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Instituto Evangélico de Teología

Bachiller
Seminario de Teología Práctica
Profesor José Peña M.



Ponencia
Capítulo I, “El lugar de la teología práctica como disciplina teológica”, por Lothar C. Hoch
En Teología práctica en el contexto de América Latina, CLAI, 2011, pp. 31-45
Martes 28 de marzo de 2023

En principio surge la necesidad de esclarecer qué es la teología práctica y cuál su relación con
la pastoral tan difundida y diversa en Latinoamérica. El autor pregunta: “¿Cuál es la
diferencia entre teología práctica y pastoral? ¿Cuál la competencia específica de cada una? ¿
Podría la Teología Práctica contribuir para ordenar el caos de la pastoral de manera que el
momento privilegiado de la pastoral se transforme igualmente en un momento privilegiado de
la Teología Práctica?”1

Problema principal: si bien hay riqueza de pastorales en LA, se ha de reconocer al mismo


tiempo la existencia de grandes confusiones en su definición y aplicación. Por ejemplo ¿de
qué modo se pueden complementar los trabajos de la pastoral en las iglesias, con el ejercicio
producido desde la teología práctica desarrollada en las instituciones teológicas?

Hoch da cuenta de la confusión existente en la enorme diversidad y formas en que se ejerce la


pastoral en LA. Probablemente esta confusión guarda relación con el divorcio producido
entre lo que se practica como pastoral en las iglesias, y la formación teológica impartida en
las instituciones de teología.2 Es como si ambas no lograran entrar en diálogo.

En lo que respecta a las diversas pastorales ejercidas en las iglesias, como asimismo en el
trabajo reflexivo que se produce en los centros y seminarios teológicos de América Latina, a
criterio de Hoch, aún existen confusiones. Estas confusiones impiden ver con más claridad
las diferencias y relaciones existentes entre pastoral y teología práctica. Hay deficiencias
sobre lo que se entiende por cada una de ellas y las tareas que les corresponden.

El autor acusa cierta falta de unificación en la construcción de criterios comunes de lenguaje,


como por ejemplo el hecho de que aún no haya acuerdo acerca de cómo llamar a esta
disciplina: o teología práctica, o teología pastoral, o teología aplicada. Y a ello se suma la
falta de producción teológica latinoamericana,3 que tienda a orientar mejor en esta materia.

Se insiste en admitir una gran cuota de responsabilidad desde lo que los seminarios teológicos
pueden hacer, o no, en cuanto a reflexión y producción del tema. Es que son los institutos y
seminarios los primeros en promover mayor claridad y profundización acerca de cómo la
teología práctica contribuye al trabajo de las pastorales en las iglesias. Pero si existe poca
claridad y consenso en los centros de formación teológica, qué se puede esperar entonces de
las pastorales hechas en las iglesias, toda vez que lo ideal es que esta última se alimente de la

1 Lothar C. Hoch, “El lugar de la teología práctica como disciplina teológica”, en Teología práctica en el contexto de

América Latina, CLAI, 2011, 31


2 O.c. 32.
3 Ídem.

primera. Si los institutos no imparten claridad teórica sobre el tema, cómo lo pueden tener las
iglesias. Obviamente se advierte la necesidad de producir un diálogo y colaboración entre
estos dos ámbitos de la Iglesia.

Sin embargo, el autor deja en claro que el diálogo entre pastorales de iglesia y los centros de
formación teológica deben retroalimentarse en reciprocidad. Entonces no se trata de que las
pastorales hechas en las iglesias vayan a sufrir una suerte de esclerotización que las haga
dependientes de lo que la academia pueda decir. Se aclara que las pastorales siempre han
gozado de autonomía en lo referente a su práctica.4 Este hecho es el que se debe atender al
momento de reflexionar: los centros de formación teológica deben nutrirse de las prácticas
pastorales, siendo un reflejo práctico de ellas; y al mismo tiempo el ejercicio pastoral de las
iglesias debería ser más consciente de su necesidad de ser apoyada por una teología práctica
reflexionada.

Visto simplemente desde un horizonte teórico, la teología práctica tiene por función elaborar
reflexión a nivel teológico-científico, a la vez que posible de aterrizar a las necesidades de las
iglesias, para que a su vez dichas iglesias consigan un desenvolvimiento de sus quehaceres
pastorales más provechoso. Por eso la teología práctica asume desde ya su compromiso por
aportar no solo datos bíblicos sino también elementos recogidos desde las ciencias humanas;
y todo ello condicionado por los objetivos de estudio propios de la teología práctica, para que
así los conocimientos recopilados sean afines a la teología práctica.

Algo de historia sobre la teología práctica

Dado el concepto que se forjó en torno al significado de la teología en las universidades de


Europa del siglo diecinueve, a saber, una teología academicista, muy ilustrada pero al mismo
tiempo alejada de la vida de las iglesias5 y su pastoral, aparece una disciplina teológica que
inicia un camino de reflexión sobre la incidencia de la teología en la “práctica de la fe”.6 Este
avance surge en Alemania y se instala progresivamente aunque no sin dificultades y
objeciones7 puesto que en general se pensaba que el aspecto práctico debía ser asumido por la
propia sistemática y sus enseñadores. La teología, ya en sí, es práctica por eminencia desde el
momento en que se entiende como una teología que habla de Jesucristo, su cruz y el modo en
que los cristianos hemos de seguir el mismo camino del Señor. Así lo entendió Lutero, y por
lo mismo mostró siempre cierto distanciamiento de la teología especulativa medieval poco
capaz de aterrizar sus deducciones a la vida práctica de la Iglesia. En consecuencia, qué
necesidad habría de erigir otra rama disciplinaria para tratar de algo ya asumido.

Como sea, y pese a las objeciones, el surgimiento de una teología práctica se justificaba
desde el momento en que su aparición permitió recuperar lo que la dogmática académica
perdió. Hoy, la teología práctica, se esfuerza por consolidar su propio estatuto para no pasar
simplemente como una disciplina tapa agujeros de las deficiencias de las otras disciplinas.


4 O.c. 32
5 O.c. 34
6 Ídem
7 Hoch explica sobre el origen complejo y casi irónico de la teología práctica en Alemania, diciendo “No deja de ser

irónico que Friedrich Schleiermacher, el “Padre de la Teologı́a Prá ctica”, a quien Karl Barth1 considera uno de los má s
grandes, sino el má s grande teó logo del siglo XIX, incumbido de implantar la nueva disciplina en la Facultad de
Teologı́a de la Universidad de Berlı́n, en 1810, se refiera a la misma en los siguientes términos: “Para decir pronto mi
opinión acerca del asunto, creo que la creació n de una base propia de la Teologı́a Prá ctica no es deseable. Mejor serı́a
si esta funció n fuera asumida paralelamente por los profesores encargados de ocuparse con las disciplinas teó ricas”.
o.c., 34

Un aspecto que llama la atención también al inicio de esta rama teológica en el siglo
diecinueve es el cercano vínculo que se creó entre esta y la jerarquía eclesial. Si la dogmática
se había alejado de la iglesia, la teología práctica se le acercó, y con ello propuso todo un
trabajo en torno a las funciones pastorales. Hoch explica que la cercanía de la teología
práctica con la jerarquía, si bien era necesaria para acercar la teología a la práctica de la
Iglesia, igual trajo el riesgo de condicionar demasiado su trabajo al criterio de dichas
jerarquías. Se corre, además, hasta hoy, el riesgo de que los teólogos prácticos en lugar de
trabajar en la reflexión de su disciplina, se conviertan en funcionarios eclesiásticos de altos
cargos, reduciendo con ello sus capacidades reflexivo-críticas, para dar lugar más bien a la
defensa de las tradiciones.8 Según mi modo ver el asunto, la teología práctica debe esforzarse
por no depender exclusivamente de un nicho específico, sea académico o eclesial, puesto que
ello tendería a hacer de la teología práctica una instancia cuyas reflexiones y aportes tendrían
que rendir cuenta a instituciones, impidiendo así su función autónoma más crítica.
Naturalmente, esta apreciación asume que la teología práctica no puede pretender ser
autónoma en todo, ya que igualmente depende del resto de las ramas teológicas por ser la
teología entendida como una unidad, tal como lo indica el propio Hoch.9

La teología práctica tendrá que discernir su propio espacio, pero siempre en diálogo con la
teología bíblica, histórica y sistemática. De alguna manera, teólogos como Tillich, Jetter y
Deiber, intentaron ubicar el lugar de la teología práctica y su validez. Tillich dirá que no hay
algo así como una teología práctica sino más bien una teoría/conocimiento técnicos que trata
sobre la aplicación de la verdad a la vida de la Iglesia. Muy a la inversa, Jetter dirá que la
teología práctica sí tiene “cuño teológico” propio, en tanto ésta trata sobre el servir de la
Iglesia. Y eso ya es teológico. Finalmente, Deiber aporta más allá de lo de Jetter al afirmar
que la teología práctica debe no solo dialogar intraeclesialmente sino también
interdisciplinariamente para conseguir dar testimonio en el mundo.10

El aporte desde la teología de la liberación

Una cosa que hemos de resaltar aquí, y que en realidad es bastante llamativa, es la
coincidencia que se da entre teología práctica y teología de la liberación. En ambos casos se
busca desde una cierta reflexión teórica ir tras una praxis cristiana más concreta.

A criterio de teólogos como Metz la teología de la liberación provocó una vitalización de la


reflexión teológica, trasladando el interés en el Tercer Mundo, y sus necesidades, dejando
atrás el centralismo intelectual europeo.11 Ese intento por ver a la teología en una función más
práctica es lo que hace coincidir teología práctica con las teologías liberacionistas. Por su
parte Libânio justifica el estatuto teológico de la teología de la liberación debido a los
diversos niveles de relación que en ella existen entre teoría y práctica, es decir,
efectivamente, para que haya teología de la liberación se requiere de un marco teórico
reflexivo serio. Es evidente la relación entre teoría y práctica. Para Libânio, la teología de la
liberación toma las prácticas eclesiales para luego reflexionar en ellas. Y. no solo reflexionar,
sino además, comprometerse y aportar subsidios a quienes se encuentran luchando en
terreno.12


8 O.c. 36
9 O.c. 37
10 O.c. 38
11 O.c. 39
12 O.c. 40

La teología de la liberación consiguió romper con el distanciamiento entre teoría y praxis. El


dualismo en teología retrocedió. Pero el problema que ve Hoch es que el éxito de la teología
de la liberación finalmente fue en desmedro de la teología práctica dado que la primera se
apropió –legítimamente por demás– de la idea de ver a la teología como una unidad entre
teoría y praxis. Y si eso ya había sido logrado por la teología de la liberación, ¿qué sentido
podría tener la existencia de la teología práctica cuando la liberación ya había hecho el
trabajo?13 Este fenómeno verificable hizo que en la teología de la liberación, al menos, se
prescindiera de una teología pastoral (práctica en lenguaje más protestante), quedando
remitida una posible teología pastoral solo al ámbito académico. En la teología de la
liberación se hablará solo de “pastoral” como una práctica hecha en las bases eclesiales; no
como reflexión académica. Para Hoch sería muy valioso el que la teología de la liberación
pudiera reconocer el valor no solo de una “pastoral”, así a secas, sino también el de una
teología práctica.14 Eso, según el autor, ayudaría mucho a que la teología práctica se hiciera
más fuerte.

Finalmente, Hoch vuelve a insistir en que la teología práctica debe dialogar dinámicamente
con todas las otras disciplinas teológicas, y no aislarse. Una teología práctica construida así,
podría colaborar mucho en el empeño porque todas las otras disciplinas teológicas también
asuman su responsabilidad práctica más concreta. Si vamos a asignar una responsabilidad a la
teología práctica, deberíamos pensar en ubicarla como una suerte de premisa15 que permitiera
el mejor desarrollo de todo quehacer teológico. En efecto, la teología práctica al observar lo
que ocurre en el mundo puede facilitar el camino para otras disciplinas teológicas se den a la
tarea de reflexionar sobre el mundo. Es decir, la teología práctica, en su observación y
diálogo con las personas y otros conocimientos, puede dar mejores herramientas para dejar en
buen pie a la teología; y que ésta última no pase simplemente como académica y distante.

Pero la teología práctica no solo se debe entender como premisa o antecedente para la
teología en general –que ya sería algo en extremo valioso– sino que además se debería asumir
como una posibilidad de “conciencia crítica de la teología”,16 recordándole una y otra vez a la
teología en general su función más práctica en el mundo y en la Iglesia; función que debe ser
el vivo reflejo de la misión de Jesús en el mundo. En ese caso, la teología práctica debería ser
algo así como un sensor que verifica si la práctica de la Iglesia es coherente o no; si el
discurso teológico es fiel a la verdad evangélica o no, y así dar tiempo y suscitar instancias
posibles de reformas dentro de la Iglesia si cabe. Este mismo principio de juicio de la teología
práctica sobre la Iglesia, debe aplicarse hacia afuera en el mundo. Para que todo esto sea
realmente eficiente, se requerirá una teología práctica seria, con criterios teológicos válidos y
rigor metodológico que permita verificar si las lecturas que hacen son aceptables.17

Se valora el hecho de enfrentarnos a una lectura que nos permite comprender mejor qué es
teología práctica, desde sus orígenes, hasta el valor y lugar que debe tener en la actualidad. Es
cierto, sí, que queda claro que aún no es una disciplina de consenso y, sin embargo, deja la
sensación de ser una tarea urgente de desarrollar hoy. Se agradece el que el texto asuma la
tensión permanente entre teología e iglesia, entre teoría y praxis. Esta tensión sigue siendo un
gran obstáculo para lograr visualizar los nexos reales que existen entre lo uno y lo otro.
Queda la sensación de querer profundizar más en tema al entender el valor para la iglesia.


13 O.c. 41
14 O.c. 41
15 O.c. 42
16 Ídem
17 O.c. 43

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