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A través del sonido puedes deducir mucho sobre lo que está ocurriendo. Por
ejemplo, si escuchas un sonido bajito y sin muchas frecuencias altas, con una
envolvente de volumen poco definida (veremos estos términos a lo largo del
libro) tu cerebro lo va a interpretar como un sonido lejano. Y seguramente,
en el mundo real, no en el de la música, la fuente de ese sonido sí esté
alejada de ti.
Sin embargo, un sonido con muchas frecuencias medias y altas, del cual
puedes percibir cada detalle, se percibirá como cercano.
Piénsalo. ¿Valdría para algo un oído que solo percibe el volumen del sonido y
no su timbre? ¿cómo diferenciaríamos así el sonido de las olas rompiendo en
la playa, del sonido de un león rugiendo hacia nosotros?
¿Nos serviría para sobrevivir un oído que percibe muy bien el timbre de las
cosas pero que escucha todo al mismo volumen? ¿Cómo sabría decidir
cuánto de cerca está el motor de ese coche?
Estas tres capacidades del oído (volumen, izquierda/derecha, y frecuencias)
se combinan entre sí para darnos todo tipo de sonidos, en todo tipo de
situaciones.
Percibes que el sonido del coche es cada vez menos intenso, tu cerebro lo
interpreta como que se está alejando.
¿Ves cómo con sólo tres atributos puedes dar un montón de información?
Esta es la magia de entender cómo funciona el oído. Ahora puedes jugar
mucho más en profundidad con él. Es como haber estado pintando con
blanco y negro toda la vida, y de repente descubres las pinturas de colores.
Los tres atributos que el oído no puede percibir no son las tres dimensiones.
Una cosa es lo que pasa afuera, y otra muy diferente lo que ocurre adentro.
Tu cerebro tiene que crear un escenario real, que puedas entender, de lo
que está ocurriendo fuera de ti.
Digamos que las dimensiones son las interpretaciones “imaginarias” de tu
cerebro, de las cosas físicas “reales” que ocurren afuera.
También eres capaz de decir que se va de un lado hacia otro, y tienes una
imagen concreta de “cuánto ocupa” en el espacio. Es como si tuvieras un
anillo a tu alrededor. El sonido puede ocupar mucho del anillo o muy poco,
como sólo un punto. Puede estar en el frente, puede estar detrás, puede
estar a la izquierda o a la derecha. Puede ocupar todo el espacio de la
derecha, o puede ser un sonido muy puntual en la izquierda. No es lo mismo
escuchar a un crucero surcar los mares por la derecha, que tener a una mosca
por la izquierda. A esta dimensión la llamaremos a partir de ahora
PANORÁMICA.
Entremos en la chicha del asunto. Estás a punto de aprender para qué sirve
cada uno de los plugins que tienes en tu DAW. Luego te toca a ti saber en
qué momento utilizar cada uno. Con la práctica irás encontrando el momento
y el lugar para todos.
EL FADER DE VOLUMEN.
No es un plugin como tal, viene con todos los DAWs. Sirve para subir y bajar
el volumen, pero entendámoslo mejor en términos de las tres dimensiones
del sonido. Estás jugando directamente con la profundidad del sonido.
Cuanto más bajes el sonido, más lejano se va a percibir. Si lo subes el cerebro
lo interpretará más cerca.
¿Por qué lo han hecho así? ¿Qué transmite de esa manera? ¿Podría mi
canción sonar exactamente igual, o debería hacer mi propia versión del
equilibro de volúmenes adaptándolo a mi tema? Preguntas que, sólo
respondiéndolas antes de hacer ningún balance, te estarán dando la clave
para hacerlo bien.
Piensa en las veces que en la vida real has escuchado sonidos sub-bajos.
Suelen estar relacionados con acontecimientos extraños y muy poderosos,
inmensos y muchas veces peligrosos y amenazadores. Terremotos,
erupciones volcánicas, explosiones, objetos pesados chocando con el suelo,
colisiones, avalanchas, conglomeraciones de animales en movimiento…
Aquí suele encontrarse la presencia del kick, el 808, y el sonido de bajo (el
instrumento). También puedes encontrar que aumentando el volumen de
este rango de frecuencias en la voz le darás cuerpo y potencia.
Un ejercicio que puedes hacer para descubrir las propiedades de cada rango
de frecuencias es hacer ecualizaciones extremas en cada rango (tanto
aumentar como disminuir su volumen) y escuchar atentamente qué sensación
te da el sonido después del cambio. Poco a poco vete disminuyendo esos
cambios hasta que notes la más ligera modificación.
MEDIOS-GRAVES (150 Hz – 500 Hz).
Lo más característico de este rango es que puede embarrar o ensuciar el
sonido. A veces echaremos mano de este rango para hacer que nuestros
sonidos se noten más “gamberros”, o quitaremos de esta zona para limpiar y
hacer al sonido más “elegante”.
Esto ocurre porque los 300 Hz es un rango donde muchos sonidos coexisten.
La voz, el bajo, el kick, guitarra, piano... y casi todos los sonidos tienen 300
Hz. Es como una intersección donde muchos caminos se encuentran. Así que
mantenla controlada.
En cuanto a las voces, en 500 Hz puede que les encuentres cierta calidez y
arropamiento, y definitivamente le quitarás suciedad si le bajas en 300 Hz.
Aquí puedes hacer tus sonidos más brillantes y también más presentes.
La mezcla creativa empieza una vez tus sonidos están adecentados y listos
para trabajar.
Esta distinción puedes aceptarla o no. De hecho, una decisión creativa podría
ser dejar sin arreglar un “error” porque consideras que aporta a tu tema.
Perfecto.
Veamos diferentes casos en los que es buena idea ecualizar, tanto correctiva
como creativamente:
1. Eliminar resonancias y rangos de frecuencias molestos.
Para eliminar resonancias lo más útil va a ser utilizar un filtro en campana con
una Q muy estrecha para ser precisos a la hora de eliminar la frecuencia que
queremos. Tal y como ves en la foto de arriba.
Ten en cuenta que este tipo de filtros (highpass y lowpass) son agresivos
porque no dejan pasar ninguna frecuencia a partir de ese punto. Para
cambios más moderados (cuando quieres mantener las frecuencias, pero
atenuarlas todas a partir de un punto, se utiliza el filtro de tipo shelf (highshelf
para frecuencias agudas y lowshelf para frecuencias graves).
3. Realzar ciertos rangos para aprovecharnos de sus características.
Estos van a ser los tipos de ecualizadores que más te vas a encontrar en tu
camino hacia la maestría en la producción y la mezcla.
Te dejo por aquí una tabla de ecualización que te puede servir muchísimo a la
hora de mezclar. Cuando tu oído te pida algo, descubre qué frecuencias
tienes que tocar para conseguirlo recurriendo a esta tabla. Los matices que
descubras para tus propios sonidos también son importantes, y esta tabla no
debe ser el santo grial de la ecualización. Pero sí una guía de las sensaciones
más importantes de cada rango de frecuencias de cada sonido.
SONIDO/FREQS. -60Hz 60 – 100 Hz 100 – 500 Hz 600 – 3000 Hz
/Encajonamiento/Calidez
/RIMS
HI-HATS - - - Cuerpo
En 4000Hz crujido
COMPRESIÓN.
Luego de la ecualización, la compresión será tu segunda arma más utilizada
en el arte de la mezcla y de la producción. Casi siempre se acaba
aprendiendo después de la ecualización porque es, al principio, algo difícil
escuchar los cambios que hace el compresor al sonido y decidir si eso es lo
que quieres.
Veremos que el compresor también puede hacer que el sonido que quieras
tratar acabe con más ataque, que sea más punzante.
También entenderás por qué la compresión hace sonar tan bien a los sonidos.
Al igualar los niveles de todo el sonido, también hace que las resonancias se
nivelen más y suene todo mejor en general.
Fíjate que el ataque se mueve en unos tiempos mucho más cortos que el
release. El ataque máximo que te permitirá un compresor normal estará sobre
los 300 milisegundos, y el release máximo sobre 3 o 4 segundos.
Si quiero que mi kick suene más tenso, más fuerte en general y no sólo al
principio del sonido (en el ataque del sonido) voy a poner mi juego de
ataque/release así:
El ataque lo voy a poner instantáneo, porque quiero que mi compresor
empiece a comprimir desde el instante en que entra la señal.
¿El resultado? Esta vez estoy igualando un poco más el volumen del ataque
con en volumen de la cola. Es decir, estoy reduciendo el rango dinámico. Mi
sonido sonará más tenso y fuerte cuando recupere el volumen perdido en el
proceso de la compresión (porque cuando comprimes siempre le bajas
volumen al sonido, por eso se llama compresión).
Fíjate en qué instrumentos están sonando más altos (con más volumen) en tu
mezcla. Estos sonidos, al estar más arriba en volumen, serán los que primero
activen a tu compresor, los que primero llegan al umbral a medida que lo
bajas. Si solamente estos sonidos cruzan el threshold, sólo estos activarán el
compresor, pero toda la señal, es decir, el volumen general del track (y por lo
tanto también el resto de los instrumentos) verán una disminución en el
volumen cuando el compresor funcione.
Lo que ocurre muchas veces en la música urbana es que los bajos (kick y
bajo) son los que activan el compresor del máster. Al activar el compresor se
comprime toda la canción (si quisieses comprimir los bajos irías al canal de
los bajos) y si te pasas puedes generar un efecto de aplastamiento o de
bombeo que no suele quedar muy bien. Lo que se busca es controlar el
volumen para después poder subirlo un poquito más, pero sin llegar a este
punto en que consigues lo contrario, que pierda fuerza porque le quitas
volumen a lo que no quieres.
Es por eso mismo que la otra cosa que debes tener en cuenta es que la
compresión en el máster suele ser muy tenue. Es decir, debes moverte no
mucho más allá de 1dB de compresión, en la mayoría de los casos, pero
siempre puedes experimentar. Tómalo como una referencia para no
destrozar tus másteres mientras no controles del todo el arte de comprimir.
TIPOS DE COMPRESORES.
Todo lo que has leído hasta ahora sobre compresión en este libro hablaba
sobre el tipo de compresión más famoso y habitual, la compresión de banda
lineal.
La compresión de banda lineal es aquella que comprime todas las
frecuencias del mismo modo, o, dicho de otra forma, que no diferencia entre
frecuencias.
Para realizar compresión paralela tienes que hacer eso mismo: duplica la
señal del canal del mixer donde tengas tu sonido a un canal vacío.
Ahora lo que harás será comprimir de forma muy agresiva esa señal
duplicada, para sacarle esos picos a la batería o a tus plucks. Una vez tengas
la señal duplicada sobrecomprimida, regularás el volumen hasta que se
mezcle con la original de manera que le aporte a la señal original esa
característica punzante y agresiva.
Los compresores, por lo tanto, son una herramienta que te permitirá jugar
con la dimensión de la profundidad de mis sonidos, permitiéndome poner
uno más adelante o más atrás, controlar que no se crucen los planos de un
sonido y básicamente regulando el volumen en tiempo real. Con el
compresor también podemos modificar profundamente la envolvente de un
sonido, haciéndolo más agresivo en su ataque, o puliéndolo para que suene
más suave y menos atacante.
Has llegado al final de esta parte. Ya conoces las tres dimensiones del
sonido, conoces la ecualización y la compresión. Pero todavía te falta mucho
por aprender.
Si crees que has aprendido algo en esta parte del libro, te recomiendo que
no te pares aquí. Todos hemos cometido alguna vez ese error de empezar
algo y dejarlo de lado, aunque nos guste de verdad, simplemente porque
pasamos unos días alejados. Porque perdemos la continuidad.
Son la continuación y el cierre de este libro. Entre las dos tienen una longitud
del doble de la primera parte (imagínate toda la información que hay dentro).
El precio de las dos partes juntas es de 10$ más impuestos, un precio más
que razonable por lo que vas a recibir, en versión PDF, y puedes comprarlas
aquí ahora y seguir aprendiendo hoy mismo.
https://prodfessional.com/la-biblia-de-pt-i/