Está en la página 1de 4

TEXTO AÑADIDO Nº 9 (LECCIÓN 5)

Clasificación de Tipos Penales1


Los tipos penales pueden clasificarse de distintas maneras según los
diferentes criterios que se tengan en cuenta. Todas las clases de tipos penales
y sus características se encuentran desarrolladas en distintas partes del
programa. No obstante, hemos estimado útil elaborar un texto sencillo donde
se concentren todas ellas y sus criterios, para su mejor abordaje y estudio por
parte de los alumnos.
1. Tipos dolosos e imprudentes (o culposos)
Según sus requisitos de “imputación subjetiva”, los tipos penales se
clasifican en tipos dolosos o imprudentes.
Los tipos dolosos constituyen la regla del Código penal (ej., el
homicidio simple del art. 79 CP). Se caracterizan porque además del tipo
objetivo requieren de un tipo subjetivo que contiene el dolo que exige la
figura penal respectiva (dolo directo -de primer o segundo grado- o también
dolo eventual). Por eso, su denominación. Suponen una decisión del agente
de obrar contra el bien jurídico, la norma y el valor ético-social
correspondiente que no concurre en la imprudencia. Aunque los tipos
dolosos a veces exigen la concurrencia de otros elementos internos que van
más allá del dolo en el tipo subjetivo -los por eso llamados elementos
subjetivos del injusto- (ej. el homicidio agravado del art. 80 inc. 7º CP que
exige, por ejemplo, que el autor, además del dolo de matar, tenga la intención
de procurar con ello su impunidad por otro delito).
Los tipos imprudentes (o culposos), en cambio, no requieren de un tipo
subjetivo (ej., el homicidio imprudente del art. 84 CP). Alcanza para ellos
con el tipo objetivo, en la medida en que concurran los aspectos personales
propios de la evitabilidad mínima -posibilidad y deber de evitar- que exige
la imputación objetiva que caracteriza la imprudencia (culpa). Se encuentran
contemplados en un sistema de numerus clausus por el cual, solo se los podrá
castigar cuando se contemple expresamente la modalidad imprudente. Su
conminación está prevista solo para algunos pocos delitos relacionados con
los bienes jurídicos, normas y valores ético-sociales más importantes -como
la vida, que se protege también con la figura del homicidio imprudente o
culposo-. Y sus sanciones, al no haber una decisión contra el bien jurídico,
siempre son significativamente menos graves.
Por lo tanto, en la mayoría de los casos, la ausencia del dolo,
determinará la inexistencia de un delito. Y cuando excepcionalmente se

1
Texto elaborado por Carlos J. Lascano (h) y Enrique Buteler para los alumnos de grado.
contemple en su modalidad imprudente, la sanción prevista será de una
gravedad considerablemente menor.
Dedicaremos una unidad a cada una de esta clase de delitos.
2. Tipos penales comisivos u omisivos
Los tipos penales pueden contener una prohibición, que ordena no
realizar una determinada conducta (el hurto del art. 162 CP), o un mandato,
que manda a realizar una determinada conducta (la omisión de auxilio del
art. 108 CP) para satisfacer la tutela que se dispensa al respectivo bien
jurídico. Los primeros se denominan tipos comisivos y constituyen la regla.
Los segundos confirman los llamados tipos omisivos -aunque en este proceso
expansivo, cada vez hay más-.
En el programa se dedica una lección al estudio de los delitos dolosos
de comisión y otra a los delitos dolosos de omisión.

3. Tipos de simple actividad y de resultado; y tipos de omisión propia


y omisión impropia
Los tipos de comisión y los imprudentes, pueden clasificarse -a su vez-
en delitos de simple actividad y de resultado.
Por el principio de exterioridad y las exigencias de lesividad, ambos
suponen modificaciones en el mundo exterior. Incluso, como señala Mir
Puig, pueden distinguirse en ellos un disvalor ex ante de acción y un disvalor
ex post de resultado. La diferencia está, en realidad, en que en los delitos de
simple actividad el resultado o alteración del mundo exterior está ínsito en la
propia conducta exigida por el tipo penal. En cambio, en los delitos de
resultado, el resultado o alteración exterior exigida se encuentra separado
espacio-temporalmente de la conducta también exigida por la figura legal.
Es el legislador quien decide, al diseñar la figura típica, si castiga solo
la conducta del autor o si para hacerlo exige la producción de un resultado
separado espacio-temporalmente de la conducta. Es más, cada vez es más
frecuente la sanción de delitos de simple actividad que a su vez suelen
vincularse con modalidades de lesividad de peligro abstracto -a la que vamos
a referirnos más adelante- en un cada vez más frecuente “adelantamiento de
barreras” -porque se permite castigar antes de la producción del resultado o
de la lesión del bien jurídico, o ambos -más frecuente-, según los casos-.
Por ejemplo, en el diseño del delito de violación de domicilio del art.
150 CP, el legislador solo exige el ingreso a domicilio ajeno contra la
voluntad presunta de su propietario. Para su castigo no incluye ningún
resultado espacio temporalmente separado de la conducta. Es cierto que el
desplazamiento físico del sujeto activo supone un cambio en el mundo
exterior, pero éste coincide con la conducta. No se separa en el tiempo ni en
espacio de ella.
Eso es muy distinto en el homicidio. Aquí se exige, no solo la conducta
típica, sino que esta produzca un resultado espacio temporalmente separado
de ella. El legislador pudo haber castigado solo la acción de intentar matar a
alguien, sin requerir de la producción de un resultado para su sanción. Sin
embargo, decidió castigar el homicidio consumado -más allá de la
posibilidad de castigar su tentativa con una pena menor, que es otra cuestión-
.
Los tipos de resultado plantean los problemas de la causalidad y, por
consiguiente, de la imputación objetiva, como veremos luego.
En los delitos de omisión no hay delitos de simple actividad o de
resultado, pero sí una situación equivalente. Por un lado, se encuentran los
supuestos de omisión propia que solo exigen realizar la conducta mandada.
De modo que la realización de cualquier otra acción en lugar de ella supone
la conducta típica. Por el otro lado, están los delitos de omisión impropia en
los que el mandato comprende no solo realizar una conducta sino también,
evitar con ella un resultado lesivo que de otro modo se va a producir.

4. Tipos de lesión y tipos de peligro (concreto y abstracto)


Los tipos penales pueden exigir la efectiva lesión de un bien jurídico
o su puesta en peligro. Ello no va necesariamente atado a la exigencia de un
delito de resultado, pues también hay delitos de simple actividad que
lesionan el bien jurídico protegido.
La diferencia reside en si el tipo penal supone la vulneración del bien
jurídico o solo su peligro. Por ejemplo, el delito de lesiones del art. 89 CP
exige la afectación de la integridad física del sujeto pasivo, que constituye el
bien jurídico que protege la figura. En cambio, el delito de agresión del art.
104 CP, solo requiere su puesta en peligro concreto sin necesidad de su
lesión.
A su vez, los delitos de peligro se subdividen -como ya vimos- en
delitos de peligro concreto y de peligro abstracto. En los primeros, es posible
sostener la existencia ex post de un riesgo efectivo para el bien jurídico. Esto
no ocurre en los delitos de peligro abstracto donde el tipo penal solo requiere
que la conducta sea ex ante riesgosa para el bien jurídico, sin necesidad de
esa peligrosidad ex post. Se trata de conductas que se castigan directamente
por su peligro estadístico, como sucede con la tenencia de armas de fuego
del art. 189 bis inc. 2º del CP.
5. Tipos congruentes e incongruentes
Veremos que según la relación de congruencia o no entre el tipo
objetivo y el tipo subjetivo exigido por la figura, tenemos tipos congruentes
-objetivo/subjetivamente- y tipos incongruentes.
El paradigma de los tipos congruentes se da con los delitos dolosos
que no exigen elementos subjetivos del injusto. El dolo se interpreta como
un reflejo intelectual-volitivo o intelectual, según las concepciones, del tipo
objetivo. No hay aspectos subjetivos que no coincidan con el tipo objetivo.
En el segundo grupo, esa congruencia objetivo-subjetiva no se da. Esto
puede ocurrir, por un lado, por “exceso subjetivo”, como sucede en los tipos
dolosos con elementos subjetivos del injusto. Ello, por cuanto éstos
contienen un plus subjetivo que va más allá del dolo y por ende del tipo
objetivo. Por otro lado, hay delitos incongruentes por “exceso objetivo”. Es
el caso de los tipos imprudentes, que carecen de tipo subjetivo al no requerir
de dolo. Más allá que, en absoluto suponen la consagración de casos de
responsabilidad objetiva, a partir de las consideraciones de evitabilidad -
relativas al principio de culpabilidad- que contiene la imputación objetiva y
el tipo objetivo penal.

También podría gustarte