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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA MADRE Y MAESTRA

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES, HUMANIDADES Y ARTES


ESCUELA DE DERECHO
UNIDAD DE POSTGRADO
MAESTRÍA EN PROCEDIMIENTO CIVL
CONSTITUCIONALIZACIÓN DEL PROCESO CIVIL

Ensayo sobre fragmento de la obra ‘’El constitucionalismo de los derechos:


Ensayos de filosofía jurídica’’ de Luís Prieto Sanchís

Danelys Jáquez 2015‐0115

Joel Zapata 10151710

Prof. Bernabel Moricete

Santiago de los Caballeros


República Dominicana
Viernes 10 de febrero de 2023
Ensayo sobre fragmento de la obra ‘‘El constitucionalismo de
los derechos: Ensayos de filosofía jurídica’’ de Luís Prieto Sanchís

El principia iuris es un modelo de ciencia jurídica que sugiere como ciencia

jurídica contemporánea dos grandes tradiciones filosóficas. Principia iuris es

perceptiva en un sentido que funcionalmente aproxima su teoría del Derecho a

la del Derecho natural. Está sostenida en dos grandes y provechos principios: la

coherencia y la plenitud, principios estos que permiten concebir el derecho como

un sistema

Es harto sabido que los principios de coherencia y plenitud son principios lógicos

del derecho, pero no en el derecho, ya que estos no están expresados por

normas jurídicas, es decir, no están positivizados, por tanto, son admisibles hasta

prueba en contrario, porque no son principia iuris et in iure, sino, principia iuris

tantum. Implica una revitalización de los principios, ya que supone que el sistema

está atiborrado de producción legislativa y que ha desbordado los parámetros de

la normalidad, dándole con los referidos principios - coherencia y plenitud-

aplomo a los principios y con ello lograr compactar el sistema.

La expresión de derecho natural determina un derecho que se presenta como

implicado o deducido por una situación de “ser”. Consecuencialmente, el

“derecho natural es una expresión contradictoria y mixtificante, ya que si lo que

señala es derecho (deber-ser) no es natural (ser); si es “natural” no es “derecho”.

Al no tener el derecho “natural”, en tanto que ser, capacidad para implicar o

fundar el derecho positivo que es un deber-ser.

La posibilidad “teórica” de coexistencia del derecho natural y del derecho positivo

exige, desde un punto de vista estrictamente lógico, que sea posible imaginarlos

como especies de un mismo género de derecho. Su tensión radica en que el


llamado derecho natural es el deber-ser del “ser” del derecho positivo. Este es

sin duda alguna “norma” y por consiguiente, por su estatuto lógico, un deber-ser;

pero su peculiaridad propia es la de ser, en tanto que positivo, el ser de un deber-

ser: una noción histórica, real, empíricamente comprobable. Y precisamente esta

norma positiva es donde el derecho llamado natural se opone o se propone como

lo que debería ser respecto del derecho positivo, implicando ello,

ocasionalmente, a la luz de los teóricos, una tensión inconciliable entre estos dos

sistemas.

La teoría del Derecho de Principia iuris asume el nuevo paradigma del Estado

constitucional de Derecho y está especialmente diseñada para dar minuciosa

cuenta del mismo. Sin embargo, se distancia de las construcciones más usuales

del neoconstitucionalismo en dos aspectos capitales, que aquí son objeto de

análisis. En el aspecto metodológico o conceptual, se mantiene firmemente la

perspectiva ilustrada y positivista de la separación conceptual entre Derecho y

moral, frente a las actuales revisiones «postpositivistas» o «neoiusnaturalistas».

En el aspecto teórico, y a diferencia también del neoconstitucionalismo, se

mantiene una posición más escéptica o menos confiada en las posibilidades de

la argumentación jurídica, lo que tiene dos consecuencias principales: una visión

más restrictiva de la aplicación directa de la Constitución y una visión no

conflictualista de los derechos fundamentales en la línea de la llamada teoría

interna.

Por otro lado, reviste de especial importancia fijar la mirada a lo propuesto por el

autor entorno a la disociación entre los conceptos de vigencia y validez de la

norma jurídica como tal. Sobre ese particular, el autor afirma que dicha

disociación, que constituye uno de los pilares del Principia iuris erigida como
teoría del Derecho del Estado Constitucional, guarda estrecha relación con las

lagunas y antinomias, las primeras reconocidas como vicios por omisión y que

suponen la indebida omisión de una norma cuya producción resulta obligada por

otra norma superior, por ejemplo, en el caso de los preceptos constituciones

relativos a derechos fundamentales, y por otro lado, las segundas que no son

más que vicios por comisión, los cuales suponen la indebida producción de una

norma que previamente ha sido prohibida porque su existencia supone una

contradicción con una ley superior, como lo sería la norma constitucional que

regula su debida producción.

Respecto de esos fenómenos que pueden suscitarse en el seno de una norma

jurídica constitucional, se habla de la inaplicabilidad y la ineficacia de las normas

constitucionales, bajo el entendido de que estas normas deben cumplir una

función jurídica, que se ve fracturada con la realidad legal.

De acuerdo con lo expresado por el autor, queda claro que ante la dificultad que

traen estos fenómenos, se hace necesario contar con mecanismos de resolución

que puedan devolver la aplicabilidad y eficacia a la norma constitucional. De ahí

que, para vencer esas lagunas y antinomias, se propongan dos criterios: Uno,

denominado criterio cronológico y de especialidad, donde se sugiere al intérprete

o al juzgador, la aplicación de una norma posterior o una norma especial, y el

otro, denominado criterio jerárquico, el cual supone la aplicación de una norma

superior y la desaplicación de la inferior, aun cuando esta última se encuentra en

vigor siendo a todas luces, inválida.

Ciertamente como expresa el autor, en miras de preservar la efectividad del texto

constitucional, en el caso de aquellas normas que lagunas y antinomias que sólo

pueden ser resueltas a través de la aplicación del criterio jerárquico, debe


entenderse que, en el curso de un proceso judicial, ante la imprecisión el

juzgador pueda remitirse a lo que indica la norma superior, en el entendido de

que esta es la que sienta las bases para la aplicación o no, de esa ley inferior.

Además, de que la aplicación de la ley inferior no puede suponer una vulneración

directa del contenido inserto en la norma superior.

Por otro lado, respecto del carácter vinculante y efectivo de la norma

constitucional, el autor trae a su argumento a Guastini, quien afirma que ´´la idea

de que toda norma constitucional – independientemente de su estructura o de

su contenido normativo – es una norma jurídica genuina, vinculante y susceptible

de producir efectos jurídicos´´. Sin embargo, si extrapoláramos lo sostenido en

dicha tesis, y volteáramos nuestra mirada hacia la República Dominicana, y más

aún, a la ponderación de una constitucionalización del derecho procesal civil

dominicano, nos encontraríamos con la necesidad urgente de hacer debidas

modificaciones a las normas que engloban el proceso civil de la República

Dominicana, en el entendido de que, para que sea posible hablar de una

verdadera vinculatoriedad de la Constitución como norma, se hace necesario

que las leyes que sean inferiores a ella, sean cónsonas con la realidad socio-

jurídica actual, y brinden así, verdadera protección y tutela a los derechos

fundamentales insertos en la norma constitucional dominicana, con inclusión de

aquellos que se reclaman por ante los Tribunales civiles ordinarios.


Bibliografía

PRIETO SANCHÍS, L. (2013), El constitucionalismo de los derechos: Ensayos


de filosofía jurídica, Trotta, Madrid.

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