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. “La novela en América Latina: Diálogo” ( Junto a Mario Vargas Llosa) (1968)
Mi primera impresión fue la de estar absolutamente solo en la mitad del mar. Fue como si en
ese instante hubiera despertado de un profundó sueño de un minuto y en eso me di cuenta
que no estaba solo en el mar, a unos pocos metros de distancia, mis compañeros se gritaban
unos a otros manteniéndose en flote.
A las cuatro de la tarde se calmó la brisa, transcurrieron más de dos horas antes de que me
diera cuenta que la balsa estaba avanzando, y durante mis primeras dos horas seguí
mentalmente, minuto a minuto, el viaje del destructor y desde ese momento habían enviado
aviones y helicópteros a recatarnos.
Habían transcurrido doce horas, pero me parecía imposible, que la noche sea tan larga como
el día, pero de pronto empieza a amanecer, no pensé en el agua ni en la comida. No pensé en
nada hasta cuando el viento empezó a ponerse tibio y la superficie del mar se volvió lisa y
dorada.
De pie en la balsa, expuesto al sol ardiente, estuve mirando el punto negro sin pensar en
nada , hasta que se borró por completo en el horizonte, llevaba exactamente 24 horas en la
balsa acostado en la borda, sentí por primera vez la tortura de la sed, le provoco tomar agua
del mar, pero me olvidé de la sed.
La balsa avanzo impulsada por la brisa, ya no tenía fuerzas para remar. Esa mañana no
hubiera podido saber por dónde venían los aviones y como no hay puntos de referencia no se
sabe si avanza o retrocede, aún no había comido ni bebido, ya no quería pensar, me costaba
trabajo organizar las ideas.
Durante la noche cruzaba un remo en la balsa y trataba de dormir, cuando estaba despierto,
veía a Jaime Manjarrés conversábamos breves minutos, ya me había acostumbrado a sus
visitas. Cuando salía el sol me imaginaba que eran alucinaciones.
Yo estaba tan inmóvil que probablemente aquella gaviota pequeña y juguetona que se posó
en mi muslo, creyó que estaba muerto, la agarré por una ala, estaba hambriento y la misma
idea de la sangre del animal me exaltaba la sed, fuertemente le agarre la cabeza y empecé a
torcer la el pescuezo, como a una gallina.
En todo momento trate de defenderme, pero al sexto día ya no esperaba nada, en la tarde,
pensando que pronto serían las cinco y volverían los tiburones, hice un desesperado esfuerzo
para amarrarme a la borda para que los tiburones no me deboren.
Si hubiera tenido una navaja habría despedazado los zapatos y hubiera masticado tiras de
caucho, pero los esfuerzos eran inútiles, mordí el cinturón hasta cuando me dolieron los
dientes, no pude arrancar ni un bocado. Ya al anochecer, me quite la ropa, completamente
empapada, ya estaba acostumbrado a la comunidad de la balsa.
Desde muy temprano escoltaban la balsa, habían tantos animales hermosos y provocativos
en torno a la embarcación que me parecía que podía agarrarlos a puñados, hasta un poco
después de las diez estuve ocupado en la tarea de capturar a un pez, pero fue inútil.
No sé si fue mi sangre, pero un momento después había una revolución de tiburones
alrededor de la balsa. Nunca los había visto dar muestra de semejanza voracidad,
atemorizado, me senté en el interior de la barda.
Tenía necesidad de vengarme de los tiburones que me había arrebatado de las manos el
único alimento de que disponía, yo me sentía fuerte con los dos pedazos que logré comer,por
la pérdida del resto del pescado me daba un extraño ánimo para luchar.
No tenía nada que decir contra mi suerte, si hubiera Sido las cinco de la tarde me hubieran
descuartizado los tiburones, más tarde recordé que al caer al agua el remo me golpeó la
cabeza y lo capture cuando empezaba a hundirme.
Así amaneció mi octavo día en el mar, completamente agotado me incliné sobre la borda y
tome varios sorbos de agua de mar, después de siete días sin tomar agua la sed es una
sensación distinta, es un dolor profundo en la garganta.
Si había seguido el rumbo de los aviones era probable que llegara a Colombia, pero también
era posible que hubiera estado viajando hacia el norte, pero no pude descubir ninguna luz.
No había señales de la costa, la balsa se deslizaba por un mar claro y tranquilo.
Una alegría elaborada en doce horas desapareció en un minuto, sin dejar rastros, desistí de
todas mis preocupaciones, hay un instante que ya no se siente dolor se pierde la noción del
tiempo y del espacio.
Y al final el marinero Luis Alejandro Velasco se salva de morir en el mar después de estar diez
días solo en el mar sin comer ni beber en una balsa y lo llamaron el gran héroe que
sobrevivió solo en el mar.
Franquicia: privilegio que se concede a una persona para librarla de pagar ciertos
impuestos por el uso de un servicio público o por determinadas actividades comerciales.
Sinónimo: exención, dispensa, gratitud, privilegio, prerrogativa.
Proximidad: zona que está cerca o alrededor de un lugar.
Antónimo: lejanía, semejanza, similitud, afinidad.
Efectuar: hacer o realizar lo que se expresa.
Sinónimo: ejecutar, obrar, hacer, practicar, actuar, cumplir, realizar.
Singular: aquello que es solo o único en su especie.
Antónimo: regular, vulgar, ordinario, mediocre.
Pescozones: golpe dado con la mano en el pescuezo o en la cabeza.
Sinónimo: Cogotazo, sopapo, cachete, palmada.
Despilfarró: gastar profusamente en alguna ocasión.
Antónimo: ahorro, austeridad.
Torpedos: proyectil con forma cilíndrica y provisto de una carga explosiva.
Sinónimo: proyectil.
Fragata: barco de guerra menor que el destructor y más rápido.
Sinónimo: velero, corbeta, navío, buque.
Fornido: que es fuerte, de gran corpulencia.
Antónimo: débil, frágil.
Estrepitosamente: que causa estrépito.
Antónimo: silencio, sencillez.
Aficioné: promover o despertar en una persona una afición o un hábito.
Oleaje: sucesión continuada de olas.
Tiritando: temblar de frío.
Escorar: hace que una embarcación se incliné de costado.
Lívido: de color oscuro próximo al morado.
Género: narrativo.
Especie literario: leyenda.
“Ambientes y escenarios donde se desarrollan
Los hechos más importantes”
. Puerto de Mobile.
. En Alabama.
. EE.UU.
. Costas de Colombia.
La parte que me gustó más fue cuando luís se peleo con 7 tiburones por
un pescado y al final los tiburones salen ganando.
¿Por qué?
Por que me parece divertido y muy interesante.
Final diferente:
Y al final Luís Alejandro Velasco se salva de morir en el mar y fue el héroe de todos por
qué sobrevivió solo en el mar diez días.