La palabra sujeto, aunque resulte de sobra conocida, muestra, si se examina
con cierto nivel de detalle, varias aristas. Sobre todo, en relación con la historiografia. En primer lugar, podemos pensar en una problemática a la que ya hemos hecho referencia en estas páginas, la relación entre sujeto y objeto. En este sentido el sujeto se identifica con el observador, con el cientifico o con el ciudadano, mientras que el objeto hace referencia a la historia per se, a los hechos pasados que se busca aprehender a través de la aplicación de una correcta metodologia. En segundo lugar, la noción de sujeto se relaciona con los temas de la historiografía, esto es, con las parcelas de la realidad que se privilegian frente a otras, precisamente, cuando pasan a formar parte de los libros de historia. Pero incluso antes, cuando comienza una investigación, la selección del sujeto se reconoce como una de las primeras fases del método histórico. En tercer lugar, el sujeto hace referencia a los actores de la historia. Y es en este punto en el que me gustaría detenerme, haciendo alusión a varios hechos de actualidad. Quizás, lo más interesante a este respecto no sea el hecho de que debamos restringir todos los acontecimientos a un solo sujeto (la especie humana) sino que comencemos a prestar atención a esta cuestión, ya que si esta circunstancia deriva en una dinámica por la cual dos sujetos se presentan como antagónicos, puede darse el caso de reproducirse en el terreno historiográfico algunos de los maniqueismos que se dan actualmente en el terreno social o político.