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Violencia psicológica

La violencia psicológica, también conocida como violencia emocional, es una forma de maltrato, por lo
que se encuentra en una de las categorías dentro de la violencia doméstica. La intención que trae
consigo la violencia psicológica es humillar, hacer sentir mal e inseguro a un individuo, deteriorando su
propio valor. Es todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica (psicológica) entre
personas que mantienen una relación de familia o parentesco.
Difiere del maltrato físico ya que este es sutil y es mucho más difícil de percibirlo o detectarlo. Se
manifiesta a través de palabras hirientes, humillaciones, gritos e insultos. Este trastorno puede tener
bases en la infancia de las personas cuando hay falta de atención por parte de los padres o familiares
y violencia intrafamiliar.
El acoso psicológico o acoso moral es, según el Diccionario de la lengua española, el “trato vejatorio y
descalificador hacia una persona, con el fin de desestabilizarla psíquicamente”.
El acoso psicológico atenta contra la dignidad e integridad moral de la persona. Conculca los
Derechos de Persona. Se denomina también acoso psicológico porque siempre conlleva maltrato
psicológico y abuso emocional. Es un largo proceso donde la persona, siendo sometida
progresivamente a la incertidumbre y a la impotencia, va perdiendo su autoestima y la seguridad en sí
misma. No es plenamente consciente de que está siendo humillada y de que se están vulnerando sus
derechos más fundamentales. El acoso psicológico continuado puede ocasionar el suicidio de la
víctima.

La violencia le hace mal a la familia


La familia es el lugar en el que aprendemos a conocernos, a relacionarnos, a comunicarnos y a
resolver nuestros problemas. También aprendemos cómo ser hombres y mujeres. Por esta razón, la
familia juega un papel muy importante en la formación de los niños y las niñas.
La familia debe ser un lugar en el que exista afecto, buena comunicación, comprensión, respeto y
formas adecuadas de resolver nuestros conflictos. De esta manera nos sentiremos a gusto y
protegidos en ella y enseñaremos a nuestros hijos e hijas a relacionarse con respeto.
Por distintas razones, a veces nuestro hogar se transforma en un lugar en el que hay violencia y
malos tratos, donde tenemos temor y nos sentimos intranquilos e inseguros/as. Nos relacionamos a
gritos, garabatos, golpes e insultos. Esto no es normal y cuando esto sucede es probable que estemos
viviendo violencia intrafamiliar.
Es importante saber que la violencia intrafamiliar afecta a muchas familias en nuestro país y en el
mundo entero, no importando a qué clase social pertenezcan, que religión tengan o la edad de sus
integrantes. Para poner fin a los malos tratos y los abusos en la familia, es necesario pedir ayuda.

¿Qué es la violencia intrafamiliar?


La violencia intrafamiliar ocurre cuando hay maltrato entre los miembros de una familia. El maltrato
puede ser de tipo físico, psicológico, sexual o económico.
En la familia podemos encontrar tres tipos de violencia:
El maltrato infantil se produce cuando la violencia afecta a niños, niñas y adolescentes
menores de 18 años y es ejercida por los padres o cuidadores.
Se llama violencia de pareja o violencia doméstica cuando afecta a algún miembro de la
pareja, sin embargo, esta forma de violencia se da principalmente de los hombres hacia las
mujeres.
Existe violencia contra los adultos mayores cuando el maltrato afecta a los abuelos o abuelas
de una familia, es decir, las personas de la tercera edad.
En esta cartilla revisaremos el maltrato infantil y la violencia de pareja o violencia doméstica, por ser
las formas de violencia que se dan con mayor frecuencia.

La persona violenta
Algunas señales relativas a la personalidad y del perfil perverso narcisista.
1. Victimizar: Hacer de otros su víctima para aumentar la imagen defectuosa que tiene de sí
mismo: tanto si es masculino, como si es femenino, el proyecto de este sujeto son las
apariencias engañosas. Este sujeto, por otra parte maestro en el arte de la seducción y del
misterio, organiza, a través de un trabajo de zapa psicológico, la demolición mental del otro,
ya que es incapaz de respetar la dignidad humana.
2. Humillar: Sus medios son los propios de la desvalorización, la humillación, la denigración, y
también del discurso contradictorio y paradójico, de la polémica sistemática. El recurso a la
alusión, a lo no dicho y al sobrentendido es frecuente.
3. Culpabilizar: Es difícil para el acosado tomar conciencia de que está siendo manipulado,
en la medida en que el “verdugo” se arregla para no ser nunca tomado en flagrante delito y
así, hacer pasar otro como culpable. Acosar, es saber invertir las situaciones, acusar a otros
de todas las culpas y de todos los males, es arreglarse para desempeñar siempre el mejor
papel.
Las formas de violencia psicológica no se establecen únicamente mediante prohibiciones e insultos
directos, sino a través de métodos muy sutiles, lentos y graduales que impiden en la mayoría de las
ocasiones detectarla.
Quien maltrata es responsable
de su actuar. La creencia
acerca de la “provocación” de
la violencia es un mito que
sirve para justificarla y
tolerarla.

Nadie debe vivir con miedo,


lastimado, insultado o
amenazado en su propia
familia y comunidad.

Todos y todas tenemos


derecho a enojarnos y
expresar la emoción del enojo
sin causar daño ni ejercer
violencia contra otro
integrante de la familia.

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