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CSIDA, María Victoria

Informe de lectura – Estudios de Traducción 2022

Prof.: Griselda Mársico.

Textos seleccionados:

- “Hacia una traductología feminista trasnacional”. Olga Castro, Emek Ergun,


Luise von Flotow y María Laura Spoturno (2020)
- “¿De qué hablamos cuando hablamos de traducción y género? Algunos caminos
para la investigación”. Sofía Ruiz (2020)

En el trabajo “Hacia una traductología feminista trasnacional” las traductólogas Olga


Castro, Emek Ergun, Luise von Flotow y María Laura Spoturno proponen el feminismo
transnacional como marco teórico para el desarrollo de una traductología feminista que
genere nuevas investigaciones en la disciplina. Meses más tarde, Sofía Ruiz presenta un
artículo titulado “¿De qué hablamos cuando hablamos de traducción y género? Algunos
caminos para la investigación” en el que expresa una mirada crítica sobre los conceptos
presentados en dicho trabajo y propone nuevas preguntas para seguir expandiendo los
estudios de la traducción y el género.

“Hacia una traductología feminista transnacional” es un artículo publicado en el número


13 de la revista Mutatis Mutandis: Revista Latinoamericana de Traducción (2020), que
propone aplicar el feminismo trasnacional a los estudios de traducción para incentivar
nuevas miradas en la disciplina. Según las autoras, lo transnacional pone en evidencia el
papel político que la traducción cumple a la hora de establecer vínculos y desafiar el
modelo colonial de feminismo propuesto por Mohanty (1988). Para ello, definen a la
traducción en un sentido amplio, abarcando “todo tipo de prácticas
trans-lingüísticas/culturales/mediales incluyendo el campo de los estudios de
interpretación, la traducción intersemiótica, la traducción de lengua de señas, la
traducción automática, así como la transmisión de teorías y tradiciones” (p. 2). Las
prácticas de traducción “política y éticamente informadas”, como la traducción
feminista, permiten trascender los límites y fronteras del mundo.

Las autoras toman la definición del feminismo transnacional de Mendoza (2002), quién
lo presenta como “el deseo y la posibilidad de una solidaridad política entre las

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feministas a través del planeta que trasciende la clase, raza, sexualidad y fronteras
nacionales”, para poner a la traducción como una herramienta imprescindible en los
debates sobre políticas globales feministas. Sin embargo, recalcan que lo transnacional
debe entenderse como el marco conceptual para eliminar tanto los limites políticos e
intelectuales y las restricciones de los feminismos globales e internacionales.

El concepto de interseccionalidad propuesto por Crenshaw (1989) tiene un papel


importante en la propuesta de las traductólogas, ya que les interesa compilar y expandir
“diversas iniciativas feministas desarrolladas en contextos latinos de los Estados
Unidos, latinoamericanos e ibéricos”. Sostienen que el papel central que le otorgan a la
traducción feminista en este trabajo es parte de un movimiento transnacional que tiene
por objetivo reconocer las contribuciones que se han realizado en los últimos años en el
área para expandir la mirada de lo transnacional aplicado a la traductología y a los
estudios feministas.

Es así que presentan tres razones por las cuales este artículo resulta productivo “para el
tan necesario diálogo transdisciplinario entre los feminismos transnacionales y la
traductología (feminista)” (p. 3). En primer lugar, consideran que al publicarlo en una
revista “colombiana multilingüe, académica, de libre acceso” ayudan a promover el
quiebre del dominio del idioma inglés en la producción y diseminación del
conocimiento en el campo de la traducción feminista. Esto pone en evidencia la
presencia del pensamiento postcolonial y anti-imperialista de las autoras. En segundo
lugar, mencionan que el publicarlo en una revista latinoamericana las ha impulsado a
investigar en más profundidad la traducción y traductología feminista y los feminismos
transnacionales latinoamericanos. Las autoras aseguran que la traductología feminista
transnacional necesita de proyectos de investigación y traducción que surjan de diversos
espacios de construcción social y de conocimiento. Finalmente, en este trabajo reúnen
mujeres con diversas tradiciones académicas y provenientes de diversos “contextos
geopolíticos y lingüístico-culturales” (p. 4). Este encuentro transnacional amplió, según
ellas, las visiones de traductología feminista para comprender nuevas epistemologías.
Confían en que este dialogo compense los “puntos ciegos” y potencie el alcance
epistemológico presente.

Las autoras esperan que este trabajo incremente las conversaciones sobre feminismos
transnacionales y promueva a académicos de distintas disciplinas a “correr más riesgos
que permitan expandir las fronteras de esas conversaciones sobre y a través de la
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traducción” (p. 5). Finalmente, presentan los distintos trabajos que forman parte de este
número de la revista, que dan cuenta de la diversidad de las investigaciones que
contemplan la traductología transnacional feminista.

Sofía Ruiz, Profesora en alemán y traductóloga, presentó el artículo “¿De qué hablamos
cuando hablamos de traducción y género? Algunos caminos para la investigación” en el
número 16 de la Revista Lenguas V;vas (2020). El mismo explora y analiza la propuesta
del trabajo “Hacia una traductología feminista transnacional”, comparando alguno de
sus conceptos con los presentados en la introducción del libro “Refracciones:
Traducción y género en las literaturas románicas entre 1750 y 1950” de Annette
Keilhauer y Andrea Pagni (2017). Su objetivo es descubrir qué “formas de pensar la
traducción y los géneros pueden ser productivas para la investigación en el marco de
una agenda local” (Ruiz; p. 23).

El primer punto de comparación es la noción de traducción y los límites de las


disciplinas que ambos textos toman para su estudio. Ruiz sostiene que las nociones de
traducción y de género con las que se trabajan se ven afectadas según los espacios en los
que se inscriban y las formas en que se consideren los aportes de las distintas
disciplinas. En Refracciones, las autoras se proponen “abordar el cruce de traducción y
género desde una perspectiva histórica […] con el objetivo de generar una discusión que
enriqueciera el campo de los estudios de traducción y género” (Keilhauer y Pagni 2017:
5). Ellas explicitan que entienden a la traducción en “sentido estricto”: “como
traducción de un texto fuente escrito en una lengua de partida e inscripto en una cultura
de partida, a una lengua meta en el marco de una cultura de llegada” (Keilhauer y Pagni
2017: 6).

En cambio, en el artículo de la revista Mutatis Mutandis, las autoras toman, como se ha


mencionado anteriormente, el sentido “amplio” de la traducción presentado por Stefano
Arduini y Siri Nergaard (2011), quienes la definen como herramienta interpretativa y
operativa, como “principio epistemológico transdisciplinario para las ciencias humanas,
sociales y naturales” (p. 24). Este sentido amplio de la traducción implica trascender los
límites que impiden la formulación de ideas realmente nuevas, lo cual va de la mano
con el concepto de la transdisciplanariedad, además de aludir a los conceptos de
traducción como metáfora. El sentido “estricto” empleado en Refracciones también
contrasta con los conceptos metafóricos y la noción cultural de la traducción concebidos
por Homi Bhabha (1994). En cuanto a esto, Ruiz trae a colación la previa crítica de
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Pagni junto con Patricia Wilson sobre cómo el concepto de traducción cultural
promueve un uso indiscriminado del término “traducción” y, en consecuencia, lo
banaliza.

De esta manera Ruiz deja en evidencia cómo las distintas posiciones a la hora de definir
las bases y los conceptos que se toman de las distintas disciplinas afectan “la
formulación de los problemas, el recorte del objeto de estudio y las decisiones
metodológicas” (Ruiz; p. 25).

El siguiente concepto que la autora analiza en los textos es el de interseccionalidad


como forma de entender el género o el feminismo. Si bien ambas publicaciones toman
la definición de interseccionalidad propuesta por Crenshaw (1989), los fundamentos de
cada texto dan cuenta que los debates no coinciden enteramente. En Refracciones, el
concepto que da nombre al título está asociado con el de interseccionalidad: “la
metáfora de la refracción […] permite incorporar a la problemática del género en
traducción perspectivas intersecciones que aparecen implícita o explícitamente en las
contribuciones” del libro (Keilhauer y Pagni 2017: 6). El foco está puesto, entonces, en
cómo “diversos factores de carácter histórico, social y cultural están marcados por el
género y la sexualidad de manera insoslayable, siempre en intersección con otros
factores, en el proceso de traducción” (ibíd.: 7) interactúan en la cultura de llegada. Sin
embargo, Ruiz menciona que la noción de interseccionalidad no forma parte del marco
teórico en los artículos presentes en el libro.

Según Ruiz, Pagni y Keilhauer presentan la interseccionalidad como una forma de


“abordar el cruce de traducción y género de manera más diferenciada que un enfoque
centrado en identidades y/o identificaciones de género” (ibid 9). A su vez, intentan
“distanciarse de una excesiva homogeneización en el análisis del género” (Ruiz p. 26)
Esta noción de interseccionalidad pone el foco en “la interacción de diferentes factores,
situados en un contexto histórico, social o cultural específico” (ibíd.).

Por otro lado, en el artículo de Mutatis Mutandis la interseccionalidad está tomada con
otra perspectiva: el feminismo transnacional se enfrenta al imperialismo, el racismo, el
colonialismo, el clasismo y el heterosexismo. De esta manera, la interseccionalidad es
una manera de cuestionar dichas formas de opresión, y distanciar al feminismo
transnacional de los “posicionamientos denunciados como etnocéntricos, universalistas,

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colonialistas y neocolonialistas, racistas, clasistas, esencialistas o heterocisnormativos”


(Ruiz; 27).

La autora asegura que el concepto de interseccionalidad, debido a que puede ser


entendido de distintas formas y abordar distintos problemas, no debe ignorarse. No
obstante, considera que es “necesario reponer los debates que se han dado en los
estudios de género, pero también en otras áreas de las ciencias sociales, […] para poder
evaluar cuáles son los límites de la categoría y qué consecuencias tendría un abordaje
interseccional para el estudio de la traducción en sus distintas vertientes” (Ruiz; 27).

Finalmente, Ruiz propone nuevos caminos y plantea nuevas preguntas para seguir
explorando las discusiones sobre la traducción y el género posibles. La autora sostiene
que para ahondar en el abordaje de la investigación sobre traducción y género se deben
tener en cuenta discusiones como estas sobre el “concepto de interseccionalidad y a la
articulación teórica de las producciones surgidas en distintas disciplinas o la pertenencia
de lxs investigadorxs a diferentes espacios” (Ruiz; p. 27), ya que forman parte de
debates centrales dentro de las ciencias sociales. En cuanto a la traductología feminista
transnacional, se puede tener en cuenta, por ejemplo, si los investigadores participan de
los espacios y procesos que estudian y la producción de los conocimientos en esos
contextos.

La Profesora en alemán afirma que, si bien el concepto de interseccionalidad resulta


atractivo y convincente para “evitar abordajes que contemplen la categoría de género en
forma aislada o no problematicen los posibles sesgos clasistas, racistas o
heterocisnormativos de una mirada centrada en el género” (ibíd.), su uso no es
indispensable para alcanzar esos objetivos. A su vez, expresa que, debido a que ambos
textos proponen la interseccionalidad como marco de estudio, pero no cómo
herramienta de análisis, se puede deducir que el concepto todavía no está lo
suficientemente desarrollado como metodología para el estudio de la traducción.

Por esta razón, Ruiz propone ahondar en un “abordaje interseccional para las distintas
nociones de traducción con las que se trabaja y para las distintas formas de abordar la
traducción” (ibíd.), con el objetivo de explicar las tendencias en la producción de
traducciones y explorar las áreas que todavía no han sido investigadas. La autora
expresa su interés por preguntas relacionadas a las identidades de género disidentes,
mencionando el hecho de que solo se tiene en cuenta la identidad de género o la

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orientación sexual de los agentes del proceso de traducción cuando el texto toca
temáticas relacionadas, pero no suelen estudiarse desde una mirada sociológica o
histórica. Esto se debe, por un lado, a la bibliografía que se toma en cada área de la
traductología, y por otro, a la tendencia a entender el estudio del género desde la
traductología o el estudio desde la traducción con una perspectiva feminista como el
análisis del “caso marcado”.

Ruiz termina su artículo asegurando que “recuperar los debates en torno al concepto de
interseccionalidad también en el marco de los abordajes sociológicos de la traducción
podría ayudar a indagar hasta qué punto hay en juego procesos específicos relacionados
con la traducción y en qué medida el espacio social de la traducción funciona, en cuanto
a las identidades de género y a la orientación sexual, de manera similar a otras áreas del
mundo social” (Ruiz; p. 28).

A modo de conclusión, se puede decir que el artículo de Sofía Ruiz presenta una mirada
crítica sobre el llamado ambicioso de Olga Castro, Emek Ergun, Luise von Flotow y
María Laura Spoturno a desarrollar una traductología feminista transnacional. Sin
embargo, si se tiene en cuenta que dicha propuesta es relativamente reciente, el trabajo
de Ruiz se puede comprender, entonces, como parte de las conversaciones que las
autoras ansiaban inspirar en el área de la traductología. Aunque el concepto y su
aplicación práctica necesite de más desarrollo, es probable que el concepto de
interseccionalidad y el estudio desde una perspectiva feminista genere aún más
investigaciones y debates interesantes en los próximos años.

REFERENCIAS.

Textos principales:

- Castro, Olga, Emek Ergun, Luise von Flotow y María Laura Spoturno (2020):
“Hacia una traductología feminista transnacional”. Trad. de Martha Pulido.
En: Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción, vol. 13, núm. 1
(2020): Hacia una traductología feminista transnacional, pp. 2-10.
- Sofía Ruiz: “¿De qué hablamos cuando hablamos de traducción y género?
Algunos caminos para la investigación”. En: Lenguas V;vas, núm. 16 (2020):
Género: formación y práctica profesional, pp. 22-30.

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Textos mencionados:

- Mohanty, Chandra Talpade. (1988). Under Western eyes: Feminist scholarship


and colonial discourses. Feminist Review, 30, 61- 88.
https://doi.org/10.1057/fr.1988.42
- Mendoza, Breny. (2002). Transnational feminisms in question. Feminist Theory,
3(3), 295-314. https://doi. org/10.1177/146470002762492015
- Crenshaw, Kimberlé. (1989). Demarginalizing the intersection of race and sex:
A black feminist critique of antidiscrimination doctrine, feminist theory and
antiracist politics. University of Chicago Legal Forum, 1, 139-167.
- Keilhauer, Annette/ Andrea Pagni (2017): “Introducción: Aproximaciones a
una historia de la traducción en perspectiva de género”. En: Keilhauer,
Annette/ Andrea Pagni: Refracciones: Traducción y género en las literaturas
románicas / Réfractions: Traduction et genre dans des littératures romanes.
Viena: LIT, pp. 1-22.
- Arduini, Stefano/ Siri Nergaard (2011): “Translation: a new paradigm”. En:
Translation, 1, pp. 8-15.
- Bhabha, Homi (2014 [1994)]: The Location of Culture. Londres y Nueva York:
Routledge [trad. esp.: El lugar de la cultura. Trad. de César Aira. Buenos Aires:
Manantial, 2002].

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