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Funciones

Hambre y saciedad
Núcleo ventromedial

Núcleús ventromedialis hypothalami

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Sinonimos: Núcleús hypothalamicús ventromedialis

La función del sistema digestivo realmente comienza dentro del cerebro. Siempre que
las reservas de energía del cuerpo (es decir, las reservas de glucosa, proteínas o grasas
en sangre) caen por debajo de un punto establecido, se activan los centros de
hambre del hipotálamo. Estos centros regulan la saciedad (plenitud) y el apetito para
mantener la homeostasis energética. Esto le indica al cerebro que es necesario
obtener alimentos. Sin embargo, esta no es la única fuente de estimulación del
hambre, ya que hay elementos de placer y comodidad que pueden derivarse de la
ingestión de alimentos.
Masticación

Los organismos monogástricos (humanos por ejemplo) tienen dos tipos de procesos
digestivos que ocurren en el tracto digestivo: digestión mecánica y química. Una vez
obtenido el alimento deseado, se inicia el proceso digestivo en la boca con digestión
mecánica. Aquí, los dientes se utilizan para cortar, rasgar y triturar trozos de comida
en partículas más pequeñas. Este proceso de masticación implica la acción alterna de
los músculos de la masticación (es decir, el masetero, los pterigoideos y el temporal).

La masticación es en realidad una acción de tipo reflejo que se estimula una vez que la
comida está presente en la boca. En ese punto, hay una inhibición de los músculos de
la masticación que resulta en una caída de la mandíbula. Esto provoca la distensión de
los músculos de la masticación, lo que resulta en una contracción de las fibras
musculares; levantando así la mandíbula. Esa acción provoca la aposición de las
arcadas de dientes superior e inferior, masticando la comida que se encuentra entre
ellas. El ciclo se repite hasta que las partículas de alimento se pueden enrollar en una
masa homogénea denominada bolo alimenticio.

Este bolo alimenticio conformado con la lengua es humedecido por la saliva secretada
por las glándulas salivales. Esta secreción salival también permite el paso del bolo
alimenticio sin problemas hacia el estómago. También ten en cuenta que cierta
cantidad de digestión química también se produce en la boca, ya que la saliva contiene
la enzima amilasa, que descompone algunos carbohidratos en la boca.
Deglución y digestión física

Una vez preparado el bolo alimenticio, se iniciará la deglución. Este es


otro reflejo intrincado que implica la acción de los tractos aferentes y eferentes de
varios nervios craneales que se transmiten hacia y desde el núcleo del tracto
solitario (NTS) y el núcleo ambiguo del tronco encefálico.
Orofarínge
Pars oralis pharyngis

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Sinonimos: Búcofaringe, mesofaringe, ve mas...

El resultado final es que estos nervios envían señales motoras a la lengua, que mueve
el bolo contra el paladar duro y el blando, y luego hacia la orofaringe (que también se
encuentra bajo la regulación del tronco encefálico). El bolo continúa hacia abajo hacia
la laringofaringe y el reflejo de deglución se inicia en el esófago. Todas las acciones de
tragar hasta este punto estaban bajo control voluntario; sin embargo, el resto de la
acción se realiza mediante contracciones peristálticas involuntarias que viajan de
forma craneocaudal. A nivel de la faringe:

• Superiormente, se evita que el bolo entre en la nasofaringe por las acciones de la cresta
de Passavant. Esta estructura es una cresta transversal formada por las acciones conjuntas
de los esfínteres palatofaríngeos, los músculos constrictores superiores, el
salpingofaríngeo y los músculos del paladar blando.
• La epiglotis cierra la laringe para evitar que los alimentos entren en las vías respiratorias.
Las cuerdas vocales también se aducen como medida de protección adicional.
• Además existe una inhibición específica del centro de la deglución sobre el centro
respiratorio a nivel del bulbo: como consecuencia de esto, se previene la inspiración
durante la deglución y el acto deglutivo siempre finaliza con una espiración.

Aún con todas estas medidas protectoras, alguna parte del bolo alimenticio o gotas de
saliva o líquido podrían entrar en contacto con la mucosa respiratoria de la laringe, lo
que desencadena el reflejo protector tusígeno (tos).

A nivel del esófago:

• Hay relajación del esfínter cricofaríngeo y el bolo ingresa al esófago proximal. La presencia
del bolo causa distensión del plexo mienterico dentro de las paredes del esófago,
iniciando la onda peristáltica esofágica primaria.
• La presencia continuada del alimento estimula las ondas peristálticas secundarias en
dirección craneocaudal.

Estas ondas, junto con la acción de la gravedad, mueven el bolo hacia el esfínter
esofágico inferior a una velocidad de 4 cm / s. En reposo, el esfínter tiene un tono alto.
Sin embargo, la presencia del bolo ayuda a relajar el esfínter esofágico inferior y los
alimentos pueden ingresar al estómago. Aquí tendrá lugar la mayor parte de
la digestión química.
Digestión química

Una vez que el bolo ingresa al estómago, se produce liberación regulada de una
variedad de enzimas que facilitan la digestión química. Algunas de estas enzimas
también estimulan los órganos digestivos accesorios para que liberen sus enzimas
para ayudar en la digestión. Además de la digestión química (particularmente de las
proteínas), el estómago también funciona como:

• Un púnto de almacenamiento, que libera gradualmente su contenido en el intestino


delgado, para permitir el tiempo adecuado para una mayor digestión y absorción.
• Un mezclador: el modo de contracción y disposición de la mucosa del estómago da como
resultado una mezcla adicional del contenido de los alimentos para formar quimo.
• Un condúcto: esencialmente, pasa la comida del esófago al intestino delgado.
• Defensa inmúnologica: el pH ácido del estómago ayuda a disolver los patógenos invasores
antes de que puedan causar una infección.
• Otros micronútrientes: el hierro (Fe), la vitamina B12 y la absorción de folato están
fuertemente regulados por el estómago.

El estómago se puede dividir funcionalmente en bombas musculares proximales y


distales, que almacenan el contenido de alimentos y bombean quimo a lo largo del
conducto, respectivamente. Porciones de quimo pasan gradualmente al píloro y
al intestino delgado.

Una vez que el quimo ha entrado en la primera parte del duodeno, activa el eje
neurohormonal que promueve la liberación de bilis (del hígado y la vesícula biliar) y
otras enzimas del páncreas. Las ondas peristálticas continúan moviendo el quimo a lo
largo del tracto intestinal. El intrincado plegamiento de los intestinos facilita la
absorción de nutrientes del quimo. La mayoría de los nutrientes se absorben en el
intestino delgado. Los remanentes pasan a través de la válvula ileocecal hacia el ciego.

A medida que las ondas peristálticas continúan hacia el colon, el quimo continúa
moviéndose a lo largo del tracto. Se produce una mayor absorción de electrolitos y
agua del quimo restante y el quimo luego se convierte en heces, que se almacenan en
el recto. A medida que el recto se distiende, los receptores de estiramiento envían una
señal al cerebro que promueve la defecación. Mientras que los esfínteres anales
internos están bajo regulación autónoma, los esfínteres anales externos están bajo
control voluntario. Por lo tanto, el individuo puede resistir el impulso de defecar hasta
que se identifique el momento y el lugar adecuados.

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