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Colección
Archivo digital
Tipo
Documento
País
México
Organización
Fecha
1997-04-10
Categoría
Comunicado
¡México jamás podrá enterrar a sus muertos en el olvido!, porque nuestros muertos
viven, nos llaman, nos reúnen todavía ¡Por eso estamos aquí! ¡Vive Don Emiliano, el
mero jefe Zapata, nuestro General!. ¡Vive también el millón de mexicanos! que a
principios de siglo combatió hasta la muerte contra la opresión, la injusticia y el
olvido. ¡Viven todos los mexicanos que después cayeron!, que quedaron en la raya,
que no se rajaron, luchando cada cual a su manera: en la protesta social, la
militancia política, la movilización popular, la lucha reivindicativa o el
enfrentamiento armado. ¡Ellos viven y no morirán! Ustedes y nosotros, ¡todos
juntos! no dejemos, ¡no permitamos que mueran!
¡No dejemos morir los ideales de Zapata!, ¡su lucha!, ¡su programa!; los ideales y la
lucha de todos, el programa y la lucha de ustedes, los trabajadores del campo, los
marginados de siempre. Nosotros, los militantes del Partido Democrático Popular
Revolucionario y los combatientes del EPR ¡no dejaremos de respaldar su
movimiento que es también el nuestro!, menos ahora que los dueños del dinero,
los grandes oligarcas, globalizan y elevan a su máxima potencia el saqueo, la
desigualdad extrema, la injusticia, la miseria y el autoritarismo en el mundo entero.
¡Tampoco dejaremos de desarrollar la propaganda ni la autodefensa armada
revolucionaria!, menos ahora que las guardias blancas son entrenadas en forma
intensiva por el Ejército federal y cuerpos policiacos para hacer de ellas, grupos
paramilitares y escuadrones de la muerte que golpean, que se ensañan contra toda
manifestación de dignidad y descontento, en un intento por cerrarle el paso al
movimiento insurgente, popular y revolucionario, al movimiento democrático que
formamos todos.
Por ello, la tierra, el agua, el aire, los bosques, el subsuelo que las comunidades
preservan y defienden contra los salvajes consorcios nacionales y extranjeros; la
organización colectiva del trabajo y el reparto equitativo de la producción; la lucha
de los pueblos indios por su autonomía, por su libre autodeterminación y por el
respeto a sus derechos y cultura; la resistencia civil, la organización y la
autodefensa popular; las calles y plazas disputadas y ganadas al gobierno; el
sufragio efectivo, libre y soberano, bajo garantía de los barrios, colonias y pueblos
organizados; el municipio, el distrito y el espacio parlamentario conquistados; la
lucha contra el corporativismo y por la democracia sindical; los nuevos
movimientos sociales contra el despojo y la usura bancaria; la defensa de la
autonomía universitaria; el trabajo intelectual comprometido con las causas
populares; el profesionalismo periodístico y la lucha de los presos políticos por su
libertad, entre otras manifestaciones de la actividad y de la voluntad de los
diversos sectores sociales y agrupamientos políticos, ¡rescatan la soberanía
popular en cada uno de los ámbitos de la vida nacional! y oponen al estado
policiaco-militar ¡alternativas reales de poder popular!, a la par que organizan y
construyen la fuerza social e histórica capaz de llevar adelante las profundas
transformaciones democráticas que la nación requiere.
Fraternalmente