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Universidad Nacional Multidisciplinaria¨Ricardo Morales Avilez¨

“2023 Hacia un Crecimiento y Transformación Educativa con liderazgo


calidad y calidez humana”

● Asignatura:
Educación en Salud I

● Tema:
Funciones esenciales de la salud pública

● Autores:
Ariana Celeste Castro Castaño
Dayana Francela Cardenas Villalta
Axel David Vargas Prado

● Docente:
Msp. Fátima Zúniga Arevalo

● Fecha:
16 de Marzo 2023

● Grupo:
¨A¨ Enfermería
Introducción:

Las funciones esenciales son las actuaciones de un segmento


específico y funcional del sistema de salud.Las funciones esenciales de
la salud pública deben ser vistas e identificadas, como funciones que
nacen de las prácticas sociales y al mismo tiempo tienen como uno de
sus fines principales promover y reforzar prácticas sociales saludables;
o sea, que integren y promuevan simultáneamente.
La principal responsabilidad institucional con respecto a la salud pública
corresponde al Estado, como la institución social fundamental que debe
interpretar las necesidades de la sociedad y responder a ellas y actuar
para satisfacerlas de la manera más eficaz posible.
La responsabilidad institucional con respecto a la salud pública es parte
de la responsabilidad global hacia el bienestar de la población. No sólo
porque la salud es producto y fin de las condiciones y calidad de vida,
sino también porque la salud pública es componente y estrategia para
mejorarlas. De ese modo, la responsabilidad hacia la salud pública
implica también parte de la responsabilidad mayor hacia el desarrollo
humano integral, lo que se convierte en un aspecto fundamental para el
desarrollo de políticas y estrategias de salud pública fuertemente
dependientes de las políticas y estrategias de desarrollo.
La OPS brinda cooperación técnica en relación con las funciones
esenciales de salud pública relacionadas con la evaluación, el desarrollo
de políticas, la asginación de recursos, y el aceso; para fortalecer los
sistemas de salud, en particular para prevenir, detectar, evaluar y
responder a eventos de salud pública, y para promover la adopción de
enfoques integrados y multisectoriales encaminados a alcanzar la salud
universal.
Los cambios en el panorama de la salud pública, contra la primera razón
para revisar y actualizar el abordaje de las funciones esenciales de la
salud pública, surge de la necesidad de la visión más integral para la
salud pública a fin de enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Las once funciones esenciales que los sistemas de salud deberían
observar se basan en evaluar el estado de salud de la población y los
factores de la mala salud, desarrollar políticas para fortalecer los
sistemas de salud y abordar los determinantes, asignar los recursos
necesarios, y garantizar el acceso a todas las intervenciones y servicios
de salud pública. Las funciones esenciales se enmarcan como
capacidades institucionales que los países deberían fortalecer para una
apropiada formulación de acciones de salud pública.
Se describirán y se presentará el mecanismo de acción de cada una de
las funciones esenciales para la salud con objetivo de explicar los
beneficios que marcan cada uno de ellos para la salud pública de la
población en general.
Los Desafíos pendientes de la salud pública La razón para actualizar las
FESP surge de la agudización del deterioro o descuido de la salud
pública, que en la actualidad continúa siendo un motivo de reclamo
social en la Región.
Objetivos:

General:
Analizar las funciones esenciales de la salud pública en el entorno de la
salud frente a los desafíos de la salud de la población en el periodo de
abril a mayo 2023.

Específico:
1. Describir las funciones esenciales de la salud pública
2. Mencionar los desafíos de la salud pública (problema de salud de
la población)
3. Describir las estrategias de funciones esenciales de la salud
pública
4. Señalar determinantes de salud que influyan en el ámbito de la
salud pública.
Desarrollo:

Las funciones esenciales de salud pública (FESP) son las capacidades


de las autoridades de salud, en todos los niveles institucionales y junto
con la sociedad civil, para fortalecer los sistemas de salud y garantizar
un ejercicio pleno del derecho a la salud, actuando sobre los factores de
riesgo y los determinantes sociales que tienen un efecto en la salud de
la población.Esta renovada propuesta tiene una perspectiva institucional
en términos de las capacidades del Estado y la sociedad para ejercer
funciones esenciales para proteger la salud de la población. Otro de los
rasgos que sobresalen de la definición es reconocer a las autoridades
de salud como principal sujeto responsable del ejercicio de las FESP en
todos los niveles institucionales.
Las funciones esenciales son las actuaciones de un segmento
específico y funcional del sistema de salud. Sin embargo, las prácticas
sociales en materia de salud y las funciones esenciales de la salud
pública están íntimamente vinculadas, ya que ambas pertenecen a la
sociedad y las prácticas sociales son la matriz principal para la
conformación de las funciones, a la vez que éstas deben servir como
instrumento para el desarrollo de aquéllas.
En efecto, las funciones esenciales de la salud pública deben ser vistas
e identificadas, en primer lugar, como funciones que nacen de las
prácticas sociales y al mismo tiempo tienen como uno de sus fines
principales promover y reforzar prácticas sociales saludables; o sea, que
integren y promuevan simultáneamente las prácticas sociales.
Asimismo, uno de los fines estratégicos principales de la salud pública
es, concretamente, la comprensión de las prácticas sociales y la
contribución para el desarrollo de sus beneficios para la salud.
La práctica de la salud pública, a través de sus funciones esenciales,
viene así a formar parte de las prácticas sociales en materia de salud,
que en último término la determinan y, al mismo tiempo, están afectadas
por ella.
Analizar una concepción operativa de las funciones esenciales, se ha
afirmado también que las FESP son instrumentos e indicadores de las
prácticas sociales, entendidas como la responsabilidad social hacia la
salud pública. Es, pues, necesario tener en consideración las funciones
esenciales de la salud pública con relación a los grupos de prácticas
sociales, a pesar de que la correspondencia entre unas y otras no es
unívoca o única; depende, en cambio, de los criterios con que han sido
clasificadas y de los límites convencionales establecidos, que no
eliminan las superposiciones o, por lo menos, la existencia de extensas
áreas de contenidos comunes y complementarios.
A continuación se ofrecen algunos ejemplos de esas relaciones para
cada uno de los grupos de prácticas sociales:

1. Desarrollo de una cultura de la vida y la salud: Debemos recordar


que este grupo de prácticas sociales tiene, de acuerdo con la
finalidad que la define, la tarea de incorporar conocimientos y
formar valores culturales compartidos socialmente y puestos de
manifiesto en sus instituciones, organizaciones y relaciones
sociales que componen el capital social y que sirven de base para
la formación de los comportamientos sociales en relación con la
vida y la salud. Las FESP que se corresponden más típicamente
con este grupo son el fomento de la salud y la promoción de la
salud y la participación social.
2. Desarrollo de entornos saludables y control de riesgos y daños
para la salud: Las FESP que ejemplifican la correspondencia con
este grupo de prácticas sociales podrían ser la promoción de la
salud, la vigilancia de la salud pública y el control de daños y
riesgos en la salud pública, la reducción del impacto de
emergencias y desastres en la salud, así como la regulación y
fiscalización en materia de salud pública.
3. Desarrollo de la ciudadanía y de la capacidad de participación
social Las funciones esenciales correspondientes serían, por
ejemplo, la participación social y la capacitación ciudadana en
materia de salud, la promoción de la salud y el desarrollo de
políticas, planificación y gestión en materia de salud pública.
4. Atención de las necesidades y demandas de salud: Dentro de la
salud pública, las funciones esenciales correspondientes a este
grupo de prácticas sociales podrían ser, por ejemplo, la garantía
de calidad de la atención, la promoción del acceso a los servicios
de salud, así como la regulación y fiscalización.

Algunas FESP se relacionan directamente con el conjunto de las


prácticas sociales y esto ocurre, sobre todo, cuando se trata de las
funciones esenciales genéricas o estructurales. Algunos ejemplos
posibles son el seguimiento y análisis del estado de salud, el desarrollo
de los recursos humanos, o el fomento de la investigación y del
desarrollo de la tecnología en materia de salud. El potencial de la
perspectiva de la salud pública en el contexto de las prácticas sociales
que conciernen a la salud parece ser extraordinario para el desarrollo de
la salud pública, especialmente en las condiciones que se dan en los
países de América Latina y el Caribe.
Sin embargo, su comprensión y gestión, están todavía en un estado
incipiente y el aumento del esfuerzo sistemático para aplicarlas y
mejorar su gestión es uno de los objetivos de la Iniciativa “La salud
pública en las Américas”.

Las responsabilidades institucionales en materia de salud pública:


La principal responsabilidad institucional con respecto a la salud pública
corresponde al Estado, como la institución social fundamental que debe
interpretar las necesidades de la sociedad y responder a ellas y actuar
para satisfacerlas de la manera más eficaz posible.
Esa responsabilidad principal del Estado no debe emplearse para
eliminar o inhibir las responsabilidades y actuaciones de otras
instituciones u organizaciones sociales. Así pues, el Estado no debe
pretender hacerse con el monopolio de la salud pública, aunque sea su
principal responsable al servicio de la sociedad. Al contrario, el mejor
cumplimiento de esa responsabilidad le exige la movilización,
orientación, articulación y apoyo de los diversos agentes sociales y de la
propia sociedad a favor de la salud de la población y la insistencia en
ello está justificada por su importancia para la salud pública.
Esta responsabilidad se distribuye entre los diversos poderes que
constituyen el Estado y entre los sectores del gobierno que cubren las
áreas relacionadas con la salud pública, pero está concentrada en el
sector de la salud y más exactamente en la institución u organización
con responsabilidad de la rectoría del sector, el ministerio o secretaría
nacional de salud, o sea, lo que hemos llamado la autoridad sanitaria
nacional (ASN).
La ASN recibe pues del Estado, como parte del gobierno, la
responsabilidad legal de velar por la salud de la población, por la salud
pública. Pero se trata de mucho más que de una mera responsabilidad
formal, es el compromiso moral y ético de asumir los intereses de la
sociedad y de la población en el área de la salud y la obligación de
hacerlos suyos.
El compromiso implica la búsqueda de los mejores resultados en la
ejecución directa de las actuaciones que se encuentran bajo su
responsabilidad específica y la máxima eficacia en la movilización de los
diversos agentes sociales en favor de la salud pública. Es, por
consiguiente, un compromiso con dimensiones técnico-científicas y de
gestión, pero también y principalmente, un compromiso político y social
que tiene sus orígenes en el pacto que da vida y sustenta a la misma
sociedad y al Estado que la representa.
En el cumplimiento de su responsabilidad, la ASN es consideraba
responsable ante el gobierno al que pertenece y en cuyo nombre actúa,
ante el Estado como un todo, incluidos los otros poderes que no son el
ejecutivo y, sobre todo, en última instancia, ante la sociedad a cuyo
servicio se encuentra. La responsabilidad principal de la ASN con
respecto a la salud pública no es, sin embargo, un monopolio dentro del
Estado. Los poderes del Estado tienen sus parcelas específicas de
responsabilidad de la salud pública en cuanto al ejercicio de
atribuciones intransferibles: el poder legislativo, en lo relativo a la
legislación y al control político y de la gestión general del gobierno en
nombre de la población a la que representa políticamente; el poder
judicial, en cuanto al cumplimiento de las leyes; el ministerio público o
su equivalente (procuradurías, etc.), en cuanto a otros mecanismos de
defensa de los derechos del ciudadano, que es cada vez más el cuarto
poder en las democracias modernas y cuya responsabilidad radica en la
vigilancia del respeto a los derechos legalmente reconocidos.
Dentro del poder ejecutivo, es decir del gobierno en sentido estricto, del
cual forma parte la ASN, hay otros sectores que intervienen de forma
muy significativa en la salud pública, aunque lo hagan sin la finalidad
específica o primordial de proteger la salud de la población. También en
el llamado sector de la salud existen generalmente instituciones y
organizaciones que no están formalmente subordinadas a la ASN y que
realizan intervenciones en materia de salud pública.
Todos estos actores e instituciones deben coordinarse para que actúen
de forma sinérgica en favor de la salud pública, lo que representa una
parte importante de la misión y responsabilidad de la ASN. La actuación
del Estado, coordinada por la ASN, se proyecta hacia la sociedad civil,
articulándose y complementándose con la intervención de los agentes
sociales no estatales, como instituciones u organizaciones, en el
esfuerzo de movilización de toda la sociedad a favor de la salud pública
que se manifestará en prácticas sociales saludables y generadoras de
salud.
La indicación sucinta de ese proceso realza, una vez más, su carácter
social integral y el ámbito ampliado de las responsabilidades de la
autoridad sanitaria indicadas en las FESP. Las condiciones del ejercicio
de las atribuciones de la autoridad sanitaria son variables con relación a
las situaciones nacionales y subnacionales correspondientes. Hay, sin
embargo, características genéricas que parecen comunes a la mayor
parte de esas situaciones y que pueden ser consideradas como
referentes para la especificación de las condiciones de cada caso.
1) Las relaciones de complementariedad con los sectores pertinentes
de la actuación del Estado, desde la definición del marco jurídico
necesario que incluye la definición de las propias atribuciones de
intervención y de normativa de la ASN, hasta la actuación intersectorial
en la atención integrada a la población
2) La incorporación eficaz de la salud pública en el proyecto integral de
desarrollo, condición que favorece la actuación intersectorial eficaz y de
gran significado político para la salud pública y la ASN.
3) La distribución de responsabilidades entre los niveles y los
componentes dentro de la misma autoridad sanitaria, entre los niveles
político-administrativos del Estado y los componentes de organización
de la ASN y su articulación efectiva en función de un proyecto común.
La consecuencia de esto es la integración de la salud pública como
componente esencial de los sistemas de salud.
4) El desarrollo de una capacidad efectiva para la participación real de
la población, lo que implica, entre otras cosas, el desarrollo de un capital
social adecuado, la transparencia, la comunicación, la gestión
participativa y la aceptación del control social ejercido por la ciudadanía.
5) La optimización en el uso de los instrumentos científicos y técnicos
destinados al mejor reconocimiento de las realidades y la selección y
ejecución de las mejores soluciones posibles. Como ya se ha afirmado
anteriormente, ésta es una estrategia básica para aprovechar al máximo
la capacidad de la ASN de facilitar la creación de las otras condiciones,
puesto que le confiere reconocimiento, prestigio y autoridad para su
actuación. Esto implica asimismo la importancia del desarrollo de la
capacidad institucional para el fortalecimiento de la práctica de la salud
pública.
Una simple mirada hacia esas condiciones realza la complejidad de la
misión de la ASN en el cumplimiento de su responsabilidad respecto a
la salud pública y a sus funciones esenciales. Así pues, aparte de la
disponibilidad de recursos e instrumentos legales, hay cuatro requisitos
fundamentales para el desempeño satisfactorio de esta misión:
a) Optimización en la realización de las funciones reconocidas como
propias o específicas, que sirven de base al reconocimiento de la
capacidad de la ASN y favorece el cumplimiento de las funciones de
relación.
b) Capacidad de conocimiento de la realidad y de sustentar sus
propuestas con pruebas irrefutables.
c) Posesión de un proyecto consistente, siempre inacabado y en
evolución permanente, aunque con referentes básicos, como la
finalidad, las estrategias y la configuración operativa, suficientemente
estables y ejecutables.
d) Y, por último, una capacidad de diálogo, convencimiento y
negociación que permita movilizar apoyos y neutralizar oposiciones, o
sea, una auténtica capacidad de actuación política. Los cuatro requisitos
exigen un liderazgo eficaz y productivo. No se trata solamente de
formas de liderazgo personal o carismático en el sentido weberiano del
término, sino de una capacidad que va más allá de eso; es el liderazgo
multiplicado en la actuación de diversos líderes y sustentado por la
vigencia de valores y fines comunes. No se prescinde del carisma, de la
autoridad o de la tradición, pero tampoco se depende exclusiva o
principalmente de ellos.
Construido sobre ideas y valores compartidos y con la participación de
muchos actores, permite incluso la renovación de los líderes en las
posiciones de poder sin que ello perjudique la evolución del proceso; es
el liderazgo propio de una democracia plena, que se manifiesta también
por medio de una participación permanente.
La responsabilidad institucional con respecto a la salud pública es parte
de la responsabilidad global hacia el bienestar de la población. No sólo
porque la salud es producto y fin de las condiciones y calidad de vida,
sino también porque la salud pública es componente y estrategia para
mejorarlas. De ese modo, la responsabilidad hacia la salud pública
implica también parte de la responsabilidad mayor hacia el desarrollo
humano integral, lo que se convierte en un aspecto fundamental para el
desarrollo de políticas y estrategias de salud pública fuertemente
dependientes de las políticas y estrategias de desarrollo.
La responsabilidad de la ASN con respecto a la salud pública y sus
funciones esenciales es parte de la función global de rectoría del
sistema de salud, también responsabilidad de la ASN, lo que no implica
que la autoridad sanitaria cumpla directamente cada función.
Las FESP son instrumentos de la ASN dentro de la rectoría del sistema
de salud que ayudan a cumplir las funciones específicas de la rectoría,
como son la conducción, la ordenación de la prestación de servicios de
atención, la modulación de la financiación y la garantía de la protección
social de la salud, su regulación, etc. Funcionan también como criterio
de orientación de las otras funciones globales del sistema de salud,
como ya se ha mencionado.
En efecto, la salud de la población y, especialmente, su promoción y
protección, deben ser un criterio rector fundamental de todo el sistema
de salud y, particularmente, del modelo de atención que le da contenido
y que, en definitiva, es el referente principal de su organización y su
funcionamiento.
Por último, en el seno de la sociedad civil, la responsabilidad de las
instituciones sociales privadas o no estatales con respecto a la salud
pública puede ser específica, es decir, la principal de la organización, o
secundaria y puede ser formal o informal. Las organizaciones sociales
privadas específicas de salud incorporan en su constitución una
responsabilidad principal hacia la salud de las personas o de la
población. Otras organizaciones sociales, con fines más amplios o
relacionadas con la salud, contribuyen a la salud pública como parte de
esas responsabilidades. Ambas están obligadas formalmente a no
causar daños a la salud en los límites de las disposiciones jurídicas
válidas para todos, pero desarrollan esencialmente sus actividades
como consecuencia de decisiones voluntarias.
La contribución de esas instituciones y organizaciones puede ser de
gran valor para la salud pública. Desde la familia a las organizaciones
comunitarias o no gubernamentales de salud o correlacionadas con ella,
desde la religión o las iglesias a la prensa, desde la escuela a los
sindicatos y los partidos políticos, todas estas organizaciones
constituyen un universo creciente de actores que pueden asociarse en
redes de relaciones y actuaciones que permiten contribuir
decisivamente a la mejora de la salud pública.
Estos múltiples agentes sociales son la manifestación organizada de la
sociedad civil que completa y hasta conforma la actuación del Estado y
de la ASN y cuya movilización y articulación eficaces son fundamentales
para que las funciones esenciales de la salud pública, bajo la
responsabilidad de la autoridad sanitaria, se proyecten hacia toda la
sociedad, se vinculen efectivamente con las prácticas sociales y se
constituyan en indicadores idóneos de todo el ámbito social de la salud
pública.
La salud pública en la región enfrenta nuevos desafíos como la
reemergencia de las enfermedades infecciosas y los cambios en
aspectos políticos, sociales y económicos que determinan la salud y la
equidad en la salud de la población. Estos se suman a los desafíos
persistentes relacionados con las debilidades de los sistemas de salud.
Para hacerle frente a estos desafíos, las autoridades de salud, en todos
los niveles institucionales y junto con la sociedad civil, apuestan a
desarrollar un conjunto de capacidades para fortalecer los sistemas de
salud y garantizar un ejercicio pleno del derecho a la salud, actuando
sobre los factores de riesgo y los determinantes sociales que tienen un
efecto en la salud de la población.
Estas capacidades se enmarcan en diferentes etapas del ciclo de
políticas: evaluar el estado de salud de la población y los factores de la
mala salud, desarrollar políticas para fortalecer los sistemas de salud y
abordar los determinantes, asignar los recursos necesarios, y garantizar
el acceso a todas las intervenciones y servicios de salud pública.

● En promedio, alrededor de una tercera parte de las personas en


los países de las Américas (29,3%) reportaron no buscar atención
en salud cuando lo necesitaron debido a múltiples barreras de
acceso.
● Entre los que reportaron no buscar atención, el 17,2% atribuyó su
decisión a barreras organizativas (ej. largos tiempos de espera,
horas de atención inadecuadas, requisitos administrativos
engorrosos).
● Las barreras financieras fueron reportadas en el 15,1% de los
casos, la disponibilidad inadecuada de recursos (ej. falta personal
de salud, medicamentos e insumos) en el 8,4% de los casos y las
barreras geográficas en el 5,4% de los casos.
● Es importante destacar que el 8,0% atribuyó su decisión a
barreras de aceptabilidad (ej. barreras lingüísticas, falta de
confianza en el personal de salud o maltrato por parte del
personal, preferencia por la medicina tradicional e indígena).
● Las personas en el quintil de riqueza más pobre fueron más
propensas a experimentar barreras de aceptabilidad, financieras,
geográficas y de falta de disponibilidad de recursos.
Esta propuesta renovada de las FESP busca orientar el desarrollo de
políticas de salud pública a través de la colaboración intersectorial
durante cuatro etapas que forman parte de un ciclo de políticas
integrado: evaluación, desarrollo de políticas, asignación de recursos y
acceso. Asimismo, se introduce un nuevo paradigma para la salud
pública basado en cuatro pilares orientados a la acción: i) la necesidad
de aplicar valores éticos de la salud pública para abordar las
inequidades en relación con la salud y sus causas, ii) abordar las
condiciones sociales, económicas, culturales y políticas que determinan
la salud de las poblaciones, garantizar el acceso universal a servicios de
salud pública integrales e integrados, individuales y colectivos y, iv)
expandir la función de rectoría de las autoridades de salud para abordar
los desafíos de la salud pública.

La OPS(Organizacion Panamericana de la Salud) brinda cooperación


técnica en relación con las funciones esenciales de salud pública
relacionadas con la evaluación, el desarrollo de políticas, la asginación
de recursos, y el aceso; para fortalecer los sistemas de salud, en
particular para prevenir, detectar, evaluar y responder a eventos de
salud pública, y para promover la adopción de enfoques integrados y
multisectoriales encaminados a alcanzar la salud universal.
Promueve el intercambio de conocimiento, las buenas prácticas y la
cooperación para el fortalecimiento de las funciones esenciales de la
salud pública y de los sistemas de salud.
Actualización de las funciones esenciales de la salud pública en las
américas:
Los Cambios en el panorama de la salud pública, contra la primera
razón para revisar y actualizar el abordaje de las funciones esenciales
de la salud pública surge de la necesidad de la visión más integral para
la salud pública a fin de enfrentar los desafios del siglo XXI.La
emergencia de enfermedades infecciosas representa una amenaza
creciente para la salud de la población, algo que debe tomarse en
cuenta como un componente central de la agenda de fortalecimiento
de la salud pública de los países, así como a nivel regional y mundial.
Los inmensos desafíos para responder a la pandemia COVID-19 tienen
antecedentes importantes y recientes durante este siglo que no deben
soslayarse. En este marco, es necesario mencionar la pandemia por el
virus de la gripe H1N1 en el 2009, el brote de la enfermedad causada
por el virus del Ébola en África Occidental en el 2014 y el 2015, y la
introducción de los virus del chikunguña (2013) y del Zika (2015). En
todos los casos, la emergencia de los brotes de las enfermedades
desafía la capacidad de respuesta del sistema de salud para garantizar
el acceso a intervenciones de salud de calidad.
Al mismo tiempo, hay aspectos políticos, sociales y económicos que
determinan la salud y la equidad en la salud de la población que han
estado tradicionalmente fuera del ámbito de acción de la salud pública y
que demandan respuestas innovadoras. Los cambios socioeconómicos
y políticos que han ocurrido desde el desarrollo de las FESP en el 2002
llevaron a la aparición de nuevos problemas de salud pública de alta
prevalencia y costos asociados, que demandan cada vez más que los
sistemas de salud estén mejor preparados para responder a los retos
planteados por los problemas de salud y sus determinantes.
El envejecimiento y las nuevas condiciones epidemiológicas y
socioeconómicas han llevado al aumento de las enfermedades no
transmisibles, del sufrimiento mental, de la discapacidad, de los
traumatismos causados por el tránsito y de la violencia doméstica e
interpersonal, y estas situaciones han ocupado los primeros lugares
entre los principales problemas de salud que requieren de un abordaje
intersectorial y el fortalecimiento de los sistemas de seguridad social y
de los sistemas de salud. Asimismo, la migración irregular y forzada,
impulsada en gran medida por factores económicos, las actividades
ilícitas (tráfico de drogas y delincuencia organizada), el conflicto armado
y la violencia, pone a las poblaciones afectadas por estos
desplazamientos en situación de vulnerabilidad, en mayor riesgo de
sufrir violencia, abuso, traumatismos y enfermedades, a lo que se suma
un acceso limitado a la atención y los servicios. El cambio climático
también representa una amenaza para la salud pública que requiere de
atención inmediata. La Región de las Américas es una zona propensa a
los desastres naturales, como huracanes, erupciones volcánicas,
terremotos e inundaciones, que a menudo causan pérdidas de vidas
humanas y daños al medioambiente y las infraestructuras. Por otra
parte, la integración del mercado global y el incremento en los flujos
internacionales de patógenos, información, mercado, finanzas y
personas conllevan desafíos crecientes para las políticas y la práctica
de la salud pública. Uno de esos efectos lo constituye el cambio en los
patrones epidemiológicos de las enfermedades transmisibles, ya que la
apertura de rutas de viaje y comercio entre países se ha visto
acompañada de la propagación de estas enfermedades y sus vectores.
Los cambios en las normas internacionales sobre la protección de
patentes que afectan al acceso a los medicamentos esenciales también
constituyen ejemplos importantes. Estos problemas evidencian la
necesidad de la cooperación entre países y organismos en espacios
supranacionales para abordar los determinantes sociales de la salud en
las políticas mundiales

Las funciones esenciales de la salud pública en las Américas. Una


renovación para el siglo XXI.

Las once funciones esenciales de la salud pública (FESP) para la


Región las Américas:
Las once funciones esenciales que los sistemas de salud deberían
observar se basan en evaluar el estado de salud de la población y los
factores de la mala salud, desarrollar políticas para fortalecer los
sistemas de salud y abordar los determinantes, asignar los recursos
necesarios, y garantizar el acceso a todas las intervenciones y servicios
de salud pública.

Como novedad, las funciones esenciales se enmarcan como


capacidades institucionales que los países deberían fortalecer para una
apropiada formulación de acciones de salud pública. Asimismo, se
asume un rol de participación de la sociedad civil y actores claves como
parte del proceso de desarrollo de políticas, y no se los limita a ser
facilitadores de la prestación de servicios. También, asumen más
relevancia las intervenciones intersectoriales que abordan los
determinantes sociales de la salud.

Funciones esenciales de la salud:

● Monitoreo y evaluación de la salud y el bienestar, la equidad, los


determinantes sociales de la salud y el desempeño e impacto de
los sistemas de salud;
● la vigilancia en la salud pública: el control y la gestión de los
riesgos para la salud y las emergencias;
● promoción y gestión de la investigación y el conocimiento en el
ámbito de la salud;
● formulación e implementación de políticas de salud y promoción
de legislación que proteja la salud de la población;
● participación y movilización social, inclusión de actores
estratégicos y transparencia;
● desarrollo de recursos humanos para la salud;
● asegurar el acceso y el uso racional de medicamentos y otras
tecnologías sanitarias esenciales de calidad, seguras y eficaces;
● financiamiento de la salud eficiente y equitativo;
● acceso equitativo a servicios de salud integrales y de calidad;
● acceso equitativo a intervenciones que buscan promover la salud,
reducir factores de riesgo y favorecer comportamientos
saludables; y
● gestión y promoción de las intervenciones sobre los determinantes
sociales de la salud.

Descripción:

FESP 1. Monitoreo y evaluación de la salud y el bienestar, la equidad,


los determinantes sociales de la salud y el desempeño e impacto de los
sistemas de salud: La función La FESP 1 contiene las acciones que
aseguran la disponibilidad, el análisis y el uso de información sobre el
estado de salud y bienestar de la población, la equidad en relación con
la salud, los determinantes sociales de la salud, la capacidad de
respuesta del sistema de salud y las acciones de salud pública de tipo
poblacional e individual. Esta función se orienta a fortalecer las
capacidades de las autoridades de salud para implementar los procesos
de monitoreo y evaluación, incluyendo el uso de tecnologías de la
información, la administración de datos, la previsión y la configuración
de escenarios, y el análisis y la utilización de esta información en los
procesos de formulación de políticas para la salud y de planificación
sectorial para responder a las necesidades de salud de la población.

Mecanismos para fortalecer la función: La ejecución de esta función


requiere de la existencia de instancias legítimas e institucionalizadas
con incumbencia y responsabilidad para definir y asumir las funciones
relacionadas con los componentes del sistema de monitoreo y
evaluación de las políticas y programas de salud pública. La existencia
de una gobernanza sólida y mecanismos de coordinación entre actores,
en conjunto con un plan integral de monitoreo y evaluación, son
componentes que ayudan en este proceso (96). Dada la naturaleza
intersectorial de la salud pública y el abordaje de los determinantes
sociales, también es necesario mejorar la coordinación intersectorial
para lograr armonizar y promover un abordaje estatal e integrado del
monitoreo y la evaluación.

FESP 2. La vigilancia en la salud pública: el control y la gestión de los


riesgos para la salud y las emergencias.Esta función considera el
fortalecimiento de las capacidades institucionales y de conducción de
las autoridades de salud para garantizar una adecuada vigilancia,
control, gestión y respuesta a los riesgos para la salud, incluyendo los
brotes de enfermedades transmisibles, las emergencias y los factores
de riesgo de las enfermedades no transmisibles, la salud mental y
lesiones, entre otros temas.Es así como esta función está constituida
por diferentes tipos de prácticas, cuyo eje común reside en el
procesamiento sistemático de información para la acción. Dentro de
dichas prácticas se incluyen la vigilancia epidemiológica de las
enfermedades transmisibles y la vigilancia en el ámbito de la salud
pública para subsidiar la toma de decisiones sobre medidas de
prevención y control de eventos relacionados con la salud (riesgos y
daños) o para recomendar acciones de promoción de la salud.

Mecanismos para fortalecer la función: El principal reto que enfrentan


los sistemas de vigilancia es su integración en las funciones de las
autoridades de salud, con un enfoque basado en los eventos y
capacidad para detectar riesgos y eventos de forma más expedita. De
igual manera, el fortalecimiento de la vigilancia requiere de un flujo de
datos constante e ininterrumpido al grupo de actores involucrados en la
gestión de la respuesta a los eventos, tanto nacionales como
internacionales. Finalmente, debe haber una adecuada gestión de los
recursos para poder transformar oportunamente ese flujo de datos en
evidencia para una toma de decisiones acertada por parte de las
autoridades de salud en el momento de gestionar una respuesta.

FESP 3. Promoción y gestión de la investigación y el conocimiento en el


ámbito de la salud: Esta función comprende la producción de
conocimiento científico y su integración al proceso de formulación de
políticas de salud de las autoridades de salud para garantizar estas
contribuciones fundamentales para el fortalecimiento de los sistemas de
salud y la salud pública.

Mecanismos para fortalecer la función: Esta función requiere de


mecanismos efectivos y eficientes de rectoría y gobernanza de la
investigación, que contribuyan a la formulación y al financiamiento de
líneas de investigación alineadas con las políticas y prioridades
definidas por las autoridades de salud. Estas deben tomar en
consideración los determinantes sociales de la salud y los desafíos del
marco regulatorio sectorial e intersectorial y su influencia sobre las
limitaciones y desafíos de la capacidad de respuesta de los sistemas de
salud (161,174), así como los aportes de la investigación necesarios
para que los países logren los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
con los que están comprometidos. El Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (CONACYT) de México ha sido un modelo de financiamiento
sostenible de la investigación para la salud en los países de la
región.Otros países de la Región, como Argentina, Chile, Colombia y
Uruguay, han implementado abordajes similares para la distribución de
fondos para la investigación, a través de convocatorias anuales para
propuestas de investigación, como estrategia para aumentar la
coordinación entre el financiamiento y las prioridades de investigación
para la salud.

FESP 4. Formulación e implementación de políticas de salud y


promoción de legislación que proteja la salud de la población : Esta
función comprende de forma integral dos componentes: el desarrollo de
las capacidades de las autoridades de salud para formular e
implementar políticas sectoriales que aborden los problemas de salud
de la población y estén informadas por el mejor conocimiento disponible
y relevante, y el fortalecimiento de su influencia sobre la producción de
un cuerpo legislativo que defina una estructura institucional formal y
regulatoria del sector de la salud. Ambos componentes deberían estar
guiados por los valores, las premisas y los objetivos de avanzar hacia el
acceso y la cobertura universal de la salud a través del fortalecimiento
de la estructura institucional del sector de la salud como respuesta a los
desafíos y problemas de salud de la población.

Mecanismos para fortalecer la función: Las políticas, estrategias y


planes del sector de la salud deben articular todas las metas, objetivos y
actividades de una forma integral y coherente, guiados por los principios
y líneas estratégicas de la Estrategia para el acceso universal a la salud
y la cobertura universal de salud. Se deben considerar todos los
programas y servicios del sector, para facilitar la coordinación y evitar la
fragmentación debido a la planificación y la implementación paralelas.
Para ello es importante que la planificación de políticas incluya todos los
aspectos que tienen impacto en el sector de la salud, como los recursos
humanos, las tecnologías de la salud, los arreglos financieros, los
servicios de salud personales y colectivos, los programas específicos,
los determinantes sociales y todos los actores, públicos y privados, así
como las políticas externas al ámbito del sector de la salud que tienen
un impacto directo en la salud de la población.

FESP 5.Participación y movilización social, inclusión de actores


estratégicos y transparencia: Esta función comprende la acción de
actores sociales con capacidad, habilidad y oportunidad para identificar
problemas y necesidades, definir prioridades y formular y negociar sus
propuestas en el desarrollo de la salud, de una manera deliberada,
democrática y concertada (184). La función abarca las acciones
colectivas mediante las cuales la sociedad civil y la comunidad
organizada intervienen e influyen directamente en la organización, el
control, la gestión y la fiscalización de las instituciones y del sistema de
salud en su conjunto.

Mecanismos para fortalecer la función : Es necesario empoderar a la


sociedad civil y la comunidad para que asuman su función de promover
y exigir que las políticas de salud establezcan un contexto social,
económico y ambiental en el que se garantice el derecho universal a la
salud, además de asegurar que cuenten con mecanismos de
financiamiento transparentes y equitativos, ajenos a los conflictos de
interés. Al mismo tiempo, el Estado debe garantizar espacios de
formulación de políticas y toma de decisiones genuinamente
democráticos y asegurar la participación efectiva de las poblaciones en
condiciones de vulnerabilidad, de modo que las políticas reflejen
respuestas a sus necesidades. Un aumento en la transparencia de los
procesos y en la información que la población recibe es esencial a fin de
que esta pueda tomar decisiones fundamentadas en la realidad.
FESP 6. Desarrollo de recursos humanos para la salud: Está FESP
incluye la ejecución de políticas, reglamentos e intervenciones
relacionados con la capacitación, el empleo y las condiciones de trabajo,
la movilidad interna y externa, y la reglamentación de la educación y la
práctica profesional, así como la distribución de los recursos humanos
para la salud pública. Aunque dichas acciones están bajo la rectoría de
las autoridades de salud, la función también requiere acciones de
planificación estratégica con capacidad técnica y política para elaborar e
implementar intervenciones sinérgicas en sectores distintos al de la
salud, cada uno de los cuales incluye a actores diversos con
responsabilidades, objetivos e intereses específicos.

Mecanismos para fortalecer la función: Se debe consolidar la


gobernanza de los recursos humanos para la salud, la regulación y la
fiscalización del proceso de formación, la regulación del mercado de
trabajo y la regulación profesional (202). El fortalecimiento de la función
rectora de las autoridades de salud para conducir procesos
intersectoriales (incluso con los sectores de educación, trabajo y
finanzas) es esencial para el desarrollo del personal de salud, de
acuerdo con las necesidades de salud de la población y en consonancia
con un sistema de salud basado en la atención primaria de salud.

FESP 7. Asegurar el acceso y el uso racional de medicamentos y otras


tecnologías sanitarias esenciales de calidad, seguras y eficaces
Descripción de la función El acceso equitativo a los medicamentos y
otras tecnologías sanitarias es una prioridad mundial que fue acordada
en el 2016 como parte de los ODS. A nivel regional, la resolución de la
OPS sobre El acceso y uso racional de los medicamentos y otras
tecnologías de alto costo da cuenta de la importancia del acceso y el
uso racional de medicamentos y otras tecnologías sanitarias y postula
cómo los países pueden fortalecer la función de asegurar su acceso a
través de diferentes opciones de política.

Mecanismos para fortalecer la : La OMS ha señalado que “mejorar el


acceso a los productos sanitarios es un reto multidimensional que
requiere políticas y estrategias nacionales de carácter integral. Dichas
políticas y estrategias deben armonizar las necesidades de salud
pública con los objetivos de desarrollo económico y social y promover la
colaboración con otros sectores, asociados y partes interesadas;
también deben ajustarse a los marcos legislativo y reglamentario y
cubrir todo el ciclo de vida de los productos, desde la investigación y el
desarrollo hasta el aseguramiento de la calidad, la gestión de la cadena
de suministro y la utilización”

FESP 8. Financiamiento de la salud eficiente y equitativo: Esta función


corresponde al abordaje de cada uno de los elementos del proceso de
financiamiento del sector de la salud, cuya expresión más tangible para
el ente rector, aunque no se reduce solo a ello, es el presupuesto
sectorial. La inclusión de esta función permite dos contribuciones
importantes. En primer lugar, está FESP abarca las diferentes funciones
del modelo de financiamiento del sistema de salud, con una perspectiva
de integración de todas las acciones de salud pública, tanto individuales
como colectivas, con el objetivo de mejorar la equidad y la eficiencia del
sistema de salud. En segundo lugar, y de forma complementaria, esta
FESP asume un papel facilitador de la realización de este abordaje
integral de las FESP, como herramienta de financiamiento del conjunto
de dichas FESP.

Mecanismos para fortalecer la función: Garantizar la disponibilidad de


recursos financieros es importante para aumentar y sostener las
mejoras en las condiciones de acceso a la salud, reducir las
inequidades e implementar intervenciones de salud pública efectivas.
Un mayor espacio fiscal para salud (con mayor recaudación, priorización
sobre la salud y mayor eficiencia) y su reflejo en el presupuesto, en
tanto forma de planificación financiera para el logro de objetivos de
salud, se vuelve una condición necesaria para las autoridades de salud.

FESP 9.Acceso equitativo a servicios de salud integrales y de calidad


Descripción de la función: Esta función incluye las acciones para
garantizar el acceso a servicios de salud pública integrales y de calidad,
ampliados progresivamente, y coherentes con las necesidades de salud,
las capacidades del sistema y el contexto nacional, a través de la
organización y la gestión de servicios de salud centrados en la persona,
con enfoque de riesgo familiar y comunitario, curso de vida,
determinantes sociales de la salud y salud en todas las políticas. La
calidad de los servicios de salud consiste en satisfacer las necesidades
de salud de las personas, las familias y las comunidades con base en
las mejores prácticas, la ética y el conocimiento científico, contribuyendo
a la equidad y el bienestar, sin dejar a nadie atrás, lo que implica una
particular atención a la diversidad y a las personas y poblaciones en
situación de vulnerabilidad. La calidad de la atención en la prestación de
servicios de salud es la atención centrada en las personas, las familias y
las comunidades, con niveles óptimos de seguridad, efectividad,
oportunidad, eficiencia y acceso equitativo como atributos esenciales en
su definición. El logro de estos atributos viene determinado por la
disponibilidad de los servicios y su adecuada organización y gestión.

Mecanismos para fortalecer la función: Es necesario asegurar el acceso


a servicios de salud integrales mediante un primer nivel de atención con
capacidad resolutiva, en el marco de redes de servicios de salud, para
responder a la mayoría de las necesidades de salud individuales y
colectivas de la población, con intervenciones para la protección de la
salud de la población.

FESP 10. Acceso equitativo a intervenciones que buscan promover la


salud, reducir factores de riesgo y favorecer comportamientos
saludables Descripción de la función Esta función contempla las
acciones para garantizar el acceso al conjunto de intervenciones de
salud pública cuyo objetivo es reducir la exposición a los factores de
riesgo y favorecer los entornos saludables. Entre ellas se pueden
mencionar las políticas de prevención de factores de riesgo de las
enfermedades no transmisibles, como las políticas fiscales (por ejemplo,
impuestos para el tabaco, el alcohol y las bebidas azucaradas), la
regulación de la comercialización y la promoción de determinados
productos (por ejemplo, la regulación o prohibición de la promoción del
tabaco y el alcohol), las regulaciones de etiquetado (tabaco, alimentos),
la promoción y la protección de la lactancia materna o la promoción de
la actividad física y los ambientes libres de humo de tabaco. También se
incluyen las políticas cuyo objetivo es el aseguramiento del
saneamiento, el transporte seguro, el control vectorial, el control de la
contaminación del aire, la inocuidad de los alimentos y la seguridad
alimentaria, la seguridad química, la adaptación al cambio climático y la
mitigación de sus efectos y la salud ambiental y la protección de la salud
de los trabajadores. La provisión de estos servicios poblaciones
permitirá que se produzca una mejoría en el estado de salud en
cohortes más amplias de la población. Para ello es fundamental que las
autoridades de salud recuperen el liderazgo de las alianzas
intersectoriales, dejadas a un lado a partir de la imposición del modelo
biomédico.

Mecanismos para fortalecer la función: Esta función requiere de las


primeras ocho funciones ya expuestas y de una capacidad de liderazgo
y coordinación para trabajar con los otros sectores. Igualmente, precisa
que se extienda la coordinación entre el sector de la salud y otros
sectores del Estado, la academia, el sector privado y otros sectores
cuyo quehacer tiene repercusiones sobre la salud. Esto requiere del
fortalecimiento de las iniciativas intersectoriales que identifican
explícitamente la mejora de los resultados de salud como uno de sus
objetivos principales. En estos casos, las autoridades de salud deben
asumir el liderazgo en la supervisión y coordinación de los servicios
sociales y de salud y asegurar una estrecha colaboración con los demás
sectores.

FESP 11.Gestión y promoción de las intervenciones sobre los


determinantes sociales de la salud Descripción de la función Esta
función abarca el conjunto de iniciativas intersectoriales que están
enfocadas en abordar factores estructurales de tipo socioeconómico que
afectan la salud, aunque gran parte de estos no se encuentren bajo el
control directo del sector de la salud. Si bien el propio sistema de salud
es un determinante importante, otros determinantes, como la calidad de
la educación, la fortaleza del mercado laboral, la seguridad del ambiente
laboral y la calidad de los vecindarios, deben ser abordados de forma
intersectorial. El papel principal de las autoridades de salud para el
ejercicio de esta función es actuar como socios en el desarrollo y la
implementación de las iniciativas. En estos casos, se busca promover
una gobernanza de salud en todas las políticas.
Mecanismos para fortalecer la función: Las soluciones a los problemas
mencionados requieren de esfuerzos de colaboración entre distintos
sectores a nivel local, estatal, regional y nacional, incluidos los
organismos gubernamentales, el sector privado y las organizaciones
comunitarias. La colaboración entre sectores también puede
materializarse a través del análisis del impacto en la salud, la promoción
de mejoras mediante la identificación de oportunidades para compartir
recursos y reducir ineficiencias en el uso de los recursos del Estado, o la
promoción de las innovaciones intersectoriales.

Desafíos de la salud pública:

La siguiente razón para actualizar las FESP

1. Agudización del deterioro o descuido de la salud pública.


2. Intervenciones como los programas relacionados con la seguridad
alimentaria, el agua potable, la inmunización y el control de las
enfermedades transmisibles se han visto desprotegidas en los
últimos años, con menor inversión en ellas y reducción en el valor
percibido de dichas intervenciones.
3. Enfermedades transmisibles.
4. Número de muertes maternas e infantiles, incluidas las causadas
por carencias nutricionales.
5. Persistencia y reemergencia de algunas enfermedades
infecciosas asociadas a la pobreza y los cambios
socioeconómicos ambientales, como las enfermedades
arbovirales reemergencia del cólera.
6. Cambios en aspectos políticos, sociales y económicos que
determinan la salud y la equidad en la salud de la población.
7. Hacer que la atención médica sea más justa
8. Fragilidad persistente de los sistemas de salud para responder a
las necesidades de la población,
9. Reducir los niveles de pobreza extrema y el hambre, reducir la
mortalidad en menores de 1 año y de 5 años, y los avances
notables en la sostenibilidad ambiental.
10. Sistemas inadecuados de vigilancia, respuesta e información
de salud.
11. Ejecución deficiente de las estrategias de prevención y
promoción.
12. Falta de profesionales de la salud.
13. Persistencia de las distintas barreras de acceso y la existencia
de instituciones de salud que no disponen de la infraestructura
adecuada.

Estas deficiencias representan también la falta de coherencia y


capacidad de cumplimiento en la planificación de actividades de salud
pública, incluyendo la falta de vinculación y coordinación necesarias
entre los servicios de salud individual y los servicios de salud colectivos
y, de forma más amplia, las dificultades que enfrentan las autoridades
de salud para actuar de manera coherente y sistemática con una
interpretación integrada de sus funciones de rectoría del sistema de
salud. Las acciones de salud pública generalmente se gestionan desde
diferentes organismos gubernamentales que operan bajo estructuras
institucionales fragmentadas, y a menudo de forma incoherente, con
distintas intervenciones y programas de salud pública. Al mismo tiempo,
muchas políticas de salud pública siguen siendo verticales, con su foco
exclusivo en enfermedades específicas, y no están bien coordinadas
con otros campos sociales relacionados, lo cual limita su impacto en la
salud de la población. En ese panorama, resulta necesario fortalecer un
abordaje integrado para ayudar a los programas individuales de salud
pública a lograr rigor y coherencia en su planificación.
Conclusión:

Las funciones esenciales de salud pública (FESP) son las capacidades


de las autoridades de salud, en todos los niveles institucionales y junto
con la sociedad civil, para fortalecer los sistemas de salud y garantizar
un ejercicio pleno del derecho a la salud, actuando sobre los factores de
riesgo y los determinantes sociales que tienen un efecto en la salud de
la población.

Las funciones esenciales se enmarcan como capacidades


institucionales que los países deberían fortalecer para una apropiada
formulación de acciones de salud pública. Asimismo, se asume un rol de
participación de la sociedad civil y actores claves como parte del
proceso de desarrollo de políticas, y no se los limita a ser facilitadores
de la prestación de servicios. También, asumen más relevancia las
intervenciones intersectoriales que abordan los determinantes sociales
de la salud.

Las FESP surgen de la agudización del deterioro o descuido de la salud


pública, que en la actualidad continúa siendo un motivo de reclamo
social en la Región. Es necesario advertir que intervenciones como los
programas relacionados con la seguridad alimentaria, el agua potable, la
inmunización y el control de las enfermedades transmisibles se han
visto desprotegidas en los últimos años, con menor inversión en ellas y
reducción en el valor percibido de dichas intervenciones.En algunos
países de la Región, la carga atribuible a las enfermedades
transmisibles y el número de muertes maternas e infantiles, incluidas las
causadas por carencias nutricionales, son aún altos.

La persistencia y reemergencia de algunas enfermedades infecciosas


asociadas a la pobreza y los cambios socioeconómicos ambientales,
como las enfermedades arbovirales reemergencia del cólera, ponen de
relieve la necesidad de reforzar actividades de la salud pública.
La persistencia de de las reformaciones se realizan para mantener un
sistema de salud al paso de los cambios de las enfermedades que
surgen en el siglo XXI, estas se resaltan con estrategias de protección
para la población en general, cada una no puede actuar sin la otra.
Bibliografía:

525 Twenty-third Street, NW Washington, D.C., 20037 Estados Unidos


de América
CDC/CLAISS/OPS. La salud pública en las Américas. Instrumento para
la medición de las funciones esenciales de la salud pública — Prueba
piloto (documento de trabajo); abril 2000.
OPS. Funciones esenciales de salud pública (doc.). CE126/17 (Esp.),
abril 2000.
Webgrafía:

http://www.digesa.minsa.gob.pe/publicaciones/descargas/salud_a
mericas/06--CH6--59-72.pdf
https://iris.paho.org/handle/10665.2/53125
https://www.paho.org/es/temas/funciones-esenciales-salud-publica
www.paho.org
https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/53125/9789275322659
_spa.pdf
Anexos:

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