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MANUAL

INSURRECCIONALISTA

Ası́ es como comienza la revolución: unxs pocxs de nosotrxs comienzan a perseguir


sus sueños, rompiendo con viejos patrones, adoptando lo que amamos (y en el
proceso descubriendo lo que odiamos). Soñando de dı́a, inquiriendo, actuando al
otro lado de la rutina y la regularidad.

Editado por:

LA COLECTIVIDAD
Regeneración Libertaria
http://www.regeneracionlibertaria.org

Nota del editor: el manual que te dispones a leer ha sido obtenido de Internet.
En ningún caso he añadido o modificado el texto, ası́ como tampoco he escrito ni
traducido el mismo. El trabajo de edición se ha limitado a esta portada, la
rotulación de capı́tulos, y la compilación vı́a LATEXpara que pueda ser leı́do con
mayor facilidad. Salud y rebeldı́a.
Aviso
Este manual no pretende anteponer la acción violenta al trabajo de base, pacı́fico, local,
cotidiano. Es sencillamente un instrumento de lucha, un medio, una herramienta. Barricadas sı́,
pero con conciencia y enmarcadas en un proyecto de transformación a largo plazo que priorice
la construcción de tejido social autónomo y rebelde.

MANUAL INSURRECCIONALISTA
El insurreccionalismo no es una solución ideológica a todos los problemas sociales, no es un artı́culo
del mercado capitalista de las ideologı́as y opiniones, sino una praxis continua que tiene como
objetivo acabar con la dominación del Estado y la continuidad del capitalismo, y que requiere para
avanzar del análisis y la discusión. No buscamos una sociedad ideal u ofrecer una imagen de utopı́a
para consumo público. El estado no va simplemente a desaparecer, por lo que l@s insurreccionalistas
deben atacarle para que sea derrotado; lo que se necesita es un amotinamiento expansivo y la
propagación de la subversión entre l@s explotad@s y excluid@s. En este texto aclaramos algunas
ideas que nosotr@s y otr@s insurreccionalistas hemos trazado a partir de este problema general: si
el Estado no va a desaparecer por sı́ mismo, ¿cómo podemos entonces acabar con su existencia? Es
por consiguiente, en primer lugar una práctica enfocada a la organización del ataque. Estas notas
no son un producto cerrado o finalizado; esperamos que sean parte de una discusión continua por
lo que serán bienvenidas las respuestas. La mayorı́a de estos apuntes proceden de números antiguos
de la revista Insurrection y de panfletos de Elephant Editions.

1 EL ESTADO NO VA A DESAPARECER; DEBEMOS


ATACAR.
El estado del capital no va a “esfumarse”, como parece ser que much@s insurreccionalistas creen al
no sólo atrincherarse en posiciones abstractas de “espera”, sino incluso posicionándose claramente
en contra de los actos de aquell@s para quienes la creación de un nuevo mundo depende de la
destrucción del viejo. El ataque es el rechazo a la mediación, al apaciguamiento, al sacrificio, a la
acomodación y a la transigencia.

Es a través de la acción y de aprender a actuar, y no de la propaganda, como abriremos camino


hacia la insurrección, a pesar de que la propaganda tenga un papel importante en la clarificación
de cómo actuamos. Esperar sólo enseña a esperar; actuando un@ aprende a actuar.

La fuerza de una insurrección es social, no militar. La medida para evaluar la importancia de


una revuelta generalizada no es la clase armada, sino por el contrario la dimensión de la parálisis
de la economı́a, de la normalidad.

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2 AUTO-ACTIVIDAD versus revuelta dirigida: de la insur-
rección a la revuelta.
Como insurreccionalistas, la revolución es nuestro punto constante de referencia. Precisamente
porque es un evento concreto, debe ser construido diariamente a través de un gran número de
modestos intentos que no tienen todas las caracterı́sticas liberadoras de una revolución social en un
sentido estricto. Estos intentos modestos son insurrecciones. En ellos, el alzamiento de la mayor
parte de l@s explotad@s y excluid@s de la sociedad y las minorı́as sensibilizadas polı́ticamente abre
el camino hacia que una posible implicación de estratos cada vez más amplios de explotad@s genere
un flujo de rebelión que pueda conducir a la revolución.

Las luchas deben desarrollarse, tanto a largo plazo como intermedio. Es necesario el planteamiento
de estrategias claras para permitir ası́ la utilización de métodos diferentes de una manera coordi-
nada y productiva.

Acción autónoma: la autogestión de la lucha significa que aquell@s que luchan son autónom@s
en la toma de decisiones y en sus actos; justamente lo opuesto a una organización de sı́ntesis que
siempre intenta tomar el control de la lucha. Las luchas sintetizadas dentro de una única organi-
zación que las controle son fácilmente integradas dentro de las estructuras de poder de la sociedad
actual. Las luchas auto-organizadas son por naturaleza incontrolables cuando se esparcen a través
del contorno social.

3 DES-CONTROLABILIDAD versus revuelta controlada:


la propagación del ataque.
Nunca es posible conocer el resultado de una lucha concreta por adelantado. Incluso una lucha par-
cial puede llegar a tener las consecuencias más inesperadas. El camino desde varias insurrecciones
que puedan tener lugar -parciales y especı́ficas- hasta la revolución, no puede estar garantizado de
antemano por ninguna estrategia a seguir.

Lo que el sistema teme no son estos actos de sabotaje en sı́ mismos, si no que se extiendan
socialmente. Cada individu@ proletarizad@ que dispone incluso de los métodos más modestos
puede alcanzar sus objetivos, sol@ o junto a otr@s. Es materialmente imposible para el Estado
y el capital vigilar el aparato de control que opera sobre todo el territorio social. Cualquiera que
quiera realmente combatir las redes del control, puede llevar a cabo su propia contribución teórica
y práctica. La aparición de los primeros eslabones rotos coincide con la propagación de los actos
de sabotaje. La práctica anónima de la auto liberación social puede expandirse hacia todos los
campos, rompiendo ası́ los códigos de prevención introducidos en su lugar por el poder.

Las pequeñas acciones, por consiguiente, fácilmente reproducibles, requieren de métodos no


sofisticados al alcance de cualquiera, son por su simplicidad y espontaneidad incontrolables. Por
ello se mofan incluso de los desarrollos tecnológicos más avanzados de la contra-insurgencia.

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4 CONFLICTIVIDAD PERMANENTE versus mediación
con las fuerzas institucionales.
La conflictividad debe verse como un elemento permanente en la lucha contra aquell@s que tienen
el poder. Una lucha que pierda este elemento termina empujándonos hacia la mediación con las in-
stituciones, creciendo acostumbrad@s al hábito de delegar y creyendo en una emancipación ilusoria
consumada por decreto parlamentario, hasta el punto de llegar a participar activamente en nuestra
propia explotación.

Deberı́an quizá ser razones individuales las que nos hicieran dudar sobre el intento de alcanzar
nuestros propios objetivos con métodos violentos. Pero cuando la no violencia viene a ser elevada
al nivel de principio de no violencia y la realidad está dividida entre “buenos” y “malos”, los ar-
gumentos dejan de tener valor, y todo se ve en términos de sumisión y obediencia. Los dirigentes
del movimiento anti-globalización, a través del distanciamiento y denunciando a otr@s, han dejado
claro una cuestión: que entienden sus principios como una demanda de poder sobre el movimiento
como un todo.

5 ILEGALIDAD; la insurrección no es robar bancos.


El insurreccionalismo no es una ética de la supervivencia: tod@s sobrevivimos de varias formas,
a menudo en compromiso con el capital, dependiendo de nuestra clase social, nuestro talento o
nuestros gustos. Naturalmente no nos oponemos al uso de métodos ilegales para liberarnos de las
cadenas del trabajo asalariado para ası́ vivir y poder realizar nuestros proyectos, no obstante no
divinizamos la ilegalidad ni la transformamos en algún tipo de religión con sus mártires; es simple-
mente un método y a menudo un método adecuado.

6 ORGANIZACIÓN INFORMAL; sin revolucionari@s o ac-


tivistas profesionales, sin organizaciones permanentes.
De los partidos/sindicatos a la autoorganización:

Dentro del movimiento revolucionario existen diferencias muy profundas: la tendencia anar-
quista hacia la calidad de la lucha y su autoorganización y la tendencia autoritaria hacia la cantidad
y la centralización.

La organización se emplea para tareas concretas: por ello estamos en contra de los partidos,
sindicatos y de las organizaciones permanentes, todos ellos actúan para sintetizar la lucha y conver-
tirla en elementos de integración para el capital y el Estado. Su fin pasa a ser su propia existencia,
en el peor de los casos primero construyen la organización y después encuentran o crean la lucha.
Nuestra tarea es actuar; la organización es sólo un método. Por ello nos oponemos a la delegación
de la acción o de la práctica a una organización: necesitamos generalizar la acción que nos dirija
hacia la insurrección, no controlar las luchas. La organización no debe servir para la defensa de

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ciertos intereses, sino para atacar ciertos intereses.

La organización informal se basa en un número de compañer@s unid@s por la afinidad; su ele-


mento propulsor es siempre la acción. Cuanto mayor sea el número de problemas, est@s compañer@s
los enfrentarán como una unidad, aumentando ası́ su afinidad. Sabemos que la organización real,
la capacidad efectiva de actuar junt@s, sabiendo donde encontrar al otr@, analizando y estudiando
los problemas junt@s, pasando a la acción, todo tiene lugar en función de la afinidad alcanzada y
no tiene nada que ver con programas, plataformas, banderas o partidos más o menos camuflados.La
organización insurreccionalissta informal es por lo tanto una organización singular que se aglutina
entorno a una afinidad común.

La minorı́a y l@s explotad@s y excluid@s:

Nosotro@s somos l@s explotad@s y excluid@s, y por eso nuestra labor es actuar. Aunque al-
gun@s critiquen que toda acción que no es parte de un movimiento social visible y amplio sea
“actuar en nombre del proletariado”. Por ello, aconsejan analizar y esperar, en lugar de actuar.
Supuestamente, nosotr@s no somos explotad@s al lado de explotad@s; nuestros deseos, nuestra
rabia y nuestra impotencia no son parte de la lucha de clases. Esto no es más que otra separación
ideológica entre los explotad@s y l@s subversiv@s.

La minorı́a insurreccionalista activa no es esclava de los números sino que continúa actuando
contra el poder incluso cuando el conflicto de clases se encuentra a un bajo nivel dentro de l@s
explotad@s de la sociedad. La acción anarquista no debe en consecuencia aspirar a organizar y pro-
teger al conjunto de la clase explotada, en una amplia organización para presenciar la lucha desde
el principio hasta el final, sino que deberı́a identificar los aspectos individuales de la lucha y tenerlos
en cuenta en sus conclusiones de ataque. También, debemos alejarnos de la imagen estereotipada
de las grandes luchas de masas y del concepto del crecimiento infinito de un movimiento que está
para dominar y controlarlo todo.

La relación con la multitud de explotad@s y excluid@s, no puede ser estructurada como algo
que debe resistir el paso del tiempo, es decir basarse en el crecimiento sin fin y en la resistencia
contra el ataque de los explotadores. Debe tener una dimensión especı́fica más reducida, una que
sea decididamente una relación de ataque y no de retaguardia.

Podemos comenzar a construir nuestra lucha de tal manera que las condiciones de la revuelta
puedan emerger y el conflicto latente pueda desarrollarse y sacarse hacia el exterior. De esta manera
se establece un contacto entre la minorı́a anarquista y la situación especı́fica donde puede desarrol-
larse la lucha.

7 LO INDIVIDUAL Y LO SOCIAL: individualismo y co-


munismo, un falso problema.
Tomamos lo mejor del individualismo y lo mejor del comunismo.

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La insurrección comienza con el deseo de l@s individuos de romper con las circunstancias forzadas
y reguladas, el deseo de reapropiar la capacidad de crear nuestra propia vida como creamos ade-
cuado. Esto requiere que venzan la separación existente entre ellos y sus condiciones de existencia.
En el lugar donde un@s poc@s, l@s privilegiad@s controlen las condiciones de existencia, no será
posible para la mayorı́a de l@s individu@s decidir realmente su existencia en base a sus decisiones.
La individualidad sólo puede proliferar donde la paridad de acceso a a las condiciones de existencia
son una realidad social. Esta igualdad de acceso es el comunismo; lo que l@s individuos hacen con
ese acceso está limitado por ell@s mism@s y por aquell@s que le rodean. De tal manera que no hay
igualdad o identidad de l@s individu@s implı́cita en el comunismo verdadero. Lo que nos fuerza a
buscar una identidad o la igualdad son los roles sociales impuestos por el sistema actual. No hay
contradicciones entre individualidad y comunismo.

8 NOSOTR@S SOMOS L@S EXPLOTAD@S, somos la con-


tradicción: no es tiempo de esperar.
Ciertamente el capitalismo contiene profundas contradicciones que lo empujan hacia metodologı́as
de adaptación y evolución, dirigidas hacia la evasión de las crisis periódicas que le afligen; pero no
podemos permanecer pasiv@s en espera de esas crisis. Cuando ocurran serán bienvenidas si favore-
cen el proceso insureccional. Como explotad@s, sin embargo, somos la principal contradicción del
capitalismo. Por ello cualquier momento es siempre el adecuado para la insurrección, precisamente
por ello podemos percibir que la humanidad podrı́a haber acabado con la existencia del estado en
cualquier momento de su historia. Una ruptura en la reproducción continua de este sistema de
explotación y opresión ha sido siempre posible.

LUCHAREMOS contra la propiedad, el principio de autoridad, el Estado, la polı́tica, la religión


y todos aquellos poderes que obstaculizan la total emancipación del ser humano.

Contra la Propiedad: Porque es una injusticia inhumana el que una persona detente la riqueza
producida por otras personas o la tierra que sólo a la humanidad pertenece, y es un atributo para
la sociedad, tan importante como la vida lo es para el individuo. Porque tiene su origen en un
violento y criminal despojo del más fuerte contra el más débil, creando la odiosa existencia de los
parásitos de la sociedad, que no tienen otra misión social que la de vivir del trabajo ajeno, mediante
la explotación y miseria de los demás. Porque crea el capitalismo y establece la ley del salario, que
condena al ser humano a una permanente esclavitud económica y a los vaivenes de la desequilibrada
economı́a.

Contra el Principio de Autoridad: Por suponer ésta el relajamiento de la personalidad humana


al someter a unas personas a la voluntad de otras, despertando en ellas instintos que le predisponen
a la crueldad e indiferencia ante el dolor de un semejante; y por ser la autoridad el instrumento que
sirve para someter por la violencia al individuo a los intereses de la propiedad.

Contra el Estado: Porque coarta el libre desenvolvimiento y normal desarrollo de las actividades
éticas, filosóficas y cientı́ficas de los pueblos; y por ser el fundamento básico que mantiene el princi-
pio de autoridad y defiende la propiedad mediante los cuerpos armados, la policı́a la magistratura y

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la cárcel. Porque mantiene al ejército y la armada, cuya misión destructora es inhumana al lanzar
unos pueblos contra otros, destruyendo los sentimientos de sociabilidad y solidaridad propios del
ser humano, para convertirse en medio de dominación de los pueblos fuertes contra los débiles.

Contra la Polı́tica: Porque, entendiendo polı́tica como actividad desempeñada por les polı́tiques
en el seno del Estado para obtener privilegio y poder, esta presupone la anulación de la persona,
ya que, entregando la voluntad propia a otra extraña, se desvirtúan los intereses colectivos por una
falsa mayorı́a parlamentaria. La polı́tica es el medio que emplea el vigente sistema de dominación
(la democracia representativa al servicio de las oligarquı́as y el Capital) para legitimar los intereses
de la propiedad y las leyes en su tarea de respaldo y defensa del Estado.

Contra las Religiones: Porque atentan contra el libre pensamiento, creando una jerarquı́a moral
que predispone a admitir sin protesta toda tiranı́a y desvirtúan las relaciones sociales por el terror
y el fanatismo, negador de la razón y el progreso cientı́fico.

Contra otras formas de Poder: Contra todo tipo de prejuicios raciales, sexuales o de cualquier
otra condición que impidan el desarrollo libre y en igualdad de los seres humanos. Contra las es-
tructuras que derivan del Estado y el Capital creadas para un mejor sostenimiento del Sistema, que
suponen el sacrificio de la Libertad individual y colectiva en pro de una delegación hacia personas
supuestamente más cualificadas que pretenden representarnos, tales como partidos y sindicatos re-
formistas. Contra las jerarquı́as de toda ı́ndole.

NUESTROS PRINCIPIOS.
La Libertad: Entendida como el desarrollo natural, sin condiciones de todos ser nacido, actuando
atendiendo a los dictados de su propia conciencia y voluntad con independencia para pensar, ex-
presarse y actuar. Es, por tanto, la negación de cualquier forma de autoridad que somete moral y
materialmente. Esta idea de Libertad lleva implı́citas:

La Igualdad: De todos los seres vivos, a todos los niveles, por lo que las relaciones deben basarse
en el libre consentimiento y la revocabilidad de los acuerdos. Para que las relaciones sean libres y
justas no puede existir la propiedad privada pues ésta mantiene y es fuente de todas las desigual-
dades. Redistribuyendo y reorganizando la producción, se eliminarı́an los brazos ociosos de esta
sociedad. Colectivizando la propiedad y poniendo a disposición de les productores la tierra y los
instrumentos de trabajo, las relaciones económicas serı́an igualitarias porque buscarı́an satisfacer
las necesidades de la comunidad, no enriquecerse; como ocurre en el Sistema capitalista, que busca,
por encima de todo, el beneficio económico de unes poques. El concepto de igualdad es contrario
a toda idea de nación o patria, las fronteras son un invento de los Estados para salvaguardar sus
intereses, crear conflictos y desigualdades absurdas entre las personas.

La Solidaridad y el Apoyo Mutuo: Como forma de vida en contra de la competitividad y la


explotación de unos sobre otros. La Solidaridad como principio que sostiene las relaciones sociales
y medio para resolver posibles conflictos, respetando las diferencias, la libertad individual y el
bien colectivo. Practicando el apoyo recı́proco y la sinceridad en todas las relaciones. Combat-
imos las divisiones sociales de clases formadas sobre el privilegio de unas personas sobre otras.

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Nos mostramos contrarios a las ideas de las religiones con sus supersticiones, a los desequilibrios
ecológicos, la medicina intoxicante y al desprecio al resto de los animales y seres, siendo defensores
de la libre sexualidad y contrarios a la dominación de un sexo sobre otro. Somos contrarios a los
Sistemas de educación jerárquicos y competitivos; defendemos la Pedagogı́a Libertaria.

NUESTRAS TÁCTICAS.
Los fines no justifican los medios, éstos sólo pueden aplicarse en función de sus principios. Entende-
mos tácticas como nuestros principios desarrollados en todos los órdenes de vida social, proceso éste
que constituye la Revolución Social. Todos los movimientos sociales que han pretendido cambios,
lo han intentado asumiendo el poder, demostrando que cada vez que un salvador, un partido o un
comité se ponen a legislar, heredan los mismos vicios y problemas. Por eso el insurreccionalismo
rechaza el poder. No forma partidos para conseguirlo, no apoya candidatos, no forma ejércitos ni
guerrillas a favor de ningún gobernante. Se opone a todo Sistema parlamentario, fascista o comu-
nista y no colabora con ninguno. Es su único lugar la oposición al poder. El insurreccionalismo
pretende debilitarlo concienciando a la gente de su inutilidad e inculcando la idea que se puede fun-
cionar al margen de él, para lo que crea escuelas, sindicatos, comunas, colectividades y demás grupos
que existen sin el apoyo del Estado. El insurreccionalismo no se integra en las instituciones, no se
legaliza, no participa en ayuntamientos, parlamentos, comités ni universidades, demostrando sus
ideales al funcionar organizando su propia existencia. Además, los anarquistas no tenemos lı́deres
ni funcionarios burócratas, ni pagamos a nadie para que trabaje por nosotros. Tampoco recibi-
mos subvenciones. Por tanto, desarrollamos nuestra actividad voluntariamente. Por ello nuestras
tácticas son:

La Acción Directa: Es la actuación permanente sin intermediarios. La persona se enfrenta


directamente con sus problemas, tomando las riendas de su vida sin interferencias, desarrollando
ası́ su capacidad de autodefensa, viviendo conscientemente. Estamos en contra del conformismo,
ya que impide la acción directa creando pasividad y despreocupación. No usamos los cauces que
emplea el poder, promulgamos la abstención activa electoral porque votar es un acto de irrespons-
abilidad, al dejar en manos de otres la decisión sobre los problemas fundamentales de la vida social,
y además se legitima el principio de poder. Nuestro objetivo no es conquistar el poder polı́tico, sino
destruirlo, por lo que no colaboramos con el Estado, y creemos que entrar en el Sistema implica
aceptar sus premisas. La acción directa no implica necesariamente acción violenta. De esta forma
nos defendemos de los medios que utilizan el Estado y las clases privilegiadas para impedir y neu-
tralizar nuestra rebelión. Nuestro propósito es la consecución de une equilibrio social sin Estado, y,
para conseguirlo, rechazamos cualquier imposición gubernamental, ası́ como participar en cualquier
guerra generada por el capital y el Estado. Abogamos por el desmantelamiento de las cárceles, refor-
matorios y manicomios; defendemos el derecho de que nadie gobierne nuestras vidas y la ocupación
de espacios donde podamos poner en práctica nuestros principios libertarios. Frente a las agresiones
y humillaciones a que nos somete el capital, apoyamos las luchas obreras de matiz anarcosindicalista.

La Propaganda por el Hecho: Es difundir el ideal revolucionario con nuestras acciones diarias.
Es practicar una ética revolucionaria en las relaciones de nuestra vida cotidiana en las que sea
posible, demostrando la rebeldı́a y la oposición al sistema establecido mediante nuestra conducta.
Defendemos una confrontación permanente mediante ataques a toda persona, institución o sı́mbolo

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que coarte la libertad de las personas.

La Cultura: Divulgar la Cultura insurreccionalista y revolucionaria a través de escritos, publi-


caciones y dando a conocer el arte, la literatura, la música ácratas, ası́ como fomentando los ateneos
libertarios, radios libres, centros sociales. . .

La Federación: Es la unión voluntaria en igualdad que asegura la autodeterminación. De este


modo se aúnan fuerzas y se suprimen privilegios. Negamos los paı́ses y sus fronteras y luchamos
contra todo tipo de imperialismos y colonialismos. La federación funciona de forma asamblearia,
sin jerarquı́as, de forma que nadie pueda estar por encima de nadie. Los diferentes grupos que
formen una federación son libres para unirse o separarse de ella. La forma de tomar acuerdos es por
unanimidad, no existe el voto. De esta manera, se suprime la dominación de las mayorı́as sobre las
minorı́as y viceversa. Somos conscientes de que la federación sólo entendida en un marco ideológico
libertario se convierte en una táctica para extender la lucha no sólo a la mera actuación del grupo,
ası́ como la forma de organizar las relaciones entre las células de una nueva sociedad.

NUESTRAS FINALIDADES.
Nuestra finalidad es que las ideas insurreccionalistas revolucionarias incidan en la sociedad de tal
manera que se recupere la conciencia social, ası́ como la conciencia de la clase trabajadora, que
entendemos está basada en comprender la situación de explotación en la que nos vemos sometidos
bajo el sistema actual. Esta comprensión de nuestra situación de explotados y oprimidos se ve com-
plementada con los mecanismos a aplicar para que dicha situación desaparezca y se pueda lograr
un equilibrio en las relaciones de las personas entre ellas y con el entorno. Son estos mecanismos
los principios y tácticas anarquistas.

Se puede decir, por tanto que nuestra finalidad es alcanzar una sociedad basada en la libertad,
la igualdad y la solidaridad entre las personas. Es el único modelo de organización social que nos
permite un equilibrio con la naturaleza, ası́ como un desarrollo social basado en los principios in-
surreccionalistas revolucionarios.

Manual de los disturbios.


Este documento, abierto a ser debatido y mejorado, pretende servir de guı́a elemental para activis-
tas dispuestos a defender la libertad de expresión, manifestación y rebelión.

La capucha es nuestra amiga.

En las manifestaciones la policı́a suele utilizar cámaras de vı́deo y de fotos. Graban las acciones
de los activistas para reconocerlos y ası́ tener ”pruebas” que les imputen en un futuro juicio. Otras
veces directamente graban a un bloque de manifestantes de una organización determinada como
forma de control y recogida de información. También pueden servir como prueba las imágenes
captadas por los periodistas de la prensa. Un pañuelo o una bufanda obstaculiza este accionar de

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la policı́a. Una braga militar también sirve, pero no es una prenda tan “común” y si la policı́a te
detuviera durante una manifestación o tras ella, no dudarı́a en acusarte de ”tirapiedras”. Asimismo,
en estos casos es aconsejable no llevar demasiadas ”pintas”, es decir, que por la estética se intente
pasar por ”ciudadanos corrientes”.

Los medios de comunicación del poder criminalizan la capucha justamente por su alta efectivi-
dad antirrepresiva.

Protección legal.

En algunas manifestaciones, los convocantes disponen de una ”comisión legal”. Esta comisión
la componen uno o varios abogados vinculados a la organización. En caso de que los organizadores
repartan octavillas con los teléfonos de estos abogados, no dudes en coger una. En cualquier caso
lo más recomendable es apuntarse el teléfono en el brazo u otro lugar del cuerpo por si la policı́a te
cachea y te quita lo que lleves encima o lo pierdas.

Estos abogados estarán atentos al teléfono por si hay detenidos. Para las manifestaciones en
las que no hay ”comisión legal”, y sobre todo en general para la gente joven, lo recomendable es
estar activo en alguna organización polı́tica que tenga contacto con abogados (además de que la
lucha anticapitalista, cuanto mejor organizada, más efectiva). Si te detienen, lo primero que debes
intentar es ponerte en contacto con un abogado para que desde fuera se sepa que has sido detenido
y se pueda empezar a trabajar por tu liberación.

La estrategia policial.

Una vez que los antidisturbios tienen orden de cargar, en ocasiones la lı́nea policial se abalanza
a golpes sobre los manifestantes desde un solo lado; a veces desde varios a la vez para provocar
el pánico. Si la manifestación es masiva, pueden utilizar varias lı́neas para “dividir el bloque en
partes”. Otras veces simplemente sacuden sus escudos con sus porras mientras avanzan lentamente.

Todo depende de la estrategia represiva que tengan. En la mayorı́a de los casos lo que buscan es
la ”dispersión”, es decir, que la gente corra presa del miedo y se disgregue. Aquı́ es importante man-
tener la calma y llamar a la calma (por ejemplo, con los brazos levantados) a la gente que tengamos
a nuestro alrededor. Si observamos que la distancia entre los antidisturbios y los manifestantes es
prudente, llamar a la calma hace que la gente se tranquilice y tome conciencia de que su situación
inmediata no corre peligro, pues es normal que en momentos de pánico se tienda a correr sin de-
tenerse a mirar atrás aunque la policı́a esté aún a mucha distancia. La comunicación y cooperación
en esos momentos es muy importante. También se ha de tener en cuenta que los antidisturbios
son más lentos que nosotros, por su vestuario y equipamiento. Cuánto más tiempo aguantemos sin
ceder terreno a la policı́a, más cuotas de libertad estaremos expropiando al estado; tengamos en
cuenta que las cargas policiales no suponen otra cosa que un intento de coartar nuestra libertad de
expresión. Lo que expresamos en las manifestaciones, la acumulación de fuerzas que supone, y el
mensaje que con ellas se quiere transmitir, se ven abortados salvajemente por la represión policial.
Los enfrentamientos callejeros no son sino una respuesta enfurecida a esta represión y una defensa
firme de nuestra libertad de expresión.

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Cómo frenar el avance policial.

Una vez iniciados los enfrentamientos, para aguantar la posición los diferentes grupos de mani-
festantes pueden utilizar varios métodos, [Desde Resistencia y r-Evolucion suprimimos los metodos
Violentos, dejando a continuacion solo los metodos No-Violentos]:

- Bloqueo de calles. Esto es efectivo sobre todo para obstaculizar el avance de los furgones
policiales. Puede servir cualquier cosa, cubos de basura, papeleras, vallas de obras, etc. Pero teng-
amos en cuenta que un furgón policial puede abrirse paso ante una barricada compuesta por estos
materiales ”livianos”, si se lo propone. Por eso, lo más efectivo para este caso es cruzar coches:
entre varios manifestantes (mı́nimo 4 ó 5), agarrar el coche por uno de los extremos (la parte de-
lantera o trasera), contar ”uno, dos y tres” y levantar. En cuatro o cinco veces que se repita este
proceso el coche habrá quedado en medio de una calle. Esto ralentiza el avance de los furgones de
antidisturbios y da tiempo a los manifestantes para pensar y reorganizarse.

- Descentralizar la acción. Otra de nuestras bazas es crear diferentes focos autónomos de re-
sistencia, desbordando el esquema represivo de los antidisturbios. Si nos movemos a menudo en
grupos pequeños a los helicópteros policiales les cuesta más localizar los puntos ”calientes”, lo que
entorpece la comunicación y coordinación de los agentes a pie. Esto nos da un tiempo valioso para
actuar.

-La Clasica sentada.

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