Está en la página 1de 7

Como permitir que tu luz brille y cambie tu entorno

La flor que crece en la adversidad es la más rara y hermosa de todas.

La flor de loto es una planta acuática que florece en el agua y es considerada


sagrada por diferentes culturas. La flor de loto es una planta muy bella que
se cierra de noche y se abre de día, además tiene un aroma suave y agradable.
Es un tipo de lirio de agua, cuyas raíces tienen su base en el fango y en
el lodo de lagunas y lagos, crece en zonas pantanosas o lodosas siendo capaz de
sobrevivir, sin problemas, a estas condiciones ambientales. Posee la semilla con
mayor longevidad y resistencia: puede aguantar hasta 30 siglos antes de
florecer sin perder su fertilidad. El crecimiento de la flor de loto se compara con
el de las personas a nivel espiritual. El simbolismo surge porque la flor germina
en el agua barrosa. El barro representa, la ignorancia de las personas, los
obstáculos, los apegos y deseos terrenales a enfrentar.

Quise empezar con esta frase de Mulan, una película de Disney y citar a la Flor de
Loto por lo que significa en muchas culturas, hoy se ha popularizado por
representar, de una manera muy bella, el crecimiento espiritual del ser humano,
ambos se abren a la luz del día para florecer con toda intensidad, y ambos
guardan sus pétalos, acaso como sus logros, y los protegen durante la obscuridad
en espera de un nuevo rayo de luz que fortalezca sus intensiones de mostrar toda
su hermosura.

“Todo comienza con luz y culmina con luz.”1

“En el principio Elokim creo los cielos y la tierra. Entonces la tierra estaba
desolada y vacía, y la oscuridad estaba sobre la faz del abismo. Y el espíritu
de Elokim cerniéndose sobre la superficie de las aguas.

Y dijo Elokim sea la luz y hubo luz”


En los comentarios de la Torah Emet, 2, nos indican que “ya desde el principio
la Torá plantea el objetivo de la creación: que haya luz; que con tu luz
ilumines la oscuridad de la materia”

Rashi aduce que la interpretación de la primera oración de la Torah no se ajusta a


la gramática hebrea; y por ende el versículo de ningún modo plantea un orden
secuencial. Así la siguiente traducción se adapta al planteo de Rashi: Que cielo
antecede a tierra es un indicador de que en la interacción espíritu-materia lo
primordial son los valores espirituales, aquellos que dan sentido real a tu
existencia. Elokim separo la luz para el deleite de los virtuosos en el mundo
venidero en el Olam Habá.

Ahora bien, La Primera letra de la Torá Escrita es la Bet de Bereshit y la primera


letra de la Tradición Oral es la Mem de Meimatai (desde cuándo). Ambas letras
conforman la voz de BaM, que significa “respecto de ellas” aludiendo a que ellas,
la Torá Escrita y la Tradición Oral, son el eje alrededor del cual debe de girar toda
su existencia. El Mensaje es categórico: Cuanto más asciendas en la escala de la
Torá, mayor conciencia deberás tomar de tu lejanía de la esencia. Asume de
antemano que por más que indagues y te compenetres, no alcanzarás a aprender
siquiera el principio. A esto yo añado que no por ello dejaras de admirarte de La
Grandiosidad de Elokim, de Su Gran Majestad, de Su Sabiduría al darnos
todas las herramientas e instrucciones para ser a imagen y semejanza de Él,
esto al brillar nuestra luz que es reflejo de Su Luz Poderosa.

De esta manera se explica por qué, luego de crear cada cosa, Elokim la mira y

“ve que es buena”, porque cada creación tiene su propia forma de hacer brillar esa
luz. Cuando muchas cosas brillan a la vez, en armonía, resulta hermoso y muy
bueno.

Por ello nuestros sabios nos dicen que esta luz fue escondida para en futuro
venidero. Lentamente aprendemos a develar esta luz oculta por medio de cada
acto, objeto o persona que entra en nuestras vidas y con la disponibilidad que
tengamos de hacer de nuestras vasijas un recipiente digno de recibir la Luz Divina
que nos permita mostrar la belleza oculta que nuestros pétalos resguardaron
durante la oscuridad, cuidando de esta manera el maravilloso secreto de nuestra
luz.

La palabra hebrea para secreto (Raz) posee el mismo valor numérico para la
luz (or). Así los secretos y la luz, al parecer, están relacionados. Por eso
resulta tan confuso pues el secreto es algo oculto y la luz revela las cosas
ocultas.

El secreto de toda oscuridad es que desea convertirse en luz; el secreto de


todos los seres racionales es que deben percibir esa luz. Aquellos que
conocen el secreto, revelan la luz. Y quienes poseen la luz revelan el secreto.
Esa luz brilla en todas partes y forma parte de todas las cosas. Es la Chispa
Divina que existe escondida en todo lo creado desde el principio, desde
Bereshit.

Ahora bien, “creer y comprender”. Toda esta meditación surgió de estas dos
palabras que nos indica Rabbi Moshe Jaim Luzzatto acerca de la actitud que
debemos de tener ante la existencia de el Creador y Su Ser Infinito y Eterno, quien
creó todo lo existente y continúa sosteniéndolo. Él es Di-s.

Aunque la gran mayoría de las personas tienen una gran dificultad para creer en la
existencia de un Único Ser Creador de todo lo existente el hecho de cuestionar la
existencia de Di-s es la primera indicación de que el individuo que se lo pregunta
cree en algo. Debes de aceptar en cierta forma a Di-s incluso para Cuestionarlo.
Estas palabras las respondió El Rebe a un escritor que le pregunto porque la
gente tiene tanta dificultad en creer en Di-s. 3

Nosotros, queridas hermanas y hermanos de estudio tenemos la dicha de Creer


en El Creador, pero estoy seguro de que seguimos cuestionándolo, sobre todo en
nuestros momentos en que la oscuridad amenaza con opacar nuestra luz, la cual
es el reflejo de la Luz Divina que penetra en nuestro ser con cada letra y palabra
de la Torah y las enseñanzas que nos han legado nuestros sabios.
Debemos de dejar que nuestra Fe se fortalezca. La verdadera Fe es la
convicción que Di-s siempre hace lo bueno y correcto en nuestras vidas aun
en los momentos más difíciles. Dejemos que nuestra mente quede en
silencio y permitamos escuchar la voz de Di-s. y seamos conscientes de que
nuestra Fe esta mucho mas cerca de la superficie, mucho más fuerte que
todas nuestras dudas y problemas.

Pero también necesitamos nutrir nuestra Fe a través del estudio y las


plegarias, de este dialogo con el Creador al hablarle con las mismas
palabras que el nos lego para saber de Él, de su creación y de nuestra
misión este Olam Haze. En este clima de oscuridad espiritual todos tenemos la
habilidad y la responsabilidad de hacer que nuestra Fe brille y luego integrarla a
cada uno de nuestros actos disipando un poco la oscuridad que se cierne en
nuestro entorno, con nuestro prójimo.

Tengamos presentes los tres niveles de conciencia de acuerdo con las


enseñanzas del Baal Shem Tov: mundos, Almas y Divinidad.4

“…en cada letra hay Mundos, Almas y Divinidad, y ellos ascienden y se


conectan y unifican para transformarse en palabra; y (entonces) se unen en
una verdadera integración con la Divinidad. Incluye tu Alma con cada uno de
esos estados. Y así todos los mundos se unifican y ascienden para producir
una enorme alegría y placer infinitos…”

Rabí Akiva dijo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo" es un gran principio de la


Torá. Un principio similar se obtiene de la famosa historia de un prosélito que
deseaban convertirse al judaísmo, a condición de que alguien le enseñe toda la
Torá mientras está parado en un pie. Hilel el Viejo aceptó su conversión y le dijo:
"Lo que odias, no lo hagas a tu amigo [la visión negativa de "ama a tu prójimo
como a ti mismo"], eso es toda la Torá y lo demás es comentario. Ve y estúdialo".
Obviamente, toda la Torá es verdad, Dios nos ha dado la Torá, pero Hilel el Viejo y
Rabi Akiva nos enseñan que hay espacio para meditar en el principio que es el
"gran principio" de la Torá, la señal que nos pone en el camino correcto.
La necesidad de esas luces de guía es mayor cuando un extranjero quiere
acercarse al mar infinito de la Torá y necesita un mojón para mostrarle dónde
empezar. Esta es la razón por la que el principio más grande de la Torá se
aprende de un prosélito que se viene a convertir. Un verdadero converso no está
obligado a saber toda la Torá antes de convertirse, pero sí necesita saber los
fundamentos esenciales de la fe judía, entonces puede aceptar el yugo de la Torá
y las mitzvot con toda sinceridad. Rabí Akiva, el gran sabio de la Torá, también
llegó a la Torá como un "extranjero", era un baal teshuvá (un judío secular que se
convierte en observante de los preceptos), que sólo comenzó su estudio de la
Torá a la edad de cuarenta años.
Estos dos "extranjeros", el baal teshuvá y el converso, que inician su estudio de la
Torá de la nada a una edad avanzada, están en la necesidad de una estrategia de
acceso directo y es nuestro privilegio aprender el gran principio de la Torá a través
de sus méritos. Nuestra generación es también una generación de teshuvá
(arrepentimiento), por lo que muchos judíos están lejos de la Torá y muchos
desean regresar a su origen. Por eso, más que nunca, necesitamos un camino
que nos permita acercarnos a la Torá después de años y generaciones de
desprendimiento y comenzar de una generalización que contenga todos los
detalles y explicaciones. 5

Este breve estudio es la muestra mas clara de lo que significa creer y


comprender la Existencia Divina, Su Creación y Sustento a todo lo existente.
Es Su Sustento lo que nutre nuestra luz y le permite brillar y, así,
maravillarnos con Su Creación que desde Bereshit, desde el principio, concibió los
siete conceptos fundamentales para el funcionamiento del mundo y la misión del
hombre:

Torá

Teshuva

Gan Eden

Guehinam
Kise hakavod (El trono Celestial de la Gloria)

El Beit Hamikdash (El Templo de Jerusalem)

El nombre de Mashiaj

1.- https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/3003554/jewish/Que-se-haga-la-
luz.htm

2.- Torá Emet un mensaje de vida.pdf

3.- https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/1708270/jewish/Fe.htm

4.- La maravilla de tu Alma, Rav. Itzjak Ginsburg, pp. 43 y 44

5.-https://galeinai.org/judaismo/festividades/cuenta-del-omer/el-principio-mas-
grande-de-la-tora-2/

Basado en los textos y enseñanzas de nuestros sabios, meditaciones y


comentarios del Jabad, Aish Latino, Gal Einai y los escritos de Rav Ytzjak
Ginsburg Shelita.

Redactado por Benjamín Martínez Chávez

También podría gustarte