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CORRECCIÓN
DISEÑO Y COMPAGINACIÓN
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15. Sé perseverante.
31. Sé productivo.
Bibliografía consultada.
1
Dios cumple sueños
Es preciso definir qué queremos conseguir en cada área de nuestra vida. ¡No hay
peor cosa que levantarse cada mañana y no saber qué es importante y
trascendente! Alguien dijo: “Nada sería más frustrante que hacer muy bien lo
que no es necesario hacer”.
El tener metas claras nos da la certeza de adónde queremos llegar y nos libra de
la tentación de hacer cosas innecesarias e inútiles.
¿Cómo alcanzamos los sueños de Dios? Sin metas claras, nuestros sueños son
simples fantasías.
Si Cristo está esperando para que más personas se salven antes de venir otra vez,
¿cómo debe motivar este sueño de Dios a toda la iglesia? ¿Cómo debe movilizar
a tu grupo celular o ministerio? ¿Qué prioridad deberías tener en tu diario vivir?
b) Por comodidad.
¿Por qué algunas células centran su atención hacia ellos mismos, en lugar de
volcarse hacia afuera para alcanzar a otros? ¿Ha sido esto verdad en tu célula?
Reflexiona acerca de cómo has dirigido o participado de una célula.
- Alimenta tu alma con esas metas. Clama por tus amigos y fa-miliares
inconversos. Predícales cada vez que tengas oportunidad. Invítalos a la iglesia.
Recuerda que podrían pasar a la eternidad sin Dios.
Establece pasos concretos para lograr las metas que tenemos como iglesia.
Recuerda que cada meta parcial debe ser:
1. Realista
2. Medible
3. Escrita
“Escribe la visión, y haz que resalte claramente..., para que pueda leerse de
corrido”, Habacuc 2:2. Pat Williams en su libro La paradoja del poder, dice que
la meta debe ser escrita en forma simple y con letras grandes, de manera que
hasta el que pase corriendo pueda leerla fácilmente.2 Craig Groeschel, autor del
libro Chazown, explica que una meta es una descripción de lo que necesitas
lograr para hacer realidad tu sueño; es un compromiso por escrito de lo que
harás.
2ª Timoteo 2:2
Metas personales:
Ej. Dedicaré quince minutos todos los días para orar y meditar en la Palabra de
Dios. Será mi tiempo de quietud y de intercesión por la célula.
Metas familiares:
Ej. Apartaré veinte minutos los sábados por la tarde para leer un pasaje bíblico
en familia y juntos orar a Dios, pedir por la salvación de los no creyentes y rogar
el denuedo para predicar a Cristo.
Metas ministeriales:
1) Para multiplicar mi célula: Ej. Hablaré de Cristo a dos personas cada semana.
Invitaré todas las semanas a alguien nuevo a mi grupo celular.
2) Para reproducir un nuevo líder: Ej. Tomaré el curso Cómo liderar eficazmente
una célula y recomendaré a otros que lo hagan.
2
Lo grande comienza pequeño
Cierta vez un hombre preguntó si del pueblo que visitaba habían surgido
‘hombres grandes’, haciendo alusión a personas recono-cidas y con renombre.
Un sabio anciano contestó: “No señor, aquí no ha nacido ningún ‘hombre
grande’, sólo nacieron bebés chi-quitos”.
Debemos aprender que todo lo grande comienza pequeño y que todo lo que
existe se crea primero en la mente. Dios dijo y fue he-cho, relata Génesis.
Primero la creación mental, luego la material. Primero el proyecto, luego la
construcción. En definitiva, todas las cosas se crean dos veces.
Stephen Covey dice: “Siempre hay primero una creación mental, luego una
creación física”.
Andy Stanley lo expresó así: “Debes permitir que tu mente salga de los límites
de lo que es y comience a crear un cuadro mental de lo que podría ser”.4
Quien logra sus sueños no siempre es el más talentoso ni el mejor educado, sino
el que se niega a poner entre paréntesis sus pensa-mientos.
Cada uno de nosotros tiene dos opciones: esperar poco y conseguir nada o
creer en abundancia y conquistar todo.
Les Parrott dice que las personas con mentalidad de escasez creen que la vida
sólo tiene un suministro limitado de cosas. Ven al mundo como una torta que
tiene un número determinado de porciones. Y una vez que la torta se acaba, ya
no hay más. Como re-sultado, luchan por obtener su porción y, una vez que la
tienen, la protegen a capa y espada.
En cambio, los que piensan con mentalidad de abundancia creen que existe
mucho de todo. Siempre hay más dinero que se puede producir, más personas
por evangelizar, nuevos ministerios por surgir, nueva unción por descubrir, más
recursos que aprovechar, otras oportunidades para conquistar.
1. Piensa en grande.
Amplía tu mente. Cuánto logres como cristiano, lo que consigas en la vida, hasta
dónde llegues y los avances que tengas, dependerá de tus pensamientos. ¿Estás
renovando tu manera de pensar con las promesas del Señor? No dejes que los
profetas del desa-liento hagan morir tus sueños. Si piensas que con Cristo lo
lograrás, así será. Si piensas que no puedes, no podrás, Proverbios 23:7.
2. Sé generoso.
John Maxwell dijo: “La gente que da de manera habitual sin esperar nada a
cambio, casi siempre tiene una mentalidad de abundancia. Dan porque creen que
al hacerlo no se quedarán sin recursos”. Dios avala este principio: “El generoso
pensará generosidades, y por generosidades será exaltado”, Isaías 32:8.
“Se alegrarán los que menospreciaron los días de los modestos comienzos”,
Zacarías 4:10. ¡Que no te amedrente un grupo celular pequeño! ¡Trabaja, ora e
insiste en su crecimiento! ¡Cobra ánimo y ponte a compartir el mensaje de
sanidad, liberación y verdad en Cristo!
“Pero el justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado. Pero
nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los
que tienen fe y preservan su vida”, Hebreos 10:38-39.
Sé activo, haz que las cosas sucedan. Crece, crece y crece. Alienta y ayuda a
otros a que puedan crecer también. Multiplícate, expándete. Da frutos para
Cristo. Todos debemos brillar para el Señor.
El fracaso no es la caída. El fracaso está en permitir que nuestra caída nos deje
tirados y controle nuestras vidas. Alguien dijo: “No estoy caído. O estoy parado
o me estoy levantando”.
No importa cómo empezaste este año, lo que sí importa es qué vas a lograr con
este año. Te invito a que te plantes en oración, declares bendición y trabajes para
que cada día Dios bendiga tu máximo esfuerzo. Él lo espera, él lo merece.
3
El secreto para llevarse bien con la
gente
Pat Williams dijo: “Nadie nunca aprendió alguna cosa hablando”. En otras
palabras, alguien sabe algo que todavía no conoces.
Warren Blank, en su libro Las nueve leyes naturales del liderazgo, dice que
pocas personas son buenas oyentes. En promedio, la gente escucha sólo el 50%
de lo que se le dice. Pone su atención al 25%, puede entender solamente el 12%,
cree en sólo el 6% y puede recordar apenas el 3% de lo que se le dice.
Para aprender a escuchar hay que desarrollar un oído grande en lugar de una
boca grande.
Hay que dejar que los otros hablen. “Puedes hacer más amigos en dos meses
interesándote en los demás que los que harías en dos años al tratar de hacer que
los demás se interesen en ti”, Dale Carnegie.
Hugo Downs dice que escuchar es más importante que la oratoria, más
importante que una voz potente, más importante que la capacidad de hablar
varias lenguas, y hasta más importante que el talento para la palabra escrita. Si
eres líder o “Timoteo” en una célula, tu función es ser moderador, es decir,
escuchar con atención para intervenir con sabiduría.
2. Comunícate bien.
Max Depree escribió: “He aprendido que si tú eres un líder y no estás enfermo ni
cansado de tanto comunicar, probablemente no estás haciendo un buen trabajo”.
Hay una frase popular que dice: “Un egoísta no es alguien que piensa mucho en
él, sino alguien que piensa muy poco en los demás”.
Recuerda esto siempre: ¡Cuando te intereses por alguien, haz que ese alguien se
entere! Más importante que expresar interés, es mostrarlo. Una llamada por
teléfono o un mensaje al celular, una nota de reconocimiento o un versículo de
estímulo son cosas prácticas y sencillas que demuestran tu interés. Toma nota de
cada necesidad y preséntala en oración: “El oído del líder tiene que vibrar con
las voces de la gente”, Woodrow Wilson.
“No habrás vivido el día de hoy hasta que hayas hecho algo por alguien que
nunca podrá pagarte”, Juan Bunyan. Este predicador nos insta a compartir a
Cristo con alguien que jamás podrá pagarnos el más grande de todos los regalos:
ser amigo de Dios.
¿Soy un buen oyente? A fin de verificar cuán buen oyente eres, califícate con
cuatro puntos si la respuesta a las siguientes preguntas es “siempre”; con tres
puntos para “generalmente”; dos para “rara vez” y con un punto para
“nunca”:
Calificación
“Los días del hombre ya están determinados; tú has decretado los meses de su
vida; le has puesto límites que no puede rebasar”, Job 14:1-5.
Imagínate que existe un Banco que cada mañana acredita en tu cuenta la suma de
$86.400. No arrastra el saldo de un día a otro y cada noche borra cualquier
cantidad que no hayas usado. ¿Qué harías? ¡Retirarías hasta el último centavo!,
¿verdad?
Pues bien, cada uno de nosotros tiene ese banco. Su nombre es TIEMPO. Cada
mañana, ese banco nos acredita 86.400 segundos; cada noche borra y da como
perdida cualquier cantidad de tiempo que no hayamos invertido en un buen
propósito.
¿Cómo usas tu tiempo? ¿Te identificas con los que dicen: “no tengo tiempo”?
¿Sería Dios capaz de crear un día con 24 horas si no fueran suficientes para
hacer todo cuanto tenemos que hacer?
Cada uno de nosotros puede extraer de un año el valor de una semana, o extraer
de una semana el valor de un año.
Es importante planear lo que vas a hacer, tanto como lo que vas a evitar
hacer.
2. Vive el presente.
“Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino
como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno...”, Efesios
5:15-16.
3. Establece prioridades.
Hay cosas que son importantes y otras que no. Hay cosas que son urgentes y
otras no. Por regla general, lo importante no es urgente, y gran parte de lo
urgente no tiene demasiada importancia. Prioriza lo importante. ¿Recuerdas el
relato de Lucas 16:19-31? El rico había muerto; estaba en el lugar de los
tormentos y pidió: “Te ruego que envíes a casa de mi padre a alguien que les
testifique a fin de que ellos no vengan a este lugar de tormento...”. Lo
importante en tu vida y la mía es predicar a Cristo.
Mateo 12:36 nos advierte que aun de toda palabra ociosa que hablen los
hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. No permitas que las cosas
intrascendentes te roben el tiempo y, con el tiempo, la bendición. Trabaja en tus
áreas fuertes, desarrolla tus talentos y dones espirituales. Ocupa más tiempo en
aquellas cosas que traen mayor beneficio a tu vida y a los demás.
4. Planea tu tiempo.
Henry Kaiser dijo: “Por cada minuto que utilices planeando, te ahorras dos de
ejecución”. Si no haces planes para un mejor futuro, el futuro no será mejor.
Anota cada mañana lo que tienes que hacer en el día y haz las cosas según el
orden de importancia. No te olvides de apartar un tiempo para estar con Dios y
un tiempo para estar en comunión con otros creyentes en la célula, en los cultos
de la iglesia y en servir en algún ministerio. Asume tu compromiso y cúmplelo
con excelencia, sin excusas y sin demora.
Check Sxindoll declara que no importa cuán ocupados estemos, todos podemos
“robar” una hora cada día. Puedes hacerlo levantándote un poco más temprano,
tomando el almuerzo un poquito más corto o trabajando una hora más. Este
hábito te dará 360 horas extra de trabajo en un año; en otras palabras, ¡como si
hubieras trabajado seis semanas de ocho horas por día! ¡Pero no valdrá de
mucho si no sabes qué hacer!
El tiempo es como una moneda; puedes gastarlo como quieras, pero sólo
una vez.
Se cuenta que Carlos Spurgeon lucía en cierta ocasión una larga y vistosa
corbata de aquellas que estaban muy de moda en la época en la que “el príncipe
de los predicadores” llenaba los templos y salones de espectáculos más grandes
de Londres.
Después de una predicación, se le acercó una señora que era conocida de él, de
esas que son muy devotas, pero cuya mayor preocupación era descubrir los
defectos del prójimo.
—Señor Spurgeon —le dijo—, he traído mis tijeras, pues deseo acortarle esa
corbata que es muy mundana y demasiado larga para un predicador del
evangelio.
—Corte como quiera, señora —fue la respuesta—. Pero antes permítame usar
sus tijeras para cortar algo que usted lleva, una cosa que es demasiado larga, y
que produce grave daño a su testimonio cristiano.
La mujer, sorprendida, no se opuso en absoluto. Y entonces Spurgeon,
sonriendo, le dijo:
—Saque la lengua, señora.10
No critiques; no condenes. Haz con los demás lo que quieras que los demás
hagan contigo.
“En verdad, Dios les dará la misma medida que den a los demás. Si dan trigo,
recibirán una bolsa llena de trigo, bien apretada y repleta, sin que tengan que ir
a buscarla”, Lucas 6:38, BLS.
Gálatas 6:7 dice: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará”.
2ª Corintios 9:6 expresa: “El que siembra escasamente, también segará
escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará”.
En otra versión dice:“...El que da poco, recibe poco; el que da mucho, recibe
mucho”, BLS.
“Cuatro cosas son de las más pequeñas de la tierra, y las mismas son más
sabias que los sabios: Las hormigas, pueblo no fuerte, y en el verano preparan
su comida; los conejos, pueblo nada esforzado, y ponen su casa en la piedra; las
langostas, que no tienen rey, y salen todas por cuadrillas; la araña que atrapas
con la mano, y está en palacios de rey”, Proverbios 30:24-28.
1. Las hormigas.
“No todos son de tomar la iniciativa para resolver sus problemas. Es fácil
quedarnos sentados quejándonos de la injusticia de la vida. ¿Para qué tomar la
iniciativa de resolver nuestros problemas si tenemos a mano la opción más fácil
de culpar a nuestros padres, a nuestro cónyuge, a nuestros amigos, a nuestro
empleador, a nuestros maestros, a nuestro gobierno o a nuestro Dios? La gente
piensa: ‘algún día, de alguna manera, mi vida mejorará’; ‘en algún momento, de
alguna manera mis circunstancias serán mejores’; ‘algún día, de alguna manera
se cumplirán mis anhelos’. Algún día, de alguna manera... simplemente
ocurrirá”.15
Nunca esperan que se les diga lo que tienen que hacer. ¿Necesitas una
motivación externa para cumplir con tus tareas asignadas? ¿Trabajas aun cuando
tu jefe no te ve?
Sin inmutarse, la hormiga le dijo con toda seriedad: “Puesto que cantaste todo
el verano, todo parece indicar que tendrás que bailar todo el invierno para no
morirte de frío”. Moraleja: “Es sabio prepararse hoy para las necesidades de
mañana”.16
2. Los conejos.
3. Las langostas.
4. Las arañas.
La araña es pequeña y puede ser atrapada fácilmente, pero se mete donde nadie
la invita. Está en el palacio del rey y se apropia de todo lo que puede. La
sabiduría en nosotros consiste en la habili-dad de imitar a este animalito y
apropiarnos de lo que Dios tiene para nuestra vida. Sé osado al predicar de
Cristo, al buscar trabajo, al rendir en la facultad o al hacer un negocio. Sé osado
como la araña.
Los cristianos que hemos sido invitados a gozar de la presencia del rey y a
disfrutar de las bendiciones del palacio, muchísimas veces no tomamos de lo que
por derecho nos corresponde, simplemente porque no nos atrevemos. “Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”, Efesios 1:6.
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia”, Hebreos 4:16.
Toma todo lo que Dios tiene para tu vida. Las bendiciones del cielo permanecen
a tu disposición. Jesús nos invitó a estar allí. Tony Millar dijo: “La vida no te da
a ti lo que mereces sino lo que demandas”. Hay cosas que por derecho legal te
pertenecen. Aprópiate de ello por medio de la fe. Edwin Santiago dice: “No te
conformes con lo que has recibido hasta ahora, hay más todavía y no debes
quedarte con las manos cruzadas; corre y toma lo que te ha sido concedido por
gracia”.
Si estas criaturas tan pequeñas pueden hacer cosas tan tremendas, ¿cuánto más
nosotros, cumbre de la creación de Dios? La sabidu-ría de estos animalitos es
digna de ser imitada. ¡Hoy es tu mejor momento para ello!
9
El último gran mandamiento
“Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones...”, Mateo 28:19.
“Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”,
Marcos 16:15.
“En su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas
las naciones, comenzando por Jerusalén”, Lucas 24:47-48.
“Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes”, Juan 20:21.
“Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán
mis testigos... hasta los confines de la tierra”, Hechos 1:8.
10) Para glorificar a Dios. Hay curaciones que fueron y son realizadas con
el fin de que Dios sea glorificado. En el caso de un joven que había nacido
ciego, los líderes judíos preguntaron a Jesús: “Rabí, ¿quién pecó, éste o sus
padres, para que haya nacido ciego?”, Juan 9:2. La comunidad judía creía
que la causa de las enfermedades era el pecado, pero en este caso Jesús
dijo: “Ni él pecó, ni sus padres... sino que esto sucedió para que la obra de
Dios se hiciera evidente en su vida”, Juan 9:3.
Dios no trae el dolor, pero tiene sobradas razones para permitir que él
llegue a nosotros. Hay ocasiones en que Dios permite que suframos. ¿Por qué?
Para purificarnos. 1ª Pedro 1:6-7 dice: “...Alégrense, aunque sea necesario que
por algún tiempo tengan muchos problemas y dificultades. Porque la confianza
que ustedes tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se prueba
con fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se prueba por medio de los
problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro,
pues el oro se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de
la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que se ha
probado tanto, merece ser muy alabada”. De modo que estemos contentos, no
por los problemas, sino a pesar de los problemas. Disfrutar del dolor por el dolor
mismo y de las heridas por las heridas en sí, es una perversión; pero regocijarnos
a pesar de estar sufriendo, convencidos de que Dios sacará algo bueno de lo
malo que nos acontece, eso es muy distinto, es fe verdadera.
Cada creyente puede experimentar el mismo gozo que tenía el apóstol. En Salmo
16:11 dice que aquellos que han confiado en Cristo tienen el privilegio de
experimentar “plenitud de gozo”. Sin embargo, pocos son los creyentes que se
aprovechan de este privilegio. Más bien viven bajo una nube de desilusión
cuando podrían andar en la luz del gozo.
1. Las circunstancias.
¿Te has dado cuenta de que son muy pocas las cosas en la vida que están bajo
nuestro control? No podemos controlar el tiempo, el tránsito, la salud. Ni
siquiera podemos controlar lo que otras personas dicen o hacen. Si nuestra
felicidad dependiera de las circunstancias, entonces seríamos infelices la mayor
parte del tiempo. Sin embargo, el apóstol Pablo, en la peor de las circuns-tancias,
escribe una carta saturada de gozo. ¿Por qué? “Porque él no vivía para gozar
de las circunstancias, sino para servir a Cristo Jesús. Era un hombre con un
solo propósito: “una cosa hago”, Filipenses 3:13. No miraba a las circunstancias
en sí mismas, sino en relación con Cristo Jesús. No era el prisionero de Roma,
era el “prisionero de Cristo Jesús”, Efesios 3:1. No miró a Cristo a través de
sus circunstancias, sino que miró a sus circunstancias a través de Cristo; y
esto cambió todo”.20
Para Pablo, las circunstancias eran motivo de gozo porque le ayudaron a tener
comunión con los demás creyentes, dándole la oportunidad de llevar a otros a
Cristo, y lo capacitaron para defender el evangelio ante la corte de Roma.
Cuando tienes la mente de Cristo, las circunstancias obran para tu bien y no
en tu contra.
2. La gente.
Todos, alguna vez, hemos perdido nuestro gozo a causa de la gente: por lo que
son, lo que dicen y lo que hacen. No hagas que tu estado emocional dependa de
la aprobación de la gente. No permitas que la crítica o la censura de otros te
“apaguen espiritualmente”.
3. Las cosas.
Abraham Lincoln caminaba por la calle con sus dos hijos, quienes estaban
llorando y peleándose. “¿Qué les pasa a los niños?”, pre-guntó un amigo. “Lo
mismo que pasa con todo el mundo”, replico Lincoln. “Tengo tres nueces y cada
niño quiero dos”.
Cristo dijo: “La vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que
posee”, Lucas 12:15. Los tesoros en la tierra no están a salvo nunca, no duran y
nunca satisfacen. Pero aun así, la mayoría de las personas dan lo más preciado
que tienen (salud, familia e hijos) a cambio de un poquito más. Es que la gente
quiere poseer cosas sin darse cuenta de que las cosas terminan poseyéndolos a
ellos. Las cosas nunca traerán la clase de gozo y paz duradera. Sencillamente, no
pueden proporcionarla.
4. La preocupación.
Las preocupaciones pueden devastar a cualquier persona por más positiva que
sea. La inmovilizan, la llenan de temores, la enfer-man. Pablo entendía que las
circunstancias, por más difíciles que fueran, debían contribuir al plan supremo
de evangelización. Pa-blo no encontró el gozo en circunstancias ideales, sino en
llevar a otros a Cristo. Y, si las circunstancias promovían el progreso del
evangelio, eso era todo lo que importaba. En lugar de lamentarse por ser
confinado como prisionero, Pablo descubrió que sus cir-cunstancias en realidad
abrieron áreas nuevas en su ministerio.
Dios aún quiere que sus hijos lleven el evangelio a nuevas áreas. Él quiere que
seamos luz llevando su mensaje a lugares inesperados. De hecho, fue así como el
evangelio llegó a Filipos. Pablo había tratado de entrar en otro territorio, pero
Dios cerró la puerta en varias ocasiones. Pablo quería llevar el mensaje al
oriente, a Asia, pero Dio lo dirigió hacia Europa.
Las circunstancias, la gente, las cosas y las preocupaciones son los ladrones de
nuestra felicidad.
¿Qué podemos hacer para que estos ladrones no nos despojen de nuestro gozo en
Cristo?:
• Servir a otros
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad,
estimando cada uno a los demás como superiores a el mismo”, Filipenses 2:3.
En el capitulo 1, Pablo coloca a Cristo primero. En este capitulo, pone a otros en
segundo lugar. ¡Lo cual quiere decir que él mismo se coloca al último! “Si
nosotros insistimos en ponernos en primer lugar, y los demás se empeñan en
colocarse en primer lugar, el resultado obvio serán conflictos frecuentes. El
creyente que espera vivir en paz y con gozo no espera ser servido por otros;
él sirve a los demás. Él considera el bienestar de otros como más importante
que sus propios planes y deseos”.21
Ocúpate de las cosas celestiales. “Mas nuestra ciudadanía esta en los cielos, de
donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”, Filipenses 3:20. La
persona con gozo no desconoce la realidad pero se enfrenta a ella con una
perspectiva celestial. Jim Elliot dijo: “No es ningún tonto aquel que da lo que
no puede guardar para ganar aquello que no puede perder”.22
Si tu relación con Dios no crece, difícilmente podrás asir todo lo bueno que
quiere darte. Tu vida, tu familia y tu ministerio corren el riesgo de perder su
fuerza, su brillo, su empuje y hasta pueden mo-rir. Ser una persona espiritual y
sensible al Espíritu Santo sólo sucede a propósito. No es un toque mágico, ni una
experiencia sobrenatural aislada; es una elección de entrega y obediencia diaria.
Existen otras relaciones que debes iniciar con personas que te darán apoyo y
aliento en los momentos difíciles que te toque atravesar; ellas agregarán valor a
tu vida y mejorarán tu futuro. El mejor lugar para encontrar ánimo sincero y
apoyo es en un grupo celular. Allí crecerás superando, en compañía de otros,
toda prueba o dificultad; también ayudarás a otros a que superen sus propias
luchas. ¿Perteneces a una célula? ¿Necesitas un mentor que te guíe a tomar
medidas sabias? Decídete ya; no permitas que tu futuro termine en algún lugar
que no deseas.
“¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo...? Ustedes no son
sus propios dueños”, 1ª Corintios 6:19-20. “No es cristiana la perspectiva que
desdeña al cuerpo y eleva al espíritu. Toma en cuenta a dónde llevas tu cuerpo o
a quién permites que lo toque. Mantén tu cuerpo alejado del pecado. Protégelo
de personas y situaciones de abuso y ocúpate de tu salud. Mantener la pureza
sexual es una de las maneras concretas de honrar a Dios con nuestro cuerpo y
también lo es evitar la nicotina, el exceso de alcohol, cafeína o cualquier otra
droga o sustancia que pudiera dañarlo”.23
- ¿Qué cosas están impidiendo tu servicio a Dios? Establece metas a corto plazo
que te permitan crecer en tu vida de servicio.
- ¿Estás con alguien que sabes que no es la voluntad de Dios para tu vida?
Termina esa relación ya. Las medidas tomadas a medias causan estragos.
Toda persona tiene el deseo de ser grande y eso no está mal, al contrario. Dios
brinda significación y atención verdadera a cada uno de sus hijos. “Dios no tenía
tiempo para crear a un nadie sino a un alguien. Yo creo que cada uno de nosotros
tiene dentro de sí talentos dados por Dios que esperan ser traídos a la actividad.
Cada persona es única y especial”, Mary Kay Ash.
Más allá de estos actos extremistas y egolátricos, todo ser humano desea ser
reconocido; es que nacemos para trascender. Por encima de la salud, del
alimento, del dinero y de la gratificación sexual, se encuentra el deseo de ser
significativo. ¡Que tu ministerio sea ayudar a que las personas descubran su
potencial!
¿De qué maneras puedes contribuir con los demás a lograr su sentido real de
importancia?
1. Acércate a la gente.
2. Sé accesible.
Cuando crees en alguien le das alas para que pueda conquistar lo que está en su
corazón. Benjamín Disraeli dijo: “El mayor bien que puedes hacer por otro no es
mostrarle tus riquezas, sino revelarles las de él”. ¿Cómo puedes ayudar a otros a
enfocarse en las oportunidades y en su potencial, en vez de centrarse en los
obstáculos?
Henry Ford dijo: “Mi mejor amigo es el que consigue que rinda lo mejor de mí”.
Ayuda a las personas a ser útiles y a encontrar significado y satisfacción en lo
que hacen. Te darás cuenta de que contarás con su afecto por siempre.
Es más fácil encontrar defectos que pronunciar elogios. Un elogio exalta una
virtud o un acto bien realizado. La adulación busca manipular las emociones del
otro para aprovecharse. Siempre elogia, jamás adules. La mejor forma de
desarrollar el potencial de una persona es mediante el aprecio y el aliento
sincero. Les Parrott sugiere que digamos algo alentador a una persona en los
primeros treinta segundos de una conversación.24 Eso es exactamente lo que
hace Dios: “Has salido al encuentro con bendiciones de bien...”, Salmo 21:3.
5. No critiques.
No hay nada que mate tanto las ambiciones de una persona como la crítica
injusta.
Abraham Lincoln dijo: “A todo el mundo le agrada un elogio”. William James
señaló: “El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser
apreciado”.
Mary Kay Ash, la fundadora de los productos cosméticos dice: “Todo el mundo
tiene un anuncio invisible colgando del cuello que dice: ¡Hágame sentir
importante!”.
Da atención total a las personas cuando conversas con ellas. “Preocúpate más en
hacer que otros se sientan bien consigo mismos que hacerlos sentir bien
contigo”, Dan Reiland. ¡Brinda atención de primera clase!
John Maxwell dijo: “Las personas no quieren ser influidas por alguien que ve
una tormenta detrás de cada nube”.
La gente quiere estar junto a personas alegres y positivas. Por lo general, las
personas rechazan a los gruñones, amargados y de-presivos. Juan Wesley lo
reconoció cuando dijo: “Cuando te prendes fuego, a la gente le gusta venir y ver
cómo te quemas”.
PARA MEDITAR Y ACTUAR
- “Existe una ambición más noble que llegar a ser grande en el mundo. Es
agacharse y levantar a la humanidad para que ella sea más grande aun”, Henry
Van Dyke.
- Piensa en algo positivo y alentador que dirás a cada persona con la que te
encuentres hoy.
- Bendice a tus vecinos y a las personas con las que te relacionas. Testifica del
Señor a todos los que puedas. Ellos todavía no saben que necesitan lo que tú
tienes.
Juan es contador público, casado y con dos hijas. Tiene un buen trabajo y, por
temor a ser despedido, no sabe decir que no.
Su carrera laboral está creciendo. Debido a su pericia profesional le confían los
trabajos más importantes. Vive en las rutas. Viaja de ciudad en ciudad haciendo
auditorias para la empresa en la que trabaja.
Más de la mitad de las noches de la semana las pasa afuera. Juan nunca está en
casa. Nunca tiene tiempo para su familia. Su esposa ya no soporta más y se lo ha
hecho saber. Él alega que es su contribución al bienestar familiar, es su manera
de proporcionarles una buena vida.
Juan no fija límites en su trabajo y sigue cautivo de los deseos de sus patrones.
No poner límites adecuados, en el momento oportuno y a la persona
apropiada, puede resultar destructivo.
En su libro Límites, los Dres. Henry Cloud y John Townsend enseñan algunas
verdades relativas al tema.25 He aquí algunas de ellas:
El 1 de Septiembre del año 1983 fue un día memorable, por lo menos para una
persona, Robert Ballard. Después de trece años de intensa e incesante búsqueda,
logró tener su primer vistazo de un barco hundido a más de cinco kilómetros de
profundidad en las heladas aguas del Océano Atlántico. La búsqueda del Titanic
había dominado su vida. Al encontrarlo, le sacó 53.500 fotos. “La búsqueda del
Titanic ha terminado, ahora puedo descansar en paz, misión cumplida”, dijo.
Buscaba un vestigio del pasado, pero qué resolución, qué dedicación en el
cumplimiento de una meta. ¡Eso sí, mi amigo, es perseverancia!26
Quizás no lo creas, pero todas las personas exitosas fracasan tanta veces como
las que no logran nada. La diferencia entre unas y otras es que las exitosas lo
intentaron más veces.
Cuando Jesús explicó la parábola del sembrador, dijo: “Mas la que cayó en
buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra
oída y dan frutos con perseverancia”, Lucas 8:15.
Cierta vez alguien le dijo a Tomás Edison: “Hemos hecho 50.000 experimentos
sin tener un resultado positivo”, a lo que Edison contestó: “¿Resultado?
¡Tenemos maravillosos resultados! Ahora conocemos 50.000 formas en que esto
no funciona”. Él sabía que hay sólo una cosa que puede considerarse fracaso
y eso es: dejar de intentarlo. Hay personas que nunca comienzan algo por
miedo al fracaso y son muy pocas las que perseveran a pesar de los tropiezos.
Están los que dicen: “empezaremos cuando todo esté bien, cuando no haya
obstáculos”. Si éste es tu criterio, nunca lograrás algo significativo. La
perfección no garantiza el éxito. “La cualidad de la perseverancia es más
crucial para tener éxito que los cerebros, las habilidades, los talentos, la fuerza, y
la suerte; ¡más que todos juntos! Si caes mil veces y te levantas mil y una vez,
entonces tienes perseverancia y también tendrás éxito”, Pat Williams. El primer
paso para triunfar es empezar. En el nombre de Dios, ¡comienza hoy mismo!
- En servir a Dios.
- En el trabajo.
- En la familia.
“Todo el que quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios”, Proverbios
1:7; 9:10. Job 28:28. “Si alguien quiere ser sabio, que empiece por obedecer a
Dios. Quienes lo hacen así, demuestran inteligencia”, Salmo 111:10.
“Existen dos maneras en que una persona puede desobedecer. Primero, cuando
hace lo que Dios le ha dicho que no haga y, se-gundo, cuando no hace lo que se
le dijo”, John Bevere.
Cuando Samuel se encuentra con Saúl, éste le dice: “Yo he cumplido con la
palabra de Jehová”, versículo 13. Saúl creyó que había hecho lo correcto. Es
que la desobediencia abre las puertas al engaño y al engañador, Juan 8:44.
Pablo advirtió a Timoteo que aquellos que no obedecen “irán de mal en peor,
engañando y siendo engañados”, 2ª Timoteo 3:13.
No es difícil entender porqué Saúl se había engañado tanto a sí mismo que creyó
haber hecho lo correcto. Es que ya había abierto la puerta al engaño cuando
desobedeció aquella primera vez.
“Saúl conocía la orden de Dios. Sin embargo sucumbió a la presión del pueblo.
Cedió y les dio lo que querían. Apaciguó al pueblo, sin embargo, desobedeció a
Dios”.28 ¿Con cuánta frecuencia nosotros hacemos lo mismo?
De la misma manera sucedió con Elí. Dios lo hizo responsable por los pecados
de sus hijos porque él nunca ejerció la autoridad para reprenderlos por sus malos
comportamientos.
Aquellos que sirven a Dios en desobediencia cometen los más horribles pecados.
Saúl terminó su vida consultando a adivinos y Elí permitiendo las atrocidades
más terribles en el templo.
El liderazgo de Saúl es una seria advertencia para aquellos que piensan que
el servicio justifica la desobediencia. Llegó un momento en la vida de Saúl en
que creyó que podía servir a Dios como él quería. En el principio de su
ministerio, Saúl había sido un hombre modesto y humilde, 1º Samuel 9:21;
10:21-22; pero, en algún punto de su ministerio, perdió esa humildad y la
dependencia de Dios y terminó ejerciendo la obediencia selectiva, ignorando su
consejo.
Tanto Saúl como Elí eran líderes. El precio de la desobediencia de ellos fue
grande. Mientras más maduros somos, mayor es nuestro juicio por la
desobediencia. Santiago 3:1 dice: “Hermanos míos, no pretendan muchos de
ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad”.
Se puede vivir una vida de servicio a Dios y de sacrificio y, aun así, estar en
rebelión contra él. ¿Dios te ha pedido algo y no lo has hecho?
- No hay servicio, por más bueno que sea, que sustituya la obediencia a Dios,
Isaías 66:3-4. Si estás sirviendo a Dios y el Espíritu Santo trae convencimiento
de desobediencia, no abandones todo. No agregues más pecado. Busca a Dios,
toma un día de retiro y ponte a cuentas con él. Comienza a obedecer, rinde
adoración con tu obediencia inmediata.
“Dijo también el Señor: -Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a
ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que
no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a
permanecer firmes”, Lucas 22:31-32.
Cita maneras prácticas en las que puedes manifestar ese compromiso con los que
lideras.
Frente a las dificultades que les toque atravesar a las personas bajo nuestro
cuidado pastoral, bueno sería imitar la acción del maestro. Oremos más y
lamentemos menos.
La oración es una de las armas más efectivas que tenemos en el ministerio. Con
oración podemos tocar vidas de manera que no es posible con otras actividades.
Richard Foster, en su libro La oración, nos recuerda que, si realmente amamos a
las personas, desearemos para ellas mucho más de lo que tenemos a nuestro
alcance para darles y esto nos llevará a orar. Interceder es una forma de amar
a otros.
Frente a la prueba, no pidió que Pedro fuera librado, sino que tuviera la fuerza
suficiente para superarla. Las pruebas deben verse como parte del entrenamiento
divino, y de las pruebas, ¡hay que salir aprobado! La cultura occidental, dedicada
a la incansable búsqueda de una vida cómoda y sin sobresaltos, ha afectado tanto
nuestra perspectiva que muchas de nuestras oraciones no son más que pedidos
para que Dios acomode las circunstancias a nuestro gusto. Deseamos evitar las
complicaciones y las pruebas que son comunes a la mayoría de los seres
humanos. El Mesías, sin embargo, no oró en esta dirección. Pidió que Pedro
pudiera salir ileso de la prueba, aferrado a la fe, sin la cual es imposible agradar
a Dios. En otras palabras, la sustancia de la oración de Jesús era que la fe de
Pedro pudiera prevalecer.
Cuando pasamos por una prueba muy fuerte, nos hundimos en un sinfín de
especulaciones acerca de lo que nos ha tocado vivir. El resultado es que dejamos
de avanzar hacia el propósito que Dios ha determinado para nuestra vida. Éste no
es el ejemplo de Jesús, quien permanentemente animaba a los suyos para que
cumplieran con premura la misión que tenían en la vida. Cristo le recordó a
Pedro que del otro lado de la prueba existía un llamado que debía ser cumplido.
Esto implicó también darle un voto de confianza; creía que su discípulo saldría
bien de la prueba y lo animaba a seguir adelante. Si estás en dificultades, no te
autocompadezcas ni le creas al diablo. ¡Levántate, hay mucho por hacer!
- “No puede haber una conversación con Dios, ninguna comunión entre el cielo
y la tierra, ningún poder para la salvación de las almas de otros, a menos que se
aparte mucho tiempo para ello”, Andrés Murray.
- “No hay tierra demasiado dura para el Espíritu Santo, ni iglesia demasiado
muerta, ni país demasiado cerrado al evangelio. ¡La solución es orar!”, Paul
Yonggi Cho.
- En Mateo 9:37-38, Jesús dice que nuestra oración debe ser para que Dios envíe
obreros a su mies. Acostúmbrate a orar primero por otros, por los que todavía no
lo conocen, luego para que él envíe más obreros a trabajar, finalmente por los
tuyos y tu vida.
18
Vive por fe
Jesús invitó a sus discípulos a abandonar una vida común y corriente para
adentrarse en una repleta de aventuras de fe. Cuando ellos experimentaron el
vivir por fe, nunca más volvieron a la antigua manera rutinaria de vivir. Eso
sigue siendo cierto hoy. Jesús nos invita a vivir una aventura de fe permanente
junto a él.
Hace doce años, Dios nos dio un “rhema”. Nos invitó a salir de San Lorenzo y
trasladarnos al Chaco. No era una decisión fácil de tomar. Estábamos muy
cómodos. La iglesia crecía, el ministerio nos daba alegrías. Silvia había
concursado y ganado su cargo en el hospital. Sin embargo, Dios nos invitaba a
ir a un lugar donde nunca habíamos ido para conseguir algo que nunca
habíamos logrado. Jesús invitó a 500 personas a ser sus discípulos antes de
partir a la gloria, pero sólo 120 recibieron la llenura del Espíritu Santo. No se
trata de confiar y obedecer, sino de obedecer y luego confiar. ¡Nunca te
arrepentirás de haber obedecido a Dios!
¿Sabes lo que Dios quiere que hagas? ¡Hazlo! ¿Todavía no lo sabes? ¿Qué
esperas para ponerte a orar y pedirle que te muestre lo que tienes que hacer?
Pero no te obsesiones para que Dios te muestre una visión, porque él ya ha
hablado, la visión de la iglesia es la visión de Dios, su rhema, para tu vida y para
la mía. ¡Abraza la visión de tu iglesia! Pero hay algo más: si no tienes una
palabra específica, piensa en los mandamientos que Dios escribió en su palabra
(logos). No necesitas una invitación especial para obedecerlos. Si lo haces,
disfrutarás de su presencia, recibirás su bendición y, si en eso eres fiel, Dios te
mostrará más allá.
¿Qué fue lo último que Dios te pidió que hicieras? ¿Lo hiciste? Recuerda que los
milagros son la consecuencia de nuestra obediencia. ¡Haz lo posible y deja a
Dios hacer lo imposible!
Milagro es la sociedad entre Dios y el hombre para que algo suceda.
Dios no hará lo que nosotros podemos hacer, pero él sí hará lo que no podemos
hacer. En otras palabras, obedece primero, recibe el milagro después. La
tercera parte de la fe es confiar en que Dios hará su parte.
- Deja la vida común, insulsa y sin “sobresaltos”. Ponte de acuerdo con tu grupo
o ministerio para orar y conquistar el barrio de la manera que Dios se lo muestre.
- Dispónte desde hoy a transitar una aventura de fe. Súbete al árbol, si Dios te lo
pide y no tengas miedo de mirar al diablo cómo trabaja en tu contra. Dios te
sostendrá, aunque eso signifique mantenerte en el aire.
Cada vez son más las personas que literalmente viven muertas de miedo. Los
fantasmas del pasado las persiguen, el futuro las atemoriza, paralizándolas,
mientras que la incertidumbre del presente las adormece. Viven atormentadas y
endemoniadas, acosadas y humilladas, oprimidas y deprimidas, vencidas y
derrotadas. ¡Qué fuerza tan destructiva es el miedo!
Hay una sola cosa a la que sí deberíamos temer y esto es, al miedo mismo.
Roosevelt, ex presidente norteamericano, inmortalizó la frase: “Nosotros no
tenemos nada que temer sino al temor mismo”. Esta declaración encierra una
verdad más grande de lo que muchas personas se imaginan. ¿Sabías que el
temor tiene en sí una fuerza creativa? Sí, el temor tiene una fuerza creadora
como la palabra de fe. Hebreos 11:1 dice: “Confiar en Dios es estar totalmente
seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo
existe, aun cuando no podamos verlo”.
La gente que tiene miedo a enfermarse es la que se enferma más a menudo. Los
médicos tratan de explicar eso diciendo que se induce a la enfermedad
psicosomáticamente. Sin embargo, creemos que no es más que el resultado de la
fuerza creativa del temor.
“Los alumnos de los años superiores de cierto colegio estaban iniciando a los
estudiantes del primer año. A uno de esos jovencitos le vendaron los ojos en la
escuela y los muchachos de los años superiores lo arrastraron fuertemente con
cuerdas a los rieles del tren, estando todavía con los ojos vendados. Pocos
minutos después, se oía a la distancia el silbato del tren nocturno que se
acercaba. Diciéndole al jovencito que lo dejaban ahí para que lo arrollase el tren
que venía, los muchachos mayores se alejaron. Sólo ellos, por supuesto, sabían
que el jovencito estaba amarrado a los rieles fuera de uso. Después que el tren
pasó a toda velocidad, los muchachos volvieron a las paralelas del tren, riendo y
bromeando acerca del evidente susto que el jovencito debía haber
experimentado. Él, sin embargo, no había podido ver que el tren que se acercaba
venía rodando sobre otras paralelas. Cuando los muchachos se acercaron para
desatar al compañero, para su pesar y espanto, descubrieron que el jovencito
estaba muerto. Los doctores afirmaron que el chico había muerto de susto. El
miedo había paralizado su corazón”.34
Cómo vencer los temores
¿De dónde proviene el miedo? El miedo viene del diablo. Si el diablo logra
impedir que repitas Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia”, él podrá mantenerte prisionero. Para
superar los miedos, ten en cuenta estos consejos:
2. Aísla tu miedo.
Toda indecisión, todo aplazamiento, toda cavilación hacen que el miedo crezca y
tome parte de tu vida. Un pastor dijo: “Dios es más grande que nuestros
temores”. Cuando estés de frente al temor y te sientas dominado por esa
sensación horrible, recuérdate a tí mismo: “Dios es más grande que mis
temores”.
David dijo: “En el día que temo, yo en ti confío”, Salmo 56:4. Por la forma en
que actúan, muchas personas parecen decir lo contrario: “seguramente dudas y
temores me seguirán todos los días de mi vida; yo temeré a toda clase de males,
porque tú no estás conmigo”. Tales personas están atadas de pies y manos,
encadenadas, amordazadas y amarradas por las miríadas de legiones de temores
que las atormentan día y noche. Cuando surja el temor, construye confianza.
Sustituye tus sentimientos negativos por promesas positivas de la Palabra de
Dios.
- Temor a lo que las personas puedan decir. Actúa convencido de lo que haces y
luego hazlo.
- Temor a mal invertir. Analiza bien los factores. Busca consejo sabio. Toma una
decisión y aférrate a ella.
- Miedo a la gente. Piensa que el otro es igual a ti. Acércate, saluda y sonríe.
Con una nueva convicción se dedicó en su carrera política a bregar por los más
desafortunados de esa época y, durante años, trabajó para derogar en toda
Europa la trata de esclavos. Una y otra vez, en momentos cúlmines de la
película, se canta el tan conocido himno Gracia admirable, cuya letra fue escrita
por John Newton, quien antes de conocer a Dios comandaba un corsario que
traficó más de 20.000 esclavos.
1. Convierte el alma.
3. Alegra el corazón.
“Dios bendice a quienes aman su palabra y alegres la estudian día y noche. Son
como los árboles sembrados junto a arroyos; llegado el momento, dan mucho
fruto y no se marchitan sus hojas. ¡Todo lo que hacen les sale bien!”, Salmo
1:2-3.
Después que la Palabra de Dios actúa sobre el espíritu, sobre la mente y las
emociones, viene una nueva visión de todas las cosas. Aparecen soluciones
nuevas a problemas viejos. Cuando hay paz interior y sosiego, se despierta la
creatividad.
5. Brinda seguridad.
5. Declara: “Creo en la Palabra de Dios, todo lo que dice es cierto, todo lo que
promete es mío, todo lo que enseña es bueno”.
21
Carácter: lo que ninguna escuela te
enseñará
Japón es tan grande como la provincia de Santa Fe. Tiene ciento veinticuatro
millones de habitantes; los diez bancos más grandes del mundo; los índices
educativo y de longevidad más altos del planeta; el índice de criminalidad más
bajo y el producto nacional igual al de Francia, Inglaterra y Alemania juntos.
“El que vive honradamente lleva una vida tranquila. El que es sinver-güenza un
día será descubierto”, Proverbios 10:9.
“Cuando somos honrados, todo en la vida es más fácil, pero a los malva-dos su
propia maldad los destruye”, Proverbios 11:5; 6-9.
¿Te consideras una persona honesta? ¿Eres puntual? ¿Aduces estar enfermo
cuando no quieres trabajar? ¿Eres respetuoso del tiempo de los demás? Si el
cajero te diera mal el vuelto, ¿devolverías el dinero? La disciplina, ¿es un hábito
en tu vida? ¿Podrías hablar de lo que haces en secreto sin avergonzarte? ¿Eres
fiel a tu cónyuge? ¿Cumples tus promesas? ¿Haces más de lo que se te pide o
trabajas a reglamento? ¿Haces lo que es correcto cuando nadie te está mirando?
“Lo que un hombre es, es lo que lo sobrevive; nunca podrá ser enterrado”,
Anónimo.
2. El bien hacer.
Lo que uno hace es importante, pero es tan sólo el resultado de lo que uno
es. En otras palabras, “ser” es anterior a “hacer”.
“No te niegues a hacer un favor, siempre que puedas hacerlo”, Proverbios 3:27.
“Corrige tu conducta, afirma todas tus acciones. Por nada de este mundo dejes
de hacer el bien; ¡apártate de la maldad!”, Proverbios 4:26-27.
Dios no nos creó para ser mediocres ni ordinarios. Fuimos creados a imagen
de Dios. Cuando Dios hace algo, lo hace bien. ¿Por qué hemos de ser
diferentes?
¿Haces tu trabajo con excelencia como para el Señor? ¿Estudias para apenas
aprobar o lo haces como búsqueda de tu excelencia?
3. El bien estar.
“De cualquier manera que demostremos nuestro amor por Dios o por los
demás, es para nuestro bien”, Pat Williams.
4. El bien tener.
“Acabarán muy mal los que quieren hacerse ricos sin importarles cómo
lograrlo: ¡acabarán perdiendo la vida!”, Proverbios 1:19.
“De muy poco aprovecha el dinero mal ganado. Lo que vale es la honra-dez,
pues te salva de la muerte”, Proverbios 10:2.
“Las ganancias del malvado no son más que una mentira; la verdadera
ganancia consiste en hacer el bien”, Proverbios 11:18.
- Uno no tiene que violar los principios de Dios para conservar la bendición de
Dios. Cuando los cristianos comienzan a disfrutar las recompensas del éxito,
muchas veces olvidan la fuente de su éxito.
- Puedes liderar sin tener carácter. Aun así, el carácter es lo que te convierte en
un líder digno de seguirse. Quienes decidan seguirte esperarán más de ti, en
cuestión de carácter, de lo que esperan de sí mismos.
- “Es posible que tus dones y determinación dicten tu potencial, pero tu carácter
es lo que determinará su legado”, J. Meyer.
22
Beneficios del perdón
Se cuenta que una mujer, bañada en lágrimas, se acercó cierta día a Napoleón a
fin de solicitar una gracia para su hijo. El emperador respondió que era
imposible; se trataba de un joven soldado que había desertado y aun
traicionado; la justicia exigía, pues, que fuera fusilado.
- No pido justicia, explicó la madre. Abogo por una gracia.
- Señora, le repito que su hijo no merece una gracia, confirmó Napoleón.
- Majestad, exclamó la mujer, ¡no sería una gracia si la mereciera! Una gracia
es todo lo que pido.
- Bien, en este caso le concedo la gracia.
Y el emperador perdonó al hijo.
• Otorga libertad.
¿Sabías que la ira crónica, el odio y el resentimiento son tan dañinos para el
cuerpo como el sobrepeso, el tabaquismo, la obesidad y las dietas de alto
contenido en grasas? Las personas que experimentan estos sentimientos por
largo tiempo se convierten en resentidas y amargadas. Y la amargura nos aleja
de las personas, nos inhibe para disfrutar de la vida y nos sentencia a revivir la
herida una y otra vez. “La evidencia médica es clara y creciente. No es una
exageración afirmar que la amargura es una droga peligrosa en cualquier dosis y
que tu salud está en riesgo si, neciamente, persistes en no perdonar”.36
“La primera batalla se da con el enemigo interior”, escribió Frances Weickes en
el libro El mundo interno de las decisiones. “Hasta que un hombre haya
conquistado en sí mismo aquellas cosas que producen odio en el mundo, no hará
otra cosa que contribuir consciente o inconscientemente a la guerra del
mundo”.37 Ve hasta el fondo y arranca ese resentimiento de raíz, lo más pronto
que puedas. Entonces, caminarás en libertad.
Por otro lado, hay personas que no pueden perdonarse a sí mismas. Una
infidelidad descubierta; mala administración del dinero; pena por fracasar como
padres; descuido de la familia; oportunidades perdidas; ira dirigida hacia uno
mismo por lo que se ha hecho o por lo que se ha dejado de hacer..., suelen ser
motivos de culpa permanente en muchas personas. Vivir bajo una carga de
culpabilidad así puede tener efectos negativos tanto en la salud física como
emocional y espiritual; puede roer la confianza en uno mismo, erosionar la
autoestima, minar la esperanza y sumirnos en una profunda crisis existencial.
Por donde lo mires, la falta de perdón es un mal negocio.
Evita vivir en el pasado. “Pensar en lo que se hizo mal y el por qué se hizo mal
puede conducirte a la inactividad. Pensar en lo que puede corregirse, en lo que se
puede hacer, en qué oportunidades se pueden desarrollar; todo eso te conduce a
la acción y a una actitud positiva ante las posibilidades de la vida”, dijo el Dr.
Freeman.
No te dejes consumir por la culpa ni vivas en el pasado. Levántate por encima de
tus fracasos, aprende de tus errores y enfrenta la vida con ánimo renovado. Estás
de cara a un futuro prometedor. Sí, lo mejor en tu vida está por venir.
¿Cómo perdonar?
- Toma la decisión y hazlo pronto, ya que cuanto más tardes, más difícil te será.
- Ora. “Ésta es la demanda suprema”, dijo Dietrich Bonhoeffer. “Por medio de la
oración vamos a nuestro enemigo, nos ponemos de pie a su lado y rogamos a
Dios por él”. Si dedicas un tiempo prolongado a orar por la persona que te ha
hecho daño, tu actitud hacia ella cambiará. Es imposible orar por una persona
durante un tiempo prolongado y no mostrar simpatía por ella.
- Bendice. “A quienes los insulten, respóndanles con buenas palabras. Si
alguien los rechaza, oren por esa persona”, Lucas 6:28.
Era obvio que el asno ignoraba la importancia de su trabajo. La sal tenía un gran
significado en tiempos antiguos. Los hebreos frotaban a los recién nacidos con
sal para asegurar su buena salud. En un tiempo la sal fue tan escasa que se utilizó
en lugar de dinero. Los soldados del César recibían parte de su pago en sal, de
ahí la noción de “salario”.
El mercader habría podido cambiar la actitud del asno apelando a la necesidad
natural que todos tenemos de ser parte de algo grande y significativo. Así tal vez
el asno habría llevado su carga con orgullo, al saber que la sal iba a ser usada
para la protección de infantes y el pago de soldados encargados de mantener la
paz en el imperio.38
Uno de los mayores secretos del éxito personal y ministerial enseñado por Pablo
fue el contentamiento. Lo consideró esencial para el bienestar interior. El
declaró: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy
enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener
abundancia como para padecer necesidad”, Filipenses 4:12.
Dale Carnegie dijo: “La ingratitud es tan natural como la cizaña. La gratitud, en
cambio, es como una rosa. Tiene que ser cultivada, regada, amada y protegida.
Por lo tanto, no esperes gratitud para estar contento. Después, si en un momento
dado la consigues, será una sorpresa deliciosa. Si no la consigues, no sentirás
molestia alguna”.
Anota todas las noches tres cosas que hayan sucedido en ese día y por las cuales
te sientes agradecido. Este hábito cambiará, poco a poco, tu concepto de la vida
y de lo cotidiano. “Si aprendes a darle más importancia a lo que tienes y menos a
lo que no tienes, verás que el universo es generoso y recibirás más. Si, en
cambio, te fijas más en lo que no tienes, nada te satisfará”, Oprah Winfrey.
– Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo –propuso otro.
A lo que un tercer demonio contestó:
– ¡No!, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y
encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está.
– ¡No!, recuerda que tienen curiosidad. Alguna vez alguien construirá algún
aparato para poder bajar y, entonces, la hallará.
– ¡No, no, no!, recuerda que tienen inteligencia, y un día alguien fabricará una
nave en la que puedan viajar a otros planetas y la van a descubrir, y entonces
todos tendrán felicidad.
Un aspecto importante para tener en cuenta para sentirse bien con uno mismo es
la salud emocional. Tal como necesitas cuidar tu cuerpo, debes hacer lo propio
con tus emociones. Y eso es tu responsabilidad. Nadie más puede controlar tus
emociones. Tú eres el único que forja tus propias actitudes. No puedes darte el
lujo de vivir temporadas de desaliento, desesperación o insatisfacción. Bill
Hybels dijo: “Cada hombre que muestra una actitud positiva consistente ha
luchado para tenerla”.
Jeff Calinguire, en su libro Secretos del Liderazgo de San Pablo, dice: “Pablo
practicaba la vigilancia de la mente. Capturaba los pensamientos más oscuros y
los reemplazaba por los positivos. Se negaba a la ansiedad y no le daba lugar al
desaliento. Luchaba por la esperanza. Llevaba “cautivo todo pensamiento”, 2ª
Corintios 10:5 y practicaba el principio de la alegría: “Regocíjense en el Señor,
siempre”, Filipenses 4:4. Entrena tu mente para tener pensamientos positivos
generadores de vida”.40
Cuentan que una vez un hombre caminaba por la playa en una noche de luna
llena y pensaba de esta forma: - Si tuviera un auto nuevo, sería feliz. - Si tuviera
una casa grande podría ser feliz. - Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz. -
Si tuviera una pareja perfecta, sería feliz.
En ese momento tropezó con una bolsita llena de piedras y comenzó a tirarlas
una por una al mar cada vez que decía: - Sería feliz si tuviera... Así lo hizo hasta
que solamente quedaba una piedrita en la bolsa, la cual guardó. Al llegar a su
casa se dio cuenta de que esa piedrita era un diamante muy valioso.
Mira a tu alrededor y te darás cuenta de cuán afortunado eres. Muy cerca está tu
felicidad y, todavía, no te has dado cuenta. Muchas de nuestras quejas no son por
la falta de cosas necesarias sino por la abundancia de beneficios. Agradece a
Dios por lo que te ha sido dado y no te quejes por lo que no tienes.
Piensa en alguna bendición que has recibido y por la que todavía no has
agradecido.
“No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre
siembre, eso también segará”, Gálatas 6:7.
El secreto de una cosecha radica en su siembra. Existen tres leyes que gobiernan
la agricultura, que podrían aplicarse a cada faceta de la vida humana.
¿Alguna vez viste cosechar trigo donde se sembró maíz o arroz donde se sembró
soja? Nunca lo verás. Es que la ley de genética natural no falla. Uno cosecha lo
que siembra. La ley de genética espiritual se gobierna por el mismo principio.
Imagínate qué recogerá la persona que siembra división, odio o peleas. No te
engañes, la misericordia de Dios no puede comercializarse y su gracia no puede
abaratarse. Tratar de sacar ventaja de la bondad de Dios desobedeciendo este
principio, producirá malos dividendos.
Siempre tendrás semillas para sembrar. Stephen Covey, en su libro Los siete
hábitos de la gente altamente efectiva, habla de la mentalidad de abundancia; el
paradigma de que en el mundo hay mucho para todos. La mayoría de las
personas ven la vida como si hubiera pocas cosas. Si alguien consigue mucho,
necesariamente otro se quedará con menos. Las personas con mentalidad de
escasez se sienten mal si tienen que compartir reconocimiento y mérito, poder o
beneficios, aunque sea con quienes les ayuden en la producción. También se
sienten muy mal ante los éxitos de otras personas, incluso cuando se trata de
miembros de su propia familia o de amigos íntimos, asociados y compañeros.
Cuando alguien recibe un reconocimiento especial, una ganancia inesperada,
tiene un éxito notable o alcanza una meta, casi les parece que se lo han
arrebatado a ellas.
¡Siembra en otros para que alcancen sus sueños y Dios hará que alcances el
tuyo! Mike Murdock, en su libro La ley del reconocimiento, dice que una
semilla es algo que hemos recibido de Dios para que podamos sembrar en alguna
otra persona. El amor es una semilla. El tiempo es una semilla. La compasión es
una semilla. El dinero es una semilla. La profesión es una semilla. Los talentos
naturales son semillas. Las oraciones son semillas. ¿Has descubierto tu semilla?
¿Estás sembrando en otros? ¡Nunca pienses que no tienes nada para dar! Lo que
poseas, si lo siembras, será el comienzo de tu futuro glorioso. David tuvo una
honda para crear una victoria. Moisés tenía una vara para emprender la libertad
del pueblo de Israel. Tú tienes algo. No te quejes por lo que no te ha sido dado.
Agradece a Dios por lo que tienes. ¡Encuentra tu semilla y siémbrala!
John Haggai, en su libro Lidera hacia delante, dice que dar genera más.
Bendecimos y somos bendecidos. Damos gracia y somos agraciados. Él
pregunta: “¿Qué deseas? Siembra. Invierte. ¿Quieres amigos? Invierte en
amistad. ¿Quieres amor? Siembra amor. ¿Quieres respeto? Da respeto. Aquellos
que son líderes excelentes reflejan esta pasión de dar antes que tomar... los que
toman, a la larga pierden”.42
“El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma,
aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de
justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión
puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de
ustedes resulte en acciones de gracias a Dios”, 2ª Corintios 9:10-11.
- “Si pides a Dios que llene un dedal, él lo hará. Si pides que llene un balde, lo
hará. Si le traes un barril, también lo llenará”, Robert Schuller.
26
Las oraciones que Dios no contesta
¿Existen oraciones que Dios no escucha? ¿Hay plegarias que Dios escucha y no
contesta?
1. Isaías 1:15 dice: “Cuando levantan sus manos, yo aparto de ustedes mis
ojos; aunque multipliquen sus oraciones, no las escucharé, pues tienen las
manos llenas de sangre”.
Isaías 59:1-2 dice: “Dios tiene poder para salvar y tiene buenos oídos para oír.
Pero la maldad de ustedes los ha separado de Dios. Sus pecados han hecho que
Dios se tape los oídos y no quiera escucharlos”.
Alguien con las manos llenas de sangre es un asesino. ¿Están tus manos
contaminadas con sangre? Probablemente digas: “yo no maté a nadie”. No te
apures, 1ª Juan 3:15 dice: “Si ustedes se odian unos a otros, son asesinos, y ya
saben que ningún asesino puede tener la vida eterna”.
2. Isaías 59:3: “Ustedes tienen las manos llenas de sangre por los crímenes que
han cometido. Ustedes mienten y maldicen”.
Debes disciplinar tu boca a fin de que sea fuente de bien. Hablar mal de otra
persona, calumniar y difamar, son cosas que desagradan a Dios, motivo
suficiente para que nuestras oraciones sean estorbadas.
3. 1ª Pedro 3:7 dice: “En cuanto a ustedes, los esposos, sean compren-sivos con
sus esposas. Denles el honor que les corresponde, teniendo en cuenta que ellas
son más delicadas y están llamadas a compartir con ustedes la vida que Dios les
dará como herencia. Háganlo así para no poner estorbo a sus propias
oraciones”.
4. Proverbios 28:9 dice: “Si alguno no quiere atender la ley de Dios, tampoco
Dios soportará sus oraciones”. “Dios aborrece hasta la oración del que se
niega a obedecer la ley”.
Marcos 5:21-43 nos cuenta que la fe de Jairo hizo posible el milagro en la vida
de su hija. Sin embargo, Jairo tuvo que superar algunos obstáculos antes de verlo
realizado. Benny Hinn, en su libro No te rindas, dice que Jairo superó siete
obstáculos antes de conquistar su milagro:
1. El peso de la tradición.
2. El temor a la pérdida.
Marcos 5:22-23. Jairo era un hombre respetado y con autoridad entre los judíos.
Visitar a Jesús públicamente, inclinarse ante él y pedirle con ruegos que sanara a
su hija era reconocerlo como el Mesías y, por lo tanto, arriesgarse a perder su
trabajo y su prestigiosa posición social. ¿Tienes miedo a perder amigos, empleo,
respeto o alguna clase de prestigio por encontrarte con Jesús? Identificarte como
cristiano, ¿te trae algún tipo de perjuicio?
3. La presión de la gente.
4. El propio egoísmo.
Marcos 5:25-30. Jairo sabía que contaba con muy poco tiempo. Después de su
denodado esfuerzo por abrirse paso en medio de la multitud, por fin estaba
yendo con Jesús hacia su casa. Pero, en el camino, algo distrajo al maestro: la
mujer con flujo de sangre. Ese incidente debe haberle retrasado un buen rato, ya
que la mujer, después de tocar el manto de Jesús, decidió relatar su testimonio,
versículo 23. Jairo debió pensar que cualquier necesidad no sería tan urgente
como la vida de su hija. Podría haberle dicho a Jesús que no se distrajera con
“cosas temporarias” y se abocara a asuntos más serios. Sin embargo, Jairo
aguardó con paciencia, mientras Jesús atendía las necesidades de otras personas.
Jairo no se interpuso para que la mujer recibiera su milagro. Kathryn Kuhlman
dice: “Si tu oras por la sanidad de otro, es cuando recibirás la tuya”. ¿Buscas el
bien de otras personas, mientras esperas un milagro de parte de Dios? ¿Has
dejado de servir a otros a causa de tus dificultades? El enemigo se encargará de
mantenerte atado en tus problemas como un modo de impedir que conquistes tu
milagro. ¿Cómo servirás a Dios mientras dejas que él se haga cargo de tus
propios asuntos?
5. La incertidumbre por el futuro.
Marcos 5:35 dice: “Mientras él aún hablaba, vinieron de la casa del principal
de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas más al
Maestro?”. ¡Qué noticia tan desalentadora para un padre! Todo el esfuerzo de
Jairo parecía no haber servido de nada. ¿Habrá sido tentado a recriminar a Jesús
por las veces en las que se retrasó en el camino? No lo sabemos. Lo que sí
conocemos es que Jesús escuchó dicha noticia y luego respondió diciendo: “No
temas, cree solamente”, versículo 36. En otras palabras: “Jairo, no te rindas,
todavía hay esperanza”. No hay situación o circunstancia difícil en la que Dios
no pueda intervenir. No hay problema que Jesús no pueda solucionar.
¿Hay alguna noticia desalentadora que te tiene preocupado? ¿No crees que Dios
pueda intervenir en tu favor? ¿Por qué no dejas que Jesús tome el control de la
situación?
“No sabes cuán cerca estás de recibir la promesa que has estado esperando. Sólo
porque las cosas parecen empeorar no significa que Dios no ha escuchado tu
petición. A medida que más te acer-ques a la victoria, más fuerte tendrás que
luchar. A menudo, cuando todo parece estar peor es cuando te encuentras más
cerca de recibir aquello que buscas”, Myles Munroe.
Marcos 5:39-40 dice: “Entró y les dijo: –¿Por qué tanto alboroto y llanto? La
niña no está muerta sino dormida. Entonces empezaron a burlarse de él, pero él
los sacó a todos, tomó consigo al padre y a la madre de la niña y a los
discípulos que estaban con él, y entró adonde estaba la niña”. La gente se
burlaba de Jesús, pero también de aquel que lo había traído. Qué humillante debe
haber sido para Jairo sufrir el desprecio y el rechazo de la gente, especialmente
de amigos y familiares. Qué mal se siente uno cuando aquellos que deberían
apoyarnos son precisamente los que más se nos oponen. ¿Te re-sulta familiar?
¿Viviste el desprecio o rechazo de tus seres queridos o amigos cercanos?
Entonces, comprendes cómo se sintió Jairo.
De principio a fin, la Palabra de Dios proclama una sublime verdad: “El amor
de Dios es incondicional, pero su presencia en nosotros está condicionada a
nuestra obediencia”, Juan 14:15, 16, 21, 23.
30
Haz el bien para sentirte bien
“Traten a los demás como ustedes quisieran ser tratados...”, Mateo 7:12.
– Oh, ¿verdad que eso es lindo? – exclamó una niñita. – Se aman tanto el uno al
otro que tratan de mantener caliente a su hermanito.
Hay una gran diferencia entre vivir tratando de no hacer daño y mostrar
compasión teniendo actos de gentilezas con los demás de puro amor. De esto
último se trata la declaración de Jesús.
Nuestro Dios omnisciente observa todo acto de servicio motivado por amor,
cada ocasión en la que se da algo para edificar su reino; cada sacrificio hecho en
su nombre y él promete solemnemente recompensarnos: “Porque Dios no es
injusto como para olvidarse de las obras y del amor que, para su gloria, ustedes
han mostrado sirviendo a los santos, como lo siguen haciendo”, Hebreos 6:10.
¿Es difícil vivir haciendo el bien sin importar qué obtendremos a cambio? Claro
que no. ¿Sabes por qué no es difícil? Porque Jesús lo hizo por nosotros. El amor
hacia un Dios que nos amó primero constituye la motivación de nuestro servicio
hacia él y hacia los demás. Amar a Dios es lo que, en última instancia, nos
habilita para amar a otros. El apóstol Juan lo dijo así: “Nosotros amamos a Dios
porque él nos amó primero”, 1ª Juan 4:19.
Pablo expresó: “Sírvanse unos a otros con amor”. Ésta es la clave. Sin amor, el
servicio no cuenta a los ojos de Dios. El mismo apóstol dice en 1ª Corintios
13:3: “Pero si no tengo amor, nada gano con eso”. Es decir, no importa lo que
digamos, lo que creamos o lo que hagamos; sin amor, estamos en bancarrota.
Dios está tan interesado en por qué sirves a otros como en lo bien que sirves a
los demás. Él siempre está observando tu corazón y tus acciones.
No veas el servir a otros como una obligación. Sirve de buena gana, por amor a
Jesús. Una vida de servicio es el mejor canto de gratitud.
- “Todos tienen el poder de ser grandes, no por la fama, sino por su grandeza,
porque la grandeza se determina por el servicio”, Martin Luther King, Jr.
- Jamás querría darle mi mano suave y sin callos a Jesús, una que jamás se ha
ensuciado por servir a otros cuando la de él está atravesada por un clavo.
- ¿Cómo serás recordado? Los que te conocen, ¿dirán que humildemente tomaste
una toalla, la pusiste sobre tu hombro y te inclinaste para servir a quienes
estaban en necesidad?
- “Tal como un día bien utilizado nos permite un sueño feliz, así una vida bien
invertida, nos proporciona una muerte feliz”, Leonardo Da Vinci.
- “El hombre que vive para sí mismo es un fracaso, el que vive para los demás ha
alcanzado el éxito verdadero”, Norman Vincent Peale.
Juan 15: 2-8 dice: “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo
aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto... Yo soy la vid,
vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho
fruto; porque separados de mí nada podéis hacer... En esto es glorificado mi
Padre, en que llevéis mucho fruto...”.
Para el Dr. Fred Smith, la palabra “frutos” hace referencia al carácter del
cristiano, es decir frutos del Espíritu Santo, pero también hace referencia a
personas.47 En otras palabras, los cristianos que no llevan “frutos” (almas y
frutos del Espíritu), corren el peligro enunciado por Jesús en el versículo 2:
“Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará...”.
¿Te consideras una persona productiva? ¿Estás testificando de Cristo más en este
tiempo que en épocas pasadas? ¿Has crecido personal y espiritualmente en este
último año? ¿Estás cumpliendo con la misión de evangelizar tu ciudad? Si no es
así, ¿qué decisión tomarás para que esto suceda?
- Acepta, se involucra y trata con lo negativo de manera eficaz (termina con los
problemas, los resuelve o los transforma). Este tipo de personas no considera el
enfrentar lo negativo como algo penoso, sino que lo ve como una oportunidad de
hacer mejor las cosas y llegar a un buen lugar.
Y la gente hace bien las cosas cuando hace aquello que sabe hacer bien y
permanece alejada de lo que no le sale bien. Saben en qué son buenos y en qué
no. Permanecen en los puntos fuertes de sus talentos y no pasan demasiado
tiempo pensando ser algo que no son. No sólo trabajan duro, sino que lo hacen
en cosas que tienen una posibilidad de éxito.
¿En qué áreas eres bueno? ¿Inviertes energía, tiempo y dinero en tus puntos
fuertes?
“La realidad indica que el tiempo, la energía y los recursos son finitos. Enfocarse
es dirigirlos de manera tal que la cantidad necesaria de cada uno esté presente de
manera que las cosas sucedan. Una gota continua y concentrada en el mismo
lugar puede horadar la piedra. Sin embargo, mucha más agua dispersa en una
ducha no consigue nada. Es el déficit de atención aplicado a la vida: mucha
actividad, ningún resultado”.49
El tiempo pasado en el palacio pudo ser útil, pero su permanencia en el retiro fue
indispensable. Antes de emprender la obra de su vida, Dios lo llevó al desierto:
“Y apacentando Moisés las ovejas... las llevó al desierto, y vino a Horeb, monte
de Dios”, Génesis 3:1. Lo mismo sucedió con Pablo: “Ni subí a Jerusalén a los
que eran apóstoles antes que yo: sino que fui al desierto de Arabia...”, Gálatas
1:17.
La enseñanza es clara: Dios ha tenido mucho tiempo a sus siervos a solas con
él. Nada puede reemplazar la comunión secreta con Dios, ni la educación
que se recibe en su escuela y bajo su disciplina.
El desierto es el lugar donde deben ir todos los que quieran ser aptos en el
ministerio para Dios y donde deben quedarse si desean trabajar con éxito en su
obra. Desierto equivale a encuentro y presencia. Es el lugar donde el Señor nos
espera para pulir nuestro carácter y comunicarnos sus preciosos planes. Si los
desiertos tienen incalculables beneficios, ¿por qué tanto empeño en evitarlos?
Probablemente porque es allí donde se nos pone a prueba. Jeff Caliguire, en su
libro Secretos del Liderazgo de San Pablo, dice: “Los desiertos son secos,
polvorientos, inseguros y áridos... una interminable y devastadora soledad. Los
alrededores son con frecuencia hostiles, aun peligrosos. Todo se logra a través de
grandes esfuerzos”.
• Aprendió a depender.
En Génesis 46:34 se dice que para los egipcios era abominación todo pastor de
ovejas. Sin embargo, Moisés, que había sido instruido con toda la sabiduría de
los egipcios, fue llevado por Dios al desierto a pastorear ovejas. ¡Qué
humillación a su orgullo y egocentrismo!
• Aprendió a escuchar.
- “El sufrimiento siempre nos cambia, pero no siempre para mejor”, John
Ortberg.
- “Nuestros sufrimientos puede que sean difíciles de soportar, pero nos enseñan
lecciones que nos capacitan para ayudar a otros”, Billy Graham.
- ¿Estás pasando por algún desierto? ¿Cuánto tiempo llevas allí? ¿Qué
aprendiste?
CONSEJOS PRÁCTICOS
• No tomes decisiones cuando estés cansado.
Bajo agotamiento, se decide mal. El salmo 4:8 dice: “En paz me acostaré, y
asimismo dormiré; porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado”. Si quieres
trabajar más, aprende a descansar. Programa tus horarios para que puedas dormir
de siete a ocho horas cada noche. Si te cuesta conciliar el sueño, toma una ducha
caliente antes de ir a la cama, haz una infusión con hierbas relajantes. Si te
levantas cansado y adolorido, tal vez la mejor inversión sea cambiar el colchón.
Compra el más confortable que puedas. Dios quiere usarte en grande y debes
estar preparado en cuerpo y alma para ello.
• No abandones.
Suele darse como consejo que cuando uno está agotado debe abandonar todo.
Eso es un grave error. Por otra parte, si tienes muchas exigencias de trabajo y
compromisos asumidos, te resultará imposible actuar de ese modo. No aceptes
un consejo de este tipo porque agregará más carga emocional a tu vida de por sí
estresada. En lugar de abandonar, haz un corto receso de cinco a diez minutos
cada dos horas de trabajo. Si el cansancio es demasiado, toma a mitad del día
una pequeña siesta de veinte minutos a media hora.
• No compitas.
Nuestro sistema social nos exige que seamos competentes, pero no debemos
confundir competencia personal con competitividad. Reprograma tu manera de
pensar. Supérate pero no compitas con nadie, aprende a trabajar junto a otros, sin
perder tu originalidad.
• Quéjate menos.
El Salmo 5:11 dice: “Alégrense todos los que en ti confían...”. La queja provoca
un retraso en el cumplimiento de cualquier meta. Te llevará más tiempo lograr
las cosas si lo desperdicias en quejarte. Carlos Castañeda dijo: “O nos hacemos
miserables o nos hacemos fuertes, la cantidad de trabajo es la misma”. Asume
que los problemas son parte de la vida. Jorge Luis Borges decía: “Si volviera a
vivir me haría menos problemas por los problemas reales y ningún problema por
los problemas imaginarios”.
Una noche, el sultán soñó que perdía todos los dientes. A la mañana siguiente
buscó a uno de sus sabios para que le interpretara el sueño. El consejero dijo:
“¡Ay, mi señor!, el sueño significa que usted va a perder a todos sus
familiares”. El rey se enojó y mandó darle cien azotes por la impertinencia de
este hombre. “¿Cómo se atreve a predecir desgracias sobre mi familia?”, gritó
el sultán.
Esa misma tarde mandó a llamar a otro entendido en sueños y visiones quien, al
oír el relato del sultán, contestó: “Son excelentes noticias, mi señor. El sueño
significa que usted tendrá larga vida, más larga que todos sus familiares”.
Contento el rey, le hizo dar cien monedas de oro.
Uno de los ministros que había visto lo sucedido se acercó a este sabio y le
objetó: “¡Usted ha hecho la misma interpretación que el entendido en sueños de
esta mañana! No entiendo por qué el sultán le da cien monedas de oro cuando
al otro le dio cien latigazos. ¿Cómo logró ese resultado?”. El sabio, con toda
humildad, contestó: “El poder del cambio radica en la forma de decir bien las
cosas, mi amigo”.
Efesios 6:15 dice: “Calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la
paz”.
Pablo advierte a la iglesia de la lucha espiritual que les espera. Define al
universo como un campo de batalla, donde los espíritus malos están empeñados
en hacernos daño. Existe un ejército definido de criaturas demoníacas que
ayudan a Satanás en sus ataques contra los creyentes y, ya que peleamos contra
enemigos en el mundo espiritual, necesitamos un equipo especial tanto ofensivo
como defensivo.
Pablo utiliza la figura de la armadura de un soldado porque, en el momento de
escribir la carta, estaba encadenado a un guardia. El soldado romano usaba
sandalias con tachuelas en las suelas que le daban más firmeza para la batalla. Si
vamos a estar firmes y resistir frente a todo ataque espiritual, entonces
necesitamos usar el calzado de la evangelización. “El creyente más victorioso es
aquel que testifica”, Warren W. Wiersbe.
¿Cuál es el deseo de Dios para todos los hombres? (1ª Timoteo 2:4).
¿Qué fue lo primero que hizo Jesús después de su resurrección? (Lucas 24:47).
Recordar a sus discípulos que debían...
¿Qué fue lo último que hizo Jesús antes de ascender al cielo? (Hechos 1:8).
Recordar a sus discípulos que debían...
¿Quién nos capacita a los creyentes para predicar de Cristo? (Hechos 1:8).
Uno de los propósitos que tuvo Jesús al fundar la iglesia fue proclamar el
evangelio. La iglesia es la boca por la que Jesús habla, los pies que llevan su
mensaje y las manos que hacen su trabajo.
¿Qué debemos hacer para que nuestros amigos y vecinos se salven? (1ª Timoteo
2:1); (Lucas 24:45).
¿Cómo debe ser el creyente que quiere testificar de Jesús? (1ª Pedro 3:15).
Romanos 3:23; Romanos 6:23; Juan 3:16; 1ª Pedro 2:24; Efesios 2:8-9; 1ª Juan
5:11-13.
36
La adoración que perdura
“Jesús estaba... en casa de Simón, el que había tenido lepra. Mientras Jesús
comía, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. Se acercó a él,
rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús. Algunos de los
que estaban allí se enojaron y dijeron: - ¡Qué desperdicio tan grande! Ese
perfume se hubiera podido vender por trescientas monedas de plata, y con el
dinero podríamos haber ayudado a muchos pobres. Y se pusieron a criticar a la
mujer, pero Jesús les dijo: - ¡Déjenla tranquila! ¿Por qué la molestan? Ella hizo
una cosa buena para mí. Siempre habrá gente pobre cerca de ustedes, y podrán
ayudarlos cuando lo deseen. Pero muy pronto ya no estaré con ustedes. Esta
mujer hizo lo único que podía hacer: echó perfume sobre mi cabeza, sin saber
que estaba preparando mi cuerpo para mi entierro. Les aseguro que esto que
ella hizo se recordará en todos los lugares donde se anuncien las buenas
noticias de Dios”, Marcos 14:3-9.
Nuestro egoísmo nos lleva a dar a Jesús con cuentagotas lo que él es digno de
recibir por entero. Jesús es el invitado de honor de nuestra vida y, si lo recibimos
dignamente, deberíamos darle todo.
Ese día, su propósito no era sentarse a los pies de Jesús para oír su Palabra,
aunque el más grande de los predicadores estuviese presente.
Aquella mujer no llegaba para ser alentada por el Maestro, aunque por
experiencia sabía que Jesús era quien mejor podía comprenderla.
Hay ocasiones en que pasamos tiempo evaluando cómo ofrecer más a Jesús
sacrificándonos menos. Nos convertimos en peritos contadores de los actos que
realizamos para él. Y, aunque hay cosas que podemos hacer para Jesús en
cualquier momento, hay otras que quizás nunca haremos a menos que
aprovechemos la oportunidad que se nos presenta.
Hubo una vez un mendigo tendido al lado de la calle. Observó que a lo lejos
venía el rey con su capa y corona. “Ahora es mi oportunidad”, se dijo para sí
aquel hombre. “Le voy a pedir que me ayude; seguramente me dará mucho”.
Cuando estuvo cerca, le dijo: “Su majestad, ¿no podría por favor regalarme
una moneda?”, aunque en su interior tenía la expectativa de que el rey le diera
mucho más que una moneda. El rey lo miró y le expresó: “¿Por qué no me das
algo tú? Acaso, ¿no soy yo el rey?”. El mendigo no sabía qué responder a la
pregunta y dijo: “Pero su majestad... yo no tengo nada”. El rey añadió: “Algo
debes tener...busca”. En medio de su asombro y enojo, el mendigo buscó entre
sus cosas y supo que tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz.
Pensó que el pan y la naranja eran mucho para darle al rey, así que tomó cinco
granos de arroz y se los dio. Complacido, el rey dijo: “¡Ves como tenías algo
para mí!”. Entonces, le dio 5 monedas de oro, una por cada grano de arroz. El
mendigo dijo: “Su majestad, disculpe, pero creo que aquí tengo otras cosas”. El
rey le respondió: “Solamente de lo que me has dado de corazón te puedo yo
dar a ti”. ¡Aun en la pobreza podemos ser egoístas!
Hay dos ejemplos de rebelión en Números 16. Desde el versículo 1 hasta el 40,
se registra la rebelión de los dirigentes; del versículo 41 al 50, la rebelión de toda
la congregación. El espíritu de rebelión es muy contagioso.
Muéstrame una pareja feliz y te mostraré a las personas que han comprado la
felicidad matrimonial con la moneda llamada tiempo.
¿Quieres sentirte saludable? Deberás invertir tiempo. ¿Quieres hijos con futuro?
Deberás invertir tiempo. No hay atajos.
El tiempo es una de las pocas cosas en el mundo que se reparte
equitativamente.
4. Utiliza las horas de la mañana para realizar los trabajos que mayor
retribución te traigan.
Deja para después las actividades menos importantes.
7. Separa tiempo para realizar una actividad que no tenga nada que ver con
tu ocupación principal.
Podrías tener un hobby, visitar algún amigo, organizar un día de compras o
sencillamente ir al cine. Cualquier cosa que te distraiga de las ocupaciones
diarias.
8. Invierte en tu sueño.
Cuanto más grande sea tu sueño, más tiempo deberás invertir en él. Sé paciente.
Mike Murdock nos hace esta pregunta: “¿Dónde pasas la mayor parte de tu
tiempo cada semana? Tu respuesta revelará lo que más amas”. Y sigue diciendo:
“Las amistades fuera de lo común requieren tiempo fuera de lo común. Los
matrimonios fuera de lo común requieren tiempo fuera de la común. Los
negocios fuera de lo común requieren tiempo fuera de lo común”.
12. Lee libros que tengan relación con tus áreas de competencia.
Es la forma más fácil y menos costosa de tener al autor en tu pro-pia casa.
Las fortalezas son mentiras que hemos aceptado y que nos llevan a creer
que la situación por la que estamos pasando no va a cambiar, aunque la
Biblia nos asegure que cambiará. Y la gran mentira de Satanás es que Dios se
ha olvidado de ti. Si la crees, te llenas de desesperanza: un hábito que no puedes
dejar, una ofensa que no puedes perdonar, un ministerio que ha quedado
truncado, un sueño olvidado, un matrimonio arruinado, un negocio fracasado.
1. No dejes que las circunstancias te gobiernen, más bien deja que Jesús
gobierne las circunstancias.
Isaías 26:3 dice: “Tú, guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti
persevera; porque en ti ha confiado”.
Ten inquietud en relación con tus problemas, pero no preocupación. La
inquietud significa comprender los problemas y tomar con calma las medidas
para solucionarlos. La preocupación significa dar vueltas enloquecedoras e
inútiles a un asunto.
Tú decides ser feliz o estar triste. La paz interior y la alegría no dependen de
dónde estamos, qué tenemos o cómo somos, sino únicamente de nuestra actitud
mental y nuestra confianza en Dios. Napoleón tenía todo lo que los hombres
ambicionan: “gloria, poder y riquezas”; sin embargo declaró: “Jamás he
conocido seis días felices en mi vida”.
Nuestra vida se compara a un pequeño bote de vela que, echado al mar, es
llevado por el viento. A veces puede haber vientos fuertes o débiles, tormentas y
tempestades, pero siempre somos nosotros quienes ubicamos la vela y la
direccionamos hacia donde queremos ir. Vientos y tormentas podrán venir, pero
dependerá de nuestra actitud dirigir el bote hacia donde queremos, ya sea a una
vida llena de gozo o hacia la intranquilidad, el estrés, la preocupación y, en
definitiva, una vida sin paz.
2. No dejes que tus propios pensamientos te destruyan, más bien deja que
los pensamientos de Dios te estimulen.
Jeremías 19:11 expresa: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de
ustedes, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para darles el fin que
esperan”.
La felicidad no consiste en tratar de cambiar el mundo a nuestro alrededor, sino
en cambiar nuestros pensamientos.
3. No dejes que las opiniones de los demás te dirijan, más bien deja que el
Espíritu Santo te conduzca.
Proverbios 19:21 manifiesta: “Muchos pensamientos hay en el corazón del
hombre; mas el consejo de Jehová permanecerá”.
Montaigne, el gran filósofo francés, adoptó este lema en su vida: “Un hombre no
es herido por lo que sucede tanto como por su opinión de lo que sucede”. Y
nuestra opinión de lo que sucede es cosa enteramente nuestra.
Filipenses 4:8 “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo
honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable todo lo que es de buen
nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.
9. HYBELS, B. 1001 Proverbios de Dios para una vida feliz. Ediciones Certeza
Unida. Colombia. 2005.
13. MURDOCK, M. Secretos del hombre más rico del mundo. Peniel.
Colombia. 2002.
14. MEYER, P. Las 25 llaves de un buen legado. Editorial Peniel. Bs. As.
Argentina. 2004.
15. HYBELS, B. 1001 Proverbios de Dios para una vida feliz. Ediciones
Certeza Unida. Colombia. 2005.
19. SMITH, O. Pasión por las almas. Editorial Portavoz. Michigan. EE.UU.
1950.
23 HYBELS, B. 1001 Proverbios de Dios para una vida feliz. Ediciones Certeza
Unida. Colombia. 2005.
41. COVEY, S. Los siete hábitos de la gente altamente efectiva. Editorial Paidos
Plural. Bs As. Argentina. 2005.
42. HAGGAI, J. Lidera hacia adelante. Editorial Waco. Texas. EEUU. 1986.
43. MURDOCK, M. La ley del reconocimiento. Editorial Hache / Latte. Bs. As.
Argen-tina. 1999.
48. 49. CLOUD, H. Integridad. Valor para hacer frente a las demandas de la
realidad. Editorial Vida. Miami. Florida. 2006.