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Trabajo Práctico:

El kirchnerismo (2003-2015)

Experiencia de vida

Alumnos: Adan, D. E.

Engels, G. A.

Profesor: Rivarola, Mónica

Materia: Sociología

Universidad: Universidad de Buenos Aires (Ciclo Básico Común)

Ciudad: Buenos Aires


Fecha: martes 3 de julio de 2018

Experiencia de vida

Última dictadura militar

Habiendo nacido a fines de 1972 es poco lo que recuerdo de la última dictadura


militar. Por supuesto me acuerdo del Mundial 1978, pero lógicamente la parte
deportiva y la de los festejos. El primer recuerdo de esa Copa del Mundo es una
reunión en mi casa con toda la familia, padres, abuelos y bisabuelos, mirando un
partido de Argentina, todos frente a la televisión blanco y negro festejando el gol del
empate, con el recuerdo de la frase de uno de mis abuelos “al menos empatamos” y
luego el gol de la victoria que años después supe que se trató del partido contra
Francia. De la Final los festejos los tengo presentes, el festejo en la puerta de mi
casa con el embotellamiento de coches, mi tío que pasó por la puerta de mi casa en
ese tráfico, me acuerdo que me subí al coche y fuimos a dar una vuelta mientras
festejábamos el campeonato obtenido. Años después me fui enterando lo que
pasaba mientras millones de argentinos festejábamos.
Políticamente lo que recuerdo de esa época, más allá de las cadenas nacionales que
interrumpían la programación, es la Guerra de Malvinas. Los “comunicados” que se
daban cada noche y que traían casi siempre “buenas noticias”. Por eso cada vez que
daban las noticias de lo que había pasado en el día se festejaba en familia, parecía
que nos daban noticias de un juego y que estábamos ganando.

Años después mi papá me contó que cada día que daba vuelta a la esquina para
llegar a casa deseaba que hubiese en la puerta un vehículo militar buscando
voluntarios para ir a combatir a Malvinas. Era tal la propaganda de aquella época
que no solo se festejaban las noticias sino que hasta había personas que querían ir a
la guerra.

En la escuela yo estaba en 4º grado, en esa época, todos formados en el patio y


frente a la bandera, se cantaba la marcha a las Malvinas, también se hablaba en
clase de porqué las islas eran argentinas, tanto histórica como geográficamente, y
también lo que se hizo en todas las escuelas: escribir cartas y armar cajas con
alimentos dulces para los soldados.

Comencé el jardín de infantes en 1977 a los 4 años, en la escuela Nº 9 de Quilmes y


a partir del año siguiente, preescolar, pasé al Normal de Quilmes, ambas escuelas
públicas. La cercanía, la buena calidad de enseñanza, y la economía de mi casa en la
que se hacía muy difícil pagar una escuela privada, formaron el combo para que
fuera a una escuela estatal. Ahí estuve hasta 7º grado en que terminé la primaria.

La exigencia en esa escuela era muy rigurosa, no solo la parte educativa sino la parte
de la disciplina y de la uniformidad. Teníamos que ir todos de camisa y corbata
debajo del guardapolvo y pantalones azules, mientras los días que teníamos
gimnasia teníamos que ir con jogging completamente azul (ni una ni tres tiras,
completamente azul) y la remera blanca con el escudo de la escuela que poseía las
iniciales “ENdQ” (Escuela Normal de Quilmes), que a partir de 7º grado pasó a ser
“Nacional” y por lo eso se agregó una “N” adicional a las siglas, ese año muchos
tenían la remera con la nueva sigla, mientras que otros teníamos la vieja remera,
ese año no se exigió tener la nueva remera ya que el cambio fue a mitad de año,
pero muchos que podían comprar una nueva remera la tenían, yo tuve todo el año
la misma de una sola “N”.

También recuerdo que tanto a la hora de entrar como a la hora de salir nos hacían
formar firmes y por orden de altura y una vez formados cada maestra pasaba por al
lado de cada uno controlando que tuviéramos todos los botones del guardapolvo,
que la corbata estuviera derecha, que el pelo no estuviera muy largo (en el caso de
los varones) y que lógicamente cada uno estuviera en su lugar y en silencio.

Escuela secundaria

Ya en la escuela secundaria, que la hice en la Escuela Nacional y Comercial


Independencia del Perú (ENCIP), escuela también estatal, en la cual ingresé en 1986,
las cosas comenzaron a ser un poco diferentes, más allá del guardapolvo teníamos
libertad de ropa, de usar el pelo largo aunque seguía alguna exigencia como que
cuando un profesor ingresaba al aula nos teníamos que poner de pie junto al banco
y al “buenas tardes alumnos” del profesor debía seguir a coro un “buenas tardes
profesor”, la ceremonia terminaba con nuestro profesor que decía “pueden tomar
asiento”. Siempre había también un profesor que miraba que ningún alumno se
haya quedado sentado.

Tanto en la secundaria como en la primaria aún existía ir a firmar el cuaderno de


disciplina o, peor aún, las amonestaciones, que por cada “falta” cometida tenía una
pena de X amonestaciones, sin poder llegar a las 25 ya que eso significaba que te
expulsaban de la escuela. En muchos caso si la última “falta” hacía que algún
alumno llegaba o superara las 25 amonestaciones podían llegar a regular esas
últimas amonestaciones para que llegara solo a 24 y de esa manera no expulsar al
alumno y por el contrario hacer lo que se llamaba “dar el pase a otra escuela”, es
decir, se lo echaba pero podía ingresar en otra escuela sin el “sello” de “expulsado”.
También durante un tiempo en la escuela secundaria se impuso un “Código de
convivencia” que fue más un proyecto o una amenaza para controlar la disciplina de
los alumnos ya que ese “reglamento” lo íbamos a tener que respetar a rajatabla
nunca llegó a nuestras manos.

“El menemato”

El menemato lo comencé en 4º año de la escuela secundaria, tanto mi familia como


yo queríamos que ganara Angeloz, pero en la primera etapa de gobierno, en mi caso
en particular, como que me empezó a caer bien Menem. Ese acercamiento que
buscaba en el pueblo, jugando partidos de básquet, fútbol, tenis, etc., me hacían ver
a un presidente distinto que, ahora viéndolo a la distancia, quería mostrar que él era
como “uno”, ya que salía del formalismo que habían dado los anteriores
presidentes, él se calzaba los cortos como yo y salía a hacer los mismos deportes
que podía hacer yo. Pronto mi imagen hacia él cambiaría y comencé a darme
cuenta que lo único que hacía era una puesta en escena.

1991 fue un año en el que estuve frenado tanto laboral como educativamente ya
que en aquél entonces estaba el servicio militar obligatorio. El año anterior me
habían sorteado y cuando escuché por la radio que me había tocado el número 845
supe que no tenía opción de zafar. Al final no lo tuve que hacer ya que mis padres
estaban separados y yo vivía con mi mamá y mi hermano menor de edad. En aquel
entonces se consideraba que el trabajo de un hijo de 18 años valía más que el de
una madre de más de 40 años, por tal razón, y aunque el trabajo que realizaba era
en negro, servía para no hacer el servicio militar por estar al frente de la familia
según el criterio de ellos.

Sin esta traba, en 1992 retomé mis estudios. Por única vez en mi vida estudié en un
instituto privado, el Instituto Superior Mariano Moreno (ISMM). Fueron tres años,
estudié Análisis de Sistema. Nunca ejercí, principalmente por dos razones, el último
año me resultó por demás aburrido y desanimado para continuar, por lo que
terminé el año solo para tener el título. Por otro lado en el trabajo me iba bastante
bien, por lo que no me veía en la obligación de cambiar de trabajo.

Económicamente durante esta época estuve bien (normal), obviamente, porque


tuve la suerte de estar del lado de los que tenían trabajo, por eso ganaba plata,
gastaba y hasta podía guardar. La gente que tenía trabajo también gastaba, la
empresa en donde trabajaba (y trabajo actualmente) fue comprada por españoles,
mejoró la calidad de sus productos (libros) y al ofrecer un mejor servicio (libros en
tapa dura, cosidos y con sobrecubierta y muchos títulos exclusivos, que venían de
España) competíamos con ventaja con los libros de formato de tapa flexible, más
aún que nuestros libros los podíamos vender más baratos que estos últimos.

En esa época los dólares circulaban como si fueran pesos, todo el mundo tenía
dólares y era común que una persona me pagara con un billete de US$100 como si
fuera un billete de $100, en la calle circulaban tanto pesos como dólares
indistintamente y, aunque hoy suene extraño, así como una persona recibía un
billete de moneda estadounidense fácilmente, también se desprendía de ese billete
como si nada. Uno usaba las dos monedas como si fueran la misma.

La etapa de transición con de la Rúa

El período de de la Rúa en un principio no mostró cambios con respecto a la parte


económica en la que había quedado el país después de Menem. Pero en solo 2 años
todo cambió. Los días de diciembre de 2001 fueron esos en los que si uno no los
vive no llega a tomar consciencia de lo que pasó. Diciembre ya había comenzado
con “el corralito”, yo tenía un mínimo plazo fijo en el banco, que si bien era mínimo
para mí era mucho, y sobre todo era mío. Realmente no entendía eso de que el
banco no me iba a devolver el dinero, el 3 de diciembre fui a renovarlo por tres
meses como lo hacía siempre y ese día, si no lo recuerdo mal, fue el último día en el
cual existieron las renovaciones. Igual no entendía bien lo que estaba pasando, ese
dinero te decían que te lo iban a devolver pero no sabían cuándo, solo te dejaban
extraer de la caja de ahorros $250 por semana, y no más, recuerdo que una vez “nos
permitieron” sacar $500 en una misma semana, pero se aclaraba que eso era por
única vez, y todo esto a pesar que era nuestro dinero.

Previo a todo esto se dio una situación rara, un producto aumentaba una o dos
veces en el mismo día, o sea que un litro de leche que, para poner importes actuales
y que se entienda mejor, a la mañana valía $25, al mediodía valía $40 y a la tarde ya
estaba $60, los sueldos no solo se desvalorizaban en el transcurso del mes, sino que
en el transcurso del día.

En diciembre aparecieron los saqueos a los supermercados, un recuerdo similar al


que viví en 1985, pero ahora como trabajador. El 19 de diciembre de 2001 todo
comenzó a colapsar, por la noche de la Rúa declaró el estado de sitio y fue para
peor, la gente comenzó a salir a las calles en forma instantánea todo pasó a ser
miedo e incertidumbre total. Por la televisión veía que se decía que además de
negocios estaban saqueando casas, al día siguiente me llamaron del trabajo y me
dijeron que no salga, que me quede en mi casa, esos días no se trabajó, no se salía ni
a comprar ya que muchos comercios cerraban y además si vendían productos ya no
sabían qué precio iba a estar cuando los debían reponer. Fueron días en que el país
estuvo parado. Recuerdo que era prácticamente todo el día mirar la televisión y ver
todo lo que estaba pasando en Plaza de Mayo. La renuncia de de la Rúa comenzó a
calmar las cosas, pero era un poco tarde. 30 civiles habían muerto violentamente.

“El kirchnerismo”

Ya con 30 años de edad y después de haber sufrido la crisis de 2001 la llegada de


Néstor en 2003 marcó una nueva estabilidad económica y nuevamente la
posibilidad de retomar aquella etapa de poder juntar plata. Cinco años después de
la llegada de este gobierno, ya con Cristina, con mi mujer pudimos comprarnos la
casa y de esta manera dejar de pagar alquiler. El dinero de ese alquiler más otra
parte servía también para pagar en cuotas la última parte de la casa que nos quedó
pendiente al momento de comprarla.

Recuerdo el día de la muerte de Néstor, recuerdo el momento en el que me enteré.


Estaba leyendo un libro de Julio Verne mientras esperaba al censista y en ese
momento me llamó mi suegro y me dio la noticia. No lo podía creer ya que era una
noticia inesperada, encendí la tele y vi que todos los canales de televisión,
lógicamente, estaban con el tema. Mi mujer, que estaba haciendo el censo, me
llamó unos minutos después que mi suegro ya que se había enterado en una de las
casas. Me acuerdo que hubo gente que le decía “para qué seguís con eso si ya no
sirve para nada”. Ese día recuerdo que había gente que festejaba, muchos decían
que en Capital algunos comenzaron a tocar bocina festejando. Recuerdo el funeral y
las cosas que se decían, como que el ataúd estaba vacío, que era más corto que la
altura que tenía Néstor. También que esto debilitaría al kirchnerismo y que era muy
probable que Cristina no fuera a estar fuerte para una reelección.

Así como en la primera etapa económicamente estaba bien, la última etapa de estos
doce años no era igual, ya costaba más ganar dinero, no rendía tanto como antes,
pero al mismo tiempo liberados de alquiler y con la casa ya paga pudimos hacer
nuestros primeros viajes a lugares que estaban más allá de los 330 kilómetros, que
es la distancia entre Quilmes y Santa Teresita.

En 2008 comencé a estudiar italiano por mi cuenta (diez años antes también había
estudiado por mi cuenta inglés ya que en la secundaria había tenido francés). Nunca
me había interesado antes estudiar esa lengua, pero de pronto me enganché con
cursos que me bajaba de internet. Tiempo después me di cuenta que ya necesitaba
un profesor así que para 2012 me inscribí en la Universidad Nacional de Quilmes
(UNQ) y el primer día de clases supe que también me podía inscribir para Inglés, de
esta lengua hice los primeros tres años, mientras que de italiano hice los 4 años
regulares y posteriormente pasé al Taller de Lengua, Comunicación y Cultura que es
el nivel superior, y en el cual hoy en día aún sigo cursando.
Entre tantos hechos importantes de esta etapa recuerdo lo del matrimonio
igualitario, muy dividido estaba todo, yo estaba a favor pero muchos amigos y
conocidos de mi edad no lo aceptaban. Me acuerdo que la noche en que se estaba
tratando esta ley parecía que no iba a salir, sin embargo cuando me levanté a la
mañana del día siguiente, encendí la televisión y lo primero que escuché fue ¡que se
había aprobado! Una anécdota que me quedó fue de una señora conocida, era una
persona mayor que ya falleció, pero me dijo que a ella no le gustaba esto de las
personas que están con otras personas del mismo sexo, pero que “ahora estaba de
moda”, lo dijo como que antes no existía y que era algo nuevo.

Etapa actual

En 2017 además de italiano, hice primer año de Alemán. Este año viendo la
situación del país, y recordando que mi papá a los 40 años se quedó sin trabajo y
nunca se llegó a reinsertar en el sistema laboral hasta que falleció, decidí inscribirme
en la en la Universidad de Buenos Aires (UBA) para aprovechar los conocimientos de
italiano que tengo y comenzar la carrera de Traductor Público.
“El kirchnerismo” Entrevista 1

“G”, mujer, 42 años

Lo que me acuerdo después de la debacle del 2001, que fue terrible, era como que
podía pasar cualquier cosa. Me acuerdo de las elecciones, que las ganó por muy
poco Kirchner, creo que por un 22% las ganó, y que “Méndez” se bajó y que dijo,
refiriéndose a Néstor “que él se quede con el 22% yo me quedo con el pueblo”.
Después fue muy estable todo, seguí trabajando como vendedora de libros hasta el
2005, y me quedé sin trabajo, pero por una cuestión personal y me puse a trabajar
en un jardín ese mismo año, en ese momento me acuerdo que era muy bajo el
sueldo docente, en marzo del 2005 cuando yo empecé, pero luego pegó un salto
impresionante a partir de las vacaciones de invierno, me acuerdo que de $450, que
era el mínimo, pasó a $750. Como yo no estaba recibida yo trabajaba como
administrativa, pero mis compañeras, que sí eran docentes, habían tenido un salto
muy grande en el sueldo, la verdad que bastante.
En el 2006, me fui a vivir a un departamento trabajando como niñera. Con dos
sueldos que entraban a la casa pagábamos un departamento de cuatro ambientes,
porque yo estaba con mi mamá, me acuerdo que trabajaba de niñera por $2,60 la
hora. Después me anoté para empezar la carrera en un instituto de formación
docente, el Normal de Quilmes, estatal, mientras hacía la carrera empecé a trabajar
en otro jardín de infantes privado, en 2008, la verdad es que estaba bastante
estable y ahí el sueldo docente había pasado a más de $1000, alquilaba, ya con mi
actual esposo, podía ahorrar, otra vez trabajé de niñera porque no tenía el título
todavía, me habían puesto en blanco y nos pudimos comprar la casa ese mismo año
y durante el 2009 y 2010 seguíamos pagando la plata que habíamos pedido prestada
para completar la compra de la casa. Vuelvo a acordarme del 2007, viviendo con mi
mamá, que estaba muy contenta porque estaba el proyecto del Procrear, había ido
a averiguar, después por cosas de la vida mi mamá se terminó comprando una casa
unos años después, pero sin el Procrear, pero ya había averiguado en esa época.
Además mi mamá empezó los trámites jubilatorios de ama de casa y obtuvo la
jubilación dos años después.

En 2010 hice el censo, el mismo día en que murió Kirchner, me acuerdo de haber ido
a Villa la Florida, en Quilmes, espectacular, la gente nos recibía maravillosamente,
habíamos hecho previamente un curso en una escuela técnica del estado, los
capacitadores hicieron un muy buen trabajo. Muy fácil era la verdad lo que
teníamos que hacer, nos tocaba una manzana a cada una, éramos cuatro chicas,
docentes todas de ese jardín en el que trabajé siendo estudiante y al cual volví
después de recibirme. Y mientras estaba haciendo el censo todo el mundo empezó
a salir, había una agitación que no se sabía lo que pasaba, la verdad que como yo iba
concentrada en lo que tenía que hacer, anotando los números, no entendía muy
bien lo que pasaba, pero toda la gente empezó a poner la radio fuerte, la tele a todo
volumen, era un muy lindo día, no hacía frío, y de pronto me paró un señor y me
dijo “disculpame, ¿vos estás haciendo el censo? porque no sé si se sigue haciendo”,
y le digo “¿por qué”, “acaba de morir Néstor Kirchner”, y yo no le creí, seguí
caminando, pero de pronto vi en todas las casas que me decían “fijate, preguntá”,
mandé un mensaje a mi coordinadora que estaba en la escuela, y justo me llega un
mensaje que decía “directiva a los censistas, el censo se continuará realizando
normalmente”, y en cada casa que entraba puesto un noticiero, TN, Crónica... sobre
la muerte de Kirchner no lo podía creer, mi papá me mandaba mensajes, mi mamá,
me decían “tené cuidado”, la verdad es que no sentí miedo ni nada especial, la
gente estaba muy consternada, como que yo no caía, no sabía que había pasado.
Cuando termino el censo ya eran como las 10 de la noche y ahí empiezo a escuchar
bocinazos, como si fuera un gol de un mundial, y era gente que estaba festejando,
me enteré por Facebook de gente que estaba contenta, de gente que había salido a
tocar bocina. Terminó el censo de manera normal, entregué lo que había hecho.

Me acuerdo también que en la época de Cristina les daban a los estudiantes las
computadoras. A dos hijas de mis primas les dieron las netbook y gracias a eso
pudieron terminar la secundaria. Cosa que mis primos no reconocen y siempre se
quejan de que “a los negros les dan todo en bandeja y no saben lo que es laburar.”

Ese año fue el del bicentenario, y fuimos con mi marido a la Plaza de Mayo que
estaba llena de gente, pero no solo era la Plaza de Mayo, era todo, eran todos los
alrededores, y en TN después me enteré que un periodista dijo que el tránsito
estaba colapsado y que dijo “evite por cualquier medio venir a capital” y me
acuerdo que después Débora Pérez Volpin le dijo “pero el bicentenario se da cada
200 años”, como diciendo “dejate de joder y no digas pelotudeces”, Guillermo Lobo
era ese periodista, quiso ese día convertirse en el “empleado del mes”, y me
acuerdo de haber ido con el 22, y que ya desde la avenida Belgrano no se podía
ingresar al microcentro, o sea que el 22 que va por avenida Belgrano hasta el bajo y
después engancha por Casa Rosada no lo pudo hacer, se tuvo que ir hasta Madero y
enganchar por Madero, iba a 2 por hora, nos bajamos obviamente mucho antes
porque ya no se podía ingresar y fuimos caminando por Madero hasta la Plaza, pero
eran cuadras y cuadras y por donde nosotros íbamos no había cartel de nada, era
gente-gente-gente. Cero bandera política, era gente acercándose a la Plaza de
Mayo, familias, no era el famoso “van por un choripán”, nada, cero, éramos gente
que nos bajábamos de los colectivos, de los autos, les dejaban estacionados por ahí,
lejos de la Plaza. Lo lindo fue que recordé cosas de mi infancia, de que el ejército,
siempre nos contaban las maestras que el ejército salía a dar chocolatada en la Plaza
de Mayo y ese 2010 sí lo viví, el ejército en la calle pero no para reprimir, el ejército
dando chocolatada y churros en la calle de la Catedral, justo estaban en la puerta de
la Catedral, fue muy emocionante. También vimos a “Fuerza Bruta” que estaban en
ese momento, un espectáculo muy lindo. Sin violencia, sin nada. Después sí llegó
una multitud muy grande, creo que de los camioneros, que ellos sí estaban vestidos
todos con chaquetas verdes, y ahí sí tuvimos que apartarnos porque los demás eran
familias, y cuando tocó Fito Páez toda esa multitud que venía enarbolando
banderas, se pusieron adelante, no hubo ningún incidente ni nada. De hecho yo no
vi policías identificados, lo único era el ejército que tenía la ropa de fajina
obviamente.

Lo que más tristeza me da es que Cristina Fernández fue mucho más bastardeada y
vapuleada por ser mujer que por sus decisiones políticas, la “guacha”, la “yegua”,
“kretina”... hasta circulaban versiones de que había matado al marido, de que en el
ataúd no estaba Néstor, de que se alió con los iraníes y los venezolanos para crear el
“eje del mal” y por eso mató a Nisman y tantas fábulas como personas hay en el
mundo. Recuerdo las tapas infames de “Noticias”, la tapa de ella teniendo un
orgasmo... Y si ahora le decís “gato” al muñeco de turno estás insultando a la
investidura presidencial... ¡haceme el favor!

Hacían siempre chistes sobre cómo hablaba Néstor... ¿eshtash nerviosho Clarín? y
¡para no estarlo! Recuerdo todas las idas y vueltas con los hijos de la Noble, con
Magnetto por papel prensa. ¡Cómo olvidar al golpista Lanata! Alguna vez le creí a
ese lobista... pero me curé, por suerte.

Cuando fue lo de Cobos lo de “mi voto no es positivo”, el paro del campo, justo ese
día fui a Capital y me enfermé de bronca cuando una rubia tarada llena de joyas
frenó al colectivo 60 con una pancarta y le gritaba al chofer ¡¡tocá bocina boludo!!
¡¡tocá!!! Me acuerdo de que el colectivero ni la miró y esperó a que la señora se
moviera para poder seguir.

En cierto momento, precisamente para el Mundial 2010, canal 13 y TN nos hartaron.


De casualidad me comentan en el trabajo sobre un programa, 6-7-8. Nunca me voy
a olvidar de todo lo que vi ahí... lo mismo de ahora pero con otros actores y en otros
canales. Conclusión, son todos iguales. No me asusta más nada. Desde 2012 decidí
no ver más noticieros, ni leer revistas ni diarios. Vivo muy feliz y sin preocupaciones
dentro de mi frasco.

“El kirchnerismo” Entrevista 2

“A”, hombre, 41 años

Durante esta etapa estuve trabajando los 12 años por mi cuenta, de electricista,
como lo vengo haciendo desde siempre. En 2007 me fui a vivir con mi novia, al año
siguiente nació mi primer hijo y por una herencia que tuve compramos una casa. El
día de la mudanza fue un descontrol, teníamos que dejar el departamento un
sábado y ese día todavía no estaban terminados muchos arreglos que hubo que
hacer en la casa, mi hijo tenía tres meses y mi esposa (ya me había casado) estaba
como loca. Me acuerdo que hablé con mi primo, le dije si podíamos ir a la casa, si
me podía aguantar ese fin de semana ya que entre tantas cosas no teníamos agua y
no quería que “E” (menciona el nombre de su esposa) se ponga más nerviosa, le dije
lo que faltaba hacer, menos que no había agua porque, encima, ni sabíamos por
qué. Mi primo no tuvo problemas, igual por suerte en el transcurso de la tarde el
problema del agua y de otras cosas importantes se solucionó así que ese mismo día
pudimos dormir en la casa. Bueno, después nació “B”, ya me había casado en 2008
antes de que naciera “F”.

De política la verdad no sé mucho, yo opino muchas veces por lo que escucho por lo
que me dice alguien que sabe. Me acuerdo que cuando ganó Néstor lo vi aparecer
con los dedos con la “V” que siempre hacían los del partido peronista y noté que era
una combinación de eso con la “V” del Frente para la Victoria. Igual por ahí los
peronistas también hacían eso para decir “victoria”, se me ocurre ahora.
De Néstor y Cristina siempre estuvimos en contra, mirá, nunca los votamos, después
queríamos que gane Macri en el 2015 pero si querés que te diga la verdad, ahora me
doy cuenta que en esa época estábamos mejor que ahora. Ya sabés que “E” sigue
estando en contra del todo lo que fue el kirchnerismo, pero el que trabaja soy yo, el
que trae la plata también soy yo y me doy cuenta que trabajo más pero me alcanza
menos. Por suerte el trabajo nunca me faltó, pero antes me daba el lujo de no
trabajar los sábados, en un momento, incluso, dejé de trabajar los viernes a la tarde
para que me rinda más el fin de semana. Ahora si me llaman un domingo termino
yendo porque le cobro lo que se llama “urgencia”, es como una urgencia médica,
pero de electricidad, y le cobrás el doble o el triple, pero bueno, por ahí es una
estupidez lo que tenés que arreglar y te llevás una moneda.

A mis dos hijos los llevé a una escuela privada desde jardín, principalmente para
asegurarme que, si no quería estudiar otra cosa hasta la secundaria, no voy a tener
problemas con eso de buscar otra escuela cuando terminen la primaria y todo eso.
Hasta que cumplan los 18 años me quedo tranquilo, si es que la puedo seguir
pagando (risas).

Cuando murió Néstor yo estaba en Buenos Aires (capital), justo iba por una avenida
y empecé a escuchar bocinas, no entendía nada, en una vi a un taxista que estaba
parado en el semáforo de la mano contraria, parecía que estaba como cantando una
canción de cancha con un brazo afuera que lo agitaba mientras manejaba,
arrancamos al mismo tiempo, es decir yo hacia el lado de él por un carril y él por el
otro hacia mí y cuando pasó justo por al lado mío escuché que cantaba “se murió, se
murió...”, ahí encendí la radio y lo primero, lo primero que escucho fue la frase “la
muerte de Néstor Kirchner”, pero lo primero. Después cuando llegué, en mi casa se
vivía como un clima raro, no estábamos contentos, pero había una consternación,
me acuerdo que durante esas horas desde que me enteré hasta que llegué a mi casa
solo hablé, con el celular, con “E” para preguntarle si se había enterado, no había
whatsapp como ahora, o no tenía, no me acuerdo en este momento, estaban los
mensajes de texto pero uno no estaba escribiendo todo el tiempo ni había grupos
como ahora que te enterás de todo en el momento.
Lo del campo lo festejamos, me acuerdo de la cara de Cristina aplaudiendo, era para
estar en contra del gobierno solamente, pero la cara me la acuerdo. Al bicentenario
fuimos los cuatro, estuvo lleno de gente, incluso la 9 de julio estaba llena, se vivió un
día de mucho patriotismo, cuando llegamos a la Plaza de Mayo, completamente
llena de gente, miré hacia el cabildo y me imaginaba que 200 años antes,
exactamente en ese mismo momento, también había mucha gente ahí, creo que ese
fue el momento de más emoción que viví de lo que es Argentina, ya que como no
me gusta el fútbol ni siquiera festejo los partidos, igual hace 40 años que no ganan
nada, así que ni oportunidad para festejar hubiera tenido (risas).

LISTADO DE ALGUNAS IMÁGENES


* Los “cabecitas negras”, los “gorilas” y el “peronchuelo”.

* Evita en el balcón de la Casa Rosada.

* Culto detrás de la imagen de Evita.

* Fuerzas Armadas bombardeando al pueblo (1955).

* Vuelta a vuelta faltaba uno que no volvía más.

* Festejos tras ganar un Mundial mientras reprimían y desaparecían a personas


desde el gobierno.

* Alfonsín desde el balcón de la Rosada: "la casa está en orden" el domingo de


Pascuas tras el levantamiento carapintada.

* Ejército dando chocolate caliente en el Bicentenario.

* La "yegua", la "guacha", la "kretina".

* Funeral de Néstor con un cajón "chico" para su tamaño y a cajón cerrado.

* A los "negros" les regalan computadoras.

* La "V" de la victoria con los dedos de las manos.

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