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NEUROCISTICERCOSIS

Diagnóstico
El diagnóstico de la neurocisticercosis se basa en los hallazgos clínicos, los estudios de
neuroimagen y serológicos y el contexto epidemiológico.
Estudios imagenológicos
En cuanto a los estudios imagenológicos tenemos principalmente a la tomografía axial
computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RM), de los cuales, la tomografía axial
computarizada es el procedimiento diagnóstico más útil teniendo en cuenta el costo y la
disponibilidad.
En cuanto a la TAC esta permite revelar las formas activas, en degeneración e inactivas del
cisticerco, así como la neurocisticercosis subaracnoidea con hidrocefalia, quistes
intraventriculares y encefalitis cisticercósica. Por lo tanto, los hallazgos en la TAC se basan
en la identificación de una lesión quística bien definida situada en la unión córtico-
yuxtacortical, ganglios basales, cerebelo, mesencéfalo, cisternas o sistema ventricular.
Mientras que las lesiones crónicas de la neurocisticercosis se presentan como
calcificaciones, fácilmente vistas por este método diagnóstico. +
Por otro lado, la resonancia magnética se caracteriza por su mayor sensibilidad, en especial
para las lesiones pequeñas, además, muestra imágenes mejor definidas en relación al
escólex y quistes intraventriculares en distintos planos. Sin embargo, no detecta bien las
calcificaciones y es más costosa que la TAC. Así mismo, la resonancia magnética permite
clasificar los distintos estadíos de la neurocisticercosis. El primero es el vesicular,
representado por la formación de un quiste esférico de 4 a 20 mm que rodea el escólex, el
cual se ve como un nódulo en el interior de 2 a 4 mm. El segundo estadio es el coloidal, en
el que el parásito muere y genera una respuesta inflamatoria local, con formación de tejido
de granulación y rotura de la barrera hematoencefálica. El tercer estadio es el nodular
granular que representa la degeneración del parásito, este se caracteriza por la disminución
del edema y el comienzo de la mineralización del contenido. Por último, el estadio nodular
calcificado representa la involución completa del parásito con mineralización continua. +
Diagnóstico
Por otra parte, existen varias pruebas destinadas a la detección de anticuerpos anticisticerco
en sangre, saliva y líquido cefalorraquídeo, entre las que destacan: la reacción de fijación de
complemento, el ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA) y el Western Blot.
Cabe resaltar que estas pruebas son un complemento importante de los estudios de
neuroimagen, pero nunca deben utilizarse en forma aislada para confirmar o descartar el
diagnóstico de neurocisticercosis, esto debido al elevado porcentaje de resultados falso-
positivos y falso-negativos. +

Criterios diagnósticos
Recientemente se propuso un grupo de criterios diagnósticos con el propósito de realizar
una evaluación clínica, radiológica, inmunológica y epidemiológica basada en dos grados
de certeza (definitivo o probable), todo esto con el objetivo de evitar errores diagnósticos.
Existen cuatro categorías de los criterios propuestos: absolutos, mayores, menores y
epidemiológicos como se observa en el cuadro. Los absolutos permiten un diagnóstico
inequívoco. Los mayores sugieren fuertemente el diagnóstico sin poder confirmar la
enfermedad. Los menores son frecuentes, pero no específicas de la enfermedad y los
epidemiológicos se refieren a datos circunstanciales a favor del diagnóstico.
La interpretación de estos criterios permite establecer dos grados de certeza diagnóstica:
1) Diagnóstico definitivo en pacientes con un criterio absoluto o en los que tienen dos
criterios mayores más un criterio menor y un criterio epidemiológico; 2) diagnóstico
probable en pacientes con un criterio mayor más dos criterios menores, o en los que tienen
un criterio mayor, un criterio menor y un criterio epidemiológico, y en los que tienen tres
criterios menores más un criterio epidemiológico. +

Tratamiento
El tratamiento de la NCC involucra medidas sintomáticas (control de la cefalea, epilepsia e
hipertensión endocraneana con anticonvulsivantes, esteroides, diuréticos osmóticos o
analgésicos) y medicamentos antiparasitarios (albendazol o praziquantel). La
neurocisticercosis inactiva (calcificaciones) no requiere tratamiento antiparasitario, pero
podría ayudar el uso de corticoides en el control de algunas molestias. La neurocisticercosis
parenquimatosa activa usualmente requiere tratamiento antiparasitario con albendazol o
praziquantel. En general, se prefiere albendazol por ser más disponible y menos costoso,
penetra mejor en quistes subaracnoideos y no presenta interacciones farmacológicas con los
corticoesteroides y anticonvulsivantes. En cuanto a la neurocisticercosis extraparenquimal y
en particular la subaracnoidea, se recomienda terapia de un mes o más con albendazol. Por
último, la neurocisticercosis intraventricular requiere tratamiento quirúrgico.t

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