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TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA

SALA CONTENCIOSA Y CONTENCIOSA ADM., SOCIAL Y ADM. PRIMERA


Auto Supremo Nº 580
Sucre, 19 de septiembre de 2022

Expediente: 408/2022-S

Demandante: Sonia Betzabé Velasco Yujra

Demandado: Roger Sánchez Álvarez

Proceso: Beneficios Sociales
Departamento: La Paz

Magistrado Relator: Lic. José Antonio Revilla Martínez

VISTOS: El recurso de casación de fs. 96 a 98, interpuesto por Roger Sánchez


Álvarez, contra el Auto de Vista Nº 03/2022 de 11 de enero, de fs. 93 a 94, emitido
por la Sala Social, Administrativa, Contenciosa y Contenciosa Administrativa Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, dentro del proceso de pago de
beneficios sociales interpuesto por Sonia Betzabé Velasco Yujra contra el recurrente;
la contestación al recurso de fs. 101; el Auto Nº 150/2022 de 17 de mayo, de fs.
102, que se concedió el recurso; el Auto de 10 de agosto de 2022, de fs. 112, que
admitió el recurso; y todo lo que fue pertinente analizar:

I.- ANTECEDENTES DEL PROCESO:

Sentencia.

La Juez Sexto de Trabajo y Seguridad Social de La Paz, emitió la Sentencia Nº


57/2019 de 18 de julio, de fs. 71 a 78, declarando PROBADA en parte la demanda
de fs. 8, aclarada a fs. 12 y modificada de fs. 17 a 18; disponiendo que Roger
Gonzalo Sánchez Álvarez, pague a favor de la actora, el monto de 32.690,32, por
concepto de indemnización, desahucio, duodécimas de aguinaldo, vacaciones, bono
de antigüedad, salarios devengados; más la multa de 30%, actualizaciones, a ser
liquidados en ejecución de fallo.

Auto de Vista.

Interpuesto el recurso de apelación, por Roger Sánchez Álvarez, conforme consta a


fs. 81 a 83, la Sala Social, Administrativa, Contenciosa y Contenciosa Administrativa
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, mediante Auto de Vista
Nº 03/2022 de 11 de enero, de fs. 93 a 94, CONFIRMÓ la Sentencia apelada.

II.- RECURSO DE CASACIÓN, CONTESTACIÓN Y ADMISIÓN:

Contra el indicado Auto de Vista, Roger Sánchez Álvarez, interpuso recurso de


casación, alegando lo siguiente:
Refirió que el Tribunal de alzada no efectuó una valoración enmarcada en los
principios de justicia y equidad, respecto de los datos del proceso, puesto que señaló
que pudo usar los recursos en relación a la omisión e incumplimiento de los
imperativos contenidos en el art. 75 del Código Procesal Civil (CPC-2013), invocando
el principio de preclusión.

Señaló que el Tribunal de alzada no consideró el actuar malicioso del oficial de


diligencias, puesto que, no fue notificado conforme a Ley con la apertura del término
de prueba, hecho que fue consentido por la Juez de primera instancia, privando de
presentar la prueba de descargo, dejando en indefensión y vulnerando el principio
de inversión de la prueba.

Manifestó que el Tribunal de alzada al confirmar la Sentencia, vulneró el derecho a la


defensa y el art. 75-II y III del CPC-2013 aplicable al tenor de lo dispuesto en el art.
52 del Adjetivo Laboral, puesto que no fue notificado conforme a Ley con la apertura
del término probatorio, porque la notificación fue promovida en estrados judiciales,
vulnerando además lo previsto por el art. 115-I y II de la Constitución Política del
Estado (CPE).

Petitorio:

Solicitó se case el Auto de Vista recurrido, disponiendo la nulidad de obrados hasta


fs. 29 inclusive.

Contestación.

Corrido en traslado el recurso, Sonia Betzabé Velasco Yujra, contestó alegando lo


siguiente:

Refirió que la resolución impugnada cumplió con todas las formalidades para ser
tomada como válida, no existiendo causal alguna de nulidad, puesto que la carga
procesal recae sobre el empleador. Además, que el recurrente fue legalmente
notificado con la demanda, no pudiendo argumentar que desconocía del proceso
cuando fue legalmente notificado.

Admisión.

Concedido el recurso de casación por Auto Nº 150/2022 de 17 de mayo, de fs. 102,


mediante Auto de 10 de agosto de 2022, de fs. 112, este Tribunal, admitió el
recurso que se pasa a resolver.

III.- FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

Doctrina aplicable al caso:

La inversión de la prueba, presunción de favorabilidad y condición más


beneficiosa.
En la relación entre el trabajador con el empleador, quien tiene acceso a la prueba
idónea para acreditar o desvirtuar asuntos laborales, es el empleador como
detentador de los medios e instrumentos de trabajo y todos los documentos de la
relación laboral; por esto la legislación con el ánimo de compensar esta situación, ha
previsto que en los procesos de índole laboral, la carga de la prueba es para la parte
patronal y facultativa para el trabajador; a diferencia de otras materias, en las que,
quien demanda debe respaldar su pretensión; por ello, rige el principio de inversión
de la prueba en el trámite de estos procesos y corresponde al empleador desvirtuar
los hechos afirmados por el trabajador; o en su caso, demostrar con suficiencia los
argumentos aducidos en su defensa, siendo simplemente una facultad del
demandante trabajador, la de ofrecer prueba, más no una obligación; este principio,
busca una equidad procesal junto con otros, que tienden a protegen al trabajador
como el sujeto débil de la relación.

En ese sentido, el demandado tiene la obligación de desvirtuar con la prueba que


considere conveniente las pretensiones del trabajador y ante la ausencia de prueba
idónea que desvirtúe los derechos reclamados, se reputan como ciertos; se aplica la
presunción favorable, que la materia y la propia Constitución, establecen en favor
del trabajador, determinadas en el art. 182 del CPT; claro está, que la pretensión
debe ser razonable, lógica y dentro del margen de lo posible; principio previsto en el
art. 66 del CPT: “En todo juicio social incoado por el trabajador, la carga de la
prueba corresponde al empleador, sin perjuicio de que aquel pueda ofrecer las
pruebas que estime conveniente”, y el art. 150 de esta norma adjetiva, que prevé:
“En esta materia corresponde al empleador demandado desvirtuar los fundamentos
de la acción, sin perjuicio de que el actor aporte las pruebas que crea conveniente” ;
por lo que, la carga de probanza de los aspectos que se dilucidaron en un proceso
laboral incoado por el trabajador, recae en el demandado empleador, esta
afirmación concuerda con el art. 3 inc. h) del CPT, que señala: “Todos los
procedimientos y trámites se basarán en los siguientes principios: h) Inversión de la
prueba, por el que la carga de la prueba corresponde al empleador”.

Esto, no implica una desigualdad procesal en la producción y valoración probatoria;


al respecto la SC N° 0049/2003 de 21 de mayo, incluso antes de la vigencia de la
actual CPE, señaló: “Las normas contenidas en los art. 3- h), 66 y 150 CPT no son
contrarias al principio de igualdad que consagra el art. 6 CPE, sino que son el reflejo
del carácter protector y de tutela que tiene el Derecho Laboral, que surgió  ante la
necesidad de proteger en forma especial a los trabajadores, situados en desventaja
frente a los empleadores, aspecto que no es menos evidente en materia procesal,
por cuanto en la realidad del país, en un gran número de relaciones laborales el
contrato de trabajo se celebra en forma verbal, y  los escasos documentos que
podrían acreditar la existencia de esa relación, su duración, remuneración,
desarrollo, conclusión y otros extremos, quedan en manos del empleador, sin que el
trabajador pueda tener acceso a ellos, de lo que se infiere que, ante  la inexistencia
de una disposición que establezca la inversión de la prueba, los atropellos y el
desconocimiento de los derechos laborales sería constante porque los interesados
no tendrían posibilidad de acreditar sus reclamos para que se dé  lugar a sus
pretensiones en instancia judicial”, cuyo razonamiento, fue reiterado en las SSCCPP
Nos. 0032/2011-R de 7 de febrero y 0718/2012 de 13 de agosto, entre otras.
Como el principio de la inversión de la prueba, existen otros que enmarcan el trámite
de todos los procesos sociales, que no sólo están establecidos en la norma procesal
de la materia; sino que, fueron elevados a rango constitucional el 2009; el art. 48-II
de la CPE, la SC N° 0032/2011-R de 7 de febrero, en cuanto al principio de
proteccionismo, señaló: “a) Principio de protección y tutela.- Llamado así porque la
razón del derecho laboral es esencialmente de protección , de ahí que si se emiten
normas laborales, éstas tienen que estar orientadas al resguardo del trabajador;
dicho de otro modo no se busca la paridad jurídica sino la de establecer un amparo
preferentemente a favor del trabajador”; principios reiterados en el art. 4 del el DS
Nº 28699 de 1 de mayo de 2006.

Así también, en materia laboral conforme lo dispuesto por los arts. 3-j) y 158 del
CPT, el Juez no está sujeto a la tarifa legal de la prueba, puede formar libremente su
convencimiento, inspirándose en los principios científicos que informan la sana crítica
de la prueba y atendiendo a las circunstancias relevantes del pleito y la
conducta procesal observada por las partes, tomando en cuenta para ello, el
conjunto de pruebas que cursan en el proceso; y conforme lo señalado
precedentemente, dentro del principio protector, se encuentra la “condición más
beneficiosa” para el trabajador, debiendo ser materializada en las determinaciones
asumidas conforme a derecho, estableciéndose la medida que sea más favorable al
trabajador.

De las notificaciones en estrados:

Corresponde citar la SC Nº 1089/2015-S3 de 5 de noviembre, que, respecto a


las formalidades de la notificación en estrados, estableció lo siguiente:

“III.2. Las notificaciones y el nuevo Código Procesal Civil.

De acuerdo a la problemática planteada en el presente caso, es pertinente referirse


en primera instancia, al nuevo régimen de comunicación procesal previsto en los
arts. 73 a 88 -concretamente al régimen de notificaciones; y, al régimen sobre la
nulidad de actos procesales previsto en los arts. 105 al 109, todos del Código
Procesal Civil, que de acuerdo a la Disposición Transitoria Segunda del citado
Código, son de aplicación anticipada al momento de la publicación de la misma, es
decir, desde el 25 de noviembre de 2013. El Diccionario Enciclopédico de
Cabanellas, al hablar de la notificación, se refiere a "…la diligencia por la que se
hace saber una resolución judicial no comprendida en los otros casos. Esto quiere
decir que será notificación toda comunicación judicial que no sea con la demanda.
Es por eso que algunas legislaciones llaman a la citación “primera notificación” y a
las restantes comunicaciones que se dan en el proceso simplemente
“notificaciones”. Así, el fundamento de la notificación judicial es asegurar la efectiva
vigencia del principio de contradicción, la defensa en juicio de la persona y los
derechos, exige certeza en el conocimiento de las actuaciones posibilitando de esta
forma la controversia judicial. Por otro lado, determina el inicio del cómputo de los
plazos, para el cumplimiento de los actos procesales o deducir las impugnaciones
admisibles. Es por ello, que el Código Procesal Civil, en el Capítulo Segundo,
Sección II del Régimen de Comunicación Procesal, en su art. 82.I, señala
que después de las citaciones con la demanda y la reconvención, “las
actuaciones judiciales en todas las instancias y fases del proceso deberán
ser inmediatamente notificadas a las partes en la secretaria del juzgado o
tribunal o por medios electrónicos. Cuando la parte a quien deba
notificarse concurriere al juzgado, será notificada por la o el oficial de diligencias,
quien le franqueará el expediente para la lectura del actuado correspondiente y le
entregará la cédula, debidamente suscrita por la o el secretario. A continuación, se
sentará diligencia de la notificación que suscribirán la servidora o el servidor y la o el
interesado. Si éste no pudiere o se resistiere a firmar, se dejará constancia -art. 85
del Código Procesal Civil-. Por principio, las actuaciones judiciales, en todos los
grados, serán inmediatamente notificadas a las partes en la secretaría del juzgado o
tribunal, excepto en los casos previstos por ley.  Con este objeto, las partes, las
y los abogados que actúen en el proceso, tendrán la carga procesal de
asistencia obligatoria a la secretaría del juzgado o tribunal.  Si la parte o su
abogada o abogado o procurador de estos últimos, no se apersonare al juzgado o
tribunal, se tendrá por efectuada la notificación y se sentará la diligencia respectiva -
art. 84 del Código Procesal Civil-. (…) III.4. Análisis del caso concreto. (…)
Ahora bien, conforme se tiene referido en el Fundamento Jurídico III.1. del presente
fallo constitucional, las comunicaciones procesales deben cumplir las
formalidades legales establecidas; y al respecto, están vigentes los arts. 73 al
88 del Código Procesal Civil. Así, el art. 82 de dicha norma, dispone ad literam:
“Después de las citaciones con la demanda y la reconvención, “las actuaciones
judiciales en todas las instancias y fases del proceso deberán ser inmediatamente
notificadas a las partes en la secretaria del juzgado o tribunal o por medios
electrónicos, conforme a las disposiciones de la presente Sección” (las negrillas nos
corresponden). Esto quiere decir, que para el caso de notificación con la
sentencia,  la formalidad establecida es precisamente la notificación en
estrados judiciales; razón por la cual, no es evidente lo afirmado por la jueza ad
quem, en sentido que se afectaron formas esenciales del proceso…” (Resaltado
añadido).

Del principio de accesibilidad y verdad material:

El art. 180-I de la Constitución Política del Estado (CPE), señala que son principios
de la jurisdicción ordinaria, el de accesibilidad y de brevedad material; por el
primero, se entiende como, el fácil acceso a la administración de justicia, en todas
las fases del proceso y; por el de verdad material, se entiende que debe prevalecer
la realidad de los hechos; en ese sentido, se emitió la SC Nº 713/2010-R de 26 de
julio, que señaló lo siguiente: “III.4.- Principio procesal de verdad material
consagrado en la Constitución Política del Estado. El art. 180. I de la CPE, prevé que
la jurisdicción ordinaria se fundamenta, entre otros, en el principio procesal de
verdad material, que abarca la obligación del juzgador, al momento de emitir sus
resoluciones, de observar los hechos tal como se presentaron y analizarlos dentro de
los acontecimientos en los cuales encuentran explicación o que los generaron; de
ello, se infiere que la labor de cumplimiento de este principio, refiere a un análisis de
los hechos ocurridos en la realidad, anteponiendo la verdad de los mismos antes que
cualquier situación, aunque, obviamente, sin eliminar aquellas formas procesales
establecidas por la ley, que tienen por finalidad resguardar derechos y garantías
constitucionales. El ajustarse a la verdad material, genera la primacía de la realidad
de los hechos sobre la aparente verdad que pueda emerger de los documentos;
aplicando este principio, debe prevalecer la verificación y el conocimiento de éstos,
sobre el conocimiento de las formas. En ese contexto, el régimen de nulidades,
estará subordinado únicamente a la violación de derechos o garantías
constitucionales; y en consecuencia,  la inobservancia de las formalidades que
no vulnere derechos o garantías constitucionales, tendrá menos
relevancia que justifique una declaratoria de nulidad a momento de
realizar el trabajo de valoración de la actividad procesal que adolezca de
algún defecto formal…” (Resaltado añadido).

Resolución del caso concreto.

En vista que todos los puntos refieren el análisis de que si el Tribunal de alzada al
confirmar la Sentencia apelada, habría efectuado una incorrecta aplicación del
procedimiento, dejando al recurrente en estado de indefensión, incumpliendo lo
establecido por el art. 75 del CPC-2013; en base a la doctrina aplicable y a los
argumentos de la parte recurrente, se pasa a resolver en conjunto el recurso de
casación de fs. 470 a 474, de acuerdo a las siguientes consideraciones:

De la revisión de los antecedentes, se evidencia que el recurrente fue notificado


personalmente con los actuados pertinentes en su domicilio real, conforme consta a
fs. 20, asimismo por memorial de fs. 21 a 22 se apersona Roger Sánchez Álvarez
(recurrente), interponiendo excepción previa de imprecisión y contradicción,
señalando en el mismo memorial como domicilio Edificio San Alberto, piso 2 of. 15
calle Figueroa; a fs. 29 cursa Informe emitido por la Oficial de Diligencias del
Juzgado 6to de Trabajo y Seguridad Social de La Paz, donde indica: “ que, habiendo
buscado Roger Sánchez Álvarez, para la respectiva notificación con la Resolución Nº
130/2015 de fs. 25 a 28 de obrados, me constituí en el domicilio referido en el
expediente: Edif. San Alberto piso 2 Of. 15 calle Figueroa; acto procesal que no
pudo ser efectuado debido a que se pudo constatar la inexistencia del mencionado
edificio. Por lo que no se pudo realizar la correspondiente notificación”; a fs. 31
cursa decreto de 1 de febrero de 2016, que dispuso que se notifique a la parte
demandada por esta única vez en su domicilio real, conminando a la parte
demandada a señalar su domicilio procesal de forma correcta conforme el art. 74 del
CPT, bajo alternativa de tenerse como tal la secretaría del juzgado, advirtiendo que
se puso en conocimiento del recurrente tal determinación en su domicilio real, como
consta en diligencia de fs. 32; asimismo, de fs. 33 a 34 cursa apelación interpuesta
por el demandado, quien teniendo conocimiento del decreto de conminatoria no
señaló domicilio procesal, habiendo incumplido dicha orden en el plazo otorgado; en
consecuencia, mediante decreto de fs. 35 la Juez de primera instancia señaló como
domicilio procesal secretaría de juzgado para efectos de notificación con posteriores
actuaciones, de conformidad a lo establecido por los arts. 56 y 74 del CPT.

El art. 56 del CPT establece: “El impulso y la dirección del proceso corresponde al
Juez y al Tribunal, quienes cuidarán de su rápida tramitación, sin perjuicio del
derecho de defensa de las partes. Promovido el proceso, el Juez adoptará las
medidas tendientes a evitar su paralización, salvo que la ley disponga que ello
corresponde a la parte.”; asimismo el art. 74 del mismo cuerpo legal, dispone: “En
aquellas diligencias en las que debe practicarse la notificación en domicilio, éste
deberá ser señalado por las partes a una distancia no mayor a diez cuadras a la
redonda del juzgado, caso contrario, el juez señalara domicilio en estrados. ”. En este
contexto, de la revisión de los antecedentes, la doctrina aplicable al caso y los
argumentos del recurrente, se advierte que la parte demandada fue notificada
legalmente en su domicilio real con los actos pertinentes, y presentó los memoriales
referidos precedentemente (fs. 21 a 22 y 33 a 34) que evidencian que tuvo
conocimiento de la existencia del presente proceso, coligiendo que en las etapas del
proceso la parte recurrente no acudió a las instancias llamadas por Ley por voluntad
propia, no existiendo vulneración por parte del Tribunal de alzada ni del Juez de
primera instancia puesto que cumplieron con la tramitación del proceso conforme a
normativa.

Además, corresponde tomar en cuenta lo señalado por el art. 82-I que establece:
“Después de las citaciones con la demanda y la reconvención, las actuaciones
judiciales en todas las instancias y fases del proceso deberán ser inmediatamente
notificadas a las partes en la secretaria del juzgado o tribunal o por medios
electrónicos, conforme a las disposiciones de la presente Sección.”.  Asimismo, el art.
84 I y II dispone: “Por principio, las actuaciones judiciales, en todos los grados,
serán inmediatamente notificadas a las partes en la secretaría del juzgado o
tribunal, excepto en los casos previstos por Ley. II. Con este objeto las partes, las y
los abogados que actúen en el proceso, tendrán la carga procesal de asistencia
obligatoria a la secretaría del juzgado o tribunal. Podrá actuar como procuradora o
procurador del profesional, un estudiante de la carrera de derecho, cuando este lo
autorizare.”.

Con relación a la vulneración del art. 75 del CPC-2013, respecto de la


notificación es estrados, se tiene que, el art. 85 establece: “ Cuando la parte
a quien deba notificarse concurriere al juzgado, será notificada por la o el oficial de
diligencias, quien le franqueará el expediente para la lectura del actuado
correspondiente y le entregará la cédula, debidamente suscrita por la o el secretario.
A continuación, se sentará diligencia de la notificación que suscribirán la servidora o
el servidor y la o el interesado. Si éste no pudiere o se resistiere a firmar, se dejará
constancia.”. En consecuencia, las comunicaciones procesales deben
cumplir las formalidades legales establecidas en el Régimen de
Comunicación Procesal, señaladas en el Capítulo II del CPC, así el art. 82
de dicha norma dispone: “Después de las citaciones con la demanda y la
reconvención, “las actuaciones judiciales en todas las instancias y fases del proceso
deberán ser inmediatamente notificadas a las partes en la secretaria del juzgado o
tribunal o por medios electrónicos, conforme a las disposiciones de la presente
Sección”; consecuentemente en el presente caso, para la notificación con la
apertura del término probatorio, la formalidad establecida es
precisamente la notificación en estrados judiciales, razón por la cual el
Tribunal de alzada obró correctamente al confirmar la Sentencia,
enmarcada en la normativa vigente, sin vulnerar precepto constitucional
alguno.
Asimismo, corresponde señalar que, los arts. 3–h), 66 y 150 del CPT disponen que,
en todo proceso laboral incoado por el trabajador, la carga de la prueba corresponde
al empleador, quien debe desvirtuar los fundamentos de la acción, sin perjuicio que
el trabajador pueda ofrecer las pruebas que estime convenientes; aspecto que, no
sucedió en el caso presente.

Consecuentemente, se verifica que el Tribunal de apelación, confirmó la Sentencia


de primera instancia, sobre la base de la libre valoración de las pruebas, en sujeción
a lo dispuesto en los arts. 3 inc. g) y h), 66, 150 y 158 del CPT; siendo que, los
Tribunales de instancia, no están sujetos a la tarifa legal de la prueba, sino que
deben formar libremente su convencimiento, inspirándose en los principios
científicos que informan la crítica de la prueba y atendiendo las circunstancias
relevantes del pleito y la conducta procesal observada por las partes; además, al ser
deber primordial del Estado, proteger los derechos de los trabajadores, en
cumplimiento a los principios de primacía de la realidad, de proteccionismo e
inversión de la prueba en materia laboral, por cuanto todo trabajador goza de la
estabilidad laboral conforme establece el art. 49-III de la CPE., aspectos
debidamente fundamentados por el Tribunal de Alzada, al señalar que la Juez
efectuó una correcta valoración de los medios probatorios para determinar a través
de un razonable criterio que no existen elementos probatorios que no hubiesen sido
tomados en cuenta; en tal sentido este Tribunal, con referencia al reclamo citado, no
encuentra vulneración alguna de los principios acusados.

En mérito a lo expuesto y encontrándose infundados los motivos traídos


en casación por la demandante, corresponde la aplicación del art. 220-II
del CPC-2013, con la permisión del art. 252 del CPT.

POR TANTO: La Sala Contenciosa, Contenciosa Administrativa, Social y


Administrativa Primera del Tribunal Supremo de Justicia, con la atribución contenida
en los arts. 184-1 de la Constitución Política del Estado y 42-I-1 de la Ley del Órgano
Judicial, declara INFUNDADO el recurso de casación de fs. 96 a 98, interpuesto por
Roger Sánchez Álvarez, contra el Auto de Vista Nº 03/2022 de 11 de enero, de fs.
93 a 94, emitido por la Sala Social, Administrativa, Contenciosa y Contenciosa
Administrativa Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz. Con
costas.

Se regula el honorario profesional del abogado patrocinante en Bs. 2.000, que


mandará a pagar el Juez de primera instancia.

Regístrese, notifíquese y devuélvase.-

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