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Dile a Isis que se equivocó.

No hablas egipcio no hablas árabe y no sabes que te dijo “Pero lo que importa no es lo que
me dijo sino lo que me hizo sentir cuando le conté de ti”.

-.”Yo como Isis estoy dispuesta a buscar y juntar todos tus fragmentos para restaurar tu
integridad”; Declaración poderosa que hizo ella ante la lealtad y dedicación que tenía hacia
él.

Si voy más profundo en esta metáfora encuentro un sentimiento de amor sincero y


compromiso de esa mujer que estaba dispuesta a superar obstáculos y explorar todas las
facetas de su vínculo, wow! pero qué expresión tan poética de su disposición a invertir
tiempo y esfuerzo para comprender y nutrir lo que ella creía que era una conexión que
compartía con ese hombre a quien consideraba especial.

Y solo un día desapareció, sí solo así, la llama que se había encendido dentro de ella la
apagó con un soplo con cara de torbellino. Pero es de reconocer que fueron muy valientes,
caray!, que valientes fueron los dos al dejar ver la parte más vulnerable de cada uno, que
valientes fueron de entregar sus cuerpos haciéndose uno, que valientes fueron al
entregarse el alma fundidos en deseo, que valientes fueron al dormir abrazados toda la
noche y despertar mirando esa maravilla de persona que estaba a su lado, que valientes
fueron al experimentar lo que nadie se había atrevido, que valiente fuiste mujer de llenar sus
venas de ti, que valiente fuiste hombre de pedir y beber todo su elixir, que valiente hombre
de poner sus pies en tu cara y ser pisado, que valiente mujer al insultar a quien amas para
cumplir su deseo, que valiente hombre al confesar que no la amabas ni pretendías hacerlo,
que valiente mujer de verlo de frente y contener el dolor que sabías que esto te provocaría,
que valiente hombre al dejarle saber que existe cabida para alguien más, que valiente
mujer de amar y dejar ese espacio quizá para alguien más, que valientes de verse de frente
y poder hablar, que valientes de poderse abrazar y besar, que valientes de entregarse una
vez más, que valientes de no despertar juntos tal vez nunca más.

Me eriza la piel imaginar esos momentos que quizá nunca nadie más les va a dar, si hubiera
tenido la fortuna de admirarlos con el fuego encendido, hubiera fotografiado en mi mente
aquella luz que irradiaban cada vez que conectaban. Esos rostros extasiados, plenos y
sinceros. Que cosa!!!.

Pero esta historia que podría ser muy alentadora era parte de una ilusión que solo se
guarda en la memoria, esta historia olía a miedo, él de ser amado y amar y ella de amar y
no ser amada, se sabía desde el principio, es real que hay algo, se quieren y una conexión
inexplicable difícil de entender, quizá se habían cruzado en otro tiempo, quizá hasta en otra
vida y en esta se tenían que encontrar para descubrir algo, ¿que? no lo sé y quizá ellos
tampoco.

Solo era sexo, dijo él, solo eran ganas de amar dijo ella, ambos tuvieron lo que deseaban, el
entregó el cuerpo y ella sintio amar, la perfecta dualidad.
Somos instantes… fue un aviso de que todo terminaría, menos el amor, pues dos almas que
se conectaron en un nivel divino no se sueltan sin sentido, pero un final siempre viene
acompañado de un inicio.

Hombre te admiro por preferir la soledad, mujer te enaltezco por entender al hombre que te
da felicidad.

No aceptes a nadie que no te bese los pies, nunca aceptes menos, le decía él, que difícil se
lo puso pues el único ser en el mundo que se lo ha pedido era el.

Que dolor tan contenido puedo oler, que felicidad tan desbordada puedo ver, si yo fuera
ellos guardaría esto en un lugar que nadie nunca pudiera tocar, lo que fue, lo que es y lo
que nunca será les pertenece solo a ese par.

Los dos se entregaron lo mejor de su ser, eso es lo valioso de este encuentro, que linda
historia armada de momentos pero, NADA, dura para siempre y ellos son nada; en su
plática ella dijo ve prueba y luego regresas y él en un abrazo le pidió que se lo repitiera en el
oido, ”Dime algo, -¿Que quieres que te diga?- Dime, date partete tu madre y luego
regresas” ella se lo susurró y rieron, una vez más se robaron una sonrisa, ¡Que lenguaje tan
coloquial!.

Pero no fue el final, él podrá mentir, pero sus cuerpos no mienten y terminaron fundidos
nuevamente con el cuerpo, el alma y las bocas entrelazados, entregando quizá y solo quizá
por última vez todo su ser, él llenó sus pulmones de su olor que solía ser su oxígeno y su
boca con su sabor que solía ser su elixir, entre besos y dentro de ella le dijo, mi amor, soy
lo mejor de tu vida y ella repitió soy lo mejor de tu vida, eres lo mejor de mi vida…

…Y ahora dime, cómo le dirá a Isis que se equivocó.

Karla Patricia Arceo.

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