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La preparación del atol agrio (jocoatol): un ritual de memoria en la

ranchería Juncaná, La Trinitaria, Chiapas
Por: Fabrizio Daniel Pascacio Vázquez

Resumen

Este trabajo nace de la observación de campo que

realicé en la Ranchería Juncaná, La Trinitaria,
Chiapas durante el mes de noviembre de 2020.
Tiene como objetivo mostrar las características y
elementos simbólicos de la preparación del atol
agrio (Jocoatol). A través de uno de los nueve grupos
de atoleras existentes en la comunidad, observé los
diferentes aspectos que muestran la organización
cotidiana del tejido social al interior de la
comunidad en afinidades familiares, de clanes, de
compadrazgo, de clase social, como también el
simbolismo en el sistema de cargos de mujeres y
hombres, que permiten que sea un ritual de
memoria que se organiza a partir de la estructura
cotidiana de la ranchería.

Palabras clave
-Ritual, -Memoria, -Clanes, -Familia, -Relato
histórico.

1
Introducción
La Ranchería Juncaná se localiza en el municipio de
La Trinitaria, en el Estado de Chiapas, México. Se
encuentra a una mediana altura de 1500 metros
sobre el nivel del mar. El municipio en el que se
ubica, La Trinitaria, colinda con diversos municipios
de la zona fronteriza del Estado de Chiapas: al norte
con la ciudad de Comitán de Domínguez,
norponiente con Tzimol, nororiente con Las
Margaritas y la Independencia. Al sur colinda con
Chicomuselo, Frontera Comalapa y con el país
vecino de Guatemala. A la ranchería se accede a
través de la carretera que forma parte de la Ruta
Maya (La Trinitaria-Palenque).
Juncaná mantiene su etimología maya-tseltal y
significa “una estrella”. Compuesta por hun (uno) y
canan, (estrella).1 Se define a sí misma como una
comunidad 100% católica. Durante los días previos
a las principales” celebraciones religiosas católicas
de la ranchería2, tiene lugar la preparación del atol,
uno de los pocos rituales existentes en la
comunidad, además del coctaguin3. La preparación
del jocoatol4 no forma parte de un evento de
consumo gastronómico de derivados del maíz
únicamente5, este ritual se entiende como la“[…]
práctica constante, que refuerza normas y valores
culturales al interior” de un pueblo6, siendo de larga
data en nuestra comunidad de estudio.
1 la cooperación dada) la res o reses que matan. Véase: Ramos
Esta definición es la que está reconocida oficialmente. Sin
embargo, Corzo Espinoza, cree que la palabra Juncaná deriva
del mayense hun que lo traduce como grande, ka que indica
milpa y na, casa: lo que significa “casa de las grandes milpas”.
Este nombre se asocia también a que en Juncaná hay
evidencias históricas de que las mazorcas llegaban a tener una
medida de aproximadamente 70 cm de largo. Eran una de las
más grandes en su tipo. Véase: Argüello Díaz, María
Magdalena del Carmen, Recopilación cronológica de datos
sobre Comitán de Domínguez, 1981.
2 5
Festividad de la Virgen de Concepción (8 de diciembre) y San
Isidro Labrador (15 de mayo).
3 en la cultura alimentaria de Chiapas”, [en línea], en El Maíz:
Celebración que se realiza en días previos al día de muertos,
que consiste en la matanza de reses en las calles de la
comunidad de Juncaná, que se lleva a cabo en grupos
normalmente familiares y personas afines de la comunidad. Se
acuerpa por hombres y mujeres, que desmiembran la res y
entre su grupo se reparten equitativamente (de acuerdo con
2
Es un órgano regulador que se distingue como
aparato discursivo que entreteje las relaciones
sociales, culturales y político-económicas de
Juncaná.
En este orden, al interior de la comunidad se vuelve
un discurso de poder, es un relato histórico,
residiendo su importancia en la construcción de
memoria y esta como elemento estructurante, se
encuentra viva, ligada al tiempo. La práctica y el
discurso que se ejerce al interior de Juncaná, están
en diálogo constante, reflejados en las acciones
cotidianas de los juncaneros. La comunidad hace
memoria en la forma en que usa el ritual y le carga
de sentido.
Si hacemos una antropología de la
memoria, los relatos históricos
convergen en la capacidad de
hacer memorias pasadas,
presentes y futuras […] en el
mismo cause (sic) de constitución
de un puente que entable
individuos-sociedad en un
“tiempo anónimo” .7
En este tiempo, convergen muchas otras
temporalidades, que cargan consigo mismo
estructuras diversas que organizan el sentido, el
comportamiento, el trabajo, el quehacer cotidiano,
tanto a nivel social como privado al interior de
Martínez, Vázquez Ortega y Hernández Morales, Coctaguin en
Juncaná (cortometraje), 2014, 00:01-29:11. Así también hay
otros eventos rituales dados en otras fechas como semana
santa.
4
“Xocotl”, “Xocoatole”, “Xocoatolli” del náhuat “Xocotl” que
significa, agrio, y “atolli” atole, traducido como Atol agrio:
Nájera Castellanos, Antonio de Jesús, “El consumo de
alimentos” en Prácticas alimentarias en comunidades del
pueblo Tojolabal, (Tesis), [en línea], 2009, p. 169.
Sánchez Cortés, Verdugo Valdez, López Zuñiga y Vela
Gutiérrez, “El atole agrio: su presencia y modo de preparación
Conocimiento de su patrimonio gastronómico y cultura, 2019,
p. 89
6
Turner, Víctor W., El proceso ritual, 1988, p.26
7
Candau, Joel, Antropología de la memoria, 2006.
Juncaná. En este cauce la organización del tiempo
privado y público se condiciona por la necesidad de
lo útil. Es así que en la Ranchería Juncaná, La
Trinitaria, Chiapas, se consideró la preparación del
jocoatol como un evento ritual de memoria, que no
solo se liga a los festejos religiosos católicos, sino
que connota, más allá, un órgano que refleja y
cohesiona la estructura organizativa de la
comunidad, luego entonces, interrogo ¿De qué
forma la preparación del atol agrio construye
memoria en la Ranchería Juncaná, La Trinitaria,
Chiapas?
8 Uriel del Carpio Penagos (Eds.), Medio ambiente, antropología,
Entrevista a Baltasar Ramos Martínez (Antropólogo Social),
entrevistado por Fabrizio Daniel Pascacio Vázquez, Juncaná, La
Trinitaria, Chiapas, 7 abr. 2021.
9
De acuerdo con esto, la actividad por clanes en la comunidad
se asemeja a la organización interna de otras comunidades que
se encuentran conceptualizadas bajo el término Calpultin o
Calpul que se traduce como “barrio”. Dentro de una
comunidad pueden existir varios calpules que aglomera a
diversas personas de la comunidad y en la que cada uno tiene
un representante/líder y cada calpul tiene un Santo menor al
cual celebra, además del Santo Patrono de la comunidad.
Véase: Armoni, Dolores, “Notas acerca de los calpules en
algunos pueblos zoques de Chiapas”, en Thomas A. Lee
Whithing, David Domenici, Victor M. Esponda Jimeno y Carlos
3
Etnografía de la preparación del atol
1.1 La organización de las mujeres
Las características que envuelven la organización del
fenómeno atraviesan una estructura que está
adscrita a la columna de la vida cotidiana de
Juncaná. Como parte de lo observado dentro de la
comunidad, el antropólogo Baltasar Ramos8 nos
sitúa concretamente en que Juncaná se organiza
bajo estructuras de linaje y afinidad familiar, que
podemos definir como clanes.9
Las atoleras contemporáneas en Juncaná (mujeres
que participan en la preparación desde que son
jóvenes) tienen una edad mixta, son de diferentes
generaciones, confluyen mujeres grandes de edad
—de 60 años en adelante—, con mujeres de edad
mediana adulta —de 30-50 años—. Podemos
evidenciar a partir de estas líneas que hay diferentes
parámetros simbólicos que influyen en la elección
de la representante del atol. Los grupos de atoleras,
de acuerdo con doña Marlene Ramírez (52 años) y
Martha Ortega Pinto (73 años), son 9 existentes en
este momento y se conforman por diferente
cantidad de integrantes. El grupo de atoleras
observado está conformado por: Lucinda Aguilar
(encargada del grupo), Carmen Ramírez, Martha
Ortega, Carmen Aguilar (finada), Elena Hernández
(finada), Matilde Hernández, Marina Cruz, Natividad
Vázquez, María Pérez, Isabel Vázquez y Bertha
Alfaro. Todas ellas con parentesco familiar, con
excepción de Bertha Alfaro y María Pérez. Sin
embargo, todas son comadres y sus esposos
compadres.10
historia y poder regional en el occidente de Chiapas y el Istmo
de Tehuantepec, 2009, pp. 237-248. Sin embargo, no se
definen por linajes familiares necesariamente como el caso de
Juncaná. Existen diversos líderes al interior de las familias
(normalmente extensas) en Juncaná, que son las cabezas
principales de los clanes familiares de la misma, así también,
agentes que connotan lealtad a tales grupos familiares, desde
los cuales se estructuran normalmente los grupos en la
comunidad.
10
La relación por compadrazgos y comadrazgos, normalmente
se funda en la cuestión religiosa y/o actos cívicos con los que
los habitantes refuerzan sus lazos afines, entre la familia o con
otros grupos; cuando se nombran padrinos/madrinas de los
Al interior de los grupos de atoleras, la mujer
representante del grupo se promueve por herencia
ahorita como está enferma, se lo
en el linaje familiar de acuerdo con el clan al que
dio a la comadre Lucinda. 12
pertenece, en este caso el apellido patriarcal que
rige en este grupo es Vázquez. El simbolismo Quien heredó el cargo representante, de la mujer
traducido por la experiencia de participación, no más antigua de la organización de las atoleras de
sólo en el ritual del atol, sino en las demás aquel momento, —y a quien las mujeres más
actividades de la comunidad, está en relación antiguas del grupo actual conocieron— fue la
intrínseca definido por el sujeto patriarcal principal, esposa del hijo segundo de los líderes del grupo
es decir, el líder varón del clan. familiar de los Vázquez (de los ancianos de aquel
momento). Es interesante, porque dado que el
La organización del grupo de atoleras es anterior
varón primogénito no tiene esposa en ese tiempo,
(histórica) al de las familias que participan en la
cuando sucede el cambio de representación, se le
actualidad, muchas de las que hoy lo practican se
otorga a la esposa del segundo hijo varón, sin
adhirieron a una estructura ya formada a través de
embargo, al no poder continuar con la
varias décadas, algunas de estas se sostienen desde
representación por su estado de salud, le confiere la
la organización que existió durante los últimos años
responsabilidad a Lucinda Aguilar, mujer, de edad
de vida hacendaria de Juncaná.11 Martha Ortega,
menor en contraste con Martha Ortega y Carmen
mujer que ha formado parte del ritual más de medio
Ramírez.
siglo, nos habla específicamente de su grupo de
atoleras y la representación de este:
La representante del grupo es
ahora la comadre Lucinda.
[¿Cómo la eligieron
representante?] Dicho que la
representante es la que nos
convoca […], la eligen las mujeres.
[…] antes no era ella (Lucinda
Aguilar), sino que era comadre
Carmen, Carmen Ramírez. [A] ella
se lo dejó mi suegra, la abuelita
Juanita, la mamá de abuelito
Pancho [esposo de Martha
Ortega], porque murió pues. De
ahí quedó comadre Carmen,
como era la nuera mayor, ahí con
tío Rubén a ella se lo dieron y

hijos de los hermanos o personas conocidas, en las bodas,
bautizos, comuniones, graduaciones escolares, etc. Lo
interesante es que el calificativo compadre o comadre,
connota fuertemente al interior, ya que, entre hermanos,
hermanas, cuñados, primos, personas no familiares, etc., el
decirse compadre o comadre principia el trato y relación de
cercanía entre ellos y ellas.
11
Como ritual ancestral, es posible mencionar que se adhieren
a una estructura que proviene de siglos, sin embargo, por falta
de elementos, aún no puedo aseverar hasta qué punto estas
estructuras contemporáneas se ligan a un determinado
tiempo histórico, así mismo, con sus variaciones contextuales
y simbólicas. Lo que sí es posible es tejer la genealogía de
algunas estructuras de clanes que persisten hoy desde que
Juncaná era Hacienda. Algunas familias se asocian a la relación
del patrón con los cabecillas de familia de aquél momento que
trabajaban para la hacienda (varones que fueron gente de
confianza del patrón).
12
Entrevista a Martha Ortega Pinto (integrante del grupo de
atoleras) entrevistado por Fabrizio Daniel Pascacio Vázquez,
Ranchería Juncaná, La Trinitaria, Chiapas, 17 abr. 2021.

4

13
Vázquez se establece como patrón principal en la definición
del clan familiar, la unión por matrimonios se encuentra de la
siguiente forma: Rubén Vázquez/Carmen Ramírez, José
Vázquez/Lucinda Aguilar, Francisco Vázquez/Martha Ortega,
Javier Vázquez/Elena Hernández, Manuel Vázquez/Carmen
Aguilar, Armando Vázquez/Matilde Hernández (primos de los
primeros cinco), Jorge Vázquez (hijo de José)/Marina Cruz,
Isabel Vázquez (hija de José), todos los varones hermanos y
compadres, así mismo, las mujeres concuñas y comadres, cada
5
El varón y anciano más viejo de la familia,
actualmente, es el tercer hermano, Francisco
Vázquez y su esposa Martha Ortega, por
correspondencia en edad y experiencia en la
comunidad, mencionan, le tocaba a ella; sin
embargo, por motivos de salud y edad, se le confiere
la responsabilidad a la esposa del varón mayor de la
familia (ya finado) y hoy actual representante de
este grupo de atoleras.13
La gran mayoría de los grupos se ha organizado bajo
relaciones de afinidad familiar; Marlene Ramírez
comentó que el catequista recibió quejas en la
iglesia porque los grupos de atoleras solo se
conformaban por familias y no se hacían con otras
personas de la comunidad. Él intentó influir en su
reestructuración: intercambió a mujeres de grupos
para que se relacionaran con otras. Sin embargo, no
duró mucho esta decisión, porque retornaron a sus
grupos originales.14
1.2 El anuncio de la fiesta
Aproximadamente con un mes de antelación a la
elaboración del atol, a través del “aparato de
sonido”,15 el grupo de mujeres que les corresponde
prepararlo, comunican a los juncaneros que tienen
que cooperar con una cuartilla de maíz que servirá
para la preparación de la bebida.
Una vez concentran todo el maíz, días antes de la
preparación del atol, las mujeres son convocadas
por la representante del grupo. Dejan los granos
remojados en cubetas casi cinco días y después de
ello lo sacan para que sea molido. Durante este
tiempo, es importante que las atoleras observen
qué cosas son las que les faltan para llevar a cabo
con normalidad la celebración.
una de las familias con hijos y más uniones familiares, viven en
familias extensas la mayoría de ellos, creando el clan al cual
ahora suscribimos el estudio.
14
Entrevista a Marlene Ramírez (integrante de otro grupo de
atoleras) entrevistada por Fabrizio Daniel Pascacio Vázquez,
Ranchería Juncaná, La Trinitaria, Chiapas, 13 abr. 2021.
15
Bocina/Altavoz que se localiza en algunas casas de Juncaná
en donde se ponen anuncios que sirven para informar a la
comunidad: venta de comida, información de los programas
Hay quienes se encargan de conseguir ollas nuevas,
bien sea, comprándolas en la ciudad de Comitán de
Domínguez o prestando con alguien más de la
comunidad. Ellas dicen que es mejor usar ollas que
ya se expusieron al fuego, porque el barro no está
frío como el caso de las nuevas. Esto se resalta
porque una olla que no se caliente bien, puede
deteriorar la calidad del atol. Las mujeres también
se encargan durante este tiempo de conseguir a sus
sustitutas en caso de no poder participar en la
madrugada para hacer el atol, a estas mujeres las
vamos a nombrar como: las pagadas.
1.3 Las “originales” y las “pagadas”
Al interior de los grupos se menciona que quienes
integran el grupo de atoleras son las “mujeres
originales” o “las de siempre”, que son las que datan
de períodos medianamente largos para la
organización y preparación del atol agrio. Lucinda
Aguilar, encargada del grupo de atoleras —al que le
correspondió celebrar el proceso de preparación del
atol a finales de noviembre del 2020— en el mismo
lugar nos dijo que:
A pesar de que quiénes entran al grupo sean hijas de
las mujeres con mayor tiempo en la actividad del
atol, no son consideradas originales. Así mismo no
son mujeres originales aquellas que son “pagadas”,
es decir, mujeres que son contratadas a cambio de
una remuneración monetaria por una integrante del
grupo de atoleras que no puede asistir al ritual el día
en que se va a elaborar el atol.
Esto último es importante mencionarlo, debido a
que hay muchas de las que se ofrecen para asistir
pagadas por los diferentes grupos, que en algunas
ocasiones no aceptan, argumentando que las que
están pidiendo el “apoyo” para no ir, tienen las
posibilidades de participar en la preparación del atol
solo que “no quieren ir”. “[…] me ofrecieron para ir,
pero no, si caso está mala, no tiene nada, solo que
no quiere, así que no acepté”.17 Las mujeres que son
“pagadas” tienen que buscarse antes de la
celebración del ritual.

A nosotras nos toca cada cuatro

años y medio [celebrar el evento].
Como a veces nos toca en mayo,
por eso es que hay un medio.
Ahorita no se encuentran todas las
mujeres, son pagadas muchas de
las que están. De las mujeres
originales del grupo solo están
cuatro. 16
Se menciona que las mujeres son originales en
contraste con las que ingresan recientemente al
grupo, bien sea sustituyendo a alguna que ya no
puede asistir por motivos de salud y/o fallecimiento.

de gobierno, salud, cuestiones escolares, fallecimiento de
alguien, entre otras cosas. El anuncio tiene un costo de $5.00
mxn
16
Entrevista a Lucinda Aguilar (Representante del grupo de
atoleras) entrevistada por Fabrizio Daniel Pascacio Vázquez y
Yigal Alam F. Ramos Vázquez, Ranchería Juncaná, La Trinitaria,
Chiapas 29 nov. 2020.
17
Entrevista a María “N” (habitante migrante de la Ranchería
Juncaná) entrevistada por Fabrizio Daniel Pascacio Vázquez,
Ranchería Juncaná, La Trinitaria, Chiapas, 13 abr. 2021. En
estos casos, es importante también tener en consideración la
“lealtad” a ciertos grupos de atoleras. Hay mujeres que no
acceden a asistir “pagadas” en diferentes grupos, ya que, al
participar en uno y otro, se “ve mal”, como un acto de no tener
“lealtad” a un clan de la comunidad, hay molestia e
incomodidad por estas mismas razones. Así mismo, no
acceden a participar por motivos de salud, edad o porque no
quieren.

6
1.4 La labor de los varones
Los hombres se encargan de conseguir todo lo que
se encuentra relacionado con el uso del fuego. En
los días previos al ritual, son quiénes consiguen la
leña suficiente para el encendido. Toda la madera
que será ocupada es traída de las comunidades
vecinas, en este caso fue del ejido Unión Juárez, La
Trinitaria. Cuando la leña llega a Juncaná, se
concentra en los patios de la Iglesia de la
comunidad. Apiladas en montículos, los hombres se
dan cita dos o tres días antes de la preparación del
atol para organizarla, es decir, cortarla en trozos
más pequeños para poder hacer los fogones el día
de la preparación.
Para realizar con mayor agilidad esta actividad,
contrataron a otro varón externo a la comunidad (de
Unión Juárez también), para que cortara la leña con
motosierra. El valor de esta actividad tiene un costo
de $100 MXN por la cantidad de gasolina que utilice
la maquinaria más la “mano de obra” del trabajador.
Al finalizar, los varones nos dimos a la tarea de
cargar la leña hacia el espacio correspondiente que
es la agencia municipal, con una camioneta que
prestó un vecino de la comunidad, parte de los
miembros del comité de la feria.
7
1.5 El ritual como relato de poder
El ritual se celebra en el área que corresponde a la
agencia municipal, en otros términos, la cárcel de la
comunidad. Este espacio es de poder, la agencia es
la estructura física de las autoridades de Juncaná.
El encendido del fuego se da cerca de las 12 de la
madrugada, repican las campanas para avisar que es
la hora de reunirse. Llegan primero los varones a
apilar los leños en una sola línea, creando diversos
fogones. Gradualmente, comienzan a encender
cada uno de los fuegos en lo que asisten las mujeres
a culminar el proceso e inmediatamente a organizar
el preparado de maíz en las ollas de barro que tienen
o que han adquirido para la ceremonia.
Los fuegos tienen diferente intensidad, por lo que la
elección de la mejor llama de fuego da un valor
simbólico de las relaciones de poder al interior de
las mujeres. El mejor fuego, normalmente, es
tomado por la encargada del grupo y, en ese orden,
quiénes le siguen en jerarquía, hasta ocupar cada
uno de los espacios. Una vez comienza la cocción, se
anuncia el inicio con la quema de cohetes y las
campanadas de la iglesia. El catequista de la
comunidad, toca las campanas de la Iglesia y otro
varón se encarga de encender cohetes (objeto
pirotécnico a base de pólvora) que al explotar se
escucha en toda la comunidad, con lo que se indica
que el ritual ha comenzado.
8
Mientras el atol se cuece, es importante que se rayo de luz de la mañana, estén listas y cocidas. Si
tenga cuidado al “menear”, sobre todo quiénes en este caso, alguno de los atoles de las diferentes
llevaron nuevas ollas, dado que el preparado se ollas se “corta”, la responsabilidad al interior del
puede “cortar”. Se dice que el barro de las nuevas grupo recae en la persona que está al mando, ya que
ollas no ha tenido ningún proceso de calentamiento los comentarios se reflejarán en el “orden” que
y está frío, lo que puede dañar la bebida. Este existió durante la madrugada, señalando,
proceso de cuidado es observado por las mujeres. directamente, a la representante.
La convivencia leal y sana reside en el orden con el
que hacen las cosas.
Durante el proceso de acompañamiento, se reúnen
hombres y mujeres de la comunidad, grandes y
jóvenes. Los varones llevan, con regularidad, algún
licor para degustar mientras se consume el fuego en
la noche. Algunos hombres van a acompañar a sus
esposas. Así mismo, todos quiénes asisten, dialogan
de diferentes cosas: la familia, las comadres, los
muertos, la política o anécdotas de la comunidad,
muchas veces arguyendo al recuerdo.
Las mujeres son las encargadas de mover el atol
todo el tiempo. Sin embargo, en algunos sitios,
como el caso del ejido Santa Rita, La Trinitaria
(comunidad vecina de Juncaná), son los hombres los
que se encargan del preparado directo del jocoatol.
Las mujeres, durante la madrugada, tienen puestos
sus rebozos para cubrirse el rostro, la cabeza y el
cuerpo. Muchas de ellas los llevan colocados en la
cabeza como en forma de “turbante” durante toda
la jornada. Algunas mujeres se sientan y otras no,
dicen algunas de ellas, que sentarse es descuidar el
atol y este se puede pegar al barro de la olla y se
“eche a perder”. Así mismo, algunas mujeres
critican que otras mujeres hayan aceptado recibir
pago para cuidar muchos atoles, dado que cada atol
requiere un cuidado especial y que al menos uno de
esos no saldrá bien al final de la jornada. Es
imprescindible que salgan bien los cocidos del atol,
de lo contrario, la problemática reside en el grupo
entero, en su organización y su relación afín en una
sana convivencia.
La crítica directa recae sobre la persona que está
encargada de dirigir a las mujeres, debido a que el
carácter en el mando del grupo de mujeres debe de
sobreponerse a la adversidad que regula el ritual.
Durante la madrugada, la representante vela
porque todo esté en orden, que cada una de las ollas
que fueron colocadas en el fuego, al llegar el primer

9
Para la finalización del evento, normalmente la
representante del grupo toma un jarro lleno de atol
agrio caliente y lo riega sobre el fuego, dando unas
palabras a la llama que comienza a extinguirse.
Queman cohetes celebrando la llegada del día y la
etapa completa de la elaboración del atol, que
posteriormente, comenzará a ser repartido entre las
personas de la comunidad.
La organización clánica y la gesta del evento toma su
sentido cuando se muestran como grupo
públicamente a la comunidad al finalizar todo. Es
decir, es muy importante para las atoleras y todos
los demás participantes que todo salga bien, debido
a que el grupo está obligado a repartir jocoatol a
todos los juncaneros (y pueblo vecino que invitan a
su celebración). No pueden “quedar mal” y en caso
de hacerlo, es en la organización grupal en donde
recae el peso.
18
Como mencionamos al inicio del presente artículo, Juncaná
se define a sí misma como una comunidad 100% católica, lo
10
II. Consideraciones finales
Como acercamiento a las dinámicas internas sobre
los rituales existentes de la Ranchería Juncaná, la
preparación del atol tiene diversas aristas. Aquí dejo
pautas generales de un evento en específico como
es su organización y preparación que nos permiten
discernir cómo son los órganos que permiten
reforzar la memoria de los pueblos para su
convivencia y resistencia de sus saberes locales. La
memoria se construye a partir del reforzamiento
interno que prima las relaciones familiares y su
relación con la comunidad. Es un ritual con normas
y valores en el sentido estricto que también la
memoria converge con el sostenimiento de las
prácticas cotidianas del mismo. Existe una
necesidad imprescindible de sostener el ritual y
recordarlo a través de generación en generación.
La importancia que cobra la asistencia a este evento
es unificadora frente a la comunidad al estar ligada
a un ritual religioso católico18, así como al reafirmar
su tejido social. En esta práctica, que tiene lugar
durante la madrugada con un arduo proceso de
gestación, se preservan comportamientos, gestos y
saberes que no han sido arrumbados al olvido de la
historia.
La participación comunal de todas las mujeres
observa con criterio la asistencia y colaboración en
la organización del evento, aquí también cuenta la
responsabilidad, el compromiso, el liderazgo, la fe,
la creencia, la familia, la lealtad. A su vez, aspectos
negativos entre los que se destacan el “quedar mal”,
la “envidia”, los problemas familiares por la política,
por economía, por “rumores”, entre otros
elementos terminan por limarse con este evento.
Entre los grupos de atoleras es importante la
relación que mantienen entre sí, cabe mencionar
que el liderazgo de la mujer entre las y los
juncaneros prima el tejido social de unión al interior
de la comunidad. Cuando un grupo de atoleras se
separa, es importante reestructurarlo, como bien
que permite una unificación primera, por la religiosidad
practicada dentro de la Ranchería.
nos contó doña Martha, cuando esto ocurrió en los ya no querían participar, por esas cochinadas de la
grupos política”.20

Fuimos la comadre Elena y la

comadre Carmen [Ramírez] a
hablar con doña Tona de don
Jorge. Nadie quería hacerse cargo
de la hacedera del atol. Le dijimos
que juntara a sus mujeres y que se
hiciera cargo, pero no muy quería.
Nos dijo, ‘miren, si se
comprometen a que me van a
estar ayudando con la limpieza de
la iglesia, sí, porque yo cuido
enfermo, entonces no voy a poder
siempre hacer las dos cosas’ y así
que aceptó, ahí se volvió a
completar el grupo de atoleras19.
Así también, un problema presentado,
desencadenante de muchos otros, fue la división
por facciones políticas partidistas que surgió hace
algunos años durante el período electoral del 2015.
La Ranchería se dividió en facciones partidistas: en
el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y en
el partido político Podemos Mover a Chiapas.
¿Cómo afectó directamente esto al tejido social de
Juncaná, específicamente, en este evento?
El órgano regulador de toda la comunidad que es la
Asamblea General quedó escindido y muchos no
asistían a las reuniones. Los habitantes que
pertenecían a la militancia y/o simpatía al PVEM no
asistían a la reunión de los contrarios y viceversa.
Para el caso concreto de uno de los grupos de
atoleras, nos cuentan que algunos grupos de
mujeres se dividieron para trabajar, precisamente,
porque el conflicto político de partidos estaba en su
apogeo. Las mujeres que tenían familiares entre
estos dos partidos se confrontaron, “muchas no
asistieron a hacerlo, porque estaba peleadas entre
todas por el problema del Verde y del Morado
[haciendo alusión a los colores de los partidos
políticos]” “Varios grupos de atoleras se dividieron,

19
Entrevista a Martha Ortega Pinto (Integrante del grupo de
atoleras) entrevista realizada por Fabrizio Daniel Pascacio
Vázquez, Ranchería Juncaná, La Trinitaria, Chiapas, 21 abr.
2021.
20
Entrevista a Ana María Vázquez Ortega (mujer del grupo de
atoleras que se desintegró) entrevista realizada por Fabrizio
Daniel Pascacio Vázquez, Comitán de Domínguez, Chiapas, 27
abr. 2021.

11
Las mujeres de la comunidad son las encargadas de
ejercer la estructuración constante de este ritual. La
participación femenina en la organización y la
preparación del atol agrio concibe la memoria a
través del liderazgo que éstas ejercen en la
comunidad. No nos enfocamos demasiado en
extender la participación varonil, observamos que la
herencia simbólica de los cargos representativos en
este ritual se define por la cuestión patriarcal,
definición de la mujer por ser la cónyuge del líder del
clan. Sin embargo, también la labor de las mujeres
está sujeta a su propia organicidad, se hacen del
discurso y la práctica en Juncaná por la relevancia
del fenómeno, como el peso que tienen en otras
actividades del pueblo. Por ejemplo, estos grupos de
mujeres ya conformados cumplen con otras
responsabilidades como: arreglar la Iglesia de forma
periódica. También las mujeres más grandes
procuran enseñar a las más niñas y jóvenes a realizar
estas actividades, que de acuerdo con ellas, son
importantes como complemento de su educación y
comportamiento para la vida cotidiana, dentro y
fuera de la comunidad.
La relevancia de la organización y preparación del
atol evidencia que la fortaleza de las comunidades
se encuentra en estos eventos, que se celebran
durante un día, madrugada o noche, sin embargo,
sus consecuencias siguen siendo amplias ligadas a
sentidos sociales, culturales y políticos de los
pueblos que les permiten llevar consigo su vida
cotidiana en contraste con el mundo moderno. La
ranchería no se encuentra lejana de los espacios
urbanos, sin embargo, contempla sus propios
tiempos y dinámicas que se resisten a perecer.
A pesar de ello, el ritual se ha intervenido con
aspectos políticos partidistas, pero no se ha
permitido destejer el tejido social por esta razón.
Los habitantes de la ranchería, han mostrado la
capacidad organizativa que tienen y así mismo,
velan por el bienestar de su comunidad, a través de
su fe, liderazgo, creencia y reforzamiento familiar -
social.

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