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E.E.

S N° 35 Materia: Literatura Curso: 5º 1ra Profesora: Andrea Cofone

PERIODO DE DIAGNÓSTICO

GÉNEROS LITERARIOS

Lee atentamente los siguientes textos literarios:

Residuos de Luis Fernando Veríssimo

TEXTO 1
[Se encuentran en el área de servicio. Cada uno con su bolsa de basura. Es la primera vez que se hablan.]
Hombre: - Buenos días...
Mujer: - Buenos días.
Hombre: - La señora es del 610
Mujer: - Y, el señor del 612
Hombre: - Sí.
Mujer: - Yo aún no lo conocía personalmente...
Hombre: - De hecho...
Mujer: - Disculpe mi atrevimiento, pero he visto su basura...
Hombre: - ¿Mi qué?
Mujer: - Su basura.
Hombre: - Ah...
Mujer: - Me he dado cuenta que nunca es mucha. Su familia debe ser pequeña...
Hombre: - En realidad sólo soy yo.
Mujer: Mmmmmm. Me di cuenta también que usted usa mucha comida enlatada.
Hombre: - Es que yo tengo que hacer mi propia comida. Y como no sé cocinar.
Mujer: - Entiendo.
Hombre: - Y usted también...
Mujer: - Puede tutearme.
Hombre: - También perdone mi atrevimiento, pero he visto algunos restos de comida en su basura. Champiñones,
cosas así...
Mujer: - Es que me gusta mucho cocinar. Hacer platos diferentes. Pero como vivo sola, a veces sobra...
Hombre: - Usted... ¿Tú no tienes familia?
Mujer: - Tengo, pero no son de aquí.
Hombre: - Son de Espíritu Santo.
Mujer: - ¿Cómo lo sabe?
Hombre: - Veo unos sobres en su basura. De Espíritu Santo.
Mujer: - Claro. Mi madre me escribe todas las semanas.
Hombre: - ¿Ella es profesora?
Mujer: - ¡Esto es increíble! ¿Cómo adivinó?
Hombre: - Por la letra del sobre. Pensé que era letra de profesora.
Mujer: - Usted no recibe muchas cartas. A juzgar por su basura.
Hombre: - Así es.
Mujer: - Pero, el otro día tenía un sobre de telegrama arrugado.
Hombre: - Así fue.
Mujer: - ¿Malas noticias?
Hombre: - Mi padre. Murió.
Mujer: - Lo siento mucho.
Hombre: - Él ya estaba viejito. Allá en el Sur. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos.
Mujer: - ¿Fue por eso que volviste a fumar?
Hombre: - ¿Cómo es que sabes?
Mujer: - De un día para otro comenzaron a aparecer paquetes de cigarrillos arrugados en su basura.
Hombre: - Es cierto. Pero conseguí dejarlo de nuevo.
Mujer: - Yo, gracias a Dios, nunca fumé.
Hombre: - Ya lo sé. Pero he visto unos vidriecitos de pastillas en su basura...
Mujer: - Tranquilizantes. Fue una fase. Ya pasó.
Hombre: - ¿Peleaste con tu novio, no es verdad?
Mujer: - ¿Eso, también lo descubriste en la basura?
Hombre: - Primero el ramo de flores, con la tarjetita, tirado en la basura. Después, muchos pañuelitos de papel.
Mujer: - Es que lloré mucho, pero ya pasó.
Hombre: - Pero incluso hoy todavía veo unos pañuelitos...
Mujer: - Es que estoy un poquito resfriada.
Hombre: - Ah.
Mujer: - Veo muchos crucigramas en tu basura.
Hombre: - Claro. Sí. Bien. Me quedo solo en casa. No salgo mucho. Me entiendes.
Mujer: - ¿Novia?
Hombre: - No.
Mujer: - Pero hace unos días tenías una fotografía de una mujer en tu basura. Parecía bonita.
Hombre: - Estuve limpiando unos cajones. Cosa del pasado.
Mujer: - No rompiste la foto. Eso significa que, en el fondo, quieres que ella vuelva.
Hombre: - ¡Estás analizando mi basura!
Mujer: - No puedo negar que tu basura me interesó.
Hombre: - Qué divertido. Cuando examiné tus bolsas, pensé que quería conocerte. Creo que fue la poesía.
Mujer: - ¡No! ¿Viste mis poemas?
Hombre: - Vi y me gustaron mucho.
Mujer - Pero, ¡si son tan malos!
Hombre: - Si realmente creyeras que eran malos, los habrías roto. Y sólo estaban doblados.
Mujer - Si yo supiera que los ibas a leer...
Hombre: - No me los guardé porque, al final, los estaría robando. Si bien que, no sé: ¿la basura de la persona aún es
propiedad de ella?
Mujer - Creo que no. La basura es de dominio público.
Hombre: - Tienes razón. A través de la basura, lo particular se vuelve público. Lo que sobra de nuestra vida privada
se integra con las sobras de los demás. La basura es comunitaria. Es nuestra parte más social.
Mujer: ¿Esto será así?
Mujer: - Bueno, ahí estás yendo harto lejos con la basura. Creo que...- Ayer, en tu basura...
Hombre: - ¿Qué?
Mujer: - ¿Me equivoqué o eran cáscaras de camarón?
Hombre: - Acertaste. Compré unos camarones enormes y los descasqué.
Mujer - ¡Me encantan los camarones!
Hombre: - Los descasqué, pero aún no los comí. Quien sabe, tal vez podamos...
Mujer:- ¿Cenar juntos?
Hombre: - Por qué no.
Mujer: - No quiero darte trabajo.
Hombre: - No es ningún trabajo.
Mujer: - Pero vas a ensuciar tu cocina.
Hombre: - Tonterías. En un instante limpio todo y pongo los restos en la basura.
Mujer: - ¿En tu basura o en la mía?

TEXTO 2
LA ESTRELLA

Fue preciso que el sol se ocultara sangriento,


que se fueran las nubes, que se calmara el viento,

que se pusiese el cielo tranquilo como un raso,


para que aquella gota de luz se abriese paso.

Era apenas un punto en el cielo amatista,


casi menos que un punto, creación de mi vista.

Tuvo aun que esperar apretada en capullo


a que se hiciese toda la sombra en torno suyo.

Entonces se agrando, se abrió como una flor,


una férvida plata cuajose en su interior

y embriagada de luz empezó a parpadear...


No tenía otra cosa que hacer más que brillar.

Baldomero Fernández Moreno

TEXTO 3
El Crimen Perfecto de Enrique Anderson Imbert

Creí haber cometido el crimen perfecto. Perfecto el plan, perfecta su ejecución.  Y para que nadie se encontrara el
cadáver lo escondí donde a nadie se le ocurriera buscarlo: en un cementerio.  Yo sabía que el convento de Santa Eulalia
estaba desierto desde hacía años y que ya no había monjitas que enterrasen a monjitas en su cementerio. Cementerio
blanco, bonito, hasta alegre con sus cipreses y paraísos a orillas del rió.   Las lápidas, todos iguales y ordenadas como
canteros de jardín alrededor de una hermosa imagen de Jesucristo, lucian como si las mismas muertas se encargasen de
mantenerlas limpias.  Mi error: olvidé que mi victima había sido un furibundo ateo.  Horrorizadas por el compañero de
sepulcro que les acosté al lado, esa noche las muertas decidieron mudarse: cruzaron a nado el río llevándose consigo las
lápidas y arreglaron el cementerio en la otra orilla, con Jesucristo y todo.  Al día siguiente los viajeros que iban por lancha
al pueblo de Fray Bizco vieron a su derecha el cementerio que siempre habían visto a su izquierda.  Por un instante, se les
confundieron las manos y creyeron que estaban navegando en dirección contraria, como si de Fray Bizco, pero enseguida
advirtieron que se trataba de una mudanza y dieron parte las autoridades.  Unos policías fueron a inspeccionar el sitio que
antes ocupaba el cementerio y, cavando donde la tierra parecía recien removida, sacaron el cadáver (por eso, a la noche,
las almas en pena de las monjitas, volvieron muy aliviadas, con el cementerio a cuestas) y de investigación en
investigación... ¡bueno!... el resto ya lo sabe usted, señor Juez.

Enrique Anderson Imbert

GUÍA DE ACTIVIDADES

1. Expresa a qué clase de texto pertenecen las obras presentadas.


2. Describe las características formales que observas en cada uno de los textos dados.
3. ¿Qué diferencias encuentras entre éstos?
4. Menciona los distintos temas abordados.
5. Realiza una breve síntesis de Residuos, La estrella y El Crimen Perfecto.
6. ¿Cuáles son los tres grandes géneros literarios? Defínelos brevemente.
7. ¿En cuál de ellos ubicarías a cada uno? Fundamenta tu respuesta.
8. Justifica por qué estas obras son literarias. Señala los elementos que definen a un texto como literario.
9. Selecciona una de los tres y escribe un texto de extensión mínima de diez renglones en el cual lo comentes y
realices un breve análisis.
10. Busca algunos textos correspondientes a los géneros recién referidos y elabora una ficha de lectura para cada
uno en la cual completes los siguientes datos: título, autor, clase de texto, tipo de género, temas tratados, breve
síntesis.
11. Señala los errores ortográficos que aparecen en “El crimen casi perfecto”.

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