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DISCURSO –ACTO 9 DE JULIO.

Buenos días a las autoridades presentes en este día tan especial, al Sr


Intendente Municipal Don Sergio Salvatierra, Diputado Provincial Sr. Daniel
Segura, Senador Carlos Rosso, al personal docente, equipo directivo, personal
de maestranza, estudiantes, padres y miembros de la comunidad en general.

Conmemoramos hoy un nuevo aniversario, a 207 años de aquella declaración


de independencia que, el 9 de julio de 1816, rompió definitivamente las
cadenas opresoras que nos ataban a la corona española, para concretar así
nuestro sueño de gobernarnos en forma autónoma.

Un sueño libertario que se había iniciado en mayo de 1810 y que, durante seis
largos años de lucha, condujo a las Provincias Unidas de Sudamérica a ocupar
un lugar entre las naciones libres del mundo.

En 1815, la restauración de Fernando VII y su ambición de volver a controlar


las antiguas colonias evidenciaron la necesidad de dar un paso decisivo en el
camino hacia la libertad. A principios de 1816, el general San Martín reclamaba
insistentemente desde Cuyo que se declarase la independencia, al tiempo que
organizaba un ejército capaz de franquear los Andes para liberar a Chile y
luego neutralizar la amenaza que representaba el Perú para nuestra
autonomía. Por su parte, el coronel Güemes custodiaba nuestra frontera norte
desbaratando los intentos realistas de adentrarse en nuestro territorio.

El general Manuel Belgrano, recién llegado de Europa, alentaba con su pasión


la pronta declaración de independencia. Era indispensable consolidar la unidad
territorial y política de las provincias que habían pertenecido al desplazado
virreinato, para convertirnos en una nación libre y soberana.

Desde marzo de 1816, en Tucumán, los representantes del pueblo de las


Provincias Unidas se sumieron en un debate intenso acerca del modo de
gobierno que se elegiría para conducir la nueva nación. Finalmente, el 9 de
julio, veintiocho congresales, reunidos en congreso general constituyente,
dieron el paso decisivo y declararon la independencia de todo dominio
extranjero. El ejemplo de sacrificio y entrega de aquellos hombres y mujeres
debe ser para nosotros un incentivo constante.

Esa declaración fue el fruto de largos años de lucha, y estuvo apoyada en


todos los hechos de armas, con sus victorias y derrotas. La tan ansiada
emancipación fue el sueño de nuestros héroes máximos: Belgrano, San Martín,
Güemes… y también de sus tropas, que en cada campaña defendieron los
ideales de independencia y ofrendaron su sangre para extender luego ese
colosal esfuerzo y llevar la llama de la libertad a otros pueblos de América.

Simultáneamente, y en la medida en que esta situación lo permite, el Ejército


continúa capacitándose en el más alto nivel de profesionalismo para cumplir
con su misión principal, que no es otra que la defensa de los intereses vitales
de la Nación, forjar en los estudiantes el espíritu crítico, la autonomía y las
competencias para lograr en un futuro cercano ser ciudadanos responsables
que luchan por mantener los ideales de la libertad, igualdad y fraternidad.

Transmito a todos los integrantes de este establecimiento mi profunda


satisfacción por la actitud y el profesionalismo que ponen de manifiesto en el
cumplimiento de sus tareas y funciones. Honremos en nuestra memoria a
quienes cayeron cumpliendo con el deber, a los que dieron su vida para lograr
nuestra independencia, a los veteranos de la Guerra de Malvinas y a quienes
lucharon en defensa de las instituciones, todos ellos ejemplos permanentes
que nos orientan en el rumbo a seguir.

Mi reconocimiento a la labor de cada uno de los integrantes de este colegio, a


todos los que formamos parte de este, nuestro querido Dr. Mariano Moreno,
por pregonar los grandes ideales de la libertad en su vida diaria..

Finalmente, los invito para servir con honor y dignidad a la Patria,


contribuyendo al engrandecimiento de la Nación y al bienestar de su pueblo.

¡Feliz día de la Independencia! Muchas gracias.

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