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UNMDP

FACULTAD de PSICOLOGÍA
CÁTEDRA de NEUROPSICOLOGÍA
(2016)

Conceptos fundamentales del modelo de funcionamiento cerebral


propuesto por Azcoaga

Lic. María Carolina Grossi, Lic. Florencia Nogueira.

Las funciones cerebrales superiores, caracterización. Diferencias con los


dispositivos básicos del aprendizaje
La denominación “funciones cerebrales superiores” (FCS) aparece en los escritos de Azcoaga
desde 1971, incluyendo a las praxias, las gnosias y el lenguaje. De acuerdo a este autor, las FCS
reúnen las siguientes características:
 son específicas del hombre,
 son productos de procesos de aprendizaje, y
 no son indispensables en todos los procesos de aprendizaje.
Estas tres características permiten diferenciarlas de los Dispositivos Básicos del Aprendizaje
(DBA), pues éstos son comunes al hombre y a los animales, no resultan de procesos anteriores de
aprendizaje (aunque sí son modificados en sus características por éstos) y son indispensables en
todos los procesos de aprendizaje. Otro rasgo en común de las FCS es la secuencia de
aprendizaje que siguen y la actividad cortical que las sustenta.
De hecho, las FCS constituyen la última incorporación evolutiva. Se nace con la corteza capaz
de sustentarlas pero no con las funciones desarrolladas; y no son biológicamente necesarias para
la supervivencia del organismo (lo cual no equivale a la posibilidad de adaptarse y sobrevivir en un
medio social en ausencia de FCS).
Los calificativos de “básicos” y “superiores”, no deben confundirse con una cuestión valorativa,
sino que corresponden a la idea de aquello que debe estar en la “base” para posibilitar la
emergencia de otros procesos “superiores”, y por depender del desarrollo y adecuado
funcionamiento de la corteza cerebral. Tanto los DBA como las FCS se caracterizan por constituir
procesos de alta complejidad que interactúan haciendo de soporte unos de otros y, a la vez,
modificándose entre sí.
Breve definición de cada FCS:
 Gnosia: capacidad para identificar (reconocer) algo a través de cualquiera de los cinco
sentidos. Se denomina gnosia al conocimiento obtenido por medio de la elaboración de
experiencias sensoriales.
 Praxia: capacidad de desarrollar un acto motor tendiente a un fin. Se entiende por tal la
capacidad de ejecutar movimientos aprendidos, simples o complejos.
 Lenguaje: capacidad para utilizar un código de sonidos en la comunicación oral, y, por
escrito, grafemas o ideogramas. Éste código sirve para la comunicación social y es soporte
de la capacidad de simbolización en los seres humanos.

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Aportes de Pavlov a la comprensión de las FCS
Azcoaga sostiene que sin la inmensa contribución de Pavlov resultaría difícil comprender los
procesos fisiológicos de la corteza cerebral. Algunos de sus grandes aportes son sus concepciones
acerca de la actividad nerviosa superior, la unidad de aprendizaje, la doctrina de los analizadores, y
el cómo define la fisiopatología de la actividad nerviosa superior.

La actividad nerviosa superior


Pavlov concibe a la actividad nerviosa superior como una fluida interacción entre la excitación y
la inhibición, producto del funcionamiento de millones de células nerviosas (en su interrelación, no
en función de los estados de cada una en particular).
En el curso de la adquisición de las FCS, el análisis (diferenciación, realizado mediante la
inhibición) y la síntesis (reorganización, sostenida por la excitación) van dando lugar a la
discriminación o bien a la organización de coordinaciones neuronales de orden más y más
superior, con distintos grados de estabilidad. La actividad nerviosa superior es, por lo tanto, “la
forma de trabajo fisiológico de la corteza y regiones vecinas, que distribuye, coordina, centraliza y
almacena la información que recoge el organismo mediante la multiplicada y diferenciada actividad
de sus receptores exteriores e interiores. Parte de esa información es sintetizada, coordinada e
unidades más complejas, en un proceso que denominamos “aprendizaje”.” (Azcoaga, 1983).

El estereotipo dinámico como unidad de aprendizaje


La desorganización de una FCS generó en muchos investigadores la idea de ciertas “unidades”
que fueron llamando de modo diverso. Azcoaga reseña las mismas y se detiene especialmente en
la concepción de Pavlov de la unidad de aprendizaje: el estereotipo dinámico. El estereotipo
dinámico es un sistema organizado y equilibrado de procesos internos. Este estereotipo es
elaborado a lo largo de un proceso de aprendizaje.
En el plano sensorial, el estereotipo se corresponde con la estabilización de un conjunto de
estímulos a los que se reacciona como un todo, siendo sus propiedades de reacción diferentes de
los estímulos aislados. En el plano motor, es una serie de respuestas eslabonadas frente a una
serie de estímulos de distinta calidad y magnitud de respuesta. Constituye una totalidad funcional
en la que todas sus partes están relacionadas entre sí por su vinculación de: magnitud, tiempo,
fuerza, influencias recíprocas y conservación de huellas nerviosas. Para generarse deben darse las
siguientes condiciones: coincidencia en el tiempo, reiteración, reforzamiento y motivación. Un
estereotipo se puede activar por medio de uno de sus componentes. Los enlaces de los
estereotipos entre sí son plásticos pero con cierta fijeza y regularidad, dando lugar a las FCS.

La doctrina de los analizadores: concepto de analizador


Otra de las grandes contribuciones de Pavlov enfatizada por Azcoaga es la doctrina de los
analizadores. Un analizador es un mecanismo nervioso que comienza por el aparato receptor
externo y termina en el cerebro. La modalidad de trabajo en la porción cortical del analizador es
común con la de la totalidad de la corteza, y es del tipo dinámico de análisis y síntesis de un
determinado tipo de información. A cada analizador le es inherente una actividad analítico-sintética
que opera con una modalidad más o menos específica de información (visión, equilibrio, audición,
gusto, tacto, temperatura, propiocepción, olfato)
Las zonas centrales (o primarias) de los analizadores tienen la propiedad de la máxima
discriminación entre estímulos específicos, por lo que son más estrictamente sensoperceptivas;

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mientras que las zonas periféricas intervienen en formas más y más complejas en las
combinaciones de estímulos, de modo que estas regiones periféricas le confieren a la actividad
cerebral las propiedades “psicológicas”.1
Una vez franqueada la línea de los receptores, toda la información que circula en el sistema
nervioso tiene una sola codificación (impulsos nerviosos). Sin embargo, hay especificidad y no hay
arbitrariedad en la circulación de esa información. Las modalidades de circulación que garantizan
esa especificidad son:
- la organización anatómica, en la que pueden discernirse vías definidas de circulación de la
información de un tipo dado,
- una especificidad neuronal, determinada genéticamente,
- una especificidad derivada de fenómenos de aprendizaje y organización proteica neuronal
(sustrato neurofisiológico de la memoria a largo plazo).
Azcoaga utiliza la denominación “mosaico cortical dinámico” para referirse a la existencia de
mapas de la corteza a pesar de no poder establecerse límites estrictos entre las diversas zonas.
Dicha corteza está constituida por los “analizadores”, que, si bien son específicos, también se
superponen entre sí. Entonces “mosaico cortical” alude a la existencia de áreas de la corteza
especializadas, pero con relaciones y límites dinámicos entre sí.

Fisiopatología de la actividad nerviosa superior


La fisiopatología de la actividad nerviosa superior comprende un conjunto de procesos
dinámicos que son la modificación, en el nivel patológico, de los procesos normales de la actividad
nerviosa superior. Los parámetros de la actividad nerviosa superior normal están definidos por:
 movilidad (paso de la excitación a la inhibición y viceversa)
 fuerza (entendida como magnitud de la respuesta en relación al estímulo)
 equilibrio (relación –de magnitud- entre la excitación y la inhibición)
Pavlov proporcionó las condiciones experimentales que llevaban a la alteración de la actividad
nerviosa superior mediante la “neurosis experimental”. Para que el animal entrara en neurosis
experimental, era sometido a una excitación extrema por una excesiva intensidad de los estímulos;
a una inhibición llevada al límite de la capacidad de discriminación del animal (en experimentos de
diferenciación); o de una movilidad también llevada a un extremo por alternar excitación e
inhibición.
A partir de los resultados obtenidos, se conocieron los siguientes procesos fisiopatológicos:
 alteraciones de la movilidad: inercia, irradiación desordenada;
 alteraciones de la fuerza: debilidad de la inhibición interna (lo que libera
modalidades de la excitación), debilidad de las manifestaciones excitatorias;
 alteraciones del equilibrio: predominio de la inhibición (especialmente en las
modalidades anormales); predominio de la excitación (por falla en la inhibición
interna).

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Las zonas centrales del analizador son aquellas llamadas en otros modelos áreas primarias, mientras que
las zonas periféricas incluirían tanto a las áreas secundarias o de asociación unimodal como a las áreas
terciarias o de asociación poli-, inter- o multimodal. En el modelo de Allegri, por ejemplo, V1, A1, S1 son
áreas primarias; VA, AA, SA, son áreas de asociación unimodal; y las áreas 39, 40 de Brodmann -parietal
inferior-, y 20 y 22 de Brodmann -temporal anterior- son áreas de asociación intermodal o polimodal. Estos
ejemplos son sólo del sistema de entrada de la información.

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Azcoaga señala que estos procesos son hipótesis de trabajo, hasta que haya recursos de
diagnóstico suficientemente afinados como para aseverar su condición. Sin embargo, los signos y
los síntomas característicos de cada uno de los fenómenos de desorganización de las FCS
permiten acceder a estas postulaciones hipotéticas (p.e., entre los síntomas del lenguaje, el
mutismo expresa un predominio de la inhibición, mientras que la logorrea supone una tendencia
mayor a la excitación).

Diferencia entre el concepto de Sistema Funcional Complejo (Luria) y la noción de


Función Cerebral Superior (Azcoaga)
Las nociones de sistema funcional complejo (Luria) y la de funciones cerebrales
superiores (Azcoaga) son conceptualmente diferentes, aunque hacen referencia al mismo
conjunto de fenómenos. Para Luria, el sistema funcional está destinado a cumplir una tarea
biológica determinada y está asegurado por un complejo de actos intervinculados que, al final,
conducen al logro del efecto biológico correspondiente. Su rasgo sustancial es que se apoya en
una constelación dinámica de eslabones situados en diferentes niveles del sistema nervioso y que
estos eslabones pueden cambiar aunque la propia tarea no se inmute. En función de este criterio,
Luria incluye en la noción de sistema funcional complejo un variado conjunto de actividades
(percepción, memoria, gnosias, praxias, pensamiento y lenguaje, escritura, lectura y aritmética).
Para Azcoaga, las funciones cerebrales superiores se restringen a las praxias, gnosias y lenguaje,
y, a partir de haber desarrollado éstas últimas es que es posible aprender escritura, lectura,
aritmética, que son adquisiciones de procesos de aprendizaje dirigidos (aprendizaje pedagógico).

Bibliografía:
Azcoaga, J. E. (1983) Las funciones Cerebrales Superiores y sus Alteraciones en el Niño y en el
Adulto. Buenos Aires: Paidós.
Azcoaga, J. E. (1987) Aprendizaje Fisiológico y Aprendizaje Pedagógico. Buenos Aires: El Ateneo.
Azcoaga, J. E. (1997) Neurolingüística y Fisiopatología. Buenos Aires: El Ateneo.
Tamaroff, L. & Allegri, R. F. (1995) Introducción a la Neuropsicología Clínica. Buenos Aires: Libros
de la Cuadriga.

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