La historia de Añandou

Al principio de todo, solo había oscuridad y caos en el mundo. Pero, un día, Sabasëba
llegó a trabajar la tierra como los agricultores.

Para Sabasëba no era un problema la oscuridad, pues él podía ver en ella. Esta era
una habilidad que compartía con los primeros seres, tanto humanos como animales.
Todos podían ver en la oscuridad porque habían nacido dentro de ella.

Sin embargo, Sabasëba se dio cuenta que no era bueno para los barí vivir en la
oscuridad y decidió hacer algo al respecto. Fue entonces cuando se metió debajo de
la tierra, donde se dice que siempre hay luz. Cuando regresó a la superficie, tomó la
decisión de darle a su creación la luz.

Tras esto, reunió a varios saimadoyi para hacerles una prueba. Entre ellos, había uno
cubierto de llagas, cuyo nombre era Añandou. Sabasëba ordenó que los saimadoyi se
colocaran un collar y un sombrero elaborado de plumas de tucanes, de guacamayas y
de otros pájaros. Su objetivo era observar quién de los saimadoyi podía brillar con el
atuendo. Los saimadoyi obedecieron y Añandou también lo hizo.

Algunos saimadoyi no deseaban que Añandou se probara los collares y los

sombreros, pues sus llagas causaban repulsión y hacían que los demás lo vieran con
ojos de rechazo. Sin embargo, no tuvieron otro remedio que aceptar porque Sabasëba
ordenó que Añandou también se pusiera un collar y un sombrero.

Todos hicieron la prueba, pero ninguno consiguió brillar, excepto uno: Añandou, el
saimadoyi cubierto de llagas. Los demás saimadoyi no podían creer lo que estaban
viendo y le dijeron a Añandou que repitiera la prueba. Él se volvió a poner el sombrero
y el collar y volvió a brillar como antes.

Debido a que Añandou fue el único que superó la prueba, Sabasëba le asignó la tarea
de elevarse en el aire y navegar despacio por el río del firmamento. Este viaje debía
ser repetido diariamente por Añandou, en su curiara, junto con toda su familia. De esta
manera habría claridad para siempre. Añandou obedeció: subió al firmamento con
toda su familia, mujer e hijos. Fue así como Nisana apareció para los barí de manera
definitiva.