Está en la página 1de 2

Me siento enormemente molesta cada vez que leo en un periódico el típico artículo sobre los

problemas con los adolescentes. Siendo como soy, no negaré que tal vez personalizo
demasiado algunos temas relacionados con la sociedad, especialmente con los jóvenes. En
muchos de estos artículos (si no en la mayoría) se emplea gran número de estereotipos, como
el del adolescente violento y desobediente, el que pierde el interés por los estudios, el egoísta
que solo piensa en sí mismo...

Pero no son estos estereotipos, en muchos casos verdaderos, los que me molestan, sino las
causas que el periodista o psicólogo que escribe el artículo cree que motivan estas actitudes.
¿Cuántas veces hemos leído en diversos sitios que la adolescencia es una etapa en la que el
joven busca su identidad y se rebela contra la educación recibida hasta el momento? El
adolescente es un ser desorientado, pero ¿qué tiene eso que ver con la violencia, el egoísmo y
el desinterés de los jóvenes? ¿Acaso es una forma de rebelión? Yo creo que no.

Por ejemplo: si un niño coge una pataleta en un supermercado, es un maleducado. ¿Y quién lo


ha educado? Sus padres. Por lo tanto los padres no han sabido educar bien a su hijo o aún no lo
han conseguido del todo.

Al igual que esto, si un adolescente pega a sus padres, desobedece constantemente, es egoísta,
no respeta a sus profesores o simplemente pierde cualquier interés por los estudios, tal vez la
culpa no sea solo del carácter del joven, de los cambios hormonales, de la sociedad, del
sistema educativo y yo qué sé cuántas cosas más, sino también de los padres, que no saben
educar bien a sus hijos.

Un niño no se levanta una mañana y dice: "hoy voy a rebelarme contra todo" o "ya no me
interesa sacar buenas notas" o "no pienso hacer caso a nadie porque lo único importante en
este mundo soy yo".

Muchos de los problemas que existen con los adolescentes son producto de una mala
educación en sus casas. Una educación centrada en el "yo" y no en el "nosotros" y solo piensa
en el éxito personal del individuo, que no premia ni valora el esfuerzo y por ello no lo exige, que
no inculca el respeto porque no lo considera importante... en fin, hemos pasado de una
sociedad en la que el padre pega al hijo a una en la que el padre da siempre la razón al hijo.
Condeno el uso de violencia para la educación, pero considero que existen otros métodos a
parte del palo para imponer respeto y autoridad. Lo que está claro es que mientras se educa, no
se puede pretender ser el colega de tu hijo. Ya habrá tiempo después de ser amigos y pasarlo
bien juntos tomando unas cañas o yendo juntos de compras, pero como dicen los alemanes
"primero el deber y después la diversión". Si quieres ser amigo de tu hijo, más vale que cumplas
primero con tus obligaciones como padre. Adultos: dejen de buscar los problemas en los
demás y asuman su parte de culpa. Aún se puede cambiar, porque de los errores se aprende.
No cometamos la insensatez de tropezar siempre con la misma piedra y echarle la culpa a la
piedra, al camino, al ayuntamiento, al Gobierno y Dios sabe a quién más.

También podría gustarte