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Fecha:18-7-23 LIBRO: LA VERDADERA RIQUEZA/ EGW. Resumen: Pr.

Claros

3. EL JOVEN RICO

Mientras me encontraba en Monterrey, Míchigan, el 8 de octubre de 1854 se me mostró en visión que la condición de
muchos observadores del sábado era como la del joven rico (LVR, 22,1) Leer (Mat. 19:16–26).
1. En respuesta, ¿qué mandamiento citó Jesús y por qué lo hizo en ese orden?
Jesús le citó al joven rico cinco de los últimos seis Mandamientos, y también el segundo gran Mandamiento que sirve
como base para los últimos seis. El joven pensó que había guardado los que Jesús mencionó. (LVR, 23,1)
2. Cuándo el joven rico preguntó , ¿qué le faltaba, qué respuesta le dio Jesús?
“Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el Cielo”. Ahí estaba su
deficiencia. Falló en guardar los primeros cuatro Mandamientos, y también los últimos seis. Falló en amar a su
prójimo como a sí mismo LVR, 23,3 )
3. Cuando Jesús le dijo que diera sus posesiones “a los pobres”, ¿hacia dónde apuntaba el pedido de Jesús?
Señaló cuál era su ídolo. Su amor a las riquezas era supremo, por lo tanto, era imposible que él amara a Dios de todo
corazón, con toda el alma y con toda la mente. Y ese amor supremo por sus riquezas cerró sus ojos a las necesidades de
sus semejantes. No amó a su prójimo como a sí mismo, y por lo tanto falló en guardar los últimos seis Mandamientos.
Su corazón estaba con su tesoro. Fue absorbido por sus posesiones terrenas. Amaba sus posesiones más que a Dios,
más que al tesoro celestial. (LVR, 23,3)
4. ¿En qué parte del relato bíblico debemos poner nuestra atención? Leer (Mat. 19:24) y (Mat. 19:26).
El ángel dijo: “¿Permitirá Dios a los ricos quedarse con sus riquezas y al mismo tiempo entrar en el Reino de Dios?”
Otro ángel contestó: “No, nunca” (LVR, 24,1)
5. ¿Cuál es el plan de Dios y su propósito al bendecirnos con riquezas y prosperidad?
Vi que el plan de Dios es que esas riquezas se utilicen debidamente, que se distribuyan para bendición de los
necesitados y para hacer avanzar la obra de Dios. (LVR, 24,2)
6. ¿Qué aprendemos de la prueba sometida al joven rico en su disposición y fidelidad?
Para demostrar cuánto aman a Dios, y cuánto aman la verdad; lo mismo que el joven de la Biblia, muchos se van tristes
porque no pueden tener sus riquezas y también un tesoro en el Cielo. No pueden tener ambas cosas, de modo que se
arriesgan a perder la vida eterna por conservar las posesiones mundanales. (LVR, 24,2)
7. ¿De qué manera, Dios desea ayudarnos a cambiar de actitud referente al amor a las riquezas?
Para Dios todo es posible. La verdad entronizada en el corazón por el Espíritu de Dios hará desaparecer el amor por las
riquezas. El amor a Jesús y por las riquezas no puede permanecer en un mismo corazón …cumple fielmente su deber
como mayordomo de Dios. Así puede cumplir los dos grandes mandamientos de la Ley: (Mat. 22:39) (LVR, 24,3)
8. Qué llamado hace Dios a todos hijos, ¿cuál es la urgencia de ese pedido?
El Señor los llama a usar sus recursos a fin de hacer progresar su causa. Se les presentan oportunidades…Él pide que le
den de sus bienes, pero ellos retienen lo que poseen en forma egoísta y codiciosa. Dan un poquito una vez u otra para
tranquilizar su conciencia […] La obra está por concluirse, y pronto ya no se necesitarán los recursos de los que han
conservado sus riquezas, sus grandes granjas, su ganado, etc. (LVR, 25,2)
9. ¿Cómo mira el cielo la abnegación y sacrificio de sus hijos fieles ,al dar para la causa de Dios sus posesiones?
Mientras contemplaba a estos hermanos abnegados, vi que habían soportado privaciones para beneficiar a la causa. Vi
a su lado a un ángel que señalaba hacia arriba y decía: “¡Tenéis bolsas en el Cielo! Tenéis en el Cielo bolsas que no
envejecen. Resistid hasta el fin y grande será vuestra recompensa”. (LVR, 25,3)
10. ¿Qué advertencia se nos hace sino cambiamos de actitud en relaciona a los bienes materiales?
Pero si los que están en la abundancia no oyen su voz para separarse del mundo y no hacen un sacrificio para Dios,
vendiendo parte de su propiedad y tierra, él los pasará por alto, y llamará a quienes estén dispuestos a hacer cualquier
cosa para Jesús, hasta el punto de vender sus casas para satisfacer las necesidades de la causa. Dios quiere ofrendas
voluntarias. Los que den deben considerar que es privilegio el poder hacerlo. (LVR, 26,1)
11. ¿Qué orientación se da a los que no tienen muchas posesiones y como podrían contribuir para la causa de Dios?
Algunos dan de su abundancia, pero no les falta nada. No se niegan especialmente de ninguna cosa por la causa de
Cristo. Todavía tienen todo lo que el corazón puede desear. Dan liberalmente y de corazón. Dios los observa, y conoce y
percibe con exactitud sus acciones y motivos. Ellos no perderán su recompensa. Los que no pueden dar con tanta
liberalidad, no deben excusarse porque no pueden hacer tanto como otros. Hagan lo que puedan. Prívense de algunas
cosas que no son indispensables y sacrificaos por la causa de Dios. Lo mismo que la viuda, den sus dos moneditas. Y en
realidad darán más que todos los que dan de su abundancia; y sabrán cuán dulce es negarse a sí mismo para dar a los
necesitados, sacrificarse por la verdad y hacerse tesoros en el Cielo (Testimonios para la iglesia, t. 1, pp. 159–165) (LVR,
26,2)

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