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Es difícil enumerar todas tus virtudes, ya que siempre hemos estado juntos
literalmente en las buenas y en las malas, donde las virtudes y los defectos no se
apreciaban, solo el “estar” y apoyar independiente del costo, lo cual claramente nos pasó la
cuenta, si se puede clasificar por todo lo que estás pasando como un a enfermedad, de
verdad que no solo tú estás enferma, sino que lo estamos todos los que te queremos y
podremos sanar en cuanto tú avances y puedas recuperarte, esto no es fácil, al igual que tú,
todos tenemos miedo de fracasar, pero creo fielmente que debemos liberarnos de nuestros
miedos que no nos dejan avanzar, que nos atan y nos someten, para poder avanzar debemos
provocar cambios desde lo más profundo de nosotros, para alcanzar la plenitud y poder
hacernos cargo de nuestras propias vidas y fortalecer a los que nos rodean y dependen de
nosotros.
Dentro de todas tus virtudes siempre he admirado tu fuerza, tu alegría, tu gran
capacidad de encontrar soluciones simples a grandes problemas, la gran capacidad de
entregar amor, el poder sentir calma con un solo abrazo tuyo, en resumen una gran
compañera de vida y por eso como tu hermano siempre estaré agradecido de tenerte en mi
vida, a si es que pon todas tus energía y esa fuerza que siempre has tenido, para superar esto
que nos está pasando a todos, lo cual estoy seguro de que lo lograras, pero debes dejas de
lado algunos defectos que de repente te gobiernan, como la impaciencia, un sentido de
superioridad, la capacidad de mentir que adquiriste en el último tiempo, la deshonestidad, el
pesimismo, sobre todo el orgullo que tuviste en estos últimos 4 años de nuestras vidas.
Por último te dejo este poema de Julio Cortázar, el cual debes haberlo leído pero
nunca imaginaste vivirlo.
Me caigo y me levanto