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ARTERIAS

Las arterias son vasos sanguíneos que transportan la sangre a una presión relativamente elevada
(en comparación con las venas correspondientes), desde el corazón, y la distribuyen por todo el
organismo (fig. 1-24 A). La sangre pasa a través de arterias de calibre decreciente. Los diferentes
tipos de arterias se distinguen entre sí por su tamaño global, por las cantidades relativas de tejido
elástico o muscular en la túnica media (fig. 1-23), por el grosor de sus paredes con respecto a la
luz, y por su función. El tamaño y el tipo de las arterias son un continuo; es decir, se observa un
cambio gradual de las características morfológicas de un tipo a otro. Hay tres tipos de arterias:

1. Las grandes arterias elásticas (arterias de conducción) poseen numerosas láminas de


fibras elásticas en sus paredes. Estas grandes arterias reciben inicialmente el gasto cardíaco.
Su elasticidad les permite expandirse cuando reciben la sangre de los ventrículos, minimizar
el cambio de presión y volver a su tamaño inicial entre las contracciones ventriculares,
mientras continúan impulsando la sangre hacia las arterias de mediano calibre. Con ello se
mantiene la presión en el sistema arterial entre las contracciones cardíacas (en un momento
en que la presión intraventricular cae a cero). Globalmente, de este modo se minimiza el
reflujo de la presión arterial mientras el corazón se contrae y se relaja. Ejemplos de grandes
arterias elásticas son la aorta, las arterias que nacen del arco de la aorta (tronco
braquiocefálico, subclavias, carótidas) y el tronco de la arteria pulmonar y sus ramas
principales (fig. 1-24 A).
2. Las arterias musculares de calibre mediano (arterias de distribución) tienen paredes que
principalmente constan de fibras musculares lisas dispuestas de forma circular. Su capacidad
para disminuir de diámetro (vasoconstricción) les permite regular el flujo de sangre a las
diferentes partes del organismo, según las circunstancias (p. ej., actividad, termorregulación).
Las contracciones pulsátiles de sus paredes musculares (con independencia del calibre de la
luz) disminuyen su calibre transitoria y rítmicamente en una secuencia progresiva, lo que
impulsa y distribuye la sangre a las diversas partes del cuerpo. La mayoría de las arterias con
denominación, incluidas las que se observan en las paredes corporales y en los miembros
durante la disección, como la braquial o la femoral, son arterias musculares de calibre
mediano.
3. Las arterias de calibre pequeño y las arteriolas son relativamente estrechas y tienen unas
gruesas paredes musculares. El grado de repleción de los lechos capilares y el nivel de
tensión arterial dentro del sistema vascular se regulan principalmente por el tono (firmeza) del
músculo liso de las paredes arteriolares. Si el tono se halla por encima de lo normal, hay
hipertensión (presión arterial alta). Las arterias pequeñas no suelen tener una denominación
especial ni se identifican específicamente en la disección; las arteriolas sólo pueden
observarse con medios de aumento.

Las anastomosis (comunicaciones) entre diversas ramas de una arteria proporcionan


numerosas posibles desviaciones del flujo sanguíneo si la vía habitual está obstruida por una
compresión debida a la posición de una articulación, por un proceso patológico o por una ligadura
quirúrgica. Si un conducto principal está ocluido, generalmente los conductos alternativos de
menor calibre pueden aumentar de tamaño tras un cierto período, lo que permite una circulación
colateral o una vía alternativa que irriga las estructuras distales al bloqueo. Sin embargo, las vías
colaterales requieren tiempo para abrirse adecuadamente, y no suelen ser suficientes para
compensar una oclusión súbita o una ligadura.

Sin embargo, hay áreas donde la circulación colateral no existe, o es insuficiente para reemplazar
al conducto principal. Las arterias que no se anastomosan con las adyacentes son arterias
terminales verdaderas (anatómicamente). La oclusión de una arteria terminal interrumpe el flujo
sanguíneo a la estructura o segmento de un órgano que irriga esa arteria. Por ejemplo, la retina
está irrigada por arterias terminales verdaderas, cuya obstrucción causa ceguera. Las arterias
terminales funcionales (con anastomosis ineficaces) no son arterias terminales verdaderas, e
irrigan segmentos del cerebro, el hígado, el riñón, el bazo y los intestinos; también pueden existir
en el corazón.
FIGURA 1-24.
Porción sistémica del
sistema
cardiovascular.

Las arterias y las


venas que se
muestran en la
ilustración transportan
sangre oxigenada
desde el corazón hacia
los lechos capilares
sistémicos y devuelven
sangre pobre en
oxígeno desde los
lechos capilares hasta
el corazón,
respectivamente,
constituyendo la
circulación sistémica.
Aunque normalmente
se representan y
consideran como
vasos únicos, como
aquí, las venas
profundas de los
miembros
normalmente se
presentan como pares
de venas satélites.
CARÓTIDAS
En el cuello, anterolateralmente, se encuentran el principal flujo sanguíneo arterial hacia la
cabeza y el cuello (las arterias carótidas) y el principal drenaje venoso (las venas yugulares) (fig.
9-1). Las principales estructuras que habitualmente se lesionan en los traumatismos penetrantes
del cuello son los vasos sanguíneos carotídeos/yugulares.

El triángulo carotídeo es un área vascular limitada por el vientre superior del omohioideo, el
vientre posterior del digástrico y el borde anterior del ECM (v. figs. 9-7, 9-15 A y 9-16). Este
triángulo es importante porque la arteria carótida común asciende por él. Su pulso puede
auscultarse o palparse comprimiéndola ligeramente contra los procesos transversos de las
vértebras cervicales. A nivel del borde superior del cartílago tiroides, la arteria carótida común se
divide en las arterias carótidas interna y externa (figs. 9-16, 9-18; v. fig. 9-20). Dentro del triángulo
carotídeo se localizan:

1. El seno carotídeo: una pequeña dilatación de la porción proximal de la arteria carótida interna
(fig. 9-18), que puede incluir la arteria carótida común. Inervado principalmente por el nervio
glosofaríngeo (NC IX) a través del nervio del seno carotídeo, así como por el nervio vago
(NC X), es un barorreceptor (receptor de presión) que reacciona a los cambios de la presión
arterial.
2. El glomus (cuerpo) carotídeo: una masa pequeña de tejido de forma ovoide y color marrón
rojizo en vivo, que se sitúa en el lado medial (profundo) de la bifurcación de la arteria carótida
común, en íntima relación con el seno carotídeo. Inervado principalmente por el nervio del
seno carotídeo (NC IX) y por el NC X, es un quimiorreceptor que controla la concentración
de oxígeno en la sangre. Bajas concentraciones de oxígeno en sangre lo estimulan e inicia
un reflejo que incrementa la frecuencia y la profundidad de la respiración, la frecuencia
cardíaca y la presión arterial.
Las estructuras
vasculonerviosas del triángulo
carotídeo están rodeadas por
la vaina carotídea: las arterias
carótidas medialmente, la
vena yugular interna
lateralmente y el nervio vago
posteriormente (v. fig. 9-4 B y
C). Superiormente, la carótida
común es sustituida por la
arteria carótida interna. El asa
cervical normalmente se sitúa
sobre (o está rodeada por) la
cara anterolateral de la vaina
(v. fig. 9-16). Muchos nódulos
linfáticos cervicales profundos
se sitúan a lo largo de la
vaina carotídea y la VYI.

El triángulo muscular está


limitado por el vientre superior
del músculo omohioideo, el
borde anterior del ECM y el
plano medio del cuello (figs.
9-7 y 9-17) músculos y
vísceras (p. ej., las glándulas
tiroides y paratiroides)
infrahioideos.

FIGURA 9-18. Glomus (cuerpo) carotídeo y seno carotídeo. Este pequeño cuerpo epitelioide se
localiza en la bifurcación de la arteria carótida común. Se muestran también el seno carotídeo y la
red asociada de fibras sensitivas del nervio glosofaríngeo (NC IX).

ARTERIAS DE LA REGIÓN CERVICAL ANTERIOR

La región cervical anterior contiene el sistema arterial carotídeo, compuesto por la arteria
carótida común y sus ramas terminales, las arterias carótidas interna y externa. También
contiene la VYI y sus tributarias, y las venas yugulares anteriores (figs. 9-20 y 9-21). La arteria
carótida común y una de sus ramas terminales, la arteria carótida externa, son los principales
vasos arteriales del triángulo carotídeo. En el triángulo carotídeo también se originan ramas
de la carótida externa (p. ej., la arteria tiroidea superior).
Cada arteria carótida común asciende dentro de la vaina carotídea junto con la VYI y el nervio
vago, hasta el nivel del borde superior del cartílago tiroides. Ahí, cada arteria carótida común
se divide finalmente en las arterias carótidas interna y externa. La arteria carótida interna no
tiene ramas en el cuello; la arteria carótida externa tiene varias.

La arteria carótida común derecha empieza en la bifurcación del tronco braquiocefálico. La


arteria subclavia derecha es la otra rama de este tronco. Desde el arco de la aorta, la arteria
carótida común izquierda asciende por el cuello. En consecuencia, esta arteria tiene un
trayecto de unos 2 cm por el mediastino superior antes de entrar en el cuello.

Las arterias carótidas internas son la continuación directa de las arterias carótidas comunes
por encima del origen de la arteria carótida externa, a la altura del límite superior del cartílago
tiroides. La porción proximal de cada arteria carótida interna es donde se localiza el seno
carotídeo, ya descrito previamente en este capítulo (figs. 9-18 y 9-20). El glomus (cuerpo)
carotídeo se localiza en la hendidura entre las arterias carótidas interna y externa. Las arterias
carótidas internas entran en el cráneo a través de los conductos carotídeos de las porciones
petrosas de los huesos temporales, y se convierten en las principales arterias del encéfalo y
de las estructuras de las órbitas (v. cap. 8). A nivel del cuello no se desprende ninguna rama
con nombre de las arterias carótidas internas.

Las arterias carótidas externas irrigan la mayoría de las estructuras externas al cráneo; la
órbita y parte de la frente, y la piel cabelluda, irrigadas por la arteria supraorbitaria, son las
excepciones más notables. Presenta, además, una cierta distribución profunda (p. ej., la
arteria meníngea media). Cada arteria carótida externa discurre posterosuperiormente por la
región entre el cuello de la mandíbula y el lóbulo de la oreja, donde está rodeada por la
glándula parótida y termina por dividirse en dos ramas: la arteria maxilar y la arteria temporal
superficial (fig. 9-20)
B) Los músculos (vientre posterior del
digástrico y omohioideo) indican los límites
superior e inferior del triángulo carotídeo.

Antes de estas ramas terminales, seis


arterias se originan de la arteria
carótida externa:

1. La arteria faríngea ascendente se


origina como la primera o segunda
rama de la arteria carótida externa y
es su única rama medial. Asciende
sobre la faringe, profunda (medial) a
la arteria carótida interna, y
proporciona ramas a la faringe, los
músculos prevertebrales, el oído
medio y las meninges craneales.

2. La arteria occipital se origina en la


cara posterior de la arteria carótida
externa, superior al origen de la
arteria facial.
Pasa posteriormente, inmediatamente medial y paralela a la inserción del vientre posterior del
músculo digástrico en el surco occipital del hueso temporal, y termina dividiéndose en
múltiples ramas en la porción posterior de la piel cabelluda. A lo largo de su recorrido pasa
superficial a la arteria carótida interna y a los NC IX a XI.

3. La arteria auricular posterior, una pequeña rama posterior de la arteria carótida externa,
que normalmente es la última rama preterminal. Asciende posteriormente entre el meato
acústico externo y el proceso mastoides para irrigar los músculos adyacentes, la glándula
parótida, el nervio facial y las estructuras del hueso temporal, la oreja y la piel cabelluda.

4. La arteria tiroidea superior, la más inferior de las tres ramas anteriores de la arteria
carótida externa, que discurre anteroinferiormente profunda a los músculos infrahioideos
hasta alcanzar la glándula tiroides. Además de irrigar esta glándula, proporciona ramas para
los músculos infrahioideos y el ECM, y da origen a la arteria laríngea superior, que irriga la
laringe.

5. La arteria lingual se origina en la cara anterior de la arteria carótida externa, donde se


sitúa sobre el músculo constrictor medio de la faringe. Se arquea superoanteriormente y pasa
profunda al nervio hipogloso (NC XII), al músculo estilohioideo y al vientre posterior del
músculo digástrico. Desaparece profunda al músculo hiogloso, proporcionando ramas para la
porción posterior de la lengua. A continuación, gira superiormente al nivel del borde anterior
de este músculo y se bifurca en las arterias lingual profunda y sublingual.

6. La arteria facial se origina anteriormente en la arteria carótida externa, ya sea junto con la
arteria lingual o inmediatamente superior a ella (v. figs. 9-16 y 9- 20). Después de dar lugar a
la arteria palatina ascendente y a una arteria tonsilar, la arteria facial pasa superiormente bajo
los músculos digástrico y estilohioideo y el ángulo de la mandíbula. Se curva anteriormente y
entra por un surco profundo en la glándula submandibular, a la que irriga. Luego da origen a
la arteria submentoniana para el suelo de la boca y se curva alrededor de la porción media
del borde inferior de la mandíbula para entrar en la cara. Regla mnemotécnica para las seis
La Aorta Y Sus Ramas En El Tórax FIGURA 4-73. Ramas de la aorta
torácica

Las ramas de la aorta torácica tienden a


originarse dentro de tres planos vasculares
(recuadro). Las ramas esofágicas y
pericárdicas representan ramas viscerales
impares (A en el recuadro) que se originan
anteriormente; las arterias bronquiales
representan ramas pares viscerales
laterales (B en el recuadro); las arterias
subcostales e intercostales posteriores (1-
12) representan ramas parietales
segmentarias pares que mayoritariamente
se originan a nivel posterolateral (C en el
recuadro). Las arterias pares frénicas
superiores que se originan a partir de la
parte inferior de la aorta torácica que irriga
el diafragma constituyen excepciones al
patrón; son ramas parietales pares que
han migrado anteriormente.
ARTERIA AXILAR
La arteria axilar se inicia en el borde lateral de la 1. a costilla como continuación de la arteria
subclavia, y termina en el borde inferior del redondo mayor (fig. 3-39). Discurre posteriormente al
pectoral menor en el brazo y se convierte en la arteria braquial cuando cruza el borde inferior del
redondo mayor, posición en la cual normalmente ya ha alcanzado el húmero (fig. 3-39). Con
finalidad descriptiva, la arteria axilar se divide en tres porciones definidas por su relación con el
pectoral menor (el número de porción también indica el número de sus ramas):

1. La primera porción de la arteria axilar se localiza entre el borde lateral de la 1. a costilla y el


borde medial del pectoral menor; está encerrada en la vaina axilar y da origen a una rama: la arteria
torácica superior (figs. 3-38 B y 3-39 A; tabla 3-7).

2. La segunda porción de la arteria axilar se sitúa posterior al pectoral menor y tiene dos ramas:
las arterias toracoacromial y torácica lateral, que pasan medial y lateralmente al músculo,
respectivamente.

3. La tercera porción de la arteria axilar se extiende desde el borde lateral del pectoral menor
hasta el borde inferior del redondo mayor, y da tres ramas: la arteria subescapular (que es la mayor
rama de la arteria axilar) y, con un origen opuesto a esta, las arterias circunflejas humerales anterior
y posterior, que en ocasiones parten de un tronco común.
Las ramas de la arteria axilar se ilustran en la figura 3-39, y sus orígenes y curso se describen en
la tabla 3-7.

La arteria torácica superior es un vaso pequeño y muy variable que se origina justo inferior al
subclavio (fig. 3-39 A). En general se dirige inferomedialmente, posterior a la vena axilar, e irriga
al subclavio, los músculos del 1. er y el 2. o espacios intercos-tales, las digitaciones superiores
del serrato anterior y los músculos pectorales que la recubren. Se anastomosa con las arterias
intercostales y/o torácica interna.

La arteria toracoacromial, un tronco ancho y corto, perfora la membrana costocoracoidea y se


divide en cuatro ramas (acromial, deltoidea, pectoral y clavicular), en profundidad a la porción
clavicular del pectoral mayor (fig. 3-40).

La arteria torácica lateral tiene un origen variable. Normalmente nace como la segunda rama
de la segunda porción de la arteria axilar y desciende a lo largo del borde lateral del pectoral
menor, al cual sigue hasta el interior de la pared torácica (figs. 3-38 B y 3-39 A); sin embargo,
también puede originarse a partir de las arterias toracoacromial, supraescapular o subescapular.
La arteria torácica lateral irriga el pectoral, el serrato anterior, los músculos intercostales, los
nódulos linfáticos axilares y la cara lateral de la mama.

La arteria subescapular, que es la rama de la arteria axilar de mayor diámetro pero menor
longitud, desciende a lo largo del borde lateral del subescapular en la pared posterior de la axila.
Pronto termina al dividirse en las arterias circunfleja de la escápula y toracodorsal.

La arteria circunfleja de la escápula suele ser la mayor rama terminal de la arteria


subescapular. Se curva posterior-mente alrededor del borde lateral de la escápula y se dirige
hacia atrás entre el subescapular y el redondo mayor para irrigar los músculos del dorso de la
escápula (v. fig. 3-39 B). Participa en las anastomosis en torno a la escápula.

La arteria toracodorsal continúa el trayecto general de la arteria subescapular hacia el ángulo


inferior de la escápula e irriga los músculos adyacentes, principalmente el dorsal ancho (v. fig. 3-
39A y C). También participa en las anastomosis arteriales de alrededor de la escápula.

Las arterias circunflejas humerales rodean el cuello quirúrgico del húmero y se anastomosan
entre ellas.

La arteria circunfleja humeral anterior, que es la menor, se dirige lateralmente en profundidad


al coracobraquial y al bíceps braquial. Da origen a una rama ascendente que irriga el hombro.
La arteria circunfleja humeral posterior, de mayor tamaño, se dirige medialmente a través de
la pared posterior de la axila por el espacio cuadrangular acompañada del nervio axilar, para
irrigar la articulación del hombro y los músculos que la rodean (el deltoides, los redondos mayor
y menor, y la cabeza larga del tríceps braquial) (v. fig. 3-39A y C; tabla 3-7).
ARTERIA BRAQUIAL
La arteria braquial es la continuación de la arteria axilar y constituye la principal fuente de
irrigación arterial del brazo (fig. 3-51). Se inicia en el borde inferior del redondo mayor (figs. 3-
47A y 3-51) y termina en la fosa del codo frente al cuello del radio, donde recubierta por la
aponeurosis bicipital se divide en las arterias radial y ulnar (figs. 3-51 y figs. 3-52).

Dicha arteria, relativamente superficial y palpable a lo largo de todo su recorrido, discurre anterior
al tríceps braquial y el braquial. Al principio se sitúa medialmente en relación con el húmero, en
el surco bicipital medial (fig. 3-47 A y B), y ahí se pueden palpar sus pulsaciones. A continuación,
pasa a ser anterior a la cresta supracondílea medial y la tróclea del húmero (figs. 3-51 y figs. 3-
53). En su trayecto en dirección inferolateral, la arteria braquial acompaña al nervio mediano, que
la cruza por delante (figs. 3-47A y 3-53).

En su recorrido a lo largo del brazo, da origen a numerosas ramas musculares innominadas y a


la arteria nutricia del húmero (fig. 3-51), que nace en su cara lateral. Las ramas musculares
innominadas suelen omitirse en las ilustraciones, pero son evidentes en las disecciones.

Las principales ramas de la arteria braquial dotadas de nombre que se originan de su cara
medial son la arteria braquial profunda y las arterias colaterales ulnares superior e inferior. Las
arterias colaterales ayudan a formar las anastomosis arteriales periarticulares de la región
del codo (fig. 3-51). Otras arterias implicadas son las ramas recurrentes, en ocasiones dobles,
de las arterias radial, ulnar e interóseas, que discurren superiormente anteriores y posteriores a
la articulación del codo. Estas arterias se anastomosan con ramas articulares descendentes de
la arteria braquial profunda y de las arterias colaterales ulnares.

ARTERIA BRAQUIAL PROFUNDA: La arteria braquial profunda es la mayor rama de la


arteria braquial y la que tiene el origen más superior. Acompaña al nervio radial a lo largo del
surco del nervio radial cuando discurre en dirección posterior alrededor del cuerpo del húmero
(figs. 3-50 y figs. 3-53). La arteria braquial profunda termina cuando se divide en las arterias
colaterales media y radial, que participan en las anastomosis arteriales periarticulares que
rodean el codo (fig. 3-51).

ARTERIA NUTRICIA DEL HÚMERO: La principal arteria nutricia del húmero se origina en la
arteria braquial, aproximadamente en la mitad del brazo, y entra por el conducto nutricio
situado en la superficie anteromedial del húmero (fig. 3-51). La arteria se dirige distalmente
en el conducto, hacia el codo. También existen otras arterias nutricias del húmero más pequeñas.
ARTERIA COLATERAL ULNAR SUPERIOR: La arteria colateral ulnar superior se origina en
la cara medial de la arteria braquial cerca de la mitad del brazo y acompaña al nervio ulnar
posteriormente al epicóndilo medial del húmero (figs. 3-47A y 3-51). Ahí se anastomosa con la
arteria recurrente ulnar posterior y la arteria colateral ulnar inferior, de modo que participa en las
anastomosis arteriales periarticulares del codo.

ARTERIA COLATERAL ULNAR INFERIOR: La arteria colateral ulnar inferior se origina en la


arteria braquial, aproximadamente a 5 cm de la flexura del codo en dirección proximal (figs. 3-47
A, 3-51 y 3-52 B). A continuación se dirige inferomedialmente anterior al epicóndilo medial del
húmero y se anastomosa con la arteria recurrente ulnar anterior, de modo que también participa
en las anastomosis arteriales periarticulares del codo.
ARTERIAS DEL ANTEBRAZO
Las principales arterias del antebrazo son las arterias ulnar y radial, que normalmente se
originan en oposición al cuello del radio en la parte inferior de la fosa del codo, como ramas
terminales de la arteria braquial (fig. 3-66). Las arterias del antebrazo dotadas de nombre se
muestran en la figura 3-67, y sus orígenes y trayectos se describen en la tabla 3-12. A
continuación se exponen detalles adicionales.

ARTERIA ULNAR: Las pulsaciones de la arteria ulnar se pueden palpar en la cara lateral del
tendón del flexor ulnar del carpo, donde pasa por delante de la cabeza de la ulna. El nervio ulnar
se sitúa en el lado medial de la arteria ulnar. En el antebrazo se forman ramas de la arteria ulnar
que participan en las anastomosis periarticulares del codo (fig. 3-67, vista palmar) e irrigan
músculos del antebrazo medial y central, la vaina común de los músculos flexores, y los nervios
ulnar y mediano.

• Las arterias recurrentes ulnares anterior y posterior se anastomosan con las arterias
colaterales ulnares inferior y superior, respectivamente, con lo que participan en las
anastomosis arteriales periarticulares del codo. Las arterias anterior y posterior pueden
estar presentes como ramas anterior y posterior de una arteria recurrente ulnar (común).
• La arteria interósea común, una rama corta de la arteria ulnar, se origina en la parte distal
de la fosa del codo y se divide casi inmediatamente en las arterias interóseas anterior y
posterior.
• La arteria interósea anterior discurre distalmente, directamente sobre la cara anterior de la
membrana interósea y junto con el nervio interóseo anterior, mientras que la arteria
interósea posterior lo hace entre las capas superficial y profunda de los músculos
extensores en compañía del nervio interóseo posterior. La relativamente pequeña arteria
interósea posterior es la principal fuente de irrigación para las estructuras del tercio medio
del compartimento posterior. En consecuencia, cuando llega al antebrazo distal ya está
prácticamente agotada y su función la tiene que asumir la arteria interósea anterior, que
perfora la membrana interósea cerca del borde proximal del pronador cuadrado.
• Ramas musculares de la arteria ulnar innominadas irrigan músculos del lado medial del
antebrazo, en particular los del grupo flexor-pronador.
ARTERIA RADIAL: Las pulsaciones de la arteria radial se pueden notar en toda la longitud del
antebrazo, lo cual la convierte en un útil elemento demarcador de los compartimentos flexor y
extensor del antebrazo. Cuando se desplaza lateralmente el braquiorradial se puede visualizar la
arteria en toda su longitud (figs. 3-66 y 3-67; tabla 3-12). La arteria radial descansa bajo el
músculo hasta que alcanza la parte distal del antebrazo. Allí pasa a situarse sobre la cara anterior
del radio recubierta sólo por la piel y la fascia; gracias a ello, esta localización es ideal para tomar
el pulso radial.

El trayecto de la arteria radial en el antebrazo está representado por una línea que une el punto
medio de la fosa del codo con un punto situado justo medialmente al proceso estiloides del radio.
Cuando la arteria radial deja el antebrazo, gira alrededor de la cara lateral del carpo y cruza el
suelo de la tabaquera anatómica (figs. 3-65 y figs. 3-66).

• La arteria recurrente radial participa en las anastomosis arteriales periarticulares de


alrededor del codo, ya que se une a la arteria colateral radial, una rama de la arteria
braquial profunda.
• Las ramas palmar y dorsal del carpo de la arteria radial participan en las anastomosis
arteriales periarticulares del carpo, ya que se unen con las ramas correspondientes de la
arteria ulnar y con ramas terminales de las arterias interóseas anterior y posterior para
formar los arcos palmar y dorsal del carpo.
• Las ramas musculares de la arteria radial innominadas irrigan músculos de las caras
adyacentes (anterolaterales) de los compartimentos flexor y extensor, ya que la arteria
radial discurre a lo largo de (y demarcando) el límite anterolateral entre ambos
compartimentos.
ARTERIAS DE LA MANO
Las funciones de la mano requieren que esta se sitúe y mantenga en numerosas posiciones
distintas, con frecuencia mientras agarra o aplica presión, y por ello está dotada de numerosas
arterias profusamente ramificadas y anastomosadas para que todas sus partes dispongan en
general de sangre oxigenada en todas las posiciones. Además, las arterias y sus ramificaciones
son relativamente superficiales y se encuentran por debajo de una piel capaz de sudar,
característica que permite la disipación del exceso de calor. Para evitar una pérdida indeseable
de calor en un entorno frío, las arteriolas de las manos pueden reducir su flujo sanguíneo en la
superficie y en las puntas de los dedos. Las arterias ulnar y radial y sus ramas proporcionan toda
la sangre que va a la mano. Las arterias de la mano se ilustran en las figuras 3-82 y 3-83, y sus
orígenes y recorridos se describen en la tabla 3-15.

ARTERIA ULNAR: La arteria ulnar entra en la mano anterior al retináculo de los músculos
flexores entre el pisiforme y el gancho del ganchoso, y a través del conducto ulnar (de Guyon) (v.
fig. 3-70 B). La arteria ulnar discurre lateralmente al nervio ulnar (v. fig. 3-77 A). Se divide en dos
ramas terminales: el arco palmar superficial y el arco palmar profundo (figs. 3-82 y figs. 3-83). El
arco palmar superficial (terminación principal de la arteria ulnar) da origen a tres arterias
digitales palmares comunes que se anastomosan con las arterias metacarpianas palmares
procedentes del arco palmar profundo. Cada arteria digital palmar común se divide en un par de
arterias digitales palmares propias, que discurren a lo largo de los lados adyacentes de los
dedos 2. o a 4. o.

ARTERIA RADIAL: La arteria radial se curva dorsalmente alrededor del escafoides y el trapecio,
y cruza el suelo de la tabaquera anatómica (v. fig. 3-65). Entra en la palma entre las cabezas del
1. er músculo interóseo dorsal y a continuación gira medialmente para pasar entre las cabezas
del aductor del pulgar. La arteria radial termina cuando se anastomosa con la rama profunda de
la arteria ulnar para formar el arco palmar profundo, que depende principalmente de la arteria
radial. Este arco cruza los metacarpianos justo distalmente a sus bases (v. fig. 3-79). El arco
palmar profundo da origen a tres arterias metacarpianas palmares y a la arteria principal del
pulgar (figs. 3-82 y 3- 83). La arteria radial del índice pasa a lo largo de la cara lateral del dedo
índice; normalmente se origina de la arteria radial, pero también puede hacerlo de la principal del
pulgar.
ARTERIA FEMORAL
Los detalles sobre el origen, el trayecto y la distribución de las arterias del muslo se muestran en
la figura 7-30 y se describen en la tabla 7-5.

La arteria femoral, la continuación de la arteria ilíaca externa distal al ligamento inguinal, es la


principal arteria del miembro inferior (figs. 7-27 a 7-30; tabla 7-5). Entra en el triángulo femoral
profunda respecto al punto medio del ligamento inguinal (a medio camino entre la EIAS y el
tubérculo del pubis), lateral a la vena femoral (fig. 7-31 A). El pulso de la arteria femoral se palpa
en el triángulo femoral gracias a su posición relativamente superficial, profunda (posterior) a la
fascia lata. Se sitúa y desciende sobre los bordes adyacentes de los músculos iliopsoas y
pectíneo, que forman el suelo del triángulo femoral. La arteria epigástrica superficial, la arteria
circunfleja ilíaca superficial (y a veces la profunda), y las arterias pudendas externas superficial y
profunda, se originan de la cara anterior de la parte proximal de la arteria femoral.
Los detalles sobre el origen, el trayecto y la distribución de las arterias del muslo se muestran en
la figura 7-30 y se describen en la tabla 7-5.

La arteria femoral, la continuación de la arteria ilíaca externa distal al ligamento inguinal, es la


principal arteria del miembro inferior (figs. 7-27 a 7-30; tabla 7-5). Entra en el triángulo femoral
profunda respecto al punto medio del ligamento inguinal (a medio camino entre la EIAS y el
tubérculo del pubis), lateral a la vena femoral (fig. 7-31 A). El pulso de la arteria femoral se palpa
en el triángulo femoral gracias a su posición relativamente superficial, profunda (posterior) a la
fascia lata. Se sitúa y desciende sobre los bordes adyacentes de los músculos iliopsoas y
pectíneo, que forman el suelo del triángulo femoral. La arteria epigástrica superficial, la arteria
circunfleja ilíaca superficial (y a veces la profunda), y las arterias pudendas externas superficial y
profunda, se originan de la cara anterior de la parte proximal de la arteria femoral.

La arteria femoral profunda (arteria profunda del muslo) es la mayor de las ramas de la arteria
femoral y la principal arteria del muslo (fig. 7-30). Se origina de la cara lateral o posterior de la
arteria femoral en el triángulo femoral. En el tercio medio del muslo, donde está separada de la
arteria y la vena femorales por el aductor largo (figs. 7-28 B y 7-31 B), da origen a 3-4 arterias
perforantes que se enrollan alrededor de la cara posterior del fémur (fig. 7-30; tabla 7-5). Las
arterias perforantes irrigan los músculos de los tres compartimentos fasciales (aductor mayor,
isquiotibiales y vasto lateral).

Las arterias circunflejas femorales rodean la parte más superior del cuerpo del fémur y se
anastomosan entre sí y con otras arterias, irrigando los músculos del muslo y el extremo superior
(proximal) del fémur. La arteria circunfleja femoral medial es muy importante porque aporta la
mayor parte de la sangre para la cabeza y el cuello del fémur a través de sus ramas, las arterias
retinaculares posteriores. Las arterias retinaculares se desgarran con frecuencia cuando se
fractura el cuello del fémur o cuando la articulación coxal se luxa. La arteria circunfleja femoral
lateral, con un menor aporte a la cabeza y el cuello femorales, pasa lateralmente a través de la
parte más gruesa de la cápsula articular de la articulación coxal e irriga los músculos de la cara
lateral del muslo.

Arteria obturatriz. La arteria obturatriz colabora con la arteria femoral profunda en la irrigación
de los músculos aductores a través de ramas anterior y posterior, que se anastomosan. La rama
posterior da origen a una rama acetabular que irriga la cabeza del fémur.
ARTERIA S DE LAS REGIONES CLÚTEA Y POSTERIOR DEL MUSLO
Las arterias de la región glútea nacen, directa o indirectamente, de las arterias ilíacas internas,
aunque sus formas de origen son variables (figs. 7-39 A y 7-45; tabla 7-9). Las principales ramas
de la arteria ilíaca interna que irrigan o atraviesan la región glútea son: 1) la arteria glútea superior,
2) la arteria glútea inferior y 3) la arteria pudenda interna. El compartimento posterior del muslo
no tiene ninguna arteria exclusiva para él y su irrigación procede de diversas arterias: glútea
inferior, circunfleja femoral medial, perforantes y poplítea.

Arteria glútea superior. La arteria glútea superior es la rama más gruesa de la arteria ilíaca
interna y discurre posteriormente entre el tronco lumbosacro y el nervio S1. Esta arteria abandona
la pelvis a través del foramen isquiático mayor por encima del músculo piriforme y se divide de
inmediato en sus ramas superficial y profunda. La rama superficial irriga el glúteo mayor y la piel
que cubre la inserción proximal de este músculo. La rama profunda irriga los glúteos mediano y
menor y el tensor de la fascia lata. La arteria glútea superior se anastomosa con las arterias
glútea inferior y circunfleja femoral medial.

Arteria glútea inferior. La arteria glútea inferior nace de la arteria ilíaca interna y discurre
posteriormente a través de la fascia pélvica parietal, entre los nervios S1 y S2 (o S2 y S3). La
arteria glútea inferior sale de la pelvis a través del foramen isquiático mayor, inferior al músculo
piriforme, penetra en la región glútea profunda al glúteo mayor y desciende medial al nervio
isquiático.
La arteria glútea inferior irriga el glúteo mayor, el obturador interno, el cuadrado femoral y las partes
superiores de los músculos isquiotibiales. Se anastomosa con la arteria glútea superior y participa
con frecuencia, aunque no siempre, en la anastomosis cruzada del muslo, en la que intervienen las
primeras arterias perforantes de la arteria femoral profunda y las arterias circunflejas femorales
medial y lateral (v. tabla 7-5). Todos estos vasos participan en la irrigación de las estructuras
proximales de la parte posterior del muslo.

Antes del nacimiento, la arteria glútea inferior es la arteria principal del compartimento posterior, al
que atraviesa en toda su longitud y se continúa luego con la arteria poplítea. Sin embargo, esta parte
de la arteria disminuye posnatalmente y persiste como la arteria satélite del nervio isquiático.

Arteria pudenda interna. La arteria pudenda interna surge de la arteria ilíaca interna y se sitúa
anterior a la arteria glútea inferior. Discurre paralelamente al nervio pudendo y penetra en la región
glútea a través del foramen isquiático mayor, inferior al músculo piriforme. La arteria pudenda interna
sale inmediatamente de la región glútea al cruzar la espina isquiática y el ligamento sacroespinoso,
y entra en el periné a través del foramen isquiático menor. Paralelamente al nervio pudendo, irriga la
piel, los genitales externos y los músculos de la región perineal. No irriga ninguna estructura de las
regiones glútea o posterior del muslo.

Arterias perforantes. Habitualmente hay cuatro arterias perforantes procedentes de la arteria


femoral profunda; tres de ellas se originan en el compartimento anterior, y la cuarta es la rama
terminal de la arteria femoral profunda propiamente dicha (fig. 7-45; tabla 7-9). Las arterias
perforantes son vasos de grueso calibre, de presencia inusual en los miembros por su curso
transversal intercompartimental.

En las intervenciones practicadas en el compartimento posterior del muslo, el cirujano debe identificar
estas arterias para evitar lesionarlas inadvertidamente. Para llegar al compartimento posterior,
perforan la porción aponeurótica de la inserción distal del aductor mayor. Una vez dentro de dicho
compartimento, dan lugar típicamente a ramas para los músculos isquiotibiales y ramas
anastomóticas que ascienden o descienden para unirse con las ramas que surgen superior o
inferiormente de las otras arterias perforantes o de las arterias glútea inferior y poplítea. Así pues,
existe una cadena continua de anastomosis arteriales que se extiende desde la región glútea a la
poplítea y da lugar a ramas adicionales para los músculos y el nervio isquiático. Después de emitir
las ramas para el compartimento posterior, las arterias perforantes atraviesan el tabique
intermuscular lateral y penetran en el compartimento anterior, donde irrigan el músculo vasto lateral.
Vasos sanguíneos de la fosa poplítea. La arteria poplítea, que es continuación de la arteria
femoral (figs. 7-52 y 7-53), se inicia cuando esta última pasa a través del hiato del aductor (v. fig.
7-30 A y B). La arteria poplítea discurre inferolateralmente a través de la fosa y termina en el
borde inferior del poplíteo cuando se divide en las arterias tibiales anterior y posterior. La arteria
poplítea, que es la estructura más profunda (más anterior) de la fosa poplítea, circula en estrecha
proximidad a la cápsula articular de la articulación de la rodilla cuando esta se extiende por la
fosa intercondílea.
Cinco ramas para la rodilla procedentes
de la arteria poplítea (arterias superior
lateral, superior medial, media,
inferior lateral, e inferior medial de la
rodilla) irrigan la cápsula y los
ligamentos de la articulación de la
rodilla (fig. 7-53).

Estas cinco arterias participan en la


formación de la red articular de la
rodilla, que rodea la rodilla y establece
una circulación colateral capaz de
mantener el aporte sanguíneo hacia la
pierna durante la flexión completa de la
rodilla, posición en la cual puede
doblarse la arteria poplítea.

Cinco ramas para la rodilla procedentes de la arteria poplítea (arterias superior lateral,
superior medial, media, inferior lateral, e inferior medial de la rodilla) irrigan la cápsula y
los ligamentos de la articulación de la rodilla (fig. 7-53).

Estas cinco arterias participan en la formación de la red articular de la rodilla, que rodea la
rodilla y establece una circulación colateral capaz de mantener el aporte sanguíneo hacia la
pierna durante la flexión completa de la rodilla, posición en la cual puede doblarse la arteria
poplítea.

Otros elementos que participan en esta importante red articular de la rodilla son:

• La arteria descendente de la rodilla, rama de la arteria femoral, superomedialmente.


• La rama descendente de la arteria circunfleja femoral lateral, superolateralmente.
• La arteria recurrente tibial anterior, rama de la arteria tibial anterior,
inferolateralmente.

Ramas musculares de la arteria poplítea irrigan los músculos isquiotibiales, gastrocnemio,


sóleo y plantar. Las ramas musculares superiores de la arteria poplítea establecen anastomosis
clínicamente importantes con la parte terminal de las arterias femoral profunda y glúteas.
ARTERIAS DEL COMPARTIMENTO ANTERIOR DE LA PIERNA

La arteria tibial anterior irriga las estructuras del compartimento anterior (figs. 7-54 A, 7-59
B y 7-60; tabla 7-12). Es la rama terminal de la arteria poplítea de menor tamaño, y se inicia
en el borde inferior del músculo poplíteo (es decir, cuando la arteria poplítea pasa profunda al
arco tendinoso del músculo sóleo). Justo después, la arteria se dirige anteriormente a través
de una abertura en la parte superior de la membrana interósea para descender sobre la cara
anterior de esta, entre los músculos tibial anterior y extensor largo de los dedos. En la
articulación talocrural, a mitad de camino entre los maléolos, la arteria tibial anterior cambia
de nombre y se convierte en la arteria dorsal del pie (pedia).
VASOS SANGUÍNEOS DEL COMPARTIMENTO LATERAL DE LA PIERNA

Como el compartimento lateral no está dotado de ninguna arteria que lo recorra, su irrigación y
su drenaje venoso dependen de ramas perforantes y de venas satélites, respectivamente.
Proximalmente, ramas perforantes de la arteria tibial anterior penetran a través del tabique
intermuscular anterior. Inferiormente, ramas perforantes de la arteria fibular penetran a
través del tabique intermuscular posterior, junto con sus venas satélites (figs. 7-59 y 7-60; tabla
7-12).

ARTERIAS DEL COMPARTIMENTO POSTERIOR

La arteria tibial posterior es la mayor y más directa rama terminal de la arteria poplítea, y la
estructura que aporta irrigación al compartimento posterior de la pierna y al pie (figs. 7-54 A, 7-
59, 7-63 B y 7-66; tabla 7-12). Se inicia en el borde distal del poplíteo, cuando la arteria poplítea
pasa en profundidad en relación con el arco tendinoso del sóleo y simultáneamente se bifurca
en sus ramas terminales. Cerca de su nacimiento, la arteria tibial posterior da origen a su mayor
rama, la arteria fibular, que discurre lateralmente y paralela a ella, también dentro del
subcompartimento profundo. Durante su descenso, la arteria tibial posterior va acompañada del
nervio y las venas tibiales. La arteria circula posteriormente al maléolo medial, del cual está
separada por los tendones del tibial posterior y el flexor largo de los dedos (v. fig. 7- 63 B).
Inferiormente al maléolo medial, se sitúa entre los tendones del flexor largo del dedo gordo y el
flexor largo de los dedos. En profundidad respecto al retináculo de los músculos flexores y el
origen del abductor del dedo gordo, la arteria tibial posterior se divide en las arterias plantares
medial y lateral (las arterias de la planta del pie).
La arteria fibular, que es la rama mayor y más importante de la arteria tibial posterior, se origina
inferiormente al borde distal del poplíteo y el arco tendinoso del sóleo (figs. 7-59 A, 7-63 B y 7-
66; tabla 7-12). Desciende oblicuamente hacia la fíbula y luego discurre a lo largo de su cara
medial, normalmente en el interior del flexor largo del dedo gordo. La arteria aporta ramas
musculares para el poplíteo y otros músculos de los compartimentos posterior y lateral de la
pierna. También da origen a la arteria nutricia de la fíbula (fig. 7-66).

Distalmente, la arteria fibular da origen a una rama perforante y a las ramas terminales maleolar
lateral y calcáneas laterales. La rama perforante atraviesa la membrana interósea y se dirige al
dorso del pie, donde se anastomosa con la arteria arqueada. Las ramas calcáneas laterales
irrigan el talón, y la rama maleolar lateral se une a otras ramas maleolares para formar la red
arterial articular del tobillo.

La arteria circunfleja fibular se inicia en el origen de la arteria tibial anterior o posterior en la


rodilla, y discurre lateralmente sobre el cuello de la fíbula hacia la red arterial articular de la
rodilla.

La arteria nutricia de la tibia, que es la mayor arteria nutricia del cuerpo, se inicia en el origen
de la arteria tibial anterior o posterior. Perfora el tibial posterior y le aporta algunas ramas, y
entra por el foramen nutricio situado en el tercio proximal de la cara posterior de la tibia (v. fig.
7-10 B).
ARTERIAS DEL PIE

Las arterias del pie son ramas terminales de las arterias tibiales anterior y posterior,
respectivamente las arterias dorsal del pie y plantares (figs. 7-73 A y 7-75).

Arteria dorsal del pie. La arteria dorsal del pie (pedia) es la continuación directa de la arteria
tibial anterior, y con frecuencia es la principal fuente de irrigación del antepié (p. ej., en los
períodos en que se está de pie durante un largo tiempo). La arteria dorsal del pie se origina a
mitad de camino entre los maléolos y discurre anteromedialmente, en profundidad respecto al
retináculo inferior de los músculos extensores y entre los tendones del extensor largo del dedo
gordo y el extensor largo de los dedos en el dorso del pie.

La arteria dorsal del pie se dirige hacia el primer espacio interóseo, donde se divide en la 1. a
arteria metatarsiana dorsal y una arteria plantar profunda. Esta última discurre en profundidad
entre las cabezas del primer músculo interóseo dorsal para entrar en la planta del pie, donde se
une con la arteria plantar lateral para formar el arco plantar profundo. El curso y el destino de la
arteria dorsal y de su principal continuación, la arteria plantar profunda, son comparables a los
de la arteria radial en la mano, que establece un arco arterial profundo en la palma.

La arteria tarsiana lateral, una rama de la arteria dorsal del pie, discurre lateralmente en un
trayecto arqueado por debajo del extensor corto de los dedos, e irriga este músculo y los huesos
del tarso y las articulaciones subyacentes. Se anastomosa con otras ramas, como la arteria
arqueada.

La 1. a arteria metatarsiana dorsal se divide en ramas que irrigan ambos lados del dedo gordo
y el lado medial del 2. o dedo.

La arteria arqueada discurre lateralmente a través de las bases de los cuatro metatarsianos
laterales, en profundidad respecto a los tendones extensores, para alcanzar la cara lateral del
antepié, donde se anastomosa con la arteria tarsiana lateral para formar un asa arterial. La arteria
arqueada da origen a las arterias metatarsianas dorsales 2. a , 3. a y 4. a . Estos vasos se
dirigen distalmente hacia los espacios interdigitales y se conectan con el arco plantar y con las
arterias metatarsianas plantares mediante ramas perforantes (figs. 7-72 A y B, 7-73 B y 7-75 A
y B). Distalmente, cada arteria metatarsiana dorsal se divide en dos arterias digitales dorsales
que irrigan la cara dorsal de los lados de los dedos contiguos (v. fig. 7-75 A); no obstante, estas
arterias suelen terminar antes de llegar a la articulación interfalángica distal (v. fig. 7-73 B), y se
abastecen o son sustituidas por ramas dorsales de las arterias digitales plantares.
ARTERIAS DE LA PLANTA DEL PIE

La planta del pie está dotada de una abundante irrigación procedente de la arteria tibial posterior,
que se divide en profundidad respecto al retináculo de los músculos flexores (v. figs. 7-71 A, 7-
73 A y 7-75 B) para dar dos ramas terminales denominadas arteria plantar medial y arteria plantar
lateral, que discurren profundas al abductor del dedo gordo y acompañan a los nervios
homónimos.

Arteria plantar medial. La arteria plantar medial es la rama menor de la arteria tibial posterior.
Da origen a una o varias ramas profundas que irrigan principalmente los músculos del dedo
gordo. También da una rama superficial, de mayor tamaño, que irriga la piel de la cara medial
de la planta y aporta ramas digitales que acompañan a los ramos digitales del nervio plantar
medial; la más lateral de estas ramas se anastomosa con las arterias metatarsianas plantares
mediales. En ocasiones se forma un arco plantar superficial cuando la rama superficial se
anastomosa con la arteria plantar lateral o con el arco plantar profundo (v. fig. 7-75 B).

Arteria plantar lateral. La arteria plantar lateral, mucho mayor que la arteria plantar medial, se
origina a la misma altura que el nervio homónimo y lo acompaña en su camino (figs. 7-71 C, 7-
72 B, 7-73 A y 7-75 B). Discurre en dirección lateral y anterior, al principio en profundidad
respecto al abductor del dedo gordo, y luego entre el flexor corto de los dedos y el cuadrado
plantar. La arteria plantar lateral se arquea medialmente a través del pie junto con el ramo
profundo del nervio plantar lateral para formar el arco plantar profundo, que se completa
mediante su unión con la arteria plantar profunda, rama de la arteria dorsal del pie. Cuando cruza
el pie, el arco plantar profundo da origen a cuatro arterias metatarsianas plantares, tres arterias
perforantes y numerosas ramas para la piel, la fascia y los músculos plantares. Cerca de las
bases de las falanges proximales, las arterias metatarsianas plantares se dividen para formar
las arterias digitales plantares, que irrigan los dedos adyacentes; a las arterias metatarsianas
más mediales se unen ramas digitales super-ficiales de la arteria plantar medial. Las arterias
digitales plantares típicamente aportan la mayor parte de la sangre que alcanza la 1404 parte
distal de los dedos, incluido el lecho ungueal, a través de ramas perforantes y dorsales (fig. 7-73
B y 7-75); esta disposición también se observa en los dedos de la mano.

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