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Diócesis de Saltillo
Introducción
El Adviento, con sus cuatro velas, nos habla de un estado de vigilancia, de espera
activa. Ahora que en nuestro mundo imperan el odio y la violencia, las divisiones, el
individualismo, la soberbia, etc., viene Jesús a decirnos que hay caminos distintos
para construir la vida si nos atrevemos a dejar nuestros miedos, nuestras
comodidades, nuestras rutinas. Que es posible reorientar nuestras fuerzas y
enderezar los senderos, que la fraternidad es posible, y que siempre es tiempo de
preparar la ruta del encuentro con Dios y con nuestros hermanos.
Signos
La corona de adviento con sus cuatro velas
Cartelones con las imágenes que se indican: camino, persona vigilante, árbol
genealógico, huellas, encuentro.
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Oración inicial
La tierra se alegra estos días, y la Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que
se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que estamos en las tinieblas
de la ignorancia, del dolor, y del pecado.
Llenos de esperanza en tu venida, te pedimos Padre, que mientras aumenta cada día
el esplendor de esta corona con nuevas luces, nos ilumines a nosotros con el
esplendor de Aquél que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será
como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna
a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela. Estén
prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer,
a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y
los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén
prevenidos!
Reflexión
Oración
Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac;
Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares
y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de
Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de
Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de
Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey
David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de
Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asaf;
Asaf, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre
de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de
Manasés. Manasés fue padre de Amós; Amós, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías
y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en
Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel,
padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de
Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar,
padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María,
de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. El total de las generaciones es, por lo
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tanto: desde Abraham hasta David, catorce generaciones; desde David hasta el
destierro en Babilonia, catorce generaciones; desde el destierro en Babilonia hasta
Cristo, catorce generaciones.
Reflexión
En este texto se nos relata el origen de Jesús. Ahora, en silencio, cerremos los ojos
para volver nuestra vista atrás, para repasar de dónde venimos, para traer las
imágenes de nuestros padres, hermanos, abuelos…, y descubrir poco a poco cómo
Dios se ha hecho presente en nuestra vida a través de todas estas personas.
Quedémonos con estas memorias por unos minutos.
Oración
Reflexión
Oración
Entonces Zacarías, su padre, quedó lleno del Espíritu Santo y dijo proféticamente:
“Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su Pueblo, y
nos ha dado un poderoso Salvador en la casa de David, su servidor, como lo había
anunciado mucho tiempo antes por boca de sus santos profetas, para salvarnos de
nuestros enemigos y de las manos de todos los que nos odian. Así tuvo misericordia de
nuestros padres y se acordó de su santa Alianza, del juramento que hizo a nuestro
padre Abraham de concedernos que, libres de temor, arrancados de las manos de
nuestros enemigos, lo sirvamos en santidad y justicia bajo su mirada, durante toda
nuestra vida. Y tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo, porque irás delante del
Señor preparando sus caminos, para hacer conocer a su Pueblo la salvación mediante
el perdón de los pecados; gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, que nos
traerá del cielo la visita del Sol naciente, para iluminar a los que están en las tinieblas
y en la sombra de la muerte, y guiar nuestros pasos por el camino de la paz".
Reflexión
La cultura del encuentro tiene una clave: ¡abrirse! Toda clase de apertura: abrir el
corazón, abrir la mente, abrir la casa, abrir nuestra la comunidad, tener las puertas
abiertas de la Iglesia y de nuestro corazón.
La manera de vivir ha sido muchas veces cerrándonos sobre nuestras propias ideas
y creencias, con desconfianza y temor a lo que consideramos ajeno: personas,
grupos, vecinos, migrantes de otros países, etc. Pero no podemos seguir así, ha
llegado la hora de esforzarnos para encontrar identidad en lo común, en la
colaboración, en la participación, en la unidad de lo diferente.
El Adviento nos llama a encontrarnos y vivir nuestros espacios como lugares de
fraternidad, de acompañamiento. Es urgente salir de los territorios acostumbrados
para encontrar a Dios en los distintos, en los alejados, en los que no piensan ni son
como nosotros.
Oración
Peticiones
Para que la celebración de esta próxima Navidad nos aliente a volvernos a encontrar
con Jesús, que por nosotros vino al mundo para enseñarnos a vivir en fraternidad.
Para que las personas que no conocen a Jesús lo descubran por medio de las
palabras y los ejemplos de los que somos cristianos.
Para que los pueblos que están en guerra descubran su capacidad para superar las
diferencias por medio del diálogo.
Por nuestras familias y comunidades, para que en este Adviento seamos capaces de
renacer nuestros corazones y nuestras estructuras, para crear canales de
comunicación efectiva que faciliten la participación y el diálogo.
Por todos los participantes en este Retiro, para que demos el primer paso y
preparemos los caminos del encuentro con nuestros hermanos.
Somos un pueblo que camina, que marcha por el mundo buscando otra ciudad.
Somos errantes peregrinos en busca de un destino, destino de unidad.