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El adivino.

Personajes:

*Adivino

*Taquera

*Entrometido

*Señora

Escenografía: Puede ser representada en plaza o salón dependiendo los recursos de la misma
institución o lugar donde se representará. El sitio deberá representarse como un mercado de
pueblo (que es donde sucede todo el acto) gente alrededor (de ser posible), mesas y sillas con
imágenes o estampas de santos y deidades cualesquiera.

Acto único.

El adivino entra; cargando una mesa y sillas para disponer su pequeño local. Coloca todo de
manera torpe y desordenada para luego comenzar a recitar cantos y entrar en trance.

Adivino: (cantos ininteligibles) (ademanes y bailes)

Taquera: (entra a escena voceando su producto para luego darse cuenta del acto del adivino.
Se asusta y se acerca para “salvarlo” dándole un golpe) Sal de ahí satanás

Adivino: Ay (sobándose por el golpe) ¿Óigame que le pasa? ¿Está loca?

Taquera: ¡Óigame cómo que loca! todavía que lo salvo y me dice loca ¿Qué se cree?

Adivino: ¿Salvarme de que?

Taquera: Pues de que se le metiera el chahuistle. Ahí lo veo dando vueltas y vueltas como pollo
sin cabeza.

Adivino: Ay señora, no es así. Solo estoy entrando en trance.

Taquera: ¿En que?

Adivino: En trance. Es algo que solo la gente con capacidades únicas, como su servidor, pueden
hacer sin salir lastimados.

Taquera: Pu’s a mí se me figuraba otra cosa pero pos ta bueno.

Adivino: (ladino y manipulador) Oiga ¿No quiere conocer su destino? Quizá el cosmos tenga
cosas buenas y magníficas para usted.

Taquera: ahhh (incrédula) ¿A poco usted es de esos?

Adivino: ¿Cómo que de esos?

Taquera: De esos. Que disque ven el futuro y que si le saben a si te engañan o no y que si hoy
cena pancho o no. Pos de esos.

Adivino: (elevándose) así es mi estimada, yo soy el que soy (voz poderosa)

Taquera: (hincandose y alabando para luego jalonearlo y obligarlo a trabajar) Pos dele de una
vez.
Adivino: (señales y gestos de misticismo) ¿Usted tiene un marido verdad? Y se llama ¿Rómulo?
No, no, no. Es Agapito. Si, el señor está panzón, feo, prieto huele a sobaco y le va al América
¿Verdad?

Taquera: (sorprendida, respondiendo o asintiendo a todo lo que dice el adivino) Si, si ¿Cómo lo
sabe?

Adivino: Señora, soy adivino y de los mejores. Pero continuo (señales de misticismo) oh sí,
señor Agapito. Ohh (se sorprende) no puede ser.

Taquera: ¿Qué pasó? Dígame no me tenga con el Jesús en la boca señor.

Adivino: Señora (cambiando el gesto a uno de tristeza y pésame) es muy triste, pero hoy, su
esposo se le muere.

Taquera: ¿Cómo? ¿Pero por qué? Si el aún es joven, fuerte y saludable (entrando en tristeza
profunda) ¿De que se me va a morir mi hombre? (llorando)

Adivino: Se va a morir… de los golpes que usted le va a poner después de que se entere que se
anda comiendo a la señora de los chicharrones.

Taquera: (cambiando su expresión de tristeza por uno de enojo) Hijo de su pu…risima


concepción. Ahora va a ver ese sinvergüenza. (Sale corriendo dejando su canasta y dejando al
adivino sin pago)

Adivino: ¡Oiga! ¡Mi dinero! ¡Señora! Bueno pues, tacos gratis.

Comienza nuevamente a entrar en trance de manera r hasta idícula y vaciladora. Poco después
entra el entrometido observando la escena y acercándose más y más al adivino tenerlo
soplandole la nuca. Después el lo sacará del trance casi “hablarle en la oreja”

Entrometido: ¿Oye que haces?

Adivino: (asustado gritando y dando un brinco) Oiga, no me haga eso casi me mata de un
susto.

Entrometido: oh perdón, es que tenía curiosidad. Como lo veo ahí haciendo cosas bien raras
pos digo; voy a ver qué hace ese tipo, a lo mejor y se nos pone malo o algo así y pos no ¿A
quien le hablamos si eso pasa?

Adivino: Pues lo que me va a poner malo van a ser ustedes. Con usted ya van dos personas que
casi me matan.

Entrometido: ohhh pos perdón, uno que se preocupa por los compañeros pero pos lo ven a
uno mal. Ni modos, ahí que quede en su conciencia.

Adivino: ay déjelo ya. Pero bueno, pasando a otra cosa. Dígame ¿ No quiere que le adivine?

Entrometido: ¿Adivinarme que? Será solo la medida del zapato por qué otra cosa… pos no, por
qué estoy casado.

Adivino: ¿Bueno usted que está pensando? (Confundido)

Entrometido: Pos eso de adivinarme, de seguro así le dice usted a hacer “favorcitos”.
Adivino: ay no, que asco (asqueado) con usted jamás y menos esas cosas Antimorales y poco
puritanas. Yo me refiero a revelarle el futuro, ver qué hay en su tiempo cercano, saber que le
deparan los astros.

Entrometido: ahhh a eso se refería. Yo pensaba que me quería hacer piojito. Perdón es que
como uno no domina el tumbaburros, lo agarran a uno de bajada.

Adivino: Pues si que le hace falta darle una leída para evitar estos incidentes.

Entrometido: ¿En su que?

Adivino: ay olvídelo y déjelo. Yo me ofrecí.

Entrometido: ahhh ¿Entonces si era para eso?

Adivino: (Enfadado) ¡Que no! Y vayase de una vez, si no quiere que lo muela a palos.

Entrometido: (resignado) bueno pues ya me voy. Total de mejores consultorios me han


corrido.

El entrometido se dirige a la salida cuando entra la dama adinerada al lugar. El entrometido se


regresa dónde el adivino.

Adivino: ¿Y ahora? ¿No le dije que se fuera? Me va a espantar a la clientela.

Entrometido: Es que…

Dama: (cortando el diálogo del entrometido) ¿Qué nadie atiende aquí o que?

Adivino: Si en un momento, permítame señorita, solo estoy lidiando con ratas (viendo al
entrometido)

Entrometido: ohh ¿ya nos vamos a llevar así? Yo no le digo sus verdades.

Adivino: Pues ya váyase entonces. Déjeme trabajar. Ándele.

Entrometido: No sea malo. Solo déjeme quedarme aquí un rato, hasta que se vaya la señora.

Adivino: (Confundido y agotado) Bueno pues, no sé que se trae pero pues quédese por allá ¿De
acuerdo? (Dirigiéndose a la dama) Perdón señorita tenía que resolver algo con el estimado
sujeto de mi lado.

Dama: ¿Qué? ¿Ya tiene ayudante? Pues que bueno así, así habrá alguien que barra y trapee
que en ocasiones cuando vengo todo el lugar está hecho una porquería.

Adivino: Disculpe por ello. Pero en ocasiones es difícil realizar el aseo debido a la cantidad de
gente que se me acumula, todos sabedores de mi gran poder.

Entrometido: ajá ¿ Y tú paleta de que la quieres? (Pregunta obviamente en son de queja,


mientras busca entre los tiliches del adivino alguna prenda que le ayude a ocultar su rostro de
la mujer) yo soy su segundero el que lo apoya en eso de la adivinada señorita.

Adivino: No ,no es así. (Molesto) es mi ayudante de la limpieza. Y a eso se va a dedicar.

Entrometido: Naranjas, como la ve yo se más a la adivinada que el tipo este y si no me cree se


lo demuestro.
Dama: (confundida y agobiada) Bueno ya, alto los dos que me asfixian y me dan ganas de
desfallecer. (Cae en la silla mientras el adivino la auxilia para evitar que se desmaye)

Adivino: Ya vez lo que provocas.

Dama: Pero total, si el señor ayudante cree superar al maestro pues tocará verlo.

Adivino: ¿Qué quieres que le adivine este? (Tirando labia y odio) pero señorita…

Dama: No más señor, quiero que el demuestre lo que dice.

Adivino: (resignado) Bueno pues al cliente lo que pida.

El adivino le otorga el lugar al entrometido y este comienza a hacer los gestos y ademanes del
adivino ridiculizandolo)

Entrometido: Usted señorita o bueno jeso dice usted ¡Señora! Nos a mentido… por qué no se
llama Flor se llama Francisca y de cariño la llaman Pancha, y no solo eso, no ,no, no. También
tiene un esposo guapo, alto y fornido.

Dama: Oiga eso es falso. Mi marido está feo y chaparro.

Entrometido: Bueno así lo ve usted pero yo lo veo bien parecido. Pero déjeme continuar. Ohh
pero el no sabe que usted lo engaña con el lechero.

Dama: ¿Qué como sabe eso? (Asustada)

Entrometido: y no solo con el, también el panadero, el tamalero, el de los pollos, el al albañil.
( Comienza a seguir diciendo nombres al azar hasta salir corriendo asustada)

Adivino: basta, basta (lo golpea para calmarlo) ya, ya se fue.

Entrometido: ¿Ya? Bueno menos mal (aliviado)

Adivino: oiga una pregunta ¿Cómo le hizo para adivinar todo aquello con la señorita?
¡¿ Cómo?!

Entrometido: Como no lo voy a saber si es mi vieja.

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