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La adolescencia. Una nueva mirada.

Romper con los estereotipos


¿Qué es un adolescente? ¿Cómo piensa? ¿Cómo actúa? ¿Cómo siente?

1. Para empezar a reflexionar


¿Qué experiencia tienes sobre la adolescencia? ¿La tuya personal? ¿Lo que percibes ahora te
parece diferente, preocupante?

Vivimos en una sociedad llena de cambios, en donde la implantación de las redes sociales como
un modo de vida habitual entre nuestros jóvenes está produciendo un adelanto de la
adolescencia, por ejemplo, encontrándose este comienzo en la adolescencia femenina a la edad
de 10 años. Uno de los puntos que han propiciado este adelanto, que además se encuentra
relacionado con el empleo de las redes sociales, es la hipersexualidad. Las redes sociales están
produciendo un cambio en el modelo de consumo basado en la hipersexualidad y búsqueda de
la belleza en los jóvenes que han producido un cambio en los hábitos comunes de los
adolescentes dentro de sus rutinas de ocio. Por ejemplo, se está produciendo una prematura
consumición de la pornografía, encontrándose entre los 9-10 años la edad de inicio de consumo
de la misma. Esto conlleva en problemas de índole sexual entre nuestros adolescentes y jóvenes.

Por lo tanto, la experiencia que nosotros tenemos a día de hoy de la adolescencia no es realista
en cuanto se compara con las adolescencias actuales, encontrando que la evolución y cambios
en las mismas se producen en torno a dos o tres generaciones de diferencia.

Como docentes, tenemos que poseer funciones orientadoras en el ámbito de la ESO y


Bachillerato, para formar a nuestros adolescentes independientemente de la especialidad en la
que impartamos clase. Empatizar con nuestra propia adolescencia vivida nos permite
comprender que esta etapa es una más dentro del desarrollo evolutivo normal del ser humano,
y que aspectos como la rebeldía o la clásica variabilidad emocional en los adolescentes no dejan
de ser aspectos normales de la época de cambios y definición de la personalidad que están
viviendo.

Sin embargo, vivimos en un momento de cambios, en donde los modelos de educación parental
permisivo-sobreprotectores están produciendo una libertad en cuanto a normas y conductas
en los ojos que está derivando en la desaparición de una de las principales características del
adolescente: la rebeldía ante las normas establecidas. Este modelo de educación, que está
comenzando a considerarse como una forma de maltrato infantil al observarse terribles
consecuencias en los jóvenes educados sin normales, está produciendo la desautorización del
docente, tanto por parte de los estudiantes como por los sobreprotectores padres. Este tipo de
respuesta permisiva por parte de la actual generación de padres puede deberse a dos causas:

- Padres autoritarios. La generación actual de padres viene, a su vez, de padres


autoritarios que han ejercido sobre ellos una gran cantidad de normas y conductas. El

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miedo a no repetir la misma forma de educación en sus hijos los lleva a la permisividad
y libertad en la educación de los niños, sin saber que ambos métodos de educación son
negativos para los jóvenes. Pero, puestos a elegir uno de ellos, es mejor un modelo
educativo autoritario que permite al adolescente el desarrollo de la rebeldía y el
inconformismo propios de la adolescencia frente a las normas establecidas, antes que
una falta absoluta de las mismas.
- Miedo a la adolescencia. Muchos padres tratan de instaurar un modelo de educación
autoritario en hijos que han tenido un modelo de educación más permisiva por miedo a
la etapa que están a punto de vivir, logrando generar un rechazo ante un niño que, hasta
el momento, no ha tenido que vivir con normas ni obligaciones.

Por lo tanto, podemos llegar a la conclusión de que nuestra propia experiencia como
adolescentes nos sirve para empatizar con el cambio que están por vivir nuestros jóvenes, pero
no es suficiente para entender qué está ocurriendo en la vida del joven actual, debido a los
cambios generacionales que conllevan en la aparición de distintas adolescencias, motivadas en
parte por las redes sociales y por el cambio de mentalidad sobreprotectora de padres y tutores.

2. Contenidos de la asignatura
“Encuentra lo que motiva a tu alumno” “Transmitir al otro no lo que es, sino lo que puede llegar
a ser”.

Los contenidos de la asignatura se dividen en los siguientes temas:

1. La adolescencia. Una nueva mirada. Romper con los estereotipos.


2. Desarrollo evolutivo de la persona.
3. El desarrollo cognitivo y el aprendizaje.
4. El desarrollo emocional. Procesos afectivo-motivacionales: motivación, metas
personales, atribuciones, expectativas y autoeficacia.
5. Los contextos del desarrollo del adolescente: la familia, los iguales, la escuela y la
cultura.
6. El desarrollo de la identidad personal y de la personalidad.
7. Problemas más frecuentes en la adolescencia.

La evaluación de la asignatura se divide en:

- Examen teórico presencial (50%) Se pretende valorar el conocimiento teórico de los


contenidos estudiados en la asignatura. Se trata de una prueba de dominio de
competencias adquiridas en la materia (examen individual) Es un ejercicio de carácter
teórico y de respuesta múltiple tipo test.
- Parte práctica (40%) Participación en los foros, aportaciones en los foros, trabajos
grupales… sobre las actividades en el aula, los debates, los trabajos individuales, las
reflexiones sobre textos, videos, casos debatidos, en grupo o individualmente. Se tendrá
en cuenta el rigor argumentativo, la reflexión personal y coherencia de los contenidos,
la creatividad con la que se aborda, la ampliación de contenidos y la redacción cuidada.

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- Participación en las actividades y actitud (10%) El simple hecho de asistir a las clases no
da derecho a tener evaluación en este ítem: se pide un compromiso y una participación
proactiva de las mismas.

3. Para pensar…
“La juventud actual ama el lujo, es maliciosa, es malcriada, se burla de la autoridad y no tiene
ningún respeto por los mayores. Nuestros muchachos de hoy son unos tiranos, que no se
levantan cuando un anciano entra a alguna parte, que responden con altanería a sus padres y
se complacen en ser agentes de mala fe.” Sócrates (IV A.C)

Las descripciones negativas acerca de la juventud no solo se remontan a las anteriores palabras
del filósofo griego. Tenemos también inscripciones encontradas en tablas de arcilla que datan
de más de 3000 años atrás, en la época de los babilónicos e incluso en tumbas egipcias. Por lo
tanto, el pensamiento de que cualquier adolescencia o juventud diferente a la propiamente
vivida es peor se remonta desde el principio de los tiempos.

La adolescencia es una etapa esperada con miedo por muchos padres. Si analizásemos el cerebro
de un adolescente según sus propios padres podríamos encontrar que se compone de sexo,
música, moda y redes sociales. Por lo general, es una etapa considerada como peligrosa, en
donde van a acontecer muchos cambios y que se vive con prejuicio, desconcierto y miedo.

Desde la aparición de las redes sociales se ha vivido un cambio en cuanto a los patrones y
cambios en las adolescencias: antes, los cambios generacionales de una adolescencia a otra eran
más largos. Era fácil encontrar que, entre dos hermanos, no hubiese grandes diferencias en
cuanto a sus adolescencias. Sin embargo, ahora encontramos que no es la misma clase de
adolescentes los que encontramos en un curso de 4º de la ESO en un año, por ejemplo, que los
que encontramos pasados dos años. Por lo tanto, debemos adaptarnos a este nuevo tipo de
adolescencia cambiante y aprender a ver las diferencias y características de cada tipo de
adolescencia.

Lamentablemente, son frecuentes los libros de autoayuda que buscan explicar a los padres la
mejor forma de lidiar con un hijo adolescente, pero, si nos fijásemos en los títulos de semejantes
libros encontraríamos un miedo y descontrol ante una etapa tan natural como es la
adolescencia. Las emociones naturales de la adolescencia, como la rebeldía, variabilidad
emocional, tristeza ante el fin de una etapa, junto con el desconocimiento de muchos padres

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que se dejan llevar por esta clase de libros, conduce a un aumento en el diagnóstico de
enfermedades mentales, como el TDA o la depresión en adolescentes que están viviendo
eventos normales. Por ello, tenemos que ser conscientes de que estamos en una época de
sobrediagnóstico de estas enfermedades en adolescentes que, simplemente, están viviendo una
etapa normal.

Debemos considerar a la adolescencia como una etapa maravillosa, en la que los padres y
profesores vamos a servir como acompañantes del joven en la construcción de su personalidad,
en descubrir quién es y ayudarle a conseguirlo. Todos los riesgos que un adolescente asume que
pueden ser incomprensibles desde el punto de vista del adulto es justamente en post de la
experimentación, de la búsqueda de uno mismo. Buscan agradar a los demás, sentirse
integrados dentro del grupo y probar todas las cosas que el resto hacen para satisfacer la
curiosidad propia del descubrimiento, así como huir del rechazo que provoca ser el raro. Por lo
tanto, si como padres y profesores afrontamos la adolescencia con miedo, prejuicio y
desesperación estaremos transmitiendo un mensaje negativo ante nuestros jóvenes, que
afectará a nuestra calidad de docente. Por ejemplo, una actitud negativa y estricta para
compensar la rebeldía de los adolescentes puede conllevar en un rechazo de los mismos, en su
constante búsqueda de retar a la autoridad.

4. Tópicos
Podemos encontrar diferentes tópicos que son aplicables a los niños, por ejemplo, que están
indefensos, que son vulnerables, que son inocentes y que necesitan de amor y cuidados. Sin
embargo, todo cambia cuando esos mismos niños llegan a la adolescencia, donde se les teme y
tratamos de defendernos de ellos. Esto es debido a sus cambios de conducta, que no
entendemos, a problemas de comunicación, a violencia y a conductas de riesgo tales como las
drogas, el sexo y la delincuencia. Este hecho se debe a la incapacidad del adolescente de valorar
el riesgo, no por desconocimiento de las consecuencias de sus actos, sino porque no se
encuentran psicológicamente maduros como para poder evaluar las repercusiones reales de lo
que hacen. La conexión entre el sistema límbico y la corteza prefrontal aún no se encuentra del
todo formado, razón que justifica la falta de consecuencia en los actos de un adolescente, dado
que la integración automática de las emociones aún no se ha llevado a cabo.

5. Desmontando mitos sobre los adolescentes: Daniel Siegel


El psiquiatra, profesor y autor del libro Tormenta cerebral, Daniel Siegel habla abiertamente de
uno de los principales males de la educación y la adolescencia: el efecto Pigmalión.

- Efecto Pigmalión. Se refiere a la potencial influencia que ejerce la creencia de una


persona en el rendimiento de otra.

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Nosotros, como docentes, podemos modificar la actitud de un adolescente. Si a este
adolescente le mostramos una falta de confianza podemos ir minando su autoestima y
convirtiéndolo en aquello en que pensamos que puede llegar a ser. Esto se denomina
indefensión aprendida: si me dicen constantemente que algo no es lo mío, al final haré que no
sea lo mío. Las interacciones visuales y verbales que nosotros, como docentes, realizamos
pueden ser claves en el desarrollo de la autoestima del estudiante. Sin embargo, junto al efecto
Pigmalión, encontramos otro efecto importante y grave: el efecto Halo.

- Efecto Halo. Consiste en inferir destrezas, capacidades o atributos de una persona o de


una circunstancia, con base a los primeros que se perciben de la misma. Es un error
asociado a personas que no cuentan con datos suficientes y poseen elevada
incertidumbre al emitir sus juicios.

El efecto Halo puede ser realizado, de forma inconsciente, entre profesores. Por ejemplo, si tú
te quejas de que un niño está copiando en tu clase a otro compañero profesor, este se
replanteará el comportamiento del niño en su clase y desconfiará de las acciones del estudiante
hasta encontrar pruebas que validen el convencimiento que tienes tú sobre él. por lo tanto,
estás predisponiendo el juicio que tú tienes de un alumno a otra persona ajena.

Siegel determina que la adolescencia es clave en el desarrollo de la persona y que una falta de
comprensión por parte de los padres, profesores y de la educación pueden provocar la soledad,
rechazo y abandono del adolescente, quien, en el fondo, está formándose como persona. Los
padres se pueden encontrar ante la problemática de no saber conversar con su hijo adolescente,
en tanto que sí sabían hacerlo con su hijo infante. Esto es debido a que el lenguaje durante la
infancia es de un carácter emocionalmente frío y sencillo, en tanto que con la adolescencia se
pasa a un carácter puramente emocional, siendo complicada la relación e interacción con el
adolescente.

5.1. Mitos sobre la adolescencia


Daniel Siegel establece cuatro mitos de la adolescencia que deben de ser erradicados:

1. La adolescencia es una etapa terrible. Es importante replantear el mensaje que estamos


mandando al adolescente, acerca de lo que está viviendo es horrible. Hay que afrontar
la adolescencia con optimismo y sin miedo, viéndola como verdaderamente es: una
etapa más en el desarrollo humano. Supondrá retos y preocupaciones, pero, como toda

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etapa nueva. Por lo tanto, podemos decir que la adolescencia es una etapa que
supondrá retos que superaremos juntos en familia y en la escuela.
2. Las hormonas van a apoderarse de mi hijo. Es cierto que durante la adolescencia hay
cambios hormonales que prepararán el cuerpo del adolescente y su mente para la
adultez, pero eso no es malo. No podemos atribuir los cambios en el adolescente
únicamente a cambios hormonales. De hecho, se producen en esta etapa muchos más
cambios con gran relevancia para el desarrollo humano.
3. Los adolescentes están indefensos. Si creemos que experimentar tantos cambios a nivel
físico, mental y emocional es algo malo caeremos en el error de pensar que los
adolescentes están indefensos ante este cambio. Ellos no pueden hacer nada para evitar
estos cambios, sus cuerpos los van realizando sin permiso. No podemos pensar en pena,
dado que lo que verdaderamente esta ocurriendo es que el cerebro se está
remodelando para afrontar los retos de la vida adulta de forma más preparada.
4. La adolescencia acaba a los 20 años. Fisiológicamente hablando, eso no sería cierto,
dado que los cambios que comenzaron sobre los 11-12 años no finalizarían hasta los 25-
30 años, por lo que podemos decir que la adolescencia es una larga etapa del desarrollo
humano con cambios muy necesarios.

Por lo tanto, la adolescencia nos invita a vivir la vida de forma más intensa, a relacionarnos con
los demás de otra forma, a la búsqueda de nuevas sensaciones y a la ebullición emocional.
Debemos no verla con miedo. Es mejor enseñar y ayudar, tanto padres como profesores, a
canalizar y afrontar esta etapa de la mejor manera posible. Si no afrontamos de esta forma la
adolescencia de nuestros jóvenes, las consecuencias son inevitables para los padres y
educadores con prejuicios y rechazos hacia esta etapa, miedos, dificultades en la comunicación
y aumento de la conflictividad en las relaciones con los adultos. Por lo tanto, terminaremos
cansados, en conflicto y quemados, impidiéndonos trabajar de la mejor forma posible en esta
etapa tan fundamental de los adolescentes.

6. Etiquetamos…
Las etiquetas que brindamos a nuestros adolescentes van desde inmaduros, irresponsables,
vagos, conflictivos, que no se puede hablar ni razonar con ellos, emocionalmente inestables, que
son las hormonas… y cuando nos alejamos de ello es fácil etiquetar a nuestro adolescente con
un trastorno psicológico tal como el TDAH, depresión, trastorno oposicionista negativista,
trastornos de conducta…

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¿Será posible acabar con nuestros prejuicios? Enfrentarse a nuestro propio prejuicio puede ser
un ejercicio bastante incómodo, pero la alternativa es siempre peor. El prejuicio es un juicio
previo formado por ideas que nos facilitan los esquemas mentales y que nos ayudan a movernos
en el día a día, por lo tanto, sería una forma de rechazo ante todo aquello que es diferente.
Entonces, realizamos un prejuicio ante todo aquel que es distinto.

7. El poder de la mirada
Daniel Siegel menciona que la frescura y la creatividad han sido anuladas en este mundo de
competencia e inmediatez, y que, para ello, es muy importante saber mirar. Aprender a mirar
es aprender a redescubrir el mundo, no cerrarnos a seguir asombrándonos por la belleza de las
cosas. Es sumamente crucial aprender a educar en base del asombro y no anularlo para quedarte
con lo convencional. Por ello, ha sido siempre muy difícil localizar a las personas altamente
sensibles (PAS), que se relaciona con las altas capacidades. Ambas cosas han sido siempre muy
difíciles de tratar y observar, dado que anular las emociones primeras y las capacidades para
esconder a la persona del rechazo social. Nunca hay que anular la capacidad de asombro y de
sentir, dado que la alternativa es lo convencional.

Nuestra generación, y en especial los adolescentes, nos estamos acostumbrando a mirar la


belleza, ante todo, siendo la imagen física lo primero. Estamos tan centrados en aquello que nos
interesa o nos preocupa que pasamos desapercibidos otros hechos y realidades. Por ejemplo,
mi mirada revela significados, es mi sello de identidad, orienta nuestras decisiones, acciones y
relaciones y nos afecta tanto a mi como al observado. ¿Qué ocurre cuando miro a otro? Que
puedo mirarlo como una cosa que pretendo usar, como un enemigo al que voy a destruir, como
un socio con quién ganaré algo, o como una persona, convirtiéndose a alguien en quien amar y
cuidar.

7.1. Aprende a mirar con ojos nuevos, a cambiar la mirada


Todos juzgamos, o, mejor dicho, prejuzgamos a las personas, a veces en tan solo un segundo, a
primera vista. Con frecuencia las etiquetamos para siempre y nos olvidamos de revisar la
etiqueta. Y seguimos creyendo que son lo que dice esa etiqueta. Hay que tratar de imaginar que
las personas que nos rodean y conocemos les quitamos esa etiqueta, las que determinan y
limitan tus creencias acerca de lo que son y de lo que pueden hacer y llegar a ser. Hay que tratar
de imaginar que formas de ellos y que imágenes poderosas pueden ahora formarse en tu mente.
Por lo tanto, ¿seremos capaces de cambiar la forma de mirar e interpretar la adolescencia?

Nuestra mirada es capaz de condicionar nuestra forma de ser, nuestra vida y la de los demás,
además de condicionar nuestra misión.

“El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada” Gustavo Adolfo
Bécquer

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