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HACIA LA INCULTURACION DEL CANTO LITURGICO

INTRODUCCION:

Finalidad de la exposición:

Con la presente exposición, que hemos titulado: "Hacia la inculturación del canto
litúrgico"queremos proponernos un fin más bien modesto. Ofrecer criterios de actuación
para lograr una auténtica inculturación del canto en nuestras comunidades, incluso,
quisiéramos tener como punto de partida la comunidad parroquial que es donde se lleva a
cabo, de manera más directa y vivencial, la animación de la pastoral litúrgica de nuestras
diócesis, y desde aquí presentar pasos concretos que pueden tomarse.

La importancia de la inculturación no se desprende de un elemento estético, que sólo toque


la solemnización de un rito litúrgico, sino que va a tocar la misma naturaleza del canto
como elemento integral del misterio que celebramos y de la persona humana en su
estructura simbólica, quien es una de las destinatarias de la acción salvadora hecha presente
y operante en la celebración litúrgica de la Iglesia.

Límites y fuentes de nuestra ponencia:

El primer límite que encontramos es lo vasto de la materia y la necesidad de determinar


conceptos que ayuden a profundizar un trabajo de aplicación y traducción más sencilla a
nuestros agentes de música sacra y personas de nuestras comunidades. No pretendemos dar
una respuesta o receta médica a las circunstancias de cada comunidad. Sino presentar una
plataforma de reflexión a partir de los documentos del Magisterio de la Iglesia.

Los documentos del Magisterio de la Iglesia que estamos utilizando y a los cuales nos
referimos son los siguientes:
* Constitución "Sacrosanctum Concilium" especialmente en los números 37-40
( =SC )
* Secretario Nacional de Liturgia, Canto y Música en la celebración. Directorio
Litúrgico Pastoral ( España 1992 );
* Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramento,La
Liturgia romana y la Inculturación. IV Instrucción para aplicar debidamente
la Constitución Conciliar " Sacrosanctum Concilium" ( nn. 37-40) ( 25 de
Enero de 1994 ) (= LRI).
2

¿Cuál es el estado de la cuestión que queremos tocar?

El estado de la cuestión significaría responder a varias preguntas: ¿en qué situación nos
encontramos delante de la necesidad de la inculturación del canto en nuestras
comunidades?; ¿hemos asimilado el concepto y proceso recto de inculturación?; ¿qué
significa tener un canto inculturado?; ¿qué pasos se necesitan dar para promover una
inculturación auténtica en nuestras comunidades?. La respuesta a la primera preunta
rebasa con mucho el alcance de esta ponencia, porque supone una actitud personal de
estudio, sinceridad y conocimiento de la propia realidad, en cambio, las otras tres creo que
merecen nuestra atención con el fin de ofrecer pistas de respuestas que
necesitarán,somos conscientes de ello, una traducción más sencilla y menos densa que
lo que les pretendemos presentar con estas líneas.

¿Cuál es el contenido de nuestra ponencia?

El orden que seguiremos con el fin de ofrecer criterios operativos que ayuden a proponer
un proyecto de inculturación del canto en nuestras comunidades es el siguiente:

- Tratamos de definir y puntualizar conceptos, tales como inculturación, cultura y


adaptación. Tratando de delimitar el ámbito de las adaptaciones y su relación con la
inculturación.
- Hablamos de las constantes del proceso de inculturación a lo largo de la Historia de
la Salvación, en forma sintética y más bien generalizada, como para intentar
demostrar que la realidad de la inculturación no es una cuestión exclusiva de nuestro
siglo, sino una realidad permanente a lo largo del caminar de nuestra Iglesia en el
mundo de las culturas.
- ¿Bajo qué exigencias y condiciones previas se debe realizar la inculturación?. Este
punto se dirige hacia los criterios generales de toda inculturación.
- Descenderemos luego a los principios y normas prácticas para la inculturación
del rito romano.
-

Precisión del contenido:

- La palabra inculturación:

Si tomamos el diccionario en español y vemos la palabra incultura, constatamos que


signfica falta de cultivo o de cultura. La partícula "in" en nuestro lenguaje español significa
privación, negación, así tenemos: inculto, significa una persona no culta. Pero, también
encontramos un significado que nos emparenta con el latín, la partícula " in" como una
preposición que indica un complemento de movimiento hacia un lugar y se traduce como
hacia, a. Nos quedamos con este segundo significado para expresar el movimiento de un
3

lugar a otro, como enseguida quedará más claro.

- ¿Qué se entiende por cultura?

Según los Documentos de Santo Domingo: " Nace la cultura con el mandato inicial de
Dios a los seres humanos: crecer y multiplicarse, llenar la tierra y someterla ( cfr Gn
1,28-30). En esa forma la cultura es cultivo y expresión de todo lo humano en relación
amorosa con la naturaleza y en la dimensión comunitaria de los pueblos" ( SD 228 ).

- ¿Cuándo se tiene una cultura cristiana?

"Cuando el sentir común de la vida de un pueblo ha sido penetrado interiormente,


hasta "situar el mensaje evangélico en la base de su pensar, en sus principios
fundamentales de vida, en sus criterios de juicio, en sus normas de acción" y de allí
" se proyecta en el ethos del pueblo...en sus instituciones y en todas sus estructuras".
( SD 229 ).

- ¿Qué se entiende por Inculturación?

La Constitución Sacrosanctum Concilium ha hablado de la adaptación de la Liturgia


indicando algunas formas ( cfr. 37-40). Luego, el magisterio de la Iglesia ha utilizado el
término inculturación para designar de una manera más precisa, " la encarnación del
Evangelio en las culturas autóctonas y al mismo tiempo la introducción de estas
culturas en la vida de la Iglesia"1. La "inculturación" significa una íntima
transformación de los auténticos valores culturales por su integración en el
cristianismo y el enraizamiento del cristianismo en las diversas culturas humanas" 2.

El cambio de vocabulario se comprende también en el mismo campo de la Liturgia. El


término "adaptación" tomado del lenguaje misionero, hace pensar en modificaciones sobre
todo puntuales y externas. La palabra "inculturación" sirve mejor para indicar un doble
movimiento. Por la "inculturación", la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas
y, al mismo tiempo, ella introduce los pueblos con sus culturas en su propia comunidad. Por
una parte, la penetración del Evangelio en un determinado medio sociocultural
"fecunda como desde sus entrañas las cualidades espirituales y los propios valores de
cada pueblo (...), los consolida, los perfecciona y los restaura en Cristo". ( GS 58 ). Por

1
Juan Pablo II, Carta encíclica Slavorum Apostoli ( 2 Junio 1985) 21; AAS 77
(19885) 802-803
2
Juan Pablo II, Carta encíclia Redemptoris Missio ( 7 de Diciembre de 1990 ) n. 52;
AAS 83 ( 1991 ), 300
4

otra parte, la Iglesia asimila estos valores, en cuanto son compatibles con el Evangelio, "
para profundizar mejor el mensaje de Cristo y expresarlo más perfectamente en la
celebración litúrgica y en la vida de la multiforme comunidad de fieles ". Este doble
movimiento se da en la tarea de la "inculturación" expresa así uno de los componentes del
misterio de la Encarnación" 3

Se imponen tres observaciones:

1. La inculturación tiene su lugar en el culto como en otros campos de la vida de la


Iglesia 4. Constituye uno de los aspectos de la inculturación del Evangelio, que exige
una verdadera integración 5, en la vida de fe de cada pueblo, de los valores
permanentes de una cultura más que de sus expresiones pasajeras. Debe, pues, ir
unida inseparablemente a una acción más vasta, de una pastoral concertada que
mire al conjunto de la condición humana.

2. Como todas las formas de la acción evangelizadora, esta tarea compleja y paciente
exige un esfuerzo metódico y progresivo de investigación y de discernimiento. La
inculturación de la vida cristiana y de sus celebraciones litúrgicas, para el conjunto
de un pueblo, sólo podrá ser el fruto de una maduración progresiva en la fe.

3. Tener en cuenta las situaciones diversas que se puedan encontrar:


a. Países de tradición no cristiana: la Iglesia debe acoger todo lo que, en las
tradiciones de los pueblos, es compatible con el Evangelio, a fin de
comunicarles las riquezas de Cristo y enriquecerse con la sabiduría
multiforme de las naciones de la tierra.
b. Países de antigua tradición cristiana occidental. Las medidas de
adaptación previstas en los libros litúrgicos deberían ser suficientes, en su
conjunto, para dar paso a las legítimas diversidades locales.

3
Juan Pablo II, Exhortación Catechesi Tradendae ( 16 de Octubre de 1979) 53;
AAS 71 ( 1979 ) 1319-1321.
4
Cfr. Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, can 584 ,2: " Evangelizatio
gentium ita fiat, ut servata integritate fidei et morum Evangelium se in cultura
singulorum populorum exprimere possit, in catechesi scilicet, in ritibus propriis
liturgicis, in arte sacra, in iure particulari ac demum in tota vita ecclesiali"
5
Cfr. CT 53: "... de la evangelización en general, podemos decir que está llamada a
llevar la fuerza del evangelio al corazón de la cultura y de las culturas (...). Sólo así
se podrá proponer a tales culturas el conocimiento del misterio oculto y ayudarles a
hacer surgir de su propia tradición viva expresiones originales de vida, de celebración
yde pensamiento cristianos".
5

c. Países de tradición cristiana o no, en que se ha establecido una cultura


que muestra indiferencia o desinterés por la religión.En estos casos de lo
que hay que hablar no es de inculturación de la Liturgia, pues no se trata aquí
de asumir valores religiosos preexistentes evangelizándolos, sino de insistir
en la formación litúrgica.

- Inculturar según los tres misterios cristianos de la fe católica:

"Es necesario inculturar el Evangelio a la luz de los tres grandes misterios de la


savlación: la Navidad, que muestra el camino de la Encarnación y mueve al
evangelizador a compartir su vida con el evangelizado; la Pascua, que conduce a
través del sufrimiento a la purificación de los pecados, para que sean redimidos; y
Pentecostés, que por la fuerza del Espíritu posibilita a todos entender en su propia
lengua las maravillas de Dios " ( DS 230).

- La inculturación es un proceso ¿qué supone ésto?:

"La inculturación del Evangelio es un proceso que supone:


- reconocimiento de los valores evangélicos que se han mantenido más o menos
puros en la actual cultura;
- y el reconocimiento de nuevos valores que coinciden con el mensaje de Cristo.
Mediante la inculturación se busca
- que la sociedad descubra el carácter cristiano de estos valores, los aprecie y los
mantenga como tales.
Además
- intenta la incorporación de valores evangélicos que están ausentes de la cultura, o
porque se han oscurecido o porque han llegado a desaparecer.
"Por medio de la inculturación, la Iglesia encarna el Evangelio en las diversas culturas y,
al mismo tiempo, introduce los pueblos con sus culturas en su misma comunidad;
transmite a las mismas sus propios valores, asumiendo lo que hay de bueno en ellas y
renovándolas desde dentro" ( RM 52 ). La fe, al encarnarse en esas culturas, debe corregir
sus errores y evitar sincretismos. La tarea de inculturación de la fe es propia de las iglesias
particulares bajo la dirección de sus pastores, con la participación de todo el pueblo de
Dios. " Los criterios fundamentales en este proceso son la sintonía con las exigencias
objetivas de la fe y la apertura a la comunión con la Iglesia universal" ( RM 54 ).

- ¿Qué diferencia hay entre Inculturación y Adaptación?

El ámbito de las adaptaciones en el rito romano.

La Constitución Sacrosanctum Concilium tenía presente una inculturación del Rito


6

Romano al decretar las Normas para adaptar la Liturgia a la mentalidad y tradiciones


de los pueblos, al prever medidas de adaptación en los mismos libros litúrgicos ( cfr. LRI
53-61), Y al permitir en ciertos casos, especialmente en los países de misión, adaptaciones
más profundas ( Cfr. LRI 63-64 ).

Hay que partir de los números 37-40 de la SC que contienen las normas para una
adaptación de la liturgia romana a la cultura y a las tradiciones de los distintos pueblos. Tales
números deberán interpretarse en el contexto de otros, particularmente del 23 y 34.

SC 23 habla del mantenimiento de las sanas tradiciones y, al mismo tiempo, de apeartura


a un legítimo progreso. Con tal objetivo, se necesaria, dentro del espíritu del movimiento litúrgico
clásico, una seria investigación teológica, histórica y pastoral en torno a todas y cada una de las
partes de la liturgia que hubieren de someterse a revisión. Además, deben tenerse en cuenta las
últimas reformas e indultos litúrgicos; en la introducción de novedades se deberá tener como mira
la utilidad de la Iglesia, con " la precaución de que las nuevas ofrmas broten, por así decirlo,
orgánicamente de las ya existentes".

A su vez, SC 34 exige que, dada la índole de la liturgia romana clásica, resplandezcan los
ritos por su simplicidad, brevedad, claridad y practicidad. La adaptación presupone, pues, un
retorno a los orígenes; así es como se p uedenr ealizar innovaciones y modificaciones.

SC 37: Principios generales de adaptación.

Se basa este número en la encíclia de Pío XII Summi Pontificatus ( AAS 31[ 1939] 529).
Se afirma en él que, en el campo de la liturgia, la Iglesia no pretende imponer ninguna
uniformidad rígida sobre lo que no afecta a la fe o al bien de toda la comunidad. Ya la comisión
conciliar declaraba cómo, mientras debe mantenerse en materia de fe una unidad absoluta, en
materia de bien común basta una unidad relativa. El pluralismo litúrgico patrocinado por SC 37
es de índole cultural y presupone como base el rito romano. Este número establece, efectivamente
que la Iglesia puede admitir en la liturgia elementos de las culturas y tradiciones, con la condición
de que armonicen con su auténtico espíritu.

Estos elementos de las culturas y tradiciones se describen con términos como genio,
cualiddes peculiares, estilos de vida . SC 37 fija las condiciones para su admisión en la liturgia.
La primera es negativa: " Que no estén indisolublemente vinculados a supersticiones y errores".
Y la segunda es positiva: " Que puedan armonizarse con el verdadero y auténtico espíritu
litúrgico". A ello deberá añadirse SC 40,1, donde se exige que las adaptaciones sean útiles o
necesarias.
La adaptación litúrgica es, pues, la admisión, en el ámbito litúrgico, de elementos
tomados de las culturas y tradiciones que, mediante un proceso de purificación, puedan ser
vehículos de la liturgia según la utilidad o necesidad de un grupo particular.
7

Si bien SC 4 declara ya el propósito del Vaticano II sobre el pluralismo litúrgico y el


respeto a todos los ritos legítimamente reconocidos, SC 37 va más allá al pensar en nuevos ritos
que, basados en el romano, habrán de responder más fielmente a las culturas y tradiciones de los
pueblos y de las distintas razas.

SC 38-39: Primer grado de adaptación.

Estos números tratan de las legítimas diferencias dentro del rito romano, "salvada su unidad
sustancial" ( SC 38 ). No se declara, sin embargo, qué significa unidad sustancial, si bienpuede
adivinarse su sentido leyendo SC 39, que habla de "adaptaciones dentro de los límites
establecidos en las ediciones típicas de los libros litúrgicos". Lo cual significa que la unidad
sustancial del rito romano está garantizada por los libros oficiales, en donde se señalan los casos
de adaptación que se dejan a la iniciativa y obra de las conferencias episcopales. Tales
adaptaciones no podrán alterar ni la estructura fundamental ni la índole del rito romano, sino que
deberán darle más posibilidades pra responder a particulares necesidades, sobre todo en tierras de
misión. Las adaptaciones de esta naturaleza no se limitan a elementos puramente externos, como
rúbricas o colores litúrgicos, sino que se extienden hasta el ordenamiento de los mismos ritos, es
decir, a su estructura y a su texto, ya que lo permiten los libros oficiales. El ámbito de la adaptación
comprende los sacramentos y sacramentales, las procesiones, la lengua litúrgica, la músca sagrada
y el arte litúrgico ( SC 39 ).

SC 38 enumera los diversos grupos a los que sebe adaptar la liturgia: grupos étnicos,
regiones, pueblos, especialmente en las tierras de misión. La comisión conciliar aclaró que
praesertim ( especialmente ) acentúa la necesidad de una adaptacion de tal naturaleza en las
tierras de misión, pero in excluir las demás. La adaptación a los distintos grupos incluye la
posibilidad de legítimas variaciones entre región y región y, dentro de una misma región, entre
asamblea y asamblea. Pero sin olvidar que SC 23 exhorta a evitar, en cuanto sea posible, las
diferencias notables de ritos entre territorios contiguos ( y a fortiori entre asambleas próximas ).

Algunos libros litúrgicos publicados después del Vaticano II distinguen entre aptatio y
accommodatio. La primera es competencia de las conferencias episcopales y se refiere a la
aplicación de las posibilidades previstas en los libros oficiales. Las adaptaciones de esta naturaleza
han de someterse a la confirmación de la Santa Sede. La segunda ( accommodatio), competencia
de cada ministro, se refiere a las adaptaciones en asambleas, tiempos y lugares especiales, tal como
se especifica, dentro de los praenotanda o del ritual mismo, en los libros oficiales.

SC 40: Segundo grado de adaptación.

El objetivo de este número, según la comisión conciliar, es aplicar a la liturgia el principio


de adaptación constantemente confirmado por los papas al referirse a la actividad misionera de
la Iglesia. El texto primitivo acentuaba el contexto misionero refiriéndose explícitamente a las
misiones. Pero el texto definitivo se hizo más abierto, permitiendo también a otras Iglesias locales,
8

fuera de los territorios de misión, adaptar el rito romano a su propia y particular cultura.

SC 40 se refiere a " una adaptación más profunda de la liturgia". En los libros litúrgicos
no se especifican los casos que entrarían en esta adaptación. Las conferencias episcopales habrán
de presentarlos a la Santa Sede para su aprobación. SC 40 describe en tres párrafos el
procedimiento para tal tipo de adaptación.
* El primero encarga a la competente autoridad eclesiástica territorial el
determinar "qué elementos se pueden tomar de las tradiciones y genio de
cada pueblo para incorporarlos al culto divino". Las adaptaciones
consideradas útiles o necesarias deben someterse luego a la aprobación de la
Santa Sede.
* El segundo párrafo trata de las experiencias previas por un tiempo
determiando para algunos grupos limitados, reguladas por la confererencia
episcopal según las facultades que le hubiere otorgado la misma Santa Sede.
* El tercer párrafo habla de la asistencia técnica de peritos, sobre todo en las
misiones, donde se da por supuesto que presentan unas dificultades mayores
las adaptaciones de esta naturaleza.

Tanto 37 como 40 de SC enumeran los elementos culturales que pueden admitirse en la


liturgia: tradiciones, costumbres, genio, características y dotes espirituales de los distintos pueblos.
La enumeración no es exhaustiva, sino sólo descriptiva de lo que constituye fundamentalmente una
cultura. Mientras SC 38-39 prevé la adaptación del rito romano a los grupos particulares, SC 40
está contemplando la posibilidad de admitir los elementos culturales en el rito romano.

Tres modelos de adaptación litúrgica:

El primero es la accommodatio, que afecta a los elementos celebrativos en cuanto


realizados aquí y ahora por la asamblea litúrgica. Este modelo no requiere necesariamente ninguna
adaptación cultural.

El segundo, por el contrario, es de índole cultural y desemboca en cambios o


modificaciones del genio propio del rito romano. Desde el instante en que es objeto de cambio el
mismo rito romano, tal modelo de adaptación constituye una aculturación.

El tercer modelo es también de índole cultural e implica la transformación de un rito


precristiano y su reinterpretación a la luz de la fe cristiana tal como la celebra la liturgia romana.
Este modelo de adaptación es una inculturación.

En los modelos segundo y tercero no debe entenderse por cultura la suma total del
pensamiento y de los modelos lingüisticos de unp ueblo, de sus valores y creencias, de sus ritos
y tradiciones, de su literatura y arte.Como trasfondo de todo ello está el genio mismo del pueblo,
9

es decir, esa forma típica y espontánea de reacciónar frente a la realidad, que encuentra su
adecuada expresión, según marcos determinados, en un pensamiento, que se expresa, a su vez,
mediante un lenguaje y se traduce en ritos y tradiciones. Una adaptación cultural presupone
determinar acertadamente el genio de un pueblo y sus expresiones en lo que tienen de elementos
de cultura. Pero presupone también conocer bien el genio del rito tomano y sus expresiones
lingüisticas y simbólicas.

1. CONSTANTES DEL PROCESO DE INCULTURACION A LO LARGO DE LA


HISTORIA DE LA SALVACION.

" La Iglesia fomenta y asume todas las facultades, al asumirlas, las purifica, fortalece
y eleva todas las capacidades y riquezas y costumbres de los pueblos en lo que tienen
de bueno(...). Con su trabajo consigue que todo lo bueno que se encuentra sembrado
en el corazón y en la mente d elos hombres, y los ritos y culturas de estos pueblos, no
sólo no desaparezca sino que se purifique, se eleve y perfeccione para la gloria de Dios,
confusión del demonio y felicidad del hombre" ( cfr. LG 13.17 ). De este modo la
Liturgia de la Iglesia no debe ser extraña a ningún país, a ningún pueblo, a ninguna
persona, y al mismo tiempo que trasciende todo particularismo de raza o nación. Debe
ser capaz de expresarse en toda cultura humana, conservando al mismo tiempo su
identidad por la fidelidad a la tradición recibida del Señor"6.

II. EXIGENCIAS Y CONDICIONES PREVIAS PARA LA INCULTURACION


LITURGICA.

a. Exigencias procedentes de la naturaleza de la Liturgia.

1. Antes de iniciar cualquier proceso de inculturación es preciso tener en


cuenta el espíritu y la naturaleza misma de la Liturgia. Acción de Cristo
sacerdote y la acción de la Iglesia que es su cuerpo.

2. La naturaleza de la Liturgia está íntimamente ligada a la naturaleza de


la Iglesia. Es sobre todo en la Liturgia donde la naturaleza de la Iglesia se

6
Cfr. Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Catechesi Tradendae ( 16 de Octubre
1979 ) 52-53; Carta Encíclica Redemptoris Missio ( 7 Diciembre 1990 ) 53-54;
Catecismo de la Iglesia católica, 1204-1206.
10

manifiesta 7. Con sus características específicas: convocada,


católica:llamada a reunir a todos los hombres, hablar todas las lenguas y
pentetrar todas las culturas; camina en la tierra, pero tiende a la
bienaventurada esperanza y manifestación de Cristo; se alimenta de la
Palabra de Dios: la Biblia ofrece así mismo a la Liturgia lo esencial de su
lenguaje, de sus signos y de su oración especialmente en los salmos 8; la
Iglesia fruto del sacrificio de Cristo, el misterio pascual se actualiza con
modalidades específicas en la celebración de cada uno de los
sacramentos de la fe.

3. La vida litúrgica gira alrededor del sacrificio eucarístico en primer lugar


y de los demás sacramentos confiados por Cristo en su Iglesia. Pero no
tiene poder para cambiar lo que es voluntad de Cristo, que es lo que
constituye la parte inmutable de la Liturgia. ( cfr. SC 21 ).

4. La Iglesia de Cristo se hace presente, significada en un lugar y momento


determinados, por las Iglesias locales o particulares, que en la Liturgia la
manifiestan en su verdadera naturaleza. ( cfr. LG 28.26).

5. En la liturgia, la Iglesia expresa su fe de una forma simbólica y


comunitaria; esto explica la exigencia de una legislación que acompañe
la organización del culto, la redacción de los textos, la ejecución de los
ritos ( cfr. SC 22.26.28; 40,3.128 ). Así se justifica el carácter obligatorio
para asegurar la ortodoxia del culto, no solamente para evitar los errores, sino
para transmitir la fe en su integridad, pues la "ley de la oración" ( lex orandi)
de la Iglesia corresponde a su "ley de la fe" ( lex credendi") 9.

6. Cualquiera que sea el grado de inculturación, la Liturgia no puede


prescindir de alguna forma de legislación y de vigilancia permanente por
parte de quienes han recibido esta responsabilidad en la Iglesia: la Sede
Apostólica y, según las normas del Derecho, las Conferencias Episcopales
para un determinado territorio y el Obispo para su diócesis 10.

b. Condiciones previas a la inculturación de la Liturgia.

7
Juan Pablo II, Carta apostólica Vicesimus quintus annus ( 4 Diciembre 1988) 9.
8
NCIC 2585-2589
9
Cfr. Missale Romanum, Institutio generalis, Proemium 2.
10
cfr. SC 22. 36,3-4. 40,1-2 . 44-46; CIC 447ss . 838
11

1. Evangelizar a los hombres en su propia lengua. Es a través de la lengua


materna, vehículo de la mentalidad y de la cultura, como se llega a
comprender el alma de un pueblo; formar en él el espíritu cristiano y
permitirle una participación más profunda en la oración de la Iglesia.

2. La inculturación de la Liturgia supone ante todo una apropiación de la


Sagrada Escritura por parte de la misma cultura ( cfr CT 55 ).

3. Ante la diversidad de situaciones eclesiales es preciso determinar el


grado necesario de inculturación litúrgica, hacer una cuidadosa
evaluación para encontrar el camino adecuado y lograr soluciones
satisfactorias.

4. Las Conferencias Espiscopales deberán contar con


- personas expertas tanto en la tradición litúrgica del Rito Romano
- como en el conocimiento de los valores culturales locales,
- hay que hacer estudios previos de carácter histórico, antropológico,
exegético y teológico.
- Además, hay que confrontarlos con la experiencia pastoral del clero
local, especialmente el autóctono.
- El criterio de los "sabios" del país, cuya sabiduría se ha iluminado con
la luz del Evangelio, será también muy valioso.
- Asimismo la inculturación tendrá que satisfacer las exigencias de la
cultura tradicional, aún teniendo en cuenta las poblaciones de cultura
urbana e industrial" ( Cfr. AG 19 ).

c. Responsabilidad de la Conferencia Episcopal.

- "Deben considerar con atención y prudencia los elementos que pueden


tomarse de las tradiciones y genio de cada pueblo para incorporarlos
oportunamente al culto divino ( cfr. SC 40 ).
- Se podrá algunas veces admitir "todo aquello que en las costumbres de los
pueblos no esté indisolublemente vinculado a supersticiones y errores (...)
- con tal que pueda armonizar con el verdadero y auténtico espíritu litúrgico"
( cfr. SC 37 ).
- Corresponde juzagar si la introducción en la Liturgia de elementos tomados
de las costumbres sociales o religiosas, vivas aún en la cultura de los pueblos,
puede enriquecer la comprensión de las acciones litúrgicas sin provocar
repercusiones desfavorables para la fe y la piedad de los fieles.
- Y siempre que se consideren necesarios ciertos cambios en los ritos o en los
textos es importante adaptarlos al conjunto de la vida litúrgica y antes de
llevarlos a la práctica, presentarlos primero al clero y después a los fieles, de
12

manera que se evite el peligro de perturbarlos sin una razón proporcionada.

III. PRINCIPIOS Y NORMAS PRACTICAS PARA LA INCULTURACION DEL RITO


ROMANO

En el estudio y en la realización de la inculturación del Rito Romano se ha de tener en


cuenta:
a. Principios generales.
1. la finalidad propia de la inculturación.
2. la unidad substancial del Rito romano
3. la autoridad competente.

1 La finalidad que debe guiar una inculturación del Rito romano es la misma que el
Concilio Vaticano II ha puesto como fundamento de la restauración general de la
Liturgia:" ordenar los textos y los ritos de manera que
- expresen con mayor claridad las cosas santas que significan
- y, en lo posible, el pueblo cristiano pueda comprenderlas fácilmente
- y participar en ellas por medio de una celebración plena, activa y
comunitaria" ( SC 21 ).
- los ritos " sean adaptados a la capacidad de los fieles, y, en general no
deben tener necesidad de muchas explicaciones" ( SC 34 )
- teniendo en cuenta siempre la naturaleza de la misma Liturgia,
- el carácter bíblico y tradicional de su estructura y de su forma de
expresión ( cfr. LRI 21-27).

2. El proceso de inculturación se hará conservando la unidad sustancial del Rito


Romano ( cf SC 37-40).
Esta unidad se encuentra expresada actualmente en los libros litúrgicos típicos
publicados bajo la autoridad del Sumo Pontifice, y en los correspondientes libros
litúrgicos aprobados por las Conferencias Episcopales para sus respectivos países
y confirmados por la Sede Apostólica 11. El estudio de la inculturación no debe
pretender la formación de nuevas familias de ritos; al adecuarse a las necesidades
de una determinada cultura lo que se intenta es que las nuevas adaptaciones
formen parte también del Rito romano.
3. Las adaptaciones del Rito Romano, también en el campo de la inculturación,
dependen únicamente de la autoridad de la Iglesia.

11
Juan Pablo II, Carta Apóstolica Vicesimus quintus annus ( 4 de Diciembre ) 16
13

Autoridad que reside en la Sede Apostólica, la ejerce por medio de la Congregación


para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos 12; y en los límites fijados
por el derecho, enl as Conferencias Episcopales y el Obispo diocesano." Nadie,
aunque sea sacerdote, añada, quite o cambie cosa alguna por iniciativa propia en la
Liturgia" ( cfr. SC 22,3). La inculturación, por lo tanto, no está dejada a la iniciativa
personal de los celebrantes, o a la iniciativa colectiva de la asamblea 13.
Las concesiones hechas a una región determinada no pueden ser extendidas a otras
regiones sin la autorización requerida, aunque una Conferencia episcopal considere
que tiene razones suficientes para adoptarlas en su propio país.

b. Lo que puede ser adaptado.

En el análisis de una acción litúrgica en vista de su inculturación, es preciso


considerar:

- No basta distinguir entre lo que puede cambiar y lo que es inmutable.


- Es preciso considerar también el valor tradicional de los elementos de esa
acción, en particular su origen bíblico o patrístico. ( Cfr. LRI 21-26).

Hablamos de lenguaje, música y canto, gestos y actitudes, el arte, las imágenes de


Cristo, de la Virgen María y de los Santos, expresiones de piedad popular.

- El lenguaje: tiene por objeto anunciar a los fieles la buena nueva de la


salvación y expresar la oración de la Iglesia del Señor. También debe
manifestar, con la verdad de la fe, la grandeza y la santidad de los misterios
celebrados.
Habrá que examinar, por lo tanto, atentamente qué elementos del lenguaje del

12
SC 22,1; CIC 838,1-2; Juan Pablo II, Constitución apostólica Pastor Bonus ( 28
Junio 1988) 62. 64,3; VQA 20.
13
La situación es diversa cuando los libros litúrgicos, editados después de la
Constitución litúrgica del Concilio Vaticano II, prevén en los Prenotandos y las
rúbricas cambios y posibilidades de elección dejados al juicio pastoral del que
preside, cuando se dice por ejemplo: "es oportuna", " con estos o semejantes
palabras", "se puede", "o...o"," es conveniente", "habitualmente", "se escoja la forma
más adaptada". El presidente al escoger una de las posibilidades debe buscar sobre
todo el bien de la asamblea, teniendo en cuenta su formación espiritual y la
mentalidad de los pariticpantes más que las preferencias personales o lo más fácil.
Para ls celebraciones de grupos particulares existen ciertas posibilidades de elección.
Es necesaria la prudencia y el discernimiento para evitar la división de la Iglesia
Local en "pequeñas iglesias", o "capillitas" cerradas en sí mismas.
14

pueblo será conveniente introducir en las celebraciones litúrgicas, y, en particular,


si será oportuno o contraindicado emplear expresiones provenientes de religiones
no cristianas. Así mismo será importante tener en cuenta los diversos géneros
literarios empleados en la Liturgia: textos bíblicos proclamados, oraciones
presidenciales, salmodia, aclamaciones, respuestas, responsorios, himnos, oración
litánica.

- La música y el canto, que expresen el alma de unpueblo, tienen un lugar


pivilegiado en la Liturgia. Se debe, pues,
* fomentar el canto, en primer lugar, de los textos litúrgicos, para que las
voces de los fieles puedan hacerse oír en las mismas acciones litúrgicas.
* Como en ciertas regiones, principalmente en las misiones, hay pueblos con
tradición musical propia que tiene mucha importancia en su vida religiosa y
social, dése a esta música la debida estima y el lugar correspondiente no sólo
al fomentar su sentido religioso, sino también al acomodar el culto a su
idiosincrasia" ( cfr. SC 119 ).
* Se tendrá en cuenta que un texto cantado se memoriza mejor que un texto
leído, lo que exige mayor esmero en cuidar la inspiración bíblica y
litúrgica, y también la calidad literaria de los textos de los cantos.
* En el culto divino se podrán admitir las formas musicales, las melodías, los
instrumentos de música " siempre que sean aptos o puedan adaptarse al
uso sagrado, convengan a la dignidad del templo y contribuyan
realmente a la edificación de los fieles" ( cfr. sc 120 ).

c. La prudencia necesaria.

- No se introduzcan innovaciones si no lo exige una utilidad verdadera y


cierta de la Iglesia, y sólo después de haber tenido la precaución de que las
nuevas formas se desarrollen, por decirlo así, orgánicamente, a partir de
las ya existentes ( cfr. SC 23 ). La pedagogía y el tiempo son necesarios para
evitar los fenómenos de rechazo o de crispación de las formas anteriores.

- Hay que vigilar que la inculturación no sea ni dé la impresión del


sincretismo religioso. La recepción de los usos tradicionales debe ir
acompañada de una purificación y, donde sea preciso, incluso de una ruptura.
Es preciso evitar cualquier ambigüedad en todos los casos. La Liturgia
cristiana no puede en absoluto acoger ritos de magia, de superstición, de
espiritismo, de venganza o que tengan connotaciones sexuales.

- Encontrar el equilibrio que respete los derechos de cada grupo o tribu sin
llevar por esto al extremo la particularidad de las celebraciones litúrgicas.
15

"En cuanto sea posible, evítense también las diferencias notables de ritos
entre territorios contiguos" ( cfr. SC 23 ).

IV. ¿QUE CANTAR EN LA LITURGIA?

4.1 Lo que se entiende aquí por música.

Al decir música, sin pretender una definición, queremos hablar aquí de la expresión
vocal e instrumental en la experiencia celebrativa de la Iglesia.

4.2 La música litúrgica en diálogo con la cultura.

Toda música creada por el hombre, mientras no le haga replegarse sobre sí mismo
ni le presente su propia imagen narcisista, sino que, al contrario, le abra a la esperanza
evangélica, es válida para el culto de los cristianos.

La Iglesia no tiene un estilo propio, específico y exclusivo en ninguna de las bellas


artes. Sin confundirse nunca con ninguna cultura determinada e histórica, va encarnado el
misterio en tan variados lenguajes y así comunica y ofrece a todos los pueblos el mensaje
de la salvación. ( cfr. SC 112 ).

En este diálogo constante e íntimo con las más diversas culturas ha purificado y
potenciado sus valores, siempre está abierta a nuevas perspectivas para seguir hablando al
hombre en sus nuevos lenguajes culturales. Si el canto y la música han de ser fieles a la
liturgia, a sus ritos y exigencias, tienen que ser también enteramente fieles al pueblo que
celebra esa liturgia.

4.2.1 Apertura del Concilio Vaticano II.

La nueva imagen del canto y música litúrgicos que promueve el Vaticano II da relieve
especialísimo a la necesaria relación culto-cultura, que dentro del pluralismo actual yde la
universalización planetaria de la Iglesia se convierte en la relación del culto con las
variadísimas culturas de Oriente y Occidente. A ésto responde la apertura a las lenguas
vivas y otras adaptaciones más profundas para aceptar y promover el "el genio y las
cualidades peculiares de las distintas razas y pueblos" ( cfr. SC 37 ), Estudiando con
simpatía y aceptando en la Liturgia "lo que se puede armonizar con el verdadero espíritu
litúrgico".

V. PLURALISMO DE GENEROS, ESTILOS, FORMAS E INSTRUMENTOS.

El Concilio abre de par en par las puertas, ya no sólo al canto gregoriano y a la polifonía
16

clásica que siguen teniendo lugar privilegiado, sino también a los demás géneros, estilos
y formas de la música sagrada, de modo especial el canto popular. He aquí las palabras
textuales:

" La Iglesia reconoce el canto gregoriano como el propio de la liturgia romana; en


igualdad de circunstancias, por tanto, hay que darle el primer lugar en las acciones
litúrgicas. Los demás géneros de música sacra, y en particular la polifonía, de ninguna
menra han de excluirse en la celebración de los oficios divinos, con tal que respondan
al espíritu de la acción litúrgica a tenor del artículo 30.
Complétese la edición típica de los libros de canto gregoriano; más aún, prepárese una
edición más crítica de los libros ya editados después de la reforma de Pío X.
Tambie´n conviene que se prepare una edición que contenga modos más sencillos,
para uso de las Iglesias menores.
Foméntese con empeño el canto religioso popular, de modo que en los ejercicios
piadosos y sagrados y en las mismas acciones litúrgicas, de acuerdo con las normas y
prescripciones de las rúbricas, resuenen las voces de los fieles" ( cf. SC 116-118 ).

La renovación se ha ido llevando a cabo no sin lucha y tensión entre quienes ponene el
acento en custodiar el tesoro tradicional y los que no quieren límite alguno en el uso de
lenguas vivas y en la creatividad musical.

En fidelidad al espíritu y a la letra del Concilio, éstas son las principales áreas del repertorio
musical litúrgico en la Iglesia hoy:

5.1 El canto gregoriano.

Tiene un lugar privilegiado en la historia de la Iglesia y en la cultura universal 14. Podemos


afirmar del canto gregoriano cuatro cosas:

- Su vigencia actual: el pueblo cristiano debe conocer un repertorio básico que


comprenda las partes que le corresponden: respuestas, aclamaciones, cantos
sencillos del Kirial, etc.
La vigencia del canto gregoriano es evidente en la intención y documentos de la
Iglesia, dentro de los justos límites que la liturgia y la pastoral señalan.

- Matizaciones de la "Musicam sacram" debe quedar claro que no responde al


espíritu actual de la Iglesia la absolutización y el exclusivismo en el uso del canto
gregoriano ni siquiera encomunidades muy especializadas tratándose de una lengua

14
Pío XII alaba, sobre todo, la únión íntima de la melodía con el texto sagrado ( cfr.
Encíclica "Musicae sacrae disciplina", 25 de Diciembre de 1955 ).
17

extraña cuando tanto se estiman las propias 15.

- ¿Cuándo cantar el gregoriano?:


* Según las posibilidades de las distintas asambleas, en cualquier
celebración del itinerario litúrgico,
* con tal que sean suficientemente explicados y asimilados los textos y
la función.
* Por razones eclesiales de unidad y catolicidad, en los encuentros
internacionales, congresos y peregrinaciones que son cada vez más
frecuentes.
* Pero también, en las iglesias donde a diario o los domingos y fiestas
se encuentran visitantes o turistas de diversas naciones y lenguas.

- ¿Por qué seguir cantando hoy el gregoriano?


Porque es fuente de inspiración y sigue siendo modélico en el sentido más
hondo y verdadero, al estar siempre al servicio de la Palabra y fundido en
unidad con ella y con la acción litúrgica. Porque ha surgido de la propia
experiencia espiritual en la liturgia, todo en él puede hablar al corazón, en las
piezas más genuinas de ese repertorio: la melodía, la concisión de la frase, la
palabra neumatizada, la unanimidad eclesial que refleja su ritmo libre en

15
" Los pastores de almas cuidarán de que, además que en lengua vulgar, " los fieles
sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del Ordinario de la
Misa que les corresponde " ( cfr. SC 54; MS 47 ).
" Allí donde se haya introducido el uso de la lengua vernácula en la celebración de
la misa, los Ordinarios juzgarán si es oportuno mantener ñuna o varias celebradas en
latín - especialmente la misa cantada - en algunas iglesias, sobre todo enl as grandes
ciudades, que reúnan suficiente número de fieles de diversas lenguas " ( MS 48 ).
"En las acciones litúrgicas con canto que se celebran en latín:
a) El canto gregoriano, como propio d ela liturgia romana, en igualdad de
circunstancias ocuparaé el primer lugar ( cfr SC 116). Empléense oportunameante
para ello las melodìas que se encuentran en las ediciones típicas.
b) "Conviene también que se prepare una edición que contenga modos más sencillos,
para uso de las Iglesias menores" ( SC 117 )( MS 50 ) ( El "Graduale simplex" se
publicó el 3 de Septiembre de 1967 ).
"Para conservar el tesoro de la música sagarada y promover debidamente nuevas
creaciones dése mucha importancia a la enseñanza y al práctica musical en los
seminarios, en los noviciados de religiosos de ambos sexos, así como también en los
demas institutos superiores especialmente destinados a ésto ( cfr. SC 115 ). Debe
promoverse ante todo el estudio y la prácita del canto gregoriano, ya que, por sus
cualidades propias, sigue siendo una base de gran valor para la cultura en música
sagrada" ( MS 52 ).
18

vuelo disciplinado. Pero no se ha de reducir a una experiencia estética


sino llegar a ser expresión musical del misterio celebrado.

5.2 La polifonía y su vigencia actual en la Liturgia.

La Iglesia está abierta no sólo a la polifonía clásica sino también a la de nuestro


tiempo con sus recursos y técnicas que pueden enriquecer sin duda, ellos también,
el tesoro tradicional con obras nuevas y nuevas formas que conjuguen
armónicamente la actuación de la coral, el órgano e instrumentos y la asamblea, sin
suplantar nunca al pueblo en lo que corresponde sino ayudándolo a cantar y
favoreciendo su participación 16.

"Teniendo en cuenta las condiciones locales, la utilidad pastoral de los fieles y


el carácter de cada lengua, los pastores de almas juzgarán si las piezas del
tesoro de música sagrada compuestas en el pasado para textos latinos, además
de su utilización en las acciones litúrgicas celebradas en latín, pueden si
inconveniente ser utilizadas tambíén en aquellas que se realizan en lengua
vernácula. En efecto, nada impide que en una misma celebración algunas piezas
se canten en una lengua diferente" ( MS 51 ).

" Los cantos llamados "Ordinario de la Misa", si se cantan a varias voces, pueden
ser interpretados por el coro, según las normas habituales, 'a capella' o con
acompañamiento de instrumentos, con tal de que el pueblo no quede totalmente
excluido de la participación en el canto" ( MS 34 ).

5.3 El canto sagrado popular ha entrado en la Liturgia.

" Foméntese con empeño el canto religioso popular, de modo que en los
ejercicios piadosos sagrados y en las mismas acciones litúrgicas, de acuerdo con
las normas y prescripciones de las rúbricas, resuenen las voces en los fieles" (
SC 118 ). La Instrucción aclara: " Y el canto sagrado popular, litúrgico y religioso"
( MS 4b ).

Aplicando los principios dados por el Vaticano II, de adaptación a razas y culturas
( SC 36-37) y a las lenguas de cada pueblo ( SC 40.54.113) la Instrucción de la
Sagrada Congregación de Ritos ( 26 de Septiembre de 1964 ) concretó que los

16
La instrucción " Musicam Sacram" es más explícita que el Concilio. Menciona " la
polifonía sagrada antigua y moderna en sus distintos géneros" ( MS 4b ). " Las otras
composiciones musicales escritas a una o varias voces, tanto si están tomadas del
tesoro musical tradicional como si son nuevas, serán tratadas con honor, favorecidas
y utilizadas según se juzgue oportuno. Cfr. SC 116" ( MS 50 c ).
19

cantos del Ordinario de la Misa ( Kyrie, Gloria, Sanctus-Benedictus y Agnus Dei )


y los cantos del Propio ( Introito, Gradual, Aleluya, Ofertorio y Comunión ) podrían
decirse o cantarse en la lengua del pueblo, disposición que entró en vigor el 7 de
Marzo de 1965, una vez aprobadas las traducciones.

5.4 El órgano y los demás instrumentos.

La instrucción de 1967 nos ofrece unas valoraciones y directrices muy concretas,


citando literalmente al Vaticano II: " Los instrumentos musicales pueden ser de gran
utilidad en las celebraciones sagradas, ya acompañen el canto, ya intervengan solos.
Téngase en gran estima en la Iglesia latina el órgano de tubos como instrumento
musical tradicional, cuyo sonido puede aportar un esplendor notable a las
ceremonias eclesiásticas, y levantar poderosamente las almas hacia Dios y hacia las
realidades celestiale. En el culto divino se pueden admitir otros instrumentos a
juicio y con el consentimiento de la autoridad eclesiástica territorial competente,
siempre que sean aptos o puedan adaptarse al uso sagrado, convengan a la dignidad
del templo y contribuyan realmente a la edificación de los fieles" ( SC 120; MS 62)

"... los instrumentos que, según el común sentir y el uso normal, sólo son adecuados
para la música profana, serán excluidos de toda acción litúrgica, así como de los
ejercicios piadosos Cfr. Instrucción del 3 de septiembre de 1958, n. 70 ).

" Todo instrumento admitido en el culto se utilizará de forma que responda a las
exigencias de la acción litúrgica, sirva a la belleza del culto y a la edificación de los
fieles" ( MS 63 ).

La función litúrgica es definida así: " El empleo de instrumentos en el


acompañamiento de los cantos puede ser bueno para sostener las voces, facilitar la
participación y hacer más profunda la unidad de una asamblea " ( MS 64 ). El
Directorio de las Misas con niños afirma que con los instrumentos " se sostiene el
canto, se nutre la meditación, se expresa el gozo y se contribuye a dar vida a la
alabanza divina" ( DMN 32 )

"En ciertos casos la música instrumental constituye unrito en sí mismo: toque de


campanas, música de meditación. Otras veces, se integra al rito: procesión, o acción
sin canto. Empleada así, la música puede destacar el aspecto de acontecimientos del
rito, dar una cierta calidad a la duración, expresar la fiesta, dar soporte a la
contemplación. Finalmente ella misma puede convertirse en género de plegaria"(
Universa Laus, La música en las liturgias cristiana ( 1980) 6.4 ).

Resumiendo: hoy es más importante que escoger bien los instrumentos hacer
20

bueno uso de ellos.

VI. CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO.

El punto de partida fundamental para formular unos criterios generales orientadores en


la selección de cantos nos lo ofrece la Instrucción Musicam Sacram : " En la selección del
género de música sagrada, tanto para el grupo de cantores como para el pueblo, se tendrán
en cuenta las posibilidades de los que deben cantar. La Iglesia no rechaza de las acciones
litúrgicas ningún género de música sagrada con tal que responda al espíritu de la misma
acción litúrgica y a la naturaleza de cada una de las partes ( cfr. SC 116 ) y no impida la
debida participación del pueblo "( MS 9 ).

Cuando la música y el canto son fieles al espíritu y a las normas de la Iglesia, podemos
decir que son aptos para la liturgia y pueden ser refrendados con aprobaciones explícitas 17. Este
criterio canónico engloba y aplica simultáneamente los tres criterios básicos previos: estético,
litúrgico y pastoral.

17
La Comisión Episcopal de Liturgia de España sisntetiza la normativa eclesial vigente:
" A la hora de componerñ y seleccionar los cantos para una celebración litúrgica,
sobre todo para la Eucaristía, es evidente que hay que tener presentes unos criterios
que no es superfluo recordar:
1. El valor del texto. Sin caer en el sentimentalismo, ni en el género demasiado
didáctico, las palabras del canto deben expresar adecuadameante la fe
cristiana, en consonancia con la nueva sensibilidad de la Iglesia en el campo
teológico y espiritual. Por eso los mejores textos suelen ser los que están
tomados o se inspiran en la Sagrada Escritura.
2. La calidad musical. Los cantos deben ser artísticamente bellos, sin
contradecir el buen gusto y en consonancia con la dignidad de la celebración
y de la rica tradición musical que siempre ha querido tener nuestra liturgia
cristiana.
3. La adaptación a la celebración. Cada momento musical tiene una finalidad
concreta: acompañamiento de procesiones, meditación de la lectura anterior,
aclamación gozosa, et. De este modo se logra que cada canto ayude
eficazmente a la dinámica de toda la celebración.
4. La adecuación a la comunidad concreta. No es lo mismo una pequeña
comunidad que una gran asamblea. Es distinto el ambiente rural que el
urbano. Una asamblea de niños, de jóvenes o de personas mayores requiere
un estilo apropiado de ritmos, de género musical e incluso de textos
adaptados a sus circunstancias. Siempre hay que tener muy presente la
capacidad musical de la comunidad y de la coral propia " ( Nota de la
Comisión Episcopal de Liturgia sobre los cantos del Ordinario de la Misa, 4
de Septiembre de 1987 ).
21

6.1 El criterio estético.

Por el que se ha de juzgar si una obra ( texto, música y ejecución ) es bella para ser signo
del misterio.
Este juicio es básico y primario. Lo deben dar músicos y literatos competentes, para no
confundir nunca el valor con el estilo, pues caben distintos géneros y estilos musicales y, dentro
de cada uno de ellos, obras más o menos válidas.
Toda música litúrgica debe ser buena. Pero no toda la buena música vale para la Liturgia.
Por éso la valoración estética, que es básica, no es decisiva, es insuficiente. Necesita la valoración
litúrgica y pastoral.

6.2 El criterio litúrgico.

Las melodías y los cantos deben ajustarse a la nueva ordenación de los ritos, los ministerios
y la celebración tal como la Iglesia la vive hoy.
La naturaleza de la Liturgia misma es la que ayuda a determinar qué clase de música se
pide, qué partes deben preferirse para cantar y quién debe cantarlas. La elección de esas partes
cantadas, el equilibrio entre ellas y el estilo musical que se adopte han de reflejar la importancia
relativa de ellas en la celebración y el peculiar sentido de cada una. ( Estas podrían llamarse
exigencias estructurales ).

Otras exigencias se refieren a los textos, que han de ser compuestos, elegidos e
interpretados con sumo respeto y esmero para que sean expresivos en su rica variedad de
proclamaciones,aclamaciones, salmos, oraciones, himnos, etc.; cada uno tiene su función
específica, que debe ser acentuada por la música.

Los textos oficiales nuevos en gran parte están necesitando nuevas e inspiradas
musicalizaciones. Los provisionales o adaptados, sustitivos o complementarios deben " estar de
acuerdo con la doctrina católica, más aún, deben tomarse principalmente de la Sagrada Escritura
y de las fuentes litúrgicas" ( SC 121 ).

6.3 El criterio pastoral.

Las melodías y los cantos han de tener en cuenta la ley de la participación activa, plena y
consciente del pueblo, en cuestiones tan importantes como la lengua y la experiencia religiosa de
la comunidad.

Este juicio pastoral lo aplica el equipo de animación litúrgica cuando determina la música
que en esta situación particular, en esta situación particular, en estas circunstancias, ha de servir
22

a estas personas para expresar su fe en este lugar, en esta época, en esta cultura 18.

VII. REPERTORIOS Y MODELOS.

La música y el canto en la Liturgia ante todo es acción, un momento único y un


acontecimiento singular. Pero habitualmente no puede prescindir de utilizar obras ya existentes.
Para éso se han formado repertorios de música litúrgica cristiana, puesto que por naturaleza est
ambién repetición, memoria y acto colectivo.

Se emplean los repertorios por razones de orden práctico, pero también por motivos
estéticos, pues las obras más preciosas y ricas en significado lo son gracias a su forma más
perfecta y se espera que sean ejecutadas tal como fueron creadas. La celebración también se
enriquece por las connotaciones afectivas e intelectuales de las que ciertas obras se han ido
cargando gracias a la experiencia de las personas y grupos que las han cantado.

No es suficiente un buen repertorio. Hay que recordarlo y darle vida para que la música
desempeñe bien su cometido en la celebración. Los llamados "modelos operativos" permiten unir
los dos aspectos de la acción litúrgica musical, que son la repetitividad y la novedad.

VIII. CONCLUSION: PASOS PARA PROMOVER LA INCULTURACION DEL CANTO


EN NUESTRAS COMUNIDADES PARROQUIALES.

El campo de aplicación inmediata de normas, principios y criterios es la puesta en obra de


la celebración litúrgica y ésto se lleva a cabo, ordinaria y excelentemente en la comunidad que se

18
La Sagrada Congregación para el Culto Divino alienta a las Conferencias Episcopales
a considerar " no solamente la compatibilidad de la música liturgica con el tiempo
y las circunstancias de la celebración, sino también las necesidades de los fieles que
la cantarán. Deben usarse todos los medios, para promover el canto por parte del
pueblo. Nuevas formas deberían ser usadas, formas que estén adaptadas a las
diferentes mentalidades y a los gustos modernos " ( Instrucción " Liturgicae
Instaurationes", 5 de Septiembre de 1970, 3b.c).
Los signos de la celebración deben ser aceptados y recibidos, como significantes para
una experiencia de fe genuinamente humana, por estos fieles concretos. El juicio
pastoral puede ser ayudado por la sensibilidad a las características culturales y
sociales del pueblo que compone la asamblea: su edad, cultura y educación. Estos
factores influyen en la expresividad de los signos litúrgicos incluyendo la música.
Ninguna normativa logrará por sí sola una celebración verdaderamente pastoral de
los ritos sacramentales. Seimrpe debe ser aplicada con una viva preocupación
pastoral mirando a la comunidad concreta de culto..
23

reúne a celebrar la fe. ¿Qué proyecto se podría seguir para comenzar esta labor de inculturación
del canto en nuestras comunidades?. Antes de dar respuesta, limito mi aportación a indicar los
pasos que podrían y deberían desarrollarse en otro momento:

1. Promover una actitud de apertura ó dialogo con las culturas como la mantiene el
Magisterio de la Iglesia ante las exigencias culturales.( Actitud eclesial)
2. Asimilar el concepto de cultura y tener una especial preocupación de conocer e
individuar los elementos que hacen una cultura en la misma Asamblea que participa
en nuestras celebraciones.( Actitud sociológica-pastoral)
3.. Asimilar y profundizar en las exigencias, condiciones, principios y normas de
la inculturación en general y del rito romano.( Actitud teológica )
4. Saber distinguir los ámbitos de la adaptación.( Actitud de unidad y diversidad )
5. Urge impregnar nuestro medio con la Palabra de Dios y textos patrísticos y
eucológicos.( Actitud orante ).
6. Conviene insistir en los tres criterios de discernimiento: estético, litúrgico y pastoral.
(Actitud de discernimiento ).
7. La formación de los agentes de música sacra en la comunidad en integración
coordinada con las demás secciones de arte y liturgia en programas comunes y
específicos.( Actitud de comunión eclesial )

Quiera el Señor concedernos los instrumentos que necesitamos para promover con tino y
oportunidad el trabajo de inculturar el Evangelio en nuestra vida y nuestras celebraciones.

Pbro.Guillermo Leonardo Rodríguez Benítez.


INDICE PARTICULARIZADO

INTRODUCCION

Finalidad de la exposición..................................................................................... 1
Límites y fuentes de nuestra ponencia ............................................................ 1
¿Cuál es el estado de la cuestión que queremos tocar?..................................... 2
¿Cuál es el contenido de nuestro taller?........................................................... 2
¿Cuál es el contenido de nuestra ponencia? .................................................... 2
Precisión del contenido ................................................................................... 2
- La palabra inculturación............................................................. 2
- ¿Qué se entiende por cultura? .................................................... 3
- ¿Cuándo se tiene una cultura cristiana?...................................... 3
- ¿Qué se entiende por inculturación? ....................................... 3
Se imponen tres observaciones ................................................. 4
- Inculturar según los tres misterios cristianos de la fe católica..... 5
- La inculturación es un proceso ¿qué supone ésto? ...................... 5
- ¿Qué diferencia hay entre Inculturación y Adaptación?. El ámbi
to de las adaptaciones en el rito romano .................................... 5
SC 37: Principios generales de adaptación ................................................ 6
SC 38-39: Primer grado de adaptación ................................................ 7
SC 40: Segundo grado de adaptación ............................................... 7
Tres modelos de adaptación litúrgica ......................................................... 8

I. CONSTANTES DEL PROCESO DE INCULTURACION A LO LARGO


DE LA HISTORIA DE LA SALVACION ..................................... 9

II. EXIGENCIAS Y CONDICIONES PREVIAS PARA LA INCULTURA-


CION LITURGICA .................................................................. 9

a. Exigencias procedentes de la naturaleza de la Liturgia ...... 9


b. Condiciones previas a la inculturación de la Liturgia ...... 10
c. Responsabilidad de la Conferencia Episcopal ................ 11

III. PRINCIPIOS Y NORMAS PRACTICAS PARA LA INCULTURACION


DEL RITO ROMANO .................................................................. 12
a. Principios generales ................................................... 12

1. Finalidad ......................................................................... 12
2. Unidad sustancial del Rito Romano ............................... 12
3. Autoridad competente ................................................... 12

b. Lo que puede ser adaptado ........................................ . 13


- El lenguaje ............................................................ 14
- La música y el canto ........................................ 14

c. La prudencia necesaria .................................................. 14

IV. ¿QUE CANTAR EN LA LITURGIA? ........................................ 15

4.1 Lo que se entiende por música ........................................ 15


4.2 La música litúrgica en diálogo con la cultura .................... 15
4.2.1 Apertura del Concilio Vaticano II ................... 15

V. PLURALISMO DE GENEROS, ESTILOS, FORMAS E


INSTRUMENTOS ....................................................................... 15

5.1 El canto gregoriano ................................................. 16


5.2 La polifonía y su vigencia actual en la Liturgia ......... 18
5.3 El canto sagrado popular ha entrado en la Liturgia............ 18
5.4 El órgano y los demás instrumentos ............................. 19

VI. CRITERIOS DE DISCERNIMIENTO ............................. 20

6.1 El criterio estético ........................................................... 21


6.2 El criterio litúrgico ................................................. 21
6.3 El criterio pastoral ................................................. 21

VII. REPERTORIOS Y MODELOS ................................................... 22

VIII. CONCLUSION: PASOS PARA PROMOVER LA INCULTURACION DEL


CANTO EN NUESTRAS COMUNIDADES PARROQUIALES ....... 22

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