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HEREDEROS DE UN CARISMA Y ABIERTOS AL DINAMISMO DEL ESPÍRITU

Roma, 10 de febrero de 2020

Estimados discípulos misioneros Verbum Dei esparcidos por todo el mundo,

Hace bastante tiempo tengo el anhelo de escribiros esta carta para animaros e impulsaros a
vivir vuestro compromiso apostólico y evangelizador. Esta carta va dirigida de un modo especial
a todos los discípulos VD, que habéis hecho y renovado vuestros compromisos apostólicos; y
también a aquellos que sin haber hecho los compromisos, de corazón y en la práctica vivís
comprometidos con el carisma misionero Verbum Dei.

La gran mayoría de vosotros ha vivido un proceso de años en la comunidad y ha recibido


mucha y buena formación espiritual y apostólica a lo largo de este tiempo. Muchos de vosotros
ya ha recibido toda el proceso de escuela de apóstoles y algunos otros estáis recibiendo la
escuela de formadores, sin embargo no todos tenéis un campo de apostolado y misión para dar
todo aquello que habéis recibido. La verdad es que es una pena que después de tanto camino
espiritual y formativo muchos estén en “paro apostólico” y no tengan un campo de misión
donde puedan enriquecer a otras personas con su fe.

Un compromiso, ante todo apostólico

Los compromisos que habéis hecho y renovado son compromisos apostólicos y no solamente
compromisos para recibir formación. Son ante todo, un compromiso apostólico, es decir, un
compromiso para hacer apostolado y para aportar a la sociedad y a la Iglesia la riqueza del
carisma Verbum Dei. En este sentido, considero necesario que cada discípulo misionero con
compromisos pueda tener un campo de apostolado y misión coordinado con la comunidad
local. Uno de los desafíos de los miembros de la FMVD es el de posibilitaros estos campos de
misión1 y acompañaros en ellos, para que vosotros podáis crecer como apóstoles en la tarea
evangelizadora. Por lo que percibo en algunos lugares que he visitado, uno de los desafíos
más importantes de los discípulos con compromiso, es pasar del recibir al dar, de la formación
constante al apostolado constante, del “paro apostólico” al trabajo evangelizador. Y ese
cambio, pasa necesariamente por creer que Dios también os capacita a vosotros para la tarea
apostólica y lanzaros con ánimo a ello.

Cada vez voy creciendo más en la convicción de que el Espíritu Santo os capacita también a
vosotros para realizar la misión propia del Verbum Dei. Formar apóstoles de Cristo y
comunidades evangelizadoras no es sólo tarea de los miembros de la FMVD. Mi sorpresa y
convicción es que el Espíritu Santo también regala esa gracia a los Laicos misioneros
consagrados, a los discípulos misioneros y a todos aquellos que se identifican y acogen el
carisma Verbum Dei. Y la prueba de ello, es que cada vez van surgiendo más comunidades
verbum Dei llevadas por LMC y también por discípulos misioneros.

Me gustaría que todos los discípulos misioneros con compromisos apostólicos pudierais tener
campo de apostolado y poder crecer en un espíritu misionero, profético y expansivo, siendo

1
Talleres de oración en parroquias o grupos, escuelas de la Palabra, o el acompañamiento en escuelas de
apóstoles, etc.
HEREDEROS DE UN CARISMA Y ABIERTOS AL DINAMISMO DEL ESPÍRITU

más activos y dinámicos en la acción evangelizadora para que podamos llevar a cabo la misión
que Jesús nos confía con este carisma misionero. Este deseo coincide plenamente con el
objetivo general propuesto por la Junta general para la entera FaMVD en estos próximos seis
años.

Objetivo general del plan del sexenio para la entera FaMVD

Mirando al mundo y los signos de los tiempos, impulsar en la entera FaMVD un espíritu
misionero, profético, itinerante y expansivo, para que gozosamente formemos
apóstoles y comunidades evangelizadoras. Para ello, profundizar en las raíces de
nuestro carisma y herencia recibida de Jaime Bonet, para renovar nuestra
consagración misionera y transmitirla con fidelidad creativa a las nuevas generaciones.

Los compromisos apostólicos que habéis hecho, son ante todo un compromiso con Jesús que
os da un lugar en la Iglesia y que os hace servir a la misma iglesia desde el carisma Verbum
Dei. Estos compromisos apostólicos no pueden quedarse en algo meramente externo que os
da un “estatus”, sino que los tenéis que llenar de contenido para que realmente sean un
compromiso auténtico.

El contenido de los compromisos apostólicos

Hace unos meses, en una reunión me preguntaron qué diferencia hay o debería haber entre un
discípulo con compromisos apostólicos o un discípulo sin ellos. Es una pregunta compleja por
sus muchos matices y difícil de responder, pero que para ser contestada supone llenar de
contenido los compromisos apostólicos. En este sentido, me gustaría poner énfasis en algunas
cosas que considero necesarias en la vivencia de los discípulos misioneros que tienen ya los
compromisos. Si bien es cierto que el documento de identidad y misión2 de la FaMVD señala
que hay diez cosas que los miembros de la familia deben comprometerse, quiero enfatizar
cuatro de esas cosas que considero necesarias y esenciales en la vivencia de los discípulos
misioneros con compromisos:

1. Oración diaria con la Palabra de Dios

Lo primero es acentuar la importancia de la oración del discípulo misionero. Ciertamente, de la


oración con la Palabra brota el dinamismo misionero del discípulo. La presencia de Dios y el
encuentro diario con Cristo nos da el entusiasmo y la fuerza para comprometernos en la tarea
evangelizadora. Se necesita sacar un tiempo de oración a lo largo del día, pese al ajetreo del
ritmo personal diario y al gran activismo que propone la sociedad actual. Para ello necesitamos
convicciones personalizadas y la ascesis suficiente para saber parar un momento al día y orar
con la Palabra de Dios. En cuanto al lugar, muchas veces tendrá que ser en vuestra propia
casa porque ir a la casa misioneros/as queda muy retirado y no da el tiempo

2
Documento identidad y misión de la FaMVD n. 111
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suficiente para luego desplazarse al trabajo o al estudio. La gran mayoría de ciudades donde
estamos son grandes y las distancias son largas para poder desplazarse a la casa misionera
para recibir las pautas. Gracias a Dios cada vez más se ofrecen las pautas por escrito y
también se envían las “whatsap pautas” vía teléfono. Lo importante es sacar un momento de
oración al día para orar la Palabra de Dios, para discernir situaciones que vivimos, para
mantenernos en la voluntad de Dios y sobre todo para ser discípulos que tratan de vivir unidos
al que es la fuente de vida y de amor.

2. Un campo de apostolado

Ojalá cada discípulo con compromisos apostólicos tenga un campo de apostolado donde
pueda contagiar su fe a otras personas y crecer en la vivencia del carisma. Tenemos un
carisma contemplativo misionero, es decir un carisma que en sí mismo tiene dos movimientos
necesarios: recibir y dar. Así como el corazón humano tiene dos movimientos al mismo tiempo
(sístole y diástole), también nuestro carisma necesita recibir la Palabra de Dios y darla por
medio de nuestra predicación y apostolado. Me parece que muchos discípulos han recibido
mucha formación y también muchos ejercicios espirituales; se puede decir que han recibido
tanto que “están gordos espiritualmente”. El desafío es lanzarse a hacer apostolado y dar la
riqueza de su fe a otros. Este campo de apostolado no es algo que cada uno ha de buscar por
sí mismo; para eso está la comunidad local y los miembros de la FMVD, para ayudar a abrir
estos campos misioneros y acompañar a los discípulos en la vivencia apostólica. Cuando hablo
de campos apostólicos me refiero a talleres de oración con la Palabra de Dios, a escuelas de la
Palabra, a hacer misiones en pueblos cercanos y acompañar los grupos que nacen de dichas
misiones, a dar talleres o cursos en las parroquias, grupos de apostolado en escuelas y
universidades, etc. Considero que todo discípulo con compromisos debería tener un campo de
misión para crecer como apóstol.

3. Un ministerio comunitario

Otro aspecto que considero importante es que cada discípulo se pueda comprometer apoyando
en un ministerio de la comunidad. Considero que en el Verbum Dei todavía tenemos poca
cultura de ministerios y servicios . Hay en algunas comunidades que hay ministerios y que
gracias a Dios funcionan muy bien. Sin embargo hay muchas otras que los ministerios o no
funcionan o están en “pañales”, y eso hace que la gran mayoría de cosas prácticas recaigan en
los misioneros/as de la comunidad local: hacer fotocopias para una convivencia, hacer carteles,
comunicar las actividades en la página Web, preparar las celebraciones litúrgicas, buscar
ayudas económicas, escribir y difundir las pautas de oración de cada semana, y un sin fin de
cosas necesarias en la vida de una comunidad apostólica. Si cada discípulo estuviera apuntado
en un ministerio que le guste y que se vea llamado a aportar sus talentos y capacidades, estoy
seguro que los miembros de la FMVD estarían más libres para acompañar espiritualmente y
apostólicamente a los discípulos. Creo que la comunidad funciona mejor cuando todos tratan
de aportar sus talentos y capacidades en los diferentes servicios y ministerios que requiere una
comunidad: música, pautas de oración, comunicación, liturgia, recursos económicos,
infraestructura de las convivencias y retiros, marketing, ágape fraterno, etc. Si todos los
discípulos con compromiso apoyaran en un ministerio comunitario estoy convencido que las
cargas se llevarían entre todos y no recaerían en unas pocas personas.

4. Revisión de vida

Por último quiero hacer énfasis en la importancia de la revisión de vida como medio para
contagiarnos la fe mutuamente y para ayudarnos a perseverar en el seguimiento de Cristo en
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medio de un mundo bastante hostil en el que hay que caminar contra corriente. La revisión de
vida no es tanto para corregirnos y decirnos las cosas que no nos gustan de los demás, sino
que es sobre todo un medio para crear lazos fuertes de fraternidad, para contagiarnos la fe y
ayudarnos a vencer las dificultades del camino. La revisión es ese espacio donde podemos
compartir con confianza nuestra oración y las opciones de vida que el Señor nos invita a tomar.

Espero que esta carta os ayude e impulse más en la tarea evangelizadora y a comprender y
vivir cada vez con más entrega vuestros compromisos apostólicos en la FaMVD. Os invito
también a que podáis compartir todas las iniciativas y propuestas con vuestros responsables
locales, para poder concretar en vuestras comunidades el espíritu de esta carta.

Un cordial saludo a todos y a cada uno. Que Dios os bendiga

Rodrigo Carrizo Moya


Presidente de la FMVD

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