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Neurociencia

Bases y fundamentos

Gustavo Héctor Vázquez

Alejandra Vieitez
Osear Boullosa
Eliana Hadid

'X roLEMOS
Capítulo 1

Neuroanatomía general:
anatomía macroscópica del sistema nervioso
Sistema nervioso central:
encéfalo y médula espinal
Sistema nervioso periférico:
sistema somático motor y sistema nervioso
autónomo

Neurociencia

La neurociencia es una disciplina básica que tiene como objetivo


primordial el estudio global del funcionamiento cerebral. Luego de
estudiar las estructuras propias, los procesos de neurotransmisión y
neuromodulación normales del sistema nervioso central, estaremos en
condiciones de detectar y comprender las anomalías neurobiológicas
que causan los trastornos mentales psiquiátricos y neurológicos.
Es una ciencia que nos brinda las herramientas elementales para poder
entender y abordar las enfermedades del sistema nervioso central (SNC)
desde un punto de vista molecular, celular, conductual y cognitivo.

Neuroanatomía: generalidades

En un adulto humano promedio, el cerebro pesa alrededor de 1.400


grs., aproximadamente un 2% del peso corporal total. El cerebro es una
masa relativamente blanda recubierta por una sucesión de membranas
conectivas llamadas meninges y está protegido por una cápsula ósea ex-
terior llamada cráneo.
16 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

El cerebro se encuentra rodeado por un líquido conocido como lí-


quido cefalorraquídeo (LCR), que tiene una doble función de sostén y
protección del órgano, al absorber el impacto producido por los golpes
y los movimientos bruscos de la cabeza.
Las principales arterias y venas que irrigan el cerebro descansan so-
bre las meninges.

El sistema nervioso central (SNC)

El sistema nervioso central puede ser dividido, a grandes rasgos, en


encéfalo y médula espinal. El encéfalo, a su vez, está constituido por el
cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico o tallo cerebral.
El término cerebro generalmente se aplica al conjunto de hemisferios
cerebrales o telencéfalo (derecho e izquierdo) , incluyendo también to-
das las estructuras mediales o centrales que se encuentran en su interior
y que se denomina diencéfolo. '
El cerebelo se encuentra por debajo del cerebro, a nivel del llamado
lóbulo occipital. La continuación del cerebro hacia la médula espinal se
denomina tronco cerebral y no es más que una estructura anatómica
que conecta el cerebro y el cerebelo, ubicados dentro del cráneo, con la
médula espinal, contenida en la columna vertebral.

Figura l. Sistema nervioso central: Encéfalo + Médula espinal.

Cerebro

"' ENCIOFALO
~
,--
Neurociencia. Bases y fundamentos 17

Dentro del SNC existen una serie de cavidades que contienen líqui-
do cefalorraquídeo y que constituyen el sistema ventricular. El mismo
se encuentra subdividido en ventrículos laterales izquierdo y derecho
(cavidades a nivel de los hemisferios cerebrales izquierdo y derecho),
tercer y cuarto ventrículos, únicos, en la región central o medial del
cerebro y el canal central, que es la continuación de este sistema ventri-
cular hacia la médula espinal.

Figura 2. Sistema ventricular.

Ventrículos laterales

Cuarto ve ntrículo

El cerebro

El cerebro incluye ambos hemisferios cerebrales, que se encuentran


unidos entre sí por una estructura llamada cuerpo calloso, formado por
fibras nerviosas que interconectan ambos hemisferios.
18 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

La superficie de cada hemisferio cerebral está cubierta por la lla-


mada corteza cerebral, que es una pequeña capa de l,Smm. a 5 mm. de
espesor constituida por sustancia gris, que representa los cuerpos neu-
ronales. La corteza cerebral no es lisa, sino que a su vez está subdivi-
dida en "pliegues" o circunvoluciones, separados por surcos o cisuras,
formando regiones anatómicas conocidas como lóbulos cerebrales. La
existencia de los pliegues de los hemisferios del cerebro permite que
exista una superficie cortical mayor dentro de los límites óseos del
cráneo.
Por debajo de la corteza cerebral encontramos una serie de estruc-
turas de sostén y fibras nerviosas constituidas por las prolongaciones
neuronales, con baja densidad de cuerpos celulares, que, a simple vista
del corte anatómico, se presenta como una zona pálida, de color claro
que se ha denominado sustancia blanca. En las regiones cerebrales más
profundas o internas, volvemos a encontrar agrupamientos neurona-
les que conforman estructuras de sustancia gris, llamados núcleos de
la base (como el núcleo lenticular, el caudado y otros que serán des-
criptos más adelante en este mismo capítulo). También en esta región
interna se ubican dos estructuras conocidas como hipocampo y amíg-
dala, que forman parte del llamado sistema límbico (anatómicamente
conocido como lóbulo límbico) .

Topografía cerebral

Los hemisferios cerebrales están atravesados por surcos o cisuras,


entre las cuales quedan situadas las circunvoluciones cerebrales. Los
hemisferios cerebrales están separados entre sí en su línea media por
una profunda cisura llamada cisura longitudinal; en su profundidad se
ubica el cuerpo calloso, formado por sustancia blanca, que los mantiene
estructuralmente unidos. A su vez, cada hemisferio cerebral (derecho e
izquierdo) se divide en seis lóbulos: frontal, parietal, occipital, tempo-
ral, central (o de la ínsula) y límbico. Las separaciones entre cada lóbulo
cerebral están establecidas por las grandes cisuras: lateral o de Silvio,
central o de Rolando y parieto-occipital.
Los límites entre cada uno de los lóbulos cerebrales son:
l . El lóbulo frontal está situado por delante de la cisura central o de
Rolando y por encima de la cisura lateral o de Silvio.
Neurociencia. Bases y fundamentos 19

2. El lóbulo occipital es posterior a la cisura parieto-occipital.


3. El lóbulo parietal se localiza por detrás de la cisura central, an-
terior a la cisura parieto-occipital y por arriba de la cisura lateral de
Silvia.
4. El lóbulo temporal se encuentra ubicado por debajo de la cisura
lateral y por delante de la cisura parieto-occipital.
5. El lóbulo de la ínsula se encuentra localizado en la profundidad
de la cisura de Silvia (solo puede verse si separamos los lóbulos temporal
y frontal).
6. El lóbulo límbico es una estructura particular que está anató-
micamente formada por partes internas del lóbulo frontal, temporal y
parietal. Se localiza en el centro del cerebro e incluye estructuras cen-
trales como el giro cingulado, giro parahipocámpico, giro uncinado e
hipocampo.

Figura 3. Lóbulos cerebrales.


Cisura
Lóbulo
central
parietal
o de Rolando

Lóbulo
frontal

Frontal

temporal
Lóbulo
occipital
Cisura
lateral
o de Silvia
Temporal
20 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Figura 4. Fotografía de un preparado de corte cerebral humano (visto


desde su cara interna).

Corteza cerebral

Tronc~erebral Cerebelo

Ganglios de la base

El término ganglios de la base hace referencia a diferentes grupos de


núcleos (es decir, agrupamientos neuronales) subcorticales. Los núcleos
de la base son el lenticular, el caudado, el subtalámico, la amígdala y la
sustantia nigra.
El núcleo lenticular se subdivide en putamen y globo pálido. El
conjunto de núcleo caudado y lenticular se denomina cuerpo estriado
y está ubicado en la profundidad de los hemisferios cerebrales .

El cerebelo

Como explicamos en el comienzo, el cerebelo se encuentra anató-


micamente ubicado debajo del cerebro, específicamente por debajo del
llamado lóbulo occipital.
Neurociencia. Bases y fundamentos 21

Al igual que el cerebro, el cerebelo posee una capa externa (su-


perficie) constituida por sustancia gris (que representa a los somas
neuronales) llamada corteza cerebelosa, un cuerpo medular intermedio
constituido por la sustancia blanca (fibras nerviosas que se proyectan
desde y hacia el cerebelo) y varios núcleos profundos (núcleos cerebe-
losos) ubicados en su interior.
La función específica del cerebelo es la de controlar los movimien-
tos corporales en general y los relacionados con la postura en par-
ticu lar. Para ello se conecta con la médula espinal, que le informa
cómo se están desarrollando los movimientos corporales. También
está altamente conectado con la corteza cerebral para poder planificar
y desarrollar los movimientos más complejos (como tocar el piano).
Una tercera conexión se produce con el sistema vestibular, situado en
el oído interno, que, en conjunto, se encarga de mantener y regular
los movimientos de la cabeza y los ojos. En la actualidad cobra im-
portancia también la participación del cerebelo en ciertas funciones
cognitivas.

El tronco cerebral

El tronco cerebral es la estructura anatómica ubicada dentro del


cráneo y que une el cerebro y el cerebelo con la médula espinal. Por
el tronco cerebral circula información proveniente del cuerpo hacia el
cerebro y viceversa. En esta región anatómica se encuentran ubicados
ciertos sistemas relacionados con funciones específicas, como por ejem-
plo el control respiratorio y cardiovascular, el ciclo de sueño-vigilia y la
conciencia.

La médula espinal

La médula espinal es una estructura cilíndrica compuesta de sustan-


cia gris en su interior (cuerpos neuronales donde hacen sinapsis los axo -
nes provenientes de diferentes regiones del sistema nervioso) y sustancia
blanca por fuera, cubierta por las meninges y rodeada por la columna
vertebral, que, al igual que el cráneo, funciona como protección ósea
del SNC. La médula espinal se extiende desde la base del cráneo (sale
del mismo por el foramen oval: agujero conformado por los huesos
22 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

occipitales) hasta su terminación en forma de cono (cono terminal) en


la columna sacra.
Básicamente, la médula espinal es una estación de relevo y proce-
samiento de información central, que recibe información (sensorial) a
través de los nervios periféricos que inervan los órganos y músculos
del cuerpo y al mismo tiempo proyecta por las fibras nerviosas la in-
formación procesada (motora) por las estructuras superiores (cerebro y
cerebelo).

El sistema nervioso periférico

La actividad funcional del sistema nervioso, en general, se ve refleja-


da por la contracción o relajación de los músculos y por la secreción de
las glándulas de todo el organismo. Estas acciones son mediadas por el
sistema nervioso periférico (SNP).
El SNP se divide en sistema somático motor, que inerva y comanda
los músculos estriados o voluntarios (responden a nuestra volumad) y
sistema nervioso autónomo (SNA) que rige la actividad de los músculos
lisos o involuntarios (por ejemplo, del aparato digestivo y respiratorio),
el corazón y las glándulas, sobre los que no se puede ejercer un control
directo o voluntario.
El SNA, a su vez, se divide en dos subsistemas:

l. Sistema simpático (SS), que estimula aquellas actividades que se


movilizan cuando el organismo debe atravesar una situación de emer-
gencia y estrés, aumentando la secreción de noradrenalina y adrenali-
na y produciendo una aceleración del ritmo cardíaco, incremento de
la concentración de azúcar en sangre y de la presión arterial.

2. Sistema parasimpárico (SP), que es el sistema que se encarga


de estimular aquellas actividades asociadas con la conservación y res-
guardo de las reservas funcionales del organismo, es decir que su ac-
cionar se ve reflejado por un descenso de la frecuencia cardíaca y un
aumento de la actividad gastrointestinal, iniciando la digestión y la
absorción de alimentos.
Neurociencia. Bases y fundamentos 23

Figura 5. Sistema nervioso autónomo.

SISTEMA PARA SIMPÁTICO \


SISTEMA SIMPÁTICO
glándula
lacrimal dilata las
pupilas
glándulas
salivares
aumenta
los latidos del
corazón
corazón

dilata los
bronquios
pulmones
disminuye
las contracciones
estómago estomacales

páncreas estimula
las glándulas
intestino ~\J~lEi)I~IJ!!;!) suprarrenales

disminuye
colon las contracciones
urinaria intestinales
Capítulo 2

Anatomía estructural de la neurona


Componentes celulares y organelas
Neuroglía
Estructura de los nervios periféricos
Regeneración neuronal

La neurona como unidad anatómica-funcional del SNC.


Generalidades

El cerebro recibe, procesa e interpreta múltiples tipos de estímulos


sensoriales; controla los movimientos; graba experiencias en forma de
memoria; lleva a cabo complicadas tareas cognitivas, incluyendo la pro-
ducción e interpretación del lenguaje, y es responsable del ánimo, de la
conducta y de la propia conciencia. Evidentemente, es un órgano extre-
madamente complejo y, como todo órgano, está compuesto por células.
Todas las funciones cerebrales se llevan a cabo a través de las células
nerviosas (neuronas) que se comunican entre sí en redes complejas, pero
muy precisas. Además de las neuronas, el cerebro contiene otras células
llamadas céLuLas gLiaLes que, a pesar de sus importantes funciones (prin-
cipalmente de sostén o estructurales), no se cree que jueguen un rol de
relevancia en el procesamiento de la información.
El cerebro humano contiene aproximadamente 100 billones de neu-
ronas, entre las que se piensa que existen miles de diferentes tipos, con
distintas propiedades estructurales y funcionales. Sin embargo, todo es
aún más complejo, ya que los elementos primarios de procesamiento de
26 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

la información no serían las neuronas sino las conexiones individuales


que hacen entre ellas, llamadas sinapsis.
La sinapsis es un espacio altamente especializado donde las neu-
ronas se comunican entre sí, en general, a través de la liberación de
una (o varias) sustancia química llamada neurotransmisor, que se une
y activa receptores específicos en la neurona vecina. La neurona puede
formar, a su vez, varios ciemos de sinapsis con otras neuronas, por lo
que se calcula que existen más de 100 trillones de sinapsis en un cere-
bro humano.

Anatomía microscópica del sistema nervioso

La neurona

Existen dos clases de células que constituyen el tejido nervioso: las


neuronas, responsables de la transmisión química y las células de sostén
o células gliales o neurogliales.
La neurona es una célula altamente especializada en el procesamien-
to de la información.
Como en toda célula, la membrana plasmática separa el contenido
celular o citoplasma del medio extracelular. La característica más sig-
nificativa de las neuronas, desde el punto de vista funcional, es que la
membrana que las rodea es excitable y, como veremos más adelante,
permite la comunicación entre estas células.
Las neuronas, al alcanzar la madurez, no realizan división celular
(o mitosis) como el resto de las células del organismo, es decir que no
pueden regenerarse.
Por otra parte, se conocen cientos de tipos diferentes de neuronas,
que cumplen funciones altamente específicas.
Cada variedad de neurona o célula nerviosa tiene una estructura
morfológica característica. Sin embargo, rodas poseen una similitud en
su forma, en general, con cuatro componentes básicos:

Componentes: I) Cuerpo celular o Soma


II) Las Dendritas .
III) El Axón
IV) Terminales axónicas o sinápticas
Neurociencia. Bases y fundamentos 27

El soma

El cuerpo celular o soma es el centro rrófico o de alimentación de


la célula nerviosa y constituye, asimismo, un elemento con una amplia
superficie de membrana capaz de recibir contactos sinápticos de otras
neuronas.
Dentro del soma se localiza el núcleo de la célula que contiene el
ADN (ácido desoxi-ribonucleico), material genético imprescindible
para la producción posterior de las proteínas y demás sustancias estruc-
turales que nutren al resto de la neurona. El ADN sirve de plantilla para
la síntesis de ARNm (ácido ribonucleico tipo mensajero), que luego es
exportado al citoplasma del soma para la producción de las diferentes
proteínas neuronales (esto será explicado luego en detalle).
En el citoplasma encontramos estructuras citoesqueléticas (microtú-
bulos y neurofilamentos) y organelas (ribosomas y retículo endoplásmi-
co rugoso, aparato de Golgi, vesículas, lisosomas y mitocondrias).
La producción de proteínas es llevada a cabo por estructuras celu-
lares específicas llamadas ribosomas. Estas organelas citoplasmáticas
se distribuyen dentro de la célula de dos maneras: 1- formando parte
del retículo endoplásmico (rugoso o granular) y 2- como ribosomas
libres o polisomas. Su función principal es la de funcionar como el
lugar físico que posibilita ·la síntesis de rodas las proteínas celulares.
Existe una significativa concentración de ribosomas en las neuronas,
ya que estas células necesitan producir grandes cantidades de proteí-
nas para mantener su actividad funcional. El aparato de Golgi par-
ticipa de la sí-ntesis proteica ocupándose de "modelar" la estructura
proteica final.
Según se trate de una proteína inregral o de una proteína periféri-
ca, los caminos de síntesis son d iferentes. Si la proteína que se sintetiza
está destinada a insertarse en una membrana, es denominada proteína
integral y es sintetizada dentro del retículo endoplásmico rugoso, es
transportada al aparato de Golgi y luego hacia vesículas secretoras. Si
la proteína que se sintetiza es una proteína periférica que va a estar
libre en el citoplasma, es sintetizada en los ribosomas libres y luego es
transportada al sitio de la célula que corresponda: dendritas o axón.
Los lisosomas son organelas subcelulares que funcionan como un
sistema digestivo celular degradando sustancias intra y extraneuronales
28 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

tales como proteínas y organelas usadas y desechadas, siendo funda-


mentales para el buen desempeño neuronal.
Las mitocondrias son, a su vez, organelas cuya función primordial
es la de servir como fuente de energía para cada célula. Esta energía se
produce a través de la oxidación de la comida, glucosa, y cuyo producto
final es el ATP (o adenosin 5'-trifosfato=ATP). La energía asociada al
ATP es esencial para diversos procesos celulares, como el mantenimien-
to de las bombas para el transporte de iones a través de la membrana
plasmática, el transporte de neurotransmisores, la contracción muscu-
lar y, como vimos, para la síntesis de proteínas.
Las proteínas y organelas producidas en el soma son transportadas
hacia las dendritas y hacia el axón por un sistema de transporte anteró-
grado, y en sentido inverso por un sistema que se denomina transporte
retrógrado. A su vez, dentro de este sistema de transporte se utilizan vías
lentas o rápidas, según el material transportado.
En general, el tamaño del soma es proporcional a la extensión de
las proyecciones de las dendritas y los axones; con todo, representa un
porcentaje reducido del volumen celular total, el cual corresponde ma-
yoritariamente a axones y dendritas.

Las dendritas

Son extensiones tubulares múltiples del soma que sirven de es-


tructura primaria para la recepción de uniones sinápticas proceden-
tes de otras neuronas. Las dendritas, junto con el soma, constituyen
la superficie receptora principal de la neurona; sobre ellas terminan
la mayoría de las prolongaciones de otras células nerviosas en sitios
de contacto especializado, llamados sinapsis. Todas las dendritas
reciben contactos sinápticos en distintos puntos a lo largo de su
estructura.
Las dendritaS de muchas (pero no todas) clases de neuronas poseen, además,
una gran cantidad de pequeñas proyecciones llamadas espinas dendríticas, cuya
especialización consiste en la recepción de más contactos sinápticos.
Neuronas con funciones integradoras tales como las células de Pur-
kinje en el cerebelo y algunas del Sistema Reticular Activador Ascen-
dente del tronco cerebral, poseen árboles dendríticos muy ex;tensos que
reciben inputs sinápticos de miles de neuronas.
Neurociencia. Bases y fundamentos 29

La presencia de ribosomas en dendritas permite la síntesis local de


proteínas por estímulo neuronal.
La característica más notable de las dendritas es el contenido
de grandes cantidades de microtúbulos y neurofilamentos. En ge-
ne ral, estos elementos son mucho más conspicuos que en el soma
y se distribuyen en forma regular a lo largo del eje de la dendrita.
Estos elementos constituyen el llamado citoesqueleto de la célula. El
nú mero de filamentos y túbulos parece variar con el diámetro de
la dendrita y con su distancia del cuerpo celular. Los microtúbulos
interv ienen en el transporte de varias sustancias (inclusive proteí-
nas) y organelas tales como mitocondrias, desde el soma hasta las
pa rtes distales de las dendritas y de los axones (transporte axonal)
y viceversa. Se desconoce el papel exacto que desempeñan los neu-
rofilamenros.

El axón

Es una extensión tubular del soma por el que circulan impulsos eléc-
uicos hacia la terminación nerviosa; cada neurona emite un solo axón.
El axón, a pesar de ser, por lo general, más largo que las dendritas,
tiene una longitud variable: desde varios centímetros, en el caso de las
neuronas motoras que inervan los músculos, hasta menos de 1 mm en
las interneuronas.
Cuando se acerca a su campo de inervación, el axón puede ramifi-
carse en diferentes grados dependiendo del número de neuronas con
las que establezca sinapsis. Por ejemplo, las neuronas dopaminérgicas
nigroestriadas se pueden ramificar para conectarse con millones de
neuronas en su zona terminal de inervación.
El axón y sus ramificaciones constituyen los canales principales
de transmisión a través de los cuales la neurona ejerce su acción
sobre otras células nerviosas u otros tejidos, tales como los múscu-
los y las glándulas; esta transmisión se lleva a cabo, por lo general,
mediam:e la conducción relativamente rápida de los impulsos ner-
vwsos .
La membrana del segmento inicial del axón posee, por lo general,
el umbral de excitabilidad más bajo y constituye, por lo tanto, el sitio
donde se inicia habitualmente el impulso nervioso.
30 Vázquez, G. H.; Vieitez, A; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Al igual que las dendritas, como ya mencionamos, los axones con-


tienen para el transporte en su interior microtúbulos y neurofilamentos;
en esta porción celular predominan los segundos.
Existen dos tipos de axones según se encuentren cubiertos o no por
vainas de mielina: axones mielínicos o axones amielínicos. Como vere-
mos más adelante, esta característica determinará la velocidad de con-
ducción del impulso nervioso.

Terminales axónicos. Sinapsis

Se puede definir una sinapsis como el área de contacto funcional


entre dos células capacitadas para la transmisión del impulso nervio -
so. Es una estructura especializada en la que la terminación nervio-
sa de una neurona se pone en contacto con la parte receptara de la
neurona adyacente. El axón de una neurona puede terminar en unas
pocas sinapsis o en hasta varios cientos de ellas.
La transmisión del impulso nervioso se realiza, en general, a través
de mediadores químicos, los neurotransmisores (sinapsis química) y
en algunos pocos casos es por transmisión eléctrica (sinapsis eléctri-
cas) . Cuando ambos mecanismos se encuentran combinados se las
denomina sinapsis mixtas.
Morfológicamente, las sinapsis químicas pueden ser axodendríti-
cas (contacto entre axón y dendritas), axosomática (contacw entre
axón y soma), axoaxónica (contacto entre axones) y dendrodendríti-
cas (contacto entre dendritas) .
Las terminaciones nerviosas sobre una célula muscular (u nión
neuromuo:cular) o sobre una célula glandular (unión neuroglandular)
son básicamente similares a las sinapsis entre dos neuronas.
En las sinapsis químicas se pueden distinguir tres elementos: un
terminal presináptico o membrana presináptica, un espacio o hendi-
dura sináptica y una membrana postsináptica.
El botón terminal (elemento presináptico) es una evaginación de
las regiones terminales del axón, que está finamente relacion~da y se-
parada solo por una estrecha hendidura extracelular de la membrana
dendrítica de la neurona adyacente (elemento postsináptico).
Por su actividad, el botón terminal axónico contiene estructuras
que le permiten mantenerse relativamente independiente a nivel me-
Neurociencia. Bases y fundamentos 31

rabólico y funcional respecto del soma. Contiene mitocondrias, en-


zimas sintetizadoras y degradadoras de neurotransmisores y vesículas
de almacenamiento de neurotransmisores.
Se ha propuesto la existencia de dos compartimientos vesiculares,
uno llamado funcional y el otro compartimiento estable o principal.
El primero se caracteriza por ser pequeño, alrededor del 25 al 30 o/o
del total de vesículas y disponible para la liberación de su contenido.
El segundo es más grande y sus vesículas no participan en la libera-
ción del neurotransmisor. A nivel del compartimiento funcional se
efectúan los mecanismos de recaptación y de síntesis del mediador
químico. Hay un intercambio continuo en ambos sentidos entre los
compartimientos.
El último elemento es la membrana postsináptica, cuya caracterís-
tica más destacable es la presencia de los llamados receptores, macro-
moléculas capaces de modificar la permeabilidad de dicha membrana
y de producir cambios metabólicos luego de unirse al neurotransmi-
sor.
El término sinaptosoma corresponde a aquellas estructuras con-
formadas por el botón terminal y la membrana postsináptica adya-
cente. Los receptores conforman una estructura diferenciada de la
membrana dendrítica, que responde al neurotransmisor liberado
por el botón terminal. Serán estudiados en profundidad más ade -
lante.

Neuroglía (glía)

La neuroglía o glía está conformada por rodas aquellas células no


neuronales del sistema nervioso central. Su distribución es variable y
abarca un 40% del volumen toral del SNC. Su función principal es la
de sostener, nutrir y mantener un ambiente relativamente estable para
las neuronas.
Existen dos subtipos de neuroglía:
1- la macroglía y
2- la microglía.
1- En conjunto la rnacroglía es la encargada de establecer un
ambiente de homeostasis o equilibrio para el buen funcionamiento
neuronal. En el laberinto que forman las células gliales las neuro-
32 Vázquez, G. H.; Vieitez, A; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Figura 6. La neurona y sus organelas.

citoesqueleto 'l@ll~~ vesículas


, siná pticas
densidad
presinaptica

- Localización de organelas subcelulares.

nas se encuentran encapsuladas y aisladas entre ellas, excepto en


las sinapsis.
La macroglía está formada por A) los oligodendrocitos y B) los as-
trocitos.
Oligodendrocitos: se encargan de fabricar la mielina en el SNC,
sustancia aislante que recubre las fibras nerviosas (axones). Este pro-
ceso se inicia ya durante el estado fetal (semana 14 de gestación) y en
algunas regiones no finaliza hasta la segunda década de la :vida. En el
sistema nervioso periférico esta actividad se encuentra a cargo de otro
tipo de células gliales, las células de Schwann. Un oligodendrocito
puede mielinizar varios axones, mientras que una célula de Schwann
puede fabricar solo una vaina de mielina.
1
Neurociencia. Bases y fundamentos 33

Asrrocitos: son células que tienen a su cargo la nutrición neu-


ro nal y el mantenimiento del espacio extracelular. Estas células en
especial serán estudiadas con más detalle en el capítulo VII.
2- La microglía está formada por pequefias células en reposo,
que comprenden un 10% de todas las células de la glía. Son las
encargadas de la inmunidad en el sistema nervioso. Se activan e
interv ienen únicamente en los momentos de dafio o muerte celular
durante el desarrollo normal del SNC o en lesiones traumáticas,
inflamator ias o vasculares.
Un tercer grupo independiente de células gliales son las células
del epéndimo, ubicadas en regiones de los ventrículos cerebrales y
que se encargan principalmente de colaborar en la producción del
líq uido cefalorraquídeo (LCR)

Caracte rísticas generales de los nervios periféricos

Los nervios periféricos son aquellos provenientes del SNC que salen
del cráneo y de la columna vertebral. Cada nervio está constituido por
u es elementos: 1) los axones (fibras nerviosas neuronales), 2) las células
de Schwann que producen la cobertura de mielina, y 3) el tejido conec-
tivo o de sostén.
Un nervio periférico con sus numerosas fibras nerviosas es muy
parecido a un cable telefónico. Los axones serían los equivalentes a
cables, las células de Schwann la cubierta o envoltura aislante de esos
cables. Por su lado, el tejido conectivo mantiene unidas varias fibras
nerviosas a la vez y contiene los vasos sanguíneos que nutren a las
neuronas.
Recordemos que la cobertura de mielina es una estructura
producida por las células de Schwann en el SNP (y por los oligo-
dendrocitos en el SNC) que rodea los axones . Esta cobertura está
interrumpida a intervalos regulares por los nodos de Ranvier. El
intervalo entre un nodo y el siguiente se llama espacio intern_odo.
Cada internado está cubierto por la mielina producida por una cé-
lula de Schwann. El diámetro de la fibra y la longitud del internado
están directamente relacionados con la velocidad de conducción del
impulso nervioso.
34 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

Regeneración neuronal

Una lesión traumática producida sobre una neurona actúa como un


potente estímulo que desencadena una cascada de eventos dirigidos a
preservar esa neurona y a restablecer sus funciones.
Luego de seccionado un axón, la neurona responde con una secuen-
cia de procesos que se ha denominado reacción axonal. Esta reacción
incluye cambios en el cuerpo celular (mayor producción de proteínas)
y en las regiones distales y proximales a la fibra nerviosa cortada, que
conducen a la regeneración de la comunicación nerviosa.
Sin embargo, existe una gran diferencia en relación a la ubicación
de las lesiones, ya que mientras en el sistema nervioso periférico (fibras
musculares) la regeneración es prácticamente completa (con mínimas
secuelas) en cualquier momento de la vida, una lesión en el cerebro o en
la médula espinal (SNC) conlleva un daño severo e irreversible, ya que
la regeneración axonal de neuronas del SNC dañadas solo se produci-
ría durante el desarrollo embrionario temprano pero no en los adultos.
En principio, durante el desarrollo temprano, tanto el SNP como el
SNC contienen laminina y fibronectina, dos proteínas que promueven
el crecimiento axonal. Estas proteínas perduran en el SNP adulto, pero
están ausentes en el SNC maduro, en donde además la oligodendroglía,
luego de producida una lesión, sintetiza varias proteínas inhibitorias del
crecimiento neuronal.
Capítulo 3

llllroducción al estudio de la neurofisiología básica


Potencial de membrana
Potencial de acción:
generación y propagación
Transmisión sináptica
Propiedades de las sinapsis químicas y eléctricas

B concepto de biolectricidad neuronal

Las neuronas producen señales eléctricas que son la base de la trans-


bencia de información en el sistema nervioso. La naturaleza excitable
óe la membrana plasmática es la propiedad fundamental de todas las
n.euronas. Esto deriva de la alta especialización -en sentido electroquí-
mico- de la membrana, que tiene la capacidad de mantener un gra-
diente diferencial de voltaje entre el medio intra y extracelular. Cuando
b neurona está en reposo, el potencial transmembrana es negativo, es
decir, existe un exceso de cargas negativas en el interior neuronal res-
pecto al exterior. Luego de recibir un estímulo de intensidad suficiente
se produce el potencial de acción o impulso nervioso, que consiste en
un cambio breve de negativo a positivo en el potencial transmembra-
na. Esta capacidad de hacer variar el potencial de membrana es lo .que
distingue a la neurona de otra célula y consrimye el mecanismo básico
para la transmisión de señales.
Los impulsos eléctricos surgen por el flujo iónico que se produce en
las membranas de las células nerviosas que son selectivamente permea-
36 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

bies a diferentes iones y, además, por la distribución no uniforme de


dichos iones a través de la membrana.
Los potenciales de acción se propagan a lo largo de los axones y,
como se explicitó, constituyen la señal fundamental que transmite in-
formación de un lugar a otro en el sistema nervioso.

Figura 7. Célula nerviosa (neurona).

Soma
Term inal
sináptico
Axó n

emisora

Potencial de membrana {PM)

Las neuronas, como todas las células del organismo, presentan una
membrana plasmática cargada eléctricamente. En estado de reposo
existe un exceso de cargas positivas en el exterior y un exceso de cargas
negativas en el interior celular. Dada la propiedad de semipermeabili-
Neurociencia. Bases y fundamentos 37

dad (permitir solo el paso de ciertas sustancias), la membrana mantiene


dicha separación de cargas.
El potencial de reposo ("en descanso") resulta, entonces, de la sepa-
ración de cargas eléctricas a través de la membrana celular ocasionada
por la diferente distribución de iones positivos y negativos entre ambos
lados de la misma. Los iones que participan son el sodio (Na+), el po-
tasio (K+), el cloro (Cl-) y las proteínas plasmáticas intraneuronales que
poseen una fuerte carga negativa.
Durante el reposo hay una concentración extraneuronal alta de sodio
(NA+) y cloro (Cl-) e intracelular relativamente alta de potasio (K+) y pro-
teínas (AN-). Estas últimas no pueden atravesar la membrana plasmática y
constituyen la fuente principal de carga negativa dentro de la neurona.
Si se fija en forma arbitraria el potencial extracelular como O milivol-
tios (mv), el interior neuronal será negativo (-70 mv), es decir que tendrá
O mv menos que el exterior.

Rg ura 8. Potencia l de membrana en reposo.

Om V
+ + + + + + +

+ + + + + + + + +
Na+ K+ Cl-
38 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

Los potenciales eléctricos que se generan a través de las membra-


nas pueden atribuirse a dos hechos relevantes: 1) a la permeabilidad
selectiva de la membrana celular (para el Na+, K+ y Cl-, recuérdese
que las proteínas no pueden atravesarla) que se debe en gran parte
a la presencia de canales iónicos, y 2) a la existencia de una con-
centración diferente de iones entre el medio intra y el extracelular
(gracias a su transporte activo por medio de bombas).
1- La permeabilidad de la membrana determina qué sustancias
pueden ingresar a la neurona y cuáles -no pueden hacerlo. La mem-
brana celular es una bicapa lipídica formada por fosfolípidos que
poseen una porción hidrofílica (afín al agua) en contacto tanto con
el espacio intra como extracelular, y una porción hidrofóbica (que
repele el agua) que constituye la porción interna de la membrana.
Dado que dicha composición no permite el pasaje de iones con
facilidad, los mismos utilizan canales para hacerlo. Los canales o
poros están constituidos por proteínas que atraviesan la membrana
y permiten el paso selectivo de un tipo de ion a favor de gradiente.
El desplazamiento de los iones a través de dichos canales depende
del gradiente de concentración y del gradiente eléctrico (gradiente
electroquímico). Este sistema de canales realiza el transporte de
iones a favor de gradiente y, por lo tanto, no requiere energía para
hacerlo (transporte pasivo).

Figura 9. La membrana neuronal.

LEC =0 mV H20

Iones H20 Proteínas {AN-}

Citoplasma= -70 mV
Permeabilidad selectiva
Neurociencia. Bases y fundamentos 39

2 - Las concentraciones iónicas a cada lado de la membrana celular son


generadas y mantenidas por un sistema específico que se encuentra localiza-
do en la membrana plasmática y que consiste en dos bombas críticas:
A) Bomba sodio- potasio ATP dependiente o ATPasa, que extrae
u es iones de sodio al exterior de la neurona por cada dos iones de po-
u sio que ingresa al interior celular. Dado que moviliza ambos iones
en sentido contrario a sus respectivos gradientes de concentración, re-
qu iere la energía suministrada por el ATP (Adenosin Trifosfato) para
hacerlo.
B) Bombas que extraen calcio de la neurona hacia el exterior neu-
ronal.
El transporte realizado a través de bombas, contra gradiente de con-
centración y que requiere energía (ATP) para llevarse a cabo, se deno-
mina transporte activo.
Podría decirse, entonces, que la desigual distribución de iones y mo-
léculas entre ambos lados de la membrana es la base para la creación de
los gradientes químicos y eléctricos y que la medida de esa diferencia
de concentración de cargas es lo que se llama potencial de membrana.
D icho potencial, cuando la neurona se encuentra en reposo, es de -70
mv.

Potencial de acción (PA)

El potencial de acción, también llamado impulso eléctrico o nervioso,


es el mecanismo básico que utiliza el sistema nervioso para transmitir
información. Se trata de un fenómeno muy breve (milisegundos) en el
cual se produce un cambio brusco y transitorio del potencial de mem-
brana. La membrana de la célula se despolariza, es decir, el interior
de la misma se hace menos negativo que en reposo haciéndose incluso
positivo.
El segmento conductor de la neurona (axón) es aquella parte de la
célula que se especializa en el transporte del potencial de acción. Es sa-
bido que este último se propaga rápidamente en forma de onda eléctri-
ca, avanzando sin decrecer en amplitud y con la modalidad del todo o
nada a través de la membrana plasmática. El todo o nada·se refiere a que
el impulso eléctrico viaja como una onda completamente desarrollada
o no lo hace en absoluto.
40 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

La base del potencial de acción está dada por la presencia de ca-


nales de Na+ y K+ dependientes de voltaje en la membrana. Los di-
ferentes estímulos recibidos sobre la región receptora de la neurona
activan dichos canales alterando la permeabilidad de la membrana
plasmática y permitiendo el ingreso de cargas positivas al interior
de la neurona.
Luego de recibido el estímulo, cargas positivas (iones Na+) ingre-
san al interior celular y comienzan a despolarizar la neurona hasta
alcanzar un voltaje crítico -potencial umbral- de -35 mv en el cual
se produce la apertura masiva de los canales de Na+ voltaje depen-
dientes. Aumenta así la conductancia al Na+ y el ion ingresa al
interior celular invirtiéndose por unos pocos milisegundos la po-
laridad neuronal, pasando de -70 mv del potencial de membrana
en reposo a +30 mv del potencial de acción. Esta fase es llamada
despolarización.
Los canales de potasio demoran un poco más en abrirse ya que
son menos sensibles al cambio de voltaje que los canales de Na+. Una
vez abiertos, el K+ sale rápidamente de la célula revirtiendo la despo -
larización y reestableciendo el potencial de reposo negativo normal
de la membrana. Esta fase se denomina repolarización y se caracteriza
por el cierre de los canales de sodio y la apertura, más de lo habitual,
de los canales de K+. Luego de concluido el potencial de acción es
la bomba Na+-K+ ATPasa la encargada de restablecer los gradientes
iónicos, es decir, los iones Na+ que difundieron al interior neuronal
durante el potencial de acción y los de K+ que lo hicieron hacia el
exterior, retornan a su estado original.
Vale destacar que el potencial de acción cumple con la ley del
todo o nada. Si al estimular una neurona la despolarización de su
membrana no alcanza el potencial umbral, la célula retorna de in-
mediato a sus condiciones de reposo (no sucede nada). En cambio,
si la intensidad del estímulo es suficiente para alcanzar el valor
de dicho potencial crítico se genera de inmediato un potencial de
acción de amplitud constante, con independencia de cual sea la
intensidad del estímulo y se pr~paga con esa misma amplitud a lo
largo de la célula.
En resumen, el potencial de acción es un cambio brusco y transi-
torio del potencial de membrana: por unos milisegundos el potencial
Neurociencia. Bases y fundamentos 41

se invierte de negativo a positivo y regresa al potencial de reposo. Es


producido por el movimiento de iones (principalmente Na+ y K+) a
través de los canales voltaje dependientes localizados en la membra-
na plasmática. Consta de una primera fase de despolarización en la
cual el potencial se eleva en dirección positiva, primero gradualmente
hasta el potencial umbral (-35 mv) y luego de forma brusca llegando
a invertirse (+30 mv). Posteriormente, ocurre la fase de repolarización
durante la cual el potencial cae rápidamente en dirección negativa
hacia el potencial de reposo.

Figura 10. El potencial de acción.

OmV

Período refractario
P. U.
-35mV

P.M.R.
-lOmV

tiempo

Conducción del Potencial de Acción (PA)

En las fibras nerviosas no mielinizadas el potencial de acción


se propaga a lo largo de todo el axón a una velocidad constante y
sin decremento de su amplitud. Como la conducción ocurre entre
42 Gustavo H. Vázquez

zonas contiguas de la membrana se la denomina conducción punto


a punto.
A diferencia de las anteriores, las fibras mielinizadas se encuentran
revestidas por una vaina aislante tan eficaz que impide la entrada y la
salida de la corriente en las porciones de membrana axonal cubiertas.
Dicha envoltura se encuentra interrumpida a intervalos regulares por
los nodos de Ranvier donde se concentran los canales de Na• y K• de-
pendientes de voltaje y, por lo tanto, donde se produce el proceso rege-
nerativo del potencial de acción. Por ende, el impulso nervioso en una
fibra mielinizada se propaga de manera discontinua o sa!tatoria (nodo a
nodo), es decir, saha de un nodo de Ranvier al siguiente aumentando
notablemente la velocidad de conducción.

Figura 11 . Onda de despolarización.

Al botón
Desde el soma
terminal

()
¡
Nodo de Vaina de
Ranvier mielina

Transmisión sináptica

La llegada del potencial de acción al terminal presináptico produce


su despolarización con la consiguiente apertura de canales de calcio
regulados por voltaje. De esta manera, aumenta en forma brusca la con-
Neurociencia. Bases y fundamentos 43·

centración de calcio intracelular, se produce la fusión de las vesículas


sinápticas con la membrana plasmática y luego el vaciamiento de su
contenido (neurotransmisores) a la hendidura sináptica por un meca-
nismo denominado exocitosis. Esta expulsión del contenido vesicular
se realiza en zonas específicas de la membrana llamadas sitios· activos o
sinaptoporos. La liberación de los neurotransmisores al exterior celular
supone la fusión de la membrana de la vesícula con la membrana plas-
mática de la cual formará parte hasta ser incorporada nuevamente al
interior neuronal por un proceso llamado endocitosis.
Una vez liberados, los neurotransmisores difunden a través de la
hendidura sináptica y se unen a receptores específicos ubicados en la
membrana de la neurona postsináptica. Como se verá más adelante,
dichos receptores pueden ser ionotrópicos (relacionados directamente
con los canales iónicos) o metabotrópicos (actúan a través de segun-
dos mensajeros). El resultado de la unión del neurotransmisor con el
receptor consiste en un cambio en la conductancia de la membrana
postsináptica por apertura o cierre de canales específicos para ciertos
iones. En los casos típicos, los canales se abren permitiendo la entrada
de iones positivos como el sodio o el calcio a la neurona postsináptica
que se despolariza aumentando la probabilidad de generar un poten-
cial de acción. En cambio, si la unión del neurotransmisor con el
receptor produce la salida de cationes o la entrada de aniones como el
cloro, la neurona se hiperpolariza, es decir, su potencial de membrana
se hace más negativo que en la situación de reposo y presenta una
menor excitabilidad de la membrana. A los primeros potenciales que
aumentan la probabilidad que se desarrolle un potencial de acción
postsináptico se los denomina potenciales postsinápticos excitadores
(PPSE). En contraste, los potenciales postsinápticos inhibidores (PPSI)
se corresponden con la segunda situación y son los que disminuyen
dicha probabilidad.
Dado que la mayoría de las neuronas están inervadas por miles de
sinapsis, los potenciales postsinápticos pueden sumarse (en tiempo y
espacio) y determinar el comportamiento de la neurona postsináptica.
La suma de dichos PPSE y PPSI permite que la célula integre la in-
formación eléctrica proporcionada por todas las sinapsis inhibitorias
y excitatorias que actúan sobre ella. La producción del potencial de
acción depende del equilibrio emre excitación e inhibición . Si la suma
44 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

de todos los PPSE y PPSI conduce a una despolarización de ampli-


tud suficiente para elevar el potencial de membrana por encima del
umbral, la célula postsináptica genera un potencial de acción. Por el
contrario, si prevalece la inhibición, la neurona postsináptica perma-
nece silente.

Propiedades de las sinapsis químicas

1- Unidireccionalidad: el impulso nervioso se conduce en un solo


sentido, desde la presinapsis a la postsinapsis y esto ocurre pues de un
lado están las vesículas con el mediador (membrana presináptica) y del
otro los receptores (membrana postsináptica).
2- Retardo: la transmisión del impulso nervioso se retarda a nivel
de la unión sináptica, tanto por el tiempo requerido para la secreción
del neurotransmisor como así también por el tiempo necesario para que
este actúe sobre los receptores postsinápticos y modifique la polaridad
de la membrana.
3- Fatiga: la fatiga sináptica se debe al agotamiento de la población
de vesículas listas para ser excretadas y su posterior recuperación.
4- Suma: el efecto de un impulso se puede sumar al de otro a nivel
de la membrana postsináptica. Existen dos tipos de suma: la temporal,
donde dos potenciales postsinápticos llegan a un mismo terminal de
manera tal que el segundo estím ulo llega antes que pase el efecto del
pr imero, y la espacial, en la cual dos potenciales postsinápticos origi-
nados por la descarga de dos terminaciones presinápticas llegan a un
mismo terminal.
5- Inhibición: existen sinapsis que impiden la propagación del im-
pulso nervioso al hiperpolarizar la neurona postsináptica.
6- Fenómenos de convergencia y divergencia: en el primer caso, a
una neurona le llegan terminales de otras tantas neuronas y en el se-
gundo, una neurona se conecta con muchas otras y estas a su vez con
muchas más, amplificando la información.
7- Sensibilidad a drogas e hipoxia: por su alto grado de actividad
metabólica son muy sensibles a la falta de oxígeno y a los efectOs de las
drogas que actúan a diferentes niveles celulares, por ejemplo, modifi-
cando la síntesis y liberación de neurotransmisores.
Neurociencia. Bases y fundamentos 45

Sinapsis eléctricas

Las membranas de las neuronas pre y postsináptica se aproximan


extremadamente en la sinapsis y se conectan por una especialización
intercelular denominada unión comunicante o en hendidura. Estas unio-
nes contienen canales apareados y alineados con precisión de modo que
cada par de canales forma un poro por donde los iones pueden difundir
simplemente entre el citoplasma de las neuronas presinápticas y postsi-
nápticas. De esta manera, el potencial de acción se transmite de célula a
célula sin necesidad de liberación del mediador químico.
Un rasgo importante de este tipo de sinapsis es que la transmisión
es asombrosamente rápida: dado que el flujo a través de las uniones
comunicantes es prácticamente instantáneo, la comunicación puede
ocurrir sin la demora típica de las sinapsis químicas. Otra diferencia
con estas últimas es que la transmisión puede ser bidireccional, es decir,
que los iones pueden fluir en cualquier dirección a través de las uniones
comunicantes.
Como estas sinapsis no pueden ser moduladas, no son compatibles
con la mayoría de las funciones neuronales. A pesar de ello, son muy
úriles en aquellas zonas donde se necesita mucha si ncronización como
en los movimientos oculares, en los músculos cardíacos y en la peris-
talsis intestinal.
Las sinapsis eléctricas funcionan, entonces, permitiendo que la co-
rriente iónica fluya pasivamente a través de los poros de las uniones
comunicantes desde una neurona a la siguiente.
Capítulo 4

Neurotransmisores
Definición y clasificación
Criterios clásicos
Fenómenos presinápticos
Destino de las moléculas neurotransmisoras
Neuropsicofarmacología
Características fisiológicas
(o-localización
Las tres dimensiones de la neurotransmisión
Neurotransmisión retrógrada

.ntroducción

Una célula puede comunicarse con otra de diferentes maneras. Así,


las comunicaciones intercelulares pueden dividirse en eléctricas y quí-
·cas. Las primeras no necesitan de ningún mediador químico y se
roducen por simple contacto de áreas de ambas células con menor
resistencia eléctrica. Estas son comunicaciones muy rápidas. Las quí-
icas, en cambio, necesitan de un mediador (unidad de información)
e, desde una de las células, logre producir cambios en la otra. De
rsra manera encontramos comunicaciones locales o in situ cuando una
las células se encuentra inmediatamente contigua a la otra y co-
unicaciones a distancia cuando el mensajero parte de una célula y
be recorrer cierta distancia por la sangre hasta encontrar su blanco.
El ejemplo de unidades de información in situ son los neurotransmi-
- res, indispensables en las sinapsis químicas y el ejemplo de unidades
información a distancia son las hormonas, mediadores del sistema
docrino. De todas maneras, hay sustancias que pueden comportarse
:::omo neurotransmisores u hormonas indistintamente.
48 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

Definición

Un neurotransmisor se define como una sustancia química sintetiza-


da en la neurona, que es liberada de la misma por un impulso eléctrico
y que actúa sobre otras neuronas o células para alterar sus propiedades
bioeléctricas.
Existen numerosas moléculas que son incluidas como neurotrans-
misores. Clásicamente, se ha considerado que a un neurotransmisor
correspondía una sola función . Actualmente es bien sabido que a un
neurotransmisor corresponden distintas funciones, incluso a veces casi
opuestas y que, por otro lado, una misma función puede ser ejercida por
distintos neurotransmisores.

Clasificación

Existen muchos tipos diferentes de moléculas que los mamíferos


usamos como neurotransmisores, que con fines didácticos podemos di-
vidir en clásicos y retrógrados.

Neurotransmisores clásicos

l. Moléculas pequeñas

Ami nas:
- Catecolaminas
• dopamina (DA)
• noradrenalina (NA)
• adrenalina (A)
- Indolaminas
• serotonina (5-HT)
• melatonina
- Histamina

Ésteres:
- Acetilcolina
Neurociencia. Bases y fundamentos 49

Aminoácidos:
- Inhibitorios
• ácido gammaminobutírico (GABA)
• glicina
- Excitatorios
• glutamato o ácido glutámico
• aspartato o ácido aspártico

2. Moléculas grandes

Péptidos:
- Hipotalámicos: CRH, TRH, etc.
- Hipofisarios: ACTH, TSH, GH, ere.
- Opioides: beta endorfina, encefalina, dinorfina, etc.
-Intestinales: péptido intestinal vasoactivo (VIP), colecisto-
quinina (CCK), gastrina, ere.

Neurotransmisores retrógrados

l. Moléculas pequeñas

- Óxido nítrico (NO)


- Monóxido de carbono (CO)
- Endocannabinoides
- Factores neurotróficos
• NGF (factor de crecimiento neuronal)
• BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro)
• Otros

Criterios clásicos para definir un neurotransmisor

Existen distintos criterios que durante muchos años fueron consi-


derados necesarios para que una sustancia química fuera considerada
un neurotransmisor. Si bien en la actualidad existen varias sustancias
que no cumplen con estos criterios y que igualmente son consideradas
neurotransmisores, resulta didáctico conocer estos criterios para coro-
50 Vázquez, G. H.; Vie itez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

prender cómo es el mecanismo de acción clásico de los neurotransmi-


sores. Los siguientes son los siete criterios antes mencionados:
l. Síntesis: el neurotransmisor debe ser sintetizado por la neurona
presináptica.
2 . Almacenamiento: el neurotransmisor debe ser almacenado en la
neurona presináptica.
3 . Liberación: el neurotransmisor debe ser liberado por la neu-
rona presináprica como consecuencia de la llegada del impulso ner-
VIOSO.
4. Sitios de unión: una vez liberado el neurotransmisor, debe aco-
plarse a sitios de unión específicos (receptores) para producir su ac-
ción.
5. Identidad de acción: el acople del neurotransmisor con el recepror
debe desencadena r actividad postsináptica excitatoria o inhibitoria.
6. Acción fugaz: el efecto del acople del neurotransmisor con el re-
ceptor debe ser limitado en el tiempo.
7. Identidad Farmacológica: el efecto del acople del neurotransmi-
sor con el receptor debe poder ser reproducido farmacológicamente por
agonistas e inhibido por anragonistas.

Fenómenos presinápticos de la neurotransmisión

Revisaremos ahora los fenómenos presinápticos que dan origen a


los neurotransmisores y que permiten su almacenamiento y posterior
liberación. Consideraremos la biosímesis y la recaptura del neurotrans-
misor, su almacenamiento y su liberación .

Biosíntesis del neurotransmisor

a. Biosíntesis local a partir de precursores:


La biosíntesis se realiza en las terminaciones presinápticas ·o en el
cuerpo celular. En este último caso el neurotransmisor es sintetizado en
el soma y debe migrar por transporte axonal hasta el botón terminal, ya
sea en forma libre o vesicular.
Las aminas son sintetizadas en el botón terminal a partir de un
precursor, generalmente un aminoácido. Este es metabolizado con la
participación de distintas enzimas, una de las cuales se constituye en
Neurociencia. Bases y fundamentos 51

factor limitante. Esto quiere decir que si existe mucha disponibilidad


de neurotransmisor, este inhibe a la enzima para detener la síntesis, li-
mitándola (por ejemplo, la hidroxilación de tirosina en dopa como paso
limitante en la síntesis de catecolaminas).
Los péptidos, en cambio, siguen la vía de la síntesis de proteínas.
De acuerdo a la información genética que se encuentra en el núcleo de
la neurona, se sintetizan en el soma precursores proteicos que luego
serán escindidos por clivación enzimática (maduración post-transduc-
cional).

b. Recaptura del medio extracelular


Una de las propiedades de la neurona es la capacidad de recupe-
rar el neurotransmisor desde la hendidura sináptica hacia el botón
terminal en la presinapsis. Se trata de la recaptura o recaptación del
neurotransmisor, que sirve como mecanismo de economía de síntesis
para la célula. Es también un proceso de limpieza del espacio sináp-
tico. Además de las neuronas, los astrocitos también tienen la capaci-
dad de recaptar neurotransmisores. Esta es válido para las aminas, la
acetilcolina y los aminoácidos. En cambio no hay recaptura de neu-
ropéptidos.

Almacenamiento del -neurotransmisor

Los neurotransmisores sintetizados o recapturados pueden ha-


llarse en el citoplasma en forma libre o dentro de vesículas sinápti-
cas . Los que se encuentran en forma libre en el citoplasma se hallan
expuestos a la degradación o inactivación por parte de enzimas ci-
tosólicas . Por eso la mayoría es puesta en reserva en vesículas que
carecen de dichas enzimas, ya sea en compartimientos funcionales
o estables. La concentración de neurotransmisores en las vesículas
supera entre 100 y 1000 veces la del citoplasma, ya que existe una
bomba de intercambio que concentra los neurotransmisores dentro
de las mismas.
Las vesículas cumplen un ciclo. Los constituyentes de la membrana
vesicular se forman en el retículo endoplásmico, completan su síntesis
en el aparato de Golgi y emigran a lo largo del axón cargándose de neu-
rotransmisores. Luego de la fusión de su membrana con la membrana
52 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

plasmática durante la exocitosis, las vesículas pueden ser reutilizadas en


parte, pasando por el estadio de vesículas "vestidas".

Li beración del neurotransmisor

Los mecanismos por los cuales se produce la liberación de los neuro -


transmisores fueron desarrollados previamente. Sin embargo, haremos
• . , •• 1
a connnuac10n una rev!Sion .
La llegada de un potencial de acción al botón terminal permite la
entrada celular de iones calcio (Ca++) , los cuales, a través de comple-
jos procesos moleculares, interactúan sobre las vesículas del terminal
presináptico. El ingreso del calcio produce la fusión de la membrana
vesicular y la membrana neuronal presináptica, liberando por exocitosis
los neurotransmisores al espacio sináptico. Posteriormente las vesículas
pueden ser recuperadas por endocitosis y recicladas como mecanismo
de economía en la síntesis de vesículas.
Receptores presinápticos regulan la liberación de los neurotransmisores.
Tienen la capacidad de censar la disponibilidad de los mismos, de manera
que ante un exceso limitan la liberación y ante un déficit la facilitan.

Destino del neurotransmisor

Una vez producida la liberación del neurotransmisor en la hendidu-


ra sináptica, el mismo va a interactuar con receptores post y presinápri-
cos. Dado que su accióil debe ser fugaz, el mismo será posteriormente
inacrivado, se disolverá en el medio exrracelular o será recapturado por
la neurona presináprica o por los asrrociros.

a. Interacción con receptores post y presinápticos


En la membrana posrsináptica, el neurotransmisor se acoplará tempo-
rariamente a receptores específicos para hacer efectiva su acción biológica,
transmitiendo su mensaje a la neurona postsináptica. En la membrana
presináptica se acoplará a autorreceptores que regularán su liberación.

b. l nactivación
La inactivación está a cargo principalmente de dos enzimas. Una de
ellas, la COMT (catecol-0-meril rransferasa) se encuentra en la hendí-
Neurociencia. Bases y fundamentos 53

sináptica y la otra, la MAO (monoamino oxidasa) se ubica en el


plasma del botón terminal. Luego de ser recapturado, si el neuro-
t:r::rnsmisor no es almacenado en vesículas sinápticas, queda expuesto en
citoplasma a la inactivación por esta última enzima.

c. Disolución en el medio
E l neurotransmisor puede desplazarse por difusión en el espacio ex-
- celular.

d. Recaptación
El neurotransmisor es recaptado por la neurona presináptica para
ser nuevamente almacenado en vesículas sinápticas y ser reutilizado
am e un nuevo potencial de acción. Como vimos ut supra, este es un
mecanismo de economía de síntesis. Los neurotransmisores también.
pueden ser recaptados por los astrocitos, lo que contribuye a mantener
la homeostasis extracelular.

Fig ura 12. Destinos del neu rotransmisor.

1
PA

r __ • • • ~----Ca++
-......~------.,. MAO

Difusión
Auto
1
receptores
~ __ - - - - - _ /
~T.:::::;=
Bomba de recaptación
- - - -.. COMT
(astrocitos) _......- . ~

_, Receptor 1 H H Receptor 2 Receptor 3 r-


Neurona postsináptica
54 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Neuropsicofarmacología

Numerosos psicofármacos modifican uno o varios de los pasos des-


criptos previamente. El haber podido determinar cómo funcionan estos
fármacos permitió conocer, al menos en parte, las bases biológicas de
muchos trastornos mentales. Se puede actuar neurofarmacológicamen-
te sobre la síntesis, el almacenamiento, la liberación, la inactivación en-
zimática, el receptor y la recaptación del neurotransmisor para obtener
resultados psicofarmacológicos (antidepresivo, antipsicótico, ansiolíti-
co, procognitivo).

Características fisiológicas

Generalidades

Los neurotransmisores de mayor prevalencia en el SNC son el ami-


noácido excitarorio glutamato (y posiblemente el asparraro) y los ami-
ñoácidos inhibirorios GABA (ácido gamaminobutírico) y glicina. Se
estima que entre el 75 y el 90% de rodas las neuronas del encéfalo y de
la médula espinal utilizan estos aminoácidos como neurotransmisores.
Juegan un rol importante en el proceso de plasticidad neuronal.
Otros neurotransmisores se presentan en muchas menos sinapsis.
Tal es el caso de las monoaminas, que, como se señaló en la clasificación
de los neurotransmisores, se dividen en dos grandes grupos, basados en
su estructura química: las catecolaminas y las indolaminas.
Las catecolaminas incluyen a la dopamina, la noradrenalina y la
adrenalina; las indolaminas incluyen a la seroronina y la melatonina. La
noradrenalina y la adrenalina intervienen especialmente en situaciones
de alerta y stress y son los neurotransmisores del sistema simpático;
tienen que ver con la motivación directa. La dopamina se relaciona con
el placer y la jerarguización. La serotonina, en cambio, es el neurotrans-
misor de los impulsos, encargado de detener la acción; es el stop de la
neurotransmisión.
La acetilcolina es un éster que, si bien se constituye en el principal
neurotransmisor de la unión neuromuscular de los mamíferos, también
juega un importante papel como neurotransmisor cerebral (fundamen-
tal en los procesos de memoria) y del sistema parasimpático.
Neurociencia. Bases y fundamentos 55

Además de estas pequeñas moléculas, se conocen actualmente cierto


número de péptidos, que son moléculas grandes que pueden compor-
tarse también como neurotransmisores. Se considera que ejercen una
acción modularoria sobre la neurotransmisión. Los neuropéptidos, a su
vez, se pueden subclasificar en un diferente número de categorías gene-
rales. Existen péptidos que son utilizados por las neuronas hipotalámi-
cas para regular la liberación de hormonas hipofisarias y que también
son utilizados por otras neuronas cerebrales como neurotransmisores
que regulan la actividad sináptica. Lo mismo sucede con péptidos
hipofisarios.
Otro caso es el de aquellos péptidos derivados de un precursor
común llamado pro-opiomelanocortina (POMC) . La distinta clivación
de este precursor puede originar a la hormona adrenocorricotrofina
(ACTH), a la hormona melanociro-estimulante (MSH) y a la beta-
endorfina. Otro grupo relacionado es el de las encefalinas, que son
péptidos opioides similares estructuralmente a las endorfinas. Ambos
péptidos opioides intervienen en el bloqueo del dolor. Un tercer pépti-
do, la dinorfina, tiene funciones de estímulo del apetito y la sed. Cada
uno de estos péptidos pareciera cumplir un rol como neurotransmisor
en poblaciones neuronales específicas del SNC.
Otro ejemplo lo constituyen los neuropéptidos intestinales, identi-
ficados en un principio en el tracto gastrointestinal. Además de regu-
lar actividades en el rubo digestivo, se encuentran presentes también
en algunas neuronas cerebrales, donde funcionan como neurotrans-
misores. Se destacan el péptido vasoactivo intestinal (VIP), que in-
terviene en el balance energético cerebral, la colecistoquinina: (CCK),
con funciones ansiogénicas, y la sustancia P, que interviene en la re-
gulación positiva del dolor.

(o-localización de los neurotransmisores en el cerebro

Se ha hecho evidente en los últimos años que las neuronas in-


dividuales frecuentemente utilizan más de un neurotransmisor en
la transmisión sináptica. Este descubrimiento se contradice con lo
que se había denominado ley de Dale: a cada neurona le correspon-
de un neurotransmisor. Es más, parece que la regla general es que
existan múltiples neurotransmisores en cada neurona cerebral e in-
56 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

cluso en algunas neuronas periféricas. En la mayoría de los casos las


neuronas contienen un aminoácido, una monoamina o acetilcolina
y uno o más neuropéptidos.
Los péptidos y las pequeñas moléculas neurotransmisoras coexisten-
tes en las mismas células podrían estar incluidos en las mismas vesículas
y ser liberados al mismo tiempo. Este parecería ser el caso de la médula
suprarrenal para la adrenalina y la encefalina, así como otros diferentes
péptidos. Más frecuentemente, los neurotransmisores se almacenan en
diferentes vesículas y se liberan desde el terminal nervioso bajo diferen-
tes condiciones, como por ejemplo en algunas neuronas catecolaminér-
gicas centrales y periféricas.
La función de esta ca-localización de los neurotransmisores es des-
conocida; sin embargo se piensa que el neuropéptido podría tener un
rol modulador de la acción principal de los otros neurotransmisores.

las tres dimensiones de la neurotransmisión

La neurotransmisión química puede describirse en tres dimensiones.

El espacio

En los capítulos 1 y 2 hemos visto la anatomía macroscópica y mi-


croscópica del sistema nervioso. Tradicionalmente el SNC se ha repre-
sentado como una serie de conexiones de cables entre neuronas, o sea
un complejo diagrama de hilos conductores que transporta impulsos
eléctricos allá donde el hilo tiene una conexión, es decir una sinapsis.
A esto se conoce como el sistema nervioso anatómicamente concebido. La
neurotransmisión clásica comienza como un proceso eléctrico, como
consecuencia de una sumatoria de estímulos excitatorios e inhibitorios
que recibe la neurona. Una vez comenzado el potencial de acción, el
mismo se propaga inevitablemente a lo largo del axón hasta llegar al
botón terminal. En las sinapsis químicas se produce la liberación del
neurotransmisor que se acoplará a los receptores en la segunda neurona
para producir modificaciones en la misma. De esta manera un impulso
eléctrico se convierte en una señal química.
A su vez se ha descubierto que el mensajero químico enviado
por una neurona a otra puede propagarse por difusión a otros lu-
Neurociencia. Bases y fundamentos 57

gares alejados de la sinapsis. La neurotransmisión puede ocurrir en


cualquier receptor compatible dentro del radio de difusión del neu-
rotransmisor, comparable didácticamenre con el radio de alcance
de un teléfono celular. Este concepto es llamado sistema nervioso
químicamente concebido.

El tiempo

Algunas señales del neurotransmisor son muy breves, ya que solo


duran unos milisegundos; esto sucede con los aminoácidos, tanto in-
hibitorios (GABA) como excitatorios (glutamato) . Por otra parte, las
señales de otros neurotransmisores pueden ser más largas y durar hasta
varios segundos (aminas, neuropéptidos).

La función

La tercera dimensión de la neurotransmisión química es la de fun-


ción, es decir esa cascada de acontecimientos moleculares y celulares
puestos en marcha por el proceso de señalización química. Como diji-
mos ut supra, un impulso eléctrico en la primera neurona se convierte
en una señal química en la sinapsis, como consecuencia de un proceso
conocido como acoplamiento excitación-excreción. Una vez que un im-
pulso eléctrico invade el terminal presináptico en la primera neurona,
causa indefectiblemente la liberación del neurotransmisor químico al-
macenado en las vesículas terminales. Este proceso constituye el primer
paso de la neurorransmisión química por lo que el neurotransmisor
recibe el nombre de primer mensajero.

Neurotransmisión retrógrada

Se trataría de un proceso de retroalimentación. Actualmente se co-


noce la existencia de neurotransmisores retrógrados que prácticamente
no cumplen con ninguno de los criterios clásicos de los neurotransmi-
sores. Entre estos se destacan el óxido nítrico y los factores de libera-
ción. El primero es un gas que, por su condición de tal, no puede ser
almacenado y que difunde desde la segunda neurona a la primera para
ingresar en la presinapsis e interaccionar en su metabolismo.
58 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, O; Hadid, E.

Los factores neurotróficos (por ejemplo, el factor de crecimiento


neuronal o NGF y el factor neurotrófico derivado del cerebro o BDNF)
actúan sobre receptores tirosin kinasa y se absorben en vesículas presi-
nápticas, ingresando en el núcleo de la primera neurona para interac-
cionar con el genoma.

Figura 13. Neurotransmisión clásica y neurotransmisión retrógrada.

Clásica Retrógrada

ECs: endocannabinoides; CBA 1: receptor endocannabinoides tipo 1;


NO: óxido nítrico; NGF: factor de crecimiento nervioso; cGMP: monofosfato cíclico
guanosin
Capítulo 5

Receptores de membrana
Definición y descripción estructural
Localización en la sinapsis
Recambio
Fisiología del receptor
Clasificación
Receptores ionotrópicos y metabotrópicos
Receptores de factores neurotróficos
Tipificación
Concepto de agonistas, antagonistas, agonistas
parciales y agonistas inversos

1ntrod ucción

Una vez producida la liberación del neurotransmisor en la hen-


didura sináptica, el principal destino del mismo es interactuar con
distintos tipos de receptores. El acoplamiento del neurotransmisor
al receptor es la consecuencia del proceso de excitación-excreción re-
sultante a su vez del potencial de acción en la primera neurona. El
receptor, a través de su acoplamiento con el primer mensajero o neu-
rotransmisor, se constituye entonces en el encargado de interpretar
todo el esfuerzo eléctrico y metabólico de la primera neurona para
transmitir su mensaje. La segunda neurona, entonces, responderá con
modificaciones iónicas o activación de cascadas metabólicas que pue-
den llegar incluso a actuar sobre el genoma de la célula.

Definición

Los receptores de membrana son macromoléculas proteicas rrans-


membrana, capaces de reconocer con gran especificidad a un neuro-
60 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

transmisor dado y de realizar un efecto biológico una vez producida su


activación por medio del acople con el neurotransmisor.

Descripción estructural de los receptores

Los receptores de membrana son proteínas de alto peso molecular


que se hallan ubicados en la membrana celular, de manera tal que su
estructura la atraviesa, formando parte de las proteínas intrínsecas de
la membrana; se trata entonces de proteínas de transmembrana. Estos
complejos moleculares están constituidos por varias subunidades de na-
turaleza proteica.
En relación a la membrana plasmática neuronal, los receptores pre-
sentan una porción extracelular o dominio externo, una porción in-
cluida en la membrana plasmática o dominio transmembranoso y una
porción intracelular o dominio citosólico.
En la porción extracelular encontramos dos tipos de sitios: uno de
ellos es el sitio activo, que es la región extracelular del receptor a la cual
se acopla específicamente el neurotransmisor; los otros sitios son regula-
dores de la actividad y se denominan sitios moduladores afostéricos.
La porción mayor de la estructura del receptor es la que atraviesa la
membrana plasmática de la neurona (dominio transmembranoso) y no
cumple ninguna función específica.
La porción intracelular tiene sitios de anclaje del receptor a la mem-
brana plasmática y sitios de desencadenamiento del efecto biológico
como consecuencia de la activación del receptor.

Localización de los receptores en la sinapsis

Desde el punto de vista biológico, la ubicación principal del re-


ceptor en la sinapsis es la membrana postsináptica. En este lugar se
produce el efecto de la liberación y acoplamiento del neurotransmisor.
Sin embargo, también existen en la membrana presináptica receptores
capaces de unirse al neurotransmisor liberado por la misma célula. A
estos receptores presinápticos se los conoce con el nombre de autorre-
ceptores y tienen en general una actividad regulatoria sobre la canti-
dad de neurotransmisor a liberar por la célula, ya sea aumentando o
disminuyendo esa cantidad.
Neurociencia. Bases y fundamentos 61

Recambio del receptor

Síntesis y destrucción del receptor

Como describimos ut supra, los receptores de membrana están cons-


tituidos por cadenas proteicas que conforman sus subunidades. Estas
son sintetizadas, como toda proteína, a través de la transcripción y tra-
ducción del material genético (ADN) que se halla en el núcleo celular.
El proceso de síntesis se desarrolla en el ciroplasma celular y luego tie-
nen lugar procesos de maduración y transporte de estas cadenas pro-
teicas hacia la membrana plasmática, donde se ubicarán luego de su
ensamble.
Una vez cumplida su vida útil, el proceso de destrucción del recep-
tor se realiza por endocitosis y posterior degradación enzimática de las
cadenas proteicas.

Fisiología del receptor

Las subunidades de los receptores son distintas cadenas proteicas


que presentan una actividad específica (sitio de unión al neurotransmi-
sor, regulación, anclaje, etc.), siendo necesaria la actividad en conjunto
para que el receptor cumpla su función.
Como consecuencia de lo anteriormente descripto, sabemos enton-
ces que el neurotransmisor, al ser liberado a la hendidura sináptica, se
va a acoplar a su receptor específico en el sitio de unión . La acción del
neurotransmisor se produce entonces por acoplamiento del mismo a
la porción extracelular del receptor y mientras dure tal acoplamiento.
Los neurotransmisores clásicos nunca ingresan a la segunda neurona.
Además del polo activo o sitio de unión, también existen en la porción
exrracelular del receptor regiones donde la unión de diferentes sustan-
cias es capaz de producir un aumento o una disminución de la capaci-
dad del complejo neurotransmisor-receptOr de desencadenar un efecto
biológico; de esta forma se produce una modulación de la actividad del
neurotransmisor denominada modulación alostérica.
Las porciones intracelulares de los receptOres tienen función de fija-
ción del receptor por medio de un material filamentoso, ubicado exac-
tamente por debajo la membrana, que ancla los receptores a la misma.
62 Vázquez, G. H.; Víeítez, A.; Boullosa, 0.; Hadíd, E.

De esta manera permite mantener una alta concentración de receptores


en la membrana postsináptica y le da a la sinapsis el aspecto de engro-
samiento de membrana que se puede observar en la microscopía elec-
trónica.
A modo de ejemplo, un tipo de receptor para acetilcolina denomina-
do receptor nicotínico presenta una estructura pentamérica (cinco subu-
nidades) que, al acoplarse la acerilcolina, provoca un movimiento de
rotación del receptor. La consecuencia de esto es la apertura de su canal
iónico, que permite el ingreso de iones positivos a la célula.

Afinidad y actividad d ~l receptor

De la capacidad de reconocimiento específico del sitio o polo activo


del receptor se desprende la propiedad de afinidad del receptor por el
neurotransmisor; esto implica la facilidad con que puede producirse el
acople. De la capacidad de producir un efecto biológico surge el con-
cepto de actividad del receptor.

Transducción

La transducción es el mecanismo por el cual la activación de un


receptor produce un efecto biológico. Es importante volver a destacar
que el efecto biológico es producido exclusivamente por el comple-
jo neurotransmisor-receptor. Aunque el efecto final se produce en la
porción citoplasmática del receptor (intracelular), esta es inactiva en
ausencia del neurotransmisor. Puede considerarse, entonces, que la
transducción será en definitiva el mecanismo por el cual se produce
la acción sobre la permeabilidad de la membrana postsináptica a los
iones, con la consecuente estimulación o inhibición de la célula post-
sináptica. Esto puede ser mediado en forma directa por la apertura o
cierre de canales iónicos o por sustancias producidas metabólicamen-
te dentro de la célula. En el último caso se denomina a estas sustan-
cias segundos mensajeros intracelulares. Tal es el caso del complejo cal-
cio/calmodulina, de los productos derivados del fosfatidilinositol y de
los nucleótidos cíclicos. Los segundos mensajeros intracelulares son
entonces aquellas sustancias sintetizadas en el interior celular como
consecuencia de la activación de un receptor por un neurotransmisor,
Neurociencia. Bases y fundamentos 63

que media n un efecto biológico por activación de d iferentes cascadas


metabólicas o ca nales iónicos de la membrana.

Figu ra 14. Cascadas de transducción de señales.

neurotransmisor unido
neurotransmisor unido
a los canales de iones .· neurotrofina
a proteína G
Primer mensajero -~

~\ \ cAMP(\ ca2+~

01
Segundo mensajero Ras/ Raf/ MEK

1 hormona
nuclear
1 receptor
¡\
Q n
Ca~
complejo
ERK / RSK
Tercer mensajero
\ W MAPK 1 GSK3

: 1 \\
j1 1
u
1
l 1

Cuarto mensajero U
1
- i ; fe-,! J--E-Rt-H--genes

núcleo celular

Clasificación de los receptores

Los receptores de membrana pueden ser clasificados según el neuro-


transmisor que se acopla o según su mecanismo de acción.

Clasificación de los receptores según el neurotransmisor

Cada receptor lleva el nombre del sistema al que pertenece el neu-


rotransmisor que se le acopla. Así, en el caso de la noradrenalina o la
64 Vázquez. G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

adrenalina, el sistema será el adrenérgico y los receptores se denomina-


rán también adrenérgicos; los tipos de receptores serán alfa o beta adre-
nérgicos y los subtipos alfal, alfa2, betal, beta2 y beta3. Los principales
receptores incluyen entonces los adrenérgicos, dopaminérgicos, seroto-
ninérgicos, colinérgicos, gabaérgicos, glutamatérgicos y peptidérgicos.
Esta es la clasificación de uso clínico más frecuente.
Los receptores dopaminérgicos son los más involucrado.s en las es-
quizofrenias; los receptores adrenérgicos y serotoninérgicos en cuadros
depresivos y ansiosos y en trastornos del control de los impulsos; los
gabaérgicos en el tratamiento de la epilepsia y de la ansiedad y en el al-
coholismo; los gluramatérgicos en neurodesarrollo y procesos de apren-
dizaje y memoria.

Clasificación según su mecanismo de acción (superfamilias)

Según su mecanismo de acción, los receptores de membrana pueden


clasificarse en dos grandes superfamilias. Esto implica dos clases fun-
cionales de receptores que se denominan receptores ionotrópicos y recep-
tores metabotrópicos.
Los receptores ionotrópicos median cambios directos en la per-
meabilidad de la membrana postsináptica a los iones.
Los receptores metabotrópicos producen previamente un cambio en
la actividad metabólica celular, lo que implica la necesidad de generar
productos metabólicos previos a modificar la estructura de canales ió-
nicos.

Receptores ionotrópicos

Estos receptores son en sí mismos, o tienen estrechamente asociados,


canales iónicos. Se denominan también canales iónicos regulados por Li-
gando. Habitualmente están formados por cinco subunidades proteicas.
Como consecuencia del acoplamiento del neurotransmisor al receptor,
se produce un aumento o una disminución de la entrada de un deter-
minado ión a la célula, por medio de la apertura o cierre de un canal
iónico, generándose una variación del potencial eléctrico de membrana,
con la consiguiente estimulación (despolarización) o inhibición (hiper-
polarización) de la célula.
Neurociencia. Bases y fundamentos 65

A modo de ejemplo podemos recurrir nuevamente al receptor coli-


nérgico nicotínico; este es un canal de sodio (Na+) que normalmente se
halla cerrado. Al unirse la acetilcolina al receptor nicotínico, se genera
un cambio en su configuración espacial (rotación) que conduce a su
apertura; esto permite el ingreso de iones positivos (Na+) al interior
celular. Algo similar ocurre con el receptor GABA-A, que también es
ionotrópico; su estructura proteica consta de cinco subunidades que
conforman un canal iónico que en ausencia del neurotransmisor GABA
se halla cerrado. Al producirse el acople del GABA con este receptor se
modifica su configuración espacial, permitiendo en este caso el ingre-
so de iones cloro, de carga negativa. Esto provoca la hiperpolarización
de la neurona postsináptica . Otro ejemplo de receptor ionotrópico lo
constituye un subtipo de receptor para glutamato denominado NMDA;
al acoplarse el glutamato a este receptor, desplaza al ión magnesio que
habitualmente "lo tapa", quedando de esta manera permeable para el
ingreso a la neurona de iones calcio, de fuerte carga positiva.
Una característica propia de todos los receptores ionotrópicos es la
rapidez con que producen su efecto biológico, dado que actúan directa-
mente sobre la permeabilidad iónica de la membrana.

Receptores metabotrópicos

Son receptores que median cambios en la maquinaria metabólica


celular, actuando por medio de productos metabólicos intracelulares.
Esto quiere deci r que el pasaje de iones a través de un canal que no
forma parte del receptor depende de uno o varios pasos metabólicos
previos . Queda claro entonces que, a diferencia de los receptores iono-
trópicos, los receptores metabotrópicos no poseen canales iónicos que
formen parte de su estructura.
Para que algunos canales se abran deben activarse moléculas in-
termedias que se denominan proteínas G. Así, el acople del neuro-
transmisor al receptor produce la activación de una proteína G, que
normalmente se encuentra unida al receptor en su porción intracelu-
lar. La proteína G activada es la responsable de abrir canales iónicos
que no forman parte del receptor o de activar a su vez a distintas
enzimas, con la consecuente formación de sustancias denominadas
segundos mensajeros.
66 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Decimos, entonces, que los receptores merabotrópicos actúan vía


proteína G, activando canales iónicos o generando la formación de se-
gundos mensajeros.
De acuerdo al subtipo de proteína G activada, los segundos mensa-
jeros pueden ser los nucleótidos cíclicos, los fosfolípidos derivados del
fosfatidilinositol y el complejo calcio/calmodulina.
Los nucleótidos cíclicos incluyen el AMPc (Adenosin monofosfato
cíclico) y el GMPc (Guanosin monofosfato cíclico). Los principales fos-
folípidos derivados del fosfatidil inosirol (PIP2) son el inositol trifosfato
(IP3) y el diacil glicerol (DAG). ·
Con respecto al complejo calcio/calmodulina, es el IP3 quien favo-
rece la salida de calcio desde el retículo endoplásmico liso y esto pro-
mueve la activación de la enzima calmodulina.
Una posible consecuencia del acoplamiento del primer mensajero
(neurotransmisor) al receptor metabotrópico es, como vimos, la forma-
ción de segundos mensajeros activos. Estos tienen la capacidad de activar
a su vez, distintas proteínas, según el segundo mensajero de que se trate;
estas proteínas se denominan proteín kinasas y Josfotasas. Decimos, enton-
ces, que el blanco de los segundos mensajeros son las proteín kinasas y las
fosfatasas. Estas proteínas se comportan como terceros mensajeros.
Las proteín kinasas tienen la función de fosforilar proteínas (agre-
garles fósforo) y las fosfatasas de desfosforilarlas (quitarles fósforo). El
resultado inmediato de este paso metabólico es la apertura o cierre de
canales iónicos y la regulación transitoria de la actividad enzimática y
de las proteínas estructurales.
Finalmente, los terceros mensajeros pueden también ingresar al
núcleo celular y producir cambios duraderos en la expresión génica.
Esto lo logran activando factores transcripcionales (cuartos mensaje-
ros) capaces de activar genes inmediatos o precoces (quintos mensa-
jeros), cuya consecuencia es la síntesis de proteínas nucleares. Final-
mente, estas proteínas nucleares pueden comportarse como factores
de transcripción, capaces de activar genes de comienzo tardío, que co-
difican para cualquier tipo de proteína. De esta manera se sintetizan
nuevas enzimas, receptores, canales iónicos y proteínas estructurales,
entre otras.
El objetivo de la rransducción de señales son las fosfoproteínas y
los genes. El mecanismo de acción de los receptores metabotrópicos
Neurociencia. Bases y fundamentos 67

ofrece la posibilidad de la amplificación de la señal, que ocurre en


varios lugares de la cascada metabólica. Una molécula de neurotrans-
misor acoplada al receptor puede activar a varias proteínas G; cada
proteína G activa, por ejemplo, una adenilciclasa, que puede a su vez
producir muchas moléculas de AMPc. Los AMPc pueden, entonces,
activar a muchas kinasas y cada kinasa puede fosforilar a muchos
canales iónicos. La activación de una sola proteína G lleva, entonces,
a la activación de muchos canales iónicos. Finalmente las señales de
las cascadas pueden generar, también, cambios a largo plazo en las
células.
A diferencia de los receptores ionotrópicos, los metabotrópicos pre-
sentan una velocidad menor en su acción sobre la permeabilidad de
membrana, dado que los efectos sobre esta requieren pasos metabóli-
cos preVIOS.

Receptores de factores neurotróficos

Los factores neurotróficos (o neurotrofinas) son proteínas que se sin-


tetizan en el tejido diana, ya sea en la postsinapsis (neurona postsinápti-
ca) o en células adyacentes (astrocitos), y que se comportan como molé-
culas de señalización específica. Son necesarios para la supervivencia y
diferenciación celular. Su principal función es activar por lo menos tres
tipos diferentes de respuestas, que incluyen supervivencia/muerte celu-
la r, estabilización/eliminación de sinapsis y crecimiento/retracción de
neuritas (axones y dendritas). Como vemos, la formación, persistencia
y supervivencia de las conexiones celulares se tornan parcialmente de-
pendientes de estas señales provenientes de las células blanco. Algunas
señales pueden incluir la muerte celular programada o apoptosis.
Las neurotrofinas son el factor de crecimiento neural (NGF), el
factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) , la neurotrofina 3
(NT-3) y la neurotrofina 4/5 (NT4/5). Todas actúan a través de una
familia de receptores proteicos denominados Trk o receptores de tirosi-
na cinasa. Su mecanismo de acción es metabotrópico y presentan una
gran afinidad por las neurotrofinas. El resultado del acoplamiento del
factor neurotrófico con el receptor Trk es la fosforilación de proteínas
citoplasmáticas, activando cascadas metabólicas que pueden culminar
con la activación de uno o varios genes en el núcleo de la neurona
68 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

presináptica. El complejo factOr neurorrófico/Trk es internalizado en


la ne urona presináptica y almacenado en vesículas secretOras, don-
de permanece en estado activo, acoplado a la neurotrofina. De esta
mane ra interactúa con las proteínas citoplasmáticas o, por transporte
axoplásmico retrógrado, puede dirigirse hasta el núcleo neuronal don-
de, a largo plazo, activa factores de transcripción que promueven la
expresión génica.
Existe, además, otro receptor denominado p75, que presenta baja afi-
nidad por las neurotrofinas y cuya función no es totalmente clara; se
comportaría como un ca-receptor de los receptores Trk. En presencia de
Trk, el receptor p75 mejora la afinidad y especificidad de los primeros. En
ausencia de Trk, la activación del receptor p75 promueve la apoptosis.
La secreción de neurorrofinas depende principalmente de la excita-
ción eléctrica de la neurona.

Tipificación de los receptores

Un mismo neurotransmisor es capaz de unirse a diferentes receptores,


dependiendo el efecto biológico final del tipo y la localización del receptor.
Para cada sistema de neurotransmisión (adrenérgico, colinérgico,
serotoninérgico, etc.) existen varios tipos de receptores. Estos se distin-
guen por presentar diferente:
- afinidad por el neurotransmisor (un tipo de receptor puede aco-
plarse con mayor "facilidad" con el neurotransmisor que el otro tipo),
- localización,
- rol fisiológico,
- orden de selectividad a fármacos (mayor o menor),
- estructura bioquímica,
- modo de rransducción y
- origen genético.
Se considera, en general, que la distinción entre dos tipos de receptores,
por lo menos debe basarse sobre diferencias farmacológicas importantes.
En cada tipo pueden existir varios subtipos más o menos similares,
con una farmacología que comparten parcialmente y débiles diferencias
de estructura.
A modo de ejemplo, nuevamente recurriremos a la acerilcolina: se
trata de un neurotransmisor presente en el S.N.C . y en las grandes
Neurociencia. Bases y fundamentos 69

vísceras (corazón, pulrnón, etc.); es también el neurotransmisor en


la sinapsis de la placa neuromuscular. En los primeros, sus efectos
están mediados por un tipo de receptor llamado muscarínico (M),
en tanto que, a nivel de la placa mioneural, lo están por un tipo de
receptor conocido como nicotínico (N). Ambos tipos de receptores
M y N son colinérgicos, ya que tienen afinidad por la acetilcolina.
Los receptores muscarínicos son metabotrópicos y los nicotínicos son
ionotrópicos. Ambos presentan, también, diferencias en la afinidad
por fármacos y, por supuesto, en su función biológica. Por último,
el receptor muscarínico presenta subtipos diferentes (Ml, M2, M3,
M4 y M5), según el órgano en el que se localice (S.N.C., corazón,
bronquios).

Agonistas, antagonistas, agonistas parciales y agonistas


inversos

Un receptor determinado puede mostrar diferencia de afinidad por


varias sustancias, es decir, puede reconocer y unirse a sustancias propias
del organismo, o bien a otras aportadas desde el exterior.
A aquella sustancia propia del organismo (por ejemplo, el neu-
rotransmisor), capaz de unirse al receptor y desencadenar un efecto
biológico se la conoce como Ligando endógeno y es agonista de dicho
receptor. A modo de ejemplo, la adrenalina es agonista de los recep-
to res adrenérgicos beta 1 y 2 y desencadena, por medio de la acti-
vación de nucleótidos cíclicos intracelulares, su efecto biológico : en
corazón (receptores betal) produce taquicardia, en el árbol bronquial
(receptores beta2) produce broncodilatación. Existen otras sustancias
agonistas, frecuentemente utilizadas como fármacos, que producen
el mismo efecto del ligando endógeno sobre el mismo receptor. En
nuestro ejemplo hablamos de agonistas adrenérgicos.
Por otra parte, las sustancias capaces de unirse al receptor, pero
que no desarrollan un efecto posterior debido a que lo bloquean, se
denominan antagonistas. En otras palabras, inhiben el efecto bioló-
gico al competir con el neurotransmisor e impedir que el mismo se
acople a su receptor. Los neurolépticos, fármacos antipsicóticos uti-
lizados en el tratamiento de las esquizofrenias, son antagonistas do-
aminérgicos debido a que se unen al receptor dopaminérgico D2,
70 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

impidiendo que la dopamina (ligando endógeno) se una a su receptor


y realice su acción.
Un agonista parcial es una sustancia capaz de fijarse al receptor, pero
con menor capacidad de desarrollar un efecto biológico que el neuro-
transmisor habitual.
El agonista inverso, en cambio, se caracteriza por unirse al receptor y
producir el efecto opuesto al del ligando endógeno.
Capítulo 6

Sistemas neuronales
Los grandes sistemas según
el neurotransmisor principal:
aspectos funcionales normales y patológicos
Integración e interrelaciones

Introducción

Las diferentes estructuras grises del sistema nervjoso central


realizan su función a través de la liberación de un neurotransmisor
específico. De esta forma, ciertos grupos de neuronas ubicadas en
una región o área determinada de la corteza cerebral o en los nú-
cleos grises profundos, comparten una función fisiológica y la lle-
va n a cabo por medio de sus prolongaciones o axones. El conjunto
de axones provenientes de una misma zona gris y con una misma
fu nción formará una vía o haz que conectará con regiones específj-
cas del sistema nervioso. Este grupo neuronal libera en sus sinapsis
u n neurotransmisor principal, que dará el nombre a la vía a la que
pertenece; si el neurotransmisor utilizado es la noradrenalina, se
tratará de una vía noradrenérgica ; si es la dopamina, será dopami-
érgica, y así sucesivamente. Distintas vías que utilizan un mismo
e urotransmisor conforman un sistema que también lleva el nom-
re del neurotransmisor (sistemas noradrenérgico, dopaminérgico,
~ol i nérgico, serotoninérgico, etc.).
72 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

A modo de ejemplo de una vía proveniente de la corteza cerebral,


podernos mencionar la vía corticoespinal o piramidal. Se trata de neu-
ronas que producen acetilcolina (colinérgicas) cuyos somas están si-
tuados en la región prerrolándica del lóbulo frontal, inmediatamente
por delante de la cisura de Rolando. La función de este grupo neuro-
nal es mediar la motilidad volt:~ntaria. Se dice, entonces, que es una
vía colinérgica perteneciente al sistema colinérgico, dado que utiliza
acetilcolina como neurotransmisor.
Un ejemplo de una vía proveniente de núcleos grises profundos
es la vía nigro-estriada. Se trata de neuronas que producen dopami-
na (dopaminérgicas) cuyos somas están situados en ganglios basales
(sustantia nigra, a nivel mesencefálico). La función de este grupo
neuronal es la regulación de cierto tipo de movimientos involunta-
rios denominados extrapiramidales. Esta vía dopaminérgica finaliza
en otro núcleo basal (núcleo estriado) y pertenece al sistema dopa-
minérgico.
De lo anterior se desprende que un neurotransmisor puede tener
una amplia distribución en el SNC , según las estructuras grises que
lo ut ilicen, mediando entonces la realización de una o más funcio-
nes de importancia biológica. Una alteración en una de estas vías,
por lesión o falla funcional, puede traducirse en signosintomarolo-
gía característica. Volviendo al ejemplo de la vía nigro-estriada, la
lesión de las neuronas de la sustantía nigra da lugar a la aparición
de alteraciones en el control de los movimientos extrapiramidales a
los que en condiciones normales regula, determinando un conjunto
de signos y síntomas motores que constituyen el síndrome parkin-
somano.

Los grandes sistemas según su neurotransmisor principal

E n el presente capítulo se hará referencia a cuatro de los princi-


pales sistemas involucrados en la fisioparología de las enfermedades
menta les, de fundamental importancia también para comprender el
mecan ismo de acción de los psicofármacos, responsable tanto de los
efectos beneficiosos como indeseados de los mismos. Ellos incluyen
los sistemas colinérgico, dopaminérgico, noradrenérgico y serotoni-
nérgico.
Neurociencia. Bases y fundamentos 73

El sistema colinérgico

En el organismo de los mamíferos superiores, las neuronas cuyas


funciones son mediadas por la acetilcolina poseen una localización tan-
to en el sistema nervioso central (SNC) como en el periférico (SNP),
cumpliendo en ambos funciones muy diferentes. Estas son realizadas
por la activación de diferentes receptores según la estructura o localiza-
ción anatómica de que se trate.
A nivel del SNC el sistema colinérgico puede ser estudiado en dos
grupos. Por un lado, encontramos células colinérgicas aisladas o en
pequeños grupos, en forma de interneuronas colinérgicas; por otra
parte, existen células que forman varios núcleos colinérgicos mesen-
cefálicos que reciben el nombre de sustancia innominada (ganglio
basal).
Las proyecciones colinérgicas que parten desde el tallo cerebral
se dirigen a la corteza prefrontal, el tálamo, el hipotálamo, el hipo-
campo y la amígdala. Su rol principal es regular el despertar y la
función cognitiva, especialmente los procesos relacionados con la
memoria .
Se piensa actualmente que la degeneración de los sistemas colinér-
gicos centrales se halla estrechamente vinculada a la manifestación de
cierto grupo de demencias. En este grupo de enfermedades demencia-
les, entre las que se destaca la enfermedad de Alzheimer, los síntomas
principales pertenecen a la categoría de las llamadas alteraciones de las
funciones cognitivas o funciones mentales superiores. Se considera, enton-
ces, que estas funciones (memoria, reconocimiento y orientación espa-
cial, utilización y nominación de objetos, etc.) dependen fundamen-
talmente, pero no de modo exclusivo, de la actividad de los sistemas
colinérgicos en el SNC. Un dato experimental que apoya ·esta hipótesis
es que la utilización de antagonistas colinérgicos induce gran dificultad
en la fijación de los recuerdos, y en dosis más elevadas, alteración del
estado de conciencia.
Otras funciones en las que participan los sistemas colinérgicos cen-
trales incluyen el balance y la regulación de los movimientos exrrapira-
midales. Los movimientos extrapiramidales son movimientos involun-
tarios que acompañan y perm iten la realización de los voluntarios. Estos
movimientos controlan el tono muscular y la postura para permitir que
74 Vázquez, G. H.;Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

el sistema piramidal realice los movimientos musculares voluntarios.


Las proyecciones colinérgicas centrales actúan sobre el núcleo estriado
en balance con una vía dopaminérgica, mecanismo que se detallará
cuando se explique esta última vía.
Los movimientos voluntarios se denominan piramidales. Las órde-
nes se ejecutan a nivel de l.t placa neuromuscular, donde la sinapsis
entre un botón terminal de una neurona colinérgica se realiza sobre
una fibra muscular que se desempeña de igual manera que una segunda
neurona. La vía de la motilidad muscular voluntaria se denomina vía
piramidal o córtico-espinal y pertenece al sistema colinérgico.
Finalmente, a nivel del SNP la acetilcolina es el neurotransmisor que
media las respuestas parasimpáticas del sistema nervioso autónomo.
Los receptores colinérgicos se denominan nicotínicos y muscarínicos.
El receptor nicotínico es ionotrópico y su principal ubicación es en la
placa neuromuscular. El receptor muscarínico es metabotrópico, pre-
senta varios subtipos, y se ubica tanto en SNC como en los sistemas
cardiovascular, respiratorio y digestivo.

Figura 15. Proyecciones colinérgicas.

CPF: corteza prefrontal; CAB: cerebro anterior basal; S: estriado; NA: núcleo
accumbens; T: tálamo; HY: hipotálamo; A: amígdala;
H: hipocampo; NT: centro de neurotransmisores del tallo cerebral;
SC: médula espinal; C: cerebelo
Neurociencia. Bases y fundamentos 75

El sistema dopaminérgico

La dopamina es una catecolamina proveniente del metabolismo de la


fenilalanina (aminoácido esencial) o de la tirosina (aminoácido no esen-
cial) . Las neuronas dopaminérgicas del SNC se ubican en forma exclusiva
en regiones profundas de los hemisferios cerebrales; es decir, no se hallan
somas dopaminérgicos en la sustancia gris cortical. Se distribuyen con-
formando varios núcleos subcorticales capaces de ser comprendidos en
dos sistemas dopaminérgicos principales: el sistema hipotalámico (hipo-
tálamo-hipofisario o túbero-infundibular) y el sistema mesencefálico.
El sistema dopaminérgico hipotalámico, ubicado en la base del ce-
rebro por encima de la hipófisis, tiene como función la regulación hi-
potalámica de la secreción hipofisaria de prolactina. La función más
conocida de esta hormona es aumentar la producción de leche durante
la lactancia en los mamíferos. Además de esto, interviene también en el
desarrollo de conducta marernante (con disminución de la conducta de
apareamiento y de la libido); es una hormona anaból ica, posee acciones
estimulantes de la inmunidad, promueve el crecimiento neuronal y la
sinaptogénesis y media la respuesta frente al stress agudo. La dopamina
es el factor inhibidor de la liberación de prolactina (PIF), dado que
ejerce un efecto inhibitorio sobre la hipófisis deteniendo la síntesis y
liberación de prolactina.
A nivel del mesencéfalo se describen, además, dos grandes vías do-
paminérgicas con funciones fisiológicas diferentes. Una de ellas es la
vía nigro-estriada. En esta vía los somas de neuronas dopaminérgicas
se ubican en la sustantia nigra, ganglio de la base a nivel mesencefálico,
y sus axones se dirigen hasta otro ganglio basal denominado cuerpo es-
triado. Se encarga de la regulación de la producción de los movimientos
exrrapiramidales antes mencionados, en balance con la acetilcolina. La
dopamina inhibe y la acetilcolina estimula al cuerpo estriado; el balance
de ambos efectos posibilita los movimientos extrapiramidales adecua-
dos, necesarios para realizar los movimientos voluntarios. La lesión en
la sustantia nigra, con la consiguiente disminución del tono dopami-
nérgico inhibitorio en esta vía, es la base anatómica de la enfermedad
de Parkinson.
Existe, además, una segunda vía dopaminérgica mesencefálica, la
vía mesocorricolímbica, que regula la recompensa, la cognición y la
76 Vázquez, G. H.; Vieitez, A; Boullosa, 0.; Hadid, E.

psicosis, entre otras funciones, resultando fundamentalmente un área


de placer y recompensa. Esta vía tiene los somas dopaminérgicos en el
área tegmental ventral en el tronco cerebral, por debajo del tálamo, y
sus axones proyectan hacia la amígdala, el núcleo accumbensy la corteza
prefrontal. Repasaremos brevemente las dos proyecciones de esta vía, es
decir, una proyección mesolímbica y otra mesocortical.
La proyección hacia el núcleo accumbens, perteneciente al cuerpo
estriado (mesolímbica), juega un papel importante en distintos com-
portamientos emocionales como la motivación, la recompensa, el placer
y la producción de síntomas psicóticos positivos, entre ellos delirios y
alucinaciones. Fármacos y otras sustancias que aumentan el tono do-
paminérgico en esta vía (anfetaminas, cocaína, algunos agentes anti-
parkinsonianos) pueden inducir o potenciar síntomas psicóticos; por el
contrario, los que contribuyen a una disminución de este tono dopami-
nérgico se comportan como antipsicóticos (neurolépticos, risperidona).
Alteraciones en las diferentes porciones de esta vía, ya sea en su origen
mesencefálico, en su trayecto o en su finalización en la corteza límbica
han sido involucradas por Davies y colaboradores en su hipótesis dopa-
minérgica de la esquizofrenia, en la que se postula un aumento en la
cantidad relativa de dopamina como causa de los síntomas psicóticos
positivos (alucinaciones, delirios, etc.). También es evidente el compro-
miso de esta vía en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad
y numerosos trastornos de abuso de sustancias.
La proyección hacia la corteza prefrontal (mesocortical) está rela-
cionada con la regu lación de las funciones cognitivas y ejecutiva, de las
emociones y del afecto. La disminución del tono dopaminérgico en esta
vía está involucrada con los síntomas negativos, cognitivos y afectivos
de la esquizofrenia. A diferencia de los antipsicóticos típicos, los atípicos
(clozapina, olanzapina, risperidona, aripiprazol, quetiapina), además de
su antagonismo serotoninérgico, tienen menor efecto antagonista sobre
receptores dopaminérgicos de esta vía, por lo cual mejoran los síntomas
negativos, afectivos y cognitivos en la esquizofrenia.
Los receptores dopaminérgicos son metabotrópicos y pertenecen a
dos grandes familias denominadas DI y D2. Los receptores Dl predo-
minan en la periferia y dentro de esta familia inclu\mos los receptores
Dl y D5, relacionados con la actividad motora, la regulación del ciclo
sueño-vigilia y el aparato cardiovascular; entre la familia D2 inclui-
Neurociencia. Bases y fundamentos 77

os los 02, 03 y 04; predominan en el SNC y están relacionados con


actividad motora, la motivación, las emociones y la afectividad.

=igura 16. Proyecciones dopam inérgicas.

F: corteza prefronta l; CAB: cerebro anterior basal; S: estriado; NA: núcleo


accu mbens; T: tá lamo; HY: hipotálamo; A: amígda la; H: hipocampo; NT: ce ntro de
~u rot rans mi sores del tallo cerebra l; SC: médu la espi nal; C: cerebelo

3 sistema noradrenérgico

Tanto la noradrenalina corp.o la adrenalina son catecolaminas que


presentan en el organismo humano una amplia distribución, dentro y
fu era del SNC. Ambas poseen la peculiaridad de cumplir funciones
como neurotransmisores y como hormonas. Esta segunda función se
realiza al ser liberadas ambas sustancias al torrente sanguíneo por la
glándula suprarrenal, tal como sucede en situaciones de estrés, con la
posibilidad de actuar a distancia en toda la economía, allí donde en-
cuentren receptores noradrenérgicos. Provienen del metabolismo de la
fenilalanina y la tirosina, aminoácidos que primero se metabolizan a
dopamina; si este proceso sucede en neuronas con las enzimas necesa-
rias, continúa a noradrenalina e incluso adrenalina. La noradrenalina
78 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

es el precursor inmediato de la adrenalina. Ambas catecolaminas pre-


sentan actividades similares sobre algunos de sus receptores, aunque
con diferente afinidad. Algunos autores consideran la adrenalina como
un neuromodulador, reservando el título de neurotransmisor para la
noradrenalina exclusivamente.
A nivel del sistema nervioso periférico la noradrenalina cumple un
rol fundamental dentro del sistema nervioso autónomo, dado que es el
neurotransmisor utilizado por el sistema simpático.
A nivel del SNC, los somas noradrenérgicos poseen su ubica-
ción principal en el tronco encefálico, hallándose también en forma
dispersa en la médula espinal. Desde su ubicación en el locus coeru-
leus del tronco cerebral, los cuerpos celulares emiten proyecciones
o vías ascendentes hacia cerebelo, tálamo, hipotálamo, amígdala,
hipocampo y corteza prefrontal y vías descendentes hacia la médula
espinal.
Es bien conocida, actualmente, la relación que existe entre la acti-
vidad de las estructuras noradrenérgicas ascendentes y el nivel de aler-
ta del animal; estas vías intervienen en el mantenimiento del ritmo
de sueño-vigilia, regulando el despertar. La aplicación de estímulos
externos a animales de laboratorio va acompañada de un aumento
en la actividad del sistema noradrenérgico. Las vías descendentes que
se dirigen hacia la médula espinal intervienen en la regulación del
dolor.
Por otro lado, se ha descripto un papel importante del sistema
noradrenérgico en el origen de la depresión. Es bien conocido que
ciertos fármacos utilizados en el tratamiento de la hipertensión arte-
rial son capaces de producir síndromes depresivos y algunos de estos
hasta han sido retirados del mercado al ser asociados a un aumento
de la mortalidad por suicidio; tal es el caso de la reserpina. Estos
fármacos antihipertensivos actúan en forma diferente, pero tienen
en común el hecho de que lo hacen sobre la neurotransmisión no-
radrenérgica, disminuyendo su intensidad ya sea por depleción o
vaciamiento de las vesículas de almacenamiento presinápticas (re-
serpina), inhibiendo su receptor postsináptico (propranolol) o bien
estimulando los autorreceptores presinápticos que inhiben la libe-
ración de noradrenalina (alfa-metil dopa). Por el contrario, algunos
fá rmacos capaces de aumentar la cantidad de noradrenalina en la
Neurociencia. Bases y fundamentos 79

si napsis presentan utilidad como antidepresivos; tal es el caso de los


a ntidepresivos tricíclicos, que inhiben la recaptura de la noradrenali-
na (principal mecanismo de eliminación de este neurotransmisor), y
de los antidepresivos IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa),
enzima encargada de la destrucción de las catecolaminas. Los hechos
antes expuestos corroboran la participación adrenérgica en la regu-
lación del ánimo, involucrando estas catecolaminas en los trastornos
afectivos y de ansiedad.
Los receptores adrenérgicos son metaborrópicos y se denominan alfo
y beta. Los primeros responden mejor a bajas concentraciones de no-
radrenalina, mientras que los segundos presentan menor sensibilidad.
Existen distintos subtipos, denominados alfol, alfo2, beta], beta2 y
beta 3, con distinta localización y función.

=igu ra 17. Sistemas noradrenérgicos.

CPF: corteza prefrontal; CAB: cerebro anterior basal; S: estriado; NA: núcleo
accumbens; T: tálamo; HY: hipotálamo; A: amígdala; H: hipocampo; NT: centro de
neurotransmisores del tallo cerebral; SC: médula espinal; C: cerebelo
80 Vázquez. G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

El sistema serotoninérgico

La seroronina es uno de los primeros neurotransmisores descriptos.


Su nombre proviene de la denominación en inglés serum tonic factor,
ya que en un principio se la descubrió como un poderoso vasocons-
trictor. Más del 90% de la localización serotoninérgica es periférica, se
encuentra fundamentalmente en las células del intestino y en mucha
menor cantidad en las plaquetas de la sangre. Si bien su rol es funda-
mental dentro del SNC, sólo un 5% de nuestra serotonina pertenece a
este sistema. Se trata de una indolamina cuyo nombre químico es 5-hi-
droxi triptamina (5 -HT) y que proviene del metabolismo del triptófano
(aminoácido esencial) .
En el SNC los somas serotoninérgicos se encuentran en una serie de
núcleos conocidos como núcleos del rafe, a nivel del tronco encefálico,
desde donde emiten proyecciones ascendentes hacia el diencéfalo, la
amígdala, el hipocampo, la corteza prefrontal, los ganglios de la base
y cerebelo, y proyecciones descendentes hacia la médula espinal. Estas
últimas se relacionan con las vías del dolor. Todas estas conexiones per-
miten que la serotonina se encuentre involucrada con funciones regu-
latorias autonómicas, afectivas y cognitivas. De este modo, regula la ti-
mía (estado afectivo, ansiedad), la actividad sexual, el apetito, el sueño y
los ritmos circadianos (sueño-vigilia), la temperatura corporal, el dolor,
la actividad motora y las funciones cognitivas. A nivel neuroendocrino
la serotonina es capaz de regular la producción de cierras hormonas de
origen hipofisario; a la inversa de la dopamina, estimula la liberación
de prolactina, favoreciendo la producción láctea durante la lactancia en
los mamíferos.
Akiskal denomina la serotonina "el neurotransmisor de los impul-
sos", ya que una de sus principales funciones es detener la acción. Nu-
merosos trabajos avalan la participación de este neurotransmisor en los
trastornos del espectro impulsividad-compulsividad.
En la actualidad se utilizan fármacos capaces de aumentar la con-
centración de serotonina en la sinapsis por medio de la inhibición de
la recaptación de esta sustancia. Estos fármacos, conocidos como in-
hibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), han demos-
trado utilidad en el tratamiemo de algunos cuadros depresivos (acción
anridepresiva), así como en trastornos de ansiedad (especialmente el
Neurociencia. Bases y fundamentos 81

trastorno obsesivo-compulsivo), trastornos del control de los impulsos,


trastornos del sueño y trastornos de la alimentación.
Es conocido también que ciertas drogas alucinógenas median al-
gunos de sus efectos a través de receptores serotoninérgicos; tal es el
caso del LSD (dietilamida del ácido lisérgico), que al interactuar con
estos receptores produce importantes alteraciones en los procesos de
sensopercepción, especialmente alucinaciones muy vívidas. Esto ayuda
a comprender, al menos parcialmente, el efecto antipsicótico de fár-
macos que antagonizan varios receptores serotoninérgicos (clozapina,
olanzapina) .
Los receptores serotoninérgicos son siete, cada uno de los cuales pre-
senta diferentes subtipos. Se denominan con la sigla 5-HTy los números
1 a 7, tratándose de receptores metabotrópicos que actúan vía proteína
G. El subtipo 3lo hace a través de canal iónico. El conocimiento de sus
distintas localizaciones y funciones nos permite comprender, no sólo
los efectos terapéuticos de numerosos fármacos con acción sobre estos
receptores, sino también muchos de los efectos colaterales indeseables.

Figura 18. Sistemas serotoninérg icos.

CPF: corteza prefrontal; CAB: cerebro anterior basal; S: estriado; NA: núcleo
accumbens; T: tá lamo; HY: hipotálamo; A: amígdala; H: hipocampo; NT: centro de
neurotransmisores del tallo cerebral; SC: médula espinal; C: cerebelo
82 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Had id, E.

Integración e interrelaciones

Hemos pasado revista a los aspectos relevantes de los cuatro sistemas


de neurotransmisores más importantes implicados en la fisiología del
sistema nervioso, en la patología psiquiátrica y en la neuropsicofarma-
cología . Debemos recordar que son muchos más los neurotransmisores
que participan en estos procesos. Solo a modo de ejemplo podemos
mencionar los amonoácidos excitatorios e inhibitorios y numerosos
neuropéptidos.
Los sistemas de neurotransmisores no actúan individualmente, se
hallan en permanente equilibrio entre sí e incluso algunos controlan el
funcionamiento de otros. La noradrenalina puede modular la liberación
de serotonina mediante una vía que comunica el locus coeruleus con los
núcleos del rafe, actuando sobre receptores para noradrenalina ubicados
en neuronas serotaninérgicas; de acuerdo al subtipo de receptor al que
se acople puede producir excitación de la neurona serotaninérgica con
aumento de la liberación de serotonina o, por el contrario, inhibición de
la liberación de serotonina.
Algunos receptores serotoninérgicos actúan como freno para la do-
pamina, ya que inhiben su liberación cuando la serotonina se une a
dichos receptares serotoninérgicos, que se encuentran ubicados en la
postsinapsis de las neuronas dopaminérgicas. Por otra parte, existen
receptares serotoninérgicos en neuronas gabaérgicas, especialmente
interneuronas del tronco encefálico, que al acoplarse la serotonina se
estimula la liberación de GABA con la consecuente inhibición de la
liberación de dopamina y de noradrenalina.
Los breves ejemplos arriba citados sirven para mostrar la compleji-
dad de las interrelaciones entre los sistemas de neurotransmisores. El
delicado equilibrio en que se encuentran estos sistemas forma parte de
la homeostasis de nuestro organismo. Los factores ambientales y en-
dógenos, incluyendo la psicoterapia y la ingesta de sustancias legales
(fármacos, alcohol) e ilegales (drogas de abuso) que pueden actuar al
menos sobre uno de estos sistemas, inexorablemente repercutirán sobre
el resto.
Neurociencia. Bases y fun damentos 83

Principales sistemas
neuronales del SNC y SNP
Neuro- Fisiología/
Sistema Ubicación Estructuras
transmisor Patología
Coli nérgico Acetilcolina Corteza lnterneuronas
Funciones
(Ach)
cognitivas
(alterado en
demencias)

Gangl ios Sus t. Movs.


basales Innominada extrapiramidales
(Parkinson)

Movs. voluntarios
Sistema Parasimpático

Dopaminérgico Dopamina Ganglios Sist Hipotalámico Regulación hormonal


(DA) basales (PIF)
Sist
Mesencefálico

1-Via Movs.extrapiramidales
nigroestriada (Parkinson)

2-Via Síntomas psicóticos


mesocórtico- positivos, negativos,
Límbica afectivos y cognitivos

Noradrenérgico Noradrenalina Núcleos del Locus Ritmo sueño-vigilia


(NA) tronco cerebral coeruleus Alerta, Depresión
Adrenalina Ansiedad
(A)
Sistema simpático

Médula espinal Vías Vías del dolor


descendentes

Serotoninérgi co Serotonina Núcleos del Núcleos Regulación hormonal


(5-HT) tronco cerebral del rafe
Ritmos circadianos
(ej: sueño-vigilia)
Depresión
Ansiedad

Vías Vías del dolor


descendentes
Capítulo 7

Metabolismo energético cerebral:


una perspectiva de integración celular
Energía metabólica a nivel celular
Glucólisis y fosforilación oxidativa
Regu lación del metabolismo energético por
sistemas de neurotransmisores

Introducción

El cerebro es un órgano especialmente sensible a las variaciones de


oxígeno y glucosa. La glucosa es el sustrato energético obligatorio ~ara
el cerebro; la misma es casi completamente oxidada a dióxido de car-
bono (C02) y agua (H20) para otorgarle a la neurona el combustible
necesario para su actividad metabólica. A pesar de que el cerebro sólo
representa el2% del peso corporal total, recibe el 15% del flujo sanguí-
neo cardíaco, representa el 20% del consumo de oxígeno y utiliza el
25% de la glucosa de todo el organismo.

Energía metabólica a nivel celular

En general, se considera al metabolismo energético cerebral como el


reflejo de la actividad energética neuronal. Sin embargo, se ha compro-
bado que sólo el 50% del volumen de la corteza cerebral está confor-
mado por neuronas, por lo que la glucosa proveniente de la circulación
sanguínea servirá también como sustrato energético de varias células
86 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Had id, E.

diferentes, algunas de las cuales son neuronas. Así, junto con las neu-
ronas, debemos considerar a las células de la neuroglía y a los vasos
sanguíneos cerebrales como parte integrante del tejido nervioso que
refleja la actividad energética cerebral global. Todos estos tipos de cé-
lulas no solo consumen parte de la energía cerebral, sino que también
participan activamente en el flujo de los susrraros energéticos hacia las
neuronas.
Si bien las células de la glía no participan en forma directa en el
proceso de señalamiento eléctrico son indispensables para que se lleve
a cabo la actividad neuronal. Uno de los principales grupos celulares
que constituyen la neuroglía es el de los astrocitos, llamados así por
su forma estrellada. Estos se ubican en dos posiciones clave para su
función: principalmente alrededor de los contactos sinápticos, pero
también rodeando los capilares (vasos sanguíneos muy pequeños) que
atraviesan el tejido cerebral, configurando una zona celular interpuesta
entre los vasos sanguíneos y los demás elementos que integran el cere-
bro y todo el SNC.
Clásicamente los astrocitos cumplen dos funciones principales. La
primera de ellas se relaciona con el potasio y contribuye a mantener la
homeostasis o equilibrio extracelular, captándolo hacia el interior de la
célula para compensar el incremento de la concentración extracelular de
potasio que produce la actividad neuronal. La segunda se relaciona con
los neurotransmisores, recapturándolos del espacio sináptico como otra
contribución a la homeostasis extracelular. Ambos procesos metabólicos
necesitan consumir energía para llevarse a cabo.
Por medio de modernos procedimientos tecnológicos e investigacio-
nes experimentales, pudimos conocer una tercera función biológica de
los astrocitos, quizás más importante que las anteriores, relacionada con
el balance energético cerebral: estas células captan la glucosa proveniente
de la circulación sanguínea y la metabolizan según las necesidades de las
neuronas. Si la demanda es baja pueden almacenarla como glucógeno;
este proceso metabólico se denomina glucogenogénesis, esto es, síntesis o
"génesis" de glucógeno a partir de la glucosa. Si, en cambio, la necesidad
de la neurona lo exige, pueden metabolizar la glucosa a lactato o piruva-
to, en un proceso denominado glucólisis, esto es, destrucción o "lisis" de
la glucosa. El piruvato será, a su vez, captado por las neuronas vecinas
para ser utilizado como fuente de energía.
Neurociencia. Bases y fundamentos 87

Figura 19. Funciones de los astrocitos.

Soma Axón sinóptico

A: Astrocito; GLU: Glucosa; FN: Factores Neurotróficos; NT: Neurotransmisores;


K•: Potasio

Glucolísis y fosforilación oxidativa intracelular

Existe una estrecha relación entre la glucosa que llega al cerebro a


través de la sangre y el piruvato, principal sustrato energético del SNC.
Ya vimos anteriormente que la glucosa que no es utilizada como tal
se almacena como glucógeno en el astrocito, constituyendo el princi-
pal reservorio celular.
La glucólisis es el conjunto de reacciones metabólicas que transfor-
man la glucosa en piruvato y lactato. A su vez, especialmente el piruvato
proveniente del astrocito participa en el ciclo de Krebs, complejo proceso
bioquímico que se desarrolla fundamentalmente en las mitocondrias del
citoplasma neuronal. El resultado final es la producción de adenosin-rri-
fosfato (ATP), que constituye el principal combustible para el correcto
funcionamiento celular (por ejemplo, para la síntesis de proteínas y en-
zimas o para activar la bomba sodio-potasio de la membrana neuronal) .
El ciclo de Krebs proporciona entonces el combustible en forma de ATP,
generando sustancias de desecho; estas últimas son el dióxido de carbo-
no (C02) y el agua (H20) , que a través del sistema venoso se eliminan
por la circulación general. A partir 'de una molécula de glucosa se puede
obtener hasta un máximo de 38 moléculas de ATP.
88 Vázquez, G. H.; Vieitez, A; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Regulación del metabolismo energético por sistemas de


neurotransmisores

El metabolismo energético a nivel celular es regulado por siste-


mas de neurotransmisores específicos, como aquellos que contienen
el péptido intestinal vasoactivo (VIP) y la noradrenalina (NA). Am-
bos neurotransmisores ejercen su acción sobre los astrocitos corticales
produciendo la estimulación de la destrucción del glucógeno alma-
cenado en dichas células para transformarlo nuevamente en glucosa,
que posteriormente será utilizada como sustrato energético. La meta-
bolización del glucógeno a glucosa se denomina glucogenolisis, esto es,
la destrucción o "lisis" del glucógeno para formar glucosa. Esta vía
metabólica posee una enzima clave que es activada por los sistemas de
neurotransmisores antes mencionados.
El sistema neuronal que utiliza el VIP como neurotransmisor se loca-
liza a nivel intracortical, o sea, entre las neuronas ubicadas en la corteza
cerebral. Se supone que regularía la disponibilidad de los diferentes sus-
tratos energéticos a nivel local, entre las capas neuronales corticales.
El sistema noradrenérgico tiene sus cuerpos celulares localizados
en estructuras anatómicamente profundas, más precisamente en el
locus coeruleus ubicado en el tronco cerebral, desde el cual proyectan
sus axones hacia diferentes áreas del sistema nervioso, entre ellas, la
corteza cerebral. Por ello, el sistema noradrenérgico sería el encargado
de regular la homeostasis energética cerebral de manera global sobre
diferentes áreas corticales.
Los astrociros son uno de los objetivos celulares preferidos de estos
sistemas de neurotransmisores, regulando la acción enzimática que
provoca la destrucción de reservas de glucógeno para posibilitar que
la neurona disponga del ATP necesario para realizar sus actividades
metabólicas. La acción combinada de estos dos sistemas, una local y
otra global, sobre la glucogenolisis en los astrocitos es la responsable
entonces de satisfacer la demanda energética del tejido cerebral. A
modo de ejemplo, imaginemos una descarga masiva de noradrenali-
na que sucede ante situaciones de demanda energética en el alerta o
stress. Inmediatamente este neurotransmisor activa la enzima clave
en la glucogenolisis, satisfaciendo por este proceso la mayor demanda
energética de la neurona.
Neurociencia. Bases y fundamentos 89

Los sistemas de noradrenalina y de VIP pueden entonces interpre-


tarse como los responsables de mantener el tono energético cerebral
así como el sistema nervioso autónomo mantiene la homeostasis celu-
lar en los tejidos periféricos.
Capítulo 8

Desarrollo cerebral y comportamiento


Desarrollo neuroanatómico, neurogénesis,
migración, conectividad
Desarrollo neuroquímico
Neuroplasticidad
Influencias genéticas y ambientales
Neurogénesis en el adulto

Introducción

En el curso de la gestación, el tamaño del sistema nervioso cen-


tral humano va desde una microscópica banda celular a un peso de
aproximadamente 350 gr al nacer; para la edad de cinco años el SNC
ha alcanzado el 90% de su peso adulto (1300gr) y la densidad de con-
tactos sinápticos ya ha alcanzado su pico y comienza a ocurrir una de-
clinación de los mismos. Concomitantemente, nuevos progresos en el
rendimiento del SNC son alcanzados paulatinamente con el desarrollo
cerebral, involucrando rodas las áreas de la personalidad. Debemos te-
ner en cuenta que la compleja arquitectura cerebral que se alcanza en el
adulto es la resultante de la interacción entre la información contenida
en los genes, los procesos celulares que participan del neurodesarrollo y
la interrelación del sujeto con el entorno.
Fallas en estos aspectos fundamentales , errores genéticos, procesos
celulares o estimulación ambiental han sido ampliamente relacionadas
en la literatura con la manifestación de ciertos cuadros psicológicos y
psiquiátricos; tal es el caso de cierras esquizofrenias asociadas a la falla
92 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullo sa, 0 .; Hadid, E.

en la migración celular postulada en ciertas regiones del lóbulo tempo-


raL

Desarrollo neuroanatómico de las estructuras cerebrales

El desarrollo de sistema nervioso comienza durante la tercera


semana de gestación. A través del proceso embriológico de gastru-
lación se forman, en el embrión humano, tres láminas (embrión
trilaminar, plano), cada una de las cuales dará origen a diferentes
estructuras . Así, el embrión está conformado por ectodermo o capa
externa, mesodermo o capa intermedia y endodermo o capa interna.
El sistema nervioso es uno de los productos de la lámina ectodér-
mica .
En un comienzo, el cerebro consiste en una delgada lámina de cé-
lulas llamada plato neural, parte del ectodermo. Los bordes de dicho
plato neural empiezan a aproximarse entre sí formando un surco, el
surco neural, hasta su cierre completo, dando lugar a la formación
del tubo neural. Todas las estructuras que constituyen el SNC adulto
provienen de las células que pertenecen a las paredes de este tubo lle-
no de líquido que se forma en estadios embrionarios muy tempranos.
Por otra parte, la luz del tubo dará origen al sistema ventricular. Si
estudiamos la manera en que este tubo neural primitivo crece y se
diferencia, podremos entender de dónde proviene cada parte del SNC
y sus cavidades. La parte del tejido neural ectodérmico que queda
por fuera de las paredes del tubo neural, en contacto con el tejido
mesodérmico, dará lugar al sistema nervioso periférico.
El tubo neural va diferenciándose a medida que va creciendo, dan-
do lugar a la aparición de las denominadas vesículas primarias: pro-
sencéfalo, mesencéfalo y rombencéfalo (de la más rostral o cefálica a
la más caudal, o en otros términos, de adelante para atrás) y la médula
espinaL
1) A su vez, a partir del prosencéfalo se generan cuatro vesícu-
las laterales o secundarias: dos son las vesículas ópticas, que darán
origen a los ojos y las otras dos son las llamadas vesículas telencefd-
licas, que darán origen a los dos hemisferios cerebrales. El interior
de estos últimos, lleno de líquido, formará los ventrículos laterales
adultos.
Neurociencia. Bases y fundamentos 93

El tejido central que queda en el medio de estas vesículas secun-


darias es denominado diencéfa!o. Este último dará origen a su vez al
tálamo y el hipotálamo adultos. A este nivel, la luz del tubo origina el
tercer ventrículo.
2) El mesencéfalo sufre muy pocos cambios durante el desarro-
Uo cerebral y madurará hacia la estructura que conserva el mismo
nombre en el tronco cerebral adulto. Entre sus diversas funciones se
encuentra la conducción de información desde la médula a la corteza
y viceversa. Sirve de estación de relevo de la información sensorial
(visual y auditiva), que hará escala previa en el tálamo antes de llegar
a su destino final en la corteza cerebral sensorial. En el centro del
mesencéfalo encontramos un canal estrecho lleno de líquido denomi-
nado acueducto cerebral, que une al tercer ventrículo (parte integrante
del prosencéfalo) con el cuarto ventrículo (en el rombencéfalo).
3) Por último, el rombencéfalo dará origen a dos estructuras fun-
damentales en el tronco cerebral: la protuberancia y el bulbo raquídeo
y el cerebelo. A este nivel anatómico se produce el entrecruzamiento
de los axones neuronales, de tal manera que la información sensorial
que proviene del lado derecho del cuerpo será "interpretada" por el
hemisferio cerebral izquierdo (y viceversa), mientras que la informa-
ción motora del hemisferio derecho viajará hacia (es decir, inervará) la
parte izquierda del cuerpo (y viceversa). Este entrecruzamiento axo-
nal de un lado hacia el otro es conocido como decusación piramidal.
La estructura cilíndrica llena de líquido que queda en el medio (el
tubo neural) dará origen al llamado cuarto ventrículo, que tiene como
piso al tronco cerebral y como techo al cerebelo.
Caudalmente, a partir de las paredes del tubo, se desarrolla la mé-
dula espinal y de la luz, el canal central.

Neurodesarrollo a nivel celular

El extraordinario crecimiento del SNC involucra diferentes pro-


cesos celulares aún no totalmente comprendidos al presente. Sin em-
bargo, se sabe que está muy lejos de ser un crecimiento solo debido
al aumento de su masa, por reproducción celular; por el contrario,
múltiples procesos son llevados a cabo para el crecimiento y desarrollo
de estos órganos estructural y funcionalmente tan complejos. Entre
94 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Bou llosa, 0.; Had id, E.

Figura 20. Vesículas em brionarias.

Vesículas Vesículas
secundaJias primarias
Vesículas
te lencef~licas
Ventrículos ,..,-.,.----,..,...,...,
laterales

Vesículas Prosencéfalo
ópticas

Diencéfalo

Tronco cerebral Mesencéfalo


Acueducto cerebral

Cerebelo 1Metencéfalo 1 Rombencéfalo


Cuarto ventrículo
íe71e-nc-,.
M,- o 1~
éf"al""
'"j

Médula espinal
Canal central !Médula espinal !

estos procesos se hallan los de diferenciación celular, migrac10n, la


creación sináptica, la síntesis de mielina y hasta la muene de ciertos
grupos celulares y de ciertas sinapsis.
En el curso del desarrollo del tejido nervioso tienen lugar cuatro
procesos a nivel microscópico: neurogénesis o nacimiento celular, mi-
gración, formación de la conectividad (incluyendo la formación de si-
napsis, muerte celular y regresión axonal) y mielinización.
El patrón con que cada uno de estos procesos tiene lugar en términos de
aparición y duración, en relación al nacimiento, es propio de cada especie.

Neurogénesis

Todas las células del tejido nervioso, neurona o célula de la glía, se


generan, salvo algunos casos, en un corto período de tiempo que fin a-
Neurociencia. Bases y fundamentos 95

liza con el nacimiento. A partir de una pequeña población de células


precursoras ubicadas en las paredes del tubo neural, próximas a la luz,
se generan los diferentes tipos celulares del sistema nervioso.
En este proceso de diferenciación celular, por el cual de una célula
precursora (madre) se originan las diferentes poblaciones de células
neuronales y células gliales, es esencial la influencia que ejercen las
células del entorno . A través de interacciones espaciales y temporales
se conduce la formación de cada tipo celular y se determina su iden-
tidad final.
Con la aparición de neuroblastos (células cuya reproducción da ori-
gen a nuevas futuras neuronas) comienza, en la tercera semana de ges-
tación, el desarrollo neural, con el nacimiento y diferenciación celular,
siguiendo un patrón ordenado y progresivo.
Ciertas características de la neurogénesis halladas en los roedores
parecen relevantes para rodas los mamíferos:
a- Existe un patrón ordenado de desarrollo.
b- En las estructuras laminares, como la corteza cerebral, exis-
te un patrón de crecimiento característico de adentro hacia fuera
por el cual las neuronas nacidas más tarde migran más allá de las
nacidas más tempranamente, para alcanzar una localización más
periférica.
e- En una región dada, las neuronas más grandes se producen
antes que las más pequeñas.
Como se mencionó anteriormente, es interesante saber que, aunque
la neurogénesis es un proceso predominantemente prenatal, continúa
luego del nacimiento en ciertas regiones cerebrales.

Migración

Es el mecanismo por el cual neuronas nacidas en la zona ventricular


alcanzan su posición final en la corteza o en estructuras subcorticales.
Se sabe que existen por lo menos dos estrategias de migración neu-
ronal: una primera, la cual se realizaría sin guía, y luego una más com-
pleja, guiada por células de la glía, llamada glía radial. Estas células
gliales más tarde se diferencian en astrocitos. Cabe agregar que ciertas
moléculas, conocidas como moléculas de adhesión neuronal, estarían
implicadas en estos procesos.
96 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Had id, E.

Por otro lado, el mecanismo de guía para la migración celular esta-


ría involucrado en la formación de la disposición columnar (columnas
ontogénicas) de la corteza cerebral.

Conectividad

Se trata del proceso por el cual los axones alcanzan sus células blan-
co (donde actuarán o célula postsináptica) y determina el patrón ma-
duro de sinapsis.
El crecimiento axonal es un evento sorprendentemente tempra-
no, comenzando antes de que la neurona termine su migración .
Se sabe que el cerebro produce muchos axones que luego son elimi-
nados, pero la razón por la que se produce no está clara; sin embargo,
esto contribuye a la conformación final del cerebro.
El proceso de sobreproducción seguido de eliminación ocurre tanto
para los axones como para neuronas. En algunas regiones del cerebro
de la rata, la muerte neuronal alcanza aproximadamente el 50% de las
neuronas antes del nacimiento.
La remodelación neuronal implica una reducción gradual del te-
jido nervioso por muerte celular natural, apoptosis, y cambios en la
capacidad sináptica (es decir, el número de sinapsis que recibe cada
célula), que ocurre hasta la adolescencia y que dependería de la acción
de sustancias químicas llamadas factores neurotrójicos. Estas sustan-
cias, como el factor de crecimiento nervioso (NGF) o el factor neuro -
trófico derivado del cerebro (BDNF), son fabricadas y liberadas por
los tejidos blanco, a los cuales las neuronas proyectan y constituyen
elementos fundamentales, no solo para la diferenciación y desarro-
llo del SNC en estado embrionario, sino también son indispensables
para el funcionamiento y supervivencia neuronal en el cerebro adulto.
Incluso hoy sabemos que tienen una función neurotransmisora, que
incluye la presencia, en nuestras neuronas, de receptores específicos
para estas moléculas.

Mielinización

El aumento de peso, mencionado anteriormente, durante el creci-


miento del SNC parece deberse en su mayor parte al aumento en la
Neurociencia. Bases y fundamentos 97

formación de mielina por los oligodendrocitos (células gliales encar-


gadas de la elaboración de esta substancia en el SNC) y por las células
de Schwann (en el SNP). El proceso de mielinización se desarrolla de
manera más notoria en el hombre, hasta la primera década de la vida;
sin embargo, estructuras filogenéticamente más nuevas no se hallan
completamente mielinizadas hasta la segunda década (el haz cortico-
espinal termina su mielinización a los dos años, el cuerpo calloso lo
hace en la adolescencia y la vía de asociación entre la corteza prefron-
tal ipsilateral y los lóbulos temporal y parietal lo hace alrededor de los
treinta años de edad).

Desarrollo neuroquímico

Durante el desarrollo del SNC, los receptores y neurotransmisores


presentados por las células fluctúan en muchos casos. A esta capacidad
de una célula de modificar un fenotipo neuroquímico por otro se deno -
mina plasticidad fenotípica y es propia del comienzo del desarrollo.

Neurotransmisores

Las neuronas monoaminérgicas aparecen temprano en el desarrollo del


SNC. La noradrenalina ha sido implicada en el desarrollo cortical, no solo
por su temprana presencia en la corteza, sino por evidencia experimental que
la ha ligado al desarrollo de la plasticidad sináptica en la corteza visual.
Como la noradrenalina, la serotonina también ha sido ligada al de-
sarrollo de la arquitectura cortical.
A diferencia de las anteriores, los aminoácidos aparecen más tardíamente
en el desarrollo del SNC, alcanzando su máximo luego del nacimiento; de
manera similar, la aparición de acetilcolina es también tardía.

Receptores y Efectores

Dados los grandes cambios morfológicos implicados en el desarrollo


del SNC, no es sorprendente que el desarrollo de los receptores presente
una gran variación con respecto a su distribución en el adulto.
El acoplamiento de los receptores al segundo mensajero también
presenta variaciones con respecto a los observados en la edad adulta.
98 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Aparecen así patrones de acoplamiento que más tarde estarán ausentes


(los receptores se hallan acoplados a un segundo mensajero, diferente al
observado en la edad adulta).

Especificidad y plastici<;lad neuronal dependiente de la


actividad

La organización estructural y la expresión funcional exhibidas por


las neuronas dependen de la interacción continua entre las influencias
internas de la célula (de origen genético) y las influencias externas de
su medio ambiente. La especificidad neuronal estará determinada ge-
néticamente e implica qué forma y qué conexiones van a desarrollar
determinadas neuronas para cumplir con sus funciones. Las variaciones
de estos patrones predecibles predeterminados son expresión de la plas-
ticidad neuronal, es decir, la capacidad para cambiar o transformarse.
Durante la diferenciación celular, la neurona inmadura utiliza un
gran número de información genética que contiene las instrucciones
para expresar su especificidad: migrar a un lugar del sistema nervioso
específico, asumir las características tÍpicas de esa neurona determinada
y tener el potencial para desarrollar las características bioquímicas y
funcionales de dicha neurona. El sistema nervioso exhibe una plastici-
dad tal que permite modificar su morfología y capacidad de respuesta
de acuerdo a los estímulos ambientales internos o externos que reciba.
El hecho de que los humanos y otros organismos sean capaces de apren-
der y memorizar en grados variables indica que el sistema nervioso es
modificable.

Plasticidad sináptica. Período crítico

La plasticidad es fundamental en el desarrollo debido a que posibilita


que el organismo altere sus conductas en respuesta a los factores ambientales
predominantes. Existe mucha evidencia que demuestra que los patrones de
conectividad neuronal en la corteza cerebral no son estáticos sino que son
mantenidos y ajustados de manera dinámica por el continuo influjo de las
experiencias. El desarrollo normal del sistema nervioso requiere de una se-
rie de eventos genéticamente determinados en su aparición, cuya expresión
correcta depende de la presencia de los estÍmulos ambientales apropiados.
Neurociencia. Bases y funda mentos 99

El grado en que esta programación genética puede ser influenciada por los
eventos ambientales varía, en gran medida, de acuerdo a los tipos celulares,
las regiones cerebrales o los períodos de tiempo involucrados. La deprivación
de luz produce un mal desarrollo de la corteza visual, a pesar de que la infor-
mación genética para su desarrollo normal no está afectada. La deprivación
de la estimulación táctil materna produce en las ratas recién nacidas que
importantes enzimas metabólicas no se activen, a pesar de que su material
genético se encuentra intacto.
Muchos de los procesos de desarrollo neuroanatómicos y neuro-
químicos descriptos pueden ser modificados por la actividad durante
el desarrollo del SNC. Se ha observado que las cortezas visual y audi-
tiva, así como las representaciones visuales y auditivas de estructuras
anatómicas subcorticales, sufren modificaciones acordes a la estimu-
lación recibida durante cierto período al que se conoce como período
sensible o crítico, en el cual la deprivación efectuada experimentalmen-
te en algunos animales produce alteración en el desarrollo normal de
estas estructuras.
Se ha postulado que la actividad neuronal produce, de alguna ma-
nera, un refuerzo sobre circuitos específicos.

Mecanismos elementales de la plasticidad sináptica

La neuroplasticidad, es decir la posibilidad de que se produzcan


cambios en la estructura anatómica de nuestro sistema nervioso adulto,
se apoya fundamentalmente en la capacidad de modificación de la conecti-
vidad sináptica. La consolidación o la desaparición de una sinapsis está dada,
como vimos, por la combinación de factores genéticos y estímulos ambien-
tales. Sin embargo, a nivel neuroquímico, todas las sinapsis modificables
cuentan con el glutamato como su neurotransmisor principal. Como ya he-
mos visto en otro capírulo, el glutamato es un neurotransmisor excitatorio
que actúa sobre receptores ionotrópicos, más precisamente sobre dos tipos de
receptores diferentes: los receptores AMPA y NMDA, que seco-localizan en
un gran número de sinapsis.
El receptor tipo AMPA está asociado a un canal de sodio, mientras que
el receptor tipo NMDA lo está a uno de calcio. Este último canal posee en
su entrada un ion de magnesio que bloquea la misma durante el potencial
de reposo. Cuando la membrana se despolariza, el magnesio se desprende y
ázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

·ce la entrada de calcio al citoplasma. Es decir, que, para que el canal


caJcio asociado al receptor NMDA se abra, deben pasar dos cosas al
·smo tiempo: que el glutamato se una al recepwr y la membrana post-
sioáptica esté despolarizada. Por lo tanto, la entrada de calcio a la célula
se producirá cuando exista una activación simultánea de las neuronas pre
• postsi nápticas.
El ingreso de calcio generará, por activación de segundos mensajeros,
la aparición de nuevas proteínas intracelulares que contribuirán a la con-
solidación y efectividad sinápticas. Este tipo de modificación sináptica es
conocida con el nombre de potenciación a largo plazo (LTP) y será estudiada
en detalle más adelante, cuando expliquemos los mecanismos sinápticos de
la memoria. El proceso inverso, la depresión a largo plazo (LTD), implica
una disminución de la efectividad y posterior desaparición de la sinapsis,
producida por la baja entrada de calcio al citoplasma, como resultado de una
pobre activación del receptor NMDA. Las hipótesis actuales sostienen que el
m antenimiento de las conexiones formadas durante el desarrollo depende de
su capacidad de generar una respuesta mediada por los receptores NMDA
por encima de determinado nivel, que si no llegara a ser alcanzado conduci-
ría la desconexión neuronal.

Influencias genéticas y del ambiente en el desarrollo


cerebral

De todas las malformaciones y defectos genéticos de los seres hu-


m anos, desde mínimas variaciones hasta anormalidades letales, casi
la mitad involucran al sistema nervioso. A pesar de que el SNC se
desarrolla de manera integrada, sus diferentes partes maduran a dis-
ti ntas velocidades. Durante este crecimiento, cada estructura atravie-
sa uno o más períodos críticos, durante los cuales es sensible a varias
influencias externas o internas. Estos períodos críticos, en general,
so n aquellos en los que se produce una rápida diferenciación bioquí-
m ica.
Se llaman malformaciones congénitas a las alteraciones del desarrollo
que producen una anormalidad anatómica que se presenta en el na-
cim iento. Estas alteraciones, generalmente, son causadas por factores
genéticos (anormalidades cromosómicas o mutaciones genéticas) y fac-
tores ambientales.
Neurociencia. Bases y fundamentos 101

Factores genéticos

Muchos casos de retardos mentales congénitos son el resultado


de alteraciones cromosómicas. Por ejemplo, el síndrome de Down
es producto de una condición genética que consiste en la presencia
de rres cromosomas en el par 21 (lo normal es que se agrupen de a
pares). '
Otra enfermedad de origen genético es la fenilceronuria, que se
caracteriza clínicamente por un importante retardo mental asociado
con irritabilidad. Esta enfermedad es producida por un error heredi-
tario en el metabolismo del aminoácido fenilalanina. El defecto bá-
sico consiste en el déficit de la enzima que transforma la fenilalanina
en tirosina en el hígado, por lo que la fenilalanina se acumula en
cantidades tóxicas.

Factores nutricionales

La malnutrición durante la vida fetal y la niñez temprana tienen


un efecto fundamental sobre el desarrollo del SNC. Algunas falen-
cias nutricionales duranre la maduración temprana pueden provocar
daños permanentes. Este período crítico abarca desde el segundo tri-
mestre del embarazo hasta la mayor parte del primer año de vida.
Duranre este período, la mayoría de las neuronas y la macroglía se
desarrollan y su proliferación puede disminuir bajo una malnutrición
proteica severa.
Si bien ya no sería congénito, de persistir la falla nutricional luego
del nacimiento, la formación de células gliales se interrumpe y la mie-
linización es ineficiente. Esta condición se debe fundamentalmente al
déficit calórico y se conoce con el nombre de marasmo. Clínicamente se
manifiesta como cuadros de letargia, apatía, irritabilidad y disminución
de la capacidad intelectual. Cuando se produce un déficit nutricional
proteico en niños de uno a dos años de edad se denomina kwashiorkor.
En esta enfermedad se observa una disminución en la diferenciación y
la conectividad de las neuronas.
A diferencia de los cerebros de los fetos y de los niños pequeños, los
cerebros de los adolescentes y adulros son más resistentes a la malnu-
trición.
102 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boul losa, 0.; Hadid, E.

Factores hormonales

La deficiencia de hormona tiroidea durante períodos críticos en las


últimas etapas del desarrollo uterino (alrededor del 7mo. mes) produce
un retardo mental denominado cretinismo. La corteza cerebral de estos
individuos está pobremente desarrollada, existe una reducción en el nú-
mero y tamaño de los ~uerpos neuronales, así como también se presen ta
poco desarrollo de sus axones y dendritas.

Factores farmacológicos

Dentro de las malformaciones congemtas, merecen un apartado


especial aquellas que son producidas por fármacos. El conocimiem
sobre el tema evitará incurrir en iatrogenia, tanto al medicar como
no hacerlo.
Si bien todos los fármacos atraviesan rápidamente la placenta, se
reserva el término de teratogénicos para aquellos con capacidad de
producir malformaciones en el embrión. La valoración del riesgo po-
tencial de un medicamento utilizado durante el embarazo no es fá -
de realizar, pues se debe tener en cuenta, no solo su capacidad intrí
seca para originar malformaciones o problemas durante la gestació n .
el parto, sino la fase del embarazo en que se utiliza.
Para orientar respecto de la seguridad de los medicamentos,
FDA ha establecido un sistema de clasificación en cinco categor '
(A, B, e, D y X) basada en datos que se derivan de estudios en hu
nos y animales. Los medicamentos clasificados en la categoría A
considerados como seguros para su uso durante el embarazo (nin '
psicotrópico está incluido dentro de este grupo), mientras que los m
dicamentos en la categoría X están contraindicados por haber mosa:;¡
do riesgo fetal que sobrepasa cualquier beneficio. Los medicame
en categoría B, e y O se consideran como riesgo intermedio, sien
en este último caso fundamental la valoración individual sobre la
cesidad del tratamiento, contemplando la ecuación riesgo-benefi ci
Respecto del momento en el que se utilizan, debemos consid
que la exposición a un agente tóxico durante las dos primeras sem
de gestación por lo general resulta en un producto no viable o no eh:;.¡
secuelas. Si el daño es severo, el producto de la concepción se pie ·
Neurociencia. Bases y fundamentos 103

antes de haber sido conocido o diagnosticado y, si es menor, las carac-


terísticas pluripotenciales de las células embrionarias reparan el daño
ad integrum. El momento de mayor riesgo es el que se corresponde
con la formación básica de los órganos, período de organogénesis, el
cual tiene lugar dentro de las primeras doce semanas después de la
concepción, siendo el primer trimestre del embarazo el más delicado
para adoptar una conducta terapéutica. Es particular el caso del sis-
[ema nervioso en el que cada estructura atraviesa uno o más períodos
críticos, durante los cuales es sensible a fármacos con potencialidad
teratogénica; incluso con el agravante de que las alteraciones que se
produzcan pueden no ser evidentes al momento del nacimiento, sino
po nerse de manifiesto al momento de requerirse de determinadas fun-
ciones. Un daño en el cierre del tubo neural se detecta al momento
del nacimiento, en cambio, un defecto en la citoarquitectura puede
expresarse por fallas cognitivas que se detectan en los primeros años
de vida.
Por último, no importando el fármaco del que se trate ni la etapa
del embarazo en la que se encuentre la paciente, siempre la decisión
de tratar con medicación durante el período de gestación requiere la
responsabilidad compartida, siendo vital la información a la madre y
su pareJa.

Neurogénesis en el cerebro adulto

Hasta hace unos pocos años primó el concepto clásico de que en el


tejido nervioso del cerebro adulto no existía la posibilidad de encon-
trar células en división o mitosis. Sin embargo, y a partir del descu-
brimiento simultáneo ocurrido en varios laboratorios independientes,
se ha generado una revisión crítica de este postulado. En la región
límbica conocida como zona ventricular del hipocampo, se mantie-
nen en estadios celulares primitivos (células madre o stem cells) un
grupo de neuroblastos que conservan la capacidad de división celular,
aun en el cerebro adulto, y que darán origen a nuevas células neura-
les (pr incipalmente astrocitos), que en una segunda etapa empiezan a
migrar hacia las regiones corticales. Esta fue la primera zona cerebral
donde se pudo detectar este fenómeno conocido como neurogénesis
del cerebro adulto; sin embargo, no es el único lugar del encéfalo con
104 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

estas propiedades: también se ha podido observar este fenómeno en


regiones corticales parietales y prefronrales. Los efectos neuroprotec-
wres de algunos psicofármacos modernos se producen, no solo por su
acción inhibiroria sobre los factores apoptóticos o de muerte celular
programada, sino también por estimulación directa de la neurogéne-
sis cerebral, debatiéndose en la actual idad la posibilidad hipotética
de que esta cualidad sea la piedra angular para alcanzar los efectos
terapéuticos básicos de estos medicamentos (por ejemplo, las propie-
dades antidepresivas se ponen de manifiesto solo si logra estimular la
neurogénesis).

Envejecimiento cerebral normal

El número de neuronas cerebrales tiende a disminuir con la edad;


las consecuencias no son necesariamente evidentes ya que las neuronas
supervivientes restantes pueden compensar la pequeña disminución en
el número total.
El peso del cerebro disminuye a lo largo de los años, perdiendo hasta
un 10% entre los 20 y los 90 años. Esto se debe a una pérdida y atrofia
de las neuronas y la glía y a una disminución de los espacios extrace-
lulares. La pérdida neuronal varía de una región a otra; en la corteza
cerebral es mayor al resto, especialmente en el lóbulo frontal y en la
corteza visual primaria.
Las neuronas en sí también envejecen, variando su tamaño (aumen-
tando o disminuyéndolo) y acumulando determinados pigmentos in-
tracelulares.
En la tercera edad, la disminución del peso cerebral total, el aumen-
to del tamaño ventricular y la calcificación de las meninges son signos
de envejecimiento cerebral normal.
Capítulo 9

Corteza cerebral
Organización del neocortex
,L\reas motoras y sensoriales corticales
Dominancia cerebral
Circuito neural del lenguaje

Generalidades

A nivel cerebral, la sustancia gris se distribuye formando la corteza


.cerebral, ubicada en la superficie del cerebro, y los ganglios o núcleos
basales profundamente situados en la sustancia blanca.
En la corteza cerebral existen circuitos de neuronas que son res-
ponsables de la capacidad de analizar, interpretar y almacenar la
i!:J.formación que llega del exterior y permite tener la percepción de
lo que sucede a nuestro alrededor. Por lo tanto, es la corteza la es-
tructura donde se realizan las funciones cerebrales superiores ·del
individuo.
Fisiológicamente, se puede dividir a las estructuras mencionadas
en tres cerebros funcional y anatómicamente delimitados. Vale aclarar
que no se conocen aún muchas de las funciones y, particularmente,
sus relaciones con estructuras anatómicas cerebrales.

1) Cerebro límbico: es filogenéticamente el más antiguo y sus acti-


vidades están vinculadas con la regulación de la vida instintiva. Entre
106 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

sus funciones se destacan aquellas relacionadas con la regulación ho-


meostática del medio interno (como por ejemplo el balance hidroelec-
trolítico) , la elaboración de las emociones y la ubicación cronológica
de los recuerdos (hipocampo), entre otras.
En términos anatómicos, el cerebro límbico comprende estructuras
corticales y subcorticales. Entre las primeras, se halla el lóbulo límbico,
comprendido por el giro cingulado, el giro parahipocámpico, el uncus
o corteza olfatoria y la formación del hipocampo. Las estructuras sub-
corticales incluyen la amígdala, el septum, el hipotálamo y ciertas áreas
del tálamo.
El cerebro límbico es el asiento anatómico de la esfera vital de la
personalidad.

2) Cerebro paralímbico: su función es la valoración o jerarquiza-


ción de los estímulos recibidos. Está compuesto por la corteza tem-
poral basolateropolar, encargada de dar sentimiento a las sensaciones,
y la corteza orbitaria anterior ubicada en la región inferior del lóbulo
frontal, sede del "yo social" y la censura, cuya función consiste en
evitar acws impulsivos en pos del bien común. Es una esfera funcio-
nalmente interpuesta entre el cerebro límbico y noético; su tarea es
otorgarle el correspondiente sentimiento a un contenido sensorial o
intelectual.
El cerebro paralímbico es el asiento anatómico de la esfera valorativa
o pragmática de la personalidad.

3) Cerebro noético o intelectual: se encarga de la percepción (au-


ditiva, visual y sensitiva-táctil), el reconocimiento del mundo (gno-
sis), las praxias psicomotoras (que pueden entenderse como patrones
de ejecución de movimientos realizados en forma automática) y la
conformación de los conceptos concretos en aquellas áreas corticales
de asociación de los diferentes sentidos (visión, audición y sensibili-
dad táctil). Por otro lado, asume funciones relacionadas con el pensa-
miento abstracto, la formulación de proyectos, las formas lógicas del
lenguaje, entre otras. Estas funciones tienen su asiento anatómico en
el neocortex dorsal, denominación que incluye a toda la corteza de la
convexidad del cerebro.
Neurociencia. Bases y fundamentos 107

aracterísticas de la corteza cerebral

El área de superficie de la corteza cerebral está aumentada por su


legam iento en circunvoluciones, alcanzando algo más de 2,6 m 2 de
superficie, de los cuales un tercio es superficial y los dos tercios res-
antes se hallan en el interior de surcos y cisuras. Su espesor es mayor
en la superficie que en la profundidad de los pliegues, promediando
los 2,6 mm -varía de 4,5 mm en la correza premotora (lóbulo fron-
ta l) hasta 1,5 mm en el área visual del lóbulo occipital-. El desarro-
llo filogenético de la corteza cerebral alcanza en el hombre su mayor
complejidad y, a su vez, presenta el mayor tamaño en relación al peso
co rporal. Esta relación (peso cerebral/peso corporal) guarda, según
varios autores, una proporción directa con la edad filogenética de la
especie, en otras palabras, mientras mayor es dicha relación, filogené-
ricamente más nueva es la especie y viceversa. A modo de ejemplo, se
calcula que para un cerebro adulto, de aproximadamente 1400 grs.,
600 grs. corresponden a la corteza cerebral.
Del total de la superficie de la corteza cerebral, aproximadamente
un 95% corresponde a la llamada neocorteza dorsal (neocortex dorsal)
y el resto pertenece, en forma más o menos proporcional, a las aBo-
cortezas (allocortex). El allocortex, parte más "antigua" del cerebro, se
puede dividir en: 1) arquicortex (corteza hipocámpica), 2) paleocortex
(corteza olfatoria o piriforme) y 3) mesocortex (gyrus cingulado). Se
considera al lóbulo límbico como integrante del allocortex.

Organización del neocortex

Tal como se mencionó en el apartado anterior, la mayor parte de la


corteza que cubre los hemisferios cerebrales es la neocorteza o neocor-
tex. La misma puede dividirse en láminas horizontales (numeradas
del 1 al VI), dispuestas de forma paralela a la superficie cortical. A
pesar de que la estructura laminar es la característica más importante,
las unidades funcionales básicas de la correza cerebral están dispues-
tas en forma de columnas verticales, desde la superficie cortical hacia
la sustancia blanca. No son columnas desde el punto de vista estruc-
tural pero sí desde el funcional: cada columna de cada área sensorial
se encarga de una misma tarea. Dicha organización columnar de la
108 Vázquez, G. H.; Vie itez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

neocorteza se establece durante la vida fetal -recibiendo el nombre de


columnas ontogénicas-, pero el número de las conexiones sinápticas
se incrementa en la vida postnatal, en respuesta a los estímulos senso-
riales externos . Esta maduración ocurre en un período crítico tempra-
no, en respuesta a la estimulación sensitiva adecuada. Si se carece de
estímulos sensitivos en número y variedad durante el primer año de
vida, las funciones de la corteza cerebral no pueden desarrollarse de
manera normal. Por ejemplo, si los errores de refracción o de alinea-
ción (estrabismo) de los ojos no se corrigen en la infancia temprana,
la agudeza visual se altera de modo permanente a causa del desarrollo
inadecuado de los circuitos neuronales en la corteza visual primaria
del lóbulo occipital.

Figura 21 . Capas de la corteza cerebral.

Horizontal

1 ···x··; ~----------------1~
--
, ~--- ..,.
---~-------·
' ,
..,..__

2
< f' ~~ y
Géanulosa

'--~ ----,--------- ~ -:~-;---.

4 ···¡··y········..¡·¡;··················

5 w
·······························- ~ ·····

},- Fusiforme

--~-· r ································
1

6 1 1 •' 1

Martinotti
Piramidal
Neurociencia. Bases y fundamentos 109

Cada columna cortical recibe fibras desde ·otras áreas de la corteza


y del tálamo y emite fibras hacia otras columnas corticales del mismo
hemisferio (fibras de asociación), hacia la misma área cortical del he-
misferio contralateral (a través del cuerpo calloso, fibras comisurales) y
hacia los núcleos basales del cerebro, tronco cerebral y médula espinal
(fibras de proyección).
En general, las capas receptivas (input) de la corteza son las láminas
I a IV y las capas eferentes o emisoras (output) son las láminas V y VI.
Existen cinco tipos básicos de células neuronales: piramidales, es-
trelladas, fusiformes, de Martinotti y horizontales o de Caja!. La forma
del soma y la dirección de su axón constituyen los principales criterios
para su clasificación. De todas ellas, la más abundante es la llamada
célula piramidal.

Neocortex dorsal

Como es sabido, el neocortex dorsal representa la mayor superfi-


cie cortical del cerebro humano. Puede decirse que abarca toda la
superficie dorsal (superior) y lateral del cerebro y solo parcialmente
la cara medial de los hemisferios cerebrales. En otras palabras, está
conformado por las cortezas de los lóbulos frontal, parietal, temporal
y occipital en sus regiones dorsal, lateral y la porción superior de la
cara medial.
El neocortex dorsal presenta dos sectores fisiológica y anatómica-
mente bien diferenciados, limitados por la cisura de Rolando. Por de-
rrás de esta se encuentra el neocortex dorsal posterior, conformado por
la corteza de los lóbulos parietal, temporal y occipital. Funcionalmen-
te, estas regiones corresponden a las áreas sensoriales (áreas sensoria-
les primarias y secundarias y áreas de asociación). Por delante de la
cisura de Rolando se extiende la superficie de los lóbulos frontales que
representa el neocortex dorsal anterior. Esta zona corresponde a las
áreas motoras primarias, áreas premotoras y motoras suplementarias.

Neocortex dorsal posterior

En el neocortex dorsal posterior se encuentran las áreas sensoriales


primarias y secundarias que se corresponden con ciertas regiones de
1 1O Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

cada lóbulo. Así, en el lóbulo occipital se hallan las áreas sensoriales


pri marias y secundarias de la visión, llamadas también áreas visuales
p rimaria y secundaria, fundamentales para el procesamiento de la ima-
gen . En el lóbulo temporal se halla el área auditiva primaria, encargada
de detectar los cambios de frecuencia y la localización de la fuente de los
sonidos, y el área auditiva secundaria, necesaria para la interpretación
de los sonidos. Por último, en el lóbulo parietal tienen su asiento las
áreas sensoriales primaria y secundaria somatoestésicas (tacto, tempera-
ruca, dolor y cinestesia o sensibilidad profunda, sentido de la posición
corporal).
Se denomina sensibilidad a la capacidad para uansducir, codificar y
fi na lmente percibir la información generada por los estímulos origina-
dos en el medio ambiente externo e interno.
Las áreas explicitadas anteriormente tienen como función la per-
cepción y el reconocimiento primario del objeto, dependiendo del ór-
gano sensorial estimulado. A este nivel, el reconocimiento efectuado
es concreto e involucra solo la representación del objeto. Por ejemplo,
la imagen de un vaso en la visión, la representación del fonema (soni-
do que identifica a un objeto) en la audición o bien la representación
de la configuración táctil de un objeto (somatoestesia táctil).
Además de las áreas sensoriales primarias y secundarias, responsa-
bles de la codificación de la información sensitiva, existen las cortezas
de asociación encargadas de recibir e integrar información proveniente
de distintas fuentes (cortezas sensitivas primarias y secundarias, tála-
mo, tronco encefálico) e influir en diferentes estructuras corticales y
subcorticales. Sus funciones se vinculan con la capacidad de prestar
atención a estímulos complejos, identificar el significado de esos estí-
mulos, planificar respuestas apropiadas, así como también, almacenar
ciertos aspectos de dicha información. Estas capacidades integradoras
de las cortezas de asociación se denominan cognición.
La corteza de asociación parietal es particularmente importante
para atender los estímulos del medio externo e interno, la corteza de
asociación temporal identifica la naturaleza de esos estímulos, siendo
la corteza de asociación frontal la encargada de planificar las respuestas
conductuales aprop iadas.
Se denomina agnosia a la falla en el reconocimiento de un estímu-
lo que no puede atribuirse a déficits sensoriales elementales, deterioro
Neurociencia. Bases y fundamentos 111

cognitivo, alteraciones atencionales, afasia o falca de familiaridad con el


mismo. Se debe a lesiones que desconectan las áreas de procesamiento
sensorial primario con las de procesamiento cognitivo superior. Pueden
clasificarse según la modalidad en visual, auditiva, táctil y gustativa.
Las agnosias son modalidad específica: si se toma como ejemplo a un
paciente con una agnosia visual, se puede decir que, si bien no reconoce
un objeto presentado visualmente, puede hacerlo al percibirlo por otra
modalidad sensorial, como táctil o auditiva.

Neocortex dorsa l anterior

El neocortex dorsal anterior está constituido por la corteza de los


lóbulos frontales, ubicada por delante de la cisura de Rolando, y su
función es motora.
Aquí se distinguen tres regiones principales:

1- El área prerrolándica, relacionada con el control de la actividad


muscular, que a su vez se divide en: a) corteza motora primaria, inme-
diatamente anterior a la cisura de Rolando; controla los músculos es-
pecíficos de todo el cuerpo, en especial los que producen movimientos
finos como los del índice y el pulgar, del labio y la boca para hablar y
comer y, en mucho menor medida, los movimientos finos de los pies y
los dedos del pie; b) corteza premotora, delante de la anterior; produce
patrones de movimientos que comprenden grupos muscu lares que ejecu-
tan tareas específicas, como ubicar los hombros y los brazos en posición,
para que las manos queden orientadas en forma adecuada para realizar
un tarea determinada. En esta área se almacena, además, gran parte del
conocimiento para controlar los movimientos aprendidos como aquellos
necesarios para manejar o realizar un deporte; e) corteza motora suple-
mentaria, que probablemente funcione asociada con el área premorora
para proporcionar movimientos de actitudes, de fijación de diferentes
segmentos del cuerpo, de posición de la cabeza y los ojos, etc.

2- Un área intermedia dedicada a la motilidad ocular. Las áreas prerro-


lándicas e intermedia tienen la función de emitir un acto motor de acuerdo a
los objetos percibidos y representados por el neocortex dorsal posterior, desde
donde son aportados por numerosas proyecciones nerviosas (vías).
112 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

3- Corteza prefrontal: ocupa la porción más grande de los lóbu-


los frontales y allí asientan las funciones ejecutivas, aquellas habili-
dades cognitivas que nos permiten tener una conducta efectiva en la
vida diaria. Comprenden las capacidades necesarias para formular
metas, para proyectar hacia el futuro, para planificar procesos y es-
trategias, para lograr los objetivos propuestos, para ejecutar planes,
para inhibir respuestas inadecuadas y para tomar decisiones, entre
otras. Se relaciona también con la experiencia y con la expresión
emocional.

Dominancia cerebral

El cerebro humano consta de dos hemisferios unidos por el cuer-


po calloso, cuyo rol principal es lograr la integración bilateral de los
hemisferios para las funciones lingüísticas, motoras y sensoriales su-
periores. Cuando se examina el cerebro se observan dos hemisferios
iguales a simple vista, sin embargo, no son idénticos ni estructural
ni funcionalmente. Cada hemisferio está especializado en funciones
diferentes. Esta afirmación surge de un estudio realizado en la década
de 1960, en el cual se seccionaron las fibras del cuerpo calloso en pa-
cientes, como tratamiento alternativo de las crisis epilépticas que no
respondían a la medicación. Este estudio permitió evaluar la función
de los dos hemisferios de manera independiente, dado que se habían
interrumpido las fibras de conexión, demostrando la existencia de di-
ferentes funciones para el hemisferio derecho e izquierdo.
El hemisferio izquierdo es el asiento de las principales funciones
del lenguaje, especializándose en el procesamiento verbal y simbó-
lico necesario para la comunicación. Asimismo, tiene capacidad de
análisis, de hacer razonamientos lógicos, abstracciones, resolver pro-
blemas numéricos y de aprender información teórica, entre otros. En
el hemisferio derecho, en cambio, se ubican la orientación espacial,
el procesamiento emocional, la facultad para controlar los aspectos
no verbales de la comunicación, la intuición, el reconocimiento y
recuerdo de caras, voces y melodías. El cerebro derecho piensa y
recuerda en imágenes.
Habitualmente, el término dominancia aplicado a un hemisferio
es impreciso ya que, como se ha descripto en párrafos anteriores, cada
Neurociencia. Ba ses y fundamentos 113

Figura 22. Dom inancia cerebral.

Control
/~ Control
,. ,~
de la mano de la mano
derecha izquierda

lenguaje

escritura

lógica

ciencias

Hemisferio Hemisferio
izquierdo derecho

hemisferio es dominante para ciertas funciones. Por algún tiempo se


pensó que el hemisferio izquierdo controlaba la mayor parte de las ac-
tividades y, por lo tanto, se lo reconocía como el hemisferio dominan-
te o mayor, a diferencia del hemisferio derecho que era considerado el
menor o no dominante. Hoy se admite que cada uno tiene su propio
papel y está más implicado en la ejecución de algunas actividades y
menos en otras, y se afirma, por ende, que uno es el dominante o
principal para ciertas funciones mentales. El término lateralización
se refiere, precisamente, al desarrollo de estas funciones en uno de los
hemisferios.
El lenguaje y la preferencia manual han sido desde hace mucho
tiempo los dos factores principales en roda discusión sobre la dominan-
cia cerebral. El hemisferio izquierdo es dominante para el lenguaje en la
mayoría de las personas diestras. Este hecho se manifiesta de modo más
notorio en los casos de afasia, en los que un daño en el lado izquierdo
del cerebro puede causar un problema de lenguaje y una parálisis en el
114 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Bou llosa, 0.; Had id, E.

hemicuerpo derecho. Sin embargo, no ocurre del mismo modo en las


personas zurdas: el hemisferio derecho no constituye el dominante para
el lenguaje. Actualmente se sabe que alrededor del 97% de los seres
humanos, incluidos la mayor parte de los zurdos, tienen su función del
lenguaje en el hemisferio izquierdo.

Circuito neural del lenguaje

Una función cortical trascendental es la capacidad que poseen los


seres humanos de asociar símbolos arbitrarios con significados específi-
cos que permiten expresar los pensamientos y las emociones a través del
lenguaje oral y escrita.
Luego de la realización de estudios en pacientes con lesiones en re-
giones corticales específicas y la implementación de estudios por imá-
genes encefálicas funcionales en individuos sanos, se concluyó que la
capacidad lingüística de los seres humanos depende de la integridad de
varias áreas especializadas en los lóbulos temporal y frontal.
Como se explicó en el punto anterior, en la mayoría de las perso-
nas, las funciones primarias del lenguaje se localizan en el hemisferio
izquierdo, representándose en la corteza temporal izquierda los sonidos
del habla y sus significados y en la corteza frontal izquierda, las órdenes
moraras para producir las palabras. La localización de la función del
lenguaje en un área específica del cerebro se atribuye a los neurólogos
Paul Broca y Carl Wernicke, quienes arribaron a sus conclusiones luego
de examinar los encéfalos de pacientes afásicos después de su muerte.
La afasia es una alteración adquirida del lenguaje debido a una lesión de
las zonas del cerebro responsables del mismo.
En el lóbulo frontal izquierdo se ubica el área de Broca, área motora
del lenguaje, estrechamente relacionada con la generación del habla. Su
lesión provoca un tipo particular de afasia denominada afasia de Broca,
motora o de expresión, en la cual se encuentra afectada la capacidad para
producir en forma eficiente el lenguaje. Se caracteriza por una pérdida
severa de la fluidez (les cuesta hablar o lo hacen lentamente), producen
un número muy bajo de palabras o fonemas por minuto, tienden a
repetir frases o palabras (perseveración) y el hablar supone un gran es-
fuerzo. También es típico que produzcan frases cortas, agramaticales o
con falta de sintaxis. No obstante, por lo general, comprenden bastante
Neurociencia. Bases y fundamentos 115

bien lo que dicen los demás. Es común que tengan, asimismo, debili-
dad o parálisis del brazo y la pierna derecha, dado que el lóbulo frontal
izquierdo controla también los movimientos de la región contralateral
del cuerpo.
En el lóbulo temporal izquierdo se ubica el área de Wernicke, en-
cargada de la compresión del lenguaje. Una lesión en dicha área genera
una dificultad en la comprensión del lenguaje, denominándose afosia
de Wernicke, sensitiva o de recepción. A diferencia de la afasia motora,
la palabra es fluida y bien estructurada, pero el contenido del discurso
resulta incomprensible. El lenguaje se caracteriza por la presencia de
parafasias (sustitución de fonemas o palabras) y neologismos (inven-
ción de nuevas palabras). En la situación extrema, el habla se deteriora
tamo que se convierte en una jerga ininteligible (jergafasia). A su vez,
es frecuente la alteración de la lectura y la escritura. Vale destacar que
las personas con este tipo de afasia no son concientes de los errores que
comenten al comunicarse.
A modo de síntesis, puede decirse que el área motora del lenguaje se
encuentra en el lóbulo frontal izquierdo -en el área de Broca- y su lesión
afecta la capacidad de producir el lenguaje (afasia de Broca). El área de
Wernicke, en cambio, encargada de la comprensión, se ubica en el lóbu-
lo temporal izquierdo y su daño genera afasia sensitiva o de recepción.

Figura 23. Áreas del lenguaje.


Capítulo 10

Sistema motor
Control de los movimientos voluntarios

El control del movimiento voluntario está a cargo de cuatro subsis-


temas que interactúan permanememente para la adecuada ejecución de
la acción . Estos subsistemas son:

l. Circuito de la médula espinal, responsable de los movimientos


reflejos;
2. Sistemas encefálicos, que regulan acros motores más complejos;
3. Cerebelo;
4. Ganglios basales.

Médula espinal

En el asta anterior de la sustancia gris medular se encuentran las


neuronas motoras inferiores o alfa que inervan las fibras musculares y
constituyen la vía final común para la conducta motora. Cada axón de
estas neuronas se ramifica para actuar sobre varias fibras musculares
de un mismo músculo. El complejo de la motoneurona alfa junto a las
fibras que controla se denomina unidad motora.
118 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

También pertenecen a este subsistema las imerneuronas medulares,


que reciben aferencias sensitivas y proyecciones desde centros superiores
para rransmitir luego a la motoneurona alfa.
El arco reflejo más simple es el sensitivo motor (prueba del martillo)
que comprende el estiramiento del músculo. Esta señal es transmitida
por fibras sensitivas hacia la médula espinal, donde hace sinapsis con
las motoneuronas alfa, que responden con la contracción del músculo,
oponiéndose al estiramiento.
El reflejo de flexión es más complejo y es el que se efectúa cuando
se retira una exrremidad frente a un estímulo doloroso súbito. En este
reflejo se estimulan los músculos flexores y se inhiben los extensores.
La lesión de las motoneuronas inferiores produce parálisis del mús-
culo comprometido y pérdida de reflejos y del tono muscular. La escle-
rosis lateral amiotrófica (ELA) es una enfermedad caracterizada por la
degeneración lema y progresiva de las motoneuronas alfa de la médula
y tronco encefálico.

Corteza cerebral y tronco encefálico

El circuito primario descripto ut supra es controlado por proyecciones


descendentes del tronco encefálico y la corteza cerebral.
En el tronco encefálico, dos estructuras colaboran para ajustar la postura
frente a modificaciones ambientales. El núcleo vestibular recibe la informa-
ción sobre la posición de la cabeza en el espacio y controla los músculos de
cuello, dorso y proximales de la extremidades. La estructura del tronco ce-
rebral implicada es la formación reticular que controla músculos proximales
del cuerpo.
Las áreas de la corteza cerebral encargadas del control del movi-
miento son: la corteza motora primaria (en la circunvolución precen-
tral), la corteza premotora (más lateralmente) y la corteza motora su-
plementaria. Las dos últimas están encargadas de la planificación de los
movimientos (mayor nivel de abstracción) y la corteza mota"ra primaria,
que contiene una representación topográfica de la musculatura corpo-
ral, gobierna su ejecución.
Las proyecciones desde la corteza motora se originan en las neuro-
nas piramidales, en la capa V cortical, y descienden formando el rracto
corticoespinal o piramidal, que se cruza en un 75% a nivel del bulbo,
Neurociencia. Bases y fundamentos 119

para gobernar la actividad muscular del hemicuerpo contralateral. Es-


tas fibras hacen sinapsis con las motoneuronas alfa, influyendo sobre la
unidad morora.
La lesión de este subsistema de control conduce a un cuadro carac-
terizado por la afectación del cuerpo contrario a la lesión. En un primer
momento ocurre una parálisis con poco tono muscular o fláccida, que
luego se hace rígida o espástica, a la que se le suman signos de valor
neurológico.

Ganglios basales

Los núcleos que forman parte de los ganglios basales son el núcleo
caudado y el putamen -que en conjunto forman el estriado-, el globo
pálido, el núcleo subtalámico y la sustantia nigra.
Los ganglios basales participan en la planificación, iniciación y fina-
lización adecuada de los movimientos voluntarios. Para ello, este sub-
sistema recibe información de la corteza (áreas primarias y secundarias
somarosensoriales, auditivas y visuales y áreas de asociación multimo-
dales), la procesa y la vuelve a enviar, haciendo previamente una esta-
ción talámica, a las áreas motora primaria y premotora.
Dos enfermedades que afectan distintas áreas de los ganglios basales
ilustran la importancia de su correcto funcionamiento: en la enferme-
dad de Parkinson, donde se lesiona la sustancia nigra, existe tero blor
fino distal de reposo, rigidez, facie inexpresiva, dificultad para iniciar
los movimientos y lentitud en la ejecución; en la enfermedad de Hun-
tington, en la que se afecta el núcleo caudado, se producen movimien-
tos de sacudida (corea) y movimientos de posturas anómalas (atetosis),
evidenciándose el rol controlador de esta estructura sobre estos movi-
mientos parásitos anormales.

Cerebelo

El cerebelo es fundamental para realizar movimientos con suavi-


dad y de manera continuada. Para efectuar correctamente su función,
recibe información desde la corteza cerebral (áreas motoras, somatosen-
titivas primarias y de asociación visual), desde los núcleos vestibulares
(laberinto) y desde la médula espinal (mecanorreceptores que informan
120 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boul losa, 0 .; Hadid, E.

sobre la posición del cuerpo), y emite sus proyecciones, con estación


talámica, a la corteza motora y premotora.
La lesión de este subsistema se caracteriza por incoordinación mo-
tora (ataxia), temblor de intención, fallas en calcular un movimiento
(dismetría) y siempre afecta el hemicuerpo del lado de la lesión.
Capítulo 11

Sistemas sensoriales
Sensibilidad somática
Sentidos químicos

Generalidades

Se conocen clásicamente cinco modalidades sensoriales: el tacto, el


gusto, el olfato, la vista y el oído, a través de las cuales los diferentes estí-
mulos se traducen en sensaciones. Cada sentido tiene un modo particu-
lar de recibir el estímulo, pero todos comparten ciertas características:
1) la presencia de un estímulo, 2) la transformación de este en impulso
nervioso y 3) la experiencia conciente de la sensación.
Los sistemas sensoriales se inician en estructuras nerviosas espe-
cializadas denominadas receptores sensoriales, las cuales constituyen la
primera célula de cada vía sensitiva. Estos receptores transforman los
distintos tipos de energía física (mecánica, química, térmica o electro-
magnética) en una señal eléctrica, a través de un proceso denominado
transducción del estímulo.
El impulso eléctrico viaja así a neuronas de primer grado del sistema
nervioso y, a su vez, a las de segundo grado y superiores, estableciéndo-
se, de esta manera, núcleos de relevo, donde se inicia el procesamiento
de la información e incluso se determina cuáles estímulos se filtran o
122 Vázquez, G. H.; Vie itez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

transmiten a la corteza. Por otra parte, en los núcleos de relevo, in-


terneuronas inhibitorias resaltan la información y realzan el contraste
entre distintos estímulos.
La información que comenzó siendo procesada de forma paralela en
los núcleos de relevo, finalmente arriba a las áreas de la corteza cerebral
que se corresponden con las diferentes modalidades sensoriales, para
constituir la experiencia consciente de la sensación.

Figura 24. Los sentidos y sus receptores periféricos.

Mecanorreceptores Qu i m iorreceptores

Termorreceptores Fotorreceptores
Neurociencia. Bases y fundamentos 123

Sensibilidad somática

La sensibilidad somática no se encuentra limitada, como tradi-


cionalmente se describía, al sentido del tacto, sino que existen cuatro
modalidades principales mediadas por distintos tipos de receptores
y vías de transmisión al cerebro: 1) tacto, que discrimina tamaño,
forma, estructura y movimiento de los objetos sobre la piel; 2) propio-
cepción, que da el sentido de la posición estática y el movimiento del
cuerpo; 3) nocicepción, que transmite en forma de dolor la lesión del
tejido; y 4) sensibilidad térmica.
Como se detallará más adelante, estos sistemas sensoriales difieren
en las características de sus receptores (morfología, distribución y meca-
nismo por el cual son estimulados), pero hay una característica común
a todos ellos que es la utilización de las neuronas ganglionares de la raíz
dorsal, tanto para la transducción del estímulo, como para la transmi-
sión de la información al sistema nervioso central.
El cuerpo de estas neuronas se encuentra en un ganglio de la raíz
dorsal de un nervio espinal y su axón se divide en una prolongación
periférica, que es la responsable de recibir la señal, y una central que la
transmite a la médula espinal y tronco encefálico.

Tacto

El sentido del tacto utiliza mecanorreceptores para recibir estímulos


de presión, vibración y movimiento sobre la piel, que se encuentran
ampliamente distribuidos en toda la superficie corporal a nivel de epi-
dermis, dermis y tejido subcutáneo.
La piel de las palmas de mano, plantas de pie, dedos y labios, que no
tienen pelo, tienen mayor sensibilidad táctil que el resto del cuerpo.
En este tipo de piel (sin pelos, glabra) se pueden distinguir cuatro
tipos de mecanorreceptores diferentes, dos localizados superficialmen-
te, el corpúsculo de Meissner y el receptor en disco de Merkel, y dos
en la profundidad del tejido subcutáneo, el corpúsculo de Paccini y la
terminación de Ruffini.
El corpúsculo de Meissner presenta una fina sensibilidad mecánica,
es de adaptación rápida y es el responsable de percibir las caricias y frote
suave. El receptor en disco de Merkel transmite la tensión de compre-
124 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

sión de la piel al terminal nervioso y es de adaptación lenta, permitien-


do captar presión y estructura.
Los receptores profundos son de mayor tamaño, menos abundantes
que los superficiales y poseen campos receptivos que cubren grandes áreas
dérmicas. El corpúsculo de Paccini está constituido por varias laminillas
que rodean el terminal y le permiten captar presiones rápidas de la piel y
vibraciones a distancia. La terminación de Ruffini detecta distensión de
la piel, se localiza preferentemente en regiones articulares y contribuye a
la percepción de la forma de los objetos que tomamos con la mano.
En la piel con pelo se encuentran tres tipos de receptores del folículo
piloso, que responden al desplazamiento del pelo, difiriendo entre sí en
cuanto a la sensibilidad de movimiento y velocidad de conducción, y
los receptores de campo, que perciben la distensión de la piel cuando se
flexiona o se frota, ubicados en articulaciones.
Todas estas células receptoras traducen los estímulos de tipo mecánico
que deforman, presionan o extienden el tejido en energía eléctrica mediante
la despolarización de sus membranas, cuando están siendo estimuladas. De
esta manera, la apertura de los canales iónicos causada por la deformación
mecánica es equivalente a un potencial postsináptico excitador.
La distribución de estos receptores es amplia pero no uniforme, encon-
trándose más densidad de los mismos en áreas de mayor discriminación
táctil. En dichas áreas, los campos receptivos (área receptiva donde la esti-
mulación excita la célula) de cada fibra son menores, pudiendo resolver con
más detalle la característica espacial del estímulo. Los campos receptivos
más pequeños se ubican en la punta de los dedos, y en las regiones con pelos
aumentan de tamaño a medida que se aproximan al tronco.
Una característica que se encuentra íntimamente relacionada con el
campo receptivo es el umbral de dos puntos, que es la distancia mínima
entre dos puntos detectados como diferentes. Este umbral varía en las
distintas regiones del cuerpo siendo de 2 mm aproximadamente en la
yema de los dedos y de 40 mm en el brazo.

Propiocepción

Este sentido, que permite tener un registro de la postura y movi-


miento de nuestro propio cuerpo, también se encuentra mediado por
mecanorreceptores ubicados en músculos y articulaciones.
Neurociencia. Bases y fundamentos 125

Se distinguen tres tipos de receptores con esta función: 1) receptores del


uso muscular, especializados para la extensión, ubicados en el músculo, 2)
órganos del tendón de Golgi, que captan la fuerza, 3) receptores de la cápsu-
la articular, que registran flexión y extensión de la articulación.

Nocicepción

El dolor es una submodalidad de sensibilidad somática que tiene


una función protectora, ya que nos advierte de una lesión que debe ser
evitada, limitada o tratada. El dolor es una percepción que no se limita
a la experiencia sensitiva, sino que, por el contrario, tiene un compo-
nente emocional de tipo desagradable que lo caracteriza. La naturaleza
individual y subjetiva de la percepción dolorosa es lo que ofrece más
dificultad en la definición y su tratamiento. Se puede decir, entonces,
que no hay estímulos dolorosos, es decir, que desencadenen invariable-
mente una percepción dolorosa en todas las personas, dependiendo la
percepción de la misma de múltiples factores.
Los receptores encargados de transmitir una sensación dolorosa
se denominan nocíceptores y se los puede clasificar, de acuerdo con
el tipo de estímulo que los activan, en mecánicos, térmicos y poli-
mod~les.
Los nociceptores mecánicos son excitados frente a estímulos táctiles
intensos como un pinchazo o aplastamiento; sus fibras son mielinizadas,
por lo que la conducción es rápida. Los nociceptores térmicos responden a
temperaturas extremas de más de 45a C o de menos de 5o C. Finalmente
los polimodales se activan frente a factores mecánicos, térmicos o químicos
destructivos. Estos últimos son sensibles a sustancias químicas irritantes que
se liberan frente a la lesión de un tejido como histamina, potasio, sustancia
P, etc; son los más abundantes en la pulpa dentaria.

Termocepción

La percepción de la temperatura se produce por la diferencia entre


la temperatura externa y la de nuestra piel, que es de 34°C. Para esta
función contamos con receptores térmicos que, a temperaturas cons-
tantes, generan descargas tónicas a ritmos bajos que se modifican frente
a la variación brusca de la temperatura. Los receptores de frío tienen un
126 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

ritmo de descarga más elevado a temperaturas de 25°C, mientras que


los de calor son más activos a temperaturas de 45°C y tanto unos como
los otros generan respuestas más débiles a medida que se alejan de estos
valores. Como se dijo anteriormente, las temperaturas menores a 5oC y
las mayores a 45°C activan nociceprores.

Vías somatosensoriales ascendentes y corteza somatosensorial

Como vimos hasta acá, las diferentes modalidades de la sensación somá-


tica difieren en los receptores presentes en las terminales de las células del
ganglio de la raíz dorsal, pero la transmisión del impulso eléctrico se hace
siempre mediante la rama central de estas células nerviosas.
El área de la piel cuya sensibilidad es transmitida por las fibras ner-
viosas que constituyen una misma raíz dorsal que ingresa a la médula
espinal determina un dermatoma. Los dermatomas siguen un patrón
de distribución regular en el cuerpo y permiten la construcción de un
mapa. Este mapa facilita el diagnóstico del nivel de una lesión medular
según el área sensorial afectada.
Una vez en la médula espinal, las sensaciones táctil y propioceptiva
son transmitidas a través de columnas dorsales homolaterales al bulbo
donde se cruzan al otro hemisferio. En cambio, la sensibilidad doloro-
sa y térmica se cruza cuando entra a la médula y asciende por el asta
posterior contralareral. Este cruce de las fibras hace que la información
procedente de un hemicuerpo sea percibida por el hemisferio cerebral
contralateral.
Toda la información hace una escala a nivel del tálamo y arriba a
las áreas somatosensitivas de la circunvolución postcentral en la corteza
cerebral. La organización funcional de esta, en forma de columnas, de-
termina que cada una de ellas reciba la información procedente de la mis-
ma localización y modalidad en sus seis capas histológicas. Aquí existe
una representación topográfica completa del cuerpo. Esta representación,
denominada homúnculo, no duplica exactamente la imagen del mismo,
si no que exagera cierras regiones corporales, producto de las áreas con
mayor capacidad somatosensorial, como son la boca, la mano y el pie, y
comprime zonas más burdas. Una cualidad importante de estos mapas
somatotópicos es que pueden modificarse por la experiencia, por ejemplo,
favoreciéndose las representaciones de los dedos en un pianista.
Neurociencia. Bases y fundamentos 127

Se ntidos químicos

Las modalidades sensoriales de gusto y olfato permiten a hombres y ma-


míferos discriminar una gran variedad de olores y sabores que informan
sobre la disponibilidad y el esrado de los alimentos, guían en la búsqueda
sexual, delimitan territorios y advierten sobre un potencial peligro.
Ambos sentidos urilizan como receptores periféricos a receptores deno-
minados quimiorreceptores, moléculas capaces de transformar el estímulo de
carácter químico en impulsos eléctricos que son conducidos al SNC.

Olfato

En el sistema olfatorio, las neuronas sensitivas olfacorias se encuen-


tran ubicadas en un neuroepitelio especializado, en la parte posterior de
la cavidad nasal. Estas células viven entre 30 y 60 días, por lo que son
permanentemente reemplazadas por células nuevas, provenientes de la
capa basal de este epitelio.
Las neuronas olfatorias son neuronas bipolares con una prolonga-
ción periférica, que presenta entre 5 y 20 cilios responsables de captar
las sustancias odorantes y un axón central. Los odorantes volátiles al-
canzan la cavidad nasal, donde el moco presente en la misma facilita el
medio molecular e iónico apropiado para la detección del olor.
Existen más de 1000 tipos diferentes de receptores localizados en
los cilios de estas neuronas y probablemente cada una de ellas expre-
se solo un tipo de receptor. Estos receptores se encuentran acoplados
a una proteína G y cuando son activados provocan la esrimulación
de una adenilciclasa y la consecuente apertura de canales iónicos,
determinando la despolarización celular y la presencia de un poten-
cial de acción. Otros mecanismos de transducción que utilizan estas
células son el GMPc, el inositol trifosfato (IP3) y el monóxido de
carbono.
La corteza olfatoria se divide en las siguientes áreas principales:
1) el núcleo olfatorio anterior, 2) la corteza piriforme, 3) parte de la
amígdala, 4) el tubérculo olfacorio y 5) parte de la corteza entorrinal.
De estas áreas, la información pasa al tálamo y a la corteza orbito-
frontal, donde se perciben y discriminan los olores, o directamente
a la corteza frontal, salteando la escala talámica. Por otra parte, de
128 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

la amígdala y corteza entorrinal, esta información es transmitida al


hipocampo.

Feromonas

En los mamíferos existe un sistema olfatorio accesorio formado por


dos órganos vomeronasales (pequeñas estructuras tubulares llenas de
líquido, localizadas en la cavidad nasal), los nervios vomeronasales y los
bulbos olfatorios accesorios. Este sistema percibe un tipo particular de
sus tancias denominadas feromonas.
Las feromonas desempeñan un rol importante en las conductas
sexuales y sociales y en fisiología de la reproducción. Las fuentes más
importante de las mismas son la orina y las secreciones glandulares.
La información obtenida por este sistema es conducida al núcleo
amigdalina y luego al hipotálamo, a regiones que regulan el comporta-
miento reproductor.

Gusto

Las células gustativas se encuentran distribuidas en la lengua (papi-


las), el paladar, la faringe, la epiglotis y la parte alta del esófago. Agru-
padas en yemas, las células gustativas exponen sus microvellosidades
hacia el poro libre, para captar la presencia de sustancias disueltas en la
saliva. Estas células, no neuronales, tienen una vida breve y se regene-
ran permanentemente a partir de células pluripotenciales ubicadas en la
profundidad de la yema.
A través del sistema gustativo se pueden distinguir cuatro sabores
básicos (dulce, amargo, salado y ácido), cada uno de los cuales utiliza
mecanismos moleculares diferentes.
En el caso del sabor salado, el gradiente de electroquímico del Na+
(sodio) favorece su ingreso a la célula y, de esta manera, se altera el po-
tencial de membrana.
Para el sabor ácido intervendría un bloqueo de los canales de K• (porasio),
que se encuentran abiertos durante el reposo, por los iones H• (hidrógeno),
con la consiguiente despolarización de la membrana de la célula gustativa.
El mecanismo que interviene en la captación de los sabores dulces
estaría relacionado a una proteína G que activaría sistemas de adenil-
Neurociencia. Bases y fundamentos 129

ciclasas cuando es estimulado con la consiguiente modificación en los


canales de membrana. Para los edulcorantes artificiales se postula un
mecanismo accesorio mediado por el IP3.
En Ia recepción del sabor amargo intervendrían más de un meca-
nismo, mediados por proteína G, el aumento del Ca++ intracelular, del
AMPc y del GMPc.
Una vez desencadenada la cascada intracelular posterior al estímulo,
se produce la liberación del neurotransmisor por las células gustativas y
se genera en las fibras sensitivas un potencial de acción que es conduci-
do al SNC. Estas fibras son conducidas a través de ramas de diferentes
pares craneales, nervio facial, glosofaríngeo y vago (pares VII, IX y X).
Se produce a nivel bulbar un relevo de la información, que luego se
proyecta al tálamo y llega a la corteza gustativa (límite entre la ínsula
anterior y el opérculo frontal en la corteza homolateral).
En general, la diversidad de sabores que pueden ser percibidos, y que
exceden ampliamente los cuatro básicos, dependen de la combinación
de los componentes gustativos, olfatorios e incluso somatosensitivos.
Capítulo 12

Sistemas sensoriales 11
Visión
Audición
Sistema vestibular

Visión

Recepción de la información

La luz que llega al ojo debe atravesar diferentes estructuras (cornea,


cristalino y humor vítreo) para alcanzar la retina. Esta última es el ór-
gano especializado del sistema visual, que está encargado de traducir el
estímulo lumínico en señales eléctricas y, a diferencia de otras estructu-
ras sensitivas, forma parte del SNC.
La retina humana tiene dos tipos de células especializadas en la
transducción lumínica o fotorreceptores: los conos y los bastones. Los
bastones son más sensibles a la luz, funcionan con bajas intensidades
lumínicas (cuando los conos no alcanzan a ser estimulados) y tiene un
sistema de mayor convergencia sobre las células bipolares, por lo que
refuerzan el estímulo aumentando la posibilidad de que el encéfalo de-
tecte la luz débil. Estos son los responsables de la visión nocturna o vi-
sión escotópica. Los conos, por el contrario, requieren mayor intensidad
lumínica para ser activados, se ocupan de la visión diurna o fotópica,
132 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

pero tienen mejor rendimiento que los bastones en la agudeza, la reso-


lución temporal de la visión y permiten la visión de los colores. Todos
los bastones poseen el mismo pigmento, que responde por igual a las
diferentes longitudes de onda; en cambio, hay tres tipos de conos, cada
uno con un pigmento diferente, que responde con mayor facilidad a las
longitudes de onda de los colores azul, verde y rojo (visión trivariante o
tricromática). Los conos se localizan preferentemente en la zona central
de la retina, en especial sobre la fóvea (área libre de bastones), que cons-
tituye el área de mayor discriminación.
La conversión de la luz en señales eléctricas ocurre en los fotorre-
ceptores en tres etapas; la primera se inicia al activarse el pigmento
de los bastones (rodopsina), que cambia de configuración al contacto
con la luz. En los conos existen diferentes isoformas de opsina que
responden de manera óptima a las distintas regiones del espectro de
luz visible.
El pigmento activado disminuye a su vez la concentración de un se-
gundo mensajero, el GMPc. En la oscuridad, la actividad de la enzima
GMPc fosfidiesterasa es débil, por lo que la concentración del GMPc es
alta. La luz activa el pigmento y este, la fosfodiesterasa de GMPc y, por
ende, disminuye su concentración. La disminución del GMPc determi-
na el cierre de los canales iónicos dependientes del mismo (canales de
Na•), causando una hiperpolarización de la célula.

Procesamiento retiniano

Los fotorreceptores se encuentran ubicados en la capa más profunda de


la retina y el estímulo eléctrico viaja hacia capas más superficiales, para luego
salir de ella a través de los axones de las células ganglionares por un punto
ciego de la misma denominado papila óptica, constituyendo el nervio ópti-
co.
Entre los fotorreceptores y las células ganglionares existen tres clases de
interneuronas: células bipolares, células horizontales y células amacrinas.
Existen, según el tamaño, dos tipos de células ganglionares: las grandes o
M, que responden a objetos grandes y siguen los cambio rápidos por lo que
intervienen en el análisis de las características generales del estímulo y de su
movimiento, y las pequeñas o P, que son más numerosas, tienen campos
receptivos menores e intervienen en la percepción de la forma y el color.
Neurociencia. Bases y fundamentos 133

Vías visuales

Para comprender la manera en que la información visual es


transportada a la corteza cerebral debemos empezar por distinguir
entre imagen retiniana y campo visual. La superficie de la retina se
divide en dos mitades, cortadas por la línea media: la hemirretina
nasal (hacia adentro de la fóvea) y la hemirretina temporal (ha-
cia afuera), y en cuadrantes superiores e inferiores. En cambio, el
campo visual es la imagen vista por los dos ojos, resultando que el
hemicampo visual izquierdo se proyecta sobre la hemirret ina nasal
izqu ierda y la hemirretina temporal derecha y el hemicampo visual
derecho, sobre la hemirretina nasal derecha y la hemirretina tem-
poral izquierda.
Como se mencionó anteriormente, las fibras del nervio óptico es-
tán constituidas por los axones de la células ganglionares que aban-
donan la retina por la papila (mancha ciega), donde se mielinizan.
En el quiasma óptico se produce un entrecruzamiento de las fibras
provenientes de las hemirretinas nasales, no se cruzan las provenientes
de las hemirretinas temporales. De esta forma, las cintillas ópticas
están formadas por las fibras temporales homolaterales y las nasales
contralaterales, llevando la representación completa del hemicampo
contralateral.
Las cintillas ópticas establecen tres conexiones subcorticales: con
el tubérculo cuadrigéminó superior que interviene en el control de los
movimientos sacádicos del ojo (movimiento coordinado de cabeza y
ojos para la loca lización y seguimiento de los estímulos visuales) y en
capas profundas se interrelaciona con estímulos auditivos y somato-
sensitivos; con un núcleo a nivel del mesencéfalo que controlan los
reflejos pupilares y con el núcleo geniculado lateral que es la estación
de relevo hacia la corteza visual.
El 90% de los axones retinianos se proyectan de manera ordenada
en zonas del núcleo genicu lado lateral (NGL), permitiendo una repre-
sentación rerinotópica de la mitad contralateral del campo visual. Al
igual que en el sistema somarosensitivo, la representación de la retina
no es idéntica para todas sus regiones, sino que la fóvea y las áreas
inmediatas ocupan el 50% de la representación, porcentaje que se
mantiene en la corteza cerebral.
134 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Had id, E.

Corteza visual

Mediante las radiaciones ópticas, proyecciones genículo-corticales, la in-


formación alcanza la corteza visual primaria, área 17 de Brodmann que ro-
dea la cisura calcarina. La corteza visual primaria de cada hemisferio recibe
la información procedente de la mitad contralateral del campo visual. Esta
corteza está constituida por seis capas, siendo la 4 la más importante en la
recepción de los impulsos provenientes del NGL, subdividiéndose a su vez
en cuatro láminas que reciben diferencialmente los axones de las células M
y P. Además de esta organización en capas, las células de la corteza visual se
organizan en columnas funcionales orientadas verticalmente: columnas de
orientación, de manchas y de predominancia ocular, que permiten mayor
abstracción en el procesamiento de la información.
Otras áreas que intervienen en el procesamiento de la información vi-
sual son el área 18 y 19 de Brodmann y áreas de la correza inferotemporal.

Lesiones de la vía retino-geniculada-cortical

La perfecta organización topográfica del sistema visual puede corro-


borarse con la lesión a distintos niveles de la vía visual. Si se destruye
el nervio óptico, se produce la ceguera para ese ojo. Si se secciona me-
dialmente el quiasma óptico, se destruyen las fibras que provienen de
las hemirretinas nasales de cada retina, por lo que la persona pierde
la visión de los campos visuales temporales ·(hemianopsia bitemporal).
Si la lesión se ocasiona sobre la cintilla óptica, se produce una cegue-
ra sobre el campo visual conrralateral (hemianopsia homónima). Si se
seccionan las fibras superiores de las radiaciones ópticas (posterior al
NGL), ocurre la ceguera del cuadrante superior de la mitad del campo
visual contralateral (cuadrantopsia). Si se produce toda la sección de las
radiaciones ópticas, ocurre una hemianopsia homónima con conserva-
ción de la macular, debido a que las fibras maculares terminan antes de
alcanzar la corteza que rodea la cisura calcarina.

Audición

Para comprender el mecanismo de transducción utilizado por esta


modalidad sensorial debemos partir de la noción de que el sonido con-
Neurociencia. Bases y fundamentos 135

siste en propagaciones alternativas de compresiones y refracciones que


viajan a través del aire. De manera que, para sentirlo, el oído debe cap-
tar esta energía mecánica, transmitirla al órgano receptor y transfor-
marla en señales eléctricas que puedan ser interpretadas en el sistema
nervioso.
Estos tres procesos ocurren en las tres áreas diferenciales del oído:
1) el oído externo, formado por la oreja que captura el sonido y lo
enfoca hacia su segundo componente, el conducto auditivo externo o
canal auditivo que termina en el tímpano;
2) el oído medio es necesario en el proceso de transmitir el
sonido y está constituido por una cámara de aire que se abre a
la faringe por la trompa de Eustaquio y tres huesecillos, martillo,
yunque y estribo . Comunicado por la ventana oval con el oído in-
terno;
3) el oído interno o cóclea consiste en un órgano con forma de
caracol que alcanza casi tres vueltas, ubicado en la estructura del
hueso temporal. La cavidad de este órgano se encuentra dividida en
tres tubos llenos de líquido que son la escala vestibular, la escala
timpánica y la escala media. En la membrana basilar, que separa el
compartimiento timpánico y medio, tiene lugar la trasformación
auditiva .
La característica esencial de la membrana basilar es que sus propie-
dades mecánicas no son uniformes en toda su longitud, siendo más fina
y flácida en el vértice y más tensa y gruesa en la base. De esta manera,
se encuentra sintonizada para una serie de frecuencias en su longitud,
en el vértice responde a frecuencias audibles más bajas, de menos de 20
Hz y en la base, a frecuencias más altas, de 20.000 Hz, con los mati-
ces en el trayecto entre un extremo y el otro, constituyendo un mapa
tonotópico.

Recepción de la información

A lo largo de esta membrana se extiende el órgano receptor del oído


interno denominado órgano de Corti. Esta estructura está constituida
por diversos tipos de células, siendo las más importantes las células
ciliadas internas, que forman una fila única, y las células ciliadas ex-
ternas, que se organizan en tres o cuatro filas, todas cubiertas por la
136 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

membrana rectoría. Cuando la membrana basilar vibra por un sonido,


arrastra consigo el órgano de Corti y la membrana rectoría, determi-
nando un desplazamiento mecánico de los haces de cilios de cada célula
y el consiguiente estímulo de la misma.
Esta estimulación mecánica de los cilios abre los canales iónicos de
la membrana plasmática (generalmente dependiente del catión K+, el
más abundante en la endolinfa), la corriente que fluye por estos cana-
les altera el potencial y se libera el neurotransmisor. De esta manera
el desplazamiento hacia arriba de la membrana basilar causa la des-
polarización de las células, mientras que el movimiento hacia abajo,
su hiperpolarización. Complejos mecanismos permiten mantener una
elevada sensibilidad para los estímulos transitorios, mientras ignora
impulsos estáticos mayores, determinando la adaptación a los m is-
mos.

Procesamiento central de la información

La información es transmitida desde estas células a neuronas cuyos


cuerpos se encuentran en el ganglio coclear y constituyen el componen-
te auditivo de VIII par craneal (nervio auditivo que también transporta
información del sistema vestibular). El siguiente relevo de la informa-
ción ocurre a nivel bulbo-protuberancia! y se establecen proyecciones
a diferentes núcleos en el tronco encefálico, que contribuye al procesa-
miento paralelo de la información acústica. Esro permite la especiali-
zación de los diferentes núcleos en determinar, por ejemplo, para loca-
lización de la fuente de sonido en el eje horizontal, la intensidad para
calcular el lugar de procedencia, etc.
Ld. \.n.fmmd.c.\ón. e.s \ue.go Ud.mpmt<uh. d.\ míde.o td.\im\c.o de. Ie.\e.-
vo, núcleo gen iculado medial y posteriormente arriba a las áreas de la
corteza auditiva primaria, 41 y 42 de Brodmann, ubicadas a nivel del
lóbulo temporal. Estas reciben la información procedente de ambos oí-
dos, aunque la prevalencia es contralateral, y tienen una organización,
al igual que la membrana basilar, de tipo tonotópica. El procesamiento
continúa, luego, en áreas auditivas secundarias y en áreas de asocia-
ción.
En el ser humano, el aspecto más importante de la audición está
vinculado al lenguaje que se abordará en otro capítulo.
Neurociencia. Bases y fundamentos 137

Sistema vestibular

El sistema vestibular está involucrado en el equilibrio, los reflejos


posturales y los movimientos oculares. Para estas funciones, este siste-
ma no funciona aisladamente, sino en asociación con aferencias senso-
perceptivas, percepciones visuales y cerebelo.
El órgano receptor de este sistema está ubicado en el oído inrerno,
pero no cumple ninguna función en la audición. Está constituido por el
utrículo y el sáculo, estructuras de forma sacular ovoidea, que se relacio-
nan con la posición estática de la cabeza y la aceleración lineal y por los
tres conductos semicirculares que detectan las aceleraciones angulares
o rotatorias de la cabeza.
Estos órganos se encuentran revestidos por células epiteliales cilia-
das que, al igual que las células ciliadas de la cóclea, tienen haces pilosos
que traducen estímulos mecánicos en potenciales de recepror. De ma-
nera similar, también se encuentran bañadas por la endolinfa, líquido
rico en K• y pobre en Na• y Ca++.
Estas células ciliadas del laberinto vestibular envían sus señales a
los núcleos vestibulares del tronco encefálico a través de neuronas cuyo
soma se encuentra en el ganglio vestibular, constituyendo el componen-
te vestibular del VIII par craneal.
De los núcleos vestibulares, la información es trasmitida a centros
superiores, donde se constituye una red central de conexiones vesti-
bulares, que es la responsable de los diferentes reflejos que utiliza el
cuerpo para compensar el movimiento de la cabeza y la percepción del
movimiento en el espacio. A nivel de los núcleos vestibulares del tronco,
se integra la información proveniente de los órganos vestibulares, de la
médula espinal, el cerebelo y el sistema visual y se proyecta a núcleos
oculomotores, centros que regulan el movimiento esquelético, regiones
vestibulares del cerebelo y tálamo. Los reflejos resultantes de esta ecua-
ción permiten mantener los ojos quietos cuando se mueve la cabeza
(reflejos vestíbulo-oculares) y compensar el movimiento de la misma
por el sistema motor esquelético (reflejos vestíbulo-espinales).
Una proyección talámica a la corteza somatosensitiva primaria per-
mite la percepción del movimiento.
Capítulo 13

Substratos neurobiológicos,
sistemas anatómicos y mecanismos
implicados en el aprendizaje
y la memoria

Introducción

Tanto el aprendizaje como la memoria son expresiones del pro-


cesamiento neuronal. Se denomina aprendizaje a la adquisición
de nueva información o conocimientos, mientras que la memoria
se refiere a la codificación, almacenamiento y recuperación de la
información aprendida. Ambos procesos son adaptaciones de los
circuitos neurales al entorno, que duran toda la vida y permiten
responder en forma adecuada a situaciones experimentadas con an-
terioridad .
Se denomina amnesia a la incapacidad para aprender nueva informa-
ción o recuperar la información ya adquirida.
Es importante destacar que todo lo que se aprende y se recuerda
posiblemente sea procesado y almacenado por diferentes estructuras
neurales. No existe un substrato anatómico común ni un mecanismo
celular único que se utilice para aprender. Se reconoce que, tanto el
aprendizaje como la memoria, pueden deberse a modificaciones en la
transmisión sináptica.
140 Vázquez, G. H.;Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Memoria declarativa y no declarativa

Existen varias formas distintas de clasificar los tipos de memoria,


una de ellas consiste en distinguir entre la memoria declarativa y la no
declarativa. La memoria para los eventos y sucesos de la vida se deno-
mina declarativa ("Independiente fue el último campeón de fútbol",
"ayer escuché una clase aburrida") y es la que usualmente se denomina
"memoria", mienrras que la memoria que se utiliza para las habilidades
y conductas se considera un tipo particular de memoria no declarativa
denominada procesal o de procedimientos (tocar el piano, andar en bici-
cleta), frecuentemente llamada "hábito" o "habilidad".
Generalmente, la memoria declarativa puede ser traída al plano
consciente por la propia voluntad, mientras que la de procedimientos,
no. Además, los procedimientos que se aprenden se pueden llevar a
cabo sin necesidad de utilizar la conciencia, es más, pensar en cómo
realizar un procedimiento para llevarlo a cabo puede inhibir la capaci-
dad de hacerlo en forma eficaz.
Otra distinción importante es que, en general, la memoria decla-
rativa es fácil de formar y también de olvidar, mientras que la de pro-
cedimientos requiere para su formación de la repetición y la práctica
sostenidas pero, a su vez, es más difícil de olvidar.

Categorías temporales de la memoria: inmediata, de


trabajo y a largo plazo

Otra manera de categorizar la memoria es hacerlo de acuerdo al


tiempo durante el cual la misma es eficaz. Las 3 clases temporales de
memoria conocidas son: 1) Memoria inmediata: es la capacidad ha-
bitual para mantener en la mente experiencias durante fracciones de
segundo. Presenta gran capacidad y cada modalidad sensitiva (visual,
auditiva, táctil, etc.) tiene su propio registro de memoria. 2) Memoria
de trabajo: definida como la capacidad para mantener y manipular en
la mente la información durante segundos o minutos, una vez pasado
el momento presente. Es una forma temporal de almacenamiento de
la información que tiene capacidad limitada y requiere de la repetición
para lograr su fijación. Por ejemplo, si alguien nos da su número de
teléfono, deberemos repetirlo para lograr fijarlo. Se suele evaluar la inte-
Neurociencia. Bases y fundamentos 141

gridad de este tipo de memoria utilizando una prueba llamada "serie de


números" en la cual se solicita al paciente que repita una serie de núme-
ros ordenados al azar, luego de escucharlos una única vez (se considera
normal si logra recordar aproximadamente 7 números). 3) Memoria a
largo plazo: la información se retiene en una forma más permanente
de almacenamiento durante días, semanas o, incluso, toda la vida. Los
recuerdos se almacenan en este tipo de memoria, transferidos desde la
memoria de trabajo, a través de un proceso denominado consolidación
de fa memoria.

Amnesia

Como es sabido, olvidar cosas es tan común como aprenderlas, esto


es un hecho normal e inevitable. Sin embargo, algunas enfermedades
y lesiones cerebrales causan importantes pérdidas de la memoria y de
la capacidad para aprender, llamada amnesia. Cuando la amnesia no se
acompaña de otros trastornos cognitivos, se denomina amnesia disocia-
da o disociativa (los problemas de memoria están disociados de cual-
quier otro problema) .
Luego de un traumatismo cerebral, por ejemplo, la pérdida de me-
moria se puede manifestar de dos maneras posibles: como una amnesia
retrógrada (dificultad para recuperar los recuerdos previos al traumatis-
mo) o amnesia anterógrada (incapacidad para establecer nuevos recuer-
dos después del traumatismo). Generalmente, en la práctica, existe una
amnesia mixta de distinto grado de severidad.
La amnesia global transitoria es otra forma de amnesia, que invo-
lucra un período mucho más corto de tiempo, que en general incluye
una amnesia anterógrada que dura pocos días, acompañada por una
amnesia retrógrada para los sucesos recientes previos a la enfermedad.
Este tipo de amnesia puede producirse a partir de una isquemia (lesión
por falta de flujo sanguíneo) cerebral transitoria o por una contusión
cerebral traumática.

Engramas o geografía de la memoria

Se ha denominado con este término a la representación física o loca-


lización cerebral de un recuerdo. En los años 20, y a partir de estudios
142 Vázquez, G. H.; Vieitez, A ; Boullosa, 0.; Hadid, E.

con animales, se demostró que el tamaño de una lesión cerebral corti-


cal provocada era más importante para la pérdida de la capacidad de
aprender o recordar que el lugar en que ese daño se producía. A partir
de esto se dedujo que, en realidad, toda la corteza cerebral participaba,
en mayor o menor medida, en los procesos de aprendizaje y evocación
de la memoria. Posteriormente, se comprobó que estos hallazgos eran
erróneos y que no todas las áreas corticales contribuyen en igual medida
a la formación de la memoria. Sin embargo, la conclusión de que los
recuerdos estaban distribuidos por toda la corteza cerebral era correcta.
En 1950, Donald Hebb postuló que la representación interna de un ob-
jeto (por ejemplo un círculo) comprometía a todas las células corticales
que eran activadas por ese estímulo. A este grupo de neuronas activadas
simultáneamente se lo denominó ensamble neuronal, de tal manera que
todas ellas se encontraban conectadas entre sí. La estimulación sosteni-
da del ensamble neuronal conduciría a la consolidación por un meca-
nismo de incremento de la eficacia en las interconexiones neuronales,
de tal manera que si, posteriormente, solo una fracción de estas células
se viera estimulada, la conexión reforzada recíproca entre ellas activaría
a todo el ensamble, generando en este ejemplo la representación interna
del "círculo".
Este modelo todavía perdura hasta la actualidad, destacándose
del mismo las siguientes conclusiones: 1) los sustratos físicos de la
memoria en la red neuronal (o engramas) están ampliamente dis-
tribuidos entre las conexiones que forman el ensamble celular y 2)
las neuronas involucradas en ellos serían las mismas que utilizamos
en los procesos de sensación y percepción. De acuerdo a la teoría de
Hebb, si un engrama se basa en la información de una única moda-
lidad sensorial, posiblemente este se localice dentro de las regiones
corticales que sirven para dicha modalidad. Por ejemplo, un en grama
relacionado solameme con información visual residirá en la corteza
visual occipital.

Regiones cerebrales específicas relacionadas con la


memoria

Básicamente, la secuencia de los procesos funcionales que conlle-


van a la elaboración de la memoria comienza en las áreas sensoriales
Neurociencia. Bases y fundamentos 143

corticales de asociación (visual, auditiva y somática), desde donde, por


varios canales, convergen sobre la neocorteza anterior de cada lóbulo
temporal, desde allí las vías neuronales se dirigen hacia el hipocampo
y la amígdala (lóbulo límbico), luego hacia los ganglios basales (núcleo
basal de Meynert), desde donde cierran el circuito las amplias proyec-
ciones hacia, otra vez, las áreas de asociación cortical sensorial, para
fijar una nueva "memoria" o borrar una anterior.
La corteza del lóbulo temporal sería fundamental para el aprendi-
zaje y su memorización, el hipocampo se encargaría de fijar la memoria
y la amígdala actuaría como intermediaria entre el sistema sensorial y
las emociones.
A su vez, tanto el hipocampo como la amígdala serían esenciales
para el reconocimiento (reconocer un objeto como un vaso) y la memo-
ria asociativa (asociar el vaso con agua) . Las conexiones de la amígdala
con el sistema límbico, incluyendo el hipotálamo, hacen posible que los
eventos y percepciones adquieran una asociación y expresión emocio-
nal.

Los lóbulos temporales y la memoria declarativa

Los lóbulos temporales tendrían un rol fundamental en los circuitos


de la memoria, especialmente para el reconocimiento de los objetos.
Las regiones corticales mediales parecen ser primordiales, sin embargo,
algunas estructuras subyacentes interconectadas también cumplen un
papel relevante, fundamentalmente en la consolidación de la memoria
declarativa. Las más importantes son el hipocampo, situado en la ve-
cindad de los ventrículos laterales, y tres pequeñas regiones corticales
temporales basales denominadas cortezas entorrinal y perirrinal (estas
dos forman la llamada corteza rina[) y corteza parahipocdmpica. To-
das estas estructuras reciben la información sensorial proveniente de
las áreas corticales de asociación, que posteriormente será consolidada
como memoria declarativa en la corteza cerebral.

Estructuras basales y procesamiento de la memoria

Por fuera del lóbulo temporal existen otras estructuras basales que
están implicadas en el almacenamiento de la memoria: los núcleos ante-
44 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

rior y dorsomedial del tálamo y los cuerpos mamilares del hipotálamo.


Est:as estructuras se encuentran afectadas en los casos de alcoholismo
crónico, y producen lo que se conoce con el nombre de Síndrome de
Korsakoff (confusión, confabulación, pérdida grave de la memoria y
aparía).

Corteza prefrontal y memoria de trabajo

Las regiones cerebrales involucradas en la memoria de trabajo son la


corteza prefrontal y la corteza lateral intraparietal.
La región más rostral del lóbulo frontal o corteza prefrontal está
muy desarrollada en los seres humanos . Además de participar en
la pla nificación compleja de la conducta y en la resolución de pro-
blemas, la corteza prefrontal estaría implicada en el aprendizaje y
la memoria, como lo demuestra su intensa conexión con el lóbulo
temporal y las estructuras basales mencionadas ut supra (especial-
mente el núcleo dorsomedial del tálamo). Por otro lado, las lesiones
cerebrales en la región prefrontal producen cuadros de trastornos
severos de conducta, d ificultades en la resolución de problemas y
en la organización y planificación a futuro. El test de Selección de
Cartas de Wisconsin (WCST) es una prueba, hoy en día muy utili-
zada, para la evaluación de la performance cognitiva de esta región
cerebral particular.
La segunda región reconocida en cuanto a su actividad en el proce-
samiento de la memoria de trabajo es la región de la corteza parietal que
se encuentra inmediatamente por detrás de la cisura central o de Rolan-
do, llamada corteza lateral intraparietal, especialmente relacionada con
la información visual.

Mecanismos sinápticos de la memoria

Hasta aquí se han identificado los lugares donde se almacenan los


distintos tipos de memoria. Lo que se describirá a continuación es la
manera en que se almacena la información.
Los recuerdos surgen como consecuencia de pequeñas modificacio-
nes sinápticas, modificaciones que están ampliamente distribuidas por
toda la corteza cerebral. Es decir, que el lugar físico en el que reside la
Neurociencia. Bases y fundamentos 145

información almacenada es la sinapsis. Estas conclusiones surgen como


resultado de la investigación básica en neurociencias, a partir de mode-
los invertebrados que sirvieron como base para entender los procesos
neuronales sinápticos que constituyen el sustrato biológico del aprendi-
zaje, es decir, el paso inicial obligado que dará lugar a la formación de
la memoria.

Tipos de aprendizaje

A diferencia de la memoria declarativa, la memoria de proce-


dimientos es mucho más sencilla de investigar ya que, en general,
además de estar formada por recuerdos sólidos, se forma a partir de
vías simples de tipo reflejas que vinculan las sensaciones con los mo-
vimientos. El aprendizaje de los procedimientos involucra aprender
una respuesta motora (es decir, el procedimiento) en respuesta a un
estímulo sensorial, y se lo puede dividir en aprendizaje no asociativo
y aprendizaje asociativo.
El aprendizaje no asociativo se refiere al cambio en la respuesta
conductual que ocurre con el tiempo como resultado de un estímulo
simple. A su vez, se lo divide en habituación y sensibilización. A través
de la habituación se aprende a ignorar un estímulo que carece de sig-
nificado importante (por ejemplo, el ruido del tráfico o el ladrido de
un perro). Por otro lado, en el proceso de sensibilización, un estímulo
importante genera una respuesta exagerada a todos los estímulos pos-
teriores (por ejemplo, si se produce un apagón y una persona está en
el medio de la calle, estará muy atenta o "hipersensible" a los ruidos
del ambiente) .
En el aprendizaje asociativo se forman asociaciones entre diferentes
eventos. El ejemplo más conocido es el condicionamiento cldsico, des-
cripto a principios del siglo XIX por el fisiólogo ruso lván Pavlov. Este
tipo de aprendizaje asociativo implica la asociación de un estímulo que
genera una respuesta medible (estímulo no condicionado) con un se-
gundo estímulo que, en principio, no evoca esta respuesta (estímulo
condicionado) . En los experimentos de Pavlov y ames del entrenamien-
to (o condicionamiento), la presencia de un trozo de carne generaba
salivación en los perros (estímulo no condicionado), mientras que el
sonido de una campana les era indiferente (estímulo condicionado).
146 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

El entrenamiento consistÍa en hacer sonar la campana y presentarles


la carne al mismo tiempo. Después de repetir varias veces este mismo
procedimiento, los animales salivaban ante el sonido de la campana
aunque no se les mostrara la carne. Es decir, el perro había aprendido
la asociación entre el sonido (estÍmulo condicionado) y la presencia de
la carne (no condicionado), generando la respuesta ante el sonido de la
campana (respuesta condicionada).

Modelos invertebrados de aprendizaje

Los animales invertebrados han servido en el campo de la neuro-


ciencia para la investigación científica, debido a que sus sistemas ner-
viosos ofrecen algunas ventajas importantes a nivel experimental (por
ejemplo, tienen pocas neuronas y de gran tamaño, circuitos neurales
fácilmente identificables y una genética sencilla).

Aprendizaje no asociativo en Aplysia

El molusco marino Aplysia californica ha sido utilizado para estudiar


la neurobiología de la memoria. Al aplicarle un pequeño chorro de agua
sobre la región del sifón de la Aplysia, este y su branquia se retraen, esto
es llamado reflejo de retracción branquial. Si se repite el estÍmulo, este
reflejo desarrolla habituación. Eric Kandel y sus colaboradores estudia-
ron este reflejo a nivel celular para entender la formación de la memoria
de procedimientos. La piel del sifón está inervada por una neurona sen-
sorial que hace sinapsis con una neurona motora, la que produce la con-
tracción muscular de la branquia de la Aplysia. La estimulación repetida
de la piel del sifón lleva a una disminución progresiva de la contracción
muscular de la branquia. Los cambios celulares subyacentes a este pro-
ceso de habituación se explican por las modificaciones sobre la sinapsis
entre la neurona sensorial y la muscular.
Para estudiar la sensibilización del reflejo de retracción branquial,
Kandel y colaboradores aplicaron un pequeño shock eléctrico en la ca-
beza de la Aplysia y observaron que el resultado era una retracción exa-
gerada, en respuesta a la estimulación con el chorro de agua del sifón. El
mecanismo celular de la sensibilización involucra una tercera neurona
serotoninérgica que entra en juego.
Neurociencia. Bases y fundamentos 147

Aprendizaje asociativo en Aplysia

En los últimos años se pudo corroborar que la Aplysia también pue-


de aprender de manera condicionada. El estímulo no condicionado está
dado por un fuerte shock eléctrico en la cola, mientras que el estÍmulo
condicionado es una suave caricia sobre el sifón. Se descubrió que, si la
importante estimulación eléctrica de la cola se realiza de forma repeti-
tiva al mismo tiempo que el suave estímulo del sifón, la retracción del
sifón (resp uesta condicionada) es mucho mayor que la producida por la
sensibilización.

Modelos vertebrados de aprendizaje

Dos regiones cerebrales han servido como importantes campos de


estudio en el terreno de la neurobiología de la memoria en an imales
vertebrados: la corteza cerebelosa y el hipocampo. Esta última región
es clave en la formación de la memoria declarativa. En 1973 ya se sabía
que la estimulación eléctrica del hipocampo producía un aumento
duradero en el tamaño de las sinapsis implicadas. Este efectO es cono-
cido con el nombre de potenciación a largo plazo (o LTP). Cuando una
neurona del hipocampo recibe dos estÍmulos diferentes en distinto
momento, no se genera en ella un potencial de acción, mientras que,
si dos inputs diferentes llegan a dicha neurona al mismo tiempo, se
produce una suma espacial (propiedad de las sinapsis químicas) que
generará LTP, es decir que solo las sinapsis activas podrán ser esti-
muladas luego por cada uno de los inputs de manera individual y sin
necesitar de la presencia del otro. De esta manera quedan asociados
los inputs entre sí, produciendo un potencial de acción al llegar en
forma individual. Por ejemplo, ver y oler una rosa ocurren al mismo
tiempo, por lo tanto los inputs que llevan esta información a una neu-
rona hipocámpica producirán LTP, formando una asociación entre
los dos estímulos.
Si el estÍmulo presináptico se mantiene en el tiempo, se producirá
la síntesis de proteínas de novo al desregular la transcripción genética
del ADN nuclear neuronal. Estas nuevas proteínas son las que produ-
cirán un cambio en la morfología de la célula, al modificar las espinas
dendríticas y aumentar el número y el tamaño de los contactos sinápti-
148 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Had id, E.

cos (formación de nuevas sinapsis o sinaptogénesis). Básicamente, se ha


comprobado que la memoria de largo plazo se asocia con la formación
de nuevas sinapsis, mientras que el proceso de olvidar lo aprendido está
asociado a la pérdida de estas sinapsis.
Capítulo 14

Sistema límbico
Hipotálamo e hipófisis
1nteracciones neuroendocrinas y
neuroinmunológicas
Bases neurales de la emoción
Amígdala
Tálamo

Sistema límbico

El sistema limbico consiste en un complejo de diversas estructuras


neurales con una larga historia filogenética.
El substrato anatómico del sistema límbico, como ya fue descripto
anteriormente, está constituido principalmente por estructuras de ori-
gen cortical: cíngulo, hipocampo, parahipocampo y uncus o corteza
olfatoria primaria, y por ciertas estructuras cerebrales profundas de ma-
teria gris: amígdala, área septal e hipotálamo.
El sistema límbico recibe una gran cantidad de vías (directa e
indirectamente), que provienen de los diferentes sentidos y está in-
terrelacionado con los ganglios de la base. A su vez, sus proyec-
ciones se conectan con el tronco cerebral, la médula espinal y la
hipófisis.
La función de este sistema está relacionada con el control de las
funciones viscerales, a través del sistema nervioso autónomo (SNA), la
regulación de glándulas endócrinas, mediante ejes neuroendocrinos, el
sentido del olfato, la memoria, la conducta emocional, como expresio-
150 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

nes de agresividad y temor y conductas vinculadas a la alimentación y


al comportamiento sexual.

Figura 25. Sistema límbico.

gyru s parahipocámpico

Rol del sistema límbico

Dentro de los distintos roles que competen al sistema límbico hay


que destacar aquel que se encuentra relacionado con muchas expre-
siones que nos hacen humanos . Emociones, comportamientos y esta-
dos de ánimo tienen asiento en estructuras límbicas. Las emociones
como la felicidad, la sorpresa, la ira, el miedo y la tristeza se expresan
a través de cambios fisiológicos regulados por la actividad del sistema
nervioso autónomo y a través de respuestas motoras estereotipadas,
especialmente de los músculos faciales. De esta manera, por ejem-
plo, una respuesta emocional de miedo, equ ivalente a una respuesta
al peligro, se caracteriza por la expresión facial correspondiente, el
aumento de la frecuencia cardíaca, el aumento de la presión arterial,
Neurociencia. Bases y fundamentos 151

el aumento del flujo sanguíneo hacia los músculos (principalmen-


te piernas), la dilatación de las pupilas (midriasis) y el aumento de
la glucemia y de la actividad mental (exploración y vigilancia). Al
mismo tiempo, ocurre una disminución en las funciones físicas que
no son esenciales en la preparación para la "lucha o huída". Cada
emoción tiene su correlato autonómico y conductual estereotipados,
manifestándose de la misma manera en la especie; así, podemos saber
que cuando un gato mueve la cola está enojado, mientras que cuando
un perro mueve la cola está, por el contrario, contento. La particula-
ridad del individuo se encuentra en que los estímulos que despiertan
las distintas respuestas emocionales son diferentes. James Papez fue
el primero en postular que ciertas estructuras corticales ejercen su
influencia sobre la conducta emocional, y desarrolló en 1937la teoría
de un circuito neural que vincula los procesos corticales superiores
con la expresión emocional. Las emociones alcanzan la conciencia y
las funciones cognitivas superiores afectan la conducta emocional,
determinando que la experiencia individual influya en la producción
de las respuestas a estímulos particulares (una mala interpretación
de un estímulo puede devenir en un trastorno de pánico o en una
fobia). Es así que el sistema límbico, en su rol emocional, no trabaja
de manera independiente sino que interactúa con las vías sensoriales
y con la corteza cerebral.
Otros roles importantes del sistema límbico están vinculados con
cada una de las estructuras que lo componen. La amígdala es el centro
de identificación del peligro, siendo fundamental para la supervivencia.
La estimulación eléctrica (experimental) de la amígdala y las regiones
límbicas adyacentes produce reacciones de tipo agresivas, aumento de
secreciones digestivas y conductas relacionadas con la alimentación.
Mientras que la extirpación de dicho centro en monos salvajes agresivos
los transforma en mansos y les anula el miedo al humano.
La estimulación de la formación del hipocampo produce cambios
respiratorios y cardiovasculares; la estimulación del cíngulo desen-
cadena respuestas relacionadas con la actividad autonómica, y la del
núcleo septal evoca cambios de la presión arterial, del ritmo respira-
torio y de la actividad del sistema digestivo.
Se ha determinado que existen en el sistema límbico regiones espe-
cíficas que pueden ser llamadas centros de "placer" y de "castigo", que
152 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

tienen que ver con la búsqueda de situaciones placenteras y la evitación


de aquéllas displacenteras.
El alcoholismo crónico y la falta de tiamina (un subtipo de vitamina
B) producen el síndrome de Korsakoff, en el cual el paciente sufre de una
severa amnesia, fabulación de relleno (inventa lo que no recuerda) y se
confunde fácilmente. La base orgánica de este trastorno está localizada en
el daño de ciertas estructuras neurales asociadas con el sistema límbico.
Una de las estructuras relacionadas con el sistema límbico más interesan-
tes es el hipotálamo, formación que pasaremos a estudiar con más detalle.

Hipotálamo

Generalidades

Las funciones primarias del hipotálamo están relacionadas con la


homeostasis, es decir, con el mantenimiento de un medio corporal in-
terno relativamente estable. Sus efectos son ejercidos a través del siste-
ma nervioso autónomo (SNA), el sistema endócrino (hormonas) y el
sistema motor del organismo. Su influencia es extensa e incluso está
relacionada con las emociones y la conducta.
El hipotálamo está localizado en la región basal del cerebro cercana
al tercer ventrículo. Se divide en varias zonas que comprenden distintos
núcleos, a veces superpuestos en más de una zona. Los principales nú-
cleos incluyen: 1) el preóptico, 2) el supraóptico (en relación al qu iasma
óptico), 3) el paraventricular, 4) el tuberal y 5) el caudal o mamilar.

Consideraciones funcionales

El hipotálamo está involucrado en la regulación de la mayoría de las ex-


presiones funcionales del SNA, tanto a nivel de las funciones fisiológicas bá-
sicas (regulación de la temperatura, balance del agua, frecuencia cardíaca,
presión arterial, actividad gastrointestinal) como expresiones relacionadas a la
conducta (tristeza, patrones de conducta sexual, inquietud, tranquilidad).
El hipotálamo funciona como un centro regulatorio (de integración),
esencial para la expresión de funciones específicas, por ejemplo, traba-
jando como "termostato" en el moniroreo y control de la temperatura
corporal. Esta función la realiza regulando el balance entre la producción
Neurociencia. Bases y fundamentos 153

y la pérdida de calor. Dado que existen neuronas hipotalámicas que fun-


cionan como receptores de temperatura sobre el flujo sanguíneo, el hipo-
tálamo recibe la información de la periferia y realiza los continuos ajustes
necesarios para mantener una temperatura estable. La región anterior del
hipotálamo se encarga de evitar el aumento de la temperatura corporal,
mientras que el hipotálamo posterior regula las actividades que producen
y evitan la pérdida del calor.
También existen en el hipotálamo neuronas que funcionan como
osmorreceptores, es decir, que miden la osmolaridad de la sangre y regu-
lan la cantidad de agua que ingerimos y excretamos (por los riñones y la
transpiración), a través de la sensación de sed y saciedad. Además regula
la conservación y pérdida de agua corporal por medio de la regulación de
la excreción urinaria modulada por la ADH (hormona antidiurética).
El hipotálamo también se encarga del balance de la alimentación y de
la energía, regulando la ingesta alimentaria. Existen centros de saciedad y
de hambre localizados en regiones específicas del hipotálamo, formados
por neuronas que responden al nivel de glucosa en la sangre (y quizás
también a la temperatura corporal) .
Otras funciones conocidas que son reguladas por el hipotálamo in-
cluyen las expresiones de emoción y conducta, la actividad sexual, las res-
puestas al stress y a los traumas, los ciclos de sueño y vigilia, y los ritmos
circadianos (por ej., de las secreciones hormonales) .

Conexiones del hipotá lamo con el sistema


nervioso autónomo (SNA)

El hipotálamo es el centro subcortical a cargo de regular todo tipo


de actividad de las vísceras y de algunas funciones somáticas. Actúa
principalmente como modulador de otros centros autonómicos de la
médula espinal y el tronco cerebral, por lo que se le conoce como el
"jefe" de los centros del SNA.
La región anterior del hipotálamo tiene una actividad excitatoria
sobre el parasimpático, es decir que la estimulación de esta región pro-
duce una disminución de la actividad cardíaca, una disminución de la
presión arterial, incremento de la actividad del aparato digestivo, con-
tracción de las pupilas y aumento de la transpiración.
La región posterior del hipotálamo tiene una actividad excitatoria sobre
154 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, O; Hadid, E.

el sistema simpático, incrementando la actividad cardíaca, la presión arterial,


disminuyendo la actividad del aparato digestivo y dilatando las pupilas.

Conexiones del hipotálamo con el sistema endocrino o neurohumoral

El primer concepto a tener en cuenta es que el sistema nervioso y el


sistema hormonal forman un continuum. El sistema nervioso, en defi-
nitiva, no es más que una glándula formada por neuronas que secretan
neurotransmisores. El hipotálamo ejerce la regulación endócrina mo -
dulando la liberación de hormonas de la glándula hipófisis.
La hipófisis o glándula pituitaria se extiende ventralmente desde los
núcleos ruberal y supraóptico del hipotálamo y se divide en dos regiones
principales: 1) la adenohipófisis (lóbulo anterior de la hipófisis) y 2) la
neurohipófisis (lóbulo posterior de la hipófisis).
El hipotálamo está integrado con la hipófisis a través de dos vías separa-
das. Estas vías se denominan tracto tuberohipojisario y tracto supraopticohipo-
jisario y están formadas por neuronas que reaccionan tanto a los estímulos
neuronales como humorales (es decir, que vienen por la sangre).

Tracto tuberohipojisario

Está constituido por fibras que van desde determinados núcleos del
hipotálamo hasta el lóbulo anterior de la hipófisis. Las neuronas de esta
vía producen y liberan sustancias llamadas hipojisiotropinas (hormonas
de liberación hiporalámicas) al rorrente sanguíneo, es decir que por un
sistema vascular (sistema portal) se dirigen hasta la adenohipófisis.
Estas hipofisiotropinas son péptidos que ejercen su influencia sobre la
liberación (o la inhibición de la liberación) de varias hormonas hipofisarias
en la circulación sanguínea general: hormonas que regulan el crecimiento,
el funcionamiento de las glándulas tiroidea, suprarrenales, la lactancia, la
pigmentación de la piel, etc. A su vez, existe un complejo mecanismo de fee-
dback (o retroalimentación); por el cual la cantidad de hormonas circulante
regula la actividad de secreción del hipotálamo y de la hipófisis.

Tracto supraopticohipojisario

Está constituido por fibras nerviosas que provienen de determina-


Neurociencia. Bases y fundamentos 155

dos núcleos hiporalámicos y convergen sobre la neurohipófisis (o lóbulo


posterior de la hipófisis). Las neuronas hiporalámicas de esos núcleos
sintetizan dos precursores hormonales que, por transporte axoplásmico,
se ubican y acumulan en la neurohipófisis. Las hormonas finales que
serán liberadas en la sangre son: la hormona anridiurética (ADH) y la
oxitocina. La primera se encarga de mantener y regular el agua corpo-
ral, y la segunda tiene un rol estimulante sobre la contracción del útero
y la excreción de leche en las glándulas mamarias.

Interacciones neuroendocrinas

Introducción

El sistema endocrino está conformado, en forma general, por las


llamadas gldndulas de secreción interna y las estructuras centrales en-
cargadas fisiológicamente de su regulación: esto es, el hipotálamo y la
hipófisis. La función principal del sistema endócrino es la de mantener
la homeostasis interna a pesar de las variaciones del medio externo. La
segunda función principal es la reproducción.
Un eje neuroendocrino presenta rres niveles, ordenados del nivel peri-
férico al central: glándula periférica, hipófisis e hipotálamo. En la actua-
lidad se describe un nivel superior de control de origen cortical que inter-
preta estímulos provenientes del medio externo e interno y que transmite
señales al hipotálamo ejerciendo un control sobre todo el sistema.
Las glándulas endocrinas (nivel periférico) son órganos cuya fun-
ción es secretar sustancias activas (funcionales biológicamente) al
torrente sanguíneo, a través de las cuales ejercerán su efecto en un
órgano distante. Estas sustancias activas se denominan hormonas
(en griego: "poner en movimiento, excitar o promover"). Ejemplos
de glándulas de secreción endocrina son las glándulas tiroides, su-
prarrenales y gónadas. La glándula tiroidea secreta tiroxina o T4 y
triyodotironina o T3. Las suprarrenales son capaces de secretar varios
tipos de hormonas como los glucoconicoides (ej.: cortisol), los mine-
ralocorticoides (ej.: aldosterona) y aminas biógenas (ej.: adrenalina y
noradrenalina). Las gónadas son los testículos y ovarios, capaces de
producir testosterona, estrógenos y progesterona.
Es importante recordar que la función de cada una de estas glándulas
156 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Bou llosa, 0.; Hadid, E.

se halla bajo el control de la hipófisis y esta, a su vez, del hipotálamo.


El hipotálamo, situado en la base del cerebro, es capaz de controlar
por medio de la liberación de sus productos de secreción la actividad se-
cretoria de la hipófisis. En la hipófisis se distinguen diferentes tipos celu-
lares, cada uno capaz de secretar diferentes sustancias que actúan, una vez
liberadas en el torrente sanguíneo, directamente sobre la glándula peri-
férica en cuestión. Esta última libera hormonas que, además de producir
los efectos correspondientes sobre los distintos órganos de la economía,
regulan sus propias concentraciones sanguíneas mediante una retroali-
mentación en los niveles hipofisario e hipotalámico. De esta manera, se
cierra una "unidad" funcional que conocemos como eje neuroendocrino.

Figura 26. Esquema de eje neuroendócrino.

ENDOCRI NA

1: Ultracorto
• 1 2: Corto
Hormona , 3: Largo
4: Ultra largo

El eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal es ejemplo de un clási-


co eje neuroendocrino. En dicho eje, la secreción hipotalámica del
CRF (factor de liberación de corticotrofina) produce en la hipófisis
un aumento de la liberación de ACTH (corticotroflna); hasta aquí
los procesos tienen lugar en el SNC. La corticotrofina liberada desde
Neurociencia. Bases y fundamentos 157

la hipófisis al torrente sanguíneo es capaz de producir en la glándula


suprarrenal (en este caso, glándula periférica, pues no se halla en el
SNC) la liberación de corticoides. Los corticoides son hormonas que
producen múltiples efectos en varios órganos de la economía y, a su
vez, pueden autocontrolar sus valores en sangre frenando la estimula-
ción de la hipófisis y del hipotálamo (ftedback negativo).

Principales ejes hormonales

Eje CRH-ACTH-cortisol: es el principal regulador de la corteza su-


prarrenal. Este eje es vital para una respuesta integrada ante el estrés.
Como se explicó ut supra, el CRF hipotalámico estimula en la hipófisis
la liberación de ACTH que, liberada en el torrente sanguíneo, produce
en la glándula suprarrenal la liberación de corticoides; estos últimos,
a su vez, autolimitan su producción y liberación a través del ftedback
negativo sobre hipotálamo e hipófisis.
Eje TRH-TSH-hormonas tiroideas: la hormona liberadora de tirotro-
fina (TRH) es el principal factor hipotalámico que regula la síntesis y
liberación de la TSH hipofisaria (tirotrofina u hormona estimulante de
la glándula tiroides) que, a su vez, regula la estructura y función de la
tiroides y facilita la liberación de las hormonas tiroideas T3 (triyodo-
tironina) y T4 (tiroxina). Estas últimas ejercen su actividad sistémica
y, a su vez, retroalimentan negativamente al eje a nivel hipofisario e
hipotalám ico.
Eje hipotdlamo-hipójiso-gonadal: este eje es el encargado de regular los
procesos reproductivos de machos y hembras. La síntesis hipofisaria de
hormona luteinizante (LH) y folículo estimulante (FSH) está determina-
da por un solo factor hipotalámico denominado GnRH En las mujeres,
estas hormonas centrales, que determinan la secreción de estrógenos y
progesterona por los ovarios, originan el ciclo menstrual. En los hombres,
estas hormonas centrales estimulan la síntesis de andrógenos testiculares
que participan en el control de la espermatogénesis.

Psiconeuroinmunoendocrinología

Llamamos psiconeuroinmunoendocrinología al estudio de las relacio -


nes recíprocas (interacciones) que se establecen entre los cuatro sistemas
158 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

de control del organismo : el sistema psicológico, el sistema nervioso, el


sistema endocrino y el sistema inmunológico.
Estos sistemas dejaron de ser compartimentos estancos para transfor-
marse en partes de un todo. Cada sistema tiene su vehículo de informa-
ción (idioma) que puede ser interpretado por los otros sistemas. De esta
manera, neurotransmisores, hormonas e imerleuquinas (unidades de in-
formación del sistema inmunológico) permiten la comunicación dentro
de cada uno de los sistemas y entre ellos. Esta comunicación permanente
determina que las respuestas de este gran sistema psiconeuroinmunoen-
docrino sean integradas, originándose una enfermedad del todo cuando
se afecta alguna de sus partes.
El buen funcionamiento de cada una de sus partes y el adecuado inter-
cambio de información entre ellas permiten una respuesta adaptativa salu-
dable a los estímulos cambiantes del medio tanto externo como interno.
Hoy se sabe que diferentes tipos de comportamiento son promovidos
por la actividad hormonal. Ejemplo de estos son la coordinación de los
procesos reproductivos con el comportamiento de apareamiento duran-
te el ciclo reproductivo, llevado a cabo por las hormonas gonadales (de
ovarios y testículos), y la coordinación por los corticoides adrenales de la
energía metabólica con el comportamiento de búsqueda de alimento y el
estado de alerta durante el ciclo de sueño-vigilia.
La respuesta adaptativa del organismo a situaciones de estrés, media-
das por adrenalina y glucocorticoides, ambos secretados por la glándula
suprarrenal, es otro ejemplo importante de la acción hormonal en rela-
ción a la conducta. Se ha observado en situaciones de estrés un aumento
en la concentración sanguínea de adrenalina y corticoides, de tal forma
que el aumento en la concentración de adrenalina ocurre en forma brus-
ca y rápida, y estaría implicada en las respuestas de defensa y huida (jight
or fiight reaction) mientras que el rol de los corticoides parece ser, por un
lado, aumentar la provisión de substratos metabólicos para tal situación,
y, por el otro, ser capaces más tarde de reparar aquellos gastos metabóli-
cos generados por la liberación de adrenalina.

Mecanismo de acción celular de las hormonas

El mecanismo de acción de las hormonas a nivel cerebral, como en


cualquier otro órgano, parece estar más relacionado con su estructura bio-
Neurociencia. Bases y fundamentos 159

química que con su origen o efecto biológico final. Las hormonas poseen
dos estructuras químicas principales; o son péptidos o son esteroides.
Las hormonas median sus efectos por su unión a receptores celulares;
estos pueden hallarse ubicados a nivel de la membrana plasmática o bien
en el interior celular mismo, según el tipo hormonal.
Para las hormonas clásicas, como la adrenalina (amina biógena) o las
peptidicas (tirotrofina), el receptor se halla ubicado en la membrana ce-
lular y su mecanismo de acción es similar al observado en su actividad
como neurotransm isor.
Para las hormonas derivadas del colesterol u hormonas esteroideas y
para las tiroideas, el receptor, generalmente, se halla ubicado en el núcleo
celular y la fijación de la hormona al receptor desencadena la unión de
este al ADN celular, favoreciendo o inhibiendo la expresión genética de
la célula efectora. Para este tipo de hormonas también se ha descripto la
capacidad de unirse a receptores de membrana.

Tipos de acción hormonal

El órgano sobre el cual ejerce su efecto una hormona determinada se


denomina" órgano blanco"; este es el objetivo de su accionar, no quedando
el cerebro por fuera de las influencias hormonales. Sobre dicho órgano las
hormonas poseen dos tipos de efecto; un efecto reversible y otro irreversible.
El primero se caracteriza por ser un efecto cíclico como el que se produce
sobre la conducta de alarma, el comportamiento reproductor y la búsqueda
de alimentos. Existen, además, cienos procesos orgánicos que involucran la
acción hormonal, cuyo resultado final no es reversible y que, por lo general,
involucra una acción hormonal más o menos constante; tal es el caso de
ciertos eventos del desarrollo como la diferenciación sexual en la etapa ges-
tacional determinada por hormonas gonadales y los efectos de coordinación
del crecimiento de la hormonas de crecimiento y tiroideas.

Amígdala

La amígdala está situada en la profundidad del lóbulo temporal,


muy cerca del tercer ventrículo cerebral. En realidad, la amígdala es un
complejo de núcleos que podemos dividir en tres grupos; basolateral,
corticomedial y central. Las aferencias a la amígdala provienen de una
160 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; l-Iad id, E.

gran variedad de lugares, incluyendo la neocorteza de todos los lóbulos


cerebrales, el hipocampo y el gyrus cinguli. Toda la información senso-
rial converge sobre la amígdala, especialmente sobre el núcleo central.
A su vez, está fmimamente conectada con el hipotálamo, sobre quien
ejerce su influencia en forma directa (respuesta autonómica), sobre sus-
tancia gris del tronco cerebral (respuesta conductual, vía sistema somá-
tico motor) y sobre la corteza cerebral (respuesta emocional).
Diversos experimentos sugieren que las neuronas de la amígdala pue-
den aprender a responder a los estímulos asociados con el dolor, y a través
de este aprendizaje evocar luego un recuerdo asociado al miedo. La amíg-
dala estaría encargada de asignar un contenido emocional a los recuerdos,
especialmente a los relacionados con el miedo. La remoción de la amíg-
dala disminuye selectivamente la expresión y reconocimiento del miedo,
y su esrimulación eléctrica produce ansiedad y miedo.

Tálamo

El tálamo es otra de las estructuras cerebrales internas (es decir, un


ganglio de la base) que cumple un papel fundamental en el procesa-
miento e integración de toda la información que llega a y que parte de
la corteza cerebral. Tiene especial trascendencia en el control motor y
sensorial, regulando, además, los niveles de alerta.
El tálamo constituye la última estación de procesamiento de las vías ascen-
dentes antes de que la información sea proyectada a la neocorteza cerebral.
Se encargaría de regular y coordinar la actividad motora, conectán-
dose con el cerebelo, la corteza frontal y los ganglios basales involucra-
dos en los movimientos extrapiramidales.
También se cree que el tálamo está involucrado en el mantenimiento
del estado de conciencia; que le otorgaría el componente afectivo (el tono
emocional) a las sensaciones; y que sería el regulador del grado en que un
estímulo (temperatura, tacto) nos resulta agradable o desagradable
El tálamo además se encarga de sincronizar el funcionamiento bioeléc-
trico de las neuronas corticales, trabajando como un marcapaso de la activi-
dad rítmica de la corteza cerebral (observable en el electroencefalograma).
Capítulo 15

Fundamentos de biología molecular


Ácidos nucleicos y proteínas
Procesamiento de la información genética

Generalidades

Todos los organismos vivos contienen ácidos nucleicos en forma de


ácido desoxirribonucleico (ADN) y ácido ribonucleico (ARN), que son
macromoléculas de gran importancia biológica. La información genérica,
aquella que se replica con cada célula y es usada por ella para su funciona-
miento, se halla depositada en el ADN. Esta información es copiada en
las moléculas de ARN a través de un proceso denominado transcripción
(síntesis de ARN sobre un molde de ADN) y utilizada luego en el proceso
de traducción, para la síntesis de proteínas. Este flujo de información se
conoce como el "dogma central" de la biología molecular.
El núcleo celular es un compartimiento fundamental donde se loca-
lizan: 1) 46 cromosomas, cada uno formado por una larga molécula de
ADN, combinada con proteínas básicas denominadas histonas; 2) los
distintos tipos de ARN (ARNm, ARNr y ARNt); 3) diversas proteínas,
entre las cuales se encuentran la ADN polimerasa y la ARN polimerasa;
4) la matriz nuclear o nucleoplasma, donde se hallan dispersos los ele-
mentos mencionados en los puntos anteriores.
162 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Ácidos nucleicos

La estructura del ADN, determinada por Watson y Crick en 1953,


es una hélice formada por dos cadenas. Cada una de estas cadenas es
una molécula lineal compuesta, a su vez, por pequeñas estructuras lla-
madas nucleótidos.

Figura 27. La doble hélice del ADN.

unión fosfato

La información genética que está contenida en el ADN está repre-


sentada por la secuencia de dichos nucleótidos. Cada nucleótido está
formado, a su vez, por tres componentes: una base nitrogenada (purina
o pirimidina), un azúcar o pentosa (desoxirribosa o ribosa) y un grupo
fosfato. Las bases nitrogenadas pueden ser de dos tipos: 1) purinas:
adenina (A) y guanina (G) o 2) pirimidinas: cirosina (C), timina (T) y
uracilo (U). Mientras la timina solo puede formar ADN, el uracilo solo
está presente en el ARN. Las pentosas también pueden ser de dos tipos:
ribosa en el kRN y desoxirribosa en el ADN. La única diferencia entre
ambas es que la desoxirribosa tiene un átomo menos de oxígeno.
Neurociencia. Bases y fundam entos 163

Una base nitrogenada (purina o pirimidina) unida a un azúcar se


denomina nucleósido y un nucleósido fosforilado (es decir, más un gru-
po fosfato) se denomina nucleótido.
El ADN es una hélice formada por dos cadenas. Cada cadena tie-
ne una columna vertebral constituida por el azúcar (desoxirribosa) y
el grupo fosfato (que sirve de unión entre cada vértebra de la misma
hélice); y las bases (A, T, C, G), que están por dentro de las hélices,
acmando como unión entre una y otra. Al mismo tiempo, esta unión
entre ambas cadenas se realiza de manera complementaria, es decir, que
la adenina se une solamente a la timina mientras que la citosina se une
a la guanina. A y T están unidas por dos puentes de hidrógeno y C y G
por tres; en consecuencia el par C -G será más estable que el A-T.
Como se describió en párrafos anteriores, en las moléculas de ADN
se halla depositada la información genética de la célula. Se denomina
genoma a la tOtalidad de la información genética contenida en el ADN.
Si bien el número de genes del genoma humano no se conoce con preci-
sión, se estima que son alrededor de 25.000. Las células humanas somá-
ticas poseen 46 cromosomas, es decir, 46 moléculas de ADN, divididos
en 22 pares de autosomas más un par de cromosomas sexuales (XX en
la mujer y XY en el varón). Se podría decir, entonces, que en cada célula
existen dos juegos de 23 cromosomas, uno aporrado por el óvulo y otro
por el espermatozoide, en el momento de la fecundación.
La estructura polinucleótida del ADN es adecuada para almace-
nar información y para su propia replicación pero, por su simplicidad
química y su estructura rígida helicoidal, necesita para su expresión de
otras moléculas como el ARN y las proteínas.
La estructura primaria del ARN es similar a la del ADN, excepto
por la presencia de uracilo en lugar de timina (también complemen-
tario con adenina), de ribosa en lugar de desoxirribosa y por estar for-
mado por una única cadena. Existen tres clases principales de ARN:
1) ARN mensajero (ARNm), que lleva la información genética del
ADN desde el núcleo al citoplasma para sintetizar proteínas; 2) ARN
ribosómico (ARNr), que conforma el ribosoma, organela donde se sin-
tetizan las proteínas; 3) ARN de transferencia (ARNt), que sirve para
transportar los aminoácidos específicos a los ribosomas e incorporarlos
a las proteínas (cadenas de aminoácidos) durante el proceso de síntesis
proteiCa.
164 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

A modo de síntesis, pueden presentarse las diferencias fundamen-


tales entre el ADN y el ARN de la siguiente manera: el ADN está for-
mado por una doble cadena cuyo azúcar es la desoxirribosa y sus bases
nitrogenadas A, T, e y G, mientras que el ARN se constituye por una
sola cadena, su azúcar es la ribosa y sus bases nitrogenas A, U, e y G.

Proteínas

Las unidades que componen las proteínas son los aminoácidos. Un


aminoácido es una molécula simple y pequeña que contiene un grupo
amino (NH2) y un grupo carboxilo (eOOH), más una cadena lateral
que es diferente en cada tipo de aminoácido. La combinación de aminoá-
cidos para formar una proteína se produce de un modo tal que el grupo
amino de uno se une con el grupo carboxilo del siguiente, mediante un
tipo de unión panicular denominada peptídica. La unión de varios ami-
noácidos entre sí se denomina, entonces, polipéptido.
Las proteínas están formadas por 20 tipos de aminoácidos, cada uno
con diversas cadenas laterales (con diferentes tamaños, cargas eléctricas
y solubilidad) que les otorgan mucha mayor versatilidad funcional que el
ADN oelARN.
Todas las funciones básicas de las células dependen de proteínas es-
pecíficas. Existen proteínas estructurales que sirven, por ejemplo, como
componentes del ciroesquelero celular, mientras que otras son enzimas
que catalizan y regulan las reacciones químicas que ocurren dentro de
la célula. Los canales iónicos, los transportadores de membrana, los
receptores, las hormonas, los anticuerpos e incluso algunos neurotrans-
misores (péptidos) son proteínas.

Procesamiento de la información genética

Se denomina gen a la secuencia de ADN cromosómico que contiene la


información requerida para fabricar ARN y, a través de este, una proteína.
Dado que la información genética depositada en las moléculas de
ADN se encuentra en el núcleo, pero la síntesis proteica ocurre en el
citoplasma, se requiere de una molécula intermedia que transfiera di-
cha información. El ARNm es el encargado de copiar la información
contenida en el ADN, salir del núcleo y, una vez en el citoplasma,
Neurociencia. Bases y fundamentos 165

dirigir la síntesis de proteínas. Es decir que, en el núcleo, el ADN es


quien guía la síntesis de ARNm, estableciendo la secuencia de sus nu-
cleótidos y, en el citoplasma, el ARNm dirige la síntesis de proteínas,
determinando el orden de sus aminoácidos.
La síntesis de ARN que utiliza como molde al ADN se denomi-
na transcripción, en tanto que la síntesis de proteínas que utiliza como
molde al ARNm recibe el nombre de traducción. Mientras el primer
proceso ocurre en el núcleo, el segundo se lleva a cabo en el citoplasma
celular.
Las instrucciones trasladadas del ADN al ARNm y de este a la pro-
teína son transmitidas en forma de códigos. El sistema de códigos uti-
lizado se basa en el orden en que se encuentran los nucléotidos en el
ADN, que determina el ordenamiento de los nucleótidos en el ARN
y, por ende, la secuencia de aminoácidos en la proteína. Una secuencia
de tres nucleótidos del ADN codifica a cada tipo de aminoácido. Estos
tripletes de nucleótidos se denominan codones. Dado que existen cuatro
nucleótidos en los ácidos nucleicos que se combinan de a tres, el número
de tripletes posibles es 64 (4 3). El conjunto de 64 tripletes o codones se
denomina código genético.

Transcripción del ADN

Se denomina transcripción a la síntesis de moléculas de ARN sobre


la base de moldes de moléculas de ADN. La síntesis se produce por
la unión de los nucleótidos A, U, C y G, que se alinean de acuerdo
al ordenamiento indicado por los nucleóridos complementarios, pre-
sentes en el ADN. Las cadenas del ADN se separan formando una
"burbuja de replicación" y exponiendo los nucleótidos de una sola
cadena, a partir de la cual se sintetizará el ARN. La ARN polimerasa
es la enzima encargada de construir el ARN paso a paso, agregando
de a uno los nucleótidos complementarios. El ARNm recién sinteti-
zado se llama transcripto primario y tiene segmentos que codifican
para proteínas (exones) y otros que no lo hacen (intrones). Los exones
representan solo el 1% de la información contenida en el ADN. An-
tes de abandonar el núcleo, los intrones son removidos mediante un
proceso de corte y empalme denominado splicing, generando una mo-
lécula continua de exones. Se forma, entonces, el ARNm maduro que
166 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

será quien abandone el núcleo y se dirija al citoplasma para conducir


la síntesis proteica.

Traducción del ARNm en proteínas

La síntesis de proteínas tiene lugar en los ribosomas ubicados en el


citoplasma celular. Los ARNm son traducidos a proteínas por intermedio
de los ARNr, que actúan como adaptadores: romana los aminoácidos del
citoplasma y los conducen a las posiciones adecuadas marcadas por los
nucleótidos del ARNm. La síntesis de proteínas se produce, entonces, por
la unión de los diferentes aminoácidos que formarán un polipéptido.
Cada secuencia de tres nucleótidos (triplete o codón) en el ARNm, es
leída en los ribosomas, determinando un aminoácido. Como se explicó
en párrafos anteriores, debido a que el ARN es un polímero de cadena
lineal de cuatro nucleótidos (A, U, C, G) que se combinan de a tres,
existen 64 (4 3) combinaciones posibles; sin embargo, solo hay 20 ami-
noácidos que se utilizan para la ~Íntes is de proteínas. Por lo tanto, existen
más codones que tipos de aminoácidos, determinando que la mayor parte
de ellos sean codificados por más de un codón. A dicha redundancia se la
denomina degeneración del código genético.
Luego de ser sintetizadas, las nuevas proteínas pueden sufrir di-
ferentes cambios mediados por enzimas que reconocen secuencias
especiales de aminoácidos y le agregan diferentes grupos químicos
(azúcares, fosfatos, etc.). El gran número de proteínas celulares, su
diversidad estructural y química, su habilidad para formar complejos
con múltiples subunidades proteicas, hace que sean las moléculas con
mayor versatilidad para desarrollar prácticamente rodas las funciones
celulares.

Replicación del ADN

Cuando una célula se divide, debe transmitir la misma información


genética a sus células hijas. Como es sabido, dicha información se en-
cuentra contenida en la molécula de ADN que se debe duplicar, es decir,
generar dos moléculas de ADN idénticas a la original, con el fin de trans-
mitir la información de una generación a otra. Este proceso se denomina
replicación.
Neurociencia. Bases y fundamentos 167

Figura 28. Síntesis de proteínas.

célula
núcleo
ADN

¡
ARN

!
ARN procesado

¡
proteína

Una caractenstica fundamental de un polímero lineal corno el


ADN (o el ARN) es que puede servir corno molde para la síntesis de
otras rnacromoléculas. En el caso de los ácidos nucleicos, el principio
de cornplernentariedad de bases provee el mecanismo fundamental a
través del cual la información puede ser transferida de una generación
a otra. Debido a que cada cadena de la doble hélice del ADN contiene
una secuencia de nucleótidos que es el complemento exacto de la se-
cuencia de su compañera, ambas cadenas tienen la misma información,
es decir, que cada una de ellas sirve como molde para la síntesis de una
cadena complementaria que contendrá los mismos códigos genéticos .
Lo primero que ocurre en el proceso de replicación es la separación
de las dos cadenas de la doble hélice del ADN, que sirven de molde para
sintetizar las cadenas complementarias. La ADN polimerasa es la enzi-
ma encargada de agregar nucleótidos a la nueva cadena, siempre de ma-
nera complementaria a la cadena "madre", para formar así dos cadenas
completas de ADN, cada una de ellas exactamente igual a la original.
168 Vázquez. G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

Se dice que la replicación del ADN es semiconservadora debido a


que cada molécula de ADN "hija" está formada por una cadena de la
molécula de ADN original, unida a una cadena nueva, sintetizada por
la enzima ADN polimerasa.
Capítulo 16

Patrones de herencia humana


Penetrancia y expresividad
Genética y psiquiatría
Concepto de epigenética

Generalidades

La estructura y la función de un organismo dependen de dos tipos


de factores: los genéricos y los ambientales. Hoy en día se sabe que es
posible introducir cambios en un organismo a través de modificaciones
en el entorno.
Se denomina fenotipo a las características visibles de un individuo
que resultan de la constitución genética o genotipo, más los facto-
res ambientales que permiten o modifican esa constitución genética.
Comprende todas las características de una persona, tanto externas
y visibles (color de ojos, de pelo, ere.) como aquellas que no pueden
ser detectadas mediante la observación directa (grupo sanguíneo, por
ejemplo).
La forma en que se transmiten los fenotipos de una generación a otra
se denomina patrones hereditarios. Las enfermedades genéticas se pue-
den clasificar, de acuerdo a dichos patrones, en monogénicas o mende-
lianas, multifactoriales, cromosómicas, mirocondriales o de impronta
genómica.
170 Vázquez. G. H.; Vieitez. A; Boullosa, 0.: Hadid, E.

Los daros de incidencia en gemelos monocigóticos (aquellos que


comparten el mismo genoma) y las estadísticas de frecuencia intra-
familiar sugieren que un número importante de enfermedades psi-
quiátricas, como la esquizofrenia y la enfermedad bipolar, tienen un
importante componente genético. Sin embargo, los intentos de indivi-
dualizar los genes responsables han sido frustrantes y contradictorios.
Esto se entiende gracias a un nuevo paradigma que conceprualiza a los
genes, ya no como la causa directa de la enfermedad mental, sino como
causa de anomalías moleculares que crean un riesgo para la misma.
Las enfermedades mentales no responden a patrones de herencia don-
de un único gen es el causante de la enfermedad, sino a múltiples genes
que interactúan con muchos otros factores ambientales.

Patrones de herencia humana

Se denominan patrones hereditarios a la forma en que se transmiten


los fenotipos, resultantes de la imeracción del genotipo con el ambiente,
de una generación a la siguieme.
En 1865, el austríaco Juan Gregario Mendel descubrió las leyes fun-
damentales de la herencia, a través de experimentos de cruzamientos de
plantas. Sin embargo, sus concepciones permanecieron sin uso hasta su
redescubrimiento en el año 1990.
Según el tipo de herencia es posible clasificar a las enfermedades
genéticas en:

l. Monogénicas o mendelianas, que siguen en términos generales las


leyes de Mendel. Dentro de ellas se incluyen las autosómicas dominan-
tes, recesivas y ligadas al sexo, como se describirá más adelante.

2. Multifactoriales, determinadas por varios genes de efecto si-


multáneo (enfermedades poligénicas) y que frecuentemente tienen un
componente ambiental significativo. Algunos ejemplos lo constituyen
la diabetes mellitus, la hipertensión arterial esencial, como así también
varias enfermedades mentales.

3. Enfermedades de origen cromosómico, determinadas por varia-


ciones en el número o en la estructura de los cromosomas. La trisomía
Neurociencia. Bases y fundamentos 171

del par 21 en el Síndrome de Down y la monosomía X en el Sínd~ome


de Turner (XO) son algunos ejemplos.

4. Aquellas que presentan un tipo de herencia especial, como las


enfermedades genéticas mitocondriales, que se heredan exclusivamente
por vía materna, y las causadas por alteraciones de la improma genó-
mica -en las cuales existe una expresión diferencial de algunos genes,
dependiendo de su origen paternal (materno o paterno)-. La prevalencia
de este último grupo es significativamente menor que las de las otras
categorías .

Rasgos dominantes, recesivos, codo mi nantes y ligados al sexo

Como es sabido, cada individuo posee 46 cromosomas: 23 cro-


mosomas provenientes de cada progenitor, de los cuales 22 son auto -
somas y uno corresponde al cromosoma sexual. Se forman, entonces,
pares de cromosomas (uno proveniente de la madre y otro del padre)
con idéntica morfología, denominados cromosomas homólogos. Los ge-
nes también se encuemran po r parejas, cada uno ocupando un lugar
(locus) equivalente en cada par de cromosomas homólogos. Se deno-
mina locus al lugar del cromosoma donde está localizado un gen espe-
cífico. Cada una de las formas alternativas que presenta u n gen, que
controla los mismos caracteres y que ocupa la misma posición en cada
par de cromosomas homólogos se denomina alelo. Por consigu iente,
los cromosomas tienen dos alelas de cada gen, uno procedente del
padre y el otro de la madre, que se ubican en el mismo lugar o focus
del cromosoma.
Si el gen que ocupa un focus en un cromosoma es idéntico al que
ocupa ese focus en el cromosoma homólogo, el individuo es homocigo-
ta para ese gen (ejemplo AA o aa). En caso contrario, si para un gen
dado el sujeto tiene en cada cromosoma homólogo un alelo distinto,
es heterocigota (ejemplo Aa) para ese gen.
Dependiendo de la potencia, un alelo puede ser dominante de la si-
tuación y expresarse en el hijo solamente con una de las copias procrea-
doras, por lo cual si la madre o el padre lo transmiten, el hijo lo expresa
siempre. Es decir, estos individuos manifiestan el fenotipo, tanto en
aquellos casos en que dicho alelo se encuentra presente en las dos copias
172 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

(homocigota) como si está en una sola de ellas (heterocigota). Otra op-


ción es que el alelo sea recesivo y necesite dos copias del mismo gen para
expresarse, es decir, que el individuo sea homocigota para ese alelo. Por
ejemplo, los ojos marrones son un rasgo dominante porque se requiere
una sola copia del alelo para producir este color de ojos, sin importar
el color de ojos que esté codificado en el otro alelo. Por el contrario, los
ojos azules constituyen un rasgo recesivo, ya que un individuo debe
tener dos copias del alelo (ser homocigota) para producir dicho color.
Existe una tercera opción en la cual ambos alelas se expresan en el
fenotipo llamándose codominantes o de herencia intermedia. El ejemplo
típico es el grupo sanguíneo ABO: aquellas personas heterocigotas, que
poseen ambos alelas (A y B), expresan los dos y su grupo sanguíneo es
AB.
En relación a las enfermedades, las mismas pueden heredarse en
forma autosómica dominante -donde la presencia de un solo alelo es
suficiente para que se exprese la enfermedad- o autosómica recesiva -
donde ambos alelas deben estar afectados para que la enfermedad se
manifieste-. Por lo tanto, en este último caso, el individuo deberá ser
homocigora, es decir, recibir un gen anormal de cada progenitor para
padecer la enfermedad. En cambio, si hereda un único alelo afectado
(heterocigota), será portador pero no expresará la enfermedad.
La enfermedad de Hunringron constituye un ejemplo de enfer-
medad de herencia aurosómica dominante. Como en rodas las enfer-
medades con este tipo de herencia, si uno de los padres tiene un gen
defectuoso, los h ijos tendrán el 50% de probabilidad de heredar el
trastorno. Se trata de una enfermedad degenerativa de los ganglios
basales (especialmente el caudado y el putamen) que se manifiesta
entre los 35 y 50 años de edad y que avanza inevitablemente hacia la
demencia y la muerte del paciente. Los síntomas iniciales pueden ser
cambios en la personalidad, irritabilidad, depresión y, a veces, sínto-
mas psicóticos. Luego se agregan movimientos involuntarios de los
miembros y el rostro (corea), signos de agitación y rigidez muscular.
El gen mutante se encuentra en el brazo corto del cromosoma 4 y
produce la proteína Hunringtina en forma anormal, que tiene efecto
tóxico para cierras neuronas .
Las mutaciones recesivas pueden ser ejemplificadas por la fibrosis
quística, enfermedad hereditaria letal más frecuente en la raza blan-
Neurociencia. Bases y fundamentos 173

ca. El gen se localiza en el cromosoma 7 y codifica una proteína que


constituye un canal de cloro de la membrana plasmática. El defecto de
dicha proteína provoca un trastorno en el transporte de cloro y sodio
por las células de los epitelios, que genera un gran espesamiento de las
secreciones, produciendo obstrucción o infección con las consiguien-
tes manifestaciones clínicas. Los principales órganos afectados son el
pulmón, el páncreas, el hígado, la piel y el aparato reproductor mas-
culino. La principal causa de morbilidad y mortalidad está dada por la
afectación pulmonar causante de un 95% de los fallecimientos. En los
últimos años, se ha observado un aumento de la edad media de sobrevi-
da como resultado del diagnóstico precoz y del tratamiento adecuado,
entre otros.
Dentro de las enfermedades ligadas al sexo, se encuentran aquellas
ligadas al cromosoma X y al cromosoma Y. Cabe aclarar que el cro-
mosoma Y es de pequeño tamaño y posee una única región de genes
homólogos al cromosoma X, denominada pseudoautosómica.
Las enfermedades ligadas al X corresponden a una particular for-
ma de herencia típicamente padecidas por los varones. Esto se debe a
que el varón posee un único cromosoma X (recuérdese que el otro es
el Y) y, por lo tanto, todos los genes anormales presentes en el único
X -y que no coincidan con los genes ubicados en la región homóloga
del Y- se expresan fenotípicamente, produciendo la enfermedad. Las
mujeres, en cambio, pueden ser portadoras del gen anormal en uno
de sus dos cromosomas X, pero el gen normal ubicado en el segun-
do cromosoma X les alcanza para no desarrollar la enfermedad. Por
consiguiente, un hijo varón con una enfermedad ligada al X tendrá
necesariamente una madre portadora que le ha otorgado su cromoso-
ma X. Cabe destacar que la gran mayoría de estas enfermedades son
recesivas. Dentro de este grupo se incluyen las distrofias musculares
de Duchenne-Becker -donde existen mutaciones del gen de la pro-
teína normal distrofina-, las hemofilias A y B -en las cuales aparecen
defectos de algunos factores (proteínas) que actúan en la cascada de la
coagulación, provocando que la sangre no pueda coagular adecuada-
mente- y los daltonismos -particularmente los defectos para el color
rojo y verde-.
La herencia ligada al cromosoma Y (herencia holándrica) se presenta
cuando el gen en estudio se encuentra localizado en el segmento dife-
174 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

rencial de dicho cromosoma. El fenotipo correspondiente es transmitido


por el padre a sus hijos varones. En este tipo de herencia no tiene sentido
hablar de dominancia ni recesividad porque estos alelas siempre están en
hemicigosis (existe una única copia del gen) y, por lo tanto, siempre se
expresan en el fenotipo . El trastorno que se conoce asociado a este tipo de
cromosoma sexual es la hipertricosis o "síndrome de la oreja velluda".

Pen etrancia y expresividad

La penetrancia se refiere a la probabilidad que un individuo quepo-


see un gen determinado lo pueda expresar fenotípicamente o, d icho
de otro modo, es el porcentaje de individuos con un determinado ge-
notipo que exhiben el fenotipo correspondiente. Si la presencia de ese
gen invariablemente produce el fenotipo determinado, la penetrancia
es del 100%. Esto es lo que ocurre en la enfermedad de Huntington,
en la cual los portadores del trastorno genético siempre desarrollan la
enfermedad. En cambio, si nueve de cada diez individuos que tienen
un determinado gen expresan el fenotipo, la penetrancia es del 90% .
Cuando la proporción es menor al 100 o/o se dice que la penetrancia es
incompleta.
Es sabi::lo que los genes no actúan de forma absoluta para producir
un determinado fenotipo, sino que, tanto los demás genes como los
factores ambientales, influyen en la expresión de los 'mismos.
Se denomina expresividad al grado o intensidad con que se manifies-
ta un fenotipo en un individuo y que puede ser función de otros genes o
de variables ambientales. Por ejemplo, un segundo gen (o un grupo de
genes) podría ser necesario para que un gen anormal se exprese como
una enfermedad. De la misma manera, los factores ambientales pueden
ser determinantes para que un gen se ponga de manifiesto. Un ejemplo
de esto último es lo que ocurre en la enfermedad denominada ftnilceto-
nuria, en la cual se carece de una enzima necesaria para descomponer
un aminoácido esencial llamado ftnilalanina, que se encuentra en los
alimentos que contienen proteínas. Las manifestaciones clínicas de la
enfermedad solo aparecen cuando el individuo consume dichos alimen-
tos.
Para resumir los conceptos vistos hasta aquí, puede decirse que pe-
netrancia es la capacidad de un gen de expresarse fenotípicamente y
Neurociencia. Bases y fundamentos 175

expresividad es la variabilidad en el grado de manifestación fenotípica


de ese gen. Si se toma como ejemplo la polidactilia, enfermedad carac-
terizada por la presencia de dedos extras en manos y pies, se describirá
que tiene una penetrancia incompleta (70%), es decir, que el70% de los
individuos que tienen el genocipo expresarán el fenotipo polidactilia; y,
en relación a su expresividad, que pueden existir fenotipos con diferente
número de dedos, ubicación, alteración anatómica (de muñón a dedo
completo), entre otros.

Genética y psiq uiatría

Los modelos genéticos que existen en la actualidad están generando


un progreso rápido y significativo en relación a la búsqueda del rol de
los genes en las enfermedades mentales.
Según la teoría clásica, un único gen anormal podría causar una
enfermedad mental. El producto anormal de dicho gen llevaría a una
función neuronal anómala que causaría directamente el trastorno men-
tal. Sin embargo, no se ha identificado tal gen y ya no hay expectativas
que tal descubrimiento puede hacerse.
El nuevo paradigma conceprualiza a los genes, no como la causa
d irecta de la enfermedad mental, sino como causa de anomalías mole-
culares provocadas por proteínas alteradas genéticamente, que predis-
ponen a los circuitos cerebrales hacia un procesamiento ineficiente de
la información. Esto crea un riesgo para la enfermedad mental que no
siempre se expresa, sino que depende de la interacción de dicho riesgo
con cierras condiciones (estresores) ambientales.
Hasta aquí se podría decir que los genes codifican proteínas,
no síntOmas psiquiátricos ni enfermedades mentales, y que lo que
se hereda no es la enfermedad, sino el riesgo de padecerla. Para
que la enfermedad se manifieste es necesario, además, que aquella
persona con riesgo esté expuesta a determinadas condiciones am-
bientales.
A diferencia de lo que se describió en puntos anteriores, las enfer-
medades mentales no responden a patrones de herencia dominante
o recesivo, como ocurre en la enfermedad de Huntington o en la fi-
brosis quística -donde un único gen es el causante de la enfermedad-,
sino que se generan a partir de múltiples genes que interactúan con
176 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

facro res ambiencales (multifactoriales). Es decir que los genes por si


solos no son suficientes para causar una enfermedad mental, sino que
deben existir además estresores ambientales para hacer que el riesgo
heredado a través de los genes, y silente hasta ese momento, se ma-
nifieste como una enfermedad. Dentro de los esrresores ambientales
se pueden incluir acontecimientos virales tales como situaciones de
abuso en la infancia, problemas laborales, económicos, divorcio, fa-
llecimiento de un familiar cercano y factores biológicos como virus o
toxinas, entre otros. Este concepto se aplica, no solo a los trastornos
mentales, sino también a enfermedades como la hipertensión arterial
y la diabetes mellitus.
Por lo tanto, no todas las personas con una anormalidad molecular
tendrán síntomas, pero toda persona con síntomas se presume que
tiene una anormalidad molecular.
Se debe tener en cuenta que los individuos con riesgo genético
para una enfermedad mental pueden reaccionar de maneras diferen-
tes frente a un determinado estresor vital. Además, pueden contar
con mecanismos compensatorios que permitan que la enfermedad
no se exprese. Pero si un individuo con múltiples factores de riesgo
genéticos se expone a variados esrresores vitales y sus mecanismos
compensatorios no son suficientes, alcanzará un punto de desequi-
librio y producirá un síntoma psiquiátrico. El resultado neto del es-
tresor está determinado, además, por la personalidad del individuo
que lo experimenta y no solo por los genes. En efecto, el desarrollo
mismo de la personalidad está determinado tanto genérica como am-
bientalmente.
Se observa que existen enfermedades cuyas lesiones moleculares
están muy determinadas genéticamente, como ocurre en la esquizo-
frenia, por lo que la enfermedad podría expresarse aun en ausencia de
estrés o con mínima exposición a estresores ambientales. Una situa-
ción diferente se evidencia en la depresión mayor: muchas personas
pueden llevar los genes para dicho trastorno -constituye una de las
enfermedades psiquiátricas más frecuentes-, pero los mismos pueden
no ser suficientes para manifestar la enfermedad. No obstante, estos
individuos son vulnerables a padecer depresión si se exponen a estre-
sores ambientales importantes.
Neurociencia. Bases y fundamentos 177

Epi genética

Conrad Waddington (1905-1975) fue quien acuñó el término epige-


nética en 1942, considerándola como la rama de la biología que estudia
la interacción causal entre los genes y sus productos, que dan lugar al
fenotipo final. Podría definirse también como el estudio de cambios
heredables en la función génica, que se producen sin un cambio en la
secuencia del ADN. Se considera a la ep igenética como el interlocutor
del ambiente con la genética.
Dicho de otro modo, es un concepto que se refiere a los cambios
que ocurren en el genoma, pero que no involucran una alteración en las
secuencias de las letras del ADN, como en la genética clásica. Es sabido
que una persona que sufre hemofilia no posee una proteína que es un
factor de coagulación, como consecuencia de una mutación del gen
responsable de dicho factor, ubicado en el cromosoma X, es decir, que
dicho gen sufre un cambio en una o en varias letras (nucleótidos) que le
impide producir una proteína específica. La epigenética descubrió que
hay genes que en su interior no presentan ninguna alteración en su se-
cuencia y, sin embargo, han sufrido cambios externos que los inutilizan
y les impiden expresarse. Se dice que estos genes han sufrido cambios
epigenéticos (epi = por fuera).
A diferencia de la genética clásica en la que la mutación es dentro del
ADN y no se puede modificar, la alteración epigenética es un cambio
que se produce por fuera, es hereditario y se transmite de una célula a
otra pero es reversible.
Dada la gran extensión de la molécula de ADN (dos metros de lar-
go), para poder ser confinada en el interior del núcleo celular -un mi-
llón de veces más pequeño de diámetro-, se enrolla alrededor de unas
proteínas denominadas histonas, formando la cromatina. La cromatina
está compuesta, entonces, por ADN, proteínas histonas y proteínas no
histonas, constituyendo la forma en la cual se encuentra empaquetado
el ADN dentro del núcleo celular. La cromatina, a su vez, puede esta r
en 2 estados: altamente compactada (muy enrollada), denominada he-
terocromatina o en forma menos condensada (más laxa), llamada eucro-
matina. Existe una relación directa entre el grado de enrollamiento y la
actividad transcripcional del ADN. La cromatina menos compactada
(eucromatina) es la que posee el ADN transcripcionalmente activo, es
178 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boul losa, 0.; Hadid, E.

decir, el ADN en el que se están simerizando moléculas de ARN. En


cambio, la cromatina que se encuentra en un alto grado de condensación
(heterocromatina) se encuentra inactiva y por lo tanto los genes no se
transcriben. El grado de compactación de la cromatina constituye una
de las formas de regulación epigenética, estableciendo un nivel clave de
regulación. El estado en el que se encuentre la cromatina determina el
momento, el lugar y la forma en que un gen puede ser expresado o no.
Resumiendo, la epigenética se refiere a los cambios en la cromatina y
en la estructura del ADN que modifican la expresión génica (fenotipo),
pero que no implican cambios en la secuencia de los ácidos nucleicos
delADN.
Capítulo 17

Estudios biológicos complementarios


Marcadores de estado y de rasgo:
concepto y alcances
Métodos neurofisiológicos, estructurales,
neuroquímicos y neuroendocrinos

Generalidades

Los estudios biológicos complementarios son, como su nombre lo


indica, solo estudios biológicos que complementan el diagnóstico clíni-
co. A través de ellos obtenemos los den o mi na dos marcadores biológicos.
En este sentido, y sobre todo dentro de la medicina en general y de la
psiquiatría en particular, debemos reafirmar que la clínica sigue sien-
do siempre soberana. Sin embargo, los marcadores biológicos cumplen
múltiples propósitos, como, por ejemplo, confirmar un diagnóstico pre-
su ntivo, aclarar un diagnóstico diferencial y orientarnos en la elección
terapéutica, pudiendo ser también de utilidad en el seguimiento evolu-
tivo del cuadro psiquiátrico. La experiencia profesional debe orientar en
la solicitud de los mismos, y sus resultados , a su vez, se completan en
psicopatología con las evaluaciones y estudios psicológicos y neuropsi-
cológicos.
Los exámenes o estudios biológicos complementarios nos permiten
realizar correlaciones neuroanatómicas, electrofisiológicas y bioquími-
cas presentes en las enfermedades mentales. Cabe destacar que, a partir
180 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0 .; Hadid, E.

de los mismos, no deberemos confundir correlación con causalidad, es


decir que los resultados de esros estudios nos aclaran fisiopatogenias y
no etiologías.
Los marcadores biológicos pueden ser divididos a su vez en dos
grandes grupos, cada uno con características propias; los "marcadores
de estado" y los "marcadores de rasgo". Los marcadores de estado están
presentes solamente durante la enfermedad (fenotípicos), desaparecen
con la mejoría clínica, no están presentes en familiares y nos pueden dar
cierra orientación pronóstica y terapéutica; en cambio los marcadores
de rasgo son genotípicos, es decir que son permanentes, están presentes
antes, durante y después de la enfermedad, se pueden detectar en fami-
liares, indican vulnerabilidad y no nos brindan pronóstico alguno.
A medida que ha ido avanzando la tecnología y la investigación,
cada vez contamos con mayor número de posibilidades para estudiar
el sistema nervioso desde distintos ángulos. En la actualidad podemos
clasificar a los estudios complementarios en neurociencias en estudios;
- neurofisiológicos; electroencefalograma (EEG), mapeo cerebral
computarizado, polisomnografía (PSM) y potenciales evocados;
- morfológicos, estructurales y funcionales; radiografía (RX), tomo-
grafía axial computada (TAC), resonancia magnética nuclear (RMN),
tomografía por emisión de fotón único (SPECT), tomografía por emi-
sión de positrones (PET) y resonancia magnética nuclear funcional
(RMNf);
- neuroquímicos; determinaciones de sustancias en plasma, orina,
saliva y líquido cefalorraquídeo;
- neuroendocrinos: determinaciones de hormonas basales, respues-
tas hormonales frente a distintos estímulos, ritmos circadianos y tests
frente a agonistas o antagonistas;
- estudios genéticos: área sobre la que cada vez vamos teniendo más
conocimientos, pero cuya descripción excede los límites de este capírulo.

Estudios neurofisiológicos

Electroencefalograma

El EEG es un método complementario, no invasivo ni doloroso, de


estudio del funcionamiento eléctrico cerebral. Incluso se utiliza el regís-
Neurociencia. Bases y fundamentos 181

tro durante toda la noche, al realizar estudios de sueño (polisomnogra-


fía o PSM nocturna) . Los electrodos son los elementos que se utilizan
para realizar el registro. Consisten en cables que se colocan sobre el cue-
ro cabelludo junto a una pasta conductora que asegura una conexión
de baja resistencia. Existe una disposición estándar para su ubicación
específica en la cabeza, llamada Sistema 10-20, que es el esquema de
implementación en común adoptado universalmente. Los electrodos, a
su vez, se conectan con amplificadores y sistemas de grabación o regis-
tro (papel o computadora).

Figura 29. Localización de electrodos en el EEG.

- Localización de los electrodos en el cuero cabelludo para la realización de un


electroencefalograma según disposición internacional. Las letras representan la
ubicación correspondiente a los huesos del cráneo (y lóbulos subyacentes); los
números pares a regiones derechas y los impares a regiones izquierdas, la letra z a
regiones mediales. Fp: frontal anterior o prefrontal; F: frontal; T: temporal;
O: occipital; C: central; P: parietal.

Las pequeñas fluctuaciones de voltaje, usualmente de unos peque-


ños microvoltios (uV) de amplitud, son medidas entre un par de elec-
trodos seleccionados. Las diferentes regiones del cerebro (anterior y
182 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boul losa, 0 .; Hadid, E.

posterior, derecha e izquierda) pueden ser examinadas seleccionando


el registro entre determinados pares de electrodos. El trazado típico
del EEG consiste en un conjunto de ondas simultáneas, que indican
los cambios de voltaje entre pares de electrodos. En realidad, el EEG
mide las corrientes eléctricas que se generan durante la excitación si-
náptica de muchas neuronas piramidales de la corteza cerebral, que
subyacen justo debajo del cráneo y representan el 80% de la masa
cerebral funcional. Pero la contribución eléctrica de una sola neurona
es excesivamente pequeña y la señal debe atravesar diferentes capas de
tejido no neural, como las meninges, el LCR, los huesos del cráneo y
la piel, hasta alcanzar los electrodos. Por lo tanto, se necesitan muchos
cientos de neuronas activadas al mismo tiempo para generar una se-
ñal lo suficiente grande para ser registrada en el EEG. Esto tiene una
consecuencia interesante: la amplitud de la señal del EEG depende de
cuán sincrónica es la actividad de las neuronas subyacentes. Cuan-
do un grupo de células es excitado simultáneamente, la sumaroria de
las pequeñas señales genera una gran señal superficial. Sin embargo,
cuando cada célula recibe la misma cantidad de estimulación, aunque
en diferente momento, la sumaroria de las señales resulta menor e irre-
gular. Debe destacarse que , en este caso, en que el número de células
activadas, así como el monto rotal de la excitación, son los mismos,
lo que cambia es el timing de actividad. Si la excitación sincrónica
de este grupo de células se repite una y otra vez, el EEG resultante
consistirá en grandes y rítmicas ondas cerebrales. Generalmente des-
cribimos las señales rítmicas del EEG en términos de su amplitud
relativa, lo que nos sugiere lo sincrónica que es la actividad neuronal
subyacente (aunque otros factores pueden contribuir también con la
amplitud).

Ritmos del EEG: descripción y generación

Los ritmos del EEG son muy variables y, en general, se correlacio-


nan con las diferentes conductas o estados (afectividad, sueño, vigilia)
y patologías (convulsiones o coma). Los ritmos se clasifican según sus
diferentes rangos de frecuencia y cada rango se denomina según una
letra griega. Los ritmos Beta son los más rápidos, mayores a 14Hz (=ci-
clos por segundo) y marcan actividad cortical. Los ritmos Alpha son los
Neurociencia. Bases y fundamentos 183

que poseen entre 8 y 13Hz y están asociados con estados de vigilia y de


tranquilidad. Los ritmos Theta, de 4 a 7 Hz, se presentan durante los
estados de sueño. Los ritmos Delta son los más lentos, menores a 4 Hz,
en general de gran amplitud y son característicos del sueño profundo.
Todos los ritmos cerebrales se presentan, en mayor o menor medida, en
la normalidad; su mayor o menor presencia o diferente localización será
índice de distintas patologías.
Mientras el análisis del EEG nunca nos va a decir qué es lo que está
pensando una persona, sí nos puede ayudar a determinar si esa persona
está pensando en algo. En general, los rirmos de alta frecuencia (rápi-
dos) y de baja amplitud (poco voltaje) se asocian con estados de alerta
y vigilia. Los ritmos de baja frecuencia y de gran amplitud se asocian
a estados patológicos. Esro se debe a que, cuando la corteza está muy
activa, procesando información, tanto proveniente del exterior como
de procesos internos, el nivel de actividad de las neuronas corticales es
relativamente grande, pero a su vez relativamente incoordinado. En
otras palabras, cada neurona o pequeño grupo de neuronas está in-
volucrado específicamente en procesar los diferentes aspectos de las
complejas actividades cognitivas; se despolariza rápidamente, pero no
lo hace tan simultáneamente como sus vecinas. Esto origina una pobre
sincronización, por lo que la amplitud del EEG es baja y dominan los
ritmos Beta. Por el contrario, durante el sueño profundo, las neuronas
corticales no están procesando ninguna información y grandes núme-
ros de ellas se despolarizan en forma fásica, lenta y coordinada. En este
caso, la sincronización es mayor, por lo que la amplitud del EEG será
grande.
Los ritmos eléctricos que se presentan en la corteza cerebral tienen
su origen en un marcapaso común, localizado en el tálamo, cuyas neu-
ronas poseen gran cantidad de conexiones con toda la corteza cerebral.
Las células del tálamo tienen la particularidad de generar patrones de
despolarización muy rítmicos y autogenerados, es decir que se produ-
cen sin estimulación externa. Los ritmos coordinados se transmiten a
la corteza cerebral por los axones que conforman las vías tálamo-cor-
ticales, excitando a las neuronas corticales. De esta manera, un grupo
relativamente pequeño de células talámicas centrales, actuando como
director de orquesta, puede hacer "marchar" a su ritmo a una gran can-
tidad de neuronas cerebrales.
184 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

Alteraciones más frecuentes del EEG

De las distintas alteraciones que podemos observar en el trazado,


debemos estar atemos principalmente a la presencia de los denominados
grafoelementos convulsivos. Reciben este nombre las oscilaciones agudas
de potenciales que sobresalen claramente del resto del trazado y que se
preseman únicas, focales o generalizadas. Su existencia justifica el con-
ceptO de un aumento de la capacidad convulsiva cerebral y habla a favor
de una epilepsia. Los potenciales convulsivos cerebrales más importantes
son las ondas puntas (spikes), grafoelementos de 3 c/seg. (spikes y waves=
puntas lentas), ondas agudas afiladas (sharp waves). Estos distintos tipos
de ondas pueden presentarse de manera aislada en un determinado foco
o región cerebral o pueden interrumpir todo el trazado normal de base
de manera esporádica y breve; es lo que se ha conocido con el nombre de
disritmias (hoy en revisión por la "generalidad" del término).

Mapeo cerebral_ (Brain Mapping)

Hasta aquí hemos revisado las diferentes características y alteracio-


nes que podemos observar en el EEG, que habitualmente se registra con
la ayuda de agujas de tinta sobre un largo block de papel. Sin embar-
go, con ayuda de la tecnología y el avance de la era digital, hoy en día
contamos con la posibilidad de almacenar ese registro de la actividad
eléctrica cerebral en una computadora, la que posteriormente, y gracias
a un software especializado, podrá "leer" y examinar mucho más deta-
lladamente que nosotros los datos tOmados, brindándonos gran canti-
dad de información calificada y precisa que de otra manera escaparía a
nuestras posibilidades físicas.
Con los datos así obtenidos, nuestra computadora podrá configurar
distintos "mapas" de las ondas cerebrales e incluso podremos obtener
patrones específicos para cada patología cerebral severa (demencias, de-
presión endógena, psicosis, ansiedad-ataque de pánico). De esta mane-
ra, el mapeo cerebral se constituye en una herram ienta de gran utilidad
a la hora de realizar un diagnóstico diferencial. Sin embargo, no debe-
mos perder de vista que este procedimiento no es más que un estudio
complementario, configurándose, como siempre, la clínica en soberana
para realizar el diagnóstico definitivo.
Neurociencia. Bases y fundamentos 185

Estudios morfológicos estructurales y funcionales

Los estudios estructurales nos permiten acceder al estado orgánico ana-


tómico de las diferentes regiones cerebrales. Actualmente son de gran utili-
dad en nuestro campo la ayuda que nos prestan la tomografía axial compu-
tada (TAC) y la resonancia magnética nuclear (RMN). Con estas técnicas
podemos obtener una "fotografía" de las estructuras cerebrales, tanto de
sustancia gris como blanca, así como podemos detectar la presencia de
regiones que presentan extravasación sanguínea (hemorragia cerebral) o
aquellas dañadas por la falta de irrigación vascular (infurto cerebral).

Figu ra 30. Resonancia magnética de cerebro.

Los estudios estructurales son fundamentales para arribar al diag-


nóstico de las patologías involutivas (demencias) o descartar organici-
dad sospechada en aquellos cuadros psicopatológicos que se inician con
186 Vázquez, G. H.; Vieitez, A.; Boullosa, 0.; Hadid, E.

posterioridad a la presentación de una patología estructural (traumatis-


mo de cráneo o fenómenos vasculares).
En los últimos años se desarrollaron una serie de estudios que
combinan en simultáneo las neuroimágenes (es decir, la imagen es-
tructural del SNC) con el funcionamiento del cerebro in vivo. Entre
ellas se destacan la romografía por emisión de positrones (PET), la
tomografía por emisión de fotón único (SPECT) y la resonancia mag-
nética nuclear funcional (RMNf). Hasta hace pocos años, estas técni-
cas estaban solamente reservadas al terreno de la investigación. A partir
de ellas podemos ver trabajar "en vivo y en directo" al cerebro, pudien-
do detectar las regiones que están funcionando, en más o en menos, en
los diferentes trastornos psiquiátricos o al realizar distintas pruebas de
tipo cognitivo, de reconocimiento de caras o de estimulación sensorial
auditiva o visual. Estas técnicas son posibles gracias a la inyección en
el sujeto de estudio de distintas moléculas que pueden ser "marcadas"
con radioisóropos (por ejemplo, oxígeno, glucosa e incluso sustancias
con afinidad por receptares específicos) y la posterior observación desde
fuera del organismo con el equipo de neuroimágenes de su destino ce-
rebral final. También, a través de distintas técnicas de RMN, se ha lo-
grado detectar la concentración de distintas sustancias químicas en los
tejidos cerebrales, a través de la espectroscopía, así como poder estudiar
la estructura de la sustancia blanca a través de una técnica de imágenes
por tensor de difusión, que tienen cada vez una mayor aplicación en las
neurociencias clínicas.

Estudios neuroquímicos y neuroendocrinos

Los estudios neuroquímicos nos permiten conocer el estado de las


principales vías de neurotransmisión. Se estudian en sangre, en líquido
cefalorraquídeo (LCR) y en orina los neurotransmisores, sus precur-
sores y sus catabolitos. Debido a la imposibilidad de dosar estas sus-
tancias químicas directamente en el cerebro, se utili zan los líquidos
mencionados para poder tener, de manera indirecta, una aproximación
al contenido cerebral de los mismos. Es así como podemos medir, por
un lado, a los precursores de los neurotransmisores (por ejemplo, la
feniletilamina o FEA, que es la sustancia precursora y moduladora de
las catecolaminas), a los neurotransmisores mismos (adrenalina, nora-
Neurociencia. Bases y fundamentos 187

drenalina, serotonina y dopamina) o lo que es más habirual a sus meta-


bolitos (sustancias que resultan del catabolismo) y que serán excretadas,
por lo que se encuentran presentes en la orina o en el plasma (por ejem-
plo, el 3-metoxi, 4hidroxi fenil etil glicol o MOPEG como metabolito
de excreción de la noradrenalina, el ácido homovanílico o AHV como
metabolito de excreción. de la dopamina o el ácido 5-hidroxi indol acé-
tico como metaboliro de excreción de la seroronina). De esta manera
podemos hacernos una Ídea, por extrapolación, del nivel en que se en-
cuentran en el SNC las principales vías de neurotransmisión. Por otro
lado, nos pueden servir como indicadores de la severidad de un cuadro
determinado (no indican diagnóstico, ya que este resulta siempre de la
evaluación clínica o de las entrevistas con el paciente), de su pronóstico
e incluso, en algunos casos, nos brindan orientación en cuanto a la te-
rapéutica a elegir para cada paciente.
Además de la medición directa de las sustancias implicadas en las
distintas vías de neurotransmisión podemos estudiar la actividad de las
enzimas que participan en los procesos de síntesis o de inactivación de
las mismas. Por ejemplo, podemos medir la actividad de la monoami-
noxidasa (MAO) en las plaquetas, consideradas un modelo periférico
válido del sistema serotoninérgico central.
Todos estos estudios neuroquímicos han sido, desde largo tiempo
y hasta la actualidad, muy cuestionados por diferentes motivos, que
incluyen resultados no replicados y técnicas de laboratorio poco confia-
bles. Más allá de la validez real que puedan tener estos estudios, la in-
tención es mencionar y poner en conocimiento otra perspectiva objetiva
desde la cual estudiar el funcionamiento de nuestro sistema nervioso.
Un aporte fundamental a este grupo de estudios complementarios
proviene de una nueva rama de la medicina denominada psiconeuroen-
docrinología. La misma se basa en la integración de la psiquiatría, en-
docrinología, neurología y, más recientemente, la inmunología. Dado
que la secreción hormonal está regulada desde centros pertenecientes al
SNC (hipotálamo y estructuras suprahipotalámicas) y que, a su vez, las
hormonas periféricas forman parte de un sistema de reuoalimentación
o feedback sobre el SNC, el estudio hormonal, más sencillo que el del
SNC, se muestra como un espejo o forma indirecta de ver lo que sucede
dentro de las meninges. Con este enfoque podemos recurrir a la deter-
minación hormonal basal y también al estudio del ritmo circadiano
188 Vázquez, G. H.;.Vieitez, A.; Boul losa, 0 .; Hadid, E.

hormonal, como por ejemplo el del cortisol, que puede determinarse,


tanto en sangre como en orina y saliva. Podemos estudiar también las
respuestas hormonales frente a distintos estÍmulos (tiroideos, gonadales
y adrenales), que pondrán de manifiesto cómo están funcionando los
sistemas de neurotransmisores que regulan a cada eje hormonal. Tam-
bién podemos realiza r tests con agonistas o antagonistas de distintos
neurotransmisores; en este último caso se administra un agonista o an-
tagonista del receptor a estudiar y se mide la respuesta hormonal para
inferir el estado del receptor del neurotransmisor.
Por otra parte la inmunología aporta nuevas pruebas complemen-
tarias diagnósticas que podrían ayudarnos a comprender procesos que
suceden dentro de nuestro SNC. Algunas células inmunológicas, es-
pecíficamente los linfocitos, se comportan como pequeñas hipófisis
periféricas; por lo tanto, el estudio de los marcadores inmunológicos
también puede dar cuenta del funcionamiento de nuestro SNC.
Es evidente que el progreso en los métodos para el estudio, tanto del
cerebro como de órganos y sistemas relacionados depende directamente
del avance tecnológico, por lq que en relativamente pocos años hemos
podido aprender mucho más acerca del funcionamiento del SNC que
en varios siglos en los que se ha intentado abordar el rema.

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