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Desarrollo

Cuando abordamos el tema del comercio electrónico, lo primero que viene a la


mente es la palabra Internet, ya que fue a través de la utilización de Internet
que surgió el comercio electrónico, también conocido como comercio en línea o
comercio por Internet. Este concepto implica la transacción de productos o
servicios mediante plataformas electrónicas, como redes sociales y otras
páginas web. Inicialmente, este término se refería a la ejecución de
transacciones electrónicas, como el intercambio electrónico de datos. Sin
embargo, con la llegada de Internet y la World Wide Web a mediados de la
década de 1990, comenzó a hacer referencia principalmente a la venta de
bienes y servicios a través de Internet, utilizando métodos electrónicos como
formas de pago.

Posteriormente, en 1993, un estudiante estadounidense desarrolló el primer


navegador web, que fue distribuido de manera gratuita a través de la red. Este
navegador permitía acceder a gráficos y documentos en Internet. A partir de
ese punto, Internet comenzó a experimentar un aumento significativo en su
utilización, llegando hasta los días actuales.

No obstante, si examinamos el comienzo de la práctica del comercio


electrónico, nos retrotraemos al inicio de la década de 1970, con innovadoras
aplicaciones como la transferencia de fondos monetarios.

Posteriormente, emergió el intercambio de datos a través de medios


electrónicos, lo cual generó una expansión en el ámbito del comercio
electrónico, dando origen a otros tipos de procedimientos comerciales. Estos
procedimientos posibilitaron que pequeñas empresas elevaran su grado de
competitividad, al incorporar el comercio electrónico en sus operaciones
cotidianas.

Hacia mediados de la década de 1980, con el auxilio de la televisión, surgió


una nueva modalidad de venta por catálogo denominada venta directa. De esta
manera, los productos eran presentados con mayor realismo y se les confería
la dinámica de ser exhibidos, resaltando sus características.
En 1995, los miembros participantes del G7/G8 establecieron la iniciativa de un
Mercado Global para Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), con la
intención de impulsar la adopción del comercio electrónico entre las compañías
de todo el globo. El uso de Internet ha propiciado un aumento considerable en
el comercio realizado de manera electrónica. Una amplia gama de actividades
comerciales se lleva a cabo mediante este método, fomentando la generación y
aplicación de novedades como las transferencias de fondos electrónicas, la
gestión de cadenas de suministro, la promoción en línea, el procesamiento de
transacciones en la web (OLTP), el intercambio electrónico de datos (EDI), la
administración de inventarios y los sistemas automatizados de recolección de
datos.

En 2017, alrededor de dos mil millones de personas llevaron a cabo


transacciones de comercio electrónico móvil, lo que dio lugar a un incremento
anual del 23.4% según la Comisión Nacional de los Mercados y la
Competencia (CNMC).

En la actualidad, se identifican cinco categorías de comercio electrónico, que


se diferencian por el contexto, los participantes, las características, los
beneficios y las desventajas. El comercio electrónico, centrado en el
intercambio de información comercial en línea, ya sean productos o servicios,
se ha adaptado para satisfacer las diversas demandas del mercado, resultando
en cinco tipos de comercio con los mismos actores pero distintos roles. Por
ejemplo, el Comercio Electrónico B2B, que significa "business to business"
(negocio a negocio), involucra transacciones entre empresas en línea,
excluyendo a los consumidores finales. Se presentan tres enfoques: el
mercado controlado, donde vendedores buscan compradores; el mercado
donde compradores buscan proveedores; y el mercado en el cual
intermediarios facilitan acuerdos. Requiere experiencia en el sector. Su objetivo
primordial es vender el producto final al consumidor. Otro tipo es el Comercio
Electrónico B2C, conocido como "business to consumer" (negocio a
consumidor), el más común y empleado. Implica transacciones entre tiendas
virtuales o negocios y personas interesadas en comprar. Ventajas notables son
la accesibilidad de los clientes a la tienda virtual, facilitando compras desde
cualquier lugar con dispositivos electrónicos, y el soporte al cliente a través de
chat en vivo, redes sociales y correo.

También, está el Comercio Electrónico B2E, que implica transacciones entre


empresas y empleados ("business to employee"), ofreciendo incentivos desde
tiendas virtuales para impulsar el desempeño laboral. Un enfoque novedoso
para fomentar competencia entre trabajadores.

La progresión del comercio en línea ha posibilitado que en menos de 40 años


se transforme en un ámbito que genera enormes sumas de dinero globalmente
y que crece de manera exponencial anualmente. A medida que la evolución de
las Tecnologías de la Información y Comunicación avanza, y gracias a la
implementación de plataformas logísticas que resuelven los desafíos que
surgían en la distribución de los productos adquiridos por internet, el comercio
electrónico se ha establecido en la actualidad como la elección favorita para
numerosos clientes. Esto ejemplifica claramente cómo la irrupción del comercio
electrónico ha causado incluso una transformación social innegable en los
patrones de consumo. A raíz de todo esto, todo parece sugerir que en las
próximas décadas, el sector seguirá su expansión y se consolidará en las áreas
donde aún no está plenamente arraigado. Esto lo convertirá en el pilar principal
del comercio global en los años venideros.

Aunque existen otros tipos de comercio electrónico, los que predominan en el


día a día son estos. Esto evidencia que el comercio en línea va más allá de
simples compras en tiendas virtuales, involucrándose en situaciones más
complejas como los procesos internos empresariales y acciones
gubernamentales.

Ahora, tras haber analizado este tipo de comercio en sus aspectos más
amplios, podemos explorar cómo se manifiesta en Venezuela este fenómeno
de alcance global que es el comercio electrónico. Este sigue expandiéndose en
Latinoamérica. Cada vez más individuos optan por adquirir determinadas
categorías de productos y contratar servicios en línea debido a la comodidad
de realizar múltiples transacciones desde sus hogares u oficinas, a través de
computadoras personales o dispositivos móviles, y Venezuela no queda
rezagado en este aspecto.
Según un estudio denominado "Usos de Internet en Latinoamérica 2016", se
evaluaron los hábitos y patrones de uso de Internet en la región. Dentro de
estos hallazgos, se destaca que el 78% de los encuestados en el país
afirmaron haber realizado compras en línea, colocando a Venezuela en el
quinto puesto en términos de penetración de comercio electrónico en
Latinoamérica. Este estudio también recopiló información sobre publicidad
digital, comunicaciones, comercio en línea y banca electrónica.

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