do por allá en la constituyente, ¿y nosotros la gran batalla, no insistir tanto en mejorar
queremos ir a dar una pequeña batalla? Me- esto, creo yo, porque este gobierno no tiene
jor incidamos en lo constituyente, hombre. vocación por mejorarla.

mr | 202
EN UNA RECIENTE COLUMNA que la institucionalidad política no ha discuti-
ESCRIBISTE QUE DESCIFRAR LA IDEA do cuál es el propósito que le quieren dar a la
DE DESCENTRALIZACIÓN EN CIERTOS distribución del poder en el territorio. ¿Qué
ACTORES POLÍTICOS ES IGUAL A queremos resolver? Todo el espectro político,
DESMENUZAR LA IDEA DE «PAZ PARA EL de izquierda a derecha, quiere descentralizar.
MUNDO», DADO QUE TODOS QUEREMOS Pero cuando tú comienzas a conversar con po-
PAZ, PERO ALGUNOS LA QUIEREN A líticos de derecha y les dices: «Ok, pero ¿en
PUNTA DE «BALA Y TANQUE». ¿CÓMO qué consiste tu idea? ¿Vas a aumentar el gasto
RECEPCIONA LA INSTITUCIONALIDAD subnacional de 14,5 % a 27 %, para ponernos
POLÍTICA REGIONAL ESTE PROCESO? a la par de la ocde?», te responden: «Mira…
¿SERÁ CAPAZ DE CONSTRUIR POLÍTICAS sí, pero con instrumentos que permitan sos-
PÚBLICAS SI NUNCA LO HA HECHO tener el control del centro». Bueno, entonces
REALMENTE? tú no quieres descentralizar, quieres seguir
administrando las formas de distribución
Sin proceso constituyente, hubiésemos teni- territorial del poder político que instauró la
do que hacer un gran esfuerzo. Con proceso Constitución de 1980, que produce actores
constituyente, los únicos que la van a pasar subnacionales débiles. La dictadura quería te-
mal en términos políticos son los nuevos go- ner competidores débiles a nivel subnacional
bernadores regionales. Van a tener tres años… en la salud y la educación para que el merca-
olvídate: el primer año no van a tener presu- do hiciera lo suyo. Colombia tiene un mode-
puesto propio, recién el segundo año van a lo neoliberal como el nuestro, pero también
elaborar su presupuesto. Solamente en 2023 Estados regionales tan fuertes que financian
los gobernadores elegidos ahora van a tener las universidades regionales hasta el 70 %.
su sello. Y el 2023 capaz que tengan que re- ¿De qué estamos hablando cuando hablamos
hacer la estructura organizacional regional. de descentralización a nivel territorial? ¿Del
Este primer período va a ser horrible. Yo creo modelo chileno perfeccionado, es decir, sin

mr | 203
gobierno regional fuerte, para que el mer- Sería muy optimista si te dijera que sí; pero
cado entre y haga lo que quiera? No, ahí es al menos le va a hacer algo de contrapeso a
donde la derecha no quiere y la izquierda se la captura política de los intermediarios con
queda pasmada. La distribución territorial del el gobierno nacional, que son hoy día los par-
poder político es ideológica. La institucionali- lamentarios y algunos alcaldes con más peso.
dad política local poco ha procesado esto, y los Pero no creo que con esto se sane el clientelis-
regionalistas también: cuando te pones agudo mo político, incluso lo puede llegar a reprodu-
emerge su visión conservadora, apocada, de cir. Pero este es un análisis más de aula, por-
quien ha tomado la descentralización como que si lo dices públicamente los detractores
un eslogan. «No te pongas comunista, no te del proceso te van a decir: «¿Viste? Va a ser
pongas extremo», me dicen. De inmediato lo mismo». No se va a acabar la captura polí-
aparece ese complejo de hablar de ideología, tica y el caudillismo que hay en regiones, pero
de hablar de política en los temas políticos te- las fuerzas políticas se van a descentralizar de
rritoriales. Es como si un futbolista te dijera: alguna forma, van a haber bolsones electora-
«Ya po’, no te pongas jodido. No hablemos de les en que van a tener que ir a negociar y no
fútbol, no futbolicemos la discusión». Es un a imponer. Probablemente esto va a llevar a
poco contradictorio. que descentralicemos también los partidos
políticos. Por ejemplo, hoy día, para inscribir
a un candidato de la comuna de Maule, Cal-
MUCHO SE HABLA DEL CLIENTELISMO buco o San Juan de la Costa, al candidato a
EN LAS MUNICIPALIDADES Y POCO DEL concejal de esa comuna lo tiene que inscribir
CLIENTELISMO EN LOS GOBIERNOS Y su presidente nacional del partido, en Santia-
CONSEJOS REGIONALES, A LA HORA DE go. Es decir, el presidente regional no tiene
DISTRIBUIR LOS RECURSOS DESTINADOS ninguna incidencia, al menos formal. Eso es
AL TERRITORIO. ¿ESTE PROCESO AYUDARÁ una distorsión, porque si hubiera una reforma
A CAMBIAR CIERTAS DINÁMICAS? política que define que los partidos a nivel re-

mr | 204
gional pueden llegar a acuerdos e inscribir los en Aconcagua, son demandas provincia-
candidatos en el Servel regional, otra cosa pa- les. Yo tengo una tesis, de que ―en una de
saría. Se comenzarían a empoderar las élites esas― con la constituyente vamos a volver
regionales, que hoy día no pasa. Una reforma a las veinticinco provincias, que fueron las
de este tipo ayudaría a hacer contrapeso. que generaron identidad y son capaces de
cohesionar. Pero nunca el propósito ha sido
empoderar territorios, nunca habíamos ele-
¿ES LA ESCALA REGIONAL UNA BUENA gido autoridad regional. No hay rendición
ESCALA PARA DESCENTRALIZAR? CREO de cuentas. En Chile las diferencias se dan
QUE ES UNA DIMENSIÓN ENGAÑOSA, a nivel comunal, no a nivel regional. Mi
DIFÍCIL DE COPAR PARA LA SOCIEDAD respuesta no es taxativa, exhaustiva, pero
CIVIL. ¿QUIÉNES TIENEN LA POSIBILIDAD claramente nunca hemos tenido la posibili-
O LA CAPACIDAD DE SER ACTORES A dad de construir territorios regionales desde
ESCALA REGIONAL? abajo, si no, hace rato tendríamos federalis-
mo o un Estado regional. Las regiones siem-
Otra vez: depende del propósito. Cuando se pre se han construido desde arriba, y esa es
crea la Corfo, se territorializa el país. Diseña su gran dificultad para tener élites políticas
territorios de planificación económica para y sociedad que las sostengan. Entonces la
reconstruir Chile. Luego la Odeplan hace lo actoría social es más comunal. Mi esperanza
suyo, pero también con una lógica de arriba es que los gobernadores sean gatillantes de
hacia abajo, para el desarrollo económico. identidades regionales.
La dictadura persigue la seguridad interior y
tiene fines geopolíticos. Nunca hemos cons-
truido territorios con fines democráticos a
nivel regional, jamás. Las demandas de Los
Ríos, de Ñuble, las que se están fraguando

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© Felipe Contardo y Antonio Chaparro
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LA CULTURA
EN TIEMPOS
CONSTITUYENTES
por Paulo Slachevsky | fotografías Cristián Labarca

I. LA CULTURA COMO FUERZA TRANSFORMADORA

El mundo de la cultura ha jugado siempre un rol muy relevante en todos los


grandes avances en favor de una sociedad más democrática. Basta recordar los
años sesenta y setenta, momentos de una verdadera explosión creativa en los
más diversos ámbitos, y también los ochenta, donde las más diversas expresio-
nes culturales se entrelazaban en la protesta social contra la dictadura. Como
entonces, desde octubre del 2019 podemos ver cómo la calle en insurgencia se
expresa en los muros de la ciudad, la música, la poesía, la fotografía, el teatro,
el audiovisual, etcétera. Canciones como «El derecho de vivir en paz» o «El
baile de los que sobran» vienen a transformarse en símbolos del movimiento,
himnos contra la brutal represión, puentes también entre diversos momentos

mr | 209
históricos donde la esperanza se refleja en La cultura, en su sentido amplio como en
las voces y en el brillo de los ojos de las y los su sentido referido a las expresiones cultura-
manifestantes. les propiamente tales, es básica para avanzar
Lamentablemente, como sucedió en los hacia una sociedad más justa, fraterna, igua-
años ochenta, los sectores populares, la calle litaria y libertaria. Requerimos un profundo
y la cultura misma, verdaderos motores de cambio cultural en la forma de hacer política,
los cambios, quedan de lado, y en la institu- en la manera de relacionarnos con la natura-
cionalización del nuevo período se les asigna leza y con el prójimo, liberándonos de la cul-
un rol totalmente secundario. Meros espec- tura de la competencia, de la dominación, de
tadores unos, teloneros los otros. la cultura de explotación de unos sobre otros,
En el momento constituyente que vivimos de la cultura patriarcal.
no debemos repetir la misma historia. Ni Los desafíos de la cultura, como del libro
los sectores populares ni la cultura pueden mismo, son transversales a muchos de los de-
quedar ausentes si queremos hacer realidad safíos que enfrentamos como país y es fun-
los anhelos de una vida digna que reclama damental integrarlos en un lugar central de
el país. No pueden ser una vez más los mis- nuestra vida política y social. La educación
mos de siempre, los que han administrado que tenemos, la baja participación democrá-
el modelo por más de tres décadas, quienes tica, nuestra condición de simples exportado-
dominen la constituyente. Y no se trata solo res primarios donde domina la lógica extrac-
de un tema de forma, de asignarles espacios tivista que arrasa con la naturaleza, la brutal
en la Convención Constitucional a represen- desigualdad, están estrechamente vinculadas
tantes de los movimientos sociales, de los a déficits culturales y a una mentalidad polí-
pueblos indígenas o al mundo de la cultura. tica que reduce la estrategia de desarrollo a
Es un tema de fondo, del país que queremos una serie de índices macroeconómicos. ¿Es
y de las posibilidades de construirlo que nos acaso posible pensar en una real democracia
otorgará la nueva carta magna. sin sujetos activos, pensantes, críticos; me-

mr | 210
jorar nuestra educación sin elevar los nive-
les de comprensión lectora; romper el cepo
que nos limita a exportadores primarios sin
fomentar una ciudadanía creativa y produc-
tora que pueda potenciar toda la riqueza de
nuestras mentes?
Parafraseando a Antonio Gramsci, quien
señala que «somos todos intelectuales» en sus
notables Cuadernos de la cárcel, somos todos
creadores, productores culturales. Todos te-
nemos una mente capaz de tener su propia
visión del mundo, «participar activamente
en la producción de la historia del mundo, ser
guías de sí mismos», si logramos liberarnos
de «una concepción de mundo “impuesta”
mecánicamente por el ambiente externo, y
por lo tanto por uno de los tantos grupos so-
ciales en los cuales cada cual se encuentra au-
tomáticamente incluido desde su entrada en
el mundo consciente». Para una vida digna,
es fundamental potenciar esa capacidad de
ser sujetos activos, constructores de la vida
cultural, social y política. Como individuos,
comunidades y como países.
También, para evitar reflujos reacciona-
rios, como en los años treinta del siglo xx,

mr | 211
como hoy en día con los Trump y Bolsonaro, como un elemento sin mayor relevancia.
hay que democratizar la cultura, el libro, ha- Gran diferencia con las constituciones de
cerla accesible a todas y todos, no solo a las países como Ecuador, Bolivia y Colombia,
élites. Lograr una mayor densidad cultural en donde la palabra cultura está presente de
el conjunto de la población, activar todas las manera transversal: ciento veintinueve en
mentes, no solo es un buen antídoto contra la de Ecuador, cinco de las cuales como di-
las demencias, sino también contra el auto- versidad cultural; veintinueve en la de Co-
ritarismo y la pérdida de sentido y valor de lombia; noventa y nueve en la de Bolivia.
la democracia Desde el mismo preámbulo y el artículo 1
Para un mejor vivir, un vivir con los otros de la Constitución del Estado Plurinacional
y no contra los otros, con la naturaleza y no de Bolivia, vemos la importancia que se le
sobre la naturaleza, se requiere, de manera da al concepto: «Bolivia se constituye en un
urgente, un profundo cambio cultural, po- Estado Unitario Social de Derecho Pluri-
ner en un lugar central a la cultura, en toda nacional Comunitario, libre, independien-
su amplitud de sentidos como en sus expre- te, soberano, democrático, intercultural,
siones concretas. Y ello debe reflejarse en la descentralizado y con autonomías. Bolivia
nueva Constitución, condición necesaria, se funda en la pluralidad y el pluralismo
aunque evidentemente no suficiente. político, económico, jurídico, cultural y
lingüístico, dentro del proceso integrador
del país». Más adelante, entre otras refe-
II. LA CULTURA EN LA rencias, el artículo 98.1 señala: «La diver-
NUEVA CONSTITUCIÓN sidad cultural constituye la base esencial
del Estado Plurinacional Comunitario. La
No es casualidad que en la Constitución interculturalidad es el instrumento para
del ochenta esté ausente la cultura, apenas la cohesión y la convivencia armónica y
aparece cuatro veces a lo largo del texto y equilibrada entre todos los pueblos y na-

mr | 212
ciones. La interculturalidad tendrá lugar de Derechos Económicos, Sociales y Cul-
con respeto a las diferencias y en igualdad turales de 1966 de las Naciones Unidas, el
de condiciones». Queda así explícita, en la que parte del concepto mismo de dignidad.
misma Constitución, la radical importancia Este señala: «Reconociendo que, con arre-
de la cultura. Se trata de un derecho básico, glo a la Declaración Universal de Derechos
y no puede quedar a merced de los intereses Humanos, no puede realizarse el ideal del
y voluntades de los gobiernos de turno. ser humano libre, liberado del temor y de la
De hecho, el derecho a la cultura ya miseria, a menos que se creen condiciones
está presente en los artículos 22 y 27.1 de que permitan a cada persona gozar de sus
la Declaración Universal de los Derechos derechos económicos, sociales y culturales,
Humanos de 1948: «Toda persona, como tanto como de sus derechos civiles y polí-
miembro de la sociedad, tiene derecho a la ticos».
seguridad social, y a obtener, mediante el Lamentablemente, en tiempos de he-
esfuerzo nacional y la cooperación interna- gemonía neoliberal, se tiende a confundir
cional, habida cuenta de la organización y los derechos con el acceso, con el consu-
los recursos de cada Estado, la satisfacción mo. Como si la participación democrática
de los derechos económicos, sociales y cul- fuera solo el voto. En los mismos diálogos
turales, indispensables a su dignidad y al ciudadanos del proceso constituyente de
libre desarrollo de su personalidad»; «toda Michelle Bachelet, la palabra cultura se
persona tiene derecho a tomar parte libre- reducía al derecho al acceso a la cultura.
mente en la vida cultural de la comunidad, Pero es mucho más que un tema de acceso,
a gozar de las artes y a participar en el pro- el mismo pacto de 1966 reconoce el dere-
greso científico y en los beneficios que de él cho de toda persona a «participar en la vida
resulten», siendo considerado un derecho cultural» y hace explícito la necesidad del
humano de segunda generación, protegido «desarrollo económico, social y cultural».
y garantizado por el Pacto Internacional Es fundamental entender los derechos cul-

mr | 213
turales en un sentido amplio: a nivel per- III. LA CULTURA EN LA
sonal; a nivel de las comunidades locales; a CONSTRUCCIÓN DE FUTURO
nivel de los pueblos, como es el caso de los
pueblos indígenas; y a nivel de los países: En tiempos de protestas y pandemia, cuando
el derecho a la protección y fomento de sus tanto se habla y condena la violencia de los
expresiones culturales. manifestantes, encarcelando injustamente
Para hacer efectivo ese derecho a nivel a muchas/os jóvenes cuya lucha posibilitó el
de los pueblos y naciones, y haciendo frente momento constituyente presente, hay que
a la concentración, la uniformización y do- ser conscientes de que hace tiempo vivimos
minio de un tipo de expresiones culturales cotidianamente en la sociedad toda, y en el
que potencia el mercado, las que a su vez ámbito cultural en particular, tres «pande-
marginan y anulan las expresiones cultura- mias» que han ejercido una violencia bestial
les locales, se elaboró y aprobó la Conven- sobre todas y todos, y sobre nuestras expre-
ción sobre la Protección y la Promoción de siones culturales:
la Diversidad de las Expresiones Culturales
de Unesco del 2005. Esta ayuda a enfrentar • El colonialismo, y en particular el colo-
una división internacional del trabajo que nialismo cultural, que ayer y hoy margina
fortalece los tratados de libre comercio, que nuestra creación y producción cultural.
busca consolidar un modelo con países pro- • La dictadura cívico-militar y su brutal re-
ductores a nivel intelectual y cultural mien- presión contra el otro, la crítica, el pensar
tras otros, meros exportadores primarios, y el arte, que provocó un abrupto corte en
quedan como consumidores en la materia. nuestro desarrollo político, social y cultu-
Los países tienen el derecho y el deber de ral en el largo camino de conquista de los
proteger y fomentar sus expresiones cultu- derechos, y cuya mentalidad represiva
rales, y eso es necesario consagrarlo en el sigue instalada en la base legal y mental
texto constitucional. de nuestra institucionalidad y sociedad.

mr | 214
• Y el neoliberalismo, que entre otros ha dianamente, garantizando sus derechos so-
mercantilizado la producción cultural, ciales para una vida digna, como la salud,
concentrando en manos de multinaciona- la educación, la previsión, etcétera. Como
les «lo que vende», enfatizando la lógica de país, una y otra vez celebramos a Gabrie-
la competencia y los concursos que termi- la Mistral y Pablo Neruda, pero ¿cómo es
nan anulando los sentidos de comunidad, posible potenciar nuevas y nuevos Mistral,
excluyendo y limitando la bibliodiversidad Parra y Neruda si excluimos su creación
como la diversidad cultural misma. Ese porque no vende? Es urgente liberar a la
dominio tiende a desactivar igualmente el cultura del mercado, fortaleciendo un eco-
sentido liberador y trasformador del que- sistema diverso y justo, que plasme en la
hacer cultural, al reducirlo todo a simples Constitución la relevancia del tema y le dé
mercancías. Toda la potencia cultural del continuidad en una institucionalidad cultu-
qué se dice, se esfuma en la maraña del ral potente, que lejos de considerar un gasto
dónde y cómo se dice. los recursos en cultura, una pérdida, se asu-
ma como una apuesta de presente y futuro
Para revertir esas fuerzas poderosas que para la comunidad que construimos, en un
marcan nuestras mentes, se requiere pen- pilar central de la estrategia de desarrollo
sar y trabajar culturalmente en los diversos del país, que nos permita salir de su lógica
niveles, y sentar bases en la propia Consti- extractivista. Que integre transversalmente
tución, como un Estado social de derecho, los desafíos culturales en la institucionali-
plurinacional, democrático, garante de los dad toda, como por ejemplo en el Ministerio
derechos políticos, sociales, económicos y de Educación, el cual debería jugar un rol
culturales, que proteja y promueva la diver- central, enfrentando el colonialismo cul-
sidad de nuestras expresiones culturales. tural que le domina, valorando la creación
Es imprescindible revalorar la cultura propia y de países hermanos. Como decían
y también a quienes se dedican a ello coti- las huelguistas de la industria del textil a

mr | 215
principios del siglo xx, queremos pan, pero virtuosos a nivel creativo, donde las diver-
también rosas. La cultura es el espacio para sas instituciones y programas vinculados se
que florezcan las rosas. comprometan verdaderamente con un ob-
Basta en tal sentido de seguir gastando jetivo común. Para todo ello, desde la Cons-
en tanques, carros y tecnología para afinar titución hasta las políticas públicas mismas,
el control ciudadano y la represión, basta es básico y necesario recuperar el habla, el
de gastar el dinero de todos los chilenos en diálogo, la primacía del bien común; arti-
escopetas y proyectiles antimotines que cular iniciativas, intercambios, y no seguir
arrancan los ojos a nuestros jóvenes. Debe- funcionando como islas en cada ámbito, en
mos contar con recursos para que se multi- cada área, donde prima más la competencia
pliquen los libros, el canto, la danza, la fo- que el trabajo mancomunado.
tografía, las producciones audiovisuales, las
obras de teatro, los muros vivos que vemos
desde octubre y tantas expresiones cultu-IV. A TERMINAR CON TODO
rales que siguen emergiendo, potenciando APARTHEID CULTURAL
una sociedad creativa, con la mirada atenta,
productora a nivel intelectual en los más di- Cuando iniciamos Lom en marzo de 1990,
versos ámbitos y disciplinas. en momentos que terminaba la dictadura y
Y al igual como fue la experiencia de la se abría el camino de una larga transición,
Política Nacional de la Lectura y del Libro sin verdadero arcoíris, sin destape posdicta-
2015-2020, que se elaboren e implementen torial, dominaba el gris de en la medida de lo
de manera participativa políticas cultura- posible. Se fueron esfumando los tejidos de
les generales y por área, donde se vinculen la resistencia antidictatorial, apagando las
también estrechamente los recursos en esos voces independientes en los medios de comu-
ámbitos con la política misma ―cosa que no nicación y los medios y espacios autónomos
ha ocurrido―, permitiendo abrir círculos mismos. Cada uno parecía armar su propio

mr | 216
camino de sobrevivencia en el reino de la jun- ral y surge la Alianza Internacional de Edi-
gla neoliberal en que se transformó Chile. Y tores Independientes, que reúne a muchas
si bien era posible hacer cosas, aportar desde editoriales independientes de diversas lati-
otras lógicas, en esa senda individual poco se tudes. Desde esos espacios, se aunaron las
lograba cambiar; en gran medida cada uno voluntades para un trabajo de largo aliento
quedó limitado a ser una voz testimonial de en favor de revalorar y reconocer la impor-
«El sur también existe». En nuestro caso, tancia de la creación local, de un intercam-
el cruce de caminos con Ediciones Trilce, bio diverso y equilibrado a nivel cultural, de
Txalaparta y era en el Salón Iberoamerica- potenciar ecosistemas locales del libro, don-
no de Gijón que organizaba el escritor Luis de el mercado no puede dictar el modelo y
Sepúlveda, posibilitó aunar energías para un la ley, donde es imprescindible recuperar el
trabajo conjunto en el ámbito del libro, en sentido público y de bien común que tiene el
resistencia desde la edición independiente quehacer cultural. La propuesta Una Política
contra el dominio de un sello comercial, co- de Estado para el Libro y la Lectura, fruto
lonial y de concentración por sobre el senti- de la Mesa del Libro en la cual Editores de
do cultural y liberador del trabajo —valga la Chile jugó un papel central, puso el énfasis
redundancia— con el libro. en la necesidad de tener políticas públicas
A ese encuentro y el desarrollo de ini- sistémicas en la materia. Esta iniciativa es-
ciativas conjuntas, le siguió ―junto a siete tuvo a la base de la primera Política Nacional
editoriales locales― la fundación de la Aso- del Libro y la Lectura, nunca implementada,
ciación de Editores Independientes de Chile, así como la que se elaboró e implementó de
hoy Editores de Chile, que reúne actualmen- manera participativa en el segundo gobierno
te a cerca de cien editoriales independientes de la presidenta Michelle Bachelet.
y universitarias; así también, junto a otras Sin duda estos esfuerzos colectivos cons-
asociaciones del mundo de la cultura, nace la tituyen pequeños «corrimientos de cerco»
Coalición Chilena para la Diversidad Cultu- en un sistema que posibilita un brutal do-

mr | 217
mr | 218
minio de una industria del entretenimiento que, como señala la
carta abierta «¿Qué se dice y dónde se dice?: carta abierta de las y
los editores independientes a los autores, autoras e intelectuales
comprometidos con un mundo más justo» de la Alianza Interna-
cional de Editores Independientes, de julio de 2020, limita la fuer-
za transformadora del trabajo cultural. Creemos que es necesario
fortalecer ese trabajo desde abajo, desde los artífices del quehacer
cultural, en una acción conjunta de estos en cada sector y entre los
diversos ámbitos, en favor de una real democratización cultural, de
consolidar ecosistemas sustentables en cada área. No nos cabe duda
que son caminos lentos y que se hace necesario realizar el trabajo de
las hormigas, pero hoy más que nunca tenemos la oportunidad de
dar un salto cualitativo y cuantitativo al plasmar en la Constitución
misma la cultura como uno de los ejes que nos permita establecer un
piso diferente, una mirada diferente, verdaderamente democrática,
multiplicando desde la diversidad, desde el espacio público, desde
la independencia, desde lo territorial, las capacidades creativas de
todas y todos, que posibiliten terminar con todo apartheid cultural.
Los desafíos de la cultura y de la educación, el derecho democrá-
tico a la información y la comunicación, al acceso al conocimiento,
a la diversidad cultural, la lucha por una vida digna, como la pro-
tección de nuestra biodiversidad, son desafíos interrelacionados,
no mundos separados, que tienen que ver con el tipo de democracia
que queremos, de ciudadanos y sujetos activos o simples y limitados
consumidores. Démosle a la cultura, en este momento histórico,
toda la potencia liberadora, comunitaria y constructiva que tiene.
OBSCENO,
DESCARNADO,
ENORME

por Lucy Oporto | fotografías Cristián Labarca

mr | 220
mr mr
| 220| 220
mr | 221
no,

ninguno

tenía un alma.

JUAN DE QUINTIL
cosa, en efecto, terrible y voluble
es el discurso humano , vario en
sofismas, y agudo, penetrando en
los oídos para imprimirse en la
mente y dominarla; una vez que ha
persuadido a quienes ha arrebatado
a que lo amen como verdadero, allí
dentro permanece, por más falso y
engañoso que sea, imperando como
un prestidigitador, que tiene por
aliado al mismo que ha embaucado.

discurso de acción de gracias

de san gregorio taumaturgo

a orígenes de alejandría
ESPÍRITU E INSTINTO

Desde octubre de 2019, Chile viene precipi- El punto de partida es aquí la cultura en-
tándose de modo manifiesto hacia la barba- tendida como objetivación del alma arraigada
rie y la crisis total: moral, espiritual, política, en el espíritu de la profundidad, y en considera-
social, institucional, económica y sanitaria. ción de este, en oposición a cualquier forma
Tales aspectos apuntan a dimensiones de la de barbarie, ignorancia y decapitación de la
cultura entendida, en principio, como lo pro- conciencia. El presente ensayo examina de-
pio del ser humano en lo relativo a la transfor- terminados eventos y expresiones en confron-
mación de su mundo y de sí mismo. tación con esta proposición.
Las relaciones y tensiones entre instinto y
espíritu intermediadas por arquetipos y sím-
bolos han sido ampliamente estudiadas por CULTURA Y BARBARIE
C. G. Jung. Dicho espíritu, en cuanto hiper-
conciencia y saber absoluto superior y ante- En el curso de la historia de Occidente, el
rior a los seres, aunque insondable, puede ma- término «cultura» ha tenido dos significados
nifestarse como fuerza, potencia, energía en principales. Por un lado, refiere a la formación
movimiento, presciencia, inteligencia y crea- del ser humano en orden a su mejoramiento
ción, haciendo posible la objetivación del alma y perfeccionamiento. Y, por otro, al producto
humana a través de imágenes, arquetipos y de dicha formación; esto es, «el conjunto de
símbolos, para que esta pueda conocerse a sí los modos de vivir y de pensar cultivados, ci-
misma. De ahí que la elaboración del instinto vilizados, pulimentados a los que se suele dar
solo sea posible a través de las imágenes arque- también el nombre de civilización».1
típicas, y que la primacía del instinto, sin más, El primer significado de «cultura», relativo
solo conduzca al automatismo de un estado de a la formación del ser humano singular, corres-
inconsciencia carente de conocimiento. ponde a la paideia de los griegos y a la huma-

mr | 224
nitas de los romanos de la época de Cicerón y lucionada como las formas de vida social más
Varrón. Ambas concebían la educación del ser toscas y primitivas».5
humano en el horizonte de la plena realiza- Ahora bien, antiguamente las humanidades,
ción de su naturaleza, a través de la búsqueda las humaniores litterae, comprendían el estudio
de la verdad, del conocimiento de sí mismo y del griego y del latín, la gramática, la retórica,
de su mundo. Y, en ambas, la filosofía tenía la poesía y la historia. Las «Letras humanas»
una importancia fundamental debido a su re- eran así llamadas porque se consideraba que
lación con la investigación.2 humanizaban al ser humano, puliéndolo, ci-
En cuanto al segundo significado, relativo vilizándolo y apartándolo de la animalidad.6
al producto de dicha formación, el término En confrontación con este horizonte, y dada
«cultura» ha sido empleado sobre todo en los la actual crisis, es pertinente considerar el
ámbitos de la sociología y la antropología, origen de los términos «barbarie», «bárbaro»,
en el sentido de «conjunto de modos de vida «vandalismo» y «anomia».
creados, aprendidos y transmitidos por una «Barbarie» deriva del latín barbaries. Signi-
generación a otra, ante los miembros de una fica «falta de cultura o civilización» y «fiereza
sociedad particular».3 En este caso no se trata y crueldad». Por otro lado, «bárbaro» deriva
ya de «la formación de un individuo en su hu- del latín barbarus, y este del griego βάρβαρος
manidad o en su madurez espiritual», sino de (bárbaros). Es una voz de origen onomatopé-
«la formación colectiva y anónima de un gru- yico, a partir del sonido bar.7 «Bárbaro» es la
po social en las instituciones que lo definen».4 expresión con que griegos y romanos nom-
Tal entendimiento de la cultura ha sido consi- braban a los extranjeros, en oposición a civis,
derado útil en los campos de la sociología, la «ciudadano». Después, dado que «los bárbaros
antropología y la filosofía contemporáneas, estaban generalmente menos adelantados en
ya que no hace referencia «al sistema de los civilización que los romanos, bárbaro pasó á
valores al que orientan estos modos de vida», significar lo opuesto de humanus, esto es in-
abarcando así «tanto la civilización más evo- culto, grosero, ó ignorante, opuesto á doctus;

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y, por último, el que habla mal, opuesto á di- dinava ó germánica (…), formado del alemán
sertus, diserto».8 wandelen, andar, caminar». «Vandalismo» ha
Y aunque «bárbaro» y «cruel» pueden ser sido entendido como «sistema destructor de
entendidos como sinónimos, existe una dife- las ciencias y las artes; por alusión á los ván-
rencia entre estos. «Cruel», crudelis, deriva del dalos, pueblo bárbaro, que habiéndose hecho
latín cruor, que antiguamente se usó en caste- dueños de Roma en el año 455, saquearon
llano, y significa «sangre derramada». Sanguis aquella capital, y destruyeron todas las obras
«es la sangre que mantiene la vida, la sangre maestras del arte que allí se conservaban».13
que circula». En cambio, cruor «es la sangre Por último, «anomia» significa «ausencia
cuajada, la que se derrama, la que sale de una de ley» y «conjunto de situaciones que deri-
herida». De ahí «crudeza», «crudo» («que van de la carencia de normas sociales o de su
todavía tiene el cruor; esto es, no cocido»), degradación».14 Deriva del griego ἀνομία (ano-
«crueldad» y «cruentamente» (esto es, «con mía): «Falta de leyes; desprecio de las leyes,
derramamiento de sangre»), entre otros.9 injusticia, maldad».15
«Cruel», crudelis, «es el que no tiene piedad, ni
compasión; el que se complace en hacer sufrir
á sus semejantes».10 No obstante, «uno es bar- OBSCENO, DESCARNADO, ENORME
barus por su origen, por sus costumbres, por su
falta de cultura intelectual, por su idioma; y el El actual devenir de Chile en su hundimien-
crudelis lo es por instinto, por mala índole».11 to, ostensible en su barbarie, vandalismo y
En relación con los anteriores, «vandalis- anomia, corresponde a una especie de clima
mo» designa la «devastación propia de los ván- interior, al presentimiento de algo obsceno,
dalos» y, de modo general, «espíritu de des- descarnado y enorme, pero indeterminado e
trucción que no respeta cosa alguna, sagrada incomprensible de suyo: la posibilidad de
ni profana». El término deriva de «vándalo»,
12
una instintividad sin espíritu; esto es, una di-
y este de wandle, «nombre de una tribu escan- sociación radical, una ausencia y un vacío

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espiritual en que la pregunta por el senti- ecuestre fue incendiada, en el marco de una
do de la vida sería superflua, porque la vida nueva jornada de desórdenes, y tras meses
misma, en su forma noble y autoconsciente, de intentos de destruir definitivamente el
sería imposible. monumento por hordas que venían reunién-
La corrupción, disolución y banalización dose en la plaza Baquedano y sus inmedia-
de expresiones como «cultura», «resignifica- ciones periódicamente, incluso desde antes
ción» y «dignidad», entre otras, constituyen de octubre de 2019. Días después, y luego
una manifestación más de este proceso de de un intento de cortar las patas del caballo
precipitación en la barbarie que ha venido Diamante con un esmeril, el Consejo de Mo-
brotando desde dentro de Chile tras una in- numentos Nacionales hizo retirar la esta-
cubación indeterminada e invisible, en últi- tua de la resignificada «plaza de la Dignidad»,
mo término, como si el oscuro marasmo que para beneplácito de quienes solo esperaban
mostraba su superficie hubiese ocultado un ganar un trofeo y, así, tener la satisfacción
monstruo, un espíritu inmundo o un no-ser. de haber podido ejercer su miserable pe-
Dichas expresiones han exhibido sus límites queño poder, al modo de las barras bravas y
e, incluso, su impostura, con ocasión de los otras hordas estúpidas e ignorantes, como
eventos de octubre de 2019, seguidos de la ex- los saqueadores y los linchadores.
tensa peste mundial. Ambos, acontecimien- Y ahora, ¿qué viene? ¿Cuál sería la esme-
tos disolventes en vistas a la descomposición rada y profunda propuesta cultural de la hor-
y la muerte. da? ¿En qué consistiría la triunfal «dignidad»
Un ejemplo de esta degradación cultural se de estos seres?
relaciona con el monumento al general Ma- La permanencia o no de monumentos his-
nuel Baquedano (1928), del escultor chileno tóricos en un determinado lugar puede ser
Virginio Arias (1855-1941), debajo del cual objeto de discusión, pero que estos sean sis-
yace la tumba del Soldado Desconocido. temáticamente vandalizados durante meses,
El viernes 5 de marzo de 2021, la estatua y a vista y paciencia de la fuerza pública, es

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inaceptable. En este terreno de lo indiferen- Toso, académico de la Universidad de Chi-
ciado y disolvente, los monumentos, estatuas, le, quien justificó la quema de la estatua de
iglesias, centros culturales, universidades, Baquedano en los siguientes términos: «Hay
hoteles, la red del metro y otras instalacio- un cuestionamiento de la idea y de la historia
nes, tanto públicas como privadas, están en del Estado-nación de Chile, centralista, ho-
un mismo nivel respecto de la descarga im- mogeneizador, excluyente, con conducción
pulsiva e instintiva colectiva, indiferenciada oligárquica la mayor parte del tiempo, y de
y anónima que, en efecto, acabó destruyén- sus símbolos».16
dolas con ocasión de los eventos de octubre ¿En serio? Pero cuestionar la idea y la his-
de 2019 y posteriormente (entre muchos toria del Estado-nación supone la facultad
otros, el Museo Violeta Parra, el Centro Arte de pensar, razonar y analizar, así como una
Alameda, la Universidad Pedro de Valdivia y capacidad de conciencia y autoconciencia
el Hotel Principado de Asturias, que fueron que los perpetradores de estos y otros hechos
incendiados; todos, en las inmediaciones de similares no han demostrado tener. No obs-
la plaza Baquedano). Constituyen formas de tante, para Grez, esta «desmonumentaliza-
barbarie y, hasta la fecha, los afectados por ción de facto por parte de los manifestantes
esta violencia sistemática a lo largo de Chile, en distintas ciudades del país», acontecida
en ciudades devastadas y arruinadas como «con el denominado estallido social», ad-
Valparaíso, por ejemplo, continúan siendo quiere un carácter épico: «Hay que entender
mayoritariamente ignorados o considerados las historias y memorias colectivas como un
en el último lugar tanto de las prioridades so- campo de luchas entre fuerzas opuestas que
ciales como en los asuntos de debate público. tratan de significar o resignificar determi-
Un caso ejemplar de ceguera ante la nados personajes, símbolos o períodos de la
evidencia de la pendiente a la barbarie y historia. Hay una lucha por la memoria que
la escalada de la violencia en curso son las es constante y dinámica».17
declaraciones del historiador Sergio Grez Ahora bien, conforme a sus declaraciones,

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dicha significación o resignificación está en una de estas se desplomaba, la horda vito-
función del «presente con perspectiva de reaba extasiada ante el penoso espectáculo.
futuro», porque «lo que manda es el futuro, Poco después, el 23 de octubre de 2020, dos
lo que ordena el relato y la reconstrucción días antes del plebiscito de entrada al proceso
histórica no es el pasado en sí, sino la pers- constituyente, una intervención digital fue
pectiva de futuro que de manera consciente o publicada en YouTube:19 durante una nueva
inconsciente los historiadores e historiadoras jornada de desórdenes en la plaza Baqueda-
quieren dar a ese relato e interpretación».18 no, aparece un helicóptero transportando
«Resignificar» y «resignificación» son una enorme estatua del perro llamado Negro
términos bastante usados actualmente en Matapacos, el ídolo teriomorfo de esta horda
ámbitos tales como la psicología, la historia, de perros y su santificada «otredad». Dicha
la educación, el arte, la política, la economía estatua es puesta encima del monumento,
y el campo de la cultura en general. Deno- mucho más pequeño, el cual desaparece ins-
tan la concesión de una nueva significación, tantáneamente y sin señales de destrucción
orientación o valor a determinados acon- o de «efectos colaterales», aplastado bajo el
tecimientos, conductas, hechos históricos, peso de aquella.
costumbres, tradiciones, obras o maneras de ¿Es este un ejemplo de resignificación en el
enseñar, entre otras manifestaciones, confor- marco del saber? ¿Es esta una forma de re-
me al devenir o el surgimiento de nuevas con- significar «personajes que la masa identifica
cepciones o interpretaciones en el marco del como símbolos del Estado-nación», en tér-
saber, aunque también con fines ideológicos. minos de Grez? Y, si esto es así, ¿cuál sería
El 18 de octubre de 2020 fue celebrado el la diferencia fundamental entre la imagen
primer aniversario de la «primavera de Chi- del denostado general Baquedano en una
le», que incluyó, entre otros hechos violentos, época que no es la suya, y la del santifica-
el incendio de dos iglesias decimonónicas en do perro Negro Matapacos surgido en esta?
el centro de Santiago. Mientras la cúpula de ¿Son intercambiables para «la masa»? Y, por

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último, ¿cuál sería, en este caso, la «pers- «DIGNIDAD», FASCINANTE VIOLENCIA
pectiva de futuro» que «manda» el relato o
interpretación histórica? El término «dignidad» significa, entre otras
Si, en último término, la reconstrucción acepciones, «cualidad de digno», «exce-
histórica depende de la arbitrariedad de la lencia, realce», «gravedad y decoro de las
masa y su vacío del pensamiento, y si hay personas en la manera de comportarse».20
historiadores funcionales a su voluntad en- Deriva del latín dignitas, que significa, asi-
vilecedora, entonces no hay verdad históri- mismo, «valor personal, dignidad, mérito»,
ca, y «resignificar» se acercaría, más bien, a «virtud», «consideración, estima», «con-
«mentir», «tergiversar», «acomodar», «falsi- dición, rango, honor», «sentimiento de la
ficar» y «manipular» los hechos de la realidad. dignidad, honradez», «belleza majestuosa,
Incluso a «posverdad», término ampliamente magnificencia».21 Las principales acepcio-
difundido que acusa tanto la disolución de la nes de este término y su etimología indican
necesidad misma de buscar la verdad como el que la dignidad es un valor superior, cuyo
cinismo que se place en esta decadencia. Así las horizonte es el florecimiento, perfecciona-
cosas, los historiadores, igualmente capricho- miento y ennoblecimiento de lo humano,
sos, podrían ofrecer cualquier visión, pues solo mediante el autoconocimiento y el desarro-
desempeñan una función, a saber, «ordenar el llo de sus mejores facultades.
relato de manera consciente o inconsciente» en A partir de octubre de 2019, el término
vistas a un hipotético futuro determinado por «dignidad» se posicionó con la sustitución
la masa. Es decir, sin ningún cuidado por inda- del nombre «plaza Baquedano» por el de
gar en la naturaleza de esos hechos, ni mucho «plaza de la Dignidad», correspondiente a
menos en sus propias motivaciones, conscien- uno de los focos de más intensa, sosteni-
tes o inconscientes. Pues, al parecer, ni siquiera da y visible destructividad en el centro de
los hechos cuentan, sino tan solo «el relato» y Santiago. Así, paradójicamente, la dignidad
sus efectos manipuladores según convenga. fue exigida de modo abyecto, mediante la

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destrucción, la barbarie, el vandalismo y la corrompido junto con el de «cultura», de-
inmundicia, sin mayores demostraciones viene repugnante, vomitivo, ya que ha sido
de escándalo público ante estos hechos. Es pervertido, deformado y convertido en
más, se ha ido posicionando con toda natu- una máscara conveniente, una impostura,
ralidad, incluso entre personas ilustradas y una forma de encubrimiento del lumpen-
del ámbito académico, la idea de que esta fascismo,22 y una forma de legitimación de
violencia sórdida e impune habría hecho po- la barbarie, a través de la victimización, la
sible la realización del plebiscito de entrada manipulación, el cinismo, el desprecio por
al proceso constituyente del 25 de octubre la búsqueda de la verdad, y la incapacidad
de 2020 y a las elecciones para la Conven- de hacerse cargo de las responsabilidades
ción Constitucional de los días 15 y 16 de personales, cómodamente delegadas en la
mayo de 2021, como si estos eventos, por sí horda de vándalos y su épica rastrera, opor-
mismos, debiesen ser considerados ya en el tunista y falsa.
cumplimiento de la vociferada transforma- En suma, el uso del término «dignidad»,
ción de Chile. ¿Es que acaso parte de dicha despojado de su espíritu, encubre una fór-
legitimación consiste en postrarse ante la mula representativa del lumpenfascismo,
barbarie y sus agentes como acción de gra- manifestada a través de aquel movimiento
cias? Sin embargo, esta es otra manifesta- pretendidamente liberador: «Si los podero-
ción de ceguera y fascinación provocada por sos pueden abusar, robar, saquear, depredar,
el apetito de poder asociado al despliegue invadir, destruir, incluso violar y matar im-
de la barbarie, y otra forma de manipula- punemente, ¿por qué no nosotros, “los más
ción que, una vez más, niega el peso real de vulnerables”?».
sus devastadoras consecuencias, en favor Así se cierra el círculo de la fascinante
de su deificación. violencia, de los prestigios de la barbarie
Peor aún, a la luz de estas consideracio- con su anhelada impunidad y poder, de la
nes, el término «dignidad», tal vez el más instintividad pura y su imposible espíritu.

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NARCOFASCISMO, PSICOPATIZACIÓN, salidad de la dominación y su emancipación,
PSEUDOHUMANIDAD legitimadoras de la barbarie, desde «los más
vulnerables» hasta los grandes amos invisi-
Una de las manifestaciones más siniestras de bles, unidos por la avidez y el devoramiento,
esta paulatina destrucción y corrupción de la tanto de objetos como de seres humanos: la
cultura es el fenómeno del crimen organizado, ilimitada realización, sin principio ni fin, del
el sicariato y el narcotráfico, cuya expansión, hedonismo de la sociedad de consumo, el verdadero
transnacional incluso, viene manifestándose fascismo, en términos de Pasolini. La autoani-
abiertamente en Chile desde antes de octu- quilación de Chile.
bre de 2019. El término «narcocultura» es, Fuegos artificiales hasta altas horas de la
por sí mismo, aberrante, pues concede a este madrugada, ráfagas, animitas levantadas en
fenómeno un estatuto y una dignidad que no recuerdo de adolescentes asesinados, conver-
corresponden a la cultura en su antigua con- tidos en sicarios, que asesinan o se asesinan
cepción, cuyo foco era la formación integral entre ellos, y «narcovelorios», «narcofunera-
del ser humano a través del conocimiento y el les» o «funerales de alto riesgo» escoltados por
autoconocimiento. Aunque tal vez sí corres- la fuerza pública, además de su penetración
ponda al moderno entendimiento de cultura, en el mundo político y la presencia de cárteles
capaz de nivelar distintos modos de vida, ig- extranjeros operando en Chile, son algunos
norando los sistemas de valores y jerarquías de sus aspectos visibles, signos obscenos de su
asociados a estos. prepotencia y poder corruptor y disolvente.
El crimen organizado, el sicariato y el ¿Qué harán las ciencias naturales y socia-
narcotráfico, con su pseudoestética, su pseu- les, el derecho, la pedagogía, las artes, lo que
dopensamiento y su pseudohumanidad, vul- aún queda de las humanidades, la teología y
garidad, ostentación y estridencia, constitu- la filosofía ante este fenómeno? ¿Tendrán,
yen la culminación del lumpenfascismo y su acaso, el descaro de «resignificarlo»? ¿Lo es-
industria del envilecimiento; esto es, la transver- tudiarán o pensarán, para combatirlo o para

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legitimarlo? ¿Surgirán disciplinas y filosofías EL ESTADO DE LAS COSAS
prontas a justificar su pretendida dignidad
cultural y su «otredad»? ¿Es que ya existen? Según Jung, el acontecer histórico es una oca-
El crimen organizado, el sicariato y el nar- sión para que la fuerza del inconsciente colec-
cotráfico no son una cultura. Son, cabal- tivo o lo desconocido psíquico se manifiesten.
mente, manifestaciones de la psicopatización Los elementos aquí presentados apuntan a
terminal de la sociedad chilena: un pensamien- una progresiva descomposición en varios ni-
to que no piensa, un vacío del pensamiento veles, correspondientes a la crisis en curso.
habitado por el mal en su vileza constitutiva, Tales elementos son, primero, la corrupción
ínsita en su abismo, sus tinieblas, su promis- del lenguaje, que se muestra a través de térmi-
cuidad expansiva, indiferenciadora, carente nos como «cultura», «resignificación» y «dig-
de sentimientos, y su monstruosa ausencia de nidad», cada vez más espurios y despojados de
alma y espíritu. su espíritu, irradiación y fuerza. Segundo, la
Peor que la dictadura, peor que la peste, peor que desolada ruina del monumento al general Ba-
la miseria, peor que la muerte, peor que la crisis en quedano, debido a la instintividad de la horda.
curso, peor que el nigérrimo abismo: instintividad Tercero, las ciegas declaraciones del historia-
pura y barbárica, enteramente ajena al espíritu y dor Grez, justificando la vandalización de los
contra el espíritu. Narcofascismo: la transgresión monumentos. Y cuarto, la extraña y siniestra
absoluta, el mal absoluto. adoración colectiva a la imagen del perro Ne-
¿Qué hará este país cruel, frívolo y vil, gro Matapacos, que apunta a un poderío de
negligente y autocomplaciente en su desi- lo meramente instintivo, en vistas a su rea-
dia, junto con su educación paupérrima, sus lización futura. Estas situaciones, imágenes
algoritmos triunfalistas y su costoso capital y declaraciones son manifestaciones de una
humano avanzado, frente al crimen orga- destrucción de la cultura, en mayor o menor
nizado, el sicariato, el narcotráfico y sus grado, y validaciones, abiertas o encubiertas,
lacras abominables? de la barbarie en curso. Casi se diría que la fas-

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cinación e hipnosis provocadas por la violencia ilumina, como una irradiación latente y sote-
desatada a partir de octubre de 2019 ha per- rrada, hasta que aquella vuelve a reactivarse
manecido hasta ahora, aunque de otro modo. con ocasión de alguna crisis profunda de lo
El caso del historiador Grez, entre otros humano? ¿Es la barbarie inherente a la na-
intelectuales y académicos chilenos y extran- turaleza humana, más bien que la necesidad
jeros, es particularmente inquietante, pues se de conocer, crear y construir a través de la
trata de una persona educada e ilustrada que cultura? ¿Es la violencia que busca legitimarse en
aparece validando la degradación, la barbarie la historia, referida por Armando Uribe, una
y la anomia. Lo peligroso es el alto grado de forma autónoma de barbarie e instintividad
irracionalidad encubierta presente en sus de- sin espíritu?23
claraciones. Es una muestra de que el proceso ¿Y qué hacer en medio de estas duras
en curso es inconsciente, regresivo, maligno, tensiones? ¿Qué queda? Tal vez, solo perse-
destructivo y disolvente del pensamiento. verar en silenciosos esfuerzos constructivos
El futuro es incierto y siniestro, a pesar personales y de pequeñas comunidades, don-
del triunfalismo que ha despertado en algu- dequiera que estén, a pesar de la precariedad
nos la merecida derrota de la derecha y la ex material y, sobre todo, humana. Y nunca, ni
Concertación de Partidos por la Democracia siquiera en medio de lo peor de lo peor, re-
en las elecciones para la Convención Cons- nunciar a pensar ni abjurar de la capacidad
titucional y demás. De ahí la necesidad de de conciencia. Porque una vida sepultada en
perseverar en interrogantes relativas a las la miseria espiritual, moral y material, en la
relaciones entre espíritu, instinto, cultura y abyección y la inconsciencia; una vida sepul-
barbarie: ¿es posible recomponer los nexos tada en la barbarie, el fascismo y la maldad
entre instinto y espíritu, en orden a un autén- sin límites, no merece ser vivida ni ser con-
tico desarrollo de la cultura? ¿Subyace fatal- siderada vida. Porque una vida sin espíritu, o
mente la barbarie a la cultura? ¿Permanece la contra el espíritu, es y será el infierno, el cruento
barbarie como un fuego negro que arde pero no vacío de la aniquilación y extinción de lo humano.

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NOTAS AL FINAL
1 Abbagnano, N. (1993 [1961]). Diccionario de filosofía. «Cultura». Fondo de Cultura Económica, p. 272.

2 Cf. Op. cit., p. 272.

3 Op. cit., p. 276.

4 Ibid.

5 Op. cit., p. 277.

6 Cf. Monlau, P. F. (1856). Diccionario etimológico de la lengua castellana. «Humanidades». Imprenta y

estereotipia de M. Rivadeneyra, pp. 300-301.

7 Real Academia Española (2001). Diccionario de la lengua española. «Barbarie», «bárbaro». Vigésima

segunda edición.

8 Diccionario etimológico de la lengua castellana. «Bárbaro», p. 209.

9 Op. cit., «cruel», p. 239.

10 Op. cit., «bárbaro», p. 209.

11 Op. cit., «bárbaro», pp. 209-210.

12 Diccionario de la lengua española. «Vandalismo».

13 Diccionario etimológico de la lengua castellana. «Vándalo», «vandalismo», p. 450.

14 Diccionario de la lengua española. «Anomia».

15 Pabón de Urbina, J. M. Diccionario Manual Griego. Griego Clásico-Español. Vox, p.53.

16 Entrevista de Claudia Carvajal G. a Sergio Grez Toso (https://radio.uchile.cl/2021/03/06/sergio-grez-y-fue-

go-a-monumento-a-baquedano-hay-un-cuestionamiento-de-las-historias-oficiales-hegemonicas/): «Se entiende mejor el

papel jugado por ciertos académicos en el extravío de muchos jóvenes. En estado de éxtasis ante la posibilidad de

materializar, por fin, la soñada toma del poder por los revolucionarios, han dado soporte ideológico al frenesí,

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sin mayor preocupación por converger con los delincuentes. Esos académicos, en todo caso, se han cuidado de

observar la marcha de la historia desde un lugar protegido. Su propio pellejo no ha estado en riesgo. Tampoco

el sueldo que les paga el Estado Nación». (Muñoz Riveros, S. «Los padrinos de la violencia». En La Tercera,

10/3/2021, https://www.latercera.com).

17 Entrevista de Claudia Carvajal G. a Sergio Grez Toso, op. cit.

18 Ibid.

19 «Momento exacto. Intervención digital sobre plaza Dignidad»: https://www.youtube.com/watch?v=hXmr-

9JeBlw4&t=297

20 Diccionario de la lengua española. «Dignidad».

21 Diccionario ilustrado latino-español /español-latino. «Dignitas». Bibliograf / Vox, p.141.

22 Cf. Oporto Valencia, L. (2015). La maduración de la Serpiente. En Los perros andan sueltos. Imágenes del

postfascismo. Editorial Usach, pp. 249 y ss.

23 Cf. Oporto Valencia, L. (2015). Espíritu fascista y teratocracia infernal. En Los perros andan sueltos.

Imágenes del postfascismo. Editorial Usach, pp. 177 y ss.

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COLOFÓN

CRÉDITOS OTRAS FOTOGRAFÍAS P.172 CARLOS PIÑA | P.178 NICOLÁS AHUMADA


P.184 EDUARDO MARDONES Y CARLOS TOLEDO
P.196 FELIPE CONTARDO Y ANTONIO CHAPARRO

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