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con humanismo

en
cristiano

Novena de

Navidad 2022

Del 6 de diciembre al 19 de diciembre


ción
enta
Pre s
El tiempo de Navidad ha llegado y, con ello, el año poco a poco va
culminando. Para 2022 la Dirección Nacional de Evangelización y
Cultura desarrolló la campaña “Sígueme + Evangelio”. ¿Por qué Evangelio?
Porque en él encontramos la respuesta al compromiso que nos
propone Jesús de Nazaret para formar hombres y mujeres con las
siguientes características: 1. Personas libres, que están dispuestas a
salir de su zona de confort con el propósito de ir al encuentro de
aquellos que necesitan; 2. Personas que reconocen que el seguimiento
a Jesús es un caminar constante con la Iglesia, los grupos que la
componen y con aquellos que piensan de manera diferente, con el fin
de enriquecer la vida y ponerla al servicio; 3. Personas que acompañen,
lo que implica un saber estar con los demás en los diferentes
momentos que se presentan en la cotidianidad.

Así, en este tiempo de Navidad buscamos impactar a toda la comunidad


universitaria, reflexionando y resaltando la importancia del Evangelio
y la manera de actuar de la persona de Jesús. En forma retrospectiva
partiremos desde algunos acontecimientos que ocurrieron después
de su resurrección hasta llegar al nacimiento. Para que con ello,
como familia tomasina, logremos compartir en esta fecha tan especial
y pongamos en nuestros corazones el nacimiento de aquel niño que
nos enseñó a dar la vida por los demás; logrando discernir la voluntad
del Padre en nuestras vidas.

Familia tomasina, que este tiempo de Novena nos ayude a refrendar el


seguimiento que como católicos hemos ratificado con nuestra fe.

Fray Óscar Andrés Jiménez Cifuentes, O.P.


Director Nacional de Evangelización y Cultura
¿Cómo
rezar esta
Novena?

1. Introducción
2. Oración para todos los días
3. Lectura Bíblica
4. Reflexión
5. Presentación del Signo
6. Gozos
7. Oración a San José
8. Oración a la Virgen María
9. Oración al Niño Jesús
10. Explicación del desafío del día
Oración
para todos
los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que
nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que, hecho
hombre en las entrañas de una virgen, naciese en un pesebre para
nuestra salud y remedio.

Yo, en nombre de todos los mortales, te doy infinitas gracias por tan
inmenso beneficio. En retorno de él, te ofrezco la pobreza, humildad
y demás virtudes de tu hijo humanado; y te suplico por sus divinos
méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas
lágrimas que derramó en el pesebre, dispongas nuestros corazones
con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de
todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y
more eternamente.

Amén.

(Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo - Tres veces)


Oración
a San José
¡Oh Santísimo José! Esposo de María y padre
putativo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios
porque te escogió para tan altos ministerios y
te adornó con todos los dones proporcionados
a tan excelente grandeza.

Te ruego por el amor que le tuviste al Divino


Niño, me abraces en fervorosos deseos de
verle y recibirle sacramentalmente mientras
en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo.

Amén.

(Se reza el Padre Nuestro, el Ave María y


Gloria al Padre)
Oración
a la Virgen
María
Soberana María que por tus grandes virtudes
y especialmente por tu humildad, merecisteis
que todo un Dios te escogiera para madre
suya. Te suplico que tu misma prepares y
dispongas de mi alma y de la de todos los
que en este tiempo hagan esta Novena, para
el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima madre! comunícame algo del


profundo recogimiento y divina ternura con
que le agradaste tú, para que nos hagáis
menos indignos de verle, amarle y adorarle
por toda la eternidad.

Amén.

(Se reza el Ave María – Tres veces)


Gozos
¡Ven a nuestras almas,
Ven no tardes tanto!

¡Oh sapiencia suma del Dios soberano,


que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh Niño divino, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!

¡Oh, Adonai potente que a Moisés hablando,


de Israel al pueblo diste los mandatos!,
Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte brazo.

¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto


presentas al orbe tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo!

Llave de David que abre al desterrado


las cerradas puertas del regio palacio!
¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!

¡Oh lumbre de oriente, Sol de eternos rayos,


que entre las tinieblas, tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Espejo sin mancha, Santo de los santos,


sin igual imagen del Dios soberano.
Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y en forma de niño da al mísero, amparo.
Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
¡Niño que apacientas con suave cayado,
ya la oveja arisca ya el cordero manso!

¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto,


bienhechor rocío, como riego santo!
¡Ven, hermoso Niño, ven, Dios humanado!
¡luce, hermosa estrella!, ¡brota, flor del campo!

Ven, que ya María, previene sus brazos,


do su Niño vean en tiempo cercano.
Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario.

¡Del débil auxilio, del doliente amparo,


consuelo del triste, luz de desterrado.
Vida de mi vida, mi sueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!

¡Véante mis ojos, de ti enamorados!


¡Bese ya tus plantas! Bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto.

¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos;


ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
Oración
al niño Jesús
Acuérdate, ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! que dijiste a la venerable
Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus
devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad
agobiada y doliente: Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos
de mi infancia, y nada te será negado. Llenos de confianza en Ti ¡Oh
Jesús, que eres la misma verdad! Venimos a exponerte toda nuestra
miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad
bienaventurada.

Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu infancia,


la gracia, de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti ¡Oh Niño
omnipotente! seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza,
y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás
favorablemente nuestra súplica.

Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (3 veces).


Día 1
El seguimiento en una
iglesia perseguida
Día 1
El seguimiento en una
iglesia perseguida

Introducción

Apreciados hermanos y hermanas, con la celebración del primer día


de la Novena como preparación al nacimiento del Niño Jesús, los
invitamos a disponer la mente, el corazón, la voluntad y la libertad en
la búsqueda del pesebre de Belén que a lo largo de estos nueve días,
juntos, como familia tomasina, iremos descubriendo.

Hoy la Palabra de Dios, nos invita a volver la mirada hacia la realidad


de la Iglesia perseguida a lo largo de la historia y también en nuestros
días. Desde la muerte de Esteban, pasando por Saulo y los emperadores
romanos, los creyentes eran eliminados por confesar a Jesús como
Señor y Salvador de sus vidas. Esa parte de la historia se repite
también en nuestros días, en muchos países Jesús sufre junto a su
Iglesia, de manera especial por quienes son perseguidos por el anuncio
de la Buena Noticia.

Que en este día el Señor nos conceda ser sensibles y empáticos


frente a los hermanos que en otros lugares y en nuestro espacio más
cercano, sufren el flagelo de la persecución y el maltrato a causa de
querer vivir más parecido a Jesús de Nazaret.
Lectura Bíblica
(Hechos 22. 3-8)

Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad,


instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de
nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estáis todos
vosotros el día de hoy. Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando
y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres, como puede atestiguar
el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí
también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino
con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los
que allí había, para que fueran castigados. «Pero yendo de camino,
estando ya cerca de Damasco, hacia el mediodía, me envolvió de
repente una gran luz venida del cielo; caí al suelo y oí una voz que me
decía: "Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?" Yo respondí: "¿Quién eres,
Señor?" Y él me dijo: "Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues”.

Palabra del Señor.

Reflexión

Queremos invitarlos a presentarse con las personas que están a su


lado derecho e izquierdo. Por favor, pregúntenles cómo se llaman, en
qué dependencia trabajan, cómo se encuentran y qué las motiva a
estar hoy celebrando el primer día de la Novena.

(Dejar un espacio para que las personas realicen el “cuchicheo”).

Ahora, pregúntenles si en alguna ocasión se han sentido perseguidos


por algo o por alguien y ¿por qué? (una deuda, un problema, un policía,
otra persona, una situación). O, por el contrario, si tal vez en alguna
oportunidad han llegado a perseguir a alguien (se vale el juego de
venados y cazadores, ladrones y policías).
Por favor, piensen un momento en lo puede llegar a sentir una persona
que es perseguida. Hay una serie de reacciones orgánicas que
experimenta nuestro cuerpo. Los primeros discípulos y sus familias
llegaron a experimentar la persecución por creer en Jesús de Nazaret.
Y también sintieron miedo y vivieron el despojo de lo poco o mucho
que poseían. Sin embargo, ellos, como los cristianos de ahora que en
algunos lugares del mundo son también perseguidos, sientieron que
a pesar de la adversidad y la injusticia, su confianza vino de un Dios
vivo que calmó su dolor, que comprendió su temor y transformó su
tristeza en alegría. A pesar de todo, a la Iglesia nunca la han debilitado
las persecuciones; de cada una de ellas ha salido fortalecida y han
florecido semillas de nuevos cristianos.

Por otra parte, la vida de Pablo ilumina nuestra meditación y nos


ayuda a entender nuestra existencia en clave de seguimiento. Cuántas
personas en el mundo, como el personaje de la lectura, persiguen a
la Iglesia, a sus ministros, a sus fieles en general. Tal vez nosotros en
ocasiones perseguimos a la Iglesia de Cristo, como Saulo lo hacía.
¿Qué no nos gusta? ¿Qué nos incomoda? ¿Por qué callamos como
creyentes tanto bien que ella hace a la humanidad? Debemos decir
juntos al Señor: “No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de
tu Iglesia”.

Cuántos de nosotros necesitamos ver la luz radiante que opacó el sol


de mediodía y escuchar la voz del Maestro, que sin lugar a dudas
respalda a su nuevo pueblo y pide de él y de cada uno de sus miembros
el testimonio de vida que ayude a que muchos tengan un sentido de
vida, sean felices y no tengan miedo a ser santos.

Con los sentimientos que suscita la reflexión en este día, los invitamos
a empezar el camino hacia Belén, un camino en retrospectiva. Así
viviremos nuestra Navidad. A partir de las grandes experiencias y
acciones de los discípulos del Señor, iremos descubriendo cómo se
encarna en cada acontecimiento de la vida y se dispone a nacer
también en nuestros corazones. Que la experiencia del encuentro
con Jesús a través de la Iglesia, a través de la comunidad tomasina,
nos ayude a encontrarlo nacido en el corazón de todas las personas
que hoy estamos aquí reunidas.
Presentación del signo

Agua Sed
Poner un balde debidamente decorado y agregarle agua, que será
bendecida por el sacerdote y rociada sobre los participantes al final de
la Novena.

Compromiso del día

Durante este día, llevaremos remangado el pantalón en una de nuestras


piernas. Esto para recordar que durante toda la jornada estaremos
orando por las personas, de manera especial por los cristianos que
en todo el mundo son perseguidos.
Día 2
El seguimiento desde los
confinados y encarcelados
Día 2
El seguimiento desde los
confinados y encarcelados

Introducción

Cada una de las personas aquí reunidas ha trazado diferentes caminos


a lo largo de su existencia para lograr su estabilidad, para alcanzar
una meta, cumplir un objetivo o construir una familia. Esos caminos
algunas veces han sido fruto de decisiones conscientes, claras,
premeditadas; otros, por el contrario, han sido caminos que hemos
tenido que recorrer de manera improvisada, obligada y sin más provisión
que el deseo de superar en el menor tiempo tantos eventos que, en
otros momentos de nuestras vidas, creíamos iban a ser imposibles
de alcanzar. Cada día es una oportunidad para hacer camino, para
avanzar, para mantener la esperanza y para luchar porque estamos
invitados a conquistar. La resiliencia es, precisamente, la capacidad
que tienen las personas de superar circunstancias traumáticas y
sobreponerse a las dificultades.

En la medida que vamos haciendo camino de fe, cuando caminamos


como comunidad, como Iglesia, los creyentes vamos descubriendo
un propósito de vida, unos motivos que nos impulsan a seguir
adelante y a no desfallecer. Jesús se hace presente en nuestras vidas
para motivarnos, para quitarnos el miedo, y para impulsarnos hacia la
libertad y la esperanza: nos da su Espíritu Santo.
Lectura Bíblica
(Juan 20- 19-22)

“Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas,


por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontraban
los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz
con ustedes». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los
discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La
paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío».
Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo»”.

Palabra del Señor.

Reflexión
Pregúntenle a la persona más cercana qué comió ayer en la tarde.

(Conceder espacio para que hablen).

Ahora pregúntenle si alguna vez se escondió o se ha escondido por


miedo a algo o alguien. Es natural sentir miedo. La Real Academia de
la Lengua lo define como una “perturbación angustiosa del ánimo por
un riesgo o daño real o imaginario”. La psicología dice que el miedo
es un mecanismo innato de defensa que se activa ante la percepción
de un peligro que provoca sensaciones intensas y desagradables. En
realidad, el miedo es un sistema anti-peligros de la más avanzada
tecnología, que nunca pasará de moda.

Entre muchos hechos, sentimos miedo ante la muerte, ante una


enfermedad, ante la soledad o ante la privación de la libertad. Hoy los
invitamos a volcar la mirada sobre aquellos hermanos nuestros que
por diferentes motivos han llegado a perder el maravilloso don de la
libertad, ya sea de forma física, o porque su mente y corazón están
prisioneros de su pasado, atados a personas o sin esperanza para
seguir construyendo su vida.
Acaso, ¿entre ustedes hay alguien que perdió el sentido de la vida?,
¿tienen miedo de avanzar o aún queriendo no pueden lograrlo porque
las diversas circunstancias de su mundo más próximo se lo impiden?
Para esos hermanos y hermanas de nuestra comunidad, amigos
nuestros, al igual que para muchos que perdieron el anhelo de luchar,
está dirigido el texto bíblico de hoy. Puertas cerradas, manos atadas,
piernas temblorosas, muros altos, alambrados por todos los lados,
miedos y heridas pasadas describen la realidad del que sufre en su
corazón las consecuencias de estar encerrado, de estar sufriendo en
el silencio la angustia de no encontrar una salida a tantas problemáticas.
A esos hermanos y hermanas hoy les digo: NO TENGAN MIEDO, Dios
se hace uno con cada uno de ustedes, comparte sus luchas, los
acompaña en las noches oscuras y da fortaleza a su corazón. Jesús,
al igual que en otros tiempos, sigue manifestando, con gestos
amorosos, su compañía a la Iglesia, de manera especial a aquellos
que sufren y han sufrido el confinamiento y la privación de sus esperanzas,
la privación de la libertad.

También, hoy Jesús se hace presente en medio de nuestras luchas,


entra en diálogo con nuestras realidades y nos alienta con su paz. La
paz que transforma nuestro corazón y lo dispone a ponerse en
búsqueda, rumbo a la conquista de nuestro sentido de la vida; la paz
que anima los corazones cansados, que fortalece la debilidad del
ánimo y robustece nuestra esperanza en un mundo mejor. Que el
Espíritu Santo de Dios con su dinamismo siga animando nuestros
corazones.

Presentación del signo


Una mesa arreglada con un mantel blanco. Decorar con plato llano,
hondo, pocillo y cubiertos; y poner una silla. Esto nos ayudará a reflexionar
sobre la ausencia de los seres queridos que están distantes por diversos
motivos.

Compromiso del día


Durante el día de hoy oraré por las personas que están confinadas o
privadas de la libertad. Para recordar mi compromiso llevaré un
cordoncillo amarrado en la mano o en un dedo.
Día 3
El seguimiento
desde las mujeres
Día 3
El seguimiento
desde las mujeres

Introducción

Los reunidos aquí hemos logrado evidenciar cómo ha sido, es y será el


papel de las mujeres en nuestro proceso de crecimiento personal,
familiar y espiritual, porque gracias a ellas concebimos una figura
materna expuesta desde las mismas acciones que realizó la Virgen
María, madre de nuestro redentor Jesucristo.

Tal como ella recibió una voz de aliento con la presencia de su hijo,
llenando su corazón de gozo y felicidad, y así como las mujeres llevan
en su ser ese mensaje que replican en sus acciones para brindarnos lo
mejor de ellas en nuestro diario vivir, debemos brindar a nuestros
semejantes la palabra de Cristo que tanta paz lleva a nuestro ser y
sentir.

Está en nosotros comprender y entender la entrega que las mujeres


han tenido en su vida desde la lógica que compartimos con ellas, para
ser recíprocos en nuestras acciones, no solo hacia ellas, sino representando
en nuestro accionar el camino que Cristo tiene preparado para cada
uno de nosotros.
Lectura Bíblica
(Juan 20- 11,18)

“Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se


inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde
había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies.
Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les respondió: «Porque se
han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se
volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice
Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando
que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado,
dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré». Jesús le dice: «María».
Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir:
«Maestro». Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al
Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y
vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». Fue María Magdalena y dijo
a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas
palabras”.

Palabra del Señor.

Reflexión

En este pasaje del Evangelio, Juan nos describe la aparición de Jesús


a María Magdalena. La muerte de su gran amigo lleva a María a
perder el sentido de la vida. A veces la oscuridad de la noche parece
penetrar en el alma; a veces pensamos: “ya no hay nada que hacer”,
y el corazón no encuentra la fuerza para amar.

Pero precisamente en esa oscuridad Cristo enciende el fuego del


amor de Dios: un resplandor rompe la oscuridad y anuncia un nuevo
inicio. Algo comienza. En la oscuridad más profunda. Sabemos que
la noche es más noche, y es más oscura, poco antes de que empiece
el día. Pero precisamente en esa oscuridad es Cristo quien vence y
quien enciende el fuego del amor. La piedra del dolor se ha volcado
dejando espacio a la esperanza.
Es por esto que María Magdalena sigue buscando. Se va al sepulcro
para encontrar a aquel que la muerte le había robado. Hay momentos
en la vida en los que todo se desmorona. Parece que todo se ha
terminado. ¡Muerte, desastre, enfermedad, decepción, traición! Tantas
cosas que pueden llevar a que falte tierra bajo los pies y a jugarnos
una crisis profunda.

Pero también acontece lo siguiente: como que de repente, el


reencuentro con una persona amiga puede rehacer la vida y hacernos
descubrir que el amor es más fuerte que la muerte y la derrota. Tras
esta profunda y significativa experiencia, María Magdalena entiende
que la vida no termina delante de la piedra de un sepulcro. Nuestra
vida va más allá, con la esperanza de Cristo que ha resucitado, precisamente
en ese sepulcro. Es por esto querida familia tomasina que, al igual
que María Magdalena, estamos llamados a ser centinelas de la
misión de anunciar la resurrección a los apóstoles, porque definitivamente
el encuentro con El Resucitado, transforma la vida y compromete en
la misión.

Presentación del signo


Cinta morada.

Compromiso del día


Entregar y poner una cinta morada a las mujeres que nos rodean.
Día 4
El seguimiento,
la libertad y el miedo
Día 4
El seguimiento,
la libertad y el miedo

Introducción

Jesucristo nos presenta la máxima entrega que le brindó a nuestro


Padre: entender cuál era el camino diseñado para el y cómo debían
surgir los eventos para nuestra salvación y redención. Entendamos
entonces desde su posición de qué forma entregamos ese granito de
arena que tanto le hace falta a nuestra fe, para reafirmar lo que sentimos
hacia nuestro Padre.

El miedo es un evento que surgirá en múltiples etapas de nuestra


vida y que de cierta manera evidenciará la voluntad que tendremos
para sobrellevar estos eventos, para encontrar la libertad que se nos
ha brindado y cómo desde la misma forjamos el camino que nuestro
Padre nos tiene preparado; a su vez entendiendo que no todo será
paz y alegría, puesto que habrá instantes que sentiremos miedo, pero
como Jesucristo nos enseñó, aferrándonos a la fe y la voluntad que
el mismo nos profesó, enseñándonos el camino para seguir el rumbo
que tanto anhelamos.
Lectura Bíblica
(Mateo 26, 47-56)

“Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los Doce,


acompañado de un grupo numeroso con espadas y palos, de parte
de los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo. El que le iba a
entregar les había dado esta señal: «Aquel a quien yo dé un beso, ése
es; prendedle». Y al instante se acercó a Jesús y le dijo: «¡Salve,
Rabbí!», y le dio un beso. Jesús le dijo: «Amigo, ¡a lo que estás aquí!».
Entonces aquéllos se acercaron, echaron mano a Jesús y le prendieron.
En esto, uno de los que estaban con Jesús echó mano a su espada,
la sacó e, hiriendo al siervo del Sumo Sacerdote, le llevó la oreja.
Dícele entonces Jesús: «Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los
que empuñan espada, a espada perecerán. ¿O piensas que no puedo
yo rogar a mi Padre, que pondría al punto a mi disposición más de
doce legiones de ángeles? Más, ¿cómo se cumplirían las Escrituras
de que así debe suceder?». En aquel momento dijo Jesús a la gente:
«¿Cómo contra un salteador habéis salido a prenderme con espadas
y palos? Todos los días me sentaba en el Templo para enseñar, y no
me detuviste. Pero todo esto ha sucedido para que se cumplan las
Escrituras de los profetas». Entonces los discípulos le abandonaron
todos y huyeron”.

Palabra del Señor.

Reflexión
Después de haber orado intensamente y al percatarse de la presencia
de los que iban a aprenderlo, Jesús asumió con decisión el propósito
de su vida. Las Escrituras debían ser cumplidas. En dos ocasiones
repite la misma sentencia: “para que se cumplan las Escrituras”.
La manera de vencer a las amenazas del discipulado es obedecer la
Palabra y ser fieles a Dios, en cualquier circunstancia y desafío. La
obediencia, que es caminar por el sendero angosto, es una lucha en
contra de la resistencia al cambio y al abandono de lo viejo. En esta
lucha el corazón del discípulo debe ser negado, diciendo: “no” al yo y
afirmando en el la voluntad de Dios. Dios pone en las manos de sus
discípulos otras formas para la lucha espiritual: la obediencia y la
fidelidad a su voluntad en cada encrucijada de la vida que demande
tomar una decisión.

No hay debilidad en la entrega de Jesús, no hay debilidad en el por


resistirse a aceptar la ayuda violenta de Pedro o la intervención
milagrosa de los ángeles. Su fuerza está en su entrega de vida por
obediencia y la fuerza del amor lo que le sostiene en esos momentos
cruciales. No hay flaqueza en el, sino el cumplimiento de los designios
eternos.

En la medida en que el discípulo renuncia al poder de las armas


humanas o al poder milagroso que trata de eludir la toma de su
decisión y se entrega en obediencia, opera en el la fuerza del Espíritu
que le lleva a acatar la voluntad de Dios y a vivir sostenido por la
fuerza poderosa del amor. No hay otra ayuda que el discípulo necesite
para cumplir con su vocación, le es suficiente la fuerza del amor que
testifica del don del Espíritu en su alma, y se muestra en la obediencia
a la voluntad de Dios revelada en su Palabra.

Presentación del signo


Una silueta de una cometa.

Compromiso del día


Plasmar en ella una frase que te libere y acompañe en tu oficina.
Día 5
El seguimiento,
y la mesa compartida
Día 5
El seguimiento,
y la mesa compartida

Introducción

En este quinto día de la Novena, el Evangelio nos presenta la preparación


para la celebración de la cena pascual. La Pascua y la fiesta de los
panes sin levadura eran fiestas ceremoniales muy importantes para
los judíos y su celebración estaba íntimamente relacionada la una de
la otra. El momento de la muerte del Señor Jesucristo se acercaba
cada vez más, el motivo por el cual había venido a esta tierra se
cumpliría en un par de días, y ahora estaba a punto de celebrar su
última pascua y para eso decide enviar a sus discípulos a buscar en
Jerusalén un lugar adecuado para ello. Al mismo tiempo, no olvidemos
que Judas había aceptado el soborno de los principales sacerdotes y
ancianos de Jerusalén para entregarles a su Maestro, todo esto
ocurría para que se cumpliesen las Escrituras.

Es por esto que los discípulos, en la mesa compartida con Jesús,


descubren que seguirle a Él pasa por la cruz y por el servicio a los
hermanos. Dios quiere ser acogido por los seres humanos, no porque
busque algo de ellos, sino porque quiere sentarlos a su mesa y servirles;
es decir, compartir su vida y su amor.
Lectura Bíblica
(Mateo 26, 17-29)

“El primer día de los Ácimos, los discípulos fueron a preguntar a


Jesús: «¿Dónde quieres que te preparemos la comida pascual?». Él
respondió: «Vayan a la ciudad, a la casa de tal persona, y díganle: "El
Maestro dice: Se acerca mi hora, voy a celebrar la Pascua en tu casa
con mis discípulos". Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y
prepararon la Pascua.

Al atardecer, estaba a la mesa con los Doce y, mientras comían,


Jesús les dijo: «Les aseguro que uno de ustedes me entregará».
Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por
uno: «¿Seré yo, Señor?». Él respondió: «El que acaba de servirse de la
misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va,
como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del
hombre será entregado: más le valdría no haber nacido!». Judas, el
que lo iba a entregar, le preguntó: «¿Seré yo, Maestro?». «Tú lo has
dicho», le respondió Jesús.

Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió


y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen y coman, esto es mi v
«Beban todos de ella, porque esta es mi Sangre, la Sangre de la Alian-
za, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados. Les
aseguro que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta
el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el Reino de mi
Padre»”.

Palabra del Señor.


Reflexión

El Evangelio de hoy nos muestra una de las principales fiestas que


los judíos celebraban: la Pascua, la cual era una celebración que la
ley de Moisés ordenaba que se realizara de manera perpetua en
recuerdo a su liberación de la esclavitud de Egipto, lo cual representa
el fin del sometimiento de toda la Nación; junto con el sacrificio del
cordero pascual y los panes sin levadura que les recordaba su salida
urgente.

Debido a que la Pascua estaba cerca, los discípulos tenían que ir a


preparar un lugar para celebrarla con su Maestro. Jesús les encomendó
que fueran a la ciudad, a la casa de un hombre en específico, para
realizarla allí. Según Lucas, fueron Pedro y Juan los discípulos que
envió a buscar el aposento.

El evangelista Mateo nos dice que, al anochecer, Jesús se sentó a la


mesa con sus doce discípulos, estando todos sentados, les anunció
que la conspiración para matarlo que tanto había advertido vendría
de la traición de uno de ellos. Esta fue la primera vez que Jesús les
dijo a sus doce discípulos que uno de ellos lo entregaría, noticia que
causó mucha tristeza en sus corazones, ya que no concebían cómo
uno de ellos podría traicionar a su Maestro y por eso le preguntaban:
“¿Soy yo, Señor?”. Ante esta pregunta Jesús les respondió: “El que
mete la mano conmigo en el plato, ése me va a entregar”. Al ver que
todos los discípulos se preguntaban si acaso uno ellos sería el
traidor, Judas de manera hipócrita también le hizo la misma pregunta
a Jesús.
Es increíble ver la gran presión que nuestro Señor vivió y tuvo que
sobrellevar, ya que por un lado estaba su gran anhelo de compartir su
última cena pascual con sus discípulos; y por otro lado tenía que
confrontar al traidor que estaba sentado en la misma mesa y con
quien comía del mismo plato, mientras soportaba y corregía la
actitud equivocada de sus discípulos al querer ser los primeros en los
puestos de liderazgo que creían que Jesús les daría. Al final, así fue
la última cena pascual del Señor, sin embargo, esto no impidió que la
celebrara en comunión con su Padre y sus discípulos, mientras que
Judas se fue a consumar su traición.

Es por esto que desde Evangelización y Cultura los queremos invitar


a cuidar nuestro corazón para que el pecado no entre en nosotros y
terminemos participando de lo sagrado, sin fingir ser espirituales,
cuando realmente el mal ha entrado en nuestro corazón y nuestra
mente está maquinando las más viles acciones, contra nuestros
hermanos y seres queridos

Presentación del signo


Pan y vino.

Compromiso del día


Sigamos el ejemplo de Jesús y compartamos algún alimento, con un
amigo o ser querido.
Día 6
El seguimiento y el llamado
Día 6
El seguimiento y el llamado

Introducción

Quizás una de las realidades fundamentales que atraviesa la existencia


humana es el llamado. Pues desde siempre, en el inicio, en la finalidad,
por una designación de la paternidad o por la sociedad, se ha otorgado
un nombramiento, un llamado al acontecer de la vida. Esta realidad
ontológica, en todo cuanto existe, no solo viene de forma externa,
sino desde dentro; no obstante, es el hombre quien en un ejercicio
inteligible busca comprender la identidad de las cosas y, en consecuencia,
otorga un nombre, le hace un llamado desde su propósito existencial;
lo cual se traduce en reconocer la existencia de todo cuanto hay.

¡Hemos sido llamados! Dios ha otorgado a cada uno un llamado, ha


inundado de sentido la vida del ser humano, ha puesto una misión
particular y comunitaria con el propósito de servir y planificar las
dimensiones del ser. Pero esto no es todo, el llamado que Dios hace
en el nacimiento de Jesucristo es más grande, pues no solo se trata
de vivir, sino de ser parte de Él; de reconocerse en todo hijos en el
Hijo, en la misión de ser imagen en la imagen del Verbo encarnado. El
evangelista Marcos nos muestra cómo este llamado se efectúa en
doce hombres, llamados al seguimiento.
Lectura Bíblica
(Marcos 3, 13-19)

“Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron donde él. Instituyó
Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con
poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón
el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano
de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos
del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de
Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le
entregó”.

Palabra del Señor.

Reflexión

El texto del Evangelio de Marcos inicia con el llamado de Cristo a sus


apóstoles. Dios es el que toma la iniciativa de encarnarse, de ser
entre y para nosotros. Él ha decidido amarnos desde nuestra humanidad
a partir del llamado a permanecer en Él, es decir, la primera opción de
la encarnación es permanecer en Dios y desde Él en la comunidad al
servicio de los hombres (Jn 15).

Este nombramiento que Dios hace a los doce, personifica el rostro de


la comunidad; de manera que al llamar por el nombre propio a los
apóstoles se reconoce su identidad, lo que tienen, lo que son. Y
desde dicha Proskalèomai se efectúa el segundo llamado que fecunda
la vida de quienes le siguen. El Proskalèomai demuestra que Cristo
sabía a quienes llamaba, sus identidades y la profundidad de sus
corazones (Sal 139) y en medio de sus realidades les invita a permanecer
en Él, que es el lugar desde el cual se da el apostolado, llamado pleno
de vida que figura una misión en conjunto con el otro; por tanto se
comprende que el apostolado es el lugar de la comunidad dirigida
hacIa una finalidad.
Por último, Marcos nos recuerda que el Proskalèomai en comunidad
(apostolado) tiene como fruto la Predicación; el llamado que impregna
de sentido al ser humano, en el ejercicio comunitario tiene como
propósito capacitarlo, en términos de servicio al Reino en pro de todo
cuanto existe. En otras palabras, el ejercicio del llamado de Cristo
inserta al hombre en una completud relacional, donde las triples
relaciones del ser, tal como lo menciona El Aquinate, se potencializan
en el sujeto; de tal modo que el permanecer, potencializa la relación
con Dios y consigo mismo, en el ejercicio de la identidad propia y el
apostolado, y la misión potencializan la relación con el otro y lo otro.

Presentación del signo


Celular.

Compromiso del día


Llamar a una persona con la que no te has comunicado y la tienes
presente, con el fin de hablar con ella y destacar situaciones positivas
de su compañía que tengas en la memoria.
Día 7
El seguimiento y la sanación
Día 7
El seguimiento y la sanación
Introducción
Jesús encuentra en el camino a todos aquellos que han sido apartados
de sus posibilidades de poder “ser” y a los que han sido marginados
por la comunidad. Hoy la invitación es a que todo tipo de marginación,
material o espiritual, debe ser superada. A lo anterior debemos
sumar la fe que no ha de abarcar la confianza, debe ir de la mano con
una clara respuesta: la fidelidad. De manera iterativa resaltemos esta
fidelidad que complementa a la fe que salva. Quedaría incompleta
nuestra fe y nuestra confianza en Dios, si no las acompañamos de
una auténtica fidelidad agradecida. “La confianza cura, la fidelidad
salva”.

Lectura Bíblica
(Lucas 17, 11-19)

“Y sucedió que, de camino a Jerusalén, pasaba por los confines entre


Samaría y Galilea, y, al entrar en un pueblo, salieron a su encuentro diez
hombres leprosos, que se pararon a distancia y, levantando la voz,
dijeron: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!». Al verlos, les
dijo: «Id y presentaos a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban,
quedaron limpios. Uno de ellos, viéndose curado, se volvió glorificando
a Dios en alta voz; y postrándose rostro en tierra a los pies de Jesús, le
daba gracias; y éste era un samaritano. Tomó la palabra Jesús y dijo:
«¿No quedaron limpios los diez?. Los otros nueve, ¿dónde están?¿No
ha habido quien volviera a dar gloria a Dios sino este extranjero?». Y le
dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado»”.

Palabra del Señor.


Reflexión

En este séptimo día los protagonistas son: Jesús, un personaje no


judío y la lepra. Por su parte, los nueve enfermos restantes sirven
para “contrapunteo” en este pasaje evangélico. El tener lepra denota
la máxima expresión de la discriminación deshumanizadora, dado
que implicaba tener que vivir de manera marginada con un evidente
talante religioso y social.

Nos encontramos con un relato que pone su acento en muchas de las


ideas más preciadas en los evangelios: la sinceridad, el agradecimiento,
la autenticidad y la “exigencia” de una religiosidad que se convierta
en vida y seguimiento, que no se quede anquilosada en rutinas y
acomodo a normas externas.

En síntesis, este pasaje evangélico nos convoca a identificarnos con


un Jesús compasivo y con la condición marginal de los leprosos. La
gratitud y la sanación siempre corren paralelas. Quienes han tenido
la experiencia de ser sanados, invariablemente serán personas
agradecidas, porque siempre quedarán perplejas ante la obra que ha
surtido efecto en ellas. El ser agradecidos en conjunción con el amor,
corresponde a los sentimientos más “terapéuticos” que podamos
vivenciar.
Presentación del signo
Los brazos.

Compromiso del día


Abraza aquel que sientas que necesita de tu apoyo.
Día 8
El seguimiento
y la genealogía de Jesús
Día 8
El seguimiento
y la genealogía de Jesús

Introducción

La genealogía presentada por el evangelista Mateo, muestra entre


otras cosas la audacia de un Dios que habla a través de la historia y
que llega a hacerse historia al asumir nuestra condición humana en
el Misterio de la Encarnación. La certeza de esta verdad infunde en
nuestras mentes cansadas y desconcertadas del siglo XXI, la esperanza
y la confianza al sabernos amados y guiados por el mismo Señor
Nuestro Jesucristo quien ha dicho: “No estarán solos, porque yo
estaré con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos”.
Celebremos con alegría y confianza el regalo de la Navidad en este
octavo día.
Lectura Bíblica
(Mateo 1, 1-17)

“Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:


Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró
a Judá y a sus hermanos, Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara,
Fares engendró a Esrom, Esrom engendró a Aram, Aram engendró a
Aminadab, Aminadab engendró a Naassón, Naassón engendró a
Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut,
a Obed, Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David. David
engendró, de la que fue mujer de Urías, a Salomón, Salomón engendró
a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró a Asaf, Asaf
engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a
Ozías, Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz
engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés
engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías
y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia. Después de la
deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel
engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró
a Eliakim, Eliakim engendró a Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq
engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar,
Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob, y Jacob
engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado
Cristo. Así que el total de las generaciones son: desde Abraham
hasta David, catorce generaciones; desde David hasta la deportación
a Babilonia, catorce generaciones; desde la deportación a Babilonia
hasta Cristo, catorce generaciones”.

Palabra del Señor.

Reflexión
La acción salvífica de Dios sigue a veces caminos inesperados.
Seguramente muchos en Israel pensaban que el Mesías habría de
llegar en el seno de una familia prestante, adinerada o de gran
relevancia sociopolítica en aquel contexto. Sin embargo, los caminos
de Dios no son nuestros caminos, y los planes de Dios no son nuestros
planes. Contrario a nuestras lógicas, Dios nos sorprende y siempre
para nuestro bien, nunca en contra nuestra.
Es importante resaltar en dicha genealogía la presencia de cuatro
mujeres, que por lo demás no son judías: Tamar es considerada
aramea, Rut es moabita, Rajab es habitante de la Jericó cananea.
Nada sabemos sobre Betsabé, porque el texto no la presenta por su
nombre, sino como esposa de Urías, que era hitita (2 Sam 11, 3). Esta
irregularidad nos confirma las acciones insospechadas de Dios para
la lógica humana, es decir, cómo Dios puede actuar de maneras que
no imaginamos y hablarnos de tantas formas y a través de tantas
personas en contextos diversos.

Lo anterior muestra, además, el carácter universalista de la salvación


traída por Jesús. Él es la luz que alumbra a todo ser humano que
viene a este mundo. Él es de todos para que todos lleguemos a ser
uno en el amor.

Que esta Navidad sea una oportunidad para agradecer a Dios por el
regalo de su Hijo Jesús, en quien podemos confiar, de quien recibimos
fuerza y aliento para continuar la construcción de su reino de justicia
y paz, y por quien podemos mirar con esperanza hacia el mañana.

Presentación del signo


El árbol genealógico. Invita a la comunidad para que elabore su propio
árbol genealógico y lo presenten en el pesebre como ofrenda y oración
por cada una de nuestras familias.

Compromiso del día


Agradecer y orar por nuestras familias, especialmente por la familia
tomasina.
Día 9
El seguimiento y el nacimiento
Día 9
El seguimiento y el nacimiento

Introducción

Nacer es un hecho que refleja el acto de una acción humana. Desde


siempre hemos conocido que el nacimiento hace referencia a salir
del vientre, lo que quiere decir que nacer es tener la oportunidad de
comenzar de cero. Por el contrario, seguir es ir detrás de algo, perseguir
un objetivo. Teniendo en cuenta estas dos palabras, podemos decir que
hay una relación estrecha entre nacer y seguir, que va directamente
relacionada con la vida personal; nacer es comenzar, luego de salir
de un lugar y a su vez cuando se nace se busca la manera de seguir
a alguien o a algo.

Cada ser humano en particular nace y sigue un camino que en los


primeros años de vida está creado, pero que a medida que va
creciendo se va encargando de continuar con la construcción de ese
camino y es libre de optar por las direcciones que quiera, es decir,
que esté sujeto a seguir por la ruta que mejor le convenga. Desde el
nacimiento de Jesús (salir del vientre de María), sigue la vida de
acuerdo a los mandatos del Padre, viene para estar entre los
hombres, como los hombres y para los hombres, dicho esto desde el
punto de vista de condición de hijo, hermano, hombre, amigo, pero
sobre todo servidor. La vida del ser humano de esta forma se convierte
en nacer y seguir, pero el ideal es nacer y seguir para servir a los
demás en comunión.
Lectura Bíblica
(Mateo 1, 1-17)

“Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto


ordenando que se empadronarse todo el mundo. Este primer empa-
dronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino. Iban todos
a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde
Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se
llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse
con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras
ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio
a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un
pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma
comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno
durante la noche su rebaño. Se les presentó el Angel del Señor, y la
gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel
les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será
para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador,
que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y de pronto se juntó
con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios,
diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres
en quienes él se complace». Y sucedió que cuando los ángeles,
dejándoles, se fueron al cielo, los pastores se decían unos a otros:
«Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor
nos ha manifestado». Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y
a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo
que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron
se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte,
guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los
pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que
habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho”.

Palabra del Señor.


Reflexión

El texto de Lucas habla del nacimiento del primogénito, del Hijo de


Dios. Es de vital importancia conocer que cada vez que en el mundo
hay un nacimiento es una alegría de Dios, la vida es un don maravilloso
que se convierte en dicha y en pregón de las potestades celestiales.

Con el nacimiento de un nuevo niño en el mundo se debe dar gloria a


Dios, tal como lo menciona el evangelista los ángeles cantaban
dando Gloria a Dios cuando supieron que había nacido su Hijo. Nacer
en diferentes condiciones o situaciones de la vida es aceptar una
realidad que viene consigo, de esta manera cuando nació Jesús optó
por su condición de hombre y actuó como tal de acuerdo a los
mandatos de su padre; así todos debemos optar por los mandatos
que Dios nos da y responderle de acuerdo a sus peticiones.

Hablar del nacimiento es hablar del milagro de la vida, por ende, dar
a luz es dar vida y es por gracia de Dios que sucede este milagro
poderoso. Somos hombres y mujeres llenos de valor, pero debemos
recordar que Dios es el único que da la vida y del mismo modo es el
único que la puede quitar, tal como lo menciona la Biblia en el libro
del Deuteronomio. Así, nuestra misión es reconocer la gloria de Dios
que cae sobre nosotros desde el momento del nacimiento y durante
nuestro paso por la vida.

Presentación del signo


Juguete o dulce.

Compromiso del día


Dar un detalle o un dulce a un niño que veas en la calle, recordando
que la infancia es una etapa que debe perdurar para siempre en el
corazón de los hombres, con bondad, amor y paz.

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