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SOCIEDAD FEMENIL “JUANA Y SUSANA”

SERIE DE ESTUDIOS BÍBLICOS:LA MAYORDOMÍA

TEMA 3. ¿SER RICO O NO SER RICO?


PRIMERA PARTE
Introducción.
¿Desea usted ser rico? Si ese es su deseo, usted no es el único porque hay muchos que desean ser ricos. No
obstante, pongámonos de acuerdo en algo muy esencial: existe una gran posibilidad que usted nunca sea rico.
Esto es sin importar cuánto desee serlo. Sencillamente es así ya que por lo general las circunstancias que uno
enfrenta en la vida le impiden a la gran mayoría de las personas ser ricas. Sin embargo, algo es muy cierto y
eso es que nada puede impedir que usted lo intente.

¿Acaso Dios desea que usted sea rico? ¿Ha pensado en eso? Si no lo ha pensado, una vez más, usted no es el
único porque a muy pocas personas se les ocurre, ni mucho menos les interesa, saber lo que Dios quiere que
sepan en cuanto a si deben o no ser ricas. Lo más interesante de esto es que en la Biblia Dios habla mucho
acerca de las riquezas. Y como cristianos es nuestra responsabilidad conocer lo que Dios tiene que decirnos en
cuanto a las riquezas.
En esta lección permitiremos que Dios, por medio de su palabra, nos explique acerca de este tema.
A. LO QUE SON LAS RIQUEZAS. San Mateo 6:39
Según lo que nos dice el Nuevo Testamento:
Riquezas: Tesoros acumulados aquí en la tierra. Esto fue una práctica que Jesús condenó
categóricamente.
Las riquezas pueden ser tesoros acumulados en forma de dinero o bien pueden ser tesoros
acumulados en forma de objetos o posesiones lujosas. Existen muchos que muestran su amor por las
riquezas y los placeres egoístas.

¿Cuáles son los usos legítimos del dinero que Dios nos ha dado?
La Biblia destaca tres usos legítimos del dinero:

1. Para cumplir con las responsabilidades o necesidades materiales de uno mismo, sin alguna
muestra de egoísmo (véase 1 Timoteo 5.8).
2. Para darles a otros que tengan necesidades (véase Efesios 4.28)
3. Para promover el reino de Dios (véase 2 Corintios 9.7–14)

Según el Nuevo Testamento, todo buen uso del dinero cabe dentro de estas tres categorías. Cualquier
uso del dinero que no quepa dentro de estas tres categorías es condenado.

Cuando las personas procuran ganar dinero para hacer algo que no sea darle uno de estos tres usos
legítimos, esas personas ganan el dinero impulsadas por la codicia, acumulan su dinero motivadas por
la avaricia y a la hora de gastar ese mismo dinero lo hacen inducidas por el egoísmo. De acuerdo con el
Nuevo Testamento, tal hombre es rico y el dinero que él gana se llama riquezas.
En resumen, la manera en que usted utiliza su dinero, no necesariamente la cantidad de dinero que
usted tenga, es lo que determina si usted es rico o no es rico, o si usted es un buen mayordomo o no
lo es.

B. DIOS HABLA ACERCA DE LAS RIQUEZAS.


Los hombres han escrito bastante acerca de los peligros de las riquezas. Pero dejemos que sea el
propio Dios quien nos informe sobre este tema, lean y reflexionen la manera en que Dios nos enseña
sobre las riquezas de acuerdo con los siguientes pasajes:
1. A través del antiguo testamento.
- Deuteronomio 6:10-12
- Salmos 62:10
- Proverbios 11:28
- Proverbios 30:8-9
- Eclesiastés 5:10-11
2. A través de las enseñanzas de Jesús.
- San Marcos 10:21-30
- San Mateo 6: 24
- San Marcos 4: 18-19
- San Lucas 12: 20-21
- San Marcos 12:41-44
- San Lucas 6: 20, 24
- Apocalipsis 3: 27- 28
3. A través de las enseñanzas de los apóstoles.
- 2 Corintios 2:8,9
- 1 Timoteo 6: 6-11
- 1 Timoteo 6: 17-19
- Santiago 1:9-11
- Santiago 5:1-6

Compartan sus conclusiones personales sobre esta primera parte del estudio.
TEMA 3. ¿SER RICO O NO SER RICO?
SEGUNDA PARTE
Realice una recapitulación de la primera parte del estudio, recuerde el concepto de “riquezas” de acuerdo con
lo que se menciona en el Nuevo Testamento.
C. UNA PREGUNTA PERSONAL: ¿DEBO SER RICO?
La mayoría de las personas en el mundo nunca tendrán que preocuparse por contestar esta pregunta ya que ellas
trabajan todo el día nada más para comer, vestirse, los pagos de las rentas, etc. Sin embargo, esto no quita que algún día
a usted se le presente una buena oportunidad de hacerse rico. En ese caso, usted deberá saber cómo Dios quiere que
responda a semejante pregunta: ¿Debo aprovechar esta oportunidad de hacerme rico?

Si se le presentara tal oportunidad:

- ¿acaso dejará a su familia a un lado para dedicarse por completo a sus negocios?
- ¿Estará dispuesto a cambiar la dulce paz de Dios por una vida agitada y bulliciosa al entregarse a la loca
cacería de las riquezas materiales?
- Además, por si no lo sabía, usted tendrá que cambiar de amo. Dios dice que para seguir en pos de las
riquezas usted tiene que rechazar el señorío de Cristo y someterse al cruel y exigente Don Dinero. (Lea
Mateo 6.24.)

Ojalá usted decida no dejarse arrastrar por la codicia y quedarse voluntariamente bajo el señorío de Cristo en lugar de
vender su alma para la adquisición de las riquezas.

PRECAUCIÓN!!

- Si usted honra al rico más que al pobre, las riquezas dominan su mente. Si usted siente envidia por las
facilidades que tiene el rico, sabiendo que él no tiene paz en el alma, usted es siervo de las riquezas
- Entregue cada pensamiento, cada motivo y cada deseo de su corazón a la obediencia de Cristo. “No os
hagáis tesoros en la tierra (...); sino haceos tesoros en el cielo (...). Porque donde esté vuestro tesoro,
allí estará también vuestro corazón” (Mateo 6.19–21).

1. LA DIFERENCIA ENTRE EL ANTIGUO TESTAMENTO Y EL NUEVO TESTAMENTO.

Muchas personas, al darse cuenta de las enseñanzas de Jesús acerca de las riquezas, se justifican a sí mismas y a
su deseo de acumular riquezas terrenales al plantear que hubo muchos hombres fieles en la Biblia que eran
ricos. Esas personas nos recuerdan que Job, Abraham, Salomón y José de Arimatea eran todos ricos... y Dios
estaba con ellos.

Veamos los versículos bíblicos que nos hablan acerca de la riqueza de estos hombres de Dios:

- Job 1:3
- Génesis 13:2
- 2 Crónicas 9:22
- San mateo 27:57

Antiguo testamento:

- Dios galardonaba a sus hijos obedientes al bendecirles con riquezas terrenales.


- En el Antiguo testamento Dios solo requería que le cumplieran con los diezmos y ofrendas. (Malaquías
3: 10 y 11)
Nuevo Testamento:

- En el Nuevo Testamento no tenemos esa promesa de riquezas terrenales.


- Dios nos promete suplir nuestras necesidades
- No nos dice que debemos diezmar, sino que nos enseña que ahora todo lo que ganamos pertenece a
Dios, no tan sólo la décima parte. Y Dios prohíbe que acumulemos las riquezas terrenales que él nos
encarga.
- Él demanda que le entreguemos el cien por ciento al señorío de Cristo y que lo empleemos todo para su
gloria.
- Nos demanda aportar donde hay necesidades o reinvirtiéndolo para apoyar la obra de Dios.

Todo lo mencionado con anterioridad es únicamente para realizar un contraste en lo que Dios nos ha
demandado, sin embargo, es necesario que seamos dadores alegres (2° Corintios 9:7).

2. LAS RIQUEZAS SOLO ENVICIAN A QUIENES LAS PERSIGUEN

Resulta alarmante considerar los efectos desastrosos en las vidas de las personas que se han enviciado
con las riquezas y con la búsqueda de las mismas. Dondequiera que vamos podemos ver los efectos
esclavizantes de la codicia, la envidia y la avaricia.

- Estos vicios corrompen tanto las vidas de los ricos como también la de los pobres que desean hacerse
ricos.
- No es difícil ver que la adicción a las riquezas (la codicia) es perjudicial para la salud de uno mismo y la
de los que están bajo su cuidado.
- Tenemos muchos ejemplos en la Biblia. Piense, por ejemplo, en Nabal (véase 1 Samuel 25.2–11).
Considere la caída de Salomón (véase 1 Reyes 11.11) y la de Nabucodonosor (véase Daniel 4.29–33). Por
favor, reflexione sobre la arrogancia de los ricos en la iglesia de Laodicea (véase Apocalipsis 3.17). Y no
olvide leer las advertencias que dio Pablo en 1 Timoteo 6.

EN CONLUSIÓN.

- Si Dios te ha bendecido con dinero o posesiones no diga que todo es suyo. Si usted piensa que lo que
Dios le ha dado es de usted entonces ese mismo dinero llegará a ser su dueño; lo esclavizará y lo matará.
- Usted debe aprender a compartir de forma generosa el dinero que Dios ha puesto en sus manos para la
honra y la gloria del Creador.
- Dios tiene incontables bendiciones reservadas especialmente para derramarlas sobre los pobres… y
sobre aquellos que voluntariamente se hacen pobres a causa del reino de Dios (véase Lucas 6.20).

PARA REFLEXIONAR:

1. Mientras usted se ha mantenido fiel, ¿acaso ha fallado Dios alguna vez en suplir sus necesidades y las de su familia?

2. ¿Aspira usted a tener riquezas? Ya sea cierto o no lo sea, otros pueden ver esto en su vida por medio de su forma
de ser. Esto incluye su forma de pensar, su forma de expresarse y hasta su forma de actuar.

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