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AL RECORRER LOS PASILLOS DEL

RECUERDO
Todo comenzó un día miércoles el día 19 del mes de abril, después de recreo,
entro la profesora de comunicación, quien fue que nos llevó a recorrer por los
pasillos del colegio, para poder recordar los últimos momentos que pasaremos en
nuestra Institución Educativa “SANTA ROSA DE VITERBO”, porque se llevara
a cabo la nueva construcción. En ese momento yo, Alicia dije tal vez ser el
último año que recorre los pasillos de mi colegió, llenándome de nostalgia, con
una alegría incomparable, por aquellos estudiantes que disfrutaran de la nueva
infraestructura.

Al primer lugar donde fuimos, fue al campo donde se encontraban los estudiantes
de segundo año de secundaria haciendo clases. Me recordó de aquellos tiempo,
cuando estuve en primaria, tratando imaginar que era un gatito, con alas para
volar al cielo, talvez estuve soñando, porque cinco minutos después, me
empaparon con agua, haciendo me enojar, provocando que agarrara mi botella de
agua para yo también mojarlos, pero quien termino más mojada fui yo, por no
saber apuntar bien, además que me quitaron la botella mientras se reían, fui a
quejarme en de la maestra, que termino riéndose a carcajadas de mi situación. La
pegunta era ¿Quién me mojo? Aun no lo averiguo, aunque yo no entendía por
qué se reía, ahora me rio por no a verme divertido aquella vez y por perseguirlos
con palo.

Al continuar con nuestro recorrido nos dirigimos a la resbaladera de piedra,


donde me trajo muchos recuerdos, de primaria, donde el juego más popular era si
el cocodrilo te come, pierdes. El juego consiste en que el cocodrilo no debe subir
más de la vitad de la resbaladera, mientras las otras personas deben de llamar su
atención, ellos podrán bajar más de la mitad y subir de la resbaladera. Cuando el
cocodrilo te allá atrapado tendrás cinco minutos para poder escapar del cocodrilo,
pero si este no te suelta serás otro cocodrilo más. Hacía comenzamos el juego
donde yo me encontraba siendo un cocodrilo, intente de agarrar a mis
compañeros, pero no podía, siempre me caía talvez no era buena para el juego,
entonces el juego se convirtió algo aburrido. Que me cambiaron, pero, siempre
era yo que perdía en el juego. Al instante me sentí mal porque pensé que yo era
aburrida, pero fue así que encontré a una amiga que se llamaba Alexandra,
siempre me ayudo y apoyo en los momentos triste en ese entonces. Aun así, no
me cansaba de intentar una y otra vez, hasta lograr mi objetivo que era ganar,
demostrándome a mí misma que podía hacerlo. Al final de hacer cálculos y de
tomar precisión donde se encontrarían o a donde irían, puede agarrar a uno de
ellos, que me ayudo agarrar a los demás, logrando, ganar el juego.

Un día más que iba llegar tarde, no sentía miedo ni remordimiento al respecto, al
contrario, lo consideraba mi costumbre, algo que me “caracterizaba”.
Nuevamente ingresaba por la puerta de Villón, nuevamente saludaba al portero
como si nada y nuevamente me encontraba con mi auxiliar, a lo que me dijo -
¿Otra vez tú José? ¿No te da vergüenza siempre llegar tarde? Fórmate con los
demás- Simplemente asentí con la cabeza y pasé a la fila de estudiantes. ¿Un día
normal verdad? Decía en mi cabeza, pero esta vez me sentía extraño, algo
nervioso y un pequeño dolor incomodaba mi estómago. Tal vez era porque
dentro de poco iban a derrumbar mi colegio y a construir una nueva
infraestructura. Aquel colegio donde pase toda mi niñez y adolescencia iba ser
reconstruido, y yo no lo iba a disfrutar. Estoy en quinto de secundaria, pero
nunca me había trazado alguna meta, no sabia que es lo que debía hacer después
del colegio. Me atemorizaba la idea de terminar mi secundaria, solo faltaba poco
tiempo. - ¡Pasen a sus salones! – grito mi auxiliar. Entre a mi salón, me tocaba
tutoría y por primera vez quería aprovechar este curso, a si que me acerque a mi
tutor Edwin, no me transmitía confianza, pero tampoco miedo, le pregunte -
¿Qué tengo que hacer? Ya se acaba el colegio y no sé qué será de mi vida. – Me
dijo - ¿Cuál es tu curso favorito? – Respondí – Nunca me lo había preguntado,
pero si tengo que elegir uno seria, CTA – Me volvió a preguntar - ¿Por qué te
gusta ese curso? – Respondí – Talvez porque es un curso donde tengo que
indagar y no solo quedarme con lo que me dicen los profesores, y es muy
interesante todo lo que se puede abordar – Entonces me dijo – Inicia desde ahí,
busca tu pasión, debes continuar estudiando, y para ello debes ingresar a la
universidad, pero debes saber bien lo que quieres estudiar, no te quedes como
uno del montón y empieza a adoptar nuevos valores y a cambiar actitudes que no
te convienen.

Al día siguiente, me tracé la meta de llegar temprano, no solo por las


amonestaciones de mis padres, si no por mi propia voluntad, y después de mucho
tiempo volvía a ingresar por la puerta principal, me encontré con Alicia, que se
sorprendió al verme llegar temprano, me sentí contento y a la vez nostálgico, tal
vez eran los pasillos que se llenaron de recuerdos emocionantes que viví en
aquellos años maravillosos.

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