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El inventor del microscopio es, Zacharias Janssen en el año 1590. Este fabricante
de lentes holandés, hizo junto a su padre algunas observaciones agrupando
diferentes lentes. En el fondo, un microscopio no es más que una lupa muy
sofisticada. Por eso se hace difícil afirmar con exactitud quién y cuándo se inventó
el primer microscopio. Simplemente vamos encontrando lentes cada vez más
potentes que permiten observar cosas que antes nadie podía observar antes.
Poco antes, a finales del siglo XVII, Robert Hooke, había observado que el corcho
estaba hecho de pequeñas cavidades huecas en forma de celdas, y las
llamó células. Años después se pudieron observar células vivas, lo que nos
permitió comprender cómo estaba organizada la vida.
También se vieron pronto los microbios. Las primeras bacterias, parece que las
descubrió el mismo Leeuwenhoek, mirando restos de sarro de sus propios dientes.
Vio los glóbulos rojos y los espermatozoides. De hecho, la mayoría de los
descubrimientos iniciales los hizo él simplemente porque mantuvo en secreto la
manera de fabricar sus aparatos.
El microscopio tuvo aplicaciones evidentes en la medicina, pero también en
muchos otros campos. Cuando se vio que al agua vivían infinidad de criaturas
microscópicas, fue evidente que algunas podían ser malas para la salud. Purificar
el agua podía significar matar o eliminar todos aquellos microorganismos.
Con el tiempo, se fue desarrollando la tecnología para hacer microscopios más
y más potentes. El mundo del extraordinariamente pequeño fue revelando sus
secretos y eso nos permitió comprender cómo se comportaban las cosas a un
tamaño mayor.
Los primeros microscopios eran ópticos, funcionaban con luz, pero a la larga
se utilizaron otras radiaciones. El microscopio electrónico permitió aumentos
mucho más considerables. Entonces ya no mirábamos las células, sino que
observábamos el interior de las células. Y finalmente se fabricaron aparatos
basados en principios completamente diferentes, como el microscopio de efecto
túnel, que revelaba directamente los átomos.
Ahora ya no podemos ir mucho más lejos, pero las mejoras siguen. Quizás no
podemos mirar cosas más pequeñas, pero las podemos mirar con mucha más
calidad. Por ello, una de las cosas más bellas de la ciencia son las visiones que
nos ofrecen los microscopios de lo que nos rodea y que simplemente no vemos.
Microscopio óptico
Microscopio electrónico
Según la ley de Abbe, no es posible distinguir dos objetos separados por una
distancia inferior a la mitad de la longitud de onda de la luz que los ilumina. En
1892 se descubrieron los rayos X, que al poseer una longitud de onda muy inferior
a la de la luz, habrían podido ser un medio para superar la frontera de la
microscopia óptica. En aquellas fechas, sin embargo, los medios técnicos de que
disponía la óptica todavía no permitían localizarlos.
Quien inventó el microscopio electrónico
Microscopio de positrones
Esta posibilidad es considerada en una época similar por Galileo Galilei y por
Zacharias Jansen, un fabricante de anteojos de Middelburgo. Este último fabrica
un microscopio compuesto, es decir, un ensamblaje de dos lentes convexos que
desempeñan el rol de objetivo de aumento y de visor, respectivamente, y que
monta en las extremidades de un tubo.
Este microscopio es descrito por primera vez por William Boreel, un nativo de
Middelburgo que llegó a ser embajador de Francia en Holanda con ocasión de una
investigación que realiza, en 1655, para determinar la identidad del inventor del
anteojo astronómico. Boreel le da la razón a Hans Lippershey, pero ha visto varios
años antes el microscopio de Jansen, y señala:
Sin embargo, los microscopios utilizados hasta el siglo XIX, siguen siendo muy
primitivos en su concepción. Un gran biólogo de fines del siglo XVII, Antonie van
Leeuwenhoek, trabaja con un microscopio simple, es decir, con un instrumento
compuesto por un solo lente de forma convexa, lo que lo asemeja a una simple
lupa. Y eso que Van Leeuwenhoek domina el arte del tallado y sus “lupas”
permiten aumentos del orden de 50 a 270 veces.
El desarrollo de la microscopia óptica data del siglo XIX, después de que, en 1758,
el inglés John Dollond consiguiera corregir la aberración cromática de los lentes
(tendencia a dispersar la luz).
La microtransparencia
Ésta es seguida, en 1870, por la invención del lente de inmersión, que permite
aumentos muy grandes. Paralelamente, la invención del micrótomo (para la
preparación de los tejidos) y el desarrollo de fijadores biológicos y de colorantes
nuevos contribuyen al ascenso de la microscopia óptica. Culmina en 1941 con la
invención del microscopio de contraste de fase por el físico holandés Fritz Zernike.
Éste permite el estudio de objetos transparentes, sin el uso de colorante.