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¿COMO CONOCERNOS A TRAVES DE LA TECNOLOGIA?

Presentación
El avance de la ciencia y de la tecnología, los procesos de cambio e
innovación, el cambio de los actores en la economía o la reformulación de
distintas disciplinas científicas nos conducen progresivamente a un nuevo
tipo de sociedad, donde las condiciones de trabajo, el ocio o los mecanismos
de transmisión de la información, por ejemplo, adoptan nuevas formas.
Todas estas revoluciones plantean el cambio vital de los individuos y
necesitan de un nuevo planteamiento educativo.
La capacidad que las últimas tecnologías (sobre todo las redes) han
demostrado en aspectos como la transmisión de la información y del
conocimiento o hacia la comunicación han dado pie a la idea de incorporar
estos recursos al proceso de formación. Estamos asistiendo a un gran debate
acerca de la utilidad de las Tecnologías de la Información y la Comunicación
(TIC) como herramientas pedagógicas. Se suceden experiencias e
investigaciones que intentan aplicar estas herramientas a la enseñanza,
aunque muchas veces se cae en el error de olvidar que el acto didáctico
responde a un binomio compuesto en el cual también debe tenerse en
cuenta el aprendizaje. Sólo en este sentido se contribuirá a la mejora de la
calidad educativa.
La tecnología es una herramienta fundamental para nuestra sociedad. Al
igual que su evolución representa un profundo cambio a lo largo de la
historia, la forma en que la utilizamos siempre genera beneficios y desafíos.
En un momento de desarrollo tecnológico acelerado, es fundamental
reflexionar sobre los impactos que esto tiene en nuestras vidas. Su avance,
como el Internet de las Cosas, hará que nuestras vidas sean más agradables.
Hay innumerables tecnologías que están tomando forma y pronto tendremos
una gran transformación en todos los aspectos. A continuación, verá
información importante sobre cómo la tecnología ha influido en nuestras
vidas.
La influencia de la tecnología en nuestra vida cotidiana
 Aprendizaje: El aprendizaje se ha vuelto más interactivo y
colaborativo, ayudando a las personas a comprometerse mejor con el
material que están aprendiendo. Con la creación de Internet, los
estudiantes y los profesores tienen un mejor acceso a los recursos, así
como acceso a casi todo lo que está disponible en línea. La gente
puede acceder a ellos a través de YouTube y las redes sociales, por
ejemplo, y para algunos estudiantes esto se ha convertido en una gran
ventaja y han aprendido una metodología diferente a la de
simplemente sentarse, asistir a conferencias y leer libros.
 Comunicación: compartir información nunca ha sido tan sencillo.
Muchas aplicaciones tecnológicas y plataformas de medios sociales
han proporcionado una gran manera de conectarse con todo el
mundo. Podemos conectar con nuestras familias o amigos, aunque
estemos a kilómetros de distancia. La comunicación es vital en todos
los ámbitos y la tecnología ofrece las mejores plataformas.
 Tecnología moderna y World Wide Web: La World Wide Web (Red
Mundial), la famosa www, es el conjunto de todos los contenidos de
Internet, como páginas web, vídeos e imágenes, que se muestran en
HTML y a los que se puede acceder desde casi cualquier lugar del
planeta. El acceso a esta red a través de un protocolo de transferencia
de hipertexto, o HTTP, fue inventado por Tim Berners-Lee en 1991.
Después de la invención de la Internet y cuando se hizo accesible para
todos, sus páginas se llenaron de millones de informaciones y
conocimientos.
 Privacidad: Aunque el acceso a todo Internet nos proporciona un nivel
de información sin precedentes, también nos hace vulnerables. Cada
movimiento que hacemos en la red queda registrado y dejamos huellas
digitales, los estafadores lo saben muy bien y lo aprueban para obtener
beneficios económicos.
Como primer concepto necesario para el desarrollo de la nota, hablaremos
de “internet of things” (IOT), o bien internet de las cosas. Como varios libros
lo definen, se trata de “los objetos físicos (o grupos) con sensores físicos, con
capacidad de procesamiento, software y otras tecnologías que se conectan e
intercambian datos con otros dispositivos y sistemas a través de internet u
otras redes de comunicación”.
En este sentido, datos periodísticos nos advierten que el mercado de los
dispositivos IOT crecerá de US$ 478 mil millones en 2022 a US$ 2,456 mil
millones para 2029. Cifras que demuestran la expansión de esta tecnología
en apenas siete años y que, de más está decir, se volverá habitual y con una
gran cantidad de usos.
Si analizamos esta información desde la perspectiva de un análisis de riesgo,
podremos distinguir y considerar algunos aspectos. Lo cierto es que estamos
hablando de dispositivos conectados a internet que realizan operaciones,
muchos sin mecanismos de seguridad apropiados, o bien que trabajan en las
organizaciones y no forman parte de un inventario que la organización tiene
que monitorear.
En la actualidad, muchas organizaciones, tal vez sin saberlo, están expuestas
a problemas de seguridad originados en dispositivos conectados con internet.
Y es indudable que muchos de estos dispositivos tienen una utilidad y
funcionalidad increíble, pero su aplicabilidad hace que entidades asuman los
riesgos que puede traer aparejado su uso.
Como segunda definición, y con la intención de graficarlo en nuestro entorno
diario, conceptualizaremos la domótica, entendida como “aquellos sistemas
capaces de automatizar una vivienda o edificio de cualquier tipo, aportando
servicios de gestión energética, seguridad, bienestar, comunicación y que
pueden ser integrados por medio de redes de comunicación (por ejemplo,
wifi)”.
Y es aquí donde la tecnología hace que este segundo concepto cobre mayor
relevancia, pues cuando hablamos de domótica nos referimos a la capacidad
de poder controlar dispositivos que climatizan el ambiente (aires
acondicionados), iluminan hogares, administran cámaras de seguridad y así
un gran número de otras actividades relacionadas; siempre y cuando estos
dispositivos puedan conectarse por ejemplo a internet… válido para una
empresa como también para nuestros hogares.
Imaginemos esta situación: disponemos de un software como Google Home,
Alexa o Siri que nos permite comandar por voz los dispositivos que estén
conectados a nuestra red hogareña, tales como televisores inteligentes que
pueden encenderse o apagarse a través de este comando o bien a distancia.
También tenemos cámaras IP que se pueden conectar a la red doméstica (o a
la de una empresa) y que nos permitirán ver, cualquiera sea la distancia y
mientras la señal nos acompañe, imágenes de nuestra casa, negocio o
empresa.
Y como imaginarán, podremos integrar estos dispositivos y, a través de un
comando por voz, mencionar “mostrar cámara comedor en TV comedor” y
veremos cómo mágicamente (no es magia) nuestra TV se prende y se
proyectan las imágenes tomadas por nuestra cámara IP.
¿Buscamos un espacio aún más automatizado? Compremos una lámpara RGB
wifi para establecer, luego de integrarla a nuestra red, una rutina de
encendido y apagado: que, ante nuestra ausencia, ya sea por trabajo, ocio o
vacaciones, nadie sospeche. De esta forma, en caso de ausentarnos del
espacio, llámese casa o comercio, tendremos un tablero de comando que nos
permitirá administrarlo y tener un control como si estuviéramos ahí.
Como vemos, la domótica nos introduce a un nuevo estándar en la
administración de nuestra casa, empresa, comercio, etcétera, pero también
abre puertas a otros riesgos. Supongamos que no hemos cambiado la
contraseña por defecto de nuestra cámara de seguridad y un tercero con
esta información (de hecho, existen listados de claves por defecto según el
proveedor de la cámara) podría tener acceso a las nuestras. De esta forma, la
herramienta que en un principio pensábamos nos daba seguridad, se
convierte en la herramienta utilizada por un potencial ladrón para
monitorear nuestras rutinas domésticas, entradas, salidas, etcétera.
Evidentemente, la tecnología genera cada vez más eficiencia en tareas
simples y rutinarias, pero lo importante es tener conciencia de los riesgos
que esas tecnologías traen a nuestras organizaciones. No estamos hablando
de no usar la tecnología, sino de usarla de forma responsable, conociendo
sus limitaciones y consecuencias en todo sentido.

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