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física
Un estilo de vida saludable está asociado a la realización de un conjunto
de comportamientos y actitudes habituales que contribuyen al bienestar de
las personas. Promover hábitos saludables es fomentar la salud y mejorar la
calidad de vida.
Comer es compartir, pasarla bien, festejar, reunirse con la familia, con amigos.
También es disfrutar, comer rico, probar nuevos sabores y preparaciones.
¿Por qué comer saludable? Porque te ayuda a cuidar tu salud, sentirte y verte
mejor, así como prevenir diversas enfermedades. Es por ello que la alimentación
desempeña un rol determinante en el cuidado de la salud. Una alimentación
saludable es aquella que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que
cada persona necesita para mantenerse sana. Por eso, es necesario consumir
alimentos de todos los grupos y en las cantidades adecuadas.
Este grupo es muy importante para la incorporación de calcio, así como por su
aporte de proteínas, zinc, y vitaminas. Se recomienda que sean preferentemente
descremados para disminuir su contenido en grasas.
¿Cuánto es la porción? La recomendación es una vez por día una porción de carne
mediana tamaño de la palma de la mano o un huevo. También hay que tener en
cuenta la frecuencia, se debe incluir pescado 2 o más veces por semana, otras
carnes blancas 2 veces por semana y carnes rojas hasta 3 veces por semana.
Este grupo aporta ácidos grasos esenciales comúnmente llamadas grasas buenas,
así como proteínas, vitaminas, minerales y fibra.
Agua:
Actividad física
¡Mantené una vida activa! 30 minutos de actividad física todos los días te ayudan a
cuidar tu salud y prevenir enfermedades. 1 hora por día en movimiento es, al
menos, lo que necesitan los niños y adolescentes. Te dejamos algunos consejos
para comenzar a estar en movimiento:
• Elegí la actividad física que más te guste y esté dentro de tus posibilidades.
• Buscá el mejor momento del día para realizarla.
• Hacé ejercicio en familia o con amigos, es una buena forma de mantener la
constancia.
• Empezá de a poco. Podés comenzar con 30 minutos diarios de ejercicio e ir
incrementando progresivamente la duración o la intensidad a medida que
mejora tu condición física.
• Mantenete activo durante el día, subí por escaleras fijas, elegí ir al trabajo
caminando o en bici, sacá a pasear a tu perro, etc.
• Sé constante y fijá una meta como estímulo para continuar. Realizá ejercicio,
al menos tres veces por semana.
Que el objetivo sea ir generando una tendencia hacia un estilo de vida más activo,
a través del tipo de actividad, la duración, la frecuencia y la intensidad
Alimentación y prevención
de enfermedad
Dentro de los hábitos de vida saludables debe incluirse nuestra dieta mediterránea que es una dieta
sana, equilibrada y variada. Una alimentación adecuada puede prevenir multitud de enfermedades.
- Pescado al menos 4 veces a la semana (al menos una vez a la semana azul)
Obesidad
Una alimentación hipercalórica y rica en grasas conlleva la aparición de la obesidad y todas sus
comorbilidades como: hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, enfermedad cardiovascular,
enfermedad cerebrovascular, patología articular, apnea del sueño, hígado graso…etc
Diabetes
El consumo excesivo de azúcares como, por ejemplo, las bebidas azucaradas (refrescos) se asocia a
obesidad, a la aparición de diabetes y a un incremento del riesgo cardiovascular.
El exceso de azúcar favorece la inflamación, la disfunción de la célula beta del pancreática (aparece
insulino-resistencia) y el acúmulo de grasa visceral.
Enfermedad cardiovascular
El consumo de grasas "trans" aumenta un 33% el riesgo coronario. Las puedes identificar en el
etiquetado nutricional de los alimentos como grasas hidrogenadas.
Cáncer
Según un informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) el consumo
excesivo de carne roja y carne procesada se asocia a cáncer de colon, páncreas y próstata y parece
que hay evidencias suficientes para establecer una asociación entre el consumo de carne procesada
y la aparición de cáncer de colon y cáncer de estómago.
El consumo de alcohol se asocia al cáncer de boca, esófago, faringe, laringe, hígado, colon, recto y
mama.
La obesidad se relaciona además con el cáncer de vesícula, mama y endometrio en el caso de las
mujeres y en los hombres con el de colon, recto y próstata.
Además, una buena dieta ayuda no sólo a mejorar la respuesta a la quimioterapia y la radioterapia
sino también a prevenir sus complicaciones.
Infertilidad
Una dieta equilibrada asegura el consumo de antioxidantes (vitaminas C, E… etc) y omega 3 que
parecen asociarse una mejor calidad ovocitaria y espermática.
Sarcopenia
ALCOHOL
Algunos adolescentes consumen grandes cantidades de
alcohol, por ejemplo en botellones. Las consecuencias
inmediatas pueden ser muy severas y pueden desembocar en
un estado comatoso, en cuyo caso se requerirá atención
urgente inmediata en un centro hospitalario.
El consumo ingente de alcohol puede ocasionar la
destrucción de dos o tres veces más de neuronas que en un
adulto y afecta a la creación de nuevas neuronas. Además, el
consumo prematuro de alcohol antes de llegar a ser un adulto
joven en torno a los veinte años, duplica el riesgo de
alcoholismo.
TABACO
El consumo de tabaco incrementa el riesgo de enfermedades
como cáncer, bronquitis crónicas y cardiopatías. Tanto los
progenitores como los propios adolescentes suelen ignorar
dichos riesgos, ya que sólo se manifiestan a muy largo plazo,
varias décadas después de empezar a fumar.
CANNABIS
El consumo habitual de cannabis ralentiza el desarrollo
neuronal y afecta a la cognición (la capacidad de pensar y
memorizar), por lo que afecta al rendimiento académico, la
motivación, la asunción de riesgos y las capacidades
psicomotrices. Además, aumenta la probabilidad de trastorno
psiquiátrico. Fumar cannabis incrementa los efectos
perjudiciales de otras sustancias consumidas, como el
alcohol o las anfetaminas, y las consecuencias pueden ser
muy graves si la persona conduce un vehículo o un
ciclomotor bajo sus efectos.
HÁBITOS ADICTIVOS
Los adolescentes pierden la noción del tiempo y gastan una
cantidad inapropiada de tiempo en el hábito en cuestión.
Además, abandonan aficiones, sus relaciones sociales sufren
y algunos pueden incluso faltar a clase. Cuando los
adolescentes no tienen acceso al hábito en cuestión, se nota
en su estado de ánimo; pueden mostrarse tristes, desafiantes
o incluso agresivos.
¿Cuáles son los signos de advertencia?
SIGNOS FÍSICOS
Algunas sustancias crean dependencia física. La interrupción
del consumo conlleva signos físicos que reflejan un
"síndrome de abstinencia", que puede variar según la
sustancia consumida:
· Hambre (tabaco).
· Temblores (alcohol).
· Dolor y transpiración (opiáceos como la heroína, metadona
y otras drogas a base de codeína).
SIGNOS PSÍQUICOS
Un adicto no puede vivir sin el consumo de la sustancia. La
abstinencia se acompaña de nerviosismo, ansiedad y
sensación de malestar.
Todo consumo de una sustancia o práctica de un hábito que
pase a ser regular y cambie el estilo de vida (tal como un
aislamiento de la vida social) puede considerarse un signo de
alerta de adicción, en particular la dependencia genuina de
una sustancia o hábito. En el caso de adolescentes en edad
escolar, hay que prestar seria atención a cualquier bajón de
rendimiento académico.
¿Cómo evitar las conductas de alto riesgo?