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INTRODUCCIÓN AL NEO-HUMANISMO Y ALGUNOS

PENSAMIENTOS ACERCA DE SU PRAXIS


Prabhat Ranjan Sarkar redefinió al Humanismo ampliando sus alcances. En este artículo se puede
vislumbrar el carácter fundamentalmente práctico y profundamente retador de esta filosofía socio-
espiritual que, fundamentada en la sabiduría perenne, se postula como una panacea para los
males del individuo y de la sociedad actual.

Figura 1. ¿Qué vamos a hacerle? (Joaquín Salvador Lavado Tejón, "Quino").

Prabhat Rainjan Sarkar redefinió el concepto de “Humanismo” y bautizó “Neo-humanismo” a la


filosofía que reconoce al ser humano como una entidad tridimensional: física, mental y espiritual,
cuyo cénit existencial radica en unificar, en el interior de sí mismo, a los polos opuestos
complementarios que estructuran la Realidad, realizándose en la esencia de cada uno y en todo.

La filosofía Neo-humanista advierte que en el ser humano existe una propensión fundamental que
lo conduce sutilmente a hallar su plenitud y realización existencial en la infinitamente vasta esfera
espiritual, origen o matriz causal del universo material. Esta tendencia básica es el deseo, que lo
impulsa a crear y construir en pos de la felicidad. La realidad es que el deseo es insaciable debido a
que la sed de felicidad es ilimitada. Cuando el ser humano se vuelve conciente de la nulidad de sus
esfuerzos por satisfacerse voraz y, en ocasiones, explotadoramente en el limitado mundo material,
su deseo se transforma en anhelo espiritual y comienza un esfuerzo conciente por construirse y
crearse sobre una base intangible de naturaleza espiritual; esta condición es obligatoriamente
necesaria para que el intelecto comience a moverse hacia las expansivas ideas y sentimientos Neo-
humanistas.

Los ideales, valores y sentimientos Neo-humanistas emergen naturalmente del interior del ser
humano en el calor del proceso psico–espiritual, es decir, en el trabajo con uno mismo por medio
de herramientas psico–físicas y psico–espirituales específicas. Es decir, en primera instancia, la
praxis Neo-humanista se expresa en la práctica de la espiritualidad del individuo.

“La palabra “espiritualidad” quiere abarcar hoy tantas cosas que ya casi no significa
nada. Se emplea el adjetivo “espiritual” tanto para referirse a la interpretación de
sueños como a un tranquilo paseo por el jardín. Se emplea para cualquier cosa que no
se reduzca a un espasmo muscular. Una simple ojeada a la sección de autoayuda de
cualquier librería confirmaría esto. En libros donde se relacionan dos temas, por
ejemplo, la espiritualidad y el arte, se ve muy claro. Naturalmente es un campo
magnífico para estudiar. Sin embargo, se habla de las bellas artes en términos de su
dimensión espiritual de una manera tan imprecisa que casi sacaríamos la conclusión
de que todo buen arte es espiritual. Quizá sea verdad, pero si esto es así, si el arte y lo
espiritual sencillamente producen buen arte, ¿por qué necesitaríamos
interrelacionarlos? Nunca consideraríamos como artística una obra de arte de mala
calidad; ¿no estaríamos entonces atrapados en una redundancia al decir que todo
arte es espiritual?” [1].

¿A qué nos referimos cuando hablamos de proceso psico–espiritual y cuál es su relación con la
creación de un criterio Neo-humanista que guíe nuestro actuar?

El proceso psico-espiritual es un movimiento metódico del intelecto, como potencia cognoscitiva


racional, hacia la Consciencia, el principio inmaterial (espiritual) que le aporta al ser sensible la
capacidad de sentir.

En la primera fase se repliega la psique de su asociación con el mundo de los objetos


recuperándose la individualidad.

“Y bajo tales circunstancias, ¿qué sucede? Uno establece un control total o parcial
del mundo físico externo de manera que, por cierto, se estará en posición de ayudar
al mundo en ese plano, si no en forma total, por seguro lo hará en forma parcial. Pero
cuando ciertos dogmas incitan la mente, no se puede tener una idea clara con respeto
al mundo físico externo, así que no se puede cumplir con el deber en ese plano del
movimiento extro–interno” [2].

En la segunda fase la porción objetiva de la mente se repliega hacia la sección que la precede, el
estrato de la psiquis que experimenta el placer y el dolor.

“Bajo tales circunstancias es muy común que sintamos todo el dolor y la agonía,
todos los placeres y goces de la mente humana y ayudemos al mundo en
consecuencia −ayudemos al mundo entero, no sólo al mundo viviente, si no a ambos
mundos, el animado y el inanimado−, convirtiéndonos en benefactores para la
sociedad humana” [2].

En la tercera fase el ego o agente activo del aspirante espiritual se repliega hacia el puro
sentimiento existencial, sintiendo el encanto y la belleza de todo lo existente, animado e
inanimado.

“Así como nos es preciada la propia vida, del mismo modo la vida de las otras
criaturas es preciada para ellas. (…) En esta fase de la sa’dhana’ (práctica espiritual),
tales sa’dhakas (aspirantes espirituales) sienten que todos los seres vivientes son
suyos. Ayudan a todas las criaturas empatizando con las alegrías y penas de todos los
seres vivientes” [2].

En la cuarta fase el aspirante espiritual funde su sentimiento existencial en la cognición pura,


actualizando en sí mismo el teo-morfismo fundamental manifestado como ausencia de dualidad.
Como ejemplo vivo de un ser humano completo o autorrealizado, se convierte en modelo ideal a
seguir y fuente de inspiración perenne para las futuras generaciones.

Los elevados sentimientos Neo-humanistas experimentados durante y como resultado del proceso
de expansión de la psiquis, es decir, del movimiento más allá de las limitadas fronteras del ego,
son finalmente integrados transformando la personalidad del aspirante espiritual cuando éste se
relaciona con el mundo exterior, cuando su nueva forma de sentir choca con la armadura de sus
viejos modos conductuales defensivos que estructuran su personalidad cual guión invisible.

En conclusión, el Neo-humanismo representa la excelencia del intelecto humano, producto del


desarrollo de una personalidad integrada.

Todo aquel que quiera alcanzar ese “nivel de ser” tendrá que someterse a un intenso proceso de
purificación psico–emocional y física para vencer y trascender sus pasiones tales como el orgullo,
la ira, la vanidad, la envidia, el celo, la lujuria, el odio, etc., esas debilidades humanas que
obstaculizan el progreso tanto individual como social. “Todos estos son deseos sin fondo, no se
sacian, nos sobran, y se sanan a través del autoconocimiento” [3]. P. R. Sarkar, ideólogo del Neo-
humanismo advierte que:

“Si no podemos sanar los defectos de la psicología individual o colectiva, que es la


fuente de todos los problemas, entonces simplemente estaremos preparándonos
para un alivio temporal de la sociedad humana, mientras que, al mismo tiempo, las
defectuosas psicologías, individuales y colectivas, estarán creando problemas, y cada
vez más desgracias. Es decir que, por un lado, estaremos eliminando la desgracia y
por otro lado, nuevos sufrimientos ocuparán su lugar. O sea que no servirá de mucho"
[2].

Aquel que logre domar a su propia bestia montándose sobre ella será quien refleje el espíritu Neo-
humanista a través de su pensar, sentir y actuar (servicial) genuinamente fraternal y universal.

Relacionarse con el otro, independientemente de quién sea, de su nacionalidad, raza, edad, sexo,
etc., con la confianza, seguridad, relajación, autenticidad, espontaneidad y amor como al
relacionarse con la propia madre, padre, hermano, hermana, hijo o hija. Es decir, sin máscaras, sin
armaduras, sin prejuicios ni preconceptos, ni proyecciones al pasado o al futuro, ese es el desafío
que nos propone el Neo-humanismo.

¿Podemos hacer a un lado nuestras creencias acerca del otro y relacionarnos desde un auténtico y
libre “ahora”? ¿Seremos capaces de abandonar esa tentadora dialéctica “blanco–negro” que tanto
alimenta la ilusión de dualidad y aliarnos, pero esta vez con la Realidad a la cual sólo puede
accederse desde el eterno momento presente?
Autor: Gastón Patricio Cardoso Funes (Gáuṋgádhara deva)
Edición: Parabhakti devi
Fecha original: 15/02/2021
Primera edición: 22/02/2021

CITAS:

[1] Empereur J., (2000). El eneagrama y la dirección espiritual: nueve caminos para la guía
espiritual. Bilbao, España: editorial Desclée de Brouwer, S.A.

[2] Sarkar P. R., (2005). Neo Humanismo. Ecología, espiritualidad y expansión mental (2.a ed. en
castellano). Paraguay: Publicaciones A’nanda Ma’rga.

[3] Pasiones, conciencia y ego: una entrevista a Claudio Naranjo, (s.f.). Bcn Gestalt. Recuperado de:
https://bcngestalt.com/2016/05/11/claudio-naranjo/ [14/02/2021].

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